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contemplación de un mar que se dejaba quemar por los rescoldos del crepúsculo, al tiempo
2.
Esta creencia está tan arraigada en el crepúsculo del siglo XX co-mo lo estaba en su albor, por lo que hablar de organización y lucha campesina, entre 1825 y 1850, puede resultar extraño
3.
La generalización de la carta poder se constata, sin dificultad, al observar el comportamiento de su emisión en el crepúsculo colonial: entre 1800 y 1823, se extendieron 311 escrituras, cuya tasa de crecimiento anual ascendió a sólo un 0,9 %; por el contrario, entre 1824 y 1850, se otorgaron 1620 documentos y la tasa de crecimiento fue del 5
4.
Al despertar, en ese momento en quelos juicios de la realidad se confunden con las imágenes mentirosas delsueño y hay en el cerebro un crepúsculo, una discusión vaga entre lo quees verdad y lo que no lo es, el engaño persistía un rato, y Maximilianohacía por retenerlo, volviendo a cerrar los ojos y atrayendo lasimágenes que se dispersaban
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Y ahora, con aquella meditación de crepúsculo, junto a su
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a lasmonjas en la media luz del crepúsculo formando hilera
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la vidamientras el crepúsculo ahuyentaba las sombras de la
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de los astros que iban palideciendo y borrándose en laténue claridad del crepúsculo
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delos cirios, que brillaban con más fuerza en el crepúsculo, veíanse dosfilas interminables de
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del crepúsculo, compuesta de murmullosimperceptibles, de lánguidos suspiros que exhala la
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La melancolía del crepúsculo se apoderaba de Juanito
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Lahora exquisita es el crepúsculo, un poco antesdel regreso de los cazadores
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crepúsculo de la tarde comenzaba á envolver la ciudad en las sombrasprecursoras de
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Era esa hora melancólica del crepúsculo vespertino, anticipadapor el estado de la
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La tarde fenecía y comenzaba el crepúsculo
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Era la hora del crepúsculo, tan suave y melancólica en el
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chimeneas, gozabanlos dos de la frescura del crepúsculo
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en lapenumbra del crepúsculo, á través de las líneas férreas,
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ysilenciosas del crepúsculo, que Martín ama tanto
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sus carnes se amoratabancon el frió espantoso del crepúsculo
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silenciosamenteentre las sombras del crepúsculo
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parecía andar a tientas en lapenumbra del crepúsculo
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crepúsculo que palidecían más allá de lostejados del Palacio real
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ya sobreel fondo pálido del crepúsculo, en las orillas del lago y
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crepúsculo alumbraba de manera extraña la habitación, lascosas,
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ponerse ycomenzaba el crepúsculo
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También el crepúsculo de las aspiraciones
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El débil resplandor del crepúsculo que descendía de los ventanales y lainquieta llama de los
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En la hora sedante del crepúsculo toma un aspecto severo y
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con flores, y en donde en lahora dulce del crepúsculo suena
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en el crepúsculo vivo tinte de oro y desangre
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crepúsculo, y las sombras les sorprendíanmuchas veces en las inmediaciones del canal
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Mientras tanto, comenzaba a nacer el día; el pálido crepúsculo seasomaba tras las
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A pesar de la escasa luz del crepúsculo, cuando aquel hombre estuvo acaballo en la tapia, el
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En ese instante el crepúsculo invadia con su indeciso y vago resplandorlas cosas
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Empezaron á brillar luces en las casas, perforando con sus rojaspunzadas la gasa violeta del crepúsculo
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Al anochecer, el crepúsculo hace ostentación de su magia; el sol tienefantasías, aparece en un
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cruz en la que con frecuenciadanzaba una pálida luz a la sombra del crepúsculo
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moribundos en la horadel último crepúsculo
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disolución delos vapores desleídos en el crepúsculo se borraron
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de jardín á la hora del crepúsculo
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improvisación vaga y tiernainspirada por el crepúsculo
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Fuera de la casa, Ulises aspiraba el viento del crepúsculo,
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crepúsculo, al que no estaban avezados
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palacio, bañándolotodo, a la hora del crepúsculo, en mágicos reflejos
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En la melancólica hora del crepúsculo vespertino su preocupación fue másintensa y
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aliento embalsamado del crepúsculo
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cincoo seis meses, trabajando siempre a la hora del crepúsculo o la del alba,que son las únicas
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rojiza claridad del crepúsculo, se levantaba ante losojos de
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enmedio de un suave crepúsculo, esparcían las madreselvas
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porque la del crepúsculo podía darseafuera por extinguida, un
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iluminado por la tenue claridaddel crepúsculo
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A los primeros fulgoresdel crepúsculo, alabó a Dios en una
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queentraron era la del crepúsculo
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En tal estado, vino el crepúsculo vespertino
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La corta duración del crepúsculo matutino crea la admiración, la delvespertino, los recuerdos
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—La niña, elárbol y el crepúsculo
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Los últimos crespones de la noche fueron replegados por la tenue luzde un corto crepúsculo, y la claridad sustituyó á las sombras conesa potencia, esa vitalidad y esa gigantesca exuberancia con que hacela
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Como protesta de la eterna vida, en el mismo camposanto las malashierbas crecen vigorosas, extienden sus vástagos robustos por el suelo ydan un olor acre en el crepúsculo, tras de las horas de sol; pían lospájaros con algarabía estrepitosa y los gallos lanzan al aire su cacareovaliente, como un desafío
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Entre luces y tinieblas, era el crepúsculo de mi espíritu: un claroscuro, una noche de promesas en la que centelleaban las estrellas y las constelaciones llegadas de las más altas cumbres, pues ella era la forma más bella del mundo
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Decía que, a través de Israel, el tiempo del Mesías es el de todos los días, que no es un acontecimiento pasado ni venidero, evocado por las vanas añoranzas y las esperas estériles, es el hilo que los une entre sí, el momento de la reparación, en cada nuevo amanecer y en cada crepúsculo, son los grandes episodios de la historia los que se repiten como un eco por encima de las ciénagas de silencio en que se encalla el hombre, son los rayos que horadan la vida, que animan el gris de la existencia, iluminan las tinieblas, y la promesa de Dios es el esbozo de ese designio, el retorno del pueblo del largo viaje después del sufrimiento y el mal: Jerusalén
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Las ventanas estaban abiertas de par en par y por ellas penetraba la débil claridad del crepúsculo
63.
Entonces ¿por qué es roja la puesta de sol? El rojo del crepúsculo es lo que queda de la luz solar una vez el aire ha dispersado ya el azul
64.
Dado que la atmósfera es una delgada envoltura de gas, sujeta a la gravedad que rodea a la Tierra sólida, la luz solar debe efectuar una trayectoria más larga y oblicua a través del aire durante el crepúsculo (o el amanecer) que al mediodía
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La luz del crepúsculo lo ha invadido todo
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Una luz áurea que anunciaba el crepúsculo inundó el estudio de Lazarus y tendió una red de reflejos dorados entre ellos
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Al fin zarpamos cuando el crepúsculo alargó las sombras de las ruinas
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Lo sorprendente es que -ahora que nunca me preocupa la hora- percibo a mi vez los distintos valores de los lapsos, la dilatación de algunas mañanas, la parsimoniosa elaboración de un crepúsculo, atónito ante todo lo que cabe en ciertos tiempos de esta sinfonía que estamos leyendo al revés, de derecha a izquierda, contra la clave de sol, retrocediendo hacia los compases del Génesis
69.
De sol a sol nos escoltaron los guacamayos fastuosos y las cotorras rosadas, con el tucán de grave mirar, luciendo su peto de esmalte verdeamarillo, su pico mal soldado a la cabeza -el pájaro teológico que nos ha gritado: ¡Dios te ve!, a la hora del crepúsculo, cuando los malos pensamientos mejor solicitan al hombre-
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abajo, el crepúsculo de la ciudad cuyas
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En las inmediaciones de la llanura empezaba a caer la tarde y después venía el rápido crepúsculo africano, y la noche, siempre angustiosa en esos grandes paisajes, se iniciaba sin transición
72.
Sumido en el trabajo como en un sueño ininterrumpido, sólo conmovido, aunque oscuramente, por las misas vespertinas que iban multiplicándose en la horrible iglesia fría, pero donde el órgano le permitía escuchar una música que oía por primera vez, él, que hasta entonces sólo había conocido estribillos estúpidos, soñando entonces más densa, más profundamente, un sueño poblado de oros cambiantes en la semioscuridad de los objetos y las vestiduras sacerdotales, al encuentro en definitiva del misterio, pero de un misterio sin nombre en el que las personas divinas nombradas y rigurosamente definidas por el catecismo no tenían nada que hacer ni que ver, prolongando simplemente el mundo desnudo en que vivía; el misterio cálido, interior e impreciso que lo inundaba entonces sólo ensanchaba el misterio cotidiano de la sonrisa discreta o del silencio de su madre cuando él entraba en el comedor, con el crepúsculo, y cuando, sola en la casa, no había encendido la lámpara de petróleo, dejando que la noche invadiera poco a poco la habitación, ella misma como una forma más oscura y más densa aún, mirando pensativa por la ventana los movimientos animados, pero silenciosos para ella, de la calle, y el niño se detenía entonces en el umbral de la puerta, con el corazón embargado, lleno de un amor desesperado por su madre y por lo que, en su madre, no pertenecía, o ya no pertenecía al mundo y a la vulgaridad de los días
73.
Todas aquellas generaciones, todos aquellos hombres venidos de tantos países diferentes, bajo ese cielo admirable donde subía ya el anuncio del crepúsculo, habían desaparecido sin dejar huellas, encerrados en sí mismos
74.
Al observar cómo las llamas se elevaban altas en el crepúsculo, Valerio se dio cuenta de lo grande que se había vuelto ahora su responsabilidad
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Y además transcurrían de noche o al comienzo del crepúsculo
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Se dirigió a todos los presentes, que se hallaban agrupados a los pies de la escalinata, una multitud inamovible y a la espera sobre la cual, bajo la luz mortecina del crepúsculo, las columnas del porticado proyectaban largas estelas de sombra
77.
Toda la angustia que se refleja durante el día en los rostros, se resuelve después, en el crepúsculo ardiente y polvoriento, en una especie de excitación rabiosa, una libertad torpe que enfebrece a todo un pueblo
78.
Tarrou insiste, sobre todo, en el modo de permanecer como borrada de la señora Rieux; en su costumbre de expresarlo todo con frases muy simples; en la predilección particular que demostraba por una ventana que daba sobre la calle tranquila y detrás de la cual se sentaba por las tardes, más bien derecha, con las manos descansando en la falda, y la mirada atenta, hasta que el crepúsculo invadía la habitación, convirtiéndola en una sombra negra entre la luz gris que iba oscureciéndose hasta disolver la silueta inmóvil; en la ligereza con que iba de una habitación a otra; en la bondad de la que nunca había dado pruebas concretas delante de Tarrou, pero cuyo resplandor se podía reconocer en todo lo que hacía o decía; en el hecho, en fin, de que, según él, comprendía todo sin necesidad de reflexionar y de que, con tanto silencio y tanta sombra, podía tolerar ser mirada a cualquier luz, aunque fuese la de la peste
79.
¡Había cruzado el puente de estrellas en el crepúsculo azul! ¡Había venido!
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como cera encendida en el crepúsculo,
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Laurie frecuentaba la casa como un espíritu inquieto, y el señor Laurence cerró con llave el piano de cola, que le recordaba a la vecina joven, que tan gratas solía hacerle las horas del crepúsculo
82.
— El hombre a quien te refieres se llamaba Damiens y se ejecutó todo a la luz del sol, en las calles de París; y lo más notable en la gran multitud que lo presenció, fue el gran número de damas de calidad que estuvieron atentas hasta el final, hasta el final, Jaime, que se prolongó hasta el crepúsculo, cuando el desgraciado había ya perdido las dos piernas y un brazo, y aun respiraba
83.
Hasta sus menores detalles saltaban a la vista, gracias a esa limpidez atmosférica que produce la luz poco antes del crepúsculo de la noche
84.
De repente, la quietud del crepúsculo se vio interrumpida por el estallido de un grito de mujer, largo, penetrante y angustioso
85.
El crepúsculo de Anuurn
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Tal vez percibía la oscuridad del crepúsculo que comenzaba
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Hacia el crepúsculo del segundo día Abei, que había dejado a Talmá bajo la protección de los sartos y se había adelantado alguna milla, entraba en la tienda del "beg" plantada frente a la casa de aquélla
88.
A la incierta luz del crepúsculo se veían masas oscuras que se movían a flor de agua
89.
Los últimos resplandores del crepúsculo estaban por desaparecer cuando la ciudad flotante, que continuaba su carrera hacia el sudoeste, se encontró en medio de las primeras algas
90.
Fue él quien les guió, marcha atrás, pasando por Margaritha, cuando tuvieron que desandar lo andado; quien les había hecho detenerse al otro lado del poblado, mientras él y Panayis se deslizaban, protegidos por el crepúsculo, en busca de ropas de campo para ellos; y de regreso, habían entrado en el garaje Abteilung, y arrancado las bobinas de la ignición del coche y del camión del mando alemán —el único medio de transporte de Margaritha—
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Al crepúsculo, los exploradores, con los caballos sudorosos, volvieron a la granja
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Cuando llegó el gélido crepúsculo, se quitó las botas por miedo a gastarlas y siguió caminando descalzo
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Los pocos enanos que se encontraron los miraban en silencio; luego se iban como fantasmas en el crepúsculo
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Eragon llegó a amar Ellesméra por su belleza y su calma, por los elegantes edificios que crecían en los árboles, las encantadoras canciones que resonaban en el crepúsculo, las obras de arte escondidas entre las misteriosas viviendas y la introspección de los propios elfos, mezclada con sus estallidos de alegría
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Saphira se mantuvo en equilibrio aún un momento y los tres quedaron suspendidos entre las estrellas y la Tierra, flotando en el silencio del crepúsculo como espíritus incorpóreos
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En el crepúsculo eterno del sótano, andaban desnudos, desafiando a la humedad y a las corrientes de aire
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Sin embargo, el mismo día en que ella aguardaba su regreso, vio una larga fila de amigos y vecinos que ascendía por la colina y llegaba a la puerta de su casa a la hora del crepúsculo
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El crepúsculo de los dioses
99.
La noche romana de junio, ajena a los sucesos que estaba alumbrando, mezclaba su crepúsculo con el haz plateado que la luna creciente desvanecía sobre la ciudad
100.
La lucha política se fue tornando más aguda y más áspera desde el crepúsculo en que los remolcadores habían llegado, el día del casamiento de Gabriela con Nacib