1.
una cabeza que no le dolía nunca;o bien un paisano pudiente y muy galán, que hablaba por los codos sinturbarse nunca, capaz de echarle una flor a la mujer más arisca, y queestaba en sociedad de mujeres como el pez en el agua
2.
—¡Qué estampa de galán! con todos los vicios del catálogo
3.
despreocupado galán con los lodazales y las charcas
4.
Al decir esto el empleado, vivo carmín tiñó hasta lasorejas del galán, cuya mano no había soltado la damisela,y ésta, dando impaciente patada en el suelo, gritó:
5.
En cuanto la dama vió al galán, sonrió y se acercó conmisterio
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dominada por su galán amigo, y que no tiene másvoluntad que la suya
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reja, ya sin galán, y todos los chicos engendrados por aquella fecunda generación salieron
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suplir las omisiones eincongruencias del maduro galán
9.
bálsamo en lasheridas del chasqueado galán
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desde la casahasta el despacho de la diligencia, y que el galán
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veces padres, madres y tutores en esto delas bodas, lo cual, visto por el fogoso galán,
12.
A los pocos días presentóse el galán en casa de don Pedro, con suAlguacil, á pedir
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que, aunque vio una y muchas veces quesu Leonela estaba con su galán en un aposento de su
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desvergüenza de Leonela a tanto, que cadanoche encierra a un galán suyo en esta casa y se está
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El enamorado galán era… era unpariente mío, un muchacho de toda
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prestan mayor valor a que el galán se hayaenamorado de ella, pues que la ha preferido entre
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sucedesiempre, la fama de conquistador que ya tenía el galán
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En cuanto al galán, cuyo nombre descubrió el conde por las cartas,también las cartas le
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El galán quedó mortalmente herido en su propia casa, y sólo porun milagro de la cirugía pudo
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crujieron losherrajes, arrancó el tren, dejando al galán en el
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abrirse la puerta, apareciendo en ella el galán, fue obra de
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La verdad es que hoy el galán
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Cristeta obedece, y el galán, al rozar el cuerpo de su amada,
24.
¿Y esas dos voces eran de unadama y de un galán?
25.
Bien sabía el galán que era falso,de puro modesto, aquello de que
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Habría sido apuesto y galán el señor de las Cuevas en sus
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olvidó detodo, á pesar de que era un caballero muy galán y
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Por eso se leveía cumpliendo estrictamente los deberes delperfecto galán,
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galán que el que le había deparado elCielo
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Bien por el galán científico
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En otro cuarto es la niña la que produce: el galán no puede entrar en lacasa, y es
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El galán de los "ouistitis"
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POR el puentecillo de El Pardo iba aquel rey galán cuya
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galán y a laprincesa del palacio de San Telmo los esenciales
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lengua el insigne galán rodando debajo de la mesa
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emperador galán, aunque cuentan que eran muchas las
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El galán no apartaba los
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al galán másgentil que jamás vieron los ojos
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que no hace lo mesmo! Tanto más, cuanto que habiendo matado enbuena lid al galán,
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anterior erancomentados por las mujeres como hazañas de galán
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En esto volvió de su desvanecimiento el galán
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primeros pasos por la habitación y pasillo,encontrose el galán
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Un momento después, habíase enterado el galán fiambre de
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El galán manido se
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el galán nointerprete mal su benevolencia y se las prometa
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así, gracias a la tardanza del galán, la pobrePepita estuvo deshaciéndose, llena de ansiedad y de
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la quedaba ilusiónque la sirviera de disculpa; y mientras el galán
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de la casa con elcelo y la insistencia del más rendido galán; pero los
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reprimenda á nuestra heroína, y todos convienen en que el galán aquél es un majagranzas, que no
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eterno, llegóun día en que el galán, cansado de conversar con las
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hastiado el galán se despidió a lafrancesa, esto es, sin decir abur
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–Pertenecen a la Guardia Tenebrosa -informó el hombre-toro-, y sirven al mago renegado Galán Dracos y a Crynus, Señor de la Guerra
53.
–Eran merodeadores, engendros adiestrados y maleados por Galán Dracos
54.
–Me disgusta sobremanera admitir que la demencia está a la orden del día; pero a menos que alguien tenga una sugerencia mejor, habremos de combinar la carga épica que tan enardecidamente recomienda mi sobrino con un plan coordinado de ataque al castillo de Galán Dracos
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–¡La subyugaré, acatará las normas que yo le dicte! Soy Galán Dracos, el mago más sabio de todos cuantos vivieron
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–Son innumerables los hombres de bien que han sucumbido por tu culpa, Galán Dracos
57.
» La audiencia aplaude, lo anima a continuar, y él levanta la vista de los papeles, se muerde con un resto de coquetería el labio inferior y sonríe largamente; para sus viejos conocidos, es una sonrisa inconfundible: es la misma sonrisa de galán seguro de gustar con que en otro tiempo podía convencer a un falangista, a un tecnócrata del Opus o a un guerrillero de Cristo Rey de que en el fondo era un guerrillero, un falangista o un admirador del Opus; es la misma sonrisa con que podía decir: Comunista no soy, no (o socialista), pero soy de los tuyos, porque mi familia siempre fue republicana y en el fondo yo no he dejado de serlo; es la misma sonrisa con que decía: Yo tengo el poder y vosotros la legitimidad: tenemos que entendernos
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Si no, díganme: ¿quién más honesto y más valiente que el famoso Amadís de Gaula?; ¿quién más discreto que Palmerín de Inglaterra?; ¿quién más acomodado y manual que Tirante el Blanco?; ¿quién más galán que Lisuarte de Grecia?; ¿quién más acuchillado ni acuchillador que don Belianís?; ¿quién más intrépido que Perión de Gaula, o quién más acometedor de peligros que Felixmarte de Hircania, o quién más sincero que Esplandián?; ¿quién mas arrojado que don Cirongilio de Tracia?; ¿quién más bravo que Rodamonte?; ¿quién más prudente que el rey Sobrino?; ¿quién más atrevido que Reinaldos?; ¿quién más invencible que Roldán?; y ¿quién más gallardo y más cortés que Rugero, de quien decienden hoy los duques de Ferrara, según Turpín en su Cosmografía? Todos estos caballeros, y otros muchos que pudiera decir, señor cura, fueron caballeros andantes, luz y gloria de la caballería
59.
Estaba el «muchacho bajito y simpático» con una cabeza de galán joven y hombros frágiles; el Oso pardo, un árabe alto y fuerte, de rasgos toscos, la mirada siempre fija; el amigo de los animales, un viejo italiano de rostro apagado y ojos claros, encorvado sobre su manivela y que debía su apodo al hecho de que casi había detenido el tranvía para esquivar a un perro distraído y otra vez a otro animal que sin miramientos hacía sus necesidades entre los rieles; y el Zorro, un gran papanatas que tenía la cara y el bigotito de Douglas Fairbanks
60.
La omelette quedó perfecta y cuando el exquisito galán detectó el inconfundible olorcillo y preguntó sorprendido si aquellos pedazos oscuros eran trufas y dónde diablos las había conseguido, hice un gesto vago que él interpretó como coquetería
61.
Su reputación de galán era tan exagerada como la de las trufas
62.
Así, si un galán se presentaba con un ramo de tulipanes con un lazo a la izquierda, que significan declaración de amor, y ella lo devolvía con las flores hacia abajo, no había ni la menor esperanza para el pretendiente: el rechazo era inapelable
63.
Ella se detuvo en seco y lo mismo hicieron los otros alumnos a su alrededor, que percibieron la amenaza en el aire y fueron incapaces de reaccionar; Martínez había crecido mucho para su edad, era un gigante insolente con bigotillo de galán, algunos tatuajes a la vista,
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A Gregory el mundo se le tiñó de rojo, cogió al acusado por la solapa y se trenzó a puñetazos, el hombre logró tomar el ascensor para escapar, pero él corrió por la escalera de servicio y lo atrapó en la calle con tal escándalo que intervino la policía y acabaron todos declarando en el retén, incluso Mike Tong, quien volvía del correo y alcanzó a ser testigo del final de la pelotera, cuando el galán yacía en la acera con la nariz ensangrentada
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Poco después Alejandra murió en un accidente de automóvil y Belinda recuperó la vista y se casó, envuelta en metros y metros de tul blanco y coronada de diamantes falsos y azahares de cera con el galán Martínez de la Roca
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Se había corrido la voz de que Jean pretendía a Blanca Trueba, pero no por eso dejó de ser el galán predilecto de las madres casamenteras
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Para su sorpresa, Blanca no tuvo necesidad de fingir una jaqueca, porque una vez que se encontraron solos, Jean abandonó el papel de novio que le daba besitos en el cuello y elegía los mejores langostinos para dárselos en la boca, y pareció olvidar por completo sus seductores modales de galán del cine mudo, para transformarse en el hermano que había sido para ella en los paseos del campo, cuando iban a merendar sobre la yerba con la máquina fotográfica y los libros en francés
68.
De repente el galán joven, que representaba a un hidalgo que iba a contraer matrimonio, dijo la frase terrible: su novia, a la que creía doncella, resultó que lo engañaba pues había sido violada, perdiendo su doncellez
69.
Para probarme la honestidad de los sentimientos del galán, Juliette me mostró sus cartas, que me parecieron de una prudencia sospechosa
70.
Al parecer el galán era de noble cuna
71.
Con su aire de galán, su nariz torcida, su experiencia de las señoras de Río, nerviosas pacientes curadas en el diván del consultorio, apenas veía una mujer bonita comenzaba a hacerle propuestas
72.
Diego, a pesar de sus atractivos y de su dinero, no había podido rendir a la Zaina? ¡Oh inflexible ley de los hados que en aquella ocasión dispusieron que la Zaina fuese esclava en cuerpo y alma de otro galán, al cual de antiguo mis lectores conocen, y no es otro que el propio don Juan de Mañara, por segunda vez presentado en el escenario de estas historias! Pues sí; el [16] Sr
73.
Entrando en conversación la hermosa mujer, en quien habrá reconocido el lector a Salomé Ulibarri, les dio cuenta, con abundosa y pintoresca verbosidad, de los prodigios de Luchana y Banderas, y de las proezas que allí había realizado Baldomero Galán, su esposo, secundando las disposiciones del otro Baldomero
74.
Era Baldomero Galán un mocetón en quien la estampa no desmerecía del apellido, alto, garboso, mejor formado de cuerpo que de facciones, pues su nariz excedía un tanto de la medida proporcional, y sus ojos, hermosos y grandes, bizcaban un poco, resultando una desmedida fiereza de expresión
75.
Suspiraba Galán al compás de los suspiros de su antiguo señor; y no acertando con la mejor fórmula de consuelo, se ofreció a prestarle en [18] su viaje toda la ayuda que el servicio le permitiera
76.
«Véase -dijo a Galán, mientras corría Saloma en busca de las mantas-, cómo Dios no abandona a los buenos
77.
Prometiole la hermosa navarra conquistarle al italiano, y a toda la Italia si fuese menester; y en aquel punto, Galán, que había salido a recorrer los alojamientos de los soldados, volvió diciendo que corría por el pueblo el notición de la muerte de Cabrera
78.
Antes de levantarse de las flacas mesas hizo [62] conocimiento, por mediación de Galán, con dos oficiales muy simpáticos, uno de los cuales se había separado poco antes de la mesa de juego con los bolsillos totalmente vacíos
79.
Un hombre, un galán, un caballero no puede desamparar en trance aflictivo a la que fue su dama, aun teniéndola por culpable
80.
[181] de transacción decorosa, asignando a cada galán una de sus niñas, me parece de perlas
81.
¡Qué horror! Y lo más chusco es que el galán se casa luego con una tercera, con la que las indujo al sacrifico
82.
Sin mostrarse el galán abiertamente contrario a estas [141] ideas, pues la galantería se lo vedaba, halló medio de rebatirlas aceptándolas y de hacerlas suyas agregándoles cantidad de ingeniosos peros, todo con gran derroche de ingenio y picardía graciosa
83.
Iba el galán en la comitiva fúnebre, a pie detrás del féretro, y Eufrasia miraba el paso desde un balcón de la calle de Fuencarral
84.
Carlos Luis un modelo de jóvenes honestos, sensatos, corteses; instruido en cuanto concierne a un caballero y a un príncipe, sencillo y afable con los inferiores, digno con los altos, muy mirado con las damas; galán sin presunción, fortalecido por el continuo ejercicio a caballo; amante de España hasta la idolatría; informado de todo principio nuevo y de toda idea culta; celoso de la dignidad de la Corona, mas sin repugnancia de la Libertad ni de sus aplicaciones al vivir de los pueblos, siempre que fueran sensatas
85.
[92] El médico ha prenosticado que si le repite el arrebato de pintarla de galán, poniéndose negro del golpe de sangre en la cabeza, en él se quedará como si le retorcieran el pescuezo
86.
Fue tal el desatino de ésta, que se propinó una toma de fósforos en aguardiente, porque el galán había faltado a una cita que le dio en la iglesia de la Encarnación
87.
Creyó Valeria que en aquel noviazgo sería Teresa más perseverante que en los anteriores, y de ello se alegraba; Manuela Pez, en cambio, no parecía gustosa de que su hija se insinuase con el galán de la barba bonita, y así se lo manifestó con razones de peso, la noche de un lunes, al volver a casa rendidas de tanto charlar y de un poquito de bailoteo
88.
Pero no: ¡atrás Mahoma y sus ritos mentirosos! Reunía yo en mi pensamiento [102] las dos esencias de amor y religión, y quería ser en una pieza el galán dichoso amado por Erhimo, y el sacerdote que vertiera en su cabeza el agua salvadora
89.
Pasmado quedó Ibero de que el diabólico policía, a quien veía por primera vez aquella noche, tuviera conocimiento de su interés por la familia Galán
90.
La imagen de esta subsistía en la mente del galán, mas ya desvanecida, borrosa
91.
El galán reconocía el inmenso mérito de la que fue su novia y prometida, y renegaba de sus pasadas locuras
92.
Aparte de los mentados, y según conocí por sus buenos o malos nombres de allí a poco, estaban presentes el murciano Pencho Bullas, los soldados viejos Enríquez el Zurdo y Andresito el de los Cincuenta, el cariacuchillado y grasiento Bravo de los Galeones, un marinero de Triana llamado Suárez, otro tal Mascarúa, un fulano con aire de hidalgo tronado, ojeroso y pálido al que llamaban el Caballero de Illescas, y un jienense rubicundo, barbudo y sonriente, de cráneo afeitado y fuertes brazos, que tenía por nombre Juan Eslava, y era notorio rufián de cantoneras sevillanas —vivía de cuatro o cinco, y las cuidaba como a hijas, o casi—, lo que justificaba su apodo, ganado en buena lid: el Galán de la Alameda
93.
Los últimos fueron Jaqueta, que antes cerró los ojos de su compadre Sangonera, y el Galán Eslava
94.
A ese ambiente bullicioso y fascinante se sumaban las mujeres que con revuelo de faldas, mantos y abanicos entraban a la cazuela, y eran allí asaeteadas por los ojos de cuanto galán se retorcía los bigotes en los aposentos y en el patio del recinto
95.
En Jaca fracasó un intento de pronunciamiento de signo republicano y se saldó con el fusilamiento de los tenientes Galán y García Hernández, que inmediatamente fueron entronizados en el santoral laico republicano
96.
Devoto también del santo cuyo nombre lucía, y descendiente de una tradición de «Isidros» que terminaba en él y en un primo hermano, cura en la iglesia catedral del santo, le alegró descubrir en Santiago a un muchacho inclinado a la oración, además de al whisky y a los jardines, que recitaba los evangelios como un bendito y disfrutaba recorriendo las iglesias en busca de reliquias, frente a las que se arrodillaba rogándoles por su deseo de encontrar a alguien cuya identidad no se decidía a revelar, pero que atormentaba su alma —sospechaba Isidro— como la de un galán de culebrón venezolano
97.
Pero esto sí puedo decirle: que si alguna vez él fue un galán antes de casarse, lo es todavía, porque no ha habido el menor cambio en él
98.
Respire hondo y reflexione: un escritor alerta, un hombre comprometido con su tiempo, un intelectual moderno tiene que saber qué ministro peruano está robando hasta los útiles del escritorio, qué general trama una conspiración, qué vedette emputecida se acuesta con el presidente y qué galán de moda se enamora en secreto del actor argentino de paso por Lima grabando la telenovela del momento
99.
–Tenía entendido que eras un galán con éxito entre las mujeres
100.
Una de sus compañeras de trabajo les había visto, y al día siguiente en el salón bullían los comentarios sobre el «apuesto galán» de Jacqui