Usar "chuleta" en una oración
chuleta oraciones de ejemplo
chuleta
1. El Libro de los muertos era una especie de chuleta para la vida eterna
2. Me ordenaron vaciarme los bolsillos de mi uniforme y, con gran sorpresa por mi parte, extraje de ellos, entre otras cosas, tales como un sacapuntas, un pañuelo bastante sucio, dos gomas de yogur para las trenzas y una chuleta con las obras de Lope de Vega, un duplicado de la llave del dormitorio
3. Erast Petrovich movió los labios, leyendo en silencio la chuleta que se había confeccionado en el cuaderno
4. ¿Qué le parecería una chuleta de carnero?
5. Cuando una chuleta o un bistec visitaba la mesa del pobre, es casi seguro que era de caballo, y, desde luego, la ocasión se convertía en un acontecimiento de tal magnitud que pasado el tiempo todavía se recordaba con añoranza aquel día que comimos chuletas
6. Comiendo su chuleta y bebiendo su té, apoyaba el mentón en su corbata azul cielo, atravesada por dos alfileres de diamantes unidos por una cadenita de oro; y sonreía con una sonrisa singular, de una manera dulzona y ambigua
7. Molly y Armitage comieron en silencio, mientras Case intentaba cortar su chuleta en pequeños trozos del tamaño de un bocado
8. Deja el plato en la mesa, pincha una chuleta de cerdo con el tenedor y la pone encima de una rebanada de pan
9. Le quita el pan a August, lo pone encima de la chuleta y sale como una exhalación
10. Tomo los cubiertos y corto con cuidado la chuleta de cerdo
11. Cuando le sirvieron la chuleta no se molestó siquiera en cortarla
12. Muchos de ellos se ayudaban de un documento, guión o chuleta para hablar
13. —No te preocupes por los cubiertos —dijo el visitante, mientras una chuleta se quedó en el aire, y oía masticar
14. ¿Qué pasaba con su chuleta a la vienesa? Se disculpó y se marchó, arrastrando los pies
15. Era la chuleta que comiera en el desayuno, era el cordero que triscaba la semana pasada en la pradera, al otro lado del muro donde yace la inconsciente calabaza que había de sazonar mi salsa
16. Una mañana, cuando yo llevaba ordenados dentro de mí mis padecimientos de costumbre, de cuyo circular constante e intestino tenía yo apartado mi espíritu lo mismo que del circular de la sangre, fui corriendo hacia el comedor, donde ya estaban mis padres sentados a la mesa; y después de decirme a mí mismo que muchas veces tener frío no significa necesidad de calentarse, sino otra cosa, por ejemplo, que le han regañado a uno, y que no tener gana puede significar que va a llover, y no que uno no debe comer, me puse a la mesa, y en el instante de ir a tragar el primer bocado de una apetitosa chuleta sentí una náusea y un mareo que me hicieron pararme, y que eran la respuesta febril de una enfermedad ya comenzada, cuyos síntomas se enmascararon tras el hielo de mí indiferencia, pero que rechazaba tercamente ese alimento que yo no estaba en disposición de absorber
17. –No era la chuleta
18. Con solo ver la manera que tenía de cortar la chuleta, se comprendía que la niña pensaba en el bólido y que habría deseado poderle reducir a tan pequeños trozos que no quedase la más mínima señal de él
19. Pete, al otro lado de la mesa en el Estación Victoria, sonrió mientras atacaba su chuleta con el cuchillo