1.
Sebastián losabusos, que se habían deslizado ya en la procesión del Corpus de esaciudad, apareciendo de él que se elegían anualmente cinco ó seisdoncellas de las más hermosas, hijas de menestrales, para representar áSanta Catalina, Santa Clara y otras Santas, y que no siempre guardabanel decoro que convenía á sus papeles
2.
cosas tienes!, te verías en la obligación de presentar la dimisión, el decoro es el decoro y más
3.
º en1294 para poderse sustentar con mas decoro el capellan del Castillo,cuya union no se ha verificado[65]
4.
Hay que discurrir, ysobre todo, penetrarse bien del propio decoro para saber mirar por elajeno
5.
Y en aquella ciudad ¿quién no sabíaque cuando había una libertad en peligro, un periódico en amenaza, unaurna de sufragio en riesgo, los estudiantes se reunían, vestidos comopara fiesta, y descubiertas las cabezas y cogidos del brazo, se iban porlas calles pidiendo justicia; o daban tinta a las prensas en un sótano,e imprimían lo que no podían decir; se reunían en la antigua Alameda,cuando en las cátedras querían quebrarles los maestros el decoro, y deun tronco hacían silla para el mejor de entre ellos, que nombrabancatedrático, y al amor de los árboles, por entre cuyas ramas parecía elcielo como un sutil bordado, sentado sobre los libros decía con granentusiasmo sus lecciones; o en silencio, y desafiando la muerte, pálidoscomo ángeles, juntos como hermanos, entraban por la calle que iba a lacasa pública en que habían de depositar sus votos, una vez que elGobierno no quería que votaran más que sus secuaces, y fueron cayendouno a uno, sin echarse atrás, los unos sobre los otros, atravesadospechos y cabezas por las balas, que en descargas nutridas desatabansobre ellos los soldados? Aquel día quedó en salvo por maravilla JuanJerez, porque un tío de Pedro Real desvió el fusil de un soldado que leapuntaba
6.
el transmetro, siempre y cuando se sienten hasta atrás y se vistan con decoro” (Ludwig
7.
Tenemos, pues, la poesía erótica, siempre que se guarde en ella eldebido decoro y
8.
en las discusiones públicas el mismo decoro yla misma cortesía que en los
9.
gusto del regocijo y del desenfado,con tal de que no traspasen los límites del decoro
10.
en la soledad a que la obliga auna el decoro de la clase, se hacen
11.
Ante todo, el decoro de la familia y no caer en elridículo
12.
Y que nuestra conferencia clandestina es contra las leyesdel decoro
13.
Sí, señor, clandestina, y contra las leyes del decoro
14.
claras, queguardan y miran el decoro del que habla con mucha propriedad yentendimiento
15.
enamorado de una dama, a quien le había puesto aquelnombre por poder celebrarla con el decoro
16.
Toboso;deseaba que hubiese declarado su fidelidad y el decoro que siempre la habíaguardado,
17.
diligencia mejorasen losbienes de mi fortuna, no he querido dejar de guardar el decoro que a
18.
fuerza de unos celos hahecho romper el decoro que a la honestidad se debe
19.
Para hospedarlecon decoro y hasta con lujo, acudió a doña Luz pidiéndole las
20.
La buena educación, las leyes rígidas del decoro, las que se designancon el nombre o frase
21.
contra el mundo, contra su honra y contra su decoro
22.
Pusiéronle por delante el decoro inquisitorial, y contestóque cuando con la
23.
El guardar el decoro de la duquesa había costado á donPedro un tesoro
24.
crímen degenerariaen demencia; y entónces el decoro y buen órdende la sociedad reclamarian
25.
consideracionesde prudencia y decoro
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la moralidad, en el decoro;las pasiones prescinden del decoro, de la moralidad,de la utilidad, de
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El orden, el decoro de la vidaeran letra muerta para ella
28.
por ello de maltratar yherir en el amor propio y el decoro a aquéllos que sabe que
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contristan sin aleccionar, y esdeber impuesto por el decoro apartarlos de la vista
30.
—¡Cielos! La alegría rebosa dentro, y cuenta los días que el decoro lepodrá impedir
31.
En los círculos más elegantes sepresenta siempre con el decoro propio de su clase
32.
con ciertas comodidades y completo decoro los pocosdías
33.
Celosos del decoro de la sociedad y del buen nombre del partido, algunosoradores
34.
eran hijos de un tocinero deAlmendralejo, y él cuidó cerdos en las dehesas de Badajoz hasta queentró en el Seminario); pero en los tiempos de decadencia podíanvisitarse y tratarse, aunque siempre con cierto decoro, y estableciendotácitamente la diferencia de las antiguas jerarquías
35.
hecho otra cosa en lavida, pero como le estaba prohibido por el decoro y otra porción deserias
36.
Cuando comenzaban las lecciones y los ensayos decoro, las niñas se levantaban, se repartían en
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el deseo devengarse, hasta para poder vivir entre las gentes con lo que llama elmundo decoro,
38.
Y con el decoro propio de unpaso de
39.
ustedes qué recato, qué decoro y qué vergüenza les haentrado a los incircuncisos de Cebre! (en
40.
guardar elcrédito, mirar por el decoro! La situación llegó a ser
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orden y recordarle sus deberes naturales ysociales, la dignidad del caballero, el decoro
42.
tribunales, contar el caso a Su Majestad, llevar el asunto ala prensa; pero el decoro de
43.
Y si el decoro
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Hallaba el granuja esta proposición tan contraria á su dignidad y decoro, que se llenó de aflicción
45.
hizo votode realizar en pro del decoro de su comunidad
46.
conciencia del propio decoro?
47.
de su situación, había olvidado que el tiempo pasaba y que era preciso sacrificarse por el decoro
48.
país hicieranconsistir su orgullo en ser depositarios de una herencia de probidad yde decoro
49.
En que guardó decoro y preeminencia
50.
Por guardar el decoro al alto estado
51.
Yo, que siempre guardé el comun decoro
52.
fincas ó elementos necesarios para sostenercon decoro la
53.
–En ese caso, ¿de qué se trata? ¿Del decoro? ¿De las buenas costumbres? ¿Tienes tan mala opinión de mí que serías capaz de imponerme condiciones?
54.
Para haber actuado con todo decoro y eficiencia
55.
Bien diferente han sentido de los escritos de Miguel de Cervantes, así nuestra nación como las estrañas, pues como a milagro desean ver el autor de libros que con general aplauso, así por su decoro y decencia como por la suavidad y blandura de sus discursos, han recebido España, Francia, Italia, Alemania y Flandes
56.
No quitó la silla a Rocinante, por ser expreso mandamiento de su señor que, en el tiempo que anduviesen en campaña, o no durmiesen debajo de techado, no desaliñase a Rocinante: antigua usanza establecida y guardada de los andantes caballeros, quitar el freno y colgarle del arzón de la silla; pero, ¿quitar la silla al caballo?, ¡guarda!; y así lo hizo Sancho, y le dio la misma libertad que al rucio, cuya amistad dél y de Rocinante fue tan única y tan trabada, que hay fama, por tradición de padres a hijos, que el autor desta verdadera historia hizo particulares capítulos della; mas que, por guardar la decencia y decoro que a tan heroica historia se debe, no los puso en ella, puesto que algunas veces se descuida deste su prosupuesto, y escribe que, así como las dos bestias se juntaban, acudían a rascarse el uno al otro, y que, después de cansados y satisfechos, cruzaba Rocinante el pescuezo sobre el cuello del rucio (que le sobraba de la otra parte más de media vara), y, mirando los dos atentamente al suelo, se solían estar de aquella manera tres días; a lo menos, todo el tiempo que les dejaban, o no les compelía la hambre a buscar sustento
57.
En silencio cumplen con decoro, paso a paso, los ritos precisos de la etiqueta; pero no oyen las notas del pianista animando la noche desde un rincón del salón palaciego, los aturde el estrepitoso huracán del deseo en sus pechos
58.
Desde el comienzo de su amor con Severo, cuando quedó en evidencia su desbocada fertilidad, Nívea comprendió que si cumplía con las nor-mas habituales de decoro y se recluía en su casa con cada embarazo y alumbramiento iba a pasar el resto de su vida encerrada, entonces de-cidió no hacer un misterio de la maternidad y tal como se pavoneaba con la barriga en punta como una campesina desfachatada, ante el horror de la «buena» sociedad, igual daba a luz sin aspavientos, se con-finaba sólo por tres días -en vez de la cuarentena que el médico exigía-, y salía a todas partes, incluso a sus mítines de sufragistas, con su sé-quito de criaturas y niñeras
59.
En efecto, contra todas las prescripciones del decoro [88], en cierta ocasión en que yo recogía los platos vacíos que tenía delante, se sonrió de un modo celestial, atravesándome el corazón con estas palabras:
60.
un rumor confuso surgió del apiñado auditorio; lloraban casi todas las mujeres, y los hombres se esforzaban en sostener el decoro de la insensibilidad
61.
-Pues lejos de ser el camino de la perfección artística -dijo Moratín-, lleva derecho a la corrupción del gusto, y extinguirá en las ficciones el decoro y la gracia, para confundirlas con la repugnante realidad
62.
Lo que les falta es el decoro en la forma
63.
Después de pasar tantos años al lado de personas con la educación de un cerdo (obispos que se metían el dedo en la nariz, se sacaban sin decoro los restos de comida de entre los dientes y te ofrecían fruta mordisqueada, nobles que desconocían el uso del cuchillo, que carraspeaban, escupían y se chupaban los dedos), recomiendo fervientemente esta disposición
64.
Compartiendo su espíritu entre los gratos afanes de su comercio y los puros goces de la familia; libre de ansiedad política; amante de la paz en la casa, en la ciudad y en el estado; respetuoso con las instituciones que protegían aquella paz; amigo de sus amigos; amparador de los menesterosos; implacable con los pillos, fuesen grandes o pequeños; sabiendo conciliar el decoro con la modestia y conociendo el justo medio entre lo distinguido y lo popular, era acabado tipo del burgués español que se formaba del antiguo pechero fundido con el hijodalgo, y que más tarde había de tomar gran vuelo con las compras de bienes nacionales y la creación de las carreras facultativas hasta [34] llegar al punto culminante en que ahora se encuentra
65.
La gente decía que iba vestida de Venus, de lo que resultaba un contrasentido; pero el decoro de nuestras costumbres y la santidad de los tiempos no habrían consentido que las diosas salieran a la calle como andaban por el Olimpo
66.
Intenta transmitir impresión de estricto decoro
67.
Sebastián en los preliminares de este suceso toda la dignidad, todo el decoro que debe acompañar a los actos, a las pasiones mismas de las testas coronadas, y
68.
Diré algo ahora del segundo huésped, clérigo enjuto y amable, que entraba siempre en el comedor tarareando, y a veces tocando las castañuelas con los dedos, lo que no quiere decir que fuera un sacerdote casquivano, de estos que no saben llevar con decoro el sagrado hábito que visten
69.
Dicho esto a hurtadillas, sin que los demás se enterasen, contestó Urdaneta en la misma forma, reconociendo el buen juicio que tal advertencia revelaba, y ofreció no discrepar ni un punto de lo que su decoro y años le imponían
70.
Modificadas por las enseñanzas de la realidad sus ideas y opiniones, lo que en Cintruénigo conceptuaba contrario a su decoro, ¿qué era? Nada en comparación de la presente ignominia y miseria
71.
Hemos acordado Rodrigo y yo enviarle una cantidad no muy crecida, ocho onzas, que me parecen suficientes para mantener su decoro entre aquellos salvajes o para regresar si lo desea
72.
Ha meditado en ello, acariciándose con la gruesa mano su cabezota en forma de pera, y saca de su magín la clara idea de que el decoro monárquico exige a la pobrecita Reina Cristina burlar, con una bien dispuesta escapatoria, el cautiverio en que la tienen los masones y carbonarios disfrazados de hombres de gobierno
73.
¡Cuánto mejor aquella sociedad que los garitos en que se había dejado su dinero y su decoro! Diríase que en las moradas de cierto tono a que por entonces concurría, restauraba su personalidad, medio deshecha en la borrascosa vida del vicio
74.
El decoro de la familia [126] exigía que todo siguiese en el mismo aspecto y decoración, y si el padre tal criterio proponía, las chicas le daban quince y raya en las demostraciones para mantenerlo coram populo
75.
Aquéllos se contentan con un pedazo de pan: dignos de la victoria son los que van tras el pan de hoy y el de mañana, tras el bienestar, las comodidades y todo lo que constituye el decoro de nuestra existencia
76.
[108] y un agravio soez al decoro monástico de mi hermana, y a la Orden, y al mismo Jesucristo
77.
Esto contaría yo mutatis mutandis, y una vez salvado el decoro de mi presentación, a mi mujer le contaría la verdad escueta, sin omisión ni aditamento, historiador sincero y leal de una de las páginas más interesantes y dolorosas de mi pobre existencia
78.
En la casa expresaba su culto con retóricas de un espiritualismo sutil, y declamaciones hiperbólicas, parafrásticas, imitadas del gran modelo de oratoria; en la calle, alguna vez que se encontraban casualmente, saliendo Teresa de la casa de Jerónima, no se atrevía el buen Tuste a darle convoy, temeroso de que la compañía de un hombre humildísimo mermara el decoro de tan gran señora; y a propósito de esto tuvieron en cierta ocasión unas palabras que merecen transcribirse
79.
¡Recibir dinero de judíos por compra-venta del amor de Yodar! ¿Eran ellos la Sinagoga y yo el Iscariote? ¿Olvidaba El Nasiry la secular condición de su raza hasta el punto de creer que un español puede pisotear la ley de honor, vendiendo por treinta o tres mil dineros a la mujer que ama? ¡Vileza inconcebible en todo cristiano, y singularmente en el que ha nacido en la tierra clásica de la dignidad y el decoro! ¡Antes me cortaría la mano que recibir en ella los ochavos viles del avaro Riomesta, del Papo cínico, que quiere tapujar con un puñadito de oro lo que fue mi felicidad y es ahora su oprobio!
80.
No faltaron infelices que con el holocausto de sus vidas proporcionaron a la misma autoridad el decoro y gravedad de que en todo caso debe revestirse
81.
[10] amigas con el escepticismo de plañideras circunstanciales, mientras la Hermosilla, apretando contra sus ojos el pañuelo hecho ya pelota humedecida por las lágrimas, sostenía con el silencio el decoro de su dolor
82.
Muchos hombres —también Mojarra— se agachan en los botes y en la orilla al oír el estampido; pero un pequeño grupo de oficiales que está junto al murete de piedra y barro de una compuerta permanece en pie por decoro militar
83.
Beacon Hill era el epítome del bienestar económico y el decoro, con sus calles empedradas y sus farolas de gas
84.
Respetando, naturalmente, las reglas más estrictas de etiqueta y decoro entre los novios, a quienes no se dejaba solos ni un momento, y siempre —para desesperación del fogoso doncel— se veían vigilados por una nube de mayordomos y dueñas
85.
También en este caso esperaríamos que una estrella más pequeña se comportara con mayor decoro que una estrella mayor
86.
–¡Caminar tres millas, o cuatro, o cinco, o las que sean, con el barro hasta los tobillos y sola, completamente sola! ¿Qué querría dar a entender? Para mí, eso demuestra una abominable independencia y presunción, y una indiferencia por el decoro propio de la gente del campo
87.
Siempre la había observado con pena, pero respetaba su talento y le agradecía su cariño, por lo que procuraba olvidar lo que no podía ignorar y apartar de sus pensamientos su continua infracción de los deberes conyugales y del decoro que, por el hecho de exponer a su esposa al desprecio de sus propias hijas, era tan sumamente reprochable
88.
Tenía fuertes sentimientos de unión y honor familiares, sin ninguna debilidad u orgullo; vivía con la liberalidad de un hombre de fortuna, pero sin dilapidar; juzgaba por sí mismo en todas las cosas esenciales sin desafiar a la opinión pública en ningún punto del decoro mundano
89.
Los hombres tenían que asomarse por encima de la borda para defecar, un acontecimiento que se hacía cada vez menos necesario, hasta para los que padecían los peores efectos del escorbuto, a medida que la comida y el agua escaseaban; sin embargo, mientras todos los hombres habían perdido todo vestigio de decoro, una oleada repentina empapaba, a menudo, la piel desnuda y los pantalones bajados, provocando maldiciones, reniegos y largas noches de sufrimiento y temblores
90.
Con gran indignación Legendre escribió a Gauss, acusándole de falta de honradez, y quejándose de que un hombre que había hecho tantos descubrimientos tuviera la falta de decoro de apropiarse el método de los mínimos cuadrados, que Legendre consideraba como propio, Laplace intervino en la querella
91.
Las normas de decoro obligaban a Helena Justina a quedarse con su madre
92.
La nobleza, honestidad y decoro de tía Carolita la precedían en cualquier círculo o institución porteña y, aunque muchos la adulaban por su posición económica y social (después de todo, era la esposa de un conde francés), ella se dirigía al ministro o al hacendado con la misma afabilidad y respeto con que trataba a Cirilo, su cochero
93.
Se dio el caso de entrar disfrazado en el figón de Boto, a comer dos reales de cocido, antes que presentarse en una buena casa, donde si le admitían con agasajo, también lastimaban con crueles bromas su decoro, refregándole en el rostro su gorronería y parasitismo
94.
-El decoro de la familia está en salvo
95.
Con ayuda de la razón, estimulaba en su propia voluntad la dirección aquella, y se alegraba de tener casa, nombre y decoro
96.
Pero a los perros callejeros no les preocupaba el decoro
97.
Debe su nombre a un importante triunfo del gobierno conservador, pero el ayuntamiento no ha mostrado nunca mayor interés en su decoro
98.
Un rato más tarde pedí café y cuando lo tomábamos pensé que había esperanza para el mundo mientras el decoro básico de un hombre fuera lo bastante fuerte como para triunfar sobre lo que el endemoniado ron pudiera hacer en seis horas y más colaboración de la que cualquier diablo tiene derecho a esperar