skyscraper

skyscraper


    Elige lengua
    flag-widget
    flag-widget
    flag-widget
    flag-widget
    flag-widget
    flag-widget
    flag-widget
    Ir a sinónimos

    Usar "dictador" en una oración

    dictador oraciones de ejemplo

    dictador


    1. eran: estar informado de todos los planes del dictador y dar


    2. estuvo a las órdenes del dictador, era


    3. Ante la gravedad de la situación motivada por esta conducta, Nariño presenta renuncia de su cargo, la cual le fue contestada por el Colegio Electoral, proclamándolo dictador


    4. Esto es, el héroe de Ayacucho fue uno de los artífices de la base deleznable sobre la cual se asentó el gobierno del Libertador Presidente, para unos, o del Dictador, para otros, y en el que colaboró estrechamente en la destacada posición de Jefe de Estado Mayor


    5. Entre el millón de personas a quienes el dictador orate de Cambodia Pol Pot ordenó asesinar estaban


    6. Sin duda que el dictador es entonces


    7. nosotros en tal caso, nosinspira Dios la elección de un dictador, y para qué y


    8. La capa de los emperadores romanos que representaban al dictador, era depúrpura,


    9. Legación de su patria, si bien se susurraba quetenía instrucciones secretas del dictador, cuyo


    10. independencia de la Perla de las Antillas, y ya sueñacon ser en Cuba libre un dictador como el

    11. el dictador, atisbaba la traición de Junio Bruto y,escondiendo una espada bajo la toga,


    12. dictador enaquel pueblo de árboles y arbustos


    13. nombrado dictador de la nación chilena


    14. ¿Quién se hizo dictador en la Argentina?


    15. Me asusté: ¿por qué había colgado en su tienda la foto del dictador? Me enfadé un momento, pero enseguida decidí que tal vez fuera mejor así


    16. Era indispensable que el compañero herido creyese en su salvación, que no pensase en su herida ni en el largo trayecto que quedaba, sino en la ciudad que deseábamos tomar y en el dictador del que queríamos deshacernos


    17. Quizá lo más sencillo o lo menos inexacto sería remontarse un poco más atrás, justo hasta el día de finales del verano de 1978 en que todas las portadas de los periódicos le brindaron al teniente coronel Tejero la fórmula del golpe que desde hacía tiempo rumiaba y que en los meses siguientes creció como una tenia en su cerebro: el 22 de agosto de ese año, el comandante sandinista Edén Pastora tomó al asalto el Palacio Nacional de Managua y, después de mantener secuestrados durante varios días a más de un millar de políticos afines al dictador Anastasia Somoza, consiguió liberar a un grupo numeroso de presos políticos del Frente Sandinista de Liberación Nacional; la audacia del guerrillero nicaragüense deslumbró al teniente coronel y, superpuesta al recuerdo decimonónico de los guardias civiles del general Pavía disolviendo por la fuerza el Parlamento de la primera república, catalizó su obsesión golpista e inspiró primero la llamada Operación Galaxia, que apenas unas semanas más tarde intentó ejecutar sin éxito, y finalmente el golpe del 23 de febrero


    18. Fue así como empezó a labrar su prestigio de cachorro falangista y a ascender posiciones en el escalafón de dos enclaves estratégicos del régimen: la Secretaría General del Movimiento y el Ministerio de Presidencia del Gobierno; y fue así como, sin abandonar la lealtad a Herrero Tejedor, comenzó a ganarse la confianza de los dos subalternos del dictador que a mediados de los años sesenta acaparaban más poder efectivo en España y representaban la posibilidad más viable de un futuro franquismo sin Franco: el almirante Luis Carrero Blanco, ministro de la Presidencia, y Laureano López Rodó, ministro comisario del Plan de Desarrollo


    19. Por lo demás, en una época en que la muerte de Franco tras cuarenta años de gobierno absoluto aparecía a la vez como un hecho portentoso e inmediato y en que cada crisis de salud del dictador octogenario dejaba al país temblando de incertidumbre, Suárez cultivó de forma magistral la ambigüedad necesaria para preparar su futuro fuera cual fuera el futuro de España: por un lado, no perdía oportunidad de proclamar su fidelidad a Franco y a su régimen, y el 1 de octubre de 1975, acompañado de otros miembros de la UDPE, asistió en la plaza de Oriente a una manifestación multitudinaria de apoyo al general, acosado por las protestas de la comunidad internacional a raíz de su decisión de ejecutar a varios miembros de ETA y el FRAP; por otro lado, sin embargo, prodigaba en público y en privado declaraciones a favor de abrir el juego político y crear cauces de expresión para las distintas sensibilidades presentes en la sociedad, lugares comunes del potaje político de la época que a los franquistas les sonaban como osadías inofensivas o añagazas para ingenuos y que a los partidarios de terminar con el franquismo podían sonarles como afirmaciones todavía reprimidas del deseo de un futuro democrático para España


    20. Se trataba casi de conseguir la cuadratura del círculo, y en todo caso de conciliar lo inconciliable para eliminar lo muerto que parecía vivo; se trataba en el fondo de una martingala jurídica basada en el siguiente razonamiento: la España de Franco estaba regida por un conjunto de Leyes Fundamentales que, según el propio dictador había recalcado con profusión, eran perfectas y ofrecían soluciones perfectas para cualquier eventualidad; ahora bien, las Leyes Fundamentales sólo podían ser perfectas si podían ser modificadas -de lo contrario no hubiesen sido perfectas, porque no hubieran sido capaces de adaptarse a cualquier eventualidad-: el plan concebido por Fernández Miranda y desplegado por Suárez consistió en elaborar una nueva Ley Fundamental, la llamada Ley para la Reforma Política, que se sumase a las demás, modificándolas en apariencia aunque en el fondo las derogase o autorizase a derogarlas, lo que permitiría cambiar un régimen dictatorial por un régimen democrático respetando los procedimientos jurídicos de aquél

    21. En España la oposición democrática se frotaba los ojos; fuera de España la incredulidad era total: «Asombrosa victoria de Adolfo Suárez», titulaba The New York Times; «Las Cortes nombradas por el dictador han enterrado el franquismo», titulaba Le Monde


    22. A juicio del señor corregidor de la ilustre ciudad, ésta no era acreedora a guardar en su seno a un criminal tan interesante y curioso como aquel dictador de una noche, que desde el fondo de su jaula mandaba a sus soñados secuaces que mataran sin cesar


    23. El Presidente de los Estados Unidos y el dictador ruso habían llegado a Bagdad y se hospedaban en el Palacio de la Regencia


    24. Ocupa ese cargo el 15 de junio de 1978, cuando el teniente general Tomás Liniers Pidal, máximo responsable del Ejército de Tierra, realiza unas escandalosas declaraciones en Argentina, durante un viaje oficial en el que condecora al dictador local, Jorge Videla


    25. El dictador percibió el cambio en ella y su recelo aumentó, pero no dejó de amarla por eso


    26. Una multitud de hombres, mujeres y niños, cubiertos con el polvo de la victoria, entró en la mansión del dictador y se lanzó a la piscina, dejando el agua como sopa, al son del jazz tocado por un negro en el piano de cola blanco que decoraba la terraza


    27. Inflando el pecho con una enorme inhalación, el agente-yo cita al dictador benigno y ambicioso regente Idi Amin, diciendo:


    28. La prensa del país, asustada, hablaba de la afrenta contra el Excelentísimo Senador Vitalicio y contra el honor y la soberanía de la patria; pero una semana más tarde las manifestaciones callejeras en su apoyo eran mínimas, los militares permanecían mudos y el tono había cambiado en los medios de comunicación, que ahora se referían al «ex dictador arrestado en Londres»


    29. Ante la crítica situación de su amada, Tallien adelantó el golpe contra el dictador


    30. Cuando unos años después el dictador Miguel Primo de Rivera quiso incluirla en la junta de Gobierno de la mencionada institución Clara rechazó la propuesta, a pesar de que su negativa implicaba la solicitud de excedencia en su labor como funcionaria en el Ministerio de Instrucción Pública

    31. Tanto, que el presidente Gerry Ford había emitido una orden ejecutiva que calificaba de ilegales las acciones de esa índole y esa orden se había mantenido en pie hasta que el presidente Ryan había decidido eliminar al dictador religioso de Irán con dos bombas inteligentes


    32. Le mataría, con las manos desnudas, con dientes y uñas, y liberaría al Imperio del dictador


    33. Al padre de Cayo Julio César el dictador le encomendó Mario la organización de la colonia


    34. Hay que añadir que existe cierta polémica al respecto: hay dos escuelas que sostienen tesis distintas: una que fue Sila siendo dictador quien aumentó a ocho el número de pretores, y la otra que aumentaron de seis a ocho durante la época de los Gracos


    35. Se dice que así nació el dictador Cayo Julio César y por eso la operación lleva el cognomen de su familia


    36. Sólo un dictador (o quizá un interrex) estaba por encima del veto tribunicio


    37. Un dictador no tiene que dar cuenta de sus actos, pero no gobierna solo


    38. Es costumbre, por ejemplo, que los cónsules se subordinen al dictador


    39. —Por supuesto —prosiguió el dictador con aquella ininteligible dicción a que le obligaba la falta de dientes—, comprenderéis que cuando digo elecciones no me refiero a candidatos


    40. —No —replicó el dictador

    41. Había llegado el dictador y cogía entre sus codiciosas manos el nuevo juguete


    42. Como dictador, tengo libertad para determinar el método de designación de nuestros sacerdotes y augures, y libertad para suprimir las elecciones


    43. «Como soy el dictador, tengo que tener un pie en cada campo», se dijo mientras elaboraba la ley


    44. —Soy el dictador y tienes que divorciarte de tu esposa —dijo Sila sin levantar la voz


    45. Era evidente que había sacado de sus casillas al dictador, y no había muchos capaces de desafiar a Lucio Cornelio Sila


    46. El dictador hizo un gesto desabrido


    47. Estás amenazando al dictador legal de Roma


    48. Ahora tengo la fortuna de Perquitieno, estoy a salvo de proscripción y seguramente heredaré algo de los millones de mi tío el dictador


    49. El dictador prosiguió mencionando distritos que recibían recompensa, y los muchos más numerosos que eran castigados; Praeneste era el más afectado, aunque en el caso de Sulno la represalia era ser arrasado, mientras que Capua recuperaba su antigua condición y al mismo tiempo perdía hasta el último iugerum de sus tierras, que pasaban a engrosar el ager publicus romano


    50. En circunstancias normales hubieran rodeado al dictador clientes y suplicantes, pero la suerte le acompañó y no se les acercó nadie












































    Mostrar más ejemplos

    dictador in English

    dictator

    Sinónimos para "dictador"

    déspota tirano totalitario absolutista