1.
El amor y la congoja como siempre, enlazados
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Julio parasiempre, en medio de la sombra de su congoja una
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pasarlas de Caín de susto y de congoja, eso es
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aquejaba a Belarmino la congoja del mañana
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horas de congoja en elbarranco, entre maleza e inmundicia, acaso bajo la lluvia
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sino sudor que sudaba con la congoja de la pasada tormenta
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congoja y sobresaltos; hecho lo cual, y guardado el tintero en
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en mí por él unaprimera afición y congoja; que se me
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aparición esperaba con impaciencia la llenaba de congoja
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» y Ana sudaba de congoja
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Dicho esto, le entró una congoja y una convulsioncilla de estas que lasmujeres
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32 Quisiera pues que estuvieseis sin congoja
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32 Mas querria que estuviéseis sin congoja
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Yovivo en medio de la mayor congoja
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gran agitación y congoja exclamó:
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Había una expresión de perplejidad en su arrugado rostro, y una lastimera congoja en sus ojos
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Sobre el teclado había un pañuelito de encaje y me alejé ahogado por la congoja
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Ningún indicio llegó, sin embargo, a oídos de las culpables y la congoja de Amy puede imaginarse fácilmente cuando, en la noche, mientras Amy ponía los últimos toques a su bonito "stand", la señora de Chester, resentida por la supuesta burla hecha de su hija, se acercó a Amy para decirle con tono afable pero mirada fría:
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Me encontré solo, con la boca seca, y una congoja en el corazón
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La duquesa emitió un grito de espanto y de angustia, en tanto que sus facciones se demudaban por una congoja inexplicable
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Se detuvo en el umbral y exclamó con congoja:
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A la mañana siguiente organizó el entierro y ayudó a descender la caja en la fosa con una congoja tan sincera, que la señorita Inés deseó que ese desconocido fuera el padre de su hijo
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Los muchachos se pusieron a la tarea con los demás y al cabo de una hora, cuando ya había salido el sol en aquel universo de congoja, sacaron al patrón de su tumba
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Algunos días permanecía enredado en las pesadillas sin desper-tar del todo, murmurando historias incomprensibles, pero tenía momen-tos de gran lucidez y cuando la morfina atenuaba su congoja podía reír-se y recordar
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Aunque le habían sucedido muchas cosas y había perdido algo que nunca dejaría de añorar, había pasado el estadio de inútil congoja y cavilación solitaria
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Sigfrido el valiente cabalgaba con sus amigos y también la reina brillando en todos la alegría: después vinieron para su congoja muchos pesares
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La congoja le impedía hablar
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Yo estaba aterrada; parecía que me apretaban el corazón con tenazas de hierro; yo no podía dormir; la terrible imagen iba tras de mí a todas horas, infundiéndome miedo y una congoja extraña
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En aquel instante de congoja y pavura, Elena fue la que tuvo más valor, y haciendo frente a la situación exclamó:
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Sacáronla de aquel estado de congoja los ruidos de humanas voces y de tambores que llegaron hasta ella
31.
Igual congoja que los voluntarios realistas sintió Jenara al oír el rezo de Carnicero y Tablas; pero dominándose con su voluntad poderosa, varió de conversación diciendo:
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[20] ¡Jesús, qué susto, qué congoja!
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Mis hermanas y mi cuñada tejían a mi lado, y había un retrato de nosotras cinco, jóvenes, con traje de baile, tan diferentes a lo que somos ahora, pesadas por un lastre de resignación y congoja
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Bruno dejando a su cara mitad sumida en lúgubre congoja, y a darle consuelo acudió Lea, poniendo en ello todo su cariño y los recursos de su galana fantasía
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Y al sufrimiento de su cuerpo se añadía la congoja de su alma, una congoja máxima, una caótica mezcla de triunfo y remordimiento, un denso y continuo asombro de que él, un sacerdote de Dios, hubiera alzado la mano para matar a sus semejantes
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»Todos, con las entrañas presas por la congoja, nos mantuvimos en silencio esperando la aceptación y fue entonces cuando más sufrimos
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El cura, con toda la congoja de su amor y de su incontinencia urinaria, acabó por comprar una colección mastodóntica de música religiosa para apartarlo de las ondas, hasta que se curara de la enfermedad que lo consumía, y que él achacaba a un ataque furibundo de adolescencia
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Los sollozos de Relona se convirtieron en un lastimero gemido, una desgarrada expresión de su congoja
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Dichas dimisiones fueron, no obstante, desestimadas, pero los caballeros tampoco pasaron por alto los sentimientos de los diversos coroneles, capitanes y tenientes que sentían intensa congoja moral por tener que seguir al frente de sus fuerzas en tales circunstancias, por lo que de buen grado despojaron a P oficiales de su rango y los enrolaron como soldados rasos
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abandonado a la congoja: podía estar trabajando en secreto, volviendo
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La congoja inundó el rostro de Cargill: los más culpables siempre son los que parecen las mayores víctimas
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Esto los llenaba de congoja, pues a Timoteo lo consideraban un autentico camarada y lo querían tanto como se querían entre ellos
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la siguiente historia: «Un transeúnte preguntó a un niño que lloraba amargamente por la razón de su congoja
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—¡Son los dioses que lloran! —gritó un legionario en el foro, y su grito se repitió de calle en calle hasta que todos miraban hacia el cielo convencidos de que todos y cada uno de los dioses de Roma lamentaban con congoja sin límites la desaparición del hombre que más les había honrado con sus hazañas desde la fundación de la ciudad
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¿Cómo podríamos mantenernos indiferentes ante la congoja de un padre?
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Por eso su congoja fue enorme al encontrarse con una de las personas responsables de su pérdida
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Pero cuando encontraron el cuerpo, los hombres de la ciudad eximieron a Fusum de toda culpa, y la historia de su gran congoja por la muerte de su amado amigo se propagó entre la población
48.
Esa misma mañana, antes del mediodía, y después de haber trabajado en su taller a la espalda del claustrillo de los legos, había acudido a su confesor como cada lunes, en esa ocasión con bastante congoja
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Por incapaz que se sintiera Cazaril de afrontar la tarea, debía procurar complacer a la rósea en todo lo que le pidiera en estos momentos de congoja y desolación
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Agua tibia y maloliente de las termas de San Higinio, muy buenas para los estados de congoja
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Sólo había una solución: Timothy Turlock fue atado al mástil para recibir diez latigazos, pero al primer golpe aulló tan lastimeramente y sollozó con tan desgarradora congoja, que el capitán Barstowe quedó desconcertado
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Se sentó en el caído tronco de un árbol y lloró, temblándole los hombros a consecuencia de la congoja que le dominaba
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La señorita Berenice, no obstante su total adhesión a la insurgencia cívica de los estudiantes de Caracas, no obstante su indignada congoja por saberlos presos y engrillados, se mostraba en desacuerdo absoluto con esos alzamientos armados y mucho más aún con el proyecto de Sebastián
54.
Con los ojos cerrados, el rostro congestionado por la congoja, respiraba con dificultad
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Sus prolongadas ausencias le habían causado mucha congoja
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Pasé las horas siguientes luchando con la congoja que me oprimía
57.
De nuevo estaba limpio, pues las aguas lo limpiaban tanto del sudor y la fatiga como de la congoja del ánimo Esto último era, por cierto, una ilusión, pero le agradaba alentarla durante ese lapso brevísimo en que estaba suspendido entre el cielo y el fondo de un mar que guardaba los despojos de siglos
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Y la congoja invadió la casa de Teresina Cortéz
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La congoja que pesaba sobre sus corazones era insondable
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Pero no le quitaba el ojo de encima al fraile, intuyendo su congoja por lo que había ocurrido en el convento de los dominicos
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Igualando la congoja de la voz, las facciones exquisitas de Kahlan se crisparon horrorizadas al verlo arrodillado en el barro
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Cuando Rob levantó la vista, en su expresión había congoja y placer
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Llegados a este punto, su pena adquiría un tono singularmente inmediato, sentía la congoja personal de quien se juega mucho, puesto que iba a pedirle un favor que incluso un comandante naval bien dispuesto, sin prisas y famoso por su benevolencia, titubearía a la hora de conceder, eso por no hablar de alguien enfrascado en la tarea de preparar una escuadra que debía echarse a la mar, alguien a quien carcomía un monstruo de cuya existencia apenas era consciente, un monstruo que en ese momento lo devoraba por dentro
64.
Marina provocaba en él una congoja extraña, un amargor y una pesadumbre que le tenían en vela por las noches
65.
Nachito, relajándose en una congoja, tendía los ojos suplicantes al preso, que, con el caño fruncido y la manta tendida sobre las piernas, se había puesto a estudiar la geometría de un remiendo
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Aflicción o congoja que impide explicarse o hablar
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arte perseguidor con fiebre y congoja de la forma fugaz y rara vez aprehensible; atormentado por feroces apetitos mentales; ávido del goce estético, de esa inmaterial cópula con la cual verdad y belleza se reproducen y hacen familias, generaciones, razas! También las ideas son una especie inmortal que habla con briosos instintos en las entrañas del artista, diciéndole: «propágame, auméntame»
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Zehera no respondía a ninguna de las preguntas que le formulaban, no podía retirar sus ojos de la pantalla del televisor, ni reprimir su congoja ni atender a la algarabía que se había formado en torno a ella
69.
Ahora arden los tizones abandonados mientras el búho, con agudo chillido, hace que el infeliz hundido en la congoja se acuerde del sudario
70.
Aquí esa historia se cuenta brevemente, porque está entretejida con el destino de los Silmarils y de los Elfos; y se la llama la Historia de la Congoja, porque es dolorosa, y en ella se revelan las más malvadas obras de Morgoth Bauglir
71.
Unos segundos de silencio era todo cuanto el joven necesitaba para contener la congoja y la turbación por permitir que el dolor se exteriorizara en su rostro
72.
Ese abatimiento les causó a todas una mayor congoja a la hora de la despedida, y dejó una incómoda impresión en el ánimo de Elinor, que le requirió cierto esfuerzo y tiempo para superarlo
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De repente los pececillos, que habían estado observando en silencio desde el otro lado del cristal la congoja de Marianne, fueron engullidos de un bocado por un pez aguja
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A continuación la señora Jennings salió de la habitación de puntillas, suponiendo que el ruido agravaría la congoja de su amiga
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Los conocimientos que el hombre ha ido adquiriendo a través de los siglos, el brillante juego del pensamiento, la dulce congoja de la sensibilidad
76.
Este hombre, dice, fue muy perturbado en su juventud por la provocación de la carne; pero la congoja misma de su tentación lo hizo más celoso aun en su aplicación a la oración
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Dicho esto, le entró una congoja y una convulsioncilla de estas que las mujeres llaman ataque de nervios, por llamarlo de alguna manera, seguida de un espasmo de los que reciben el bonito nombre de síncope
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Don Álvaro sudaba de congoja
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Podría haber optado por yacer con Makoto para así calmar mi ansiedad y al tiempo confortarle de su congoja, pero había algo que me lo impedía
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Aquellos parajes debieron ser de mística y embrujadora belleza, y mientras pensaba en ello casi llegué a olvidar la desabrida sensación de siniestra congoja con que la antigüedad y el volumen, la ausencia de vida y la lejanía del lugar, unidos al constante crepúsculo glacial, habían ahogado y conturbado mi espíritu
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–Señor caballero -replicó él-, tú me causas gran congoja, pues estaba en alegres pensamientos y ahora me pones en más pesar
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Y cuando fue puesta entre ambos, dejó al caballero y fue al enano; y el enano la tomó y emprendió su camino cantando, y el caballero tomó el suyo con gran congoja
83.
Y como si el sueño perseguido se vengara, su mente recogió paulatina, obsesivamente, la idea del posible final, de la posible muerte en aquella casa, en la soledad, con la lluvia afuera, el amanecer… Salvajemente afligido, con fuerte y viril congoja miró el cuerpo que, como un despojo, rígido, erraba en el mundo de su locura, la cara, el cuello, los brazos mortalmente blancos, helados
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Por el retrovisor vio cómo el cineasta descomponía el gesto de comandante USA despidiendo al comando suicida y adoptaba la gesticulación del amante interesado por la congoja de la muchacha
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La fragilidad de aquellos huérfanos que asomaban su cabeza rapada entre los geranios de balcones tan oxidados como el alma colectiva del barrio, le hacía nacer en el estómago la interesada congoja del animalito que descubre en la desgracia ajena la posibilidad de su propia desgracia