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con ellos, ya a esas alturas, una red inextricable de negocios que les eran de una gran utilidad
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alturas los jeroglíficos de la libertad
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alturas, ya habrían cerrado y se estarían aplicando con renovado afán a buscar en su interior
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sorprender por los ojos oblicuos de las aspilleras, a todas las alturas, a la del estómago, del
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que sobra en las alturas
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pastores: Gloria á Dios en las alturas y paz en la tierra á los hombres de
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con decir gloria á Dios en las alturas y paz en la tierra álos hombres de buena
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Entre ambas alturas el llano entenebrecido; el cielo dividido en dosfajas horizontales y
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De tiempo en tiempo, un cohete de arranque subía rasgando los aires,estallaba en las alturas, y
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intentado por ladivision de Salomon sobre las alturas de Vijirima, y, batiéndola congrandes ventajas, la obligó á retirarse á Puerto-Cabello
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escala de las alturas
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mientras que en elsolsticio de verano, se eleva á alturas muy
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alturas mas elevadas de la cordillera de los Andes; es enella en donde las vastas planicies, vecinas al límite
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quichuas,ocupados sobre las alturas vecinas en la cria y el pastoreo de ganados,que consisten en vacas,
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Los aguaceros son frecuentes en aquellas alturas; pero los mas
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alturas, y paz en la tierra, a los hombres de buenavoluntad''; y a la salutación que el mejor
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coinciden enlas mismas creencias y opiniones, suben a las mismas alturas, yespeculan y
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gradual de las alturas que detenían las nubes de lluvia y denieve, la dirección distinta que los vientos
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Luego, la nieve se extiende sobre las alturas, y, con frecuencia, laniebla que sube por la pendiente del
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abismo yatravesando las alturas por túneles pendientes que los
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alturas de su actual bienestar y de sus distracciones, me
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en las alturas delAsia, y por último en esos innumerables grupos
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El hombrecillo, á pesar de que estaba en las alturas, miró en torno concierta inquietud, temiendo que alguien pudiese escucharle
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Música del sol, habitante de las alturas, poeta del follaje, se
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El sol relucíairacundo en las alturas con
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indican la presencia de una persona que ocupa las alturas de
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ciernen en las alturas de laelocuencia y allí se mueven con la
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cuando en las alturas donde mora el cóndor habían
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Reinaba allí el silencio de las alturas
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refugiarse en las alturas como en unarca y hablar allí de todo lo
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¿Cómo se acordaría en las alturas de su nueva posición
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graznaban asustados en sus alturas al percibir elroce de unos
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relámpago hacia las alturas, hasta convertirse en un
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sabiduría, lo guiaba en sus excursiones por las alturas del templo
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atolondrase tanta grandeza y sintieran el mareo delas alturas
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fuerzas, con laespada de la ley en la mano, a las alturas que
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Comola vista en las alturas siente
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abajo, desde las alturas de su federalismo ideal, a lapráctica aplicación de lo que él
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pugnaban por levantarse, pero volvían a caer en seguida; otrosmiraban a las alturas
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lamento agudo de los bosques de alrededor subían a las alturas comoel clamor del mar
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durante varias generaciones corrieron torrentesde sangre por la posesión de aquella gota de agua que brota allá arribaen pacíficas alturas
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Los ventisqueros, lostorrentes y los ríos que bajan de las alturas para llevar á las tierraslos benéficos aluviones, son también seres animados, dioses y
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El puma, con el empujón del hambre, también descendía en invierno delas alturas para rondar en torno á los ranchos y casitas de la Presa
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Los dos empezaron á evolucionar por las tierras de la estancia,persiguiéndose á través de alturas y
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cuando la luz solar se dilataba enlas alturas y empezaban a clavetear el cielo las
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ciertaprotesta contra los que vivían en las alturas
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cuando atravesaba las horrendas alturas de los Andes,
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En las calvas alturas de la costa, de
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alturas, aunque fuesecon la humildad del mendicante
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Ella guardaba un buen recuerdo de la expedición á las alturas
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—En las alturas que cierran el puerto de Pollok; su guarnición es igual á la del anterior
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pasión de las alturas; pero yo, quecarecía de ambas cosas, ¿para
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extraño son en el silencioimponente de aquellas alturas
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Era de rigor que yo las atajara en estas alturas del apóstrofe
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Bendito el que viene en el nombre delSeñor: Hosanna en las alturas
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Señor: (Hosanna en las alturas!
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14 Gloria en las alturas á Dios, y en la tierra paz, y á los hombres buena
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y gloria en las alturas
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bendito el que viene en el nombre del Señor:Hosanna en las alturas
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Señor: ¡Hosanna en las alturas!
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14 Gloria en las alturas á Dios, y en la tierra paz, buena voluntad para con
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ladiestra de la Majestad en las alturas,
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¡Hosanna en las alturas!
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de laMajestad en las alturas:
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El equipaje quedó en las alturas
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, á menos queno proceda de la extraña configuración panorámica del pueblo vistodesde las alturas de
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El que haya corrido las alturas y hondonadas con que encadenan el
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Todos los matices de la flor, todoslos misterios de la selva y toda la grandiosidad de la vegetaciónintertropical, se muestran escalonados en aquellas alturas, en las querepercutido se deja oir el estridente chillido del mono, el agorerocanto del
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En la última batalla tus congéneres hubieron de retroceder; quizás a estas alturas ya han renunciado a sus posesiones
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Kaz, obstinado en escoltar a su amigo, no había traspasado el escollo y era catapultado hacia las alturas cada vez que lo intentaba
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A estas alturas, el prisionero había hecho jirones las ligaduras que lo cubrían y comenzaba a perfilarse en toda su corpulencia
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Los caballeros de las almenas estiraron los índices hacia las alturas, y se iniciaron los murmullos
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La partida del Dragón hacia ignotas alturas demostraba que había una salida en un nivel superior
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Una vez recorrida esa galeria, con la impresión de que seguíamos viajando por la llanuera, nos encontramos en una cuenca dominada por las colinas, que se alzaban a ambos lados y detrás evidentemente, habíamos entrado en el Monferrato subiendo por una imperceptible y continua pendiente, las alturas nos habían todeado sin que me diera cuenta, y ya entraba yo en otro mundo, en una fiesta de viñas aún jóvenes
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Se trataba, vistas desde la distancia, de cimas de varias alturas, algunas sobresalían apenas entre puntas más bajas, otras más escarpadas, muchas dominadas por construcciones -iglesias o grandes casas solariegas y una especie de castillos-que se enrocaban con entrometimiento desproporcionado y, en lugar de complementarse con dulzura, daban a las cimas un empujón hacia el cielo
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Habían ascendido hasta el último nivel de Jheeter's Gate y una vez allí habían descubierto el insólito espectáculo de la gran estación desde las alturas
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El sari miró a su espalda en dirección a las embarcaciones de los korsars y vio como de nuevo emprendían la persecución, ya que, a esas alturas, para ellos debía ser evidente que su presa se estaba echando desesperadamente sobre la línea de arrecifes intentando ganar la costa en lugar de arriesgarse a ser capturados volviendo a mar abierto
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Y encima de todo, como si lo asombroso de abajo fuera poco, yo descubría un nuevo mundo de nubes: esas nubes tan distintas, tan propias, tan olvidadas por los hombres, que todavía se amasan sobre la humedad de las inmensas selvas, ricas en agua como los primeros capítulos del Génesis; nubes hechas como de un mármol desgastado, rectas en su base, y que se dibujaban hasta tremendas alturas, inmóviles, monumentales, con formas que eran las de la materia en que empieza a redondearse la forma de un ánfora a poco de girar el torno del alfarero
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Si lo molesto a estas alturas, tantos años después, es porque me veo en la obligación de aceptar el ofrecimiento que me hizo usted en nuestro último encuentro, cuando me relató las circunstancias que habían originado la puesta en libertad de Isidoro Gómez
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Por consiguiente, ni siquiera a estas alturas sabía a ciencia cierta si 1) una mujer me deseaba o no, 2) en el supuesto de que fuera así, ¿cómo debía «tomarla»?, 3)… No es necesario, pues me parece que la descripción ya está bastante clara
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Lo descolgué al quinto toque, cosa que era un error por mi parte ya que la gente, a estas alturas, sabía que solía contestar al primero o al segundo
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Por lo demás, a aquellas alturas, hacia febrero de 1977, ya estaba claro para todos que Suárez iba a cumplir en un tiempo récord el encargo que le habían confiado el Rey y Fernández Miranda; de hecho, cruzado el Rubicón de la Ley para la Reforma Política, a Suárez no le quedaba más que finalizar el desmontaje del esqueleto legal e institucional del franquismo y convocar elecciones libres después de pactar con los partidos políticos los requisitos de su legalización y su participación en los comicios
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y la realidad era que a aquellas alturas de la madrugada -a medida que tras la comparecencia del Rey en televisión caían en cascada las condenas al golpe de las organizaciones políticas, sindicales y profesionales, de los gobiernos autonómicos, de las alcaldías, de las diputaciones, de la prensa y de un país entero que había permanecido en silencio hasta que vislumbró el fracaso de los golpistas- el interior del Congreso empezaba a estar maduro para la capitulación, o eso era al menos lo que pensaban quienes dirigían el cerco al edificio y habían abandonado ya la idea de asaltarlo con grupos de operaciones especiales por temor a una escabechina y concluido que bastaba dejar correr el tiempo para que la falta de apoyos externos hiciese sucumbir a los secuestradores: salvo los principales líderes políticos, aislados durante toda la noche en otras dependencias del Congreso, los parlamentarios permanecían en el hemiciclo, fumando y dormitando e intercambiando en voz baja noticias contradictorias, a cada minuto que pasaba más seguros de la derrota del golpe, vigilados por guardias civiles que intentaban hacerles olvidar los ultrajes de los primeros instantes del secuestro tratándolos con mayor consideración cada vez porque cada vez estaban más desmoralizados por la evidencia de su soledad, más diezmados por el sueño, la fatiga y el desaliento, más arrepentidos de haberse embarcado o haberse dejado embarcar en aquella odisea sin salida, más asustados ante el futuro que les aguardaba y más impacientes por que todo acabase cuanto antes
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Estaba claro también que a esas alturas ya era demasiado tarde para llevar a cabo una reacción eficaz
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«Hay muchas razones por las que podrían rechazar a un perro de refugio: quizá no sea tan guapo o tan dinámico como un perro más joven o esté deprimido por encontrarse en un refugio a esas alturas de la vida, podría estar asustado por el entorno y ocultar su verdadera personalidad, podría no haber sido adiestrado para vivir en un hogar y por ello permanece sentado en la perrera, sobre sus propios excrementos, o podría enfrentarse al estrés desfogándose: ladrando, yendo de un lado para otro, gruñendo
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¿Se trataba de un temblor de tierra? ¿Podía ser el sonido lejano de una apartada tempestad? Intentaba encontrar una respuesta cuando, casi al unísono, las alturas, en medio de las cuales discurría el valle, se llenaron de bultos mayores que hombres, armatostes que mi vista no podía apreciar con exactitud y cuya contemplación sólo trajo desasosiego a mi corazón
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Esa piedra de sal constituía una de sus más preciadas posesiones en semejantes alturas, y cada cual la conservaba como un valioso tesoro, puesto que sabían muy bien que sin su ración diaria acabarían enfermando
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Conviene que comprenda a estas alturas que incluso entre los «gamines» existen diferencias, pues no es lo mismo «gaminear» teniendo madre y casa, aunque sea una chabola en las afueras, que no vivir con nadie
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Tenga por seguro que si me hubieran pagado un millón de pesos por cadáver, a estas alturas tendría mi propio cementerio, pero cuando se ponían en una columna los riesgos y en otra los beneficios, no cuadraban las cuentas
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Hubiera bastado con un simple tiro entre los ojos en un callejón oscuro, pero a estas alturas sabes muy bien que hice todo aquello por distraerme
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La última vez que le vi contaba con catorce hombres, pero lo más probable es que la mayoría le hayan abandonado a estas alturas
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Con elegancia inhumana, saltó hasta el aparcamiento desde las alturas del edificio, seguida por sus secuaces
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«Si han muerto todos, a estas alturas cabría esperar como mínimo la aparición de un cuerpo», declaró ayer el detective Cromwell
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—¿Quién? —lo cierto era que, a esas alturas, no podía recordar a qué desaparecido querían encontrar
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El maestro zen tuvo que inclinarse con media sonrisa y ajustar las varillas a nuevas profundidades y alturas
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Enfocaron los amplificadores de hojalata hacia las alturas
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Y a estas alturas, tal vez el Todopoderoso está agotado por el incierto clima terrestre
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A estas alturas empiezas a estar hambriento