Usar "bárbaro" en una oración
bárbaro oraciones de ejemplo
bárbaro
1. un país bárbaro ó resida en él, y que, si reside en unpaís culto y cristiano, como el país
2. romper las cadenas conque los humillaba otro pueblo, rudo y bárbaro, venido del
3. Unas manos de hierro, las de aquel bárbaro Patón, el
4. ingenuo candor que tanbien sienta en un bárbaro, pero que un
5. algunacasa robada ó de algún atropello bárbaro cometido entre las sombras y
6. el cargo desacerdotes del tigre; unos hombres á quienes la supersticion impulsabahasta el bárbaro estremo
7. fue Manín,el bárbaro Manín, que, al decir de los queestaban a su lado, se comió once
8. Venía el bárbaro Alí-Bajá confiado en el triunfo, y engañado;
9. Golbasto, el gran poeta nacional, se habíaretirado jurando vengarse del bárbaro intruso
10. Y se llamó bárbaro, porque recordó que, cediendo á la costumbretradicional en la familia, que nunca tuvo
11. sargento delos de la Invencible, y teníalo en su casa sometidoal más bárbaro tratamiento sólo por
12. bárbaro, de aquella provincia; aquella tercera entidad queaparece en el sitio de
13. Facundo, genio bárbaro, seapodera de su país; las tradiciones de gobierno
14. no supiese que cuanto más bárbaro, y, por tanto, másreligioso es un pueblo, tanto más
15. hacialas regiones de la luz: un individuo de una casta o nacionalidadinferior, y un bárbaro en
16. bondad le estorbaba consentir en elestablecimiento del bárbaro tribunal, vino á ser
17. era judíoespañol, que logró escaparse de las cárceles del bárbaro tribunalllamado del
18. De esta suerte hablaban los hebreos del bárbaro tribunal de laInquisicion
19. Los perros helénicos comprendieron que no era un bárbaro quien osabapisar el
20. Eres un bárbaro, y
21. La unión nefanda de estos dos vocablos, bárbaro el uno,
22. Y cuando ella se alejó, el bárbaro, mirándola desde el
23. Con este motivo elconferenciante tronó contra la revolución, contra ese viento que sopladel infierno para destruir todo lo antiguo y glorificar lo nuevo, contraese desprecio bárbaro de las
24. faz de demonio; prefiero la insolenciadesnuda de un bárbaro abominable, abortado por el infierno, á
25. largo del envainadoacero una fruición homicida, bárbaro goce de sangre y de muerte
26. sobre el cadáver en latín bárbaro y gangoso algunos rezos con lapasmosa
27. parecieron hombresde otra raza expresándose en lenguaje bárbaro
28. su bárbaro lenguaje; después lamiócon delicia las gotas cálidas del llanto y tornó a sus arqueos y a
29. El bárbaro mozo se calmó de repente, deteniendo el trueno de su voz antela imagen seductora de la niña
30. La miraba el gaucho con ojos ardientes de adoración y deseo, y ellasonrió, satisfecha del bárbaro homenaje
31. supersticiones bárbaras y se hace bárbaro, comola cabra tira al
32. bajo el bárbaro cauterio, esparciendo un hedor desacrificio
33. presidiario, retándolo a bárbaro combate en la soledad
34. designar á un ser bárbaro ysanguinario, todavía los griegos
35. joven hubiera preferidopara los efectos de su salvación tener un padre bárbaro y tirano
36. Que el bárbaro furordel enemigo
37. Y el gran bárbaro se fue derecho a su prima, con intención sin duda deabrirla el
38. Nacional y las hazañas de su picador Potaje, un bárbaro que se tragaba enteros los
39. a su cómpliceBonifacio, tal vez estallase la cuerda y hubiese una de pópulo bárbaro
40. Veía un hombre bárbaro, navegando en velozcanoa con otros
41. el bárbaro le dio el caldo acompañando su acción de palabrasmuy tiernas: «Vamos,
42. Puede que el bárbaro del empleado me metiese en lacárcel
43. Cuando este vocablo un tanto bárbaro vino a reemplazar al de caridad, cierto pastor protestante, poco caritativo para con aquellos que no pensaban como él, creyó dar en tierra con el racionalismo diciendo: El altruismo sólo es un egoísmo perfeccionado
44. Una vez que fue llevado a tierra y conducido a través de la calle, el sari llamó considerablemente la atención de las multitudes con las que se cruzaba, pues de inmediato fue reconocido como un cautivo bárbaro de alguno de los incivilizados rincones de Pellucidar
45. Pues, ¿qué hermosura puede haber, o qué proporción de partes con el todo y del todo con las partes, en un libro o fábula donde un mozo de diez y seis años da una cuchillada a un gigante como una torre, y le divide en dos mitades, como si fuera de alfeñique; y que, cuando nos quieren pintar una batalla, después de haber dicho que hay de la parte de los enemigos un millón de competientes, como sea contra ellos el señor del libro, forzosamente, mal que nos pese, habemos de entender que el tal caballero alcanzó la vitoria por solo el valor de su fuerte brazo? Pues, ¿qué diremos de la facilidad con que una reina o emperatriz heredera se conduce en los brazos de un andante y no conocido caballero? ¿Qué ingenio, si no es del todo bárbaro e inculto, podrá contentarse leyendo que una gran torre llena de caballeros va por la mar adelante, como nave con próspero viento, y hoy anochece en Lombardía, y mañana amanezca en tierras del Preste Juan de las Indias, o en otras que ni las descubrió Tolomeo ni las vio Marco Polo? Y, si a esto se me respondiese que los que tales libros componen los escriben como cosas de mentira, y que así, no están obligados a mirar en delicadezas ni verdades, responderles hía yo que tanto la mentira es mejor cuanto más parece verdadera, y tanto más agrada cuanto tiene más de lo dudoso y posible
46. Y contóle el escrutinio que dellos había hecho, y los que había condenado al fuego y dejado con vida, de que no poco se rió el canónigo, y dijo que, con todo cuanto mal había dicho de tales libros, hallaba en ellos una cosa buena: que era el sujeto que ofrecían para que un buen entendimiento pudiese mostrarse en ellos, porque daban largo y espacioso campo por donde sin empacho alguno pudiese correr la pluma, descubriendo naufragios, tormentas, rencuentros y batallas; pintando un capitán valeroso con todas las partes que para ser tal se requieren, mostrándose prudente previniendo las astucias de sus enemigos, y elocuente orador persuadiendo o disuadiendo a sus soldados, maduro en el consejo, presto en lo determinado, tan valiente en el esperar como en el acometer; pintando ora un lamentable y trágico suceso, ahora un alegre y no pensado acontecimiento; allí una hermosísima dama, honesta, discreta y recatada; aquí un caballero cristiano, valiente y comedido; acullá un desaforado bárbaro fanfarrón; acá un príncipe cortés, valeroso y bien mirado; representando bondad y lealtad de vasallos, grandezas y mercedes de señores
47. Clodio Saluvio le había enseñado a mantener la más absoluta confianza en aquel medio bárbaro, pequeño y enérgico, que estaba al mando de la guarnición
48. El bárbaro vaciló, mirándolo con los ojos entornados, sin comprender
49. La región en torno a Mogontiacum, fuertemente custodiada, era por el momento bastante segura, sobre todo desde que Balbieno había hecho volver de Treveri a Valerio y su destacamento, quedando de este modo equilibrada la relación entre tropas legionarias y fuerzas auxiliares, principalmente de origen bárbaro, en lo que concernía a la defensa de la ciudad
50. En el otoño de 755, mientras el bárbaro An Lu-shan se rebelaba contra el emperador, unas tropas de tibetanos dejaban atrás Ch'eng-tu y marchaban hacia la capital
51. ¡Qué espantable suplicio había inventado el genio infernal de aquel bárbaro!
52. ¿Por qué cometió ese acto bárbaro con el animal que tanto quería? La sibilina explicación de Catalina, quien nunca le tuvo simpatía, resultó exacta: «¿No ves que el mapuche se está yendo no más con los suyos, pues, mamitay?»
53. Todo esto tenía algo acertadamente bárbaro, vikingo
54. —¡Qué bárbaro! —exclamó el agente, lanzando un silbido de admiración
55. –¡Baño! – ordenó Mura, sorprendido por la furia del bárbaro y por su mala educación
56. –Pero éste no es un buque bárbaro corriente
57. El bárbaro estaba sumergido hasta los hombros en el agua humeante
58. –¿Has mirado los ojos del bárbaro?
59. –Bien, «El Bárbaro Expectante»
60. –Pon de nuevo los cañones en el barco bárbaro y séllalo
61. –Trae aquí al jefe bárbaro
62. Era curioso que el bárbaro hubiera llegado de los mares del Este precisamente ahora
63. –El bárbaro estaba en la prisión común con los delincuentes comunes
64. –¿Qué puede saber un bárbaro? – rió Toranaga-
65. ¿Con los cañones y el bárbaro, Toranaga-sama?
66. Dejó de pensar en ello para centrar su atención en el problema más inmediato de aquel bárbaro extranjero que sólo le causaba preocupaciones
67. Convengo en que el bárbaro tiene que estar aislado
68. –Te lo suplico, padre, por última vez: suspende la instrucción, prohíbe las armas de fuego, destruye al bárbaro, declara que el experimento ha fracasado y acaba con esa indecencia
69. Junto a los muelles pudo ver los puntos de luz que rodeaban el barco bárbaro
70. No todas las monedas del bárbaro están en el cofre
71. –A cambio conseguirás Izú, el bárbaro y su barco, en el momento en que la cabeza del jefe enemigo esté sobre el polvo
72. El jefe echó una última ojeada a Mariko, a Achiko y al bárbaro, al que hubiera deseado dar muerte
73. Además, el bárbaro debe morir
74. —Estoy de acuerdo —dijo Sila—, pero en el mundo bárbaro, es decir en occidente, el criterio que impera es matar a los rivales
75. No había concluido de saludar a los del coche, cuando se llegó a él un hombracho formidable, los zapatos y el pantalón blanqueados por el polvo: era Ibraim, que en tal facha, encendido el rostro por las múltiples mañanas que había tomado, parecía más bárbaro que nunca
76. Ambas parejas estaban en aquel momento entregadas a su delirante copulación, en un silencio sólo alterado por los quejidos de la semiconsciente Julia, el estertor de la respiración del bárbaro Ambrosio, y los gemidos y sollozos del señor Verbouc
77. Expresaba con bárbaro candor todo lo que le apuntaba la mente, siendo a veces tan cruda su sinceridad, [156] que la familia tenía que reprenderle y hasta castigarle
78. No comprendiendo esta trastienda política el aturdido Fago, al ver el bárbaro tratamiento que el General daba a las pobres mujeres, la indignación hizo vibrar todos sus nervios, y apretó los dientes, y se clavó los dedos de una mano en otra, movido de su natural corajudo, que se sobreponía en ocasiones como aquélla, sin poder remediarlo, a la mansedumbre propia del estado eclesiástico
79. El estupor no les dio tiempo ni aun para protestar del bárbaro suplicio
80. Los roncos acentos de Ibraim y su ceceo bárbaro llenaban la sala expresando las ideas más audaces, con escándalo de algunas orejas timoratas
81. La Providencia, que a los españoles favorecía en aquellos angustiosos días de trabajar duro y apenas comer, deshizo el plan siniestro de los que habían armado el bárbaro artificio
82. Dijéronle los caminantes que iban al mercado de Almazán a vender una partida de lana, y el pobre joven callaba, tiritando de frío y de hambre, pues el corto desayuno que le dieron, antes le aumentaba que le disminuía el bárbaro apetito que traía de las cumbres
83. En tal estado de bárbaro delirio le encontró su madre a la mañana siguiente
84. Bárbaro acto al que el gran maestre correspondió matando a los prisioneros turcos, y lanzando sus cabezas con los cañones al campo enemigo
85. El bárbaro enfoca sus posaderas en lo más mullido del asiento
86. —Ten cuidado, bárbaro —dijo Baitu mientras desmontaban—
87. Levantó un párpado del bárbaro, pero tenía los ojos en blanco
88. Después de todo ella era una princesa y una chamán, y su actitud juguetona y amistosa con aquel bárbaro provocaba resentimientos
89. —¡Despierta, bárbaro! —Sintió el golpe de una bota en las costillas—
90. Asignó una extremidad del bárbaro a cada uno de ellos para que lo sujetaran, apoyando sobre él el peso de sus cuerpos mientras lo hacía
91. fijamente el cuerpo del gigante bárbaro que estaba a sus pies
92. Ante él estaban sus tres prisioneros, dos miembros de la escolta de Sartaq, ambos del kesig de Qubilay, y el embajador bárbaro
93. No había ninguna ventaja en una unión con aquel bárbaro 371
94. No puedo casarme con un bárbaro
95. Eres un extranjero y un bárbaro
96. Sintió que Josseran, el guerrero bárbaro, estaba con ella, sintió que la rodeaban sus brazos mientras se zambullían en el abrazo de las nubes
97. ¡El embajador bárbaro! ¿Qué estaba haciendo allí? Debería estar en un lugar seguro, lejos de la batalla, al otro lado del valle
98. Poco después de cumplir siete años Gauss ingresó en la escuela primaria, una verdadera reliquia de la Edad Media, regida por un bárbaro, un tal Büttner, quien para enseñar a un centenar de muchachos que se hallaban a su cargo, les sumergía en un estado de estupidez aterrorizada, en la que hasta olvidaban sus nombres
99. Hic ego barbarus sum quia non intelligor illis (Debido a que ellos no me comprenden, soy un bárbaro)
100. El regreso sería largo y a través de territorio bárbaro, razón por la cual comprendí por qué el senador estaba tan interesado en proporcionarle escolta profesional… aunque después del fracaso con Sosia Camilina parecía absurdo que me hubieran elegido