1.
Desde el punto de vista de las prácticas de asignación de los recursos, el conflicto por el papel del Estado, tanto hacia abajo como hacia arriba, ayudó a crear las condiciones para la amplia coalición de sectores y de actores empresariales y sociales, de izquierda, de centro e incluso de centro-derecha, que apoyaron la insurrección, el exilio de Somoza y la toma del poder por parte del FSLN
2.
evitarlo, mantiene la insurrección en Cuba
3.
mundo que la insurrección estaríaya sofocada; que hubiera sido mil veces menos
4.
insurrección en Cuba, faltando á la justicia, ála verdadera civilización y al Derecho de
5.
naciendo la hierba de la insurrección
6.
enemigas parece general, y corre muy válida la voz de que en Bayona hay insurrección, y de que
7.
los días era derrotado un ejército francés, y todos los días ocurría en Francia una insurrección
8.
combatir la insurrección carlista, que yamerecía el maldito
9.
insurrección delas colonias americanas
10.
La insurrección había tenido que retrasarse un día, hasta que, al fin,en la mañana anterior, Ra-Ra, con unos cuantos miles de esclavos yllevando como oficiales á muchos jóvenes de los clubs «varonistas», selanzó al asalto de la Universidad para apoderarse de las armasdepositadas en el Museo Histórico
11.
al frente de la insurrección contra un opresortan odiado como el
12.
Vencida la insurrección de Aragón, andabaoculto por la frontera de Francia Antonio
13.
holandés[91],como arma política que avivara el sentimientode insurrección en las Provincias
14.
Jerez, no tardaríamucho en estallar la insurrección de los
15.
laintervención anglo-francesa en favor de la insurrección griega
16.
Cada día llegaban a la ciudad noticias alarmantes del vuelo que tomabala insurrección
17.
insurrección pequeña nacida dentro de lainsurrección grande resolvió el problema
18.
—Confiaban demasiado en la insurrección del pueblo, y el pueblo está hasta los cojones
19.
Una vez que la Comuna de París se entera de lo ocurrido, se niega a abrir cualquiera de sus prisiones para recibir a los arrestados y comienza a movilizar la maquinaria de la insurrección popular
20.
El 5 de octubre, poco antes de que lo nombraran director, sofocaría (con la ayuda de Bonaparte y a hierro y fuego, dicho sea de paso) una insurrección realista en París, y durante toda la época del Directorio, del que fue pieza clave, Barras conseguiría practicar con verdadero talento el difícil arte de turnarse en aplastar ora a los partidarios de la monarquía, ora a los de la izquierda, logrando mantenerse en el poder contra todos y contra todo
21.
Cada día aparecían cadáveres en el Sena, y desde la insurrección popular ocurrida en Germinal (abril) se hablaba de la lucha entre los «vientres vacíos» del pueblo y los «vientres podridos» de los dirigentes, con Barras a la cabeza
22.
Las certeras intuiciones de Charles Horman sobre una conspiración resultaron ratificadas dos años después por esta comisión: "Durante 1970-73 la oficina CIA recopiló inteligencia operacional necesaria para el caso de un golpe: listas de arresto, instalaciones civiles claves y personal civil que necesitaba protección; instalaciones gubernamentales claves que debían ser tomadas y planes de contingencia que el gobierno utilizaría en caso de una insurrección militar»
23.
Junio del 51: insurrección
24.
—la insurrección árabe del 71 (el primer muerto en la Mitidja fue un maestro)
25.
-No hemos tomado parte en la insurrección
26.
El pueblo, que se agolpaba por todas partes, festejando con bailes y música la caída del tirano y el triunfo de la insurrección, aclamaba con entusiasmo al francés, en cuanto le veía, gritando:
27.
Querían ellos también tener su parte en la insurrección que había derribado al tirano para restablecer en el trono al descendiente de la antigua dinastía
28.
Hacía años que no se alejaba de la capital, salvo breves viajes en una avioneta a las provincias donde su presencia era requerida para sofocar algún brote de insurrección y devolver al pueblo la certeza de que su autoridad era incuestionable
29.
Tenía dieciséis años cuando partió al sur con unos guerrilleros novatos, a entrenarse en una incierta insurrección y una Gran Marcha a alguna parte
30.
La insurrección no podrá ser siempre controlada, crecerá y se multiplicará dentro de los cuarteles, hasta que no alcancen las balas para aplastarla
31.
Dentro de su cabeza, el agente-yo cita al déspota ideológico e inflamado orador León Trotski: «La insurrección es un arte y, como todos los artes, tiene sus reglas»
32.
Cita: «La insurrección es un arte y, como todos los artes, tiene sus reglas»
33.
No sé cómo los españoles lograron su audaz cometido, porque el bosque estaba infestado de indígenas, que habían acudido de lejos, llamados por Lautaro, para la gran insurrección
34.
Para controlar la insurrección girondina en esta ciudad la Convención Nacional decidió enviar allí a un joven que se había distinguido por su celo revolucionario, Juan Lamberto Tallien
35.
El mollah de la aldea tenía órdenes de Jomeiny de iniciar la insurrección contra «el gobierno ilegal del Sha» y de hacerse con el control de la zona
36.
– Lochart le contó lo de su presencia en la insurrección de Doshan Tappeh
37.
¿Y qué hay de los rumores de insurrección en Azerbaiján?
38.
Creo que el gran beneficio producido con la insurrección y valentías de toda esa gente que acaudillamos toca a su fin, porque pasado cierto tiempo, ella misma se cansa del bien obrar, de la obediencia, de la disciplina, y asoma la oreja de su rusticidad tras la piel del patriotismo
39.
Ve que se levantan unos cuantos hombres proclamando la libertad para todos, los principios de justicia, el gobierno ilustrado, y se cruza de brazos, no comprende nada, sonríe al ver pasar la insurrección, cual si fuera cabalgata de Carnaval
40.
-En lenguaje sencillo -dijo Mejía-, ha expresado Sánchez la idea de que mientras no se puede realizar una insurrección que dé la victoria al pueblo, se hagan manifestaciones patrióticas con objeto de que se nos considere como un elemento importante, capaz de cualquier cosa en el Gobierno o en la oposición
41.
Obedecieron algunos por miedo o porque simpatizaban con la insurrección, o quizás porque estaban cansados de una vida oscura; pero otros contestaron a los emisarios de Pixola con insultos y bravatas, por lo cual enfurecido el cabecilla, juró que haría una [59] degollina de indefinidos si Dios no lo remediaba
42.
¿Y siendo usted amigo de esos hombres corrompidos que vienen a sofocar [215] esta santa insurrección por la Fe, se atreve a buscar asilo dentro de los muros sagrados de San Salomó?
43.
—¡En mi casa jamás, y menos hablando de insurrección!
44.
Sin pararse en barras, contando con la insurrección de generales en Zaragoza y Pamplona, sostenido en Vitoria por la guarnición que se subleva al mando del Comandante General Piquero, entra en funciones como Presidente de la Junta Suprema de Gobierno, mientras llegaba Doña María Cristina, con una resonante proclama en que dice: [242]
45.
Vista la insurrección desde Vitoria, que parecía ser su centro y atalaya, la idea sediciosa prendía en todo el territorio vasconavarro como el incendio en la seca mies
46.
En tanto daba mayor vuelo a la insurrección el General D
47.
Toda esta fuerza, con el batallón y los escuadrones que Piquero había sublevado en Vitoria, eran una base admirable de insurrección
48.
En las [249] Provincias Vascongadas no contaba la insurrección con éxitos notorios, porque desde San Sebastián avanzó Alcalá, aventando a toda la chusma de Muñagorri y del cura de Dallo; y si bien Urbistondo y los miqueletes bilbaínos adelantaban algo en el interior de Vizcaya, se veían amenazados por Iturbe y Simón de la Torre, que permanecieron fieles a Espartero
49.
Salustiano de Olózaga, el cual venía con el cuento de que la propia cosechera, Doña María Cristina, le había dicho, mutatis mutandis: «¡Pero si yo no sé nada de esa insurrección, ni tengo nada que ver con esos locos! No sólo soy extraña al movimiento, sino que lo repruebo terminantemente»
50.
Lo que agobió su ánimo valeroso fue que aquellas mentiras entraron fácilmente en los cerebros de todos los que le rodeaban; que el vecindario de Vitoria les dio fácil crédito, y las aceptó hasta con gozo, viendo en ellas el mejor pretexto para dar término rápido a la insurrección, y librarse de los desastres y apreturas de un sitio
51.
Sólo te digo por el momento que a la hora en que andaba yo tomando lenguas de lo ocurrido y examinando [253] el campo de batalla, nuestro amigo Van-Halen, sin fuerza bastante para dominar la insurrección, o poco diestro en elegir los medios y puntos de ataque, se vio precisado al abandono de sus posiciones y se replegó a la Ciudadela
52.
Málaga fue la primera ciudad de importancia en que se vio la insurrección formal y práctica: no pedía por el pronto la vuelta de Cristina, sino que cayera Gómez Becerra y volviese López con su lindo programa y su rosada elocuencia; sonaban las músicas, y en medio del general delirio, entregándose los malagueños al goce de dictar leyes a la autoridad central, quedaban vacíos los depósitos de tabaco y tejidos de Gibraltar, y abastecidos para largo tiempo los almacenes del comercio grande y chico
53.
En estas expansiones populares, el abrazo entre desconocidos es el signo externo del cordial regocijo, de la esperanza que toda insurrección despierta en el sufrido pueblo español, mal gobernado siempre
54.
Su misión era despejar la extensa línea entre Palacio y Atocha para impedir que en los puntos principales de ella se fortificase la insurrección, y contener a ésta en los barrios del Sur, impidiéndole la comunicación fácil con las zonas del Barquillo y Maravillas, donde también había, por lo que después me contaron, tiroteo gordo
55.
De pronto, y sin ninguna clase de previo aviso, estalló la gran insurrección
56.
Se le había metido en la cabeza que se exageraba la cosa y que la insurrección se apagaría tan súbitamente como había estallado
57.
Al caer de la tarde, cuando ya la insurrección, o lo que fuese, parecía dominada, los sufrimientos de Villaescusa eran tales, que apenas podía ya contra ellos la entereza militar
58.
-O'Donnell acaba de sofocar una insurrección formidable; ha obtenido de las Cortes siete autorizaciones económicas y políticas, y de añadidura la suspensión de garantías
59.
Aterrado por el crecimiento de la insurrección carlista, el Gobierno solicitó el asenso de las Cortes para tomar desde luego todas las medidas extraordinarias que exigiese la gravísima dolencia de la Nación
60.
Mientras llega ocasión de traer a estas páginas las cosas de Cuba, os diré que la llamada paz del Zanjón (más bien tregua o convenio, al estilo del de Vergara) pactada entre Martínez Campos y los jefes de la insurrección, [203] no era del gusto del Partido Peninsular Español de la Gran Antilla
61.
La insurrección quedaba así apagada sólo por el temor al castigo
62.
El boicot de Londres a cualquier iniciativa de las Cortes que refuerce la soberanía nacional en España, su influencia exterior o el control de la insurrección americana, roza con frecuencia el descaro
63.
Y mientras las señoras hablan de niños, de tatas, de sirvientas, de patrones de ropa cosida por sus modistas en la calle Juan de Andas, de las novedades llegadas de Inglaterra a las tiendas elegantes de San Antonio, la calle Cobos y la calle Ancha, de las colgaduras y colchas de coco blanco —última moda para poner en las alcobas— y de la bandera que borda la Sociedad Patriótica de Señoras para obsequiar a los artilleros de Puntales, los maridos comentan la llegada de tal o cual barco, la mala situación financiera de un conocido, los trastornos, incertidumbres y esperanzas que para sus negocios suponen la ocupación francesa y la insurrección creciente, desleal, de las colonias americanas, alentadas con descaro por los mismos ingleses que en Cádiz, a través de su embajador, llevan meses saboteando los progresos constitucionales y favoreciendo al bando servil
64.
Los alborotadores gritaban: “¡Nika! ¡Nika!” (“¡victoria!”), y debido a ese llamamiento se conoce desde entonces este incidente como la “Insurrección Nika”
65.
No es que Jesús hubiera fracasado en su insurrección contra Roma y subsiguiente restauración del Reino de los Cielos
66.
La insurrección judía del año 67, que terminó con el aplastamiento de los rebeldes, la destrucción de Jerusalén y del templo, lo trastocó todo
67.
Pero no debe suponerse que la cultura sólo puede florecer en épocas de guerra e insurrección
68.
[83] Pronunciadas en 1831 por el mariscal Sébastiani cuando Rusia reprimió una insurrección polaca con la mayor de las durezas
69.
En algunas zonas, la Resistencia había intentado convertir la guerra de guerrillas en insurrección abierta, por lo general con resultados catastróficos
70.
La insurrección de la que había sido avisado Choltitz empezó a acelerarse esa semana
71.
Pertenecía a la Vigésima Valeria, una legión de próceres aburridos que se habían cubierto de gloria sofocando la insurrección de la reina Boadicea
72.
Una década antes, en los tiempos de la insurrección, Gayo Flavio Hilaris había tenido un cargo de menor rango: era el procurador a cargo de las minas de Britania
73.
Antes de retirarse había servido treinta años… cinco más de los necesarios porque después de la insurrección a los hombres experimentados que estaban en Britania les ofrecieron reengancharse a un precio privilegiado
74.
O acaso estaba inquieta por la insurrección de los anarquistas de Atlanta, que Benison no había conseguido sofocar por completo
75.
Pero al cuarto llegó la insurrección
76.
Supe que gestaban una insurrección y quería unirme a ella
77.
—¿Sabía usted que los conservadores preparan una insurrección en Santa Rosa? Pues sépalo de una vez: la culebra sigue viva, aunque la hayamos cortado en dos
78.
¡Que no les quepan dudas, compañeros! ¡Fueron los jesuitas y el prelado quienes promovieron la insurrección y el derramamiento de sangre en Santa Rosa! Ahora, los serviles arrojan ceniza sobre sus cabezas porque les hemos vencido, pero yo les digo a la cara: ¿no confiaban en que la Providencia se pusiera de su lado? ¿No querían un juicio de Dios? ¡Pues ya lo tienen! Dios ha juzgado y dispuesto que los jesuitas se vayan de Guatemala
79.
«Diderot es el hombre de su siglo que mejor encarna la insurrección filosófica», consideraba Sainte-Beuve, y no hablaba por hablar: con la publicación de La Enciclopedia se hundía la antigua mentalidad europea, dando paso al pensamiento moderno
80.
Sería suficiente para una pequeña insurrección armada, siempre que el material se distribuyera con eficacia
81.
Y las luces parpadeantes de la ley marcial estaban brillando en todos los edificios más altos, incluido el muñón del Empire State, que había sido acortado en diecisiete pisos durante la insurrección de 1988 pero que seguía siendo un punto de referencia visible desde todas partes
82.
Acaso con la complicidad del patriarca cristiano en Alejandría, temeroso de perder aquel cuerpo en grave peligro por una insurrección cristiana
83.
Una vez terminada la insurrección, ya habrá tiempo…
84.
Todos los recién llegados consolidaron sus posiciones de hacendados de una manera tan firme y veloz que una insurrección en su contra era algo inconcebible
85.
–¡Catalanes! ¡Españoles! ¡El general Goded, jefe de la insurrección militar en Barcelona, les va a dirigir la palabra! ¡Atención! ¡Atención! ¡Escuchen al general Goded!Cecilia contuvo la respiración y aguardó las palabras del general con la mirada fija en la rejilla ovalada del aparato de radio
86.
Ahora acaba de decirle: «Si el rey Rodrigo no hubiera tenido a su ejército inmovilizado aquí combatiendo una insurrección, cuando Tariq desembarcó con sus tropas allá en el sur, en la roca de Calpe, tal vez habría podido detener a esas bestias que ahora nos atormentan y nos tienen subyugados»
87.
Los legisladores de Grecia habían comprendido perfectamente la importante necesidad de gangrenar los miembros para que, influyendo su disolución moral en la que es útil a la máquina, resultase de ello la insurrección, siempre indispensable en un gobierno que, perfectamente feliz como el gobierno republicano, debe excitar necesariamente el odio y los celos de cuanto le rodea
88.
La insurrección, pensaban esos sabios legisladores, no es en modo alguno un estado moral; debe, sin embargo, ser el estado permanente de una república; sería pues tan absurdo como peligroso exigir que quienes han de mantener la perpetua conmoción inmoral de la máquina, fueran seres muy morales, porque el estado moral de un hombre es un estado de paz y tranquilidad, mientras que su estado inmorales un estado de movimiento perpetuo que le acerca a la necesaria insurrección, en la que el republicano tiene que mantener siempre al gobierno de que es miembro
89.
Ignoraron sus advertencias y los informes oficiales explican que la batalla fue una insurrección de la población india
90.
Este último acto fue, en otro giro irónico, uno de los pocos casos de exceso de medios jamás registrado en una insurrección de no muertos
91.
–¡En mi casa jamás, y menos hablando de insurrección!
92.
En el interior, ya se ha dicho, la Vendée es aplastada y la insurrección federalista aniquilada
93.
Más tarde, al bajar la tensión, sólo los crímenes constatados conllevarán una condena a muerte: participación armada en la insurrección, asesinatos, incendios voluntarios
94.
¿Era el precio demasiado alto? ¡No! En el momento en que aquellos traidores estuvieran muertos, Roma se tranquilizaría como por arte de magia; cualquier idea de insurrección se desvanecería de la imaginación de todos los hombres
95.
Insurrección popular, pues, y no «política» -aunque acompañada de contradicciones y errores, como todo lo humano-, y ni siquiera «social», sino fundamentalmente religiosa, contra los intentos de descristianización que una minoría de feroces ideólogos realizaba en la capital
96.
—Te importará cuando los nobles lleven al pueblo a la insurrección y te crucifiquen desnuda en la plaza mayor
97.
A la mañana siguiente, Triunfador fue acusado ante el juez de Greeley, un hombre que también era dueño de una finca agrícola y que sabía reconocer una insurrección en cuanto se presentaba ante sus ojos
98.
Se producía entonces la feroz insurrección, las salvajes represalias y la fría y persistente trituración del molino
99.
El señor Cartaya esperó pacientemente en aquella ocasión el final del discurso y luego arremetió en defensa de la insurrección:
100.
Con sus cuatrocientos agresivos abogados decididos a no callarse sus opiniones, la empresa sin duda se hallaría al borde de una insurrección