1.
diceRobertson, en la que el valor, la galantería y la religion se confundiany amalgamaban, tiene tambien un origen español
2.
ocasión en quese hablaron con tanta galantería, el año pasado,
3.
galantería, haciendo un paso de pavana, quele sentaba muy mal
4.
aúndebidamente la expresiva galantería por la que el
5.
lasaldeas y aldehuelas de la localidad, por su galantería en
6.
(Andalucía) y fué muy dado a la galantería y a todo lo quesignificara esplendidez y
7.
emplearjuntamente la sagacidad y la galantería, por lo cual
8.
—¿Y qué decís de esto?—dijo entre un bocado, un guiñoy una galantería
9.
—Muchas gracias, señor mío, por la galantería
10.
El lucero divinorecogió sus rayos con galantería,
11.
artículos del código dela galantería, descargó una bofetada en el
12.
Eso del amor, no es más que galantería
13.
y pase esto por alto, que a galantería sin intención
14.
EntoncesRomadonga, con la galantería propia de un
15.
Loshombres, por galantería instintiva, admiraban su
16.
Los hombres olvidan su galantería, las mujeressu
17.
El capitán, por una galantería, se
18.
admiracióny de una galantería triviales
19.
galantería vulgar, y excepcionalhubiese sido que en las
20.
Clara no pareció hacer caso de la galantería
21.
haber cumplido con todas las reglas deeste prefacio de la galantería, entraban clientes
22.
no estaríaobligando la galantería de don Álvaro en aquel momento!»
23.
la guerra,la devoción y la galantería, por lo que, a ellos como a
24.
galantería que la condesa, en pie en la escalinata, fue laúnica en observar
25.
—Me cae en gracia Florencia, me parece bonita, la quiero, pero sibailase con ella ahora sería por mera galantería
26.
unapredilección rudamente ancestral, de una galantería
27.
galantería, en lo concernientea las aptitudes de las señoras para
28.
El corsario, durante tres noches, loaguantó todo por galantería; pero en la noche cuarta, se puso
29.
galantería de Núñez sufrió en el curso de él bastantemenoscabo
30.
bastaba un cuarto más pequeño; no tuvoaquél la galantería de aceptar el trueque, y se
31.
requiebro,cuánta galantería perdidos en el aire! El gesto habitual de laintendenta era
32.
—Si tienes mucho empeño en ello, lo estaré; pero sólo por galantería
33.
de orgulloso delirio y cuando Roussel la besó con galantería el extremo de los dedos murmuró:
34.
añadió con graciosa galantería, inclinándose ante ella:
35.
—¡Después de la galantería, la caridad erigida en
36.
Los venecianos de otro tiempo, tan misteriosos en galantería como en política, son desplazados por los modernos, cuyo gusto predominante consiste en no hacer misterio de nada
37.
Siempre en pie, siempre derecho, presenciaba las complicadas operaciones del tocador de su ama, y oía la charla del peluquero, venido de Madrid, el cual tenía la galantería de llamarlo el Sr
38.
Su tono denotaba pesar y el doctor Lloyd salvó la situación con su galantería acostumbrada
39.
Conmigo siempre fue de una lealtad y galantería ejemplares, por lo mismo me desesperé al no poder ayudarlo en su agonía
40.
Si cortaba flores para ella o la ayudaba a desmontar del caballo, lo hacía con un desenfado que convertía la galantería en una atención de amigo
41.
El comentario de August sorprendió a Hanna, que se sintió íntimamente halagada en su condición de mujer, pero que atribuyó a una galantería de su acompañante
42.
Ahora siempre quedaba un cierto coqueteo en sus palabras, pero un coqueteo contenido y digno, muy al estilo de la antigua galantería
43.
Su constante oficio era la galantería arriba y abajo, en los estrados y en los bailes de candil
44.
Jaime Servet que en sueños nombraba, y ella quiso explicárselo punto por punto; pero apenas había empezado cuando entraron Primitivo y Segundo trayendo un grande, magnífico y oloroso ramo de rosas que ofrecieron a Sola con cierto énfasis de galantería caballaresca
45.
Sostenía el vencedor de Peñacerrada, conciliando la justicia con la galantería, que si al carnero de la merindad de Viana había que quitarle el sombrero, en judías de riñón y en pimientos morrones, donde estaba Logroño y su ribera, no había que mentar hortaliza
46.
Sin mostrarse el galán abiertamente contrario a estas [141] ideas, pues la galantería se lo vedaba, halló medio de rebatirlas aceptándolas y de hacerlas suyas agregándoles cantidad de ingeniosos peros, todo con gran derroche de ingenio y picardía graciosa
47.
-Yo también, que una cosa es la galantería y otra la convicción política
48.
Así lo manda la ley de galantería, summa ratio, ante la cual todas las leyes y la caridad misma deben humillarse
49.
Era una mariposa jamona y con las alas recompuestas, que iba de flor en flor, y el acogimiento lisonjero que abajo y arriba tenía confirmaba su nativa disposición para las campañas amorosas, lo mismo en el terreno donde no podía quebrantar la ley de honestidad, que en otros terrenos o capas de la galantería libre
50.
Hay también tipos de varonil desvergüenza que sostienen la tradición mejor que los galanes [215] lánguidos, y en los pueblos tenemos el tenorio cerril, que no deja mal puesto el pabellón de la galantería ilegal
51.
Dejándose llevar de su galantería, llegó a decir que mantenidos en España los buenos principios gastronómicos de la raza, él sería el primer enemigo de la invasión, y pondría en todas las cocinas una copia en pastaflora del grupo de Daoiz y Velarde
52.
En cualquier otra ocasión sus palabras podrían incluso haber pasado desapercibidas y como una simple galantería hacia mi persona, pues muy acostumbrada estaba a los halagos en la corte
53.
Aquella mezcla de humildad, ironía y galantería de aquel hombre, en un principio soberbio, me hizo recordar todo lo que estaba haciendo por Margarita y, pensando en mi hija, le tendí el libro que llevaba en la mano
54.
El piloto de Haven dijo en un arranque de galantería
55.
Eres la encarnación de la galantería
56.
En el umbral de la puerta, con una sonrisa y una expresión de desconcierto, se apoyaba Horace, que caminó hacia Josh con galantería y le extendió su mano, sin dejar de mirar de reojo a las dos mujeres que lo acompañaban
57.
La exagerada atención que le dedicaba, los triviales halagos que debían pasar por galantería, se lo hacían pensar; pero como Port creía que sus propios sentimientos por Kit eran idénticos en todo sentido a los de ella por él, estaba convencido de que en ningún caso Kit cedería a una persona como Tunner
58.
–Concedido, señora -dijo con galantería
59.
Por si acaso, ensaya una galantería:
60.
–Tú primero -le dijo Ponter a Mary, una galantería que había aprendido en su mundo
61.
Y la misma y habitual comedia antigua de galantería y maledicencia, pero ahora complicada con los sucesos recientes
62.
–No estoy muy segura de que eso sea una galantería -dijo ella, indecisa
63.
Al verlo caer, todos los caballeros que formaban su brillante comitiva se inclinaron presurosos a recogerlo, disputándose el honor de alcanzar un leve movimiento de cabeza en premio de su galantería
64.
Es difícil contar la historia correctamente dada las circunstancias actuales, por lo que saltaré al final y admitiré que su galantería me hizo hervir la sangre como no me había pasado antes
65.
Se acercan remando a la pequeña isla y se aman en el lugar en el que el príncipe, en una tienda turca, se ganó el corazón de la condesa de Königsmarck con su galantería y un diamante gigantesco
66.
En este sector de la novela, Alonso [204] Quijano sale de su escondrijo y desborda a don Quijote, que debería portarse con la galantería de un caballero andante, no con la torpeza de un paleto
67.
Semejante debilidad da, entre otros resultados, el de agravar esa tendencia, tan usual en cuanto se tiene cierta edad, a considerar agradables las palabras que lisonjeen nuestro modo de pensar y nuestras aficiones y que nos animen a seguirlas; esa edad en que un gran artista prefiere al trato de genios originales el de sus discípulos, que sólo tienen de común con él la letra de su doctrina, pero que lo escuchan y lo inciensan; esa edad en que una mujer o un hombre de valer que viven consagrados a un amor diputan por la persona más inteligente de una reunión a aquella que, aunque en realidad sea inferior, les mostró con una frase que sabe comprender y aprobar una existencia dedicada a la galantería, lisonjeando de ese modo la tendencia voluptuosa del enamorado o de la querida; y ésa era la edad en que Swann, en la parte que llegó a tener de marido de Odette, se complacía oyendo decir a la señora de Bontemps que es ridículo no recibir en su casa más que duquesas (de lo cual deducía, al contrario de lo que hubiese hecho antaño en casa de los Verdurin, que era una mujer buena y graciosa, nada snob) y en contarle cuentos que la hacían “retorcerse de risa” porque no los conocía y, además, porque “cogía” el chiste pronto y le gustaba adular y divertirse con su propio regocijo
68.
En fin, para colmo de escándalo, el señor de Guermantes, con una galantería digna del mariscal de Sajonia, se había presentado en el foyer de la Comedia Francesa y había rogado a la señorita Reichemberg que fuese a recitar versos delante del rey, lo cual se había llevado a cabo y constituido un hecho sin precedentes en los anales del gran mundo
69.
Sin ninguna consideración hacia la galantería, Reith se dejó caer detrás de la vieja, la derribó de un golpe, echó a correr a lo largo de la hilera de jaulas, abriendo las puertas
70.
Pues una civilización guerrera, que hace quince años les parecía tan hermosa, ahora les horroriza; no sólo reprochan a Prusia haber hecho predominar en ella el elemento militar, sino que en todo tiempo piensan quedas civilizaciones militares fueron destructoras de todo lo que ahora les parece tan valioso, no sólo las artes, sino hasta la galantería
71.
Las evasivas de John Boce, la cortés obstinación de John Thompson, la burlona galantería de John Viviano
72.
- (Con exquisita galantería
73.
¡Qué pesado estás con tu exigencia de que te cuente algo de mi campaña, y de cómo he puesto las paralelas para rendir plaza tan bien artillada y defendida! Como no me gusta darme tono con fingidas hazañas, te diré que he seguido la táctica vulgar, por no ocurrírseme [129] otra; que mi amartelamiento ha pasado y pasa por los trámites corrientes de la galantería al alcance de todos los corazones, y que soy lo que para estos casos aconsejan las reglas acreditadas por el éxito, obsequioso con discreción, puntual en los encuentros, tierno en el mirar, intencionado en el decir, triste hasta la ictericia Página 44 de 118
74.
Acodado día tras día en el balcón, con galantería de navegante se abandonaba al ancho y perezoso río del atardecer, y apenas intentaba recordar el inicio de la farsa -tan llena de detalles desconocidos hasta entonces, tan nítida en la presunción de un pasado ajeno a la existencia pero ligado a ella por voluntad de una memoria errática y emancipada que tendía a corregir el olvido y a poblarlo de hechos que aunque ilusorios en apariencia venían a ser autentificados por la nostalgia de su pérdida-, se iniciaba en la sospecha de que toda vida es al menos dos vidas: una, la real e inapelable, otra la que pudo ser y sigue viviendo en nosotros en calidad de ánima en pena, vagando por la memoria y creciendo en ella hasta adquirir indicios de independencia y realidad, disputando a la otra, a la primogénita, despojos del pasado, reemplazándola a veces en la posesión de ese vasto territorio que es el olvido e instalándose en él como señor feudal: desolado, feroz, bufo y levantisco
75.
–He traído unas flores -dijo, dejándolas en el banco, consciente de que las palabras que pronunciase aquella noche serían la prolongación del acto fallido de galantería
76.
Glocester defendía el claustro, pero batiéndose en retirada por galantería, sonriendo y abanicándose
77.
No era en estas palabras, de una galantería vulgar, donde estaba la dulzura inefable que encontraba Ana en lo que oía: era en la voz, en los movimientos, en un olor de incienso espiritual que parecía entrar hasta el alma