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entrenados y sin escrúpulos, en el de aquí, implantaríamos una organización relativamente
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Pobres indios, expertos cazadores y sin escrúpulos ejecutores de la voluntad de Manitou, nada pudieron con sus flechas primitivas, contra las armas y el terrible winchester
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escrúpulos al otro lado de la valla
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No le repugnaba a doña Lupe trabajar losdomingos, porque sus escrúpulos religiosos se los había quitado Jáureguien tantos años de propaganda matrimonial progresista
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depusieron sus escrúpulos los Bermúdez, y volvió arestablecerse
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—Eso, señor don Alejandro, es llevar los escrúpulos a lo
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escrúpulos! un día es undía, y a ver quién le quitaba lo gozado
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se consolidó, desapareciendo los escrúpulos delpoetilla, temeroso de que el recuerdo del teniente
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poner en práctica sus entusiasmos surgían en él laprudencia y la desconfianza, los escrúpulos de
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Lo que más extrañeza le causaba era que se mostrasen ahora en ella tanterribles escrúpulos,
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que, como se ha visto, notenían escrúpulos en «empinar el codo» á pesar de la
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Doña Blanca le ha puesto tan feroces escrúpulos en elalma, le ha hecho recelar tanto de su apasionada natural condición…que la infeliz se cree un monstruo, y es un ángel
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para dejarla sola: por fin, la curiosidadvenció sus escrúpulos y
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La aldeana manifestó escrúpulos antes de cometer el hurto;
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laspreocupaciones y los escrúpulos
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Y conla falta de escrúpulos del
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escrúpulos de su conciencia
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llamadaEmma, con quien se casa, y lo hace sin escrúpulos,
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Dawson y del jovenbribón y sin escrúpulos que había sido su instrumento, los cuales
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lostardíos escrúpulos de su pariente, pero las últimas palabraspronunciadas por éste parecían inspirarse en esa convicción y la pobremujer se sintió de nuevo presa de la mayor ansiedad
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Serán escrúpulos de los que puede usted
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y los escrúpulos en que la habían educado
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Los escrúpulos eran lo único que lesmantenía separados y él se
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el carácter de la Condesa, laseriedad de sus escrúpulos, la
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Condesad'Arda, entre sus escrúpulos y las tentaciones de la
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esos escrúpulos en sumente contradecían la hipótesis del
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todos sus escrúpulos, y la hipótesis del suicidio parecía
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vacilaciones concordantes con escrúpulos tannuevos como todos
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presencia,implicaba de escrúpulos y resoluciones leales
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Mil escrúpulos la detenían; si hubiera estado cierta de que su
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las personas de gusto y de medios desecharon losrecelosos escrúpulos, y, poniéndoles el
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Padres dela iglesia de San Ignacio disipaban sus escrúpulos
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noqueriendo demorar por sus escrúpulos la explicación deseada
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Este último argumento triunfó en fin de los escrúpulos del
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cuanto ha los sesenta años; con queasí, fuera escrúpulos y a
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escrúpulos del estudiante de libros, le hacía entrar en elanfiteatro, llevándolo de mesa
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renta anual, acabaron detriunfar de sus escrúpulos
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escrúpulos; muchas el buenéxito de la constancia, de la astucia y de la rapidez en el ataque
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envuelto; ahora, sin aprensión, sin escrúpulos, sin tormentosdel cerebro, la dicha presente;
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de los escrúpulos ( absurdos en una mujercasada de treinta años, según la filosofía del
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Obsesionado por sus escrúpulos, el marqués insistió en ellos con unatenacidad caballeresca
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esposa no debía tener escrúpulos de conciencia por esta acción untanto incorrecta y
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un lado sus prejuicios? ¿Había pasado la barrera de losvanos escrúpulos? ¿Se iba a
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escrúpulos y preocupaciones de unaeducación recibida en una
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escrúpulos y preocupaciones de la tierra natal
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desapareciendo contodos sus escrúpulos de razonador lento y
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resolvía el enredo deciertos escrúpulos administrativos, y
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Horacio, y con éllos escrúpulos del Inquisidor Decano, el
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metidos entredos valvas de prejuicios, escrúpulos y
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parar atenciónen los escrúpulos heredados y las diferencias
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Y como si temiese un renacimiento de los escrúpulos de
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Sólo en nuestra sociedad heterogénea, libre de escrúpulos
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escrúpulos de que en el calor de la improvisaciónhubiese dejado escapar alguna herejía, aplaudió
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despertaba en su concienciaciertos leves escrúpulos que
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sopesar conrigor sus escrúpulos
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esocomprendía tan bien los escrúpulos de la señora
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linaje de escrúpulos; de plática, digo, sobre el día o losdías y el
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desvanecido los escrúpulos deuna vez, cargando con ella, entre
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Hay que aclarar esto de los escrúpulos de conciencia del
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que había juntado en su larga carreraprofesional, procurándose, con escrúpulos de
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que necesita unmozo suelto y sin escrúpulos, fuesen del todo incompatibles con losrigores de la
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escrúpulos, losaplazamientos y prórrogas que iba dando a lo de las cuentas del tío
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escrúpulos y a marear a los confesores, seimpacientaban de la tardanza, renegando de
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morales que la recomiendan en el suicidio maniático, y en elmismo por escrúpulos
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Navarro no fue breve en aquella ocasión, y los escrúpulos sucedían a losescrúpulos, las
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Los escrúpulos de la niña se volaron como un bando de asustadascodornices, y algo
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Tornamos a hallar procedimientos desleales en el mundo de la industria, donde falsifican e imitan y sin escrúpulos se apropian de los beneficios que debieran haber recompensado al inventor, al iniciador
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Por estricta que pueda ser la protección que le brinde la Constitución o la jurisprudencia, pensaba Jefferson, los poderosos, los ricos y los carentes de escrúpulos siempre sentirán la tentación de socavar el ideal de un gobierno por y para el ciudadano corriente
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Por lo demás, viéndola llevar su pensión, sola y con tal pasión y tales escrúpulos, en perfecto contento y con la más justificada satisfacción, ¿quién, al asistir sin haber sido invitado por Mlle
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Que un hombre sin escrúpulos cambie de actitud por una mujer se interpreta con demasiada frecuencia como un acto de debilidad, de cobardía incluso, pero ¿acaso no es la mayor de las grandezas volverse clemente por amor?
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Las mujeres van para que las vean y para que todo el mundo sepa que no tienen escrúpulos o que simulan no tenerlos
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Persuadido por éstos de que la operación contaba con el beneplácito del Rey, en los minutos previos al golpe el jefe de la Brunete, general Juste, había dado orden de salir hacia Madrid a todas sus unidades, pero antes de las siete, tras hablar con la Zarzuela y recibir órdenes tajantes del general Quintana Lacaci -su inmediato superior jerárquico-, Juste había dado la contraorden; muchos jefes de regimiento seguían sin embargo mostrándose renuentes a obedecerla y algunos de los más fogosos -el coronel Valencia Remón, el coronel Ortiz Call, el teniente coronel De Meer- buscaban excusas o coraje con que sacar sus tropas a la calle, seguros de que bastaba poner un carro de combate en el centro de Madrid para disipar los escrúpulos o las vacilaciones de sus compañeros de armas y decidir el triunfo del golpe
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Es un ser sin escrúpulos, con la atención concentrada en lo que le interesa principalmente
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Nunca le había inspirado el menor respeto y nunca imaginó que se convertiría en su rival y su verdugo: lo había tratado con frecuencia desde los tiempos en que Suárez dirigía Radiotelevisión Española y había recurrido a sus servicios para promocionar la figura por entonces precaria y desvaída del Príncipe, y su opinión del futuro presidente no debía de ser muy distinta de la de tantos otros que a principios de los setenta lo consideraban un chisgarabís servil y diligente y un plebeyo sin escrúpulos convertido a la causa de la monarquía por seca ambición personal; el hecho de que fuera aquel advenedizo quien le apartase del Rey sólo contribuyó a endurecer la hostilidad que a partir de aquel momento sintió contra él
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Son otros los que han propiciado esta situación» (la cursiva es suya); de Manuel Fraga, que según su criterio hubiera debido ocupar el lugar de Suárez, afirma: «La vida es así y sacrifica muchas veces a los mejores para dar paso y puestos de responsabilidad a los atrevidos y sin ideas ni escrúpulos»
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No hacen falta grandes dotes deductivas para adivinar quién era el atrevido sin ideas ni escrúpulos que había provocado la pérdida del alma de España
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Por insignificante que sea el motivo, los periódicos explotan sin escrúpulos semejantes apuros, si se halla implicado un hotel de la importancia de éste
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De manera que Armada acepta la proposición de Milans, pero, para no delatar su complicidad con el general sublevado ante los generales que lo rodean en el Cuartel General del ejército -a quienes ha ido repitiendo frases escogidas de su interlocutor-, públicamente la desecha de entrada: como si jamás hubiese pasado por su cabeza la ambición de ser presidente del gobierno y jamás hubiese hablado de ello con Milans, muestra su sorpresa ante la idea y la rechaza con escándalo, gesticulando mucho, formulando objeciones y escrúpulos casi insuperables; luego, lentamente, sinuosamente, finge ceder a la presión de Milans, finge dejarse convencer por sus argumentos, finge entender que no hay otra salida aceptable para Milans y para los capitanes generales de Milans o que ésa es la mejor salida o la única salida, y al final acaba declarándose dispuesto a realizar el sacrificio por el Rey y por España que se exige de él en aquella hora trascendental para la patria
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Franco acertó: la ambición de Suárez acabó siendo letal para el franquismo; su falta de escrúpulos también
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Desde el primer momento el pícaro sin escrúpulos interpreta con aplomo el papel del aristócrata de izquierdas, y todo cuanto ve o experimenta en la cárcel parece ayudarle en su interpretación, sacudiendo su conciencia: el mismo día de su llegada lee en las paredes de su celda los mensajes póstumos de los partisanos fusilados; los prisioneros se ponen a sus órdenes y lo tratan con el respeto que merece quien personifica para ellos la promesa de una Italia en libertad, le preguntan por parientes y amigos que lucharon en unidades bajo su mando, bromean sobre el destino desdichado que les aguarda, le ruegan sin palabras que les infunda ánimos; uno de los presos que frecuenta Bardone se suicida antes que convertirse en delator; para afincarle en su papel de De la Rovere, más tarde los alemanes torturan al propio Bardone, lo que a punto está de encender un motín entre sus compañeros de cautiverio; más tarde todavía Bardone recibe una carta de la condesa De la Rovere en la que la mujer del general intenta confortar a su marido asegurándole que sus hijos y ella se encuentran bien y sólo piensan en ser dignos de su coraje y su patriotismo
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Es verdad que nadie le ayudó a arreglar el desaguisado: durante la primavera y el verano de 1980 ya todo valía contra él y, en vez de intentar apuntalarlo como habían hecho durante sus primeros años de mandato -porque entendieron que apuntalarlo significaba apuntalar la democracia-, los partidos políticos se obsesionaron con derribarlo a cualquier precio, sin entender que derribarlo a cualquier precio significaba contribuir a derribar la democracia; pero no fue sólo esa obsesión: articular territorialmente el estado era quizá el problema central del momento, y ningún asunto como éste desnudó la indigencia y la frivolidad temeraria de una clase política que a cuenta de él se enzarzó a lo largo de 1980 en reyertas delirantes, persiguió sin escrúpulos posiciones de ventaja, fomentó una apariencia de caos universal y se ganó un descrédito acelerado, colocando al país en una tesitura cada vez más precaria mientras la segunda crisis del petróleo disipaba la fugaz bonanza atraída por los Pactos de la Moncloa, estrangulaba la economía y abandonaba a la mitad de los trabajadores en el paro, y mientras ETA buscaba el golpe de estado asesinando militares en la campaña terrorista más despiadada de su historia
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Al Suárez de aquellas fechas puede acusársele de pasividad y de incapacidad, también de indigencia política, pero no de ser un irresponsable o un frívolo o un ventajista sin escrúpulos: Suárez seguía siendo Suárez pero ya no era un Julien Sorel o un Lucien Rubempré o un Frédéric Moreau, Emmanuele Bardone a punto de transmutarse definitivamente en el general De la Rovere
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Así era más o menos la España de los años setenta: un país poblado de hombres vulgares, incultos, trapaceros, jugadores, mujeriegos y sin muchos escrúpulos, provincianos con moral de supervivientes educados entre Acción Católica y Falange que habían vivido con comodidad bajo el franquismo, colaboracionistas que ni siquiera hubiesen admitido su colaboración pero en secreto se avergonzaban cada vez más de ella y que confiaron en Suárez porque sabían que, aunque quisiera ser el más justo y el más moderno y el más audaz -o precisamente porque quería serlo-, nunca dejaría de ser uno de los suyos y nunca les llevaría a donde no quisieran ir
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Es el tipo de cosas que sólo ocurren en mi país, donde miles de personas se mueren de hambre sin que las autoridades se inmuten, mientras un asesino sin escrúpulos dedica millones a obras de caridad
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Comprendí enseguida que mi tía tenía razón, y no comprendí menos toda la extensión de sus escrúpulos generosos con mi querida esposa
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La sociedad secreta llamada los Arpistas se dedicaba a desbaratar los planes de los zhentarim, a frenar las ambiciones de hombres poderosos y sin escrúpulos y a ser en general un estorbo para todo hombre que se dedicaba a apoderarse de más de lo que aquellos entrometidos consideraban justo
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Y, recordaba constantemente Pyanfar, en la reputación de Akkhtimakt no se incluían los escrúpulos, ni tan siquiera los pocos que pudieran tener los kif
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El coronel era hombre sin escrúpulos
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Sin escrúpulos, he aquí la descripción exacta
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Sólo un desgraciado que no fue a la guerra por escrúpulos de conciencia
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Y tenía escrúpulos de conciencia
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Un hombre que no va al frente por escrúpulos de conciencia va a estropear su estilo
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—El comandante Porter debía tener todavía ciertos escrúpulos de conciencia y no le pareció bien declarar bajo juramento en una causa por asesinato contra David Hunter en que la culpabilidad del procesado iba a depender grandemente de la identificación del cadáver del asesinado
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-¿Por qué tienes entonces escrúpulos en dejarle? Sarah guardó silencio un momento, y al final dijo muy bajo:
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En ese oficio las leyes se violaban con impunidad y las trabajadoras eran explotadas por patrones sin escrúpulos
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Tal vez las muchachas habrían ganado la pelea contra sus escrúpulos y él se habría quedado junto a ellas para el resto de sus días, cumpliendo con humildad la tarea de amante y de padrote por partida doble, si su destino no estuviera trazado en otra dirección
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No las reclutaba con engañifas de chulo de barrio, les hablaba claro para evitar malentendidos y desbaratarles los escrúpulos desde el comienzo
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La llegada del padre Rivadeneira supuso para ella una ayuda inestimable y un aliado impensado, amén de un justificador de sus pocos escrúpulos de conciencia