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    Usar "retórica" en una oración

    retórica oraciones de ejemplo

    retórica


    1. retórica muy persistente por parte de los gobiernos y hace


    2. La retórica de la disponibilidad ubicua de


    3. la retórica con que suele presentárselo, el amor es una experiencia


    4. Uno de los principales aportes de Barrientos, mencionado más arriba, es que trasciende la intencionali-dad y la retórica legal para enfocarse en las prácticas


    5. El sector privado se volvió el principal agente de desarrollo y aunque la retórica era la reducción del Estado, en los hechos se reorientó su apoyo hacia el sector exportador


    6. impresión que sudialéctica y su retórica parecían producir en el


    7. La retórica que mejor


    8. precisión retórica y porel mismo discurso lógico y coherente que


    9. ) No era figura retórica


    10. medidas geométricas, ni laconfutación de los argumentos de quien se sirve la retórica; ni tiene

    11. Su obligación militar iba á consistir en permanecer jauto al gobiernoescribiendo la crónica de la guerra y revisando las proclamas dirigidasal país, por si era posible agregarles nuevos toques de retórica


    12. Y Rafael hubiera añadido alguna frase retórica y brillante de lasmuchas que había


    13. ungida con el ungüento de la retórica y elcorrecto bien decir que considera como


    14. , por desgracia en aquella ocasión, eraenemiga declarada de la retórica, y más enemiga aún de las


    15. que unesclavo griego de los que enseñaban retórica á los


    16. Retórica en Pontevedra,les enteró del curso de ellas a


    17. losperiódicos y en alguna retórica


    18. Toda la retórica piadosa de Lucía se estrellaba ante la invencible ybenéfica ilusión de la hora


    19. retórica, en fin, paratodos los casos y todos los gustos, que


    20. Y mientras en las provincias se organizaba y preparaba una guerra ferozy sangrienta, en Madrid, políticos y oradores se dedicaban con fruicióna los bellos ejercicios de la retórica

    21. las damas con el cuchillo que relucía a la par de una retórica sutil (como de camarero de gran


    22. para el «Prometeo Encadenado», muy al gusto del día, en que, como tanta gente, había tratado de volver a encontrar la salud y la espontaneidad del arte artesanal -la obra empezaba el miércoles para ser cantada en el oficio del domingo-, tomando sus fórmulas, sus recetas contrapuntísticas, su retórica, pero sin recuperar su espíritu


    23. Esto último formaba parte desde luego de la vulgata retórica de la ultraderecha en los años setenta, pero para el sentimentalismo literal de Tejero constituía a la vez una descripción exacta de la realidad y un mandamiento ético: en Tejero se daba una fusión acabada entre patriotismo y religión y, como dice Sánchez Ferlosio, «es cuando hay Dios cuando todo está permitido; así que nadie tan ferozmente peligroso como el justo, cargado de razón»


    24. Ése fue el humus omnívoro en que nació y creció el 23 de febrero, y la torpeza de Suárez para manejar el arranque del Estado de las Autonomías alimentó su voracidad como no lo hizo acaso ninguna de las no gobernaba para unos pocos, sino para todos; al fin y al cabo, pensaría, también necesitaba a la izquierda para gobernar; al fin y al cabo, pensaría, en el fondo él era un socialdemócrata, casi un socialista; al fin y al cabo, pensaría, él ya no era un falangista pero lo había sido y el falangismo y la izquierda compartían la misma retórica anticapitalista, la misma preocupación social, el mismo desprecio por los potentados; al fin y al cabo, pensaría, él era cualquier cosa menos un potentado, él era un chusquero de la política y de la vida, él conocía el desamparo de las calles y las pensiones miserables y los sueldos de hambre y de ninguna manera iba a aceptar que lo calificasen de político de derechas, él era de centro izquierda, cada vez más de izquierda y menos de centro aunque lo votase el centro y la derecha, él se hallaba a años luz de Fraga y sus paquidermos franquistas, ser de derechas era ser viejo de cuerpo y de espíritu, estar contra la historia y contra los oprimidos, cargar con la culpa y la vergüenza de cuarenta años de franquismo, mientras que ser progresista era lo más justo, lo más moderno y lo más audaz y él siempre -siempre: desde que mandaba su pandilla de adolescentes en Ávila y encarnaba a la perfección el ideal juvenil de la dictadura- había sido el más justo, el más moderno y el más audaz, su pasado franquista quedaba a la vez muy lejos y demasiado cerca y lo humillaba con su cercanía, él ya no era quien había sido, él era ahora no sólo el hacedor de la democracia sino su campeón, el principal baluarte de su defensa, él la había construido con sus manos y él iba a defenderla de los militares y de los terroristas, de la ultraderecha y de la ultraizquierda, de los banqueros y de los empresarios, de políticos y periodistas y aventureros, de Roma y Washington


    25. Fue así como empezó a forjar su resurrección: poco a poco la gente empezó a enterrar al político desnortado de sus últimos años de mandato y a desenterrar al vibrante hacedor de la democracia, y poco a poco, y sobre todo a medida que algunos se desengañaban de la ilusión socialista, empezaron a calar sus gestos y su retórica de hombre de estado, su regeneracionismo ético y un confuso discurso progresista que le permitió tanto coquetear con la izquierda intelectual de las capitales, a la que siempre quiso pertenecer, como recuperar parte de su atractivo sobre la derecha tradicional de las provincias, a la que siempre había pertenecido


    26. Era una figura retórica, un modo de alertar contra lo que consideraban un encogimiento de la democracia tras el 23 de febrero


    27. ¿Retórica? Evidente: retórica


    28. Pero todo es retórica, y el huir de ella una manera de retórica negativa, mil veces más peligrosa


    29. Para ello, combinó dos métodos completamente distintos: por un lado, una retórica rimbombante difundida abiertamente por la prensa; por otro, una manipulación y agitación conspiratorias por parte de la Autoridad de la Revolución Cultural y, especialmente, por su esposa


    30. Ambas eran quienes proporcionaban el auténtico significado de dicha retórica

    31. Según la retórica de Mao, se nos enviaba al campo «para nuestra reforma»


    32. En el campo, no era tanto la retórica política lo que contaba, sino la destreza profesional de cada uno


    33. Tampoco era consciente de que en Occidente no resultaba fácil obtener información acerca de China, que ésta era malinterpretada en su mayor parte y que personas que no contaban con experiencia alguna del régimen chino aceptaban su propaganda y su retórica al pie de la letra


    34. Es sabido, sin embargo, que suelen perderse en el entusiasmo de su propia retórica y a la hora de la verdad rara vez saben usar aquellas lenguas de oro para caricias más atrevidas


    35. Era una pregunta retórica, pero Oromis guardó silencio y fijó sus ojos almendrados en un trío de gorriones que trazaban piruetas en lo alto


    36. Las infatigables discusiones con Cyrus le enseñaron a defender sus ideas con pasión, su maestro le desbarataba todo intento de marearlo a punta de elocuencia, más fundamento y menos retórica, hijo, le decía, pero Gregory comprobó que sus trucos de orador funcionaban bien con otras personas


    37. Era un mundo petulante en una línea muy autárquica y autorreferente que alcanzaba en ocasiones gran belleza retórica


    38. Estaba encantado con todo lo que escribía, lo mismo que su ayuda de cámara, que también era literato y le aconsejaba en las difíciles cuestiones de metáforas y retórica, y daba vueltas por la habitación recogiendo las cuartillas que volaban en todas las direcciones, ordenándolas y bajando a toda prisa a leérselas a su amigo, el ayudante del jardinero


    39. Los votantes estaban a punto de tragarse su retórica de la seguridad


    40. Leandro entre los primeros prosistas castellanos; pero su poesía me ha parecido siempre, exceptuando algunas composiciones ligeras, un artificioso tejido, o mejor, un clavazón de durísimos versos, a quienes no pueden dar flexibilidad y brillo todos los martillos de la retórica

    41. Soy autora de varios libros sobre la elocuencia, la retórica, la aritmética y el silogismo puro; conozco las ciencias espirituales y divinas, ¡ y me acuerdo de todo lo que he aprendido! Y ahora dame pluma y papel para que escriba la carta en versos bien rimados y puedas leerla durante el camino, ahorrándote de llevar libros de viaje, pues será para ti una dulzura en la soledad y un amigo discreto en los ratos de ocio"


    42. Me sé de memoria el Libro Sublime y puedo leerle de siete maneras distintas; conozco exactamente el número de sus capítulos, de sus versículos, de sus divisiones, de sus diferentes partes y sus combinaciones, y cuantas líneas, palabras, letras consonantes y vocales encierra: recuerdo con precisión qué capítulos se inspiraron y escribieron en la Meca y cuáles otros se dictaron en Me­dina; no ignoro las leyes y los dogmas, sé distinguirlos con las tradi­ciones y diferenciar su grado de autenticidad; no soy una profana en lógica, ni en arquitectura, ni en filosofía, como tampoco en lo que afecta a la elocuencia, al lenguaje escogido, a la retórica y a las reglas de los versos, los cuales sé ordenar y medir sin omitir ninguna dificultad en su construcción; sé hacerlos sencillos y flúidos, como también compli­cados y enrevesados para deleitar sólo a las gentes delicadas; y si a veces pongo en ellos oscuridad, es para fijar más la atención y halagar al espíritu, que despliega por último su trama sutil y frágil; en una pala­bra, aprendí muchas cosas y retuve cuanto aprendí


    43. No hay que olvidar que el público que se congregaba a escuchar un discurso público -ya fuese político o jurídico ante los tribunales- estaba formado por gente que entendía de retórica, y, por lo tanto, escuchaban con gran sentido critico pues conocían las reglas y recursos y eran muy exigentes


    44. Sila no era un gran orador, sus estudios de retórica habían sido escasos y en el ejercicio de su cargo como senador siempre había estado en una guerra u otra, pero aquello no consistía en disertar con buena oratoria, sino en exponer las cosas claramente


    45. Era célebre por su retórica y por su actuación en el Foro desde joven, y era, con mucho, el orador más prometedor entre las jóvenes lumbreras: al igual que el finado Craso Orator, su escuela era la asiática y de gestos tan airosamente calculados como su áurea voz, su léxico y sus recursos retóricos


    46. En los días siguientes, las contradicciones del proceso, como decían los sociólogos en la televisión, se hicieron sentir en la caleta de manera más rigurosa que retórica


    47. En los primeros tiempos de la república, y hasta mediados de ella, se despreciaba a los maestros griegos de retórica y a veces se les expulsaba de Roma; Catón el censor era enemigo declarado de los retóricos griegos


    48. Pero la grecofilia del círculo de los Escipiones y otros nobles romanos cultos de la época venció esa oposición, y en tiempos de los hermanos Graco casi todos los jóvenes de la nobleza romana tenían un profesor de retórica griego, y fueron los retóricos latinos los que perdieron favor


    49. Había distintos estilos de retórica: Lucio Licinio Craso Orator era partidario del estilo asiánico, más florido y espectacular que el ático


    50. No olvidemos que la audiencia que se congregaba a escuchar un discurso, ya fuese político o jurídico, ante los tribunales, estaba formada por entendidos en retórica, que observaban y escuchaban con gran sentido crítico, pues conocían las reglas y recursos y eran muy exigentes







































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    retórica in English

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    Sinónimos para "retórica"

    red redecilla tejido trama urdimbre cota