1.
El gran Apóstol Pablo
2.
El apóstol Pablo en la carta a los Romanos
3.
«Es idea mía—prosiguió la otra con la inspiración de un apóstol y laaudacia criminal de un anarquista—
4.
apóstol, un ejemplo de esa viva armonía?
5.
interpretación en contrario,que el apóstol se creía inmortal, que cuantos profesasen en la fe deCristo se harían inmortales, y que el Salvador volvería a establecer elreinado de la felicidad sobre la tierra para sus fieles, lo que élllamaba la
6.
Santiago apóstol diz' que todo bien conplido
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Apóstol, que ellos llaman
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quizá fe tibia:ellos, como quería el Apóstol, juntan las obras a la
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aquel apóstol delos mares
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caracteres retratados en la carta del Apóstol aTimoteo; su
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aquel sonconcernientes a la vida y martirio del santo Apóstol:
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apóstol y el precursor de un nuevoRenacimiento
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apóstol elocuente del progreso
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larealidad, el apóstol de todo lo extravagante, ficticio y
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la paz y gozo delcorazón, vió Roma tal día como éste entrar al apóstol San Juan en
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, apóstol de las ideas más disolventes yextravagantes
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Así las gentes le adoraban y le bendecían, y él paseaba por los campossu conciencia pura, con la santa simplicidad de un apóstol del Bien,convencido y ferviente
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militar del Apóstol contra sus enemigos
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un apóstol, y como losapóstoles estorban mucho a los ministros de la Gobernación, el
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iconoclasta del vicio, apóstol de la virtud yheresiarca de las tinieblas que envuelven la
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puedoolvidar lo que dijo el apóstol San Pablo
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en el buenSan Pablo, había prometido al gran apóstol dar un
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en un aprieto al pelearcontra los indios, aparecíaseles el apóstol
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Carlos Marx, y es el apóstol de los que quierenquitárselo a
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predicaciones del apóstol Santo Tomás que hastaél había llegado, pero imaginaban también que
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No hallaría jamás enél al apóstol de gran elocuencia y
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se valían el apóstol Santiago, los obispos de laEdad Media, D
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13 Porque á vosotros digo, Gentiles: por cuanto pues yo soy apóstol de los
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1 PABLO, apóstol de Jesu-Cristo por la voluntad de Dios, á los santos y
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1 PABLO, apóstol de Jesu-Cristo por la voluntad de Dios, segun la promesa de
31.
11 Del cual yo soy puesto predicador, y apóstol, y maestro de los Gentiles
32.
1 PABLO, siervo de Dios, y apóstol de Jesu-Cristo segun la fé de los
33.
1 PABLO, apóstol de Jesu Cristo por la voluntad de Dios, á los santos queestán en Efeso, y fieles en Cristo
34.
7 Del cual yo soy puesto por predicador y apóstol, (digo verdad en Cristo,
35.
1 PABLO, apóstol de Jesu Cristo por la voluntad de Dios, segun la promesa de
36.
11 del cual yo soy puesto predicador, y apóstol, y maestro de los Gentiles
37.
1 PABLO, siervo de Dios, y apóstol de Jesu Cristo, segun la fé de los
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1 POR tanto, hermanos santos, participantes de la vocacion celestial,considerad el Apóstol y Pontífice de
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Apóstol, el de Santa Rosa, elde la Anunciación, el de la
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riqueza yhermosura, cual las pinta el apóstol San Juan en su
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paraentibiar el celo ardiente de un apóstol; y así, respondiéndole
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Tienen algunos vislumbres de la predicación del apóstol Santo
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Apóstol San Pablo,estaban siempre alegres y con una boca de
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El que ama el peligro, perecerá en él, dice el apóstol
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algunos tienen que atravesó un Apóstol por esta tierra, ydel templo que hay en
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traidor, tal vez un asesino; él es el misionerodel alma, el apóstol de la verdad, el astro de la vida, el cáliz de larevelacion; un cáliz donde se custodia una chispa del pensamientoprovidencial que mide y gobierna el
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un sábio, áun santo, á un apóstol, á un héroe, á un poeta; es decir, á un prodigio
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Alcalde que en una de las quintillas lo habían comparadocon el apóstol Santiago, y si hubiese llegado á oídos del cura, que enotros cinco que se titulaban versos, lo llamaban hermosísimo pastor,de seguro va á la cárcel el Directorcillo
49.
Pero, de súbito, los batientes se abrieron con estrépito y en una nube de incienso apareció el Apóstol Santiago, hijo de Zebedeo y Salomé, montado en un caballo blanco que los fieles llevaban en hombros
50.
Al fin, la figura de Santiago Apóstol, el de Campus Stellae, sombreado por un palio de terciopelo raído, volvió a engolfarse en el templo, cuyas puertas se cerraron con rudo encontronazo de los batientes sobre un tembloroso escarceo de luminarias y cirios
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por el Apóstol Santiago,
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La necesidad de que ese mensaje pudiera ser entendido por todos los pueblos sin excluir a la potencia romana se encontró muy relacionada con la presuposición sobre la que gira la acción de esta novela, es decir, que el Evangelio de Marcos fue sustancialmente una recopilación de predicaciones de Simón Pedro que su intérprete había escuchado vez tras vez a lo largo de los años de actividad misionera y pastoral del apóstol
53.
Había publicado, hasta entonces, un solo libro: El hermano menor, y cuidaba, creo, en España, una edición de las obras completas de Martí, el delicado poeta apóstol de la libertad de su patria
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Y en su trabajo de reformador y apóstol de muchas obras buenas, había demostrado que tenía un buen par de ojos en la cara
55.
Cogió una cucharita de las que tienen en el mango un Apóstol repujado y con destreza quitó la figura
56.
Con esa voz de razón y autoridad que nadie resistía, se dirigió a los soldados para honrar el valor de cada uno, sobre todo de los que murieron combatiendo, y dar gracias al apóstol Santiago por haber salvado al resto de la gente
57.
Envió mensajeros a las ciudades anunciando que en menos de cuatro meses, con ayuda del apóstol Santiago y Nuestra Señora, se había dado maña para imponer paz en esa tierra
58.
Durante esa noche y el día siguiente, los españoles aguardaron el ataque del enemigo sin dormir, metidos en las armaduras y empuñando sus armas sin que éste diese señales de vida, hasta que por fin se convencieron de que no volverían y, de rodillas en el patio, dieron gracias al apóstol por tan extraña victoria
59.
Nicolás se burlaba de sus inquietudes sociales, alegando que sólo un tonto con vocación de apóstol podía salir por el mundo a buscar la desgracia y la fealdad con un cabo de vela
60.
Hablaba en inglés -con subtítulos-, con la calma de un académico y la convicción moral de un apóstol, explicando las razones de justicia que lo impulsaban en la misión de rescatar la corona de Moctezuma, símbolo de la dignidad y tradición del pueblo azteca, secuestrada por el imperialismo europeo
61.
Noches y noches de piernas que sobresalen del diván y la almohada que se me escapa de la cabeza, y de vez en cuando mi tío irrumpía en la sala anunciando el Fin del Mundo y la Resurrección de la Carne, y ordenándome que me arrodillase para pedirle al mártir Esteban que se compadeciese de mí, hasta que mi madre lo amenazaba con internarlo en la Mitra, y el apóstol se encerraba en el dormitorio, bendiciendo el universo con la palma delgadísima
62.
y yo noté que los frailes habían lustrado los zapatos del profeta, domado a fuerza de brillantina las guedejas de apóstol y cubierto las piernas con pantalones almidonados, mientras el enfermero, llamando a mi padre, le entregaba una cajita de comprimidos,
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¡Hermosa y teatral acción, tan decisiva y brillante para los españoles, que algunos pudieron creer reproducida la milagrosa intervención del Apóstol Santiago!
64.
En este punto, el soñador no era moro ni cristiano, sino un vulgar espíritu crítico, que diputó el engrandecimiento de la figura del Conde de Reus como un efecto subjetivo en la retina y en el alma de los combatientes embriagados por la lucha, y esta idea le llevó prontamente a ver claro que la aparición del Apóstol Santiago en Clavijo fue un caso semejante
65.
Unos se reían de esto, y otros no; pero entre burlas y veras, Binondo hacía el apóstol o el misionero laico, no sin cierto desdén y escama del venerable capellán don José Moirón
66.
Por eso hizo fuego espaciándolo cuanto pudo; derribó a otro corsario, que cayó fuera de su vista, y al cabo, cuando vació el postrer apóstol e hizo el último disparo contra un enemigo que se había acercado hasta ocho o diez pasos, tronchándole una pierna —sonó como el chasquido de una rama rota—, dejó el arcabuz en el suelo, requirió la espada y aguardó, resignado, a que llegaran hasta él
67.
que miles de peregrinos recorren siguiendo una de las colas de la Vía Láctea, es el Camino del Apóstol Santiago, Apostolus Christi Jacobus, en España
68.
Durante los primeros días de aquel mes de agosto de 1317, ayudados por la lectura de una bellísima copia hecha por los monjes de Ripoll del Liberperegrinationis del Codex Calixtinus 8 , preparamos meticulosamente cada detalle de nuestro próximo viaje a la tumba del Apóstol Santiago en tierras de Galicia
69.
Tras mucho pensar, y para no retorcer en exceso la cuerda de la mentira —ya llegaría la hora de hacerlo a conciencia—, yo me convertí en aquello que hubiera llegado a ser de forma natural de no haber seguido los dictados del espíritu y el conocimiento, es decir, me convertí en el caballero Galcerán de Born, segundo hijo del noble señor de TaradelL, viudo reciente de una prima lejana, que peregrinaba hasta el solar del Apóstol en compañía de su primogénito, García Galceráñez, para pedir perdón por antiguas faltas cometidas contra su joven y fallecida esposa
70.
El Camino del Apóstol tuerce a la izquierda a la salida de Eneriz para llegarse hasta la capilla de Eunate
71.
Pero cuando ya desesperaba de no hallar nada digno en aquel execrable lugar, ahogando mis arriesgados planes en una ciénaga de vacilaciones provocadas por el ambiente, el carruaje, torciendo por una calleja miserable, enfiló de lleno hacia la deslumbrante basílica del Apóstol, frente a la cual cientos de peregrinos se aglomeraban como una masa grotesca y maloliente de carne humana y harapos sucios, bien empujándose unos a otros para atravesar el pórtico, bien besando el suelo largamente deseado, o bien arrodillados en actitud fervorosa, con la cabeza inclinada y descubierta, y el bordón (¡compañero de tantos días!) caído en los adoquines y abandonado
72.
El camino de peregrinación a la tumba del apóstol, el tercer objetivo de los peregrinos medievales, después de Roma y Jerusa-lén, ayudó a cristianizar ciertos ritos ancestrales relacionados con la
73.
Le entró al gálico tonsurado compasión por su aquel casi vecino de castillo y viña, el hugonote, y la pena que cumplía por su herética soberbia, y a mientes le vino ofrecer el protestante al señor Santiago por peregrino, y se pasó los días que faltaban hasta el San Bartolo imaginando cómo hacer el ofrecimiento y no veía cómo poder llevarse el fantasma, que al fin era vagante sombra, a Compostela, y pensando, pensando, se le ocurrió recoger en una ampolla de cristal de Murano, que llevaba con espíritu de menta piperita, que es tan sutil y tan gracioso para la cargazón de cabeza, la sangre que el hugonote dejaba en el cristal, y que según testigos, a veces era bastante para llenar una copita de las de anisete; comparecería el clérigo con la sangre en Santiago, y pediría al Apóstol perdón para el contumaz
74.
Con aquellos fuegos ponía fin a toda pretensión de investigacion científica; después de aquello sería el indiscutible Apóstol del Deseo, san Juan en el desierto
75.
Este Román de la Higuera, jesuita de Toledo, se ocupaba en buscar documentos para demostrar la venida del apóstol Santiago a España
76.
Por cierto, que otro jesuita muy sabio de nuestro tiempo y sacrificado por los rojos, el padre García Villada, ha demostrado la poca consistencia de la tradición de la venida a España del apóstol Santiago
77.
El sofisticador quiso dar peso a sus escritos e inventó una "Crónica" para probar la tesis de la llegada a España del apóstol, "Crónica" que atribuyó a un Flavio Dexter, citado por San Jerónimo, que el mejor día se podría descubrir en los archivos
78.
Pero el oído del apóstol convencido Lucio Requena no parecía estar hecho para registrar interrupciones de los discípulos
79.
Como el apóstol Pablo aguardando el retorno del Señor, yo he esperado el tiempo de la Ruina
80.
Cuando interrogué a Andrés sobre la suerte de aquella hebrea, en el caso de que se hubiera declarado culpable, el apóstol me insinuó que no sabía qué podía ser peor
81.
¿Cómo era posible que Juan Zebedeo fuera el único apóstol que declara en sus escritos haber sido «testigo presencial» de muchos de los sucesos que acontecieron a lo largo de aquel viernes? Por lógica, de no haber sido por esta inapreciable «ayuda» del suboficial Arsenius, el seguidor de Jesús habría tenido muchos problemas para poder asistir a los interrogatorios y a la crucifixión
82.
El apóstol, con los ojos enrojecidos por el ininterrumpido llanto, pareció alegrarse un poco al comprobar que no se hallaba del todo solo y me confesó que, una vez que lograron despistar a los legionarios, Pedro y él habían decidido seguir a Jesús
83.
Y el apóstol señaló a Pedro con la mano
84.
(Sinceramente, aquella actitud del apóstol -volviendo al fuego- me hizo reflexionar, haciéndome olvidar incluso su detestable y hasta cierto punto comprensible conducta
85.
Tomado de una carta que el apóstol Pablo escribió a la iglesia en Roma en el año 57 a
86.
Observa (como Robertson) que para identificar a un maestro que diariamente predicaba en la sinagoga y que obraba milagros ante concursos de miles de hombres, no se requiere la traición de un apóstol
87.
Son todo para todos, como el Apóstol; días pasados el doctor Juan Francisco Amaro, de Paysandú, ponderó la facilidad con que se acriollaban
88.
La oruga había desaparecido en una arruga del gorro de piedra del apóstol
89.
Esperó en el centro del escenario, imperturbable como el apóstol de una Divina Providencia menos dramática que la nuestra, y en el primer silencio leyó el poema premiado
90.
¡Qué espantosa variación de las enseñanzas de Cristo! Era una mezcla confusa de un cristianismo antiguo y un judaísmo aún más antiguo, transmitido oralmente a través de gente medio imbécil que no poseía escritura; un pueblo que había confundido a Pablo el Apóstol con Cristo el Maestro y perdido por completo la esencia de las enseñanzas del Maestro, interpolando al mismo tiempo espantosos barbarismos de su propia invención
91.
Era Jobab, el apóstol
92.
» La discusión se había encendido varias veces ya en los ensayos anteriores de la Antologia, tanto que se la podría considerar su leit-motiv; y el papel de defensor del ascetismo había tocado sucesivamente a Vernon Lee (en el primer ensayo del volumen), apóstol del estetismo y de la renuncia a la posesión, o a Rabindranath Tagore (en el ensayo Dello stíle Impero)
93.
En el día de la fiesta de San Juan Apóstol, 25 de julio, 1531 D
94.
—«Queremos que todos los pueblos que son gobernados por la administración de nuestra clemencia profesen la religión que el apóstol Pedro dio a los súbditos de Roma, que hasta hoy se ha predicado como la predicó él mismo, y que es evidente que profesan el pontífice Dámaso y el obispo de Alejandría Pedro, hombre de santidad apostólica
95.
Se sumaban catorce de las epístolas del apóstol Pablo, el Apocalipsis de Juan, los Hechos de los Apóstoles y también otras siete epístolas de los apóstoles Pedro, Santiago y Juan
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Soy el apóstol de los cerdis
97.
Enterado Alfonso del milagro, peregrinó al lugar para testificar con lágrimas y preces su devoción al Apóstol, e hizo las donaciones necesarias para que se levantara inmediatamente una iglesia sobre el sepulcro, con el fin de dignificar el culto al santo
98.
La tradición dice que bajo su reinado se produjo el descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago por un ermitaño en Compostela en el año 814
99.
Era el último apóstol de aquel que los cristianos llamaban Cristo
100.
Casa de Juan el Apóstol en la Ciudad Vieja