1.
Al caudillo revolucionario, cuando luego de ser engañado y traicionado, fue juzgado por los tribunales para ser condenado al patíbulo, se le inventaron crímenes que nunca cometió y se quiso agotar el innoble recurso de cubrir su nombre con la más repugnante de las infamias
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Muchos é importantísimos eran los servicios prestados á la causa de laindependencia por el caudillo del
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el día de laelección como a caudillo respetado
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un Jaun, de un caudillo legendario, que vivía comoencantada en
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la quefué victorioso caudillo el Padre Paulí
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El asceta se convierte en caudillo y en esta
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—«¡Han violado la Constitución! ¡Abajo el gobierno!»—dijo gravementeel caudillo
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caudillo que dirigía las batallas; el otro ordenaba losmovimientos y remataba a los
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extranjerosde la expedición, suavizaron la consideraciónde las condiciones de caudillo quele
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Gobernador y caudillo que por el Infante Manfredo les rigiese
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que el caudillo que en lasrevueltas llega a elevarse, posee sin contradicción, y sin que
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salvar laprovincia del dominio del caudillo que se estaba levantando en losLlanos, y
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a jugar y a dejarlo en poder del caudillo
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un caudillo de campaña para conocer la forma de gobiernoque más conviene a la
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Facundo, el caudillo más joven y emprendedor, había paseadosus hordas por las
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jefes de la provincia, gobernador nominal y caudillo, el mayordomoy el señor, habían
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caudillo, no obstante que ya lo ha extendido portodo el litoral de los Andes, y sólo la
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De aquí nacen los desaciertos de aquel caudillo ylos desastres que se
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escritos que quedan de aquel caudillo
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loshombres que comprenden que un caudillo que encabeza un gran movimientosocial,
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El millonario y el caudillo de los pobres se estrechaban
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caudillo que la mitra de Toledo, y al ver que los morosavanzan, sale a su encuentro en los
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«Por supuesto, concluía, siempre y cuando que la fortaleza no se hayarendido al caudillo de la
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En la época de la expulsión de los árabes,{80-1} el caudillo quedefendía el castillo
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robaban a las gentes en nombre de un caudillo deprovincia o de
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en esteremedio; y el caudillo, gracias al espeluznante tormento,
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nuestro: elsoldado, el caudillo y el navegante
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Y miraba en torno, como un caudillo que se prepara para
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que este hombre es caudillo de un apretadoescuadrón de
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principiaron cuantos excesos les dictabasu antojo y sugeria el caudillo cuyo egemplo siguieron los
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donde el caudillo que los gobernabapreguntó la razon porque se conducia preso al cacique Pacoricona,
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que tambien aguardaban aquel dia la muerte,intimada por el inhumano caudillo de los rebeldes, si no
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sueltos no conseguían excitar elinterés del valeroso caudillo, y dejaba a la redacción
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la Gorgheggi fueraun gran capitán, un caudillo de amazonas de la moral, de mujeres derompe y
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Abriéndose paso a codazos entre la multitud de guerreros, el poderoso caudillo avanzó hacia mí
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Los bátavos, conscientes de haber realizado una empresa considerable, lo miraban ahora con otros ojos, casi con afecto, y si antes lo apreciaban, ahora —él así lo sentía— veían en él una especie de caudillo
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Al ocupar la ciudad y utilizarla como centro para su rebelión, nombraron como su caudillo a uno de los sacerdotes de Iunu llamado Osarsef
38.
A pesar de que los faraones de la dinastía XII restablecieron el prestigio de la realeza, el «Horus viviente» se consideraba ya más como un caudillo invencible que como un dios
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Yo no soy el caudillo de los insurrectos ni cosa que se le parezca
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La fama del viejo caudillo era conocida; por otra parte, los sartos siempre se mostraron valientes soldados, en sus continuas guerras con quirguizos y usbekis, los eternos depredadores de la llanura turana
41.
El Caudillo habla después de la cooperación con «la gran familia de los pueblos hispanoamericanos» y de la crisis de la energía
42.
Cuando El Benefactor lo recibió en su despacho, la pareja había pasado sólo unos días en la ciudad, pero ya el chisme de que la esposa del embajador era muy bella había llegado a oídos del caudillo
43.
Y Marcia se quedó porque la conmovió la soledad del viejo caudillo y porque la alternativa de regresar donde su marido le pareció menos interesante que el desafío de atravesar el cerco de hierro tras el cual ese hombre había vivido durante casi ochenta años
44.
–La paciencia es importante para el hombre y vital para el caudillo -dijo Toranaga-
45.
Buntaro era un aguerrido general, y Omi sabía que los dos se complementaban: Omi, el audaz estratega, Buntaro, el intrépido caudillo para el ataque
46.
–La paciencia es muy necesaria en un caudillo
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lo que no haría el caudillo por cuanto en el mundo hay,
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al caudillo que adora el ibero;
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El caudillo le reconoció al instante: «Ordax
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Olvidado de la Orden que profesaba, de buena gana habría salido del ruedo, y acometiendo al orgulloso caudillo, le habría dado un par de morradas buenas, pero buenas, [46] de las que él sabía y solía dar en sus tiempos de seglar levantisco y pendenciero
51.
—Creo que debes hacer lo que están empeñados en que hagas y erigirte en caudillo de la sublevación de Etruria y Umbría contra Roma
52.
Abrevió el caudillo su visita cuanto pudo, no sólo por la prisa de expugnar a Vergara, sino porque le asfixiaba la atmósfera, el tufo de camarilla; y aunque ninguno de los corifeos del Cuartel Real le mostraba desafecto, no ignoraba que en la tertulia del Rey y en los corrillos de toda aquella caterva de vagos y aduladores se le iba formando una opinión adversa, regateándole sus méritos o servicios, censurando sus actos
53.
¡Lucido quedaría si no la cumplía; si el ejército cristino, reforzado pronto con los cien mil hombres de la quinta, no lograba sofocar la facción y restablecer la anhelada paz! Su ensueño era Córdoba, el caudillo denodado y caballeresco, y en medio de aquel trajín electoral, anuncio de las trapisondas parlamentarias y políticas que habían de sobrevenir con la apertura de los Estamentos, volvía D
54.
Desde que apareció en la guerra, conmoviendo y abrasando el país como fuego del cielo, mostrose gran caudillo, tan buen conocedor del suelo como de los hombres, táctico y estratégico de primera, audaz, incansable, heroico; y por entre estas cualidades apuntaba ya un gran político
55.
Cuando esto narraba el señor Rapella, no podía decir fijamente dónde se hallaba el famoso caudillo; presumía que, medio muerto o medio vivo, recogía sus fuerzas, las reorganizaba, lanzándose al terreno que la Naturaleza parecía haber amoldado a la hechura intelectual y física del que bien podía llamarse, si no el león, el gato montés de la guerra
56.
Retirada su gente a Cuevas de Vinromá, el caudillo se ocultó en la casa del cura de la Jana, donde permaneció algunos días en lastimoso estado, febril, exangüe
57.
Enterado también el fiero caudillo de que el Capitán General de Valencia había salido hacia Castellón con fuerzas para relevar las guarniciones del Maestrazgo, mandó a la Plana al Serrador, y desplegando una actividad increíble, prodigiosa, organizó al propio tiempo la expedición de Forcadell a Orihuela
58.
No estorbaba tal trámite al caudillo del Maestrazgo, que sabía cubrir el expediente de oír a los señores, y afectando respeto a sus dictámenes, hacía después lo que le daba la gana
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No le vio Calpena al partir; pero tuvo conocimiento de que el ilustre Caudillo no le olvidaba, por un recado amistoso que Zabala le transmitió, con estas palabras que de confusión le llenaron: «El General, además, te ruega que le esperes aquí, a su regreso de Logroño, pues tiene que hablarte»
60.
Con agrado recordó Calpena el trato franco y ameno del caudillo de las campañas chilenas, del vencido en Chacabuco
61.
-Lo he pensado bien -dijo el Caudillo dando un puñetazo en la mesa-
62.
Al día siguiente dio un súbito cambiazo la voluntad indecisa del desdichado caudillo, y en vez de dirigirse a Lesaca, según lo convenido con el Rey, se encaminó a Elgueta
63.
Revistar a las tropas que formaban el núcleo de su ejército; presentarse a ellas, no sólo como Rey, sino como Generalísimo, asumiendo el mando directo; destituir en el acto al desleal caudillo, y aplicarle sin consideración sumariamente la pena que le correspondía, era un acto propio de Monarca guerrero
64.
Por el lado de Zaragoza y Pamplona no iban las cosas muy a gusto del Presidente del gobiernillo provisional, porque la tropa que sacó Borso di Carminati, vivamente perseguida por el General Ayerbe, no quiso pasar de Borja, capitularon los oficiales, algunos soldados volvieron a la disciplina y otros se dispersaron, quedándose solo el infeliz caudillo italiano, que pronto había de ser cogido y fusilado
65.
Por caudillo del pueblo le tuve yo siempre
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El mismo efecto de magnitud olímpica hacía Prim entre los españoles, que, viéndose conducidos por caudillo sobrenatural, se creyeron de la misma talla, y de vencidos se convirtieron al instante en vencedores
67.
En su tienda permanecía el caudillo dando órdenes, recibiendo partes de los Jefes de Cuerpo, partes de Sanidad, partes de Provisiones
68.
Méndez Núñez concedió cuatro días, y en esto su generosidad [241] de caballero fue más allá que su precaución de caudillo, pues en media semana podía el Perú perfeccionar sus medios ofensivos
69.
Tan mal le supo al Caudillo esta enmienda de su plan de campaña, que sin acabar de oír lo que Aguirre le decía, se levantó bufando y soltó varias interjecciones catalanas, a las que siguieron estas castellanas quejas: «Siempre he de encontrar hombres tímidos, cuando busco hombres [166] de corazón que arriesguen el grado y el pellejo
70.
Fue una humorada de gran señor y una temeridad de caudillo, pues iban a colocarse a pocas horas de Echagüe
71.
Apenas encaró con Filiberta, dio órdenes semejantes a las de un caudillo que reúne a los jefes de cuerpo para dar comienzo a una fiera batalla
72.
Los que iban a la conquista de Albacete corrían peligro de que el caudillo centralista les cortara la retirada
73.
En los días del asedio de Cuenca, cuando los Infantes tenían su Cuartel General en un lugar apacible de la Hoz del Huécar, la Generala, que todo lo disponía y ordenaba como experto caudillo, viendo que la ciudad no se rendía tan pronto como ella deseara, llamó a Villalaín y le dijo: «Necesito que las tropas reales tomen al momento la ciudad
74.
Prometí al caudillo alfonsino ocuparme desde aquel mismo día en dar los pasos necesarios para satisfacer lo más pronto posible sus deseos, y me despedí con todo el rendimiento y veneración que persona tan ilustre merecía
75.
Media docena de legiones de hechiceros tiste andii descendieron de Engendro de Luna y, al mando de un caudillo llamado Caladan Brood, unieron sus fuerzas con los mercenarios de la Guardia Carmesí
76.
Y se encontró una explicación espectacular: Moisés, el caudillo que liberó al pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto, sería el autor del robo de esos documentos secretos y se los llevó de Egipto, por eso lo persiguió con tanta saña el faraón hasta orillas del mar Rojo
77.
Su crucifixión demostró que no era el caudillo político anunciado por las profecías
78.
Los años de inactividad, con Canán a la mano, pero inaccesible, parecían una burla del Éxodo y arrojaban dudas sobre la capacidad de Moisés como caudillo
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Max Frei fue uno de los tres peritos independientes que certificaron la autenticidad de los diarios secretos de Hitler: sesenta y dos libretas encuadernadas en imitación de cuero negro a las que el caudillo nazi había confiado sus pensamientos íntimos desde 1932 hasta las vísperas de su suicidio, en 1945
80.
El cumplimiento de la sentencia provocó cierta repulsa internacional y la réplica del régimen, menos espontánea que otras veces, en la consabida manifestación multitudinaria de la plaza de Oriente para vitorear al Caudillo, ya casi una momia puesta a orear en el balcón, un viejecito tembloroso, de voz atiplada, que al dar los gritos del ritual falangista que coronaban estas manifestaciones patrióticas, se equivocó al pronunciar el nombre de España por tercera vez y le salió un espúreo « ¡Espiña!», que fue magnificado por los altavoces (en el telediario lo ocultaron superponiendo ruido de helicóptero)
81.
Allí, cociéndose en el juego de su humillación y desencanto, porque los cristianos les enviaban misioneros y les prohibían toda actividad sospechosa de islamismo, comenzaron a incubar la ilusión de que muy pronto los liberaría una especie de Mesías islámico, un invencible caudillo llamado Alfatim que reconquistaría el país a lomos de un caballo verde
82.
Mientras reinó Atalía, el sumo sacerdote fue el único caudillo de los yahvistas de Judá
83.
Era Ciro, caudillo de un grupo de tribus llamado los persas
84.
Ni uno solo de los habitantes rindió en el trabajo esa mañana, y en un pleno extraordinario celebrado en el ayuntamiento se decidió fundir las campanas y hacer con ellas un busto del Caudillo
85.
Cuando Koja ya suponía que el Khahan se había desmayado, se escuchó la voz del caudillo
86.
En cuanto alcanzó a Yamun, tiró de las riendas y puso su caballo al trote, a la par del caudillo
87.
Él era su caudillo, quien los sacaría de aquel anonimato servil y los encumbraría a la condición de seres humanos
88.
Los ojos del caudillo bárbaro se concentraron en el chistoso
89.
Y entonces el caudillo extendió majestuoso la diestra y los bendijo en el nombre de Dios y de la Santísima Trinidad
90.
Tras vagas vacilaciones de la atónita anciana que temía la cólera del caudillo, quien le había prevenido que jamás tratase nada semejante con los impíos hijos de Lucifer, llevó un pliego firmado por el general Rangel en el cual, con las mayores razones posibles, se pedía la rendición incondicional de los de Cruz, advirtiendo que si se obstinaban en su resistencia tomaría a sangre y a fuego su último puesto, por lo que se le permitiría que saliesen las mujeres y los niños, a los que se tendrían las mayores consideraciones
91.
El campo de operaciones de nuestra guerra lo habíamos previsto exclusivamente en los límites del territorio regional, pero al poco tiempo de empezar las hostilidades el ejército ét-nico-vernáculo recibió refuerzos y apoyo logístico en cuestiones territoriales por parte de las huestes del caudillo Zapatero que acababa de conquistar España
92.
Este refuerzo inesperado y traicionero de los socialistas españoles fue definitivo para infundir una moral granítica al enemigo nacionalista, el cual, con el respaldo del nuevo caudillo, creyó llegada, después de la derrota frente a Felipe V, la gran oportunidad histórica de Catalunya para urdir la represalia secesionista
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Y el dueño, el caudillo de la Ciudad del Tigre, no era el emperador, rodeado de boato y de adulación
94.
En todo caso, se mostró reacio a pagar los tributos impuestos por el sultán Muhammad II, planteándole una guerra de guerrillas que estuvo a punto de sojuzgar el ánimo otomano por las reiteradas derrotas sufridas y por la crueldad extrema del caudillo militar valaco con los prisioneros capturados
95.
Quiso el destino que Cosenza fuera la ciudad que viera morir al gran caudillo visigodo
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La mujer los llevó a la choza del caudillo, pero Anderssen dijo que dormirían al raso, de modo que, cumplida su misión, la mujer del jefe se retiró, dejando que se las arreglaran por su cuenta
97.
Al tiempo que emitía un alarido de terror, el caudillo indígena dio media vuelta y emprendió veloz huida hacia las puertas de la aldea
98.
En el momento en que llegaron al río, los integrantes de la tropa de Tarzán vieron a su ágil caudillo descender a la carrera por la orilla del río, saltando de montículo en montículo, por el pantanoso terreno que los separaba de un pequeño promontorio que se alzaba en el punto donde la corriente fluvial trazaba una curva y se perdía de vista
99.
Mi conocimiento de las costumbres de los marcianos verdes me convenció de que allí estaba la residencia del principal caudillo, y, por tanto, que allí el Jeddak era donde reunía en consejo a sus jeds o caudillos menores
100.
–Es uno de los grandes bolgani -dijo el guerrero, que al parecer era el portavoz y el caudillo de la aldea-