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docel, con sitial por delante y en él laimágen del Crucifijo y los
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por delante, y en él la imágendel Crucifijo y los Santos
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osciló el crucifijo, suspenso en elclaror de la luna
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creyéndose sola, y queoprimiendo contra el pecho un crucifijo,
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un Crucifijo, pidiendo aDios perdón de sus pecados, después de
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Y, diciendo esto, sacó del pecho un crucifijo demetal, y con muchas lágrimas juró por el
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laizquierda dos enormes estantes cargados de libros, entrelos estantes un crucifijo de
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cubiertasde estampas de santos, y con un crucifijo sobre la
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En la paredhabía un gran crucifijo de madera, delante del cual se
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señaló el gran crucifijo que había en la blancapared
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enParís, a un comerciante en el ramo, el histórico crucifijo de piedraspreciosas usado
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y, señalándome el gran crucifijo que había colgado enla pared me dijo con su voz
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seguridad de que a última hora basta morir entresacerdotes, con un crucifijo en la mano, para
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oraciones, sobre las colgaduras dellecho, sobre el mismo Crucifijo, al cual confiaba su
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contra el muro, apretando de nuevo el crucifijo para sellar,para incrustar en su propia
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pequeño crucifijo de marfil, un libro deoraciones y un cuadrito que representaba la
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del crucifijo, poniéndose de rodillas y tendiendo lasmanos en ademán suplicante
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venerable abadesa con su gran crucifijo de oro, seguida delas hermanas, del clero y
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Entretanto la joven, sin pérdidade tiempo, ni de valor, improvisó un altar de su propia cómoda en elcuarto de la enferma, poniendo sobre la empolvada tabla un lienzoblanco, a falta de mejor mantel, y un crucifijo entre dos velas de ceraen sus respectivos candeleros de cobre
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pesos apretexto del crucifijo, recibiendo por ellos una bolsita
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trasladaron de la cómoda a la mesa el crucifijo de marfil,
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linderos ya de la agonía ycon los ojos clavados en un crucifijo
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rápida aclavar la vista en el crucifijo, como el sediento
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Abrió losojos, clavó la vista en el crucifijo y movió las manos
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precedido delestandarte de las «Ánimas» y de un crucifijo
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tan estupendo, asistiendo con el Crucifijo en las manos, y
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—Este crucifijo me lo regaló la hermana San Sulpicio el día de susanto: lo traigo
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lapuerta de la iglesia parroquial con un crucifijo en la mano,
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Tan luego espiró se le cubrió la cara con un pañuelo, se leentrelazaron las manos, poniendo en ellas un crucifijo, las campanastocaron plegarias, y todos los individuos de la
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–Sin embargo, cada miembro, desde su iniciación, debe negar a Cristo, y en ocasiones al crucifijo, así como a todos los santos y las santas de Dios, según la orden de quienes la reciben
31.
Golpea la cancela como quien toca una campanilla, con el crucifijo de metal que cuelga de un cordón de su cintura
32.
Al día siguiente Laurencio me trajo el crucifijo, las dos estampas y el agua bendita, y después de haber dado de comer a mi compañero, le dije que esperaba de él un servicio del que dependía mi felicidad
33.
No hay mujer libertina que, antes de entregarse a los deseos de su amante, no empiece por cubrir con un velo la imagen del crucifijo o de la Virgen que se halla en el cuarto
34.
Siempre sucedía lo mismo, y siempre Ana acababa, como ahora, tocando con sus labios el crucifijo que pendía del cordón atado a su cintura
35.
Le Canard enchaîné ha señalado que, en un departamento, unas cien clases de la escuela laica funcionan con el crucifijo colgado en la pared
36.
Pidió el crucifijo que estaba en la cabecera de la cama y cuando se lo dieron se quedó mirándolo
37.
El crucifijo puede quedarse
38.
—Y ¿con qué autoridad impuso ese crucifijo el confesor de la comunidad a una enferma sin órdenes expresas de sus superiores?
39.
En ella, presidida por el negro crucifijo se veían dispersos los volúmenes a consultar y las hojas de apergaminado papel en el que anotaba las declaraciones el padre Gallastegui, que se sentaba a la derecha para, de esta manera, poder mejor escribir; en el centro se ubicaba el padre Cosme Landero y a la siniestra el padre Orlando Juárez
40.
—Pero vos, en algún éxtasis de la madre Gabriela, le habéis acercado a los labios el crucifijo que a ella perteneció
41.
—La madre Teresa me lo regaló en vida cuando ya estaba muy enferma y yo, en aquella tribulación, se lo di a besar a sor Gabriela no por haber pertenecido a la madre, sino porque era el crucifijo que tenía más a mano
42.
—Os repito que era y es el crucifijo que siempre va conmigo
43.
Traje talar ribeteado de encarnado, esclavina color escarlata, ceñida la cintura con ancha faja del mismo color, pectoral adornado con un crucifijo de oro y gafas con los cristales montados al aire
44.
Al fondo del ábside distinguió un crucifijo, y debajo de él un pequeño relicario de pórfido, con una astilla de madera en su interior
45.
Partió al punto el curita tras besar el crucifijo que pendía del grueso cíngulo y que colgaba de la cintura de su superior y éste, en cuanto se quedó solo, tomó el cestillo de sus utensilios de jardinería y partió hacia el huerto posterior del convento
46.
Un crucifijo con piedras preciosas colgaba de su cuello
47.
Los dedos de Mariko asieron el crucifijo en ademán defensivo
48.
Un crucifijo pendía de su cuello grasiento, y llevaba pistolas al cinto
49.
Y honrar siempre el poder de Dios, el crucifijo en el cuello y los sacramentos
50.
Las manos del Crucifijo parecían tocar a Oriente y Occidente
51.
Cuando el bestial fraile, retrato fiel de Satanás a caballo, llegó junto al grupo de que hemos hablado, recibió las felicitaciones de las tres personas que lo formaban y él les hizo saludo marcial alzando el Crucifijo hasta tocar la sien
52.
Estaba frío, caduco, con los ojos fijos en el suelo, amarillo como las velas que ardían junto al Crucifijo del altar
53.
En el fondo había la indispensable estampa de Su Majestad, y sobre ella un Crucifijo cuya presencia no se comprendía bien, como no tuviera por objeto el recordar que los hombres casi son tan malos después como antes de la Redención
54.
Y arrodillándose delante del altar, alzó las manos y sin quitar los ojos del Crucifijo, habló así:
55.
El padre Alelí le ató un Crucifijo en las manos y Salmón quiso ponerle también una estampa de la Virgen; pero opúsose a ello el reo diciendo:
56.
Al pie de la horca, rogáronle los frailes que adorase al Crucifijo, lo que hizo muy gustoso, besándolo y orando en voz alta con entonación vigorosa
57.
Cayeron de rodillas los sacerdotes que habían permanecido abajo, y elevando el Crucifijo exclamaron consternados:
58.
George, después de advertir a su mujer que debía tener cuidado con la baranda recién compuesta, bajó las escaleras hasta el piso de abajo, blandiendo siempre el crucifijo, como suponía que lo hacían los sacerdotes en las procesiones
59.
Con el propósito de provocar a la tremenda fuerza que, según se decía, habitaba la casa, se colocó un crucifijo y velas benditas en el centro de la mesa del comedor
60.
Como para quitar a los consejeros [75] el mal efecto que había hecho su mutismo, requirió Cristina el Crucifijo y Evangelios para que los tales juraran, y con esto y el acto solemne de tomarles la prenda de sus conciencias, les tranquilizó, y ellos se tuvieron ya por ministros efectivos
61.
Pero ¡ay!, el Gobierno no fue más afortunado que su Presidente: los pobres ministros, que se creían en situación muy desairada ante una Reina que, mientras tomaba juramento, tenía guardado el escrito de su renuncia en la gaveta de la mesa donde estaban el Crucifijo y los Evangelios, hablaron sin tasa para disuadirla
62.
Hay momentos en los que pienso que si mi padre no me hubiese traído a Lisboa yo sería feliz, y por ser feliz quiero decir no encontrarme tan sola con mi enfermedad como aquí, donde la adivino, la mido en el interior del cuerpo, calculo sus progresos en el hígado, en el corazón, en los riñones, me inyecto dos veces al día, si me siento mareada, en el retrete del Liceo, de modo que mis compañeras no desconfíen de nada, porque aquellas a quienes se lo conté imaginan que llevo una muerte contagiosa conmigo y tampoco a mi tía le digo nada, vuelvo del médico y ella, fingiendo que no sabe adonde he ido, Buenas noches, mi tía a la que nunca le gustó que mi padre se casase en África con una desconocida, con una mulata tal vez, sin prevenir a la familia, sin traerla primero a Portugal para someterla en Esposende a la aprobación de mis abuelos, y la única vez que vinieron se apearon sin avisar en Oporto, hicieron el resto del viaje en autobús, con mi madre en busca de Mozambique en las ventanillas, y aparecieron en casa de mis abuelos, a la hora de comer, con una maleta llena de estatuillas y de máscaras de madera, y mi abuelo, que vendía telas en un establecimiento llamado Perla del Tergal, ¿Qué es esto?, y mi abuela mientras se santiguaba Sácame de ahí la carantamaula del Demonio, Domingos, que siento la peste del infierno en casa, y era el olor de la diabetes, y mi madre a mi padre, sin hacerles caso, sin conversar con ellos, apoyada en el alféizar en busca de las traineras de la isla, mi madre, intrigada con los petreles, ¿Qué aves son ésas, Domingos?, y mi abuelo, cogiendo una jirafa de marfil, Fíjate en el bicho, Orquídea, ¿en el sitio donde vivís hay elefantes?, y mi padre Son petreles, devoran barcos hasta no dejar ninguna espuma detrás de las hélices, y mi abuela, agarrada al rosario, Huele a infierno, ya os he dicho que huele a infierno, que huele a las flores de los muertos, pásame el chal que voy a buscar al párroco, y mi abuelo, sirviéndose aguardiente, Daría diez metros de franela por toparme con elefantes al galope en el bosque, y mi tía ¿E hipopótamos, Domingos, qué es lo que hacen con los hipopótamos?, y mi padre A los petreles no les escapan ni la niebla ni el viento, devoran lo que pueden, hasta un cine ambulante que anduvo por allí se les sumió en el estómago, ¿no es verdad, Orquídea, no es verdad que no se volvió a saber nada del que manejaba el proyector?, y mi tía El cine se fue a Póvoa, Domingos, ¿dónde se han visto petreles que se lancen a picotear películas?, y mi abuelo, repitiendo el aguardiente, Sólo vi uno en el calendario de la taberna, y mi padre No picotean películas pero picotearon a tu amigo el que vendía las entradas, el que no volvió a tirarte los tejos, y mi abuelo ¿Qué?, y mi padre Que responda Orquídea, que Orquídea te hable de los sauces llorones, y mi tía Mentiroso, ojalá se te paralicen las piernas, mentiroso, y mi abuelo ¿De los sauces llorones, grosera?, y mi madre Petreles, dices tú, ¿es petreles como los llaman, Domingos?, y mi tía Yo qué sé, padre, es invención de Domingos, los aires de Mozambique le han secado la mollera, y mi padre a mi abuelo ¿No quiere venir a volar conmigo bajo la tierra?, y el párroco, atareado en bendecir el baúl y los rincones de la tienda, y cubriendo a mi madre con un crucifijo enorme, Realmente huele a infierno y a las flores de Satanás, pero no es de las estatuas sino de esa pecadora, y mi abuelo a mi padre ¿Tú vuelas bajo la tierra, muchacho?, y mi abuela a mi padre Ay has traído al demonio contigo, Domingos, y el cura, echándole agua bendita a mi madre, En nombre de Jesucristo vade retro, emperador de las tinieblas, te ordeno que liberes a tu sierva y regreses a tu reino, y mi abuela ¿Y si ella pare un hombre lobo?, ¿eh?, y mi padre a mi abuelo He volado en la mina de Johannesburgo, padre, si usted tiene un pico y quiere probar yo le enseño, abrimos un hoyo en el suelo y listo, y el cura Vade retro, y mi madre Devoran barcos pero ahora andan por encima de nosotros piando, en una de ésas nos meten en el buche, y mi abuela, lanzando cocodrilos y guacamayos de madera por la ventana, Un bebé oscuro, lleno de pelos, qué horror, un bebé que salta de la cuna para galopar por la casa, hace años, venía yo en el tren de Lamego, descubrí dos a lo lejos, a carcajadas en un pinar, el cura sujetó a mi madre por el brazo, Vade retro, y mi padre Alto ahí, no sea fresco, suéltele la mano a mi mujer, y mi abuelo Pico no tengo, ¿no sirve un rastrillo, hijo?, y mi tía Yo no me acosté con ningún hombre sobre la lona después de los espectáculos, yo no quise perder lo que sólo se sabe que se tiene cuando se pierde, lo que sólo es importante cuando deja de ser, porque cuando se tenía no existía y lo que yo tenía quedó en la arena de Esposende y es parte de las mareas y de los arbustos de la playa, y mi madre Yo no pretendo acabar a gritos, como las aves, por encima de esta casa, y mi padre al cura Si vuelve a tocarla le rompo la cara, vaya a echar su agua a otra parte, y mi abuela ¿Y el incienso, señor párroco?, si ha traído el botafumeiro échele unos humos a ella y listo, y mi abuelo Quien dice rastrillo dice cualquier cosa que agujeree, una pala, una hoz, unas tijeras, ¿lo que hay que hacer es cavar un foso, no?, y mi tía Nunca lo he visto con la cabeza descubierta, nunca lo he visto desnudo, pero me falta su aliento en los oídos, me faltan sus dedos, me falta la paz de después y el mar que bate en mis huesos en los peñascos y yo no quería, padre, yo no quería, yo quería y no quería, yo quería, yo no quería querer y quería, yo fui a Póvoa a visitarlo y el acomodador Hay aquí una moza que te busca, Claudino, y él al empleado Yo a ésa no la he visto en mi vida, dile que es un error, hombre, y el acomodador a mí Él no la ha visto en su vida, y yo sin el valor de hablar, yo sujetándome las horquillas del pelo sin darme cuenta de que me sujetaba las horquillas del pelo, y el cura, salpicando con agua bendita a mi padre, Yo no he tocado a su esposa, señor, he venido a exorcizar al Príncipe del Mal, y mi abuelo, a martillazos en la tarima, ¿Es necesario ir muy abajo para volar, Domingos?, y mi tía Pero me quedé hasta el final de la película, y cuando las personas salieron y el acomodador apagó las luces allí dentro, cerró la puerta con candado, puso cerrojo a la taquilla y desapareció por las calles de la ciudad, cuando el dueño del cine bajó los escalones desde la cabina allí estaba yo, a que era un error, a que él no me vio nunca en su vida, mirándolo, sin reproches, sin pegarle, sin llorar, mirándolo, y él ¿Qué pasa?, y yo, Sólo quería que me devolvieses lo que me quitaste en Esposende para poder irme, y mi madre, acostumbrada a los cocoteros de la playa, Los petreles se comieron las traineras, qué pena, y mi padre a mi abuelo, Con unos diez o quince metros alcanza que después cogemos el ascensor de la mina, y el viejo a mí, en la cervecería de los camioneros que recobraban fuerzas para el Alentejo, pedía, sonándose, otra infusión de limón, posaba su palma sobre la mía, la retiraba, la posaba otra vez, el viejo componiéndose sus pocos pelos con la mano libre, La señorita aún no ha respondido a mi pregunta, al fin y al cabo ¿se casa conmigo o qué?
63.
De cuando en cuando bajaba los párpados y ellas se ponían a cuchichear, comentando mi palidez, mi flacura, el pelo que caía de las sienes y de la nuca, los cortos días interminables que me separaban del coma, que me separaban del crucifijo en el pecho de los cadáveres
64.
que se encuentra un crucifijo
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Al cruzar ante las enormes puertas de madera de la prisión del Crucifijo y entrar en el patio, gris y empedrado, lo primero que vio Connor fue el grupo de recepción
66.
Mientras el conductor iniciaba el trayecto de regreso al Crucifijo, Connor no pudo resistirse a hacerle un comentario a Bolchenkov
67.
La primera imagen que apareció en la pantalla era una toma exterior de la prisión del Crucifijo
68.
Zerimski llegaría a la prisión del Crucifijo en cuarenia y cinco minutos
69.
Había esperado la llegada de esta mañana en la prisión del Crucifijo con la misma ilusión con la que otros esperaban una velada en el Kirov
70.
Les había advertido que no se lo dijeran porque, si lo descubría, rompería el contrato, se entregaría y regresaría al Crucifijo
71.
Ni siquiera a los muertos se les permitía escapar del Crucifijo
72.
Pero ¿quién le va a impedir a Jackson decirle a Lloyd quién está enterrado realmente en el Crucifijo?
73.
Sobre el ataúd cerrado se había puesto un crucifijo de bronce, el sombrero y la espada de vicealmirante; los emblemas masónicos habían desaparecido
74.
En el salón de honor, decorado con un soberbio crucifijo, recibieron los Príncipes comisión de señoras, comisión de notables, que eran lo más granadito de la carcundería conquense
75.
El piloto Gorgos y fray Francisco Nistal habían escurrido la bola en el último abordaje: Gorgos abierto en canal y el páter de un mosquetazo, cuando crucifijo en una mano y espada en otra, sin repararse de nada, recorría la crujía en nombre de Cristo, mientras anunciaba a todos una gloria eterna de la que, a esas horas, él mismo estaría gozando en persona
76.
24 Nuestra Señora de los Huertos, actual iglesia del Crucifijo
77.
Así pues, ¿qué tenía? Tenía un pintor germano, llamado Johan Oliver, que había dejado sin terminar unas pinturas; tenía unas pinturas que pronto serían sustituidas por un crucifijo real de similares características al del panel mural 27; y tenía un extraordinario panel mural tapado por un lienzo negro que impedía su contemplación
78.
27 A pesar de que el Crucifijo no estaba todavía en la iglesia de Nuestra Señora dels Orzs -hoy llamada iglesia del Crucifijo- en el momento de la desaparición de la Orden del Temple (1314), en los archivos de Casa Martija, en Puente la Reina, ha sido hallado recientemente un testamento que lo sitúa ya en su lugar actual antes del 24 de junio de 1328
79.
Me viene a la memoria fray Francisco de Osuna, maestro de santa Teresa, que en su Abecedario espiritual los llama «obispotes» porque tienen «anillo y báculo y gran autoridad para comer y ataviarse con el patrimonio del crucifijo»
80.
Pero algo había en la mano de ella: un crucifijo
81.
Recordó el crucifijo de plata de la habitación de Aiden y la colección de armas de su padre
82.
En lugar de eso, sonrió, volvió a chascar los dedos y, de repente, el crucifijo y la botella de plástico habían desaparecido de mis manos
83.
Y por un gran crucifijo decorado solamente,
84.
Justo después de saltar en la posición del crucifijo, el avión de transporte estañó en llamas, alcanzado en el depósito de combustible por un obús lanzado desde un cañón antiaéreo
85.
Y besó el crucifijo, a la vez que se persignaba
86.
Mira el crucifijo -señaló la pared-
87.
El seco estrépito en la fachada de la casa había conmocionado todo el edificio y en el interior del dormitorio se desprendieron algunos cristales de la luna del armario, el crucifijo se estrelló en el suelo y el retrato de bodas quedó colgado sobre uno de sus clavos, bailando los novios en el balanceo de un vals que también los derribaría en su última vuelta
88.
Cuando logró apartar los ojos del féretro, después de tenerlos perdidos un instante en el crucifijo que resaltaba sobre la tapa, contuvo la respiración y dejó reposar las manos sobre el volante intentando recobrar el mínimo de serenidad que le permitiera una decisión inmediata
89.
Otras veces permanecía arrodillada en su estrecho cuartito pegado a la cocina y dirigía sus rezos a un crucifijo de madera; Karl la observaba entonces con timidez, sólo al pasar, por la rendija de su puerta un poco entreabierta
90.
Por lo que sabían, la esfera de rubí podía ser algún tipo de objeto religioso, como un crucifijo en una iglesia
91.
Con los ojos brillantes, los labios húmedos, tomó el crucifijo con una mano, miró a la figura hundida del fantasmal pasajero y exclamó:
92.
Y el gran crucifijo de bronce que la decoraba
93.
Con el paso del tiempo había aprendido a no mirar el crucifijo al entrar en el coro
94.
Acepto sus explicaciones; a Dalbán no le creería ni que jurase sobre un crucifijo
95.
Guardó el crucifijo en el bolsillo, estrechó mi mano y reemprendió su estudio del mapa en relieve de la ciudad
96.
Se tornaba amenazador, terrible; después, bruscamente, llevó a sus labios el crucifijo de un rosario y se abstrajo en una rápida oración
97.
–¿Está metido en una caja, con el crucifijo en el pecho y cirios a los lados y toda la pesca…?
98.
Allí encontraron, al pie del limonero, un crucifijo de oro manchado con un finísimo hilo de sangre
99.
Llevaba consigo el crucifijo milagroso y dejaba las terrenales contrariedades del gobierno en manos de su hermano menor, que era el mandamás del Senado
100.
cintura un rosario, un Crucifijo en la