1.
Pero aunque la intervención del presidente fue cortés y comedida, elgeneral no quiso añadir una frase más, en bien ni en mal, a las quehabía pronunciado, y se sentó de pronto con los bigotes erizados yenseñando los dientes, como un mastín después de haber llevado unapaliza
2.
aludiendo al glorioso Hernán Cortés, de quienprocedía el título de la Marquesa, dice á
3.
De la herencia de Cortés,
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que fueron forjados y que tuvieron el Cid, el Gran Capitán, elduque de Alba, Cortés y
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fuera del corbatín; searrimó al grupo y saludó muy cortés a los
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se entiende:la relación, hasta galante y cortés, del caso que se
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eterno don Basilio, nadie correspondió atan cortés invitación
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Lo cortés y comedido de la conversación y la ausencia de
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el rey deseos de ver las cartas de Hernán Cortés, dePizarro, de Almagro y de los
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puesto que no huye ni se esquiva de lacompañía y conversación de los pastores, y los trata cortés
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valiente, comedido, liberal,bien criado, generoso, cortés, atrevido, blando, paciente, sufridor
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y cortés con todos, yno se pusiere en cuentos con aquellos que por antigüedad son nobles, tenpor
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sino el de la virtud, siendoafable, bien criado, cortés y comedido, y oficioso; no soberbio,
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ha aprendido los términos de la cortesía en la escuela devuesa merced, que es el más cortés y
15.
Lo cortés noquita lo valiente; y, por lo tanto, se dirigen al recién
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ciudad, gloria de Hernán Cortés y joyade España en las Indias,
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Pantaleón estuvo digno y cortés
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miartículo, en El Liberal, ha sido de modo tan cortés y tan lisonjero,que me
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amabilidad, de la cortés blanduraque ponía en sus réplicas y de
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Esta embajada tan cortés, dice Pachimerio que fué por el miedoque tuvieron del ejército de Miguel Paleólogo, que se habia juntado parareprimir su atrevimiento y osadía
21.
satisfaccion por parte de la señoria, y con esto pareció quela respuesta tan cortés que dieron al rey, fué para que en este medio elrey mandáse á los catalanes que no innovasen por el camino de las armascosa contra
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[1] Cortés y López
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Isidora vivía en el 23 de la calle de Hernán Cortés
24.
llegó Cortés con susespañoles, venció a los aztecas con la ayuda
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Rafael Gerónimo Cortés, como los anteriores
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Isabel Cortés y Forteza, como los anteriores
27.
Isabel Cortés, álias Caleñas, como los anteriores
28.
Ana Cortés, mujer de Juan Odon Piña, platero, como los anteriores
29.
Juan Antonio Cortés, como los anteriores
30.
Agustín Antonio Cortés, como los anteriores
31.
Agustin Cortés de Gabriel, botiguero, como los anteriores
32.
Agustin Salvador Cortés, botiguero, como los anteriores
33.
Miguel Angel Cortés, botiguero, como los anteriores
34.
Miguel Melchor Cortés, botiguero, como los anteriores
35.
Rafael Cortés de Gabriel, botiguero, como los anteriores
36.
—Confiscación de bienes de Thereza Cortés
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Cortés, don Juan deAustria
38.
Más minucioso Cortés que el otro, trata de la construcción de
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Martín Cortés lo describe con la minuciosidad que los
40.
Hernán Cortés, en
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Hízosele muy cortés recibimiento, y los que no pudieron agasajarle a élagasajaron a la Chula y
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reservando para la señora una cortés deferencia; para
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convirtiendo ensúplica cortés la amenaza del Conde, y en
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puntoafirmativamente Neluco y yo, por cortés delegación de
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Cortés y mesurado en
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presencia un cortés silencio a losmaldicientes evitaba los comentarios sobre su
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hasta los brazos de la gran señora, y se veíatratado con la fría y cortés consideración
48.
Vio Lucía sin disgusto al cortés y afable Miranda, y reparó con puerilcuriosidad el aseo de su
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orgullosa satisfacción del señorJoaquín, en la infantil frivolidad de la novia, en la cortés y
50.
–Debéis tener en cuenta la altura, la distancia y la lluvia, sir Bayard -explicó de modo cortés mientras él y Raphael empulgaban la flecha y ajustaban la cuerda, inclinando ligeramente el arco
51.
Los caballos y las armas de fuego, incluyendo "el gran cañón Lombardo" fueron elementos importantes en la completa derrota infligida por Cortés
52.
Recordemos a Colón y los arawaks, a Cortés y los aztecas, incluso el destino de los dingit en las generaciones posteriores a La Pérouse
53.
En las propias memorias de Arbatov aparece la siguiente nota, por demás cortés:
54.
—Va usted a estarse quieto —dijo el cortés inspector Mansus—, pues, de lo contrario, me obligará a recurrir a la violencia
55.
Se sabe que habría testificado Eva Cortés, quién negó los hechos
56.
De Eva Cortés se supo que luego de los hechos de octubre del 1975 trabajó varios años en una empresa de seguridad del general Manuel Contreras, el fundador de la fatídica Dirección de Inteligencia Nacional, (DINA)
57.
— ¿Se conocían de hace mucho, señor? — el tono había virado ligeramente al respeto cortés y dispuesto a la sumisión
58.
El proceso ha comenzado con algo que no tiene nada que ver con Arthur; el juez, un hombre cortés y de aspecto casi humano pese a ir ataviado con la tradicional toga escarlata y la peluca blanca, se ha dirigido a los miembros del jurado durante un buen rato para informarles de sus derechos y deberes
59.
Hizo una inclinación cortés
60.
Y contóle el escrutinio que dellos había hecho, y los que había condenado al fuego y dejado con vida, de que no poco se rió el canónigo, y dijo que, con todo cuanto mal había dicho de tales libros, hallaba en ellos una cosa buena: que era el sujeto que ofrecían para que un buen entendimiento pudiese mostrarse en ellos, porque daban largo y espacioso campo por donde sin empacho alguno pudiese correr la pluma, descubriendo naufragios, tormentas, rencuentros y batallas; pintando un capitán valeroso con todas las partes que para ser tal se requieren, mostrándose prudente previniendo las astucias de sus enemigos, y elocuente orador persuadiendo o disuadiendo a sus soldados, maduro en el consejo, presto en lo determinado, tan valiente en el esperar como en el acometer; pintando ora un lamentable y trágico suceso, ahora un alegre y no pensado acontecimiento; allí una hermosísima dama, honesta, discreta y recatada; aquí un caballero cristiano, valiente y comedido; acullá un desaforado bárbaro fanfarrón; acá un príncipe cortés, valeroso y bien mirado; representando bondad y lealtad de vasallos, grandezas y mercedes de señores
61.
De mí sé decir que, después que soy caballero andante, soy valiente, comedido, liberal, bien criado, generoso, cortés, atrevido, blando, paciente, sufridor de trabajos, de prisiones, de encantos; y, aunque ha tan poco que me vi encerrado en una jaula, como loco, pienso, por el valor de mi brazo, favoreciéndome el cielo y no me siendo contraria la fortuna, en pocos días verme rey de algún reino, adonde pueda mostrar el agradecimiento y liberalidad que mi pecho encierra
62.
Si no, díganme: ¿quién más honesto y más valiente que el famoso Amadís de Gaula?; ¿quién más discreto que Palmerín de Inglaterra?; ¿quién más acomodado y manual que Tirante el Blanco?; ¿quién más galán que Lisuarte de Grecia?; ¿quién más acuchillado ni acuchillador que don Belianís?; ¿quién más intrépido que Perión de Gaula, o quién más acometedor de peligros que Felixmarte de Hircania, o quién más sincero que Esplandián?; ¿quién mas arrojado que don Cirongilio de Tracia?; ¿quién más bravo que Rodamonte?; ¿quién más prudente que el rey Sobrino?; ¿quién más atrevido que Reinaldos?; ¿quién más invencible que Roldán?; y ¿quién más gallardo y más cortés que Rugero, de quien decienden hoy los duques de Ferrara, según Turpín en su Cosmografía? Todos estos caballeros, y otros muchos que pudiera decir, señor cura, fueron caballeros andantes, luz y gloria de la caballería
63.
¿Quién piensas tú que arrojó a Horacio del puente abajo, armado de todas armas, en la profundidad del Tibre? ¿Quién abrasó el brazo y la mano a Mucio? ¿Quién impelió a Curcio a lanzarse en la profunda sima ardiente que apareció en la mitad de Roma? ¿Quién, contra todos los agüeros que en contra se le habían mostrado, hizo pasar el Rubicón a César? Y, con ejemplos más modernos, ¿quién barrenó los navíos y dejó en seco y aislados los valerosos españoles guiados por el cortesísimo Cortés en el Nuevo Mundo? Todas estas y otras grandes y diferentes hazañas son, fueron y serán obras de la fama, que los mortales desean como premios y parte de la inmortalidad que sus famosos hechos merecen, puesto que los cristianos, católicos y andantes caballeros más habemos de atender a la gloria de los siglos venideros, que es eterna en las regiones etéreas y celestes, que a la vanidad de la fama que en este presente y acabable siglo se alcanza; la cual fama, por mucho que dure, en fin se ha de acabar con el mesmo mundo, que tiene su fin señalado
64.
Lo que quisiera olvidar es la conducta poco cortés con que parte del público demostró su incomprensión
65.
ELLA: Abandonaron sus naves y se quedaron allí, como un obstinado Cortés, silencioso en lo alto de un pico de Darién como en el poema de Keats, con toda la panorámica del planeta ante ellos, y…
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Dándose cuenta de este silencio, que ya resultaba poco cortés y saliendo con gran esfuerzo de su ensimismamiento, dijo:
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Hilfy, sé cortés
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–¿Te encuentras bien, Skkukuk? – Una pregunta cortés
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Estuvo muy deferente y cortés al explicar su comisión
70.
Le era posible leer, en el cortés semblante de Stephen, en la abstraída mirada, cuáles eran sus recuerdos, lo que estaba pensando de aquella mujer, ¡de la mujer a la que acababa de dejar!
71.
Kemp es un hombre cortés
72.
- Ya sé que eres siempre cortés y amable con ella
73.
Esta teoría fue recibida en medio de un cortés silencio
74.
Se mostró cortés, persuasivo, y misterioso
75.
¿Cómo se llama? ¡Ah, sí! El pasante del señor Lucas -su acento era cortés, pero el hombre no parecía nada interesado, y sólo absorto en alguna abstracción interna
76.
Su rostro, cortés y desprovisto de toda expresión, era uno de los que se encontraban por decenas en aquel aristocrático barrio de Londres
77.
Aunque algo sorprendido, Lucas expresó su complacencia con una frase cortés
78.
-Tengo la sensación de que me estoy entrometiendo en su trabajo -decía sir Henry con su cortés sonrisa-
79.
Monsieur Poirot se mostró muy afable y cortés, insistiendo en que el señor Mitchell siguiera con su cena y deshaciéndose en cumplidos con la señora Mitchell, que lo contemplaba boquiabierta
80.
Se limitó a replicar en el mismo tono displicente y cortés:
81.
En cuanto se halló en el interior del subterráneo, que la antorcha seguía iluminando, se quito su manto y, tras cambiar un cortés saludo con Perpignano, se aproximó al momento al colchón donde yacía la duquesa de Éboli, que se encontraba despierta
82.
El tono del inspector expresaba cortés incredulidad
83.
Julia masculló una expresión continental muy poco cortés y se dirigió a la puerta principal
84.
Saludó a Richard con afabilidad y mantuvo una conversación cortés
85.
La observó mientras paseaba entre los ancianos, risueña y cortés con todos, especialmente con aquellos que estaban enamorados de ella
86.
Ella siguió mirando a Saphira y después hizo una reverencia cortés y preguntó:
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Sus anfitriones observaban aquellos bienes de dudosa utilidad con una sonrisa cortés y aceptaban comprarlos para no ofenderlo, pero muchos no tenían cómo pagarle, porque rara vez disponían de dinero
88.
La observó por un par de semanas y cuando estuvo segura del diagnóstico, llamó a Blanca Trueba a su despacho y le explicó, en la forma más cortés que pudo, que la niña escapaba por completo a los límites habituales de la formación británica y le sugirió que la pusiera en un colegio de monjas españolas, donde tal vez podrían dominar su imaginación lunática y corregir su pésima urbanidad
89.
Tras abrir la cancela, dejar el paso franco y preguntarle su nombre y condición, lo acompañó al interior de la casa y luego de hacerlo esperar en el recibidor y anunciarlo lo hizo pasar a una agradable estancia donde se encontraba un caballero de mediana edad; el hombre se hallaba tras una mesa y al verlo se levantó presto de su asiento y se llegó hasta él en una tesitura afable y cortés
90.
No soy capaz de reconstruir con precisión las circunstancias de aquel descubrimiento porque no tenía la costumbre de sentir nada parecido y sí muy arraigado el hábito de sonreír, con una simpatía cortés, bienintencionada, ante las declaraciones universales, totalitarias, metafísicas y terminales de mi hermano Julio, de mis amigos, de las amigas de mi mujer
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Y tras un cortés saludo Martí abandonó palacio con el alma henchida de gratitud
92.
Tuísca fue la providencia divina, llevó al humilde director ante el comisario (para obtener que se los eximiera del impuesto cobrado por la policía), ante Juan Fulgencio (para impresión de los programas a crédito); ante don Cortés, del "Cine Victoria" (préstamo sin cobro de alquiler, de las viejas sillas amontonadas luego de la remodelación del cine), al(malafamado boliche) "Caña Barata", en la calle del Sapo para contratar, según su consejo, los ayudantes entre aquellos malandrines; y había asumido el papel de criado en la pieza "La hija del payaso" (el artista que antes lo desempeñara, abandonó carrera y sueldo por un mostrador de almacén)
93.
Con un cortés saludo, el capitán giró sobre sus talones, trepó a su jeep, y regresó a su puesto y a su trabajo de revisar todos los informes de la DMZ y enviarlos luego a Seúl
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Starhouse se sentía tan disgustado por esa insistencia (a pesar de que su amo siempre era amable y cortés) que dejó el empleo
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Después dije, paciente y cortés (al fin y al cabo había disfrutado de una cena maravillosa): —Escuche, señor Perlman
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A Ciri le pareció que un tanto más profunda y cortés de lo que requería la cortesía convencional
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Bartok fue bastante cortés al atender a Morgan, pero su cortante respuesta dejó bien en claro cuál era su opinión sobre los aficionados que metían baza
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Pensaba en el contraste entre la amabilidad de esa señora desconocida y el desprecio cortés de mis tías abuelas hacía un rato
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Y ahora, en la playa y bajo el amable sol, Hiro-matsu hizo una cortés reverencia, odiando su propia duplicidad
100.
Fujiko estaba en la galería, encerrada de nuevo en su cortés y sonriente cáscara