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Allí en esta nación y en todos los países de alrededor, cada uno siente que supervive a su antojo, ante la posible destrucción o aniquilación total de su raza
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(creación divina que nos espera, que el hombre destruye, altera y domina con la envidia, con todo su antojo, desproporcionando las sabias PROPORCIONES que DIOS dejo establecidas
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Capítulo aparte le dedicó a la liberación femenina: Dijo, entre las innumerables cosas que trató sobre el tema, que las mujeres, tratando egoístamente de buscar su acomodo, habían acabado con la familia, que es la célula de la sociedad tal como se daba antes, pues con las reivindicaciones obtenidas con la liberación femenina ahora les había dado por el antojo de desempeñarse hasta en los oficios que por naturaleza le corresponden a los hombres, con lo cual los han venido desplazando del mercado laboral, sumiéndolos en el desempleo y arrinconándolos en sus hogares en un cambio brusco de roles, desempeñando las labores propias de la mujer, cuestión que ha dado al traste con las uniones maritales, con la familia y con el orden social
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el brillo mate de la plata y por fin los iconos y las gentes avanzando a su antojo en grupos
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Dispón a tu antojo de nuestras
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Iglesia, para así poder manejar a los fieles a su antojo
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una de las cuentas de Eloísa, de donde el a disponía a su antojo, por una parte para
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lado,no me hace maldita la gracia el antojo ese: palabra de
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antiguo y el cronista,venido tras él, transportaban a su antojo la
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Si uno puede á su antojo encontrar en la provincia de Caupolican, ora elfrio de los polos, ora el calor de las
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multiplicado los rigurosos castigosimpuestos á los indígenas, y por la menor falta ó por el mero antojo deun
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habían tratado, la imaginación vulgar pudo inventar yfantasear a su antojo
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y dirigir a su antojo, con tal que las compotas y otrasgolosinas
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Estas eran siempre por el campo, donde cada día buscaba un paisajedistinto y al antojo de su poética
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absoluto señor y dueño de todo, y asímudaba á su gusto y antojo las determinaciones de todo el consejo
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había tenido el antojo de engalanarse
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graciosa que una grandama tuviera el antojo de disfrazarse
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mostraban deseo tanvivo, que bien parecía antojo
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era el mismo enemigo, no se acobardóy tuvo el antojo de llamar
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dirigen escudados con el nombre deliberales, haciendo leyes á su antojo, para después obligarnos con
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aquellaelevación que producía en todo su ser el antojo de un vuelo fantástico
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en el mundo? Hasta es ridículo mi antojo de que seavirtuosa la
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No había antojo queno satisficiera la imaginación a
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¡Vaya que es antojo el de llegar
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explicar el antojo muy «racionalmente»
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Este antojo de Pepita de obsequiar tanto a mi padre, quien lapretende y a
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provincia cantando y ahora hacebailar los títeres a su antojo
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vivir á su antojo en toda deshonestidad
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caído en manos deaquellos bárbaros, que á su antojo le hubieran
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antojo: y convenido con los oficialesreales, abrieron las puertas del tesoro del Rey, y extrageron
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principiaron cuantos excesos les dictabasu antojo y sugeria el caudillo cuyo egemplo siguieron los
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enemigoestaba en el campo; pero no pechaba la infeliz que tuviera el antojo
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tal tema la descendiente de losPipaones se explayaba a su antojo
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proceso a que en el Perú dió motivo la niñadel antojo
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que le habían tratado a su antojo
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Cierto es que ahora tenía que compartir mi particular Olimpo con otra diosa cada vez más popular: la ciudadana Bonaparte, pero ¿acaso no era ésta mi mejor amiga? A ella la nueva ausencia de su marido la colocaba, dicho sea de paso, en la muy envidiable situación de ser la esposa del hombre más popular del momento y, al mismo tiempo, una dama sola que podía pasear con diversos amigos y divertirse a su antojo
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Muy interesado por el relato del misionero, estaba pensando en ciudades arruinadas por guerras de Barones, asoladas por la peste, cuando los punteadores, invitados por Rosario a distraernos con alguna música de su antojo, preludiaron en las bandolas
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El primer deber de un mandatario es acatar las leyes, porque si las manejáramos a nuestro antojo volveríamos a los tiempos del caos y la anarquía
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–No lo dudo, pero, ¿acaso son ésas las únicas razones para este antojo repentino?
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Todas las tardes el mago recorría las Edades a su antojo
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A solas con su pensamiento, la dama se complacía a veces en deponer convencionalmente su orgullo, dejándole a un lado, como dejan los cómicos entre bastidores la púrpura y la corona con que han hecho el papel de reyes; y entonces construía una sociedad a su manera, con una igualdad a su antojo, sin las diferencias crueles que separan eternamente a lo que por la Naturaleza debiera estar unido
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Quizás Ehrran quisiera dejarlo en una estación stsho, donde no habría nadie para impedir que los kif actuaran a su antojo
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–Que tengan centinelas, al menos -la idea de completos desconocidos vagando a su antojo por el interior de la Orgullo, bastaba para ponerle los nervios de punta
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Le anunció que el señor y la señora Denman habían salido para un ensayo, pero que habían dejado el encargo de que el señor Satterthwaite dispusiera a su antojo de la casa hasta su vuelta
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-Si los bandoleros tienen el antojo de hacerme una visita -musitó- los recibiré con todos los honores que merecen
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Se les debía algo más que mera obediencia: toda crítica hacia ellos era profana por definición y millones de personas vivían y morían bajo el miedo más profundo a un gobernante que podía escogerlos para un sacrificio o condenarlos a su antojo a un castigo eterno
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Las clases altas vivían en el ocio, ajenas por completo al sentido de culpa, puesto que el trabajo no era virtud sino fatalidad, indiferentes a la suerte de los menos afortunados y rodeadas de esclavos a los cuales podían atormentar a su antojo
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—Le aportan la energía y los detalles que necesita, y él los dirige a su antojo
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Cuando llegó a San Benito tenía cuarenta y cinco años y el convento le pareció un maravilloso huerto que entregaban a sus cuidados y cuyos frutos crecerían a su antojo; máxime, al estar la priora enferma y hallándose la nave del convento en manos de la prefecta de novicias, a la que veía mucho más proclive a su planes
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Ese pueblo dentro de mi cabeza, como lo describen mis nietos, es un escenario donde pongo y quito a mi antojo objetos, personajes y situaciones
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Pero para hacer un duplicado de las llaves se tenía que sacar el molde, lo que significaba que en la casa, además de la sobrina, debía haber alguien más que podía entrar y salir a su antojo
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Cariñoso hacia su amigo el comisario, a quien enviaba sus mejores deseos de recuperación; indignado porque, a pesar de todas las promesas de los hombres del gobierno, la mafia seguía actuando a su antojo en la isla, sin miramientos, y racional porque establecía una relación entre la detención de Tano el Griego y el descubrimiento de las armas
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Por lo visto, llegaba hasta tal punto que había hecho circular algún que otro catálogo numerado para que pudieran elegir a su antojo
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En los extensos prados y entre los árboles, el manso ganado se movía a su antojo
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cuando así hace a su antojo y deshace el Campeador
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Yo hablaba así, echándomela de bravo; pero en realidad sentía profunda pena al caer en la cuenta de que era un prisionero de guerra, de cuya libertad y residencia los franceses [204] disponían a su antojo
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¡Engañarle a uno, engañar a un hombre que sería capaz de revolver el mundo si le dieran tres mil hombres escogidos; a un hombre que sería capaz de afianzar la corona en las sienes del rey José o en las del rey Fernando, según su antojo y voluntad!
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La corporal vista es un órgano de quien dispone a su antojo el demonio para atormentarnos
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Pues digo: también hay que tener cuidado con los niños, que se los roban para criarlos a su antojo, que es en la fe de Majoma
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-Pues a mí me ha entrado el antojo de visitar también a los presos
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Y el príncipe Hossein, que sabía bien que su prima Nurennahar no podría ya pertenecerle, al ver cuán superior a ella era la princesa gennia en belleza, en atractivos, en atavíos, en ingenio y en riquezas, al menos según podía él conjeturar por lo que acababa de ver y por la magnificencia del palacio en que se hallaba, no tuvo más que bendiciones para su destino, que le había conducido, como de la mano, hasta aquellos lugares tan próximos y tan ignorados; e inclinándose ante la bella gennia, le dijo: "¡Oh princesa de los genn! ¡oh dama de la belleza! ¡oh soberana! ¡la dicha de ser esclavo de tus ojos y verme encadenado a tus perfecciones, sin méritos por mi parte, es capaz de arrebatar la razón a un ser humano como yo! ¡Ah! ¿cómo es posible que una hija de los genn pueda posar sus miradas en un adamita inferior y preferirle a los reyes invisibles que gobiernan los países del aire y las comarcas subterráneas? ¿Acaso es ¡oh princesa! que estás enfadada con tus padres, y, a consecuencia de un disgusto, has venido a habitar en este palacio en que me recibes sin el consentimiento de tu padre, el rey de los genn, y de tu madre, la reina de los genn, y de tus demás parientes? ¡Y quizá, en ese caso, vaya a ser yo para ti causa de sinsabores y motivo de molestias y fastidios!" Y así diciendo, el príncipe Hossein se inclinó hasta la tierra y besó la orla del traje de la gennia princesa, que le dijo, levantándole y cogiéndole la mano: "Sabe ¡oh príncipe Hossein! que yo soy mi única dueña y que obro siempre a mi antojo, sin sufrir jamás que nadie, entre los genn, se inmiscuya en lo que hago o pienso hacer
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Al lado suyo, hablo a mi antojo, y jamás me reprende ni me censura
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Y aquel día, mirando Al-Raschid la multitud de caballos parados delante de la morada de sus favoritos y la muchedumbre que se aglomeraba a su puerta, dijo delante de mí, como hablando consigo mismo: "¡Alah recompense a Yahía y a sus hijos El-Fadl y Giafar! Ellos solos se han encargado de todo el ajetreo de los asuntos, aliviándome de ese cuidado y dejándome tiempo para mirar a mi alrededor y vivir a mi antojo"
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Se necesitaba, empero, un pequeño incentivo más para aumentar la excitación de los infames y anormales deseos de aquellos dos hombres que en dicho momento, con ojos inyectados por la lujuria, contemplaban a su antojo el despliegue los tesoros que estaba a su alcance
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Aunque los legados, tribunos y soldados podían ir y venir a su antojo, los generáles estaban obligados a permanecer en el campo de Marte
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¿Qué hombre ha sentido alguna vez que su capacidad intelectual es absorbida por completo, por estar ocupada por la más punzante miseria que se pueda imaginar? En momentos de peligro inminente, la mente aún puede recorrer a su antojo el pasado, a pesar del presente; en momentos de amarga aflicción, aún puede recurrir a las banalidades cotidianas, a pesar de uno mismo
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Construido en los tiempos en que la Inquisición de Venecia hacía a su antojo, se dice que salvó a un antepasado de mi señor de caer en sus garras
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Espero que este relato de mi vida en tierras africanas me dará nuevas ocasiones de explanar con detenimiento materias tan sutiles, y ahora, puesto [8] a infringir, quebranto el método natural de toda narración, y divago a mi antojo, volando de idea en idea y de impresión en impresión
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Es el cielo de los librepensadores laicos, que pueden entrar y salir a su antojo cuando les parezca e ir de visita a los infiernos cuando lo deseen, no solamente en días domingos
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Los protagonistas no eran personajes ficticios con los que el autor juega a su antojo, sino seres humanos reales que a punto de mostrar todas sus cualidades bélicas sin el menor reparo estaban
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Como pidiendo, el viejo Dumas, comprensión por ceder al caprichoso antojo de fotos de la nena, joven y guapa a fin de cuentas, piel suave y boca ardiente que la vida todavía le reservaba en el último recodo del camino, a sólo tres años de su muerte
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Todo estaba en función —y esto fue lo que horrorizó a Frederic al caer en la cuenta— del antojo de un par de hombres a los que un rey o un emperador concedían el derecho de hacerlo así, en nombre de una costumbre ancestral que nadie osaba discutir
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Reconoce que la puede manejar a su antojo
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El físico sembró la alarma de que la URSS estaba utilizando técnicas muy sofisticadas para cambiar y modificar a su antojo el clima, así como otros objetivos psicológicos amorales
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Se le había corrido el maquillaje, dejándole un zigzag de líneas negras por el centro del antojo, y tenía un aspecto tan desastrado, estaba tan deshecha por la catástrofe que había desencadenado sobre sí misma, que casi sentí compasión de ella
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Ésa es la situación, ¿verdad? Intenta quitarle un antojo de la cara
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Pero no antes de que desaparezca el antojo
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Saqué una antología de bolsillo de los cuentos de Hawthorne y encontré El antojo, que leí frente a la librería, sentado en el frío suelo de baldosas, tratando de imaginar lo que Alma debió de sentir al leerlo de adolescente
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Luego, en lugar de continuar su camino por ella, la abandonaron, y se dispersaron a su antojo sobre el césped
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Tú puedes elegir entre una oferta «muy interesante» a la Emmi Rothner que te dicten tus ganas, tu antojo y tu imaginación
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Ya es complicado hacer que los miembros de la Casta acaten las leyes, que en ocasiones cambian a su antojo, pero todavía lo es más cuando se trata de cuestiones morales
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—¡Oh! ¡Hagan lo que quieran! ¡No puedo impedirlo! ¡Obren a su antojo!
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A Patricia le gustaba decir que si su marido no hubiera tenido un antojo de Mars aquel día de julio de 1967, mientras pasaba por Milford en un viaje de trabajo, las cosas habrían sido muy distintas
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Hombres como éstos, sus propios sirvientes, sus ayudantes, sus sicofantes, se habían vuelto lo bastante audaces como para acorralarlo y en lugar de que la hora siguiente fuera suya para disponer de ella a su antojo, estaban resueltos a hacer que fuera de ellos
85.
Por ejemplo, caminar por las calles del Once, en el barrio conocido como Little Lima, buscando un restaurante peruano para comer choclo con queso fresco, un antojo de verano, y firmando autógrafos para las chicas peruanas que se ganan la vida abnegadamente en esta ciudad, siempre con la misma broma que no falla: «Para Rosita, cásate conmigo»; «Para Elena, por qué me dejaste»; «Para Rebeca, todavía te amo», y luego oír las risas felices de las Rositas, Elenas y Rebecas de este mundo, mientras nos alejamos caminando en busca de los cines del Abasto
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El coronel Lockett quería sacarlos de allí para poder bombardear Mortain a su antojo
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Sírvete de ellos a tu antojo
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A diferencia de los candados que Maynard conocía, cuyas combinaciones fijaba el fabricante, aquél permitía al propietario componerlas o modificarlas a su antojo
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Sólo sirve para producir los deliquios y alucinaciones del misticismo: hace del hombre un ser fuera de sí, que no está nunca en sí mismo, sino en otro mundo que él puebla, a su antojo, de seres, dándoles vida incongruente e ilógica, como la suya; poniéndolos en acción, atribuyéndoles hechos raros, disparatados, absurdos, como los suyos
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Había creído que el deseo de tener un niño finalmente le iba a llegar, como un repentino antojo por una comida diferente
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Una madre tenía que conseguir la comida por la que sentía antojo, si no el niño que crecía en su vientre moriría
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La vida te traerá y llevará a su antojo pero a mí no vas a seguir complicándomela
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Podía ir y venir a su antojo
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Tanto para el Mocho como para la Bambina -que siempre creyeron que el Mocho Chico los despreciaba- fue una sorpresa muy agradable este antojo del muchacho
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Todo lo más, algunos cuentos de hadas -sirva de ejemplo La hija lista del campesino, recopilada por los hermanos Grimm- habían sugerido que las mujeres superaban en inteligencia y astucia a los hombres, dominándolos a su antojo y decidiendo su suerte
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En el segundo día del Año Nuevo es costumbre que las mujeres se visiten unas a otras, habiendo los hombres comido y bebido a su antojo el día anterior
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Ahora pudo por primera vez Tarzán examinar a su antojo aquellos hombres bestiales y de aspecto de reptiles, y a sus no menos horribles cabalgaduras
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En cuanto usted supiese que era libre de ir o venir a su antojo, nada en el mundo, ni la tira emplástica, ni el dolor de la espalda, ni todos los enfermeros del hospital, serían capaces de retenerle
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Me utilizaron durante varias horas a su antojo y como nunca