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también en el prorrateo, pues les sería fatal que los trapos sucios de Ruano vinieran a ser
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y se reproduce como un cáncer de solución fatal, como el sino
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Por supuesto, se puso fatal, a llorar (lo
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Así llega el mes de julio de 1847, en el cual la cirrosis hepática, fatal consecuencia de sus excesos, hace crisis en una grave disentería que lo obliga a recluirse en el modesto hospital de la población
5.
Policarpa no quiso aceptar esta postura que comprometía su honestidad en el momento fatal, y dando la espalda a los soldados de la escolta, pronunció las conocidas frases que recogió la historia:
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Pero de la que estaba más orgulloso y la que le había valido, al decirde él, infinitas enhorabuenas, era un cierto poema dedicado al desafíode dos íntimos amigos suyos, fatal para el uno de ellos, pues elcontrario le había atravesado el vientre de un balazo
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La doble personalidad de esta señora tenía un signo externo en sucuerpo, una representación fatal, obra de la cirugía, que en este puntofue una ciencia justiciera y acusadora
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Pero Ana se iba al cielo: Ana, que jamás hubiera puesto aaquel turbulento mancebo de señor de su alma apacible, como un palaciode nácar; pero que, por esa fatal perversión que atrae a los espíritusdesemejantes, no había visto sin un doloroso interés y una turbaciónprimaveral, aquella rica hermosura de hombre, airosa y firme, puesta porla naturaleza como vestidura a un alma escasa, tal como suelen algunoscantantes transportar a inefables deliquios y etéreas esferas a susoyentes, con la expresión en notas querellosas y cristalinas, blancascomo las palomas o agudas como puñales, de pasiones que sus espíritusburdos son incapaces de entender ni de sentir
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Una vez en la calle, Basilio pensó en qué podíaocuparse hasta que llegase la fatal hora; no eran más que lassiete
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Quiso, no obstante, la suerte ó sea el orden providencial ó fatal quellevan los
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La marca del dedo fatal se ha impreso en sus facciones,
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fatal; tuspalabras, tu aliento y hasta tu presencia, la trastornan
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dándose cuentaen el acto de que así podría causar un efecto fatal
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Cuando Ulises pasa por enfrente de la isla de las Sirenas, advertido por Circe, puede defenderse de una atracción fatal haciéndose atar al mástil de la nave y tapando con la cera los oídos de sus compañeros
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fatal espetera en el despacho de D
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por su fatal pronunciación del término pirita de hierro
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Pero el arma fatal había caídode las manos
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fatal suceso, y tomó suderrota, con sus dos perros: y á los tres dias encontró una lagunapequeña rodeada de porcion de guanacos que habian consumido toda elagua, dejando solo la humedad entre el lodo, y llegó tan
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querompa la ley fatal del encadenamiento de las causas; y,
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una fuerza fatal, doña Luz acercó suavemente elrostro al del Padre, y puso los labios en su frente
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había procurado una fatal casualidad,una fatal sorpresa, un sobrecogimiento funesto,
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mano en el corazon, y la vista enDios, pronunciar la sentencia fatal en obsequio dela justicia
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momento fatal y dicen«ahora»
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No se le curó el miedo; en cambio le quedódesde entonces una propensión fatal a
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Surgen como un elemento ciego y fatal, sin que los desanime
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natación, elamamantamiento y la fatal necesidad de subir
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Es un pueblo fatal
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intención, si la oportunidad seles presentaba, de herirlo con el mismo cuchillo fatal
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consecuencia fatal de tales situaciones, el decaimiento
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misión única y fatal de derribar
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¿No era fatal que con el tiempo, con la vejez del marido, la
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Hay un momento fatal en la historia de todos los pueblos y es aquél enque,
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fatal con una pacienciay asiduidad felinas, juzgó que había
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Beatriz permaneció todo el día en aquella fatal avenida, ya
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Créeme: el que muerde la fatal manzana de que hablan
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nombre fatal delforzado de quien ha tomado el puesto
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objeto con la precisión fatal de laMecánica
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Marcela cortaban por intervalos las notasde aquel ronquido fatal
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Cogióles a los más como de improviso esta fatal notificación, habiendovivido casi
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Lo singular es que si se hubiera preguntado á cualquiera particularmentesu opinión sobre el discurso, habría dado tal vez una opinión nodesfavorable; pero la opinión de un público no es la suma de lasopiniones de los individuos que lo forman, no; en la opinión colectivade aquél hay algo fatal, algo no comprendido en las
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La fatal determinación, que, sin conocerla, habíaasustado tanto á la huérfana, estaba
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suficientemente la influencia fatal que en usted hanproducido las ideas del día
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, precisamente en la noche fatal en que Lázaro fué arrojado delclub
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laspreocupaciones, contando entre ellas el presagio fatal que se
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el golpe fatal que lasamenazaba a las dos
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a una tentación que nos sería fatal a las dos
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Toda estaba envuelta en una melancolía fatal, en una indiferenciamorbosa que la iba consumiendo
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había sido toda ella un estertorviolento y una fatal agonía
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puestos alservicio de la divinidad fatal, que recibía de sus manos
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librarse de esteambiente fatal, de la herencia del medio, del
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su fatal intervención enel destino de Ulises
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de laexistencia, pero resultaba fatal para el amor
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Parece que se efectuaba sobre la toscamuchacha el potente y fatal dominio
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Elbarquero fatal me hace ya señas: las potencias celestes
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extraordinariospor apartar de su imaginación aquel desafío fatal
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Tuvo entonces conciencia de que esa ley fatal del Talión
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Esta es la ley fatal de los sucesos
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habrían penetrado en el fatal recinto, con la sonrisa de
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Pero lo gordo, lo grave, lo extraordinario que en aquel fatal fin
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fatal estuviera tan próxima, y ella no hubiera encontrado
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contestación,entregándose la mayor parte á las máshalagüeñas impresiones, vino el fatal día 4
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Pero un día fatal hizo el diablo que don Fernando acompañase
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—¡Es fatal! en las reuniones de hoy se juega o se habla
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¡ay! á la pira fatal, sino que había consumido su vida en las penas
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pudieran por fatal destino, emanciparse de la grosería,del mal vestir y peor hablar
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Ya en la cocina, a sus anchas, preparó el alimento fatal
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No era aquello lo que el soldado ansiaba oír, si bien también él había de cumplir su misión: la hermandad precisaba de las lanzas y cualquier demora podía ser fatal
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Cuando, por casualidad, tomaba el aire despues de este fatal 21 de enero, lo hacia en lo alto de la torre, cuyas troneras se habian cerrado con celosias
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Y Genevieve desaparecio en la bascula fatal
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Esto parece Hace un millón de años, pero sin Raquel Welch, dije yo en cuanto vi el panorama: una, dos, tres, cuatro, cinco, seis señoras cortadas todas por el patrón de Gloria Swanson talludita y metida en alta comedia, que siempre se le dio fatal a la pobre, a ella que no la sacaran del drama pérfido, pero estas seis debían de haberse hecho un estanislavski pasado por Lucille Ball, un estanislavski made in Copacabana, como los estudios de arte dramático de Marilyn en Eva al desnudo, o sea, un estanislavski falso a más no poder, así estaban las seis de desorbitadas
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Salvo cuando un daño irreparable, suela abierta, empeine cortado o tacón torcido, no dejaba ninguna duda sobre la acogida que recibiría al volver, tragaba saliva con el estómago apretado, durante las dos horas de estudio, tratando de compensar su falta con un trabajo más atento, pero, pese a todos sus esfuerzos, el miedo a los golpes era una distracción fatal
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Sin embargo, Nerón parecía haber regresado a su táctica habitual, la de perseguirlo incansablemente a la espera de que cometiera el error que resultara fatal
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tenía un efecto fatal en ella
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Yo estaba, pues, en plena revolución, motivada por ley fatal de mi historia íntima, por la tiranía de mí propio y por aquella manera especial de absolutismo o inquisición filosófica con que me había venido gobernando desde la niñez
75.
Aquella evidencia había venido en su momento histórico fatal, cual modificación de anteriores estados de espíritu; yo la veía proceder de mis suspicacias, como viene la espiga del tallo y el tallo de la simiente
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La combinación de estas armas mágicas resultó fatal para la Gorgona
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Visto en su conjunto, el mío es un patrimonio genético fatal
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Susana vio la cuerda fatal volar y escurrirse por encima de las cabezas
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Según todas las apariencias, se trataba de un movimiento fatal y casi le pareció ver su sonrisa de suficiencia mientras se disponía a descargar el golpe mortal
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Había algo en su voz que recordaba el sonido de un gong, una nota fatal, aunque prosiguió hablando sin delatar emoción ninguna
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–Por lo menos tiene miedo del destino fatal -dijo Wood-
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Todo el mundo se está portando fatal con Diane
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Cada momento de demora es fatal para sus planes
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¿Quiere que le diga por qué el señor Lawrence se puso tan pálido cuando entró por primera vez en la habitación de su madre la noche fatal? Porque mientras su madre yacía en su cama, envenenada, vio que la puerta de la habitación de Cynthia tenía el cerrojo descorrido
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Ella fue quien llevó a la cocina las hojas mezcladas el fatal día
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—¡No me las dé! ¡Mi decisión puede ser fatal para alguien!
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Pero el azúcar es fatal, engorda,
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El retardarse podría en efecto serles fatal, porque las olas continuaban levantándose, el viento arreciaba y grandes goterones comenzaban a crepitar en la superficie del mar
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Se casó con ella y le fue fiel hasta su noche fatal
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La acción oportuna y valiente de cada soldado, Ranquileo entre ellos, salvó al pueblo de un destino fatal
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Soltó una terrible maldición y se lanzó por el rastro de magia en busca del hombre que había lanzado aquel hechizo fatal, dejando el cuidado de su cuerpo en manos de Saphira y sus guardianes
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Cuando consiguió detener la rotación, se había desplomado ya a través de las nubes y se encaminaba a un rápido y fatal aterrizaje en los Llanos Ardientes
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Gregory se sintió incómodo con ella, no lograba verla como la niña que en realidad era sino como una indecente parodia de mujer fatal y se avergonzó de sí mismo, tal vez Judy tenía razón, después de todo, y la índole perversa de su padre estaba latente en su sangre como una maldición hereditaria
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Cuarta Parte Cuidado con lo que pides, mira que el cielo puede otorgártelo, era uno de los dichos de Inmaculada Morales, y en el caso de Gregory Reeves se cumplía como una broma fatal, En los años siguientes realizó los planes que con tanto ahínco se había propuesto, sin embargo por dentro hervía en el caldo de una impaciencia abrumadora
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Llegaron a La Perla de Oriente tres muchachas preguntando por Kamal y les dije que no estaba y no valía la pena ni siquiera recordarlo, porque en realidad no era humano, nunca existió en carne y hueso, era un genio del mal, un efrit venido del otro lado del mundo para alborotarles la sangre y turbarles el alma, pero ya no lo verían más, había desaparecido arrastrado por el mismo viento fatal que lo trajo del desierto hasta Agua Santa
96.
—Es necesario exponer a un sujeto a la prueba para calcular los efectos de la toxina fatal
97.
Eso habría sido fatal para su carta astrológica
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En el trayecto me asaltaban imágenes del golpe militar en Chile, los muertos en la calle, la sangre, la violencia súbita, la sensación de que en cualquier momento puede ocurrir algo fatal, que nadie está seguro en ninguna parte
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Me llamo Álvaro Carrión Otero, en noviembre cumpliré cuarenta y un años, soy hijo de Julio Carrión González, un pobre hombre adicto a las benevolentes y quizás mortales trampas de la química, la mujer que tengo delante se llama Raquel Fernández Perea, tiene unos treinta y cinco años, una edad razonable para ser la hija, hasta la nieta de mi padre, pero era su amante, la amante de un anciano que sucumbió a la debilidad de creer que lo importante no era echar un polvo, sino saber que el próximo no sería todavía el último, un combate tan desigual, tan desproporcionado, tan fracasado desde antes de empezar, que sólo la victoria de la muerte podía culminarlo, y la muerte triunfó, mi padre está muerto, yo no, yo estoy vivo, tengo una profesión que me gusta, un trabajo que me gusta, una casa que me gusta, un hijo que me gusta, una mujer que me gusta, tengo mucha suerte, mi mujer se llama Mai, tiene treinta y siete años pero no los aparenta, tampoco se llama Maite, María Teresa, como piensa todo el mundo, se llama Inmaculada, pero ella también tiene mucha suerte, porque su hermana pequeña no sabía decir su nombre e inventó un diminutivo que le gusta mucho más, a mí me gusta mi mujer, me gusta mi hijo, me gusta mi trabajo, mi profesión, me gusta mi vida, que no es ésta, que no se parece a esta sucesión de días cargados de nubes y de culpas, de sorpresas y de mentiras, ésta no es mi vida, esto no es nada más que una pura coincidencia, una cadena de acontecimientos triviales, casuales, una serie de accidentes sin ninguna relación lógica entre sí al margen de la fatal necesidad de mi presencia en todos ellos, eso es todo, eso ha sido todo, eso me ha traído hasta aquí, pero éste no soy yo, yo no me parezco a este hombre alterado, abrumado, exacerbado, exhausto, estremecido por un deseo violento y perverso, insano y formidable, este instante que no se parece a ningún otro instante que yo haya vivido antes, yo no soy así, ésta no es mi vida, yo me llamo Álvaro Carrión Otero, en noviembre cumpliré cuarenta y un años, soy hijo de Julio Carrión González
100.
Y todo lo que me había pasado desde el día del entierro de mi padre era el resultado de una pura coincidencia, una cadena de acontecimientos triviales, casuales, una serie de accidentes sin ninguna relación lógica entre sí al margen de la fatal necesidad de mi presencia en todos ellos, pero mi abuela había sido una etapa más de aquel proceso y hacía mucho tiempo que no pensaba en ella, tú tienes que ser un hombre digno, bueno, valiente