1.
si, si,,así fue, queridos lectores, así fue que el Dios Padre Todopoderoso me dejo parado en ese sencillo y simple lugar, me puso a caminar, detrás de la espalda de un humilde hombre del común que solo caminaba, podía sentir su sudor, su cansancio, caminaba todo el tiempo mirando la espalda y la tela de su túnica
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aparecieron, en extraña procesión,Nieves, con su túnica pajiza
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túnica y el velo
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cuando los guerrerosrojos, despojándose de su túnica parecida á la de los antiguos helenos,aparecían con la
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le encontraba en el claustro con su túnica roja, lalarga coleta y sus venerables barbas, agitando
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cimitarras, su traje era una túnica igual á la delas mujeres
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Estaba á esta hora vigilando el hervor del caldero, para que susacompañantes no metiesen en la sopa las lanzas con que extraían lospeces, y vió cómo un hombre de los que iban vestidos con túnica y velosse
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la blanca túnica con cruces rojas en las mangas y enel pecho
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En mitad de los jumeones descollaba el hermano mayor de la cofradía,con túnica de seda azul
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Sobre los adornos y bordados de la túnica de la Virgen se ven lasempuñaduras de las siete
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túnica con un libroabierto en una mano y un compás en la otra
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los dos reciéncasados, con la túnica del novio cosida a la de la
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túnica blanca, sentado en su sillón detachuelas, peleando con la
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levantado de sucama, y tenía puesta la túnica imperial, y en la
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pisaban las piedras y el lodo un calor doloroso; cuidaba deque no asomasen debajo de la túnica
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vestido con amplia túnica de terciopelo cubierta de floresde oro, hasta el punto de que
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La túnica y el delantero del manto
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Se presentaba en elegante abandono, vistiendo una túnica exótica y conextrañas
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hábilmentecombinadas con galones que siglos antes lucieron en la túnica de algúnsanto o en el
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Cogió al chiquillo por el cuello de la túnica y lo levantó en el aire
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Sabía que la muchacha llevaba siempre consigo una pequeña navaja, escondida entre los pliegues de la túnica
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La exánime aberración estaba embutida en una áspera y gruesa túnica de paño marrón
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La Túnica que aspiraba a vestir era intrascendente, todos debían someterse a sus rigores
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Ambos examinaron a Magius, quien cubierto con el apabullante esplendor de su túnica carmesí, se encontraba en el extremo opuesto
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Los soldados se sortearon la túnica de Jesús,
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Éstos transportaban una figura vestida con una túnica, maniatado y con los ojos vendados
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Elías fue recibido por un instructor, un hombre de edad avanzada, vestido con una túnica blanca, un antiguo sacerdote del Templo llamado Ithamar
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–¡No os mováis, Galen! – gritó mientras hundía la hoja en la parte delantera de mi túnica
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El lama extrajo de su gran túnica un pequeño medallón con una estrella de cobre que parecía muy antigua, similar a las que pueden verse en los museos de Israel
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Algunos de ellos vestían hábitos rayados, con una especie de cuerdas que caían a los lados de la túnica
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Otros llevaban sobre la túnica un peto rectangular que les cubría desde los hombros hasta los muslos
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Todos llevaban un solideo en la cabeza, y la túnica ceñida por un cinturón
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Llevaba puesta sólo una túnica de lana burda, sin cinturón, y la argolla de esclava
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No era desde luego un atleta, pero tampoco tenía un físico mediocre, ni era jorobado, ni calvo, ni panzudo, y nunca iba por ahí con la túnica zarrapastrosa
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De improviso extrajo de un pliegue de su túnica un diminuto y afilado cuchillo con el que se hizo un profundo corte en la muñeca, permitiendo que la sangre empapara su mano y escurriera hasta el suelo
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Apretó el paso, ciñéndose la túnica en torno del cuerpo
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Él, por su parte, aún tenía puesta la túnica salpicada por el barro
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Se ajustó la túnica y salió a grandes pasos hacia el espacio abierto
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Y me soltó, para desatar el cordón que ceñía su túnica al seno
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La túnica sedeña en el armario yace;
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Era tiempo de que yo archivara mi ficticia armadura y rescatara la túnica de seda
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Pyanfar se puso en pie y se volvió hacia las figuras que se acercaban, entre las cuales había una masa de oscuridad envuelta en una túnica que le hizo sentir deseos de rechinar los dientes
43.
–Kkt -dijo el kif y se dio la vuelta haciendo oscilar su túnica
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Khym cogió entre sus dedos el cuello de su túnica y Skkukuk se retorció, con los ojos desorbitados por el miedo y la alarma
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Y otra vez vieron al fakir de la blanca túnica, que salió de la sombra y se encanó también a la puerta del frente
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¿Se acuerda del sueño del que le hablé? Incluso antes de ver el cuadro ya se me había ocurrido que soñaba con una túnica
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Una túnica azul
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El color que utilizaban para la túnica de la Virgen
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Le compró una amplia túnica negra
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Lady Chevenix-Gore se puso en pie, recogiendo los vuelos de su túnica oriental
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Estos iniciados no se reconocen mutuamente por la singularidad de su túnica, sino mediante el intercambio de confesiones
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Eragon soltó una exclamación de sorpresa y saltó a un lado dando manotazos en el extremo de su túnica, que humeaba
53.
Sin pausa, Roran lo golpeó en el centro de la túnica roja y le rompió el esternón: lo derribó y lo dejo mortalmente herido
54.
Mientras Carn se alejaba, el conde se arrancó la manga de la túnica con los dientes por encima del muñón y volvió a colocárselo bajo la axila izquierda
55.
Emitió una risa ahogada y se secó los ojos con el borde de la túnica
56.
Eragon se quitó la túnica y la camisa para no estropearlas con el trabajo que se avecinaba y Rhunón le dio un ajustado chaleco y un delantal hecho con una tela inmune al fuego
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Eragon sorbió por la nariz y se la secó con el puño de la túnica
58.
Recuperado, se quitó los bombachos y la túnica y se puso la ropa que había llevado para el funeral de Ajihad
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Eragon se pasó el collar por la cabeza y lo escondió debajo de la túnica
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La muchacha llevaba el cabello recogido en un moño que descubría la curva de su nuca, vestía larga túnica de algodón, ausentes por primera vez sus ruidosas pulseras de cobre y bronce
61.
Su marido, quien al principio se dispuso a poner en práctica su experiencia pedagógica y esperar sin perder la calma el retorno espontáneo de Francisco, al ver a su mujer con la blanca túnica y el cordón celeste de Lourdes, perdió la paciencia
62.
Uno de los gemelos rebuscó entre su túnica, sacó una piedra pulida del tamaño del puño de Eragon y la dejó en el suelo
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Roran lo guardó debajo de su túnica
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Todavía estaban allí, protegidas bajo la túnica
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Los brazos le temblaban, su respiración se había vuelto agitada, y la túnica ondeaba con fuerza siguiendo sus movimientos
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-Ahora puedo mendigar como una monja -se rió, señalando la túnica del príncipe, que llevaba puesta, y su cabeza, donde se levantaban algunos mechones entre las peladuras
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El hombre de la túnica gris chasqueó otra vez la lengua en señal de desaprobación y, para sorpresa de Nasuada, empezó a quitarle los grilletes
68.
Se habría quitado la túnica, pero los bordes de piedra eran en muchos casos afilados y se habría cortado
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Elva le miró, molesta, pero hizo lo que le pedía, sacudiéndose la hierba de la túnica
70.
Sobre una mesa baja había una sen-cilla cruz, una pequeña estatua de Kuan-Yin, diosa china de la compa-sión, y al centro un vulgar dibujo a tinta de una mujer con una túnica verde y dos flores sobre las orejas
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{237} Ropaje abierto por los laterales que se colocaba encima de la camisa y bajo la túnica y que las mujeres ricas sustituían por el pellote
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Vestía el individuo un mandil verde sobre su corta túnica y en aquellos momentos se dedicaba a limpiar un par de perolas y ollas de cocina en el agua sucia de un barreño, mientras una joven sirvienta vestida con una arrugada camisa blanca, una falda de sarga marrón y un mandil anudado a la cintura y con la cabeza cubierta con una cofia que le sujetaba el cabello, zascandileaba con un trapo haciendo ver que quitaba el polvo de las mesas del local
73.
Al punto se personó en la estancia un gordo eunuco de tez oscura, con la cabeza cubierta por un turbante y una gruesa cadena de oro de la que pendía un medallón de jade en el cuello, un colgante que le llegaba hasta el generoso escote de su abierta túnica
74.
Entonces, con decisión, se cruzó sobre el pecho la túnica de lana, se ajustó el turbante y se dispuso a recorrer el camino que hacía cada noche
75.
Éste acudió al punto y con la excusa de que en la gruta donde trabajaba hacía frío, le rogó que le trajera una camisa larga de lana que se colocó sobre las calzas a modo de gambax, luego escogió de entre la ropa una túnica que le llegaba hasta los pies y calzó sus borceguíes
76.
Observó al Dios Emperador, que estaba de pie esperando con paciencia, con su túnica sin adornos, las manos abiertas en un gesto de indefensión
77.
Con su larga túnica arrastrando por el suelo, apoyado en su vara, parecía viejo, muy viejo
78.
—¡Ja! —mugió Crach an Craite, tomando el hueso de la mesa y salpicando en la cara y la túnica de los invitados con gotas de salsa—
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Se dio la vuelta de repente y salió, arrastrando la túnica por el pavimento con un siseo
80.
Llevaba puesta su túnica de mangas largas, y el cabello le caía sobre la frente y los hombros
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Luego bajó la mirada y vio lo que estaban viendo los demás: la ligera túnica blanca de boda, con la orla de brocado de oro en el cuello y el ruedo de la falda
82.
Vestía una sencilla túnica de lana blanqueada y un manto, y llevaba el pelo recogido en unas hermosas trenzas
83.
Incluso mi túnica había quedado atascada entre las de quienes me rodeaban apretadamente
84.
Cuando el animal se empinó, del montón de gente apiñada se levantó un hombre, sacó una piedra de entre la túnica y se la arrojó al soldado
85.
La mayoría de las mujeres llevaban el chador, la túnica larga, semejante a un sudario, que las cubría de pies a cabeza
86.
La criatura no vestía como los hombres de la época, sino que llevaba una túnica con cinto, muy elegante, y medias en sus piernas bien torneadas
87.
En ese instante, la mujer que había entrado con el amo, una extraña criatura ataviada como una reina de la antigüedad con una túnica harapienta y un ceñidor bordado en la cintura, se echó a reír
88.
Con su túnica y su limpio turbante, era como un fantasma cubierto por una sábana blanca
89.
La túnica le llegaba a la mitad de las rodillas
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Tenía el pelo entrecano y llevaba una túnica larga y sencilla
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Fue entonces cuando Zataki se dio cuenta de la presencia del petrificado chiquillo que le miraba, escondido entre la túnica del mollah, y aferrado a ella en busca de protección, tan semejante a su propio hijo, al mayor, que por un instante le hizo retroceder a los días felices anteriores al incendio, cuando todo parecía ir bien y había cierta posibilidad de futuro: la formidable Revolución Blanca del Sha, la Reforma Agraria, el freno impuesto a los mollahs, la educación para todos y muchas otras cosas
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¡Tan suave es ¡oh princesa! tu cuerpo sobrenatural, que el aire encantado, se aromatiza al tocarlo; y si la brisa curiosa penetrase debajo de tu túnica, en ella se eternizaría!
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¡El cielo está en su rostro, sobre su túnica se extienden las grandezas del Edén, entre las cuales corre el arroyo de la vida, y la luna brilla bajo su manto!
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Sus extraños ojos, con la inmóvil malicia de una cabra, se clavaron en el desgraciado Stichus, que intentaba limpiarse el pringue de las manos en la túnica barata
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Sin preocuparse por el frío que hacía para ir vestido sólo con la túnica de estar en casa, se sentó en una piedra y contempló la panorámica; no las gradas vacías del Circo Máximo, ni los preciosos templos del Aventino, sino la perspectiva de su persona camino de un horrible futuro, una masa de piel y huesos sin objetivo
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Dentro de Roma, vestían una simple toga blanca, y fuera de ella, una túnica carmesí con un ancho cinturón negro adornado con latón; sobre el hombro izquierdo llevaban los fasces
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Estuvieron echados en aquella túnica durante horas, calentándose mutuamente los cuerpos, sonriéndose embobados, atónitos de haberse encontrado, sin temor por la transgresión, embebidos en el encanto de toda clase de descubrimientos
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Todos los presentes en el tribunal se levantaron cuando entró por una puerta lateral un hombre vestido con una túnica larga