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altísimo, y se crean relaciones de dependencia respecto del
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Altísimo y su divina voluntad, en la tierra y en el cielo
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corazón el dedo del Altísimo? ¿Si el buen señor,edificado con las homilías del sobrino, tratará de
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al Altísimo gracia y santidadde inspiración, empezó
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consejos del Altísimo en que los ángeles celebran losmisterios
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reyesentonces alzaron la voz en nombre del Altísimo, y dijeron a los pueblos:«No
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ungrado altísimo de calórico, hay regiones enteras que carecen delsuficiente para
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ejemplo de esto, se hallaba en la cumbredel Sinaí conversando con el Altísimo, y la plebe, entre
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todos los queentendieron esta súplica al Altísimo, mientras una
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El enorme contrabandista, montado en un altísimo rocín de musculosa yreluciente
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bajara de las nubes, en forma de bendiciones del Altísimo
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Entramos en un portal altísimo, enlosado de mármol
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y quiera el Altísimo que los negocios leresulten bien, conforme
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acata los designios del Altísimo ycontribuye con sus oraciones al mayor bien y gloria
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ofreciendo dirigir al Altísimo los mas solemnes votos porla felicidad de quien les habia restituido en la
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económico en altísimo grado
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Altísimo, enunión del aterrorizado pueblo, que buscaba refugio
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cuestión entablada entre el Altísimo y los masones, podrácontar el Altísimo con su más valiente
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Y el día siete de enero de mil novecientos cincuenta y cuatro, recibirá un acuse de recibo donde el cardenal Quiroga Palacios Saluda y Bendice a Josefa Rodríguez García y le comunica que ha pedido con el más vivo interés el indulto a que hace referencia en su carta, habiendo recibido la contestación de que el Gobierno estudia con cariño esta petición, y le encomienda al Altísimo este asunto
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Julián Santiso va un par de veces al mes, quizá cinco cada dos meses, al piso que tiene en Santiago, en la calle de Romero Donallo, y que huele a humedad y a marijuana, los dos olores están ya pegados a la paredes y dibujando muy extrañas figuraciones, una nariz, una mujer, una puesta de sol, un ahorcado, allí se reúne con sus compañeros/as de salvación y hablan palabras y palabras, Julián Santiso traza en un papel los mensajes y las órdenes que le dicta el Sumo Arquitecto, su mano es llevada por el mismo Sumo Hacedor y no por ningún siervo mortal, y va dejando su huella sobre el papel, Julián Santiso escribe con los ojos cerrados porque el Altísimo le guía con su sabia y serena benevolencia, Dios dispone de las vidas y las muertes y no titubea jamás, las benditas ánimas del purgatorio ofician de despertador al durmiente que tiene que ir a la oficina, pero no ayudan a ahuyentar los sueños pecaminosos, para ello debe pedírsele ayuda a san Cipriano poniéndose de rodillas entre una vela blanca y un ramo de olivo, después se tomará un baño con veintiún claveles también blancos, agua de colonia, azúcar y amoniaco, todos los aliados son buenos para luchar contra el comunismo y las ideas disolventes, amén, a fines del mes de julio de 1969, mientras don Juan Carlos presta juramento ante las Cortes y los astronautas del Apolo regresan a la Tierra, a los rusos se los llama cosmonautas, Julián Santiso reúne una noche en Santiago a sus más leales seguidores, Salustiano Balado Abeijón, también maestro ínfimo de la Escuela de Albores, caminemos hacia la paz blanca y espiritual, Ana María Monelos, la viuda del joyero que se tiró por la ventana, en una bolsa de seda verde mete un trozo de pergamino con tu nombre escrito en letra redondilla, tres clavos de carpintero de ribera usados, una siempreviva, trece cabellos de tu propia cabeza y una estampa de santa Elena, pídele que aleje de ti la histeria, la neurastenia y el mal de amores, el favor debes pagárselo regalando una cruz de Caravaca a una doncella noble, también Fran o sea Simón Pedro,
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En la habitación irrumpieron dos personas: el altísimo Morbid, que rozaba el dintel de la puerta con su cabeza, y otro hombre más, pequeño y vivaracho
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La señora pensaba poner su nueva casa en altísimo pie de elegancia y lujo, porque
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Después de haber prestado atención algunos minutos sin oír los gritos de los simios, Carmaux y Van Stiller, se metieron resueltamente por entre el altísimo césped y avanzaron con precaución
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Su tiempo pasaba entre la meditación y la lectura, pues el joven letrado que la había asistido le suministró una Vida de Santa Teresa de Jesús y, a petición suya, un ejemplar de la Historia de los leales amantes Teágenes y Clariquea, de Heliodoro; este último oculto entre sus ropas y con la aquiescencia del carcelero al que una bolsa de maravedís había sobornado, pues era consciente de que en aquellas circunstancias no cabía más que esperar y rezar; estaba en las manos del Altísimo y él proveería
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¡Alguien pagaría un altísimo precio por todo aquello!
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—«Hemos trasgredido, Altísimo, hemos obrado mal, y por el pecado dentro del que hemos pecado suplicamos tu clemencia, no abandones a tu pueblo, Señor, en el día de la tribulación y de la tiniebla
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Y sentía Antonio entonces una compasión anónima ante esa seca muerte del vencejo, más inverosímil aún que la de los animales terrestres, porque en el esquema de las pobres alas pobladas de hormigas se contenía, imaginario el altísimo vuelo incesante de los vencejos que duermen en el aire y ahí hacen el amor, mecidos por los cálidos vientos del verano
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Según la indiscutible opinión de los altos prelados romanos, había mentido la doncella (¡faltaría más!), y Giacomo no estaba en condiciones de engendrar (por lo cual hubiera tenido que dar gracias al Altísimo)
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El precio que pagó el Escuadrón fue altísimo
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Como en el caso del Iº/262, el IIº/262 tuvo que pagar un altísimo precio por frenar al enemigo
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En seguida invoqué el nombre de Alah el Altísimo, y
32.
Y en este monasterio, en tal lugar, de tal sitio, hay un subterráneo en el cual hace quince años está encerrado un santo asceta llamado Abdalah, cuyas virtudes son agradables a Alah el Altísimo
33.
"Sabed que he permanecido mucho tiempo en los Santos Lugares, en compañía de hombres piadosos e ilustres, y vivía muy modestamente, sometiéndome a ellos, pues Alah el Altísimo me ha concedido el don de la humildad y la renunciación
34.
¿Quieres venir conmigo a pedir la bendición a los santos ascetas, a los jeiques amados de Alah, a los santones y walíes que están en comunicación con el Altísimo? Conozco a esos walíes, hija mía, y sé el poder inmenso que tienen para hacer milagros y realizar las cosas más prodigiosas en nombre de Alah
35.
Entonces advirtió un concierto de laúdes e instrumentos diversos, acompañados por magníficas voces que cantaban canciones en un lenguaje escogido; y advirtió también píos de aves canoras que glorificaban de modo encantador a Alah el Altísimo; distinguió, entre otros, acentos de tórtolas, de ruiseñores, de mirlos, de bulbuls, de palomas de collar y de perdices domésticas
36.
Y reconfortado con su acto de fe y su abandono a la voluntad del Altísimo, en lugar de arrojarse al agua se dedicó a hacer sus abluciones para la plegaria de la tarde
37.
Pero hasta entonces no fueron tomados en consideración por el Altísimo sus deseos y los de su esposa
38.
Entonces, sin querer que todo aquel tesoro se gastara en cosas fútiles, el sultán resolvió emplearlo en una obra que resultase agradable al Altísimo
39.
¡Gloria al Altísimo que habita un palacio por encima de todos los niveles!
40.
¿Qué os parece, ¡oh padres míos!? Y contestaron ellos: "¡Oh hijo nuestro! tú sabes mejor que nosotros lo que conviene y lo que no conviene, porque el Altísimo ha puesto la ternura en tu corazón y en tu espíritu toda la inteligencia
41.
Cúmplase la voluntad del Altísimo
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-Es burlarse de los designios del Altísimo -afirmó Abarca, atento siempre a entrometer [338] la Divinidad en aquellas danzas
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Parece que han sobornado al Altísimo
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-Pronto, muy pronto, cuando llegue el momento de dirimir en los campos de batalla la cuestión entablada entre el Altísimo y los masones, podrá contar el Altísimo con su más valiente Macabeo
45.
Y di gracias al Altísimo por aquel descubrimiento, aunque ya no tenía fuerzas ni para moverme
46.
Y Goha, que demasiado sabía de dónde caía la bolsa, pero continuaba fingiendo creer en la intervención del Altísimo, se inclinó y recogió el don
47.
Y dijo Goha: "¿Devolverte la bolsa de cien dinares y un dinar que Alah me ha deparado? ¡Oh perro de judíos! ¿es que esta mañana ha fermentado tu razón en tu cráneo? ¿0 acaso piensas que debo dártela como te di la de ayer? En este caso, puedes desengañarte, porque ésta la guardo por miedo a ofender al Altísimo en Su Generosidad para conmigo, que soy indigno de ella
48.
Luego, alzando la cabeza, le dijo: "¡Oh hijo de Abderrahmán! (¡Alah colme al difunto con Sus gracias!) Sabe que distribuir a manos llenas el oro y la plata a los necesitados es, sin duda alguna, una acción de las más meritorias a los ojos del Altísimo
49.
Por eso ha dicho Alah el Altísimo, por boca de su Profeta bendito (¡con él la plegaria y la paz!) ; "¡Oh creyentes! haced limosnas con las cosas mejores que hayáis adquirido, porque no alcanzaréis la perfección hasta que hagáis limosnas con lo que más queráis
50.
Y puede que lo sea, porque pone usted en duda la excelsa sabiduría y el supremo criterio con que el Altísimo decide las querellas de los hombres, haciendo prevalecer a los buenos sobre los malos
51.
El acto tenía por objeto impetrar del Altísimo el remedio del mal humano, pidiéndole expresamente que pusiese fin a las discordias que hacían de su elegido Reino un campo de Agramante
52.
Sin poseer nunca la elevación mental [38] que su puesto reclamaba, se murió entrado en años aquel hombre duro, que fue la mitad de un gran dictador, poseyendo en altísimo grado las cualidades del gesto bravucón y de la rapidez del mando, y desconociendo en absoluto la psicología indispensable para guiar a un pueblo
53.
Apenas tomó posesión el tal de su altísimo cargo, le enteró la envidia de que su antecesor me había dispensado de ir a la oficina, con excepción de los días de la sacra nómina, y al punto mandó un recadito a mi hermano ordenando que me presentase en mi puesto, pues había pendiente [113] gran balumba de trabajo que exigía las inmediatas funciones de todo el personal de la dependencia
54.
Y en el otro corrillo oyó a don Saturno: «Querido Guisando: eso que usted dice es un insulto a la Divina Providencia, y una burla de los designios del Altísimo
55.
Porque el Altísimo permite que haya pobres, y los pobres y miserables lo son porque así les conviene
56.
Y por cierto que se rumora que parte del problema de los cuerpos surgió en las altas esferas cuando Zeus, que andaba suelto por ahí, empezó a acechar doncellas con el ánimo muy amistoso aunque totalitario de fecundarlas y que debido a eso las autoridades habían tenido que abolir los cuerpos para evitar los penosos incidentes que suelen protagonizar de cuando en cuando las bestias alocadas que llamamos dioses, y que los hay de toda catadura, sexo, estirpe y condición, y que en lugar de estar a buen resguardo en los zoológicos celestiales andan pavoneándose por allí dizque amparadas en la inmunidad que les otorga su condición de deidades antiguas y en la tolerancia que les depara un Altísimo que aparentemente no se digna descender del trono a solucionar semejantes nimiedades
57.
Ya sabría yo montar todo un equipo de habitantes solidarios con los compañeros en la desgracia, ya sabríamos llegar a ellos, ya haríamos una expedición salvadora, ya vendríamos al rescate… Pero no, quizás habría que pensarlo un poco mejor, porque ¿qué tal que fuesen réprobos inencontrados? ¿gentes que estuvieran tratando de refugiarse, de evadirse a las miradas del Altísimo? Entonces cualquier medida extrema los traicionaría y seríamos causa de su perdición
58.
Y aunque se le dio una bienvenida de altísimo dignatario, puesto que la parte pacifista de las autoridades confiaba todavía en un arreglo pacífico, la mayoría no se hacía falsas ilusiones y sabía que esto iba a terminar igual que un millón de años atrás, con una pelotera estruendosa y, quién sabe, de pronto el ganador, fortalecido tras eras enteras de maleza y maldad, fuera esta vez el ganador
59.
–¡Desea el Altísimo declarar a todos los vientos que la Creación se ha cumplido! ¡Viva la Creación!
60.
Pero así son los desginios del Altísimo, inescrutables e incomprensibles -y se sacudió a sí mismo con todo su escepticismo y el asombro tranquilo de que las cosas sean como son y no de otro modo distinto
61.
Por supuesto que pudo y esta teoría, aunque débil en su desarrollo, por eso me ramente la mencionamos, atestiguaría la fina sensibilidad del Altísimo dispuesto a adoptar como suyo el hijo fruto de un estupro
62.
Iglesia, que es Dios mismo, respalda con su autoridad las monumentales pifias de una de sus criaturas (san Jerónimo, el traductor)? Una vez más debe advertir el lector que los designios del Altísimo son inescrutables
63.
–¡Alabado sea el Altísimo!, ¡qué estatura tienen los jóvenes de hoy en día!
64.
Hemos dejado para el final la más milagrosa de las copias, la del convento de Laura, en Valladolid, irrefutable testimonio de estrecha colaboración entre el Altísimo y la Casa de Alba:
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Por la puerta de la cocina surgió Pierre Lesac, altísimo como una aguja de catedral y con los labios convertidos en lápidas
66.
El techo, altísimo, daba una sensación de espacio que aligeraba un poco el estilo retro de la construcción
67.
Era un hombre altísimo, espléndido, con el cuerpo endurecido por el trabajo y las piernas tan recias que parecían rocas cuando les pasaba la mano por encima
68.
¡Ay de mí cuando sea llamado a la presencia del Altísimo! Seré juzgado y severamente condenado no por lo que he hecho, sino por lo que no he hecho
69.
El viejo marino les condujo a los pies de un altísimo acantilado
70.
–En nombre de Dios, el Altísimo, el Misericordioso y el Compasivo, levantamos esta puerta, la puerta de la Fe, el año de la hégira del Profeta cuatrocientos treinta y seis, en nuestra serena y piadosa ciudad de Balansiya…
71.
Los presentes entonamos las oraciones y el nombre del Altísimo, una y otra vez, y todavía muchas más
72.
Hacía mucho tiempo que Min había dejado a un lado todo sentido del decoro por lo que se refería a su altísimo pastor
73.
–¿Y las mujeres, Altísimo? ¿Cuáles son los deseos del Dios Fuego, vuestro Padre, en relación a ellas?
74.
La persona que se escondió entre las butacas estaba en un estado de shock emocional, su nivel de estrés era altísimo; por eso se produce la percepción extrasensorial, porque hay alguien que desprende algún tipo de radiación o energía psíquica tan intensa que puede ser captada incluso años después de que haya sido liberada
75.
Es inútil empeñarse en comprender los designios del Altísimo en nuestro tiempo en la tierra, pues su sabiduría no está al alcance de talentos tan cortos
76.
En los dos bandos el porcentaje de bajas entre los oficiales es altísimo, a semejanza de lo que sucediera en la primera guerra mundial
77.
Y la tierra, altísimo Señor, la posees ya
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–Bien de salud, gracias al Altísimo
79.
Procedente de noble cuna, muy pronto escuchó la llamada del Señor y no dudó en abandonar la comodidad del hogar familiar para cumplir a rajatabla con los designios del Altísimo
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En aquella campaña no iban a participar reclutas primerizos; afortunadamente, ningún viejo legionario podía soportar más de un año de paz y de tranquilidad, y el índice de reenganches era altísimo
81.
Resguardado del viento y del mal tiempo por un muro altísimo, aquel jardín no dejaba de tener su atractivo
82.
La trascripción de las conversaciones que ha mantenido con la Schautz indican un altísimo grado de compromiso ideológico con el anarquismo postmarcusiano
83.
¡Un castigo para quienes desafían al Altísimo…!
84.
Cuando el carruaje podía pasar por la abertura, el cochero hizo señas a Pedro para que subiera y pudiesen entrar en el patio de la prisión con la debida ceremonia, pero el altísimo gobernante ya se había adelantado a grandes pasos y estaba llamando al jefe de los carceleros
85.
Yo creía que no estaba en condiciones de hacerse a la mar… Pero parece que sí, porque el dueño del Moana quiere alquilarla por varias semanas… Se habla del precio altísimo que ofrece
86.
Cuando los seis estuvieron sentados, inclinaron la cabeza para pedir gracia, mientras Mahlon pasaba revista al funesto estado del mundo y rogaba al Altísimo que perdonase los pecados que sus cuatro hermanos menores hubiesen podido cometer durante el intervalo transcurrido desde la comida
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Si no, dígame vuesa merced, ¿por cuál de las mentecaterías que en mí ha visto me condena y vitupera, y me manda que me vaya a mi casa a tener cuenta en el gobierno della y de mi mujer y de mis hijos, sin saber si la tengo o los tengo? ¿No hay más sino a trochemoche entrarse por las casas ajenas a gobernar sus dueños, y habiéndose criado algunos en la estrecheza de algún pupilaje, sin haber visto más inundo que el que puede contenerse en veinte o treinta leguas de distrito, meterse de rondón a dar leyes a la caballería y a juzgar de los caballeros andantes? ¿Por ventura es asunto vano o es tiempo mal gastado el que se gasta en vagar por el mundo, no buscando los regalos dél, sino las asperezas por donde los buenos suben al asiento de la inmortalidad? Si me tuvieran por tonto los caballeros, los magníficos, los generosos, los altamente nacidos, tuviéralo por afrenta inreparable; pero de que me tengan por sandio los estudiantes, que nunca entraron ni pisaron las sendas de la caballería, no se me da un ardite: caballero soy y caballero he de morir, si place al Altísimo
88.
—Mi amigo está ahora sentado a la derecha del Altísimo, entre los justos y los mártires
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Llevaba un traje de color claro e incluso desde la planta catorce se apreciaba que era altísimo
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En un semáforo, veo a un hombre que está delante de la vitrina de Gucci, mirando detenidamente el precio de unos zapatos de tacón altísimo
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Otros cortaban ramas y las lanzaban sobre el camino gritando: «¡Hosanna! i Hosanna al Altísimo!» en todo el camino hasta las puertas del Templo
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Entonces, con una sorprendente exhibición de fuerza, el altísimo Balinor se lanzó al otro lado del vestíbulo y empujó un enorme pilar de piedra, en cuya parte superior estaba fijada una urna de metal
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En ese momento llegaron a la entrada del paso de la montaña; fragmentos del altísimo Filo del Cuchillo empezaban a desprenderse y a caer, resquebrajándose en grietas profundas mientras los temblores retumbantes continuaban sacudiendo la tierra
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El barco no era tan importante como su nombre: un enorme carcamán al madera con un mástil altísimo
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Las otras cinco se habían quemado, habían quedado enterradas o habían desaparecido cuando la gran columna blanca de un rayo destrozó el altísimo roble que se alzaba en medio del campamento de los bandidos
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¡Y ahora quiere engatusarme con la peripecia de que habrá sucesión! ¡Qué gracia' ¡Pues si eso lo contaba yo como seguro, con cien mil pares de ñales! ¡Si es el hijo mío que vuelve, por voluntad mía, y decreto del santo Altísimo, del Bajísimo, o de quien sea!
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Justo encima de él estaba el que iba a dejar aún más boquiabiertos a los espectadores, un tal Clístenes, a quien la gracia de los tiranos había permitido volver a Atenas y retomar su altísimo cargo