1.
y su voluntad trabaja con mayor firmeza para mantenerlo encendido, porque ha
2.
con firmeza mi posición, defiendo mi lugar con toda la dureza que él desata en
3.
Con tal autorización, González inició el juicio, durante el cual la pinchotana no solo no desfalleció un instante, sino que con firmeza y altivez declaró ser patriota, haciendo énfasis en su odio a los gobernantes extranjeros y pregonando que luchaba por la causa de la libertad de su patria
4.
Era una de esas personas que, no habiendorecibido educación, parece que la han tenido cumplidísima, por lo bienque se expresan, por la firmeza con que se imponen un carácter y losostienen, y por lo bien que disfrazan con las retóricas sociales lasbrutalidades del egoísmo humano
5.
gracia, que atraen al auditorio yganan las voluntades; la firmeza que infunde el
6.
—Amparo—repuso con autoridad y con firmeza el
7.
en combate - responde con evidente firmeza el oficial Dheram
8.
La voluntad de ellos carecía de firmeza
9.
Habla con firmeza, mirandofijamente a las dos, y como si en la turbación de ellas hallaraevidenciado lo que imagina
10.
Y luego, con acento reposado, mientras don Juan suspirabadominado por la firmeza
11.
leconoce una felonía; y su entereza está acompañadade cierta firmeza de carácter
12.
en la actualidad muy viva;en cuanto á firmeza, aguardad que vengan otraselecciones, ó que un
13.
La firmeza de voluntad es el secreto de llevar ácabo las empresas arduas; con esta firmeza
14.
y firmeza en sus precios hasta que los cafés,los cacaos y demás
15.
Cuando vio que yo encaraba en el acto con firmeza la
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la firmeza en obstinación y la frialdad en violencia
17.
prudencia ante los grandes peligros y sucautela y firmeza en los
18.
puntas: conservaba el cutis fresco,los dientes seguros y cierta firmeza y decisión en
19.
su elocución y la firmeza desu ironía han prestado más agrado
20.
líneas de su boca lesfaltaba algo de la firmeza (obstinación
21.
firmeza y elegancia en sus modales que alguna vezla hacían aparecer altiva y
22.
—Sí que lo estoy—repuso Octavio con firmeza y clavando sus ojos en ladama;—
23.
dar firmeza y duración a la palabra fugitiva,
24.
firmeza para reconocer lasolidez de la senda
25.
lágrimas y se erguía con la firmeza del que ha adoptado unaresolución irrevocable
26.
tristes en sus días de alejamiento, era una mujer contoda la firmeza imperiosa y la
27.
La rusa respondió con firmeza, fijando sus ojos en los del juez
28.
excepción de la firmeza en cuantoá la benevolencia, la ejercitó en el odio hastala muerte
29.
firmeza orgullosa en suposición de marido que una vez más me
30.
Persistía,pues, con firmeza en su plan, pero lo
31.
Nolo quedó admirado, aunque ya conocía el valor y la firmeza de su amadaen los
32.
Y con la firmeza de un testarudo se mantuvo en su puesto
33.
Y para probar su firmeza de hiena, sin otro amor que el de la
34.
firmeza, el faltara la consideración debida a vuestra clase, pero
35.
A pesar deesto, la enferma, que iba ya penetrándose de su estado, exigió condulzura y firmeza a la par que viniese el cura
36.
De todo se encargóel primogénito de Casa-Ramírez, quien iba y venía de un coche a otro congran firmeza a pesar de su obesidad
37.
se cerraba, apretando losrobustos dedos y aferrándose sobre el oro con la firmeza y el ajuste deuna
38.
Entonces aparecieron, en su intacta firmeza, los dos fuertes pechosbruñidos y cuasi
39.
compromiso ineludible, y se empeñaba, con humildad, sí, perotambién con firmeza,
40.
firmeza que inspiraba espanto, y acontinuación enternecíase ante su hijo, el travieso
41.
y venir, gravemente, pensando en la cantidad de firmeza, devoluntad y de resolución
42.
Los puso en doña Rebeca con tal expresión de firmeza y desprecio, que lavieja abatió los brazos y la voz para murmurar:
43.
de una extraña firmeza que rayaba en ferocidad, no seapartaban de la niña
44.
desu corazón y en la firmeza de sus afectos; pero al verla tan serena,moviendo entre
45.
la cuestión en términos quejustificaban la veracidad y firmeza
46.
ciencia sóliday firmeza de vocación, se le aparecían para reconvenirle
47.
suintencion y determinacion; y para más firmeza, bebieron con
48.
Según mi padre, a los muchachos les gustan las chicas que muestran firmeza
49.
A pesar de que el filo cortó sin dificultad la fuerte piel, Ursa se las ingenió para aferrar la espada con firmeza y apartarla a un lado antes de que Kit tuviera tiempo de reaccionar
50.
Kit no tenía idea de cuál era su plan, pero aferró con firmeza la empuñadura de la espada, atenta a cualquier señal
51.
De momento, Camifex se plantó con firmeza en medio del enfangado camino, tiesas las orejas y los ojos muy abiertos en su orgullosa y linajuda cabeza
52.
Pepita explicó a La Veneno el parentesco de todos y de cada uno con tanta rapidez y tanta firmeza que a todos los dejaron pasar
53.
La comision estaba suspensa por el asombro; tanta firmeza y tanta inteligencia eran increibles en un nino
54.
Mientras Jack sujetaba el cristal con firmeza, el sacerdote cortó otro rectángulo, ahora bastante mayor
55.
Su firmeza es su defecto capital, pues lo que quiere, lo quiere con obstinación, y no le desalientan los imposibles
56.
La firmeza en los amantes
57.
¿Llegaré a olvidar algún día aquellas lecciones? Nominalmente era mi madre quien las presidía, pero en realidad eran míster Murdstone y su hermana, quienes estaban siempre presentes y encontraban en ello ocasión favorable para dar a mi madre lecciones de aquella mal llamada firmeza, que era el tormento de nuestras existencias
58.
Puso con firmeza la mano encima de la mesa, y su rostro tostado tomó una expresión de resolución indecible
59.
En su vestido, lo mismo que en su rostro, todo revelaba la superioridad, y era tan noble de aspecto como correspondía a la elevación y firmeza de su carácter, hecho a la dominación y templado al rigor de las luchas sociales
60.
Podía haber hombres más apuestos; pero seguramente no los habría más significativos (permítasenos esta expresión); todo en el conde quería decir algo y tenía su valor; porque la costumbre del pensamiento útil había dado a sus facciones, a la expresión de su rostro, y a sus gestos insignificantes, una flexibilidad y una firmeza incomparables
61.
Tranquilidad y comodidad ante todo, se aseguró a sí mismo con firmeza, esa era la cuestión
62.
Poirot se inclinó hacia él, y con gran suavidad y firmeza dijo:
63.
Sin embargo, al estudiar la cara de la muchacha, se veía la fuerza de voluntad en su pequeña barbilla y en los labios que se cerraban con severa firmeza,
64.
Sus ojos miraban a Elizabeth Temple con firmeza, mientras meditaba la respuesta
65.
De un fuerte tirón arrancó una rama larga y fuerte y la alcanzó a Alí sosteniendo la extremidad opuesta con firmeza
66.
Cuantas más palabras pronunciaba, mayor era la sensación de que la firmeza, la separación, la autonomía, se escapaban de mi cuerpo
67.
En el ejercicio de sus funciones ignoraba las razones del buen sentimiento, castigando con igual firmeza el robo de una gallina que el homicidio calificado
68.
Volvió con varios trapos y los apretó con firmeza en torno al hombro de Roran y su muñeca fracturada
69.
Los negros, robustos y ágiles, no tuvieron el menor inconveniente en construirla, dándole la mayor firmeza posible
70.
Me apartó con firmeza y mirándome a los ojos me explicó que la violencia la ejercía el Gobierno, ¿no eran formas de violencia el desempleo, la pobreza, la corrupción, la injusticia social? El Estado practicaba muchas formas de abuso y represión, esos policías eran esbirros del régimen, defendían los intereses de sus enemigos de clase y su ejecución era un acto legítimo; el pueblo estaba luchando por su liberación
71.
Jean desplegó todo su encanto, firmeza y sentido de la lógica, para convencerla de que le estaban fallando los nervios y que nada de eso ocurría en realidad, sino que era producto de su sobresaltada fantasía
72.
Le dije que Alba es mi única nieta, que me he ido quedando solo en este mundo, que se me ha achicado el cuerpo y el alma, tal como Férula dijo al maldecirme, y lo único que me falta es morir como un perro, que esa nieta de pelo verde es lo último que me queda, el único ser que realmente me importa, que por desgracia salió idealista, un mal de familia, es una de esas personas destinadas a meterse en problemas y hacer sufrir a los que estamos cerca, le dio por andar asilando fugitivos en las embajadas, lo hacía sin pensar, estoy seguro, sin darse cuenta que el país está en guerra, guerra contra el comunismo internacional o contra el pueblo, ya no se sabe, pero guerra al fin, y que esas cosas están penadas por la ley, pero Alba anda siempre en la luna y no se da cuenta del peligro, no lo hace por maldad, todo lo contrario, lo hace porque tiene el corazón desenfrenado, igual como lo tiene su abuela, que todavía anda socorriendo pobres a mis espaldas en los cuartos abandonados de la casa, mi Clara clarividente, y cualquier tipo que llegue donde Alba contando el cuento de que lo persiguen, consigue que ella arriesgue el pellejo para ayudarlo, aunque sea un perfecto desconocido, yo se lo dije, se lo advertí muchas veces que podían ponerle una trampa y un día iba a resultar que el supuesto marxista era un agente de la policía política, pero ella no me hizo caso, nunca me ha hecho caso en su vida, es más testaruda que yo, pero aunque así sea, asilar a un pobre diablo de vez en cuando no es una fechoría, no es algo tan grave que merezca que la lleven detenida, sin considerar que es mi nieta, nieta de un senador de la República, miembro distinguido del Partido Conservador, no pueden hacer eso con alguien de mi propia casa, porque entonces qué diablos queda para los demás, si la gente como uno cae presa, quiere decir que nadie está a salvo, que no han valido de nada más de veinte años en el Congreso y tener todas las relaciones que tengo, yo conozco a todo el mundo en este país, por lo menos a toda la gente importante, incluso al general Hurtado, que es mi amigo personal, pero en este caso no me ha servido para nada, ni siquiera el cardenal me ha podido ayudar a ubicar a mi nieta, no es posible que ella desaparezca como por obra de magia, que se la lleven una noche y yo no vuelva a saber nada de ella, me he pasado un mes buscándola y la situación ya me está volviendo loco, éstas son las cosas que desprestigian a la Junta Militar en el extranjero y dan pie para que las Naciones Unidas comiencen a joder con los derechos humanos, yo al principio no quería oír hablar de muertos, de torturados, de desaparecidos, pero ahora no puedo seguir pensando que son embustes de los comunistas, si hasta los propios gringos, que fueron los primeros en ayudar a los militares y mandaron sus pilotos de guerra para bombardear el Palacio de los Presidentes, ahora están escandalizados por la matanza, y no es que esté en contra de la represión, comprendo que al principio es necesario tener firmeza para imponer el orden, pero se les pasó la mano, están exagerando las cosas y con el cuento de la seguridad interna y que hay que eliminar a los enemigos ideológicos, están acabando con todo el mundo, nadie puede estar de acuerdo con eso, ni yo mismo, que fui el primero en tirar plumas de gallinas a los cadetes y en propiciar el Golpe, antes que los demás tuvieran la idea en la cabeza, fui el primero en aplaudirlo, estuve presente en el Te Deum de la catedral, y por lo mismo no puedo aceptar que estén ocurriendo estas cosas en mi patria, que desaparezca la gente, que saquen a mi nieta de la casa a viva fuerza y yo no pueda impedirlo, nunca habían pasado cosas así aquí, por eso, justamente por eso, es que he tenido que venir a hablar con usted, Tránsito, nunca me imaginé hace cincuenta años, cuando usted era una muchachita raquítica en el Farolito Rojo, que algún día tendría que venir a suplicarle de rodillas que me haga este favor, que me ayude a encontrar a mi nieta, me atrevo a pedírselo porque sé que tiene buenas relaciones con el gobierno, me han hablado de usted, estoy seguro que nadie conoce mejor a las personas importantes en las Fuerzas Armadas, sé que usted les organiza sus fiestas y puede llegar donde yo no tendría acceso jamás, por eso le pido que haga algo por mi nieta, antes que sea demasiado tarde, porque llevo semanas sin dormir, he recorrido todas las oficinas, todos los ministerios, todos los viejos amigos, sin que nadie pueda ayudarme, ya no me quieren recibir, me obligan a hacer antesala durante horas, a mí, que les he hecho tantos favores a esa misma gente, por favor, Tránsito, pídamelo que quiera, todavía soy un hombre rico, a pesar de que en los tiempos del comunismo las cosas se pusieron difíciles para mí, me expropiaron la tierra, sin duda se enteró, lo debe haber visto en la televisión y en los periódicos, fue un escándalo, esos campesinos ignorantes se comieron mis toros reproductores y pusieron mis yeguas de carrera a tirar del arado y en menos de un año Las Tres Marías estaba en ruinas, pero ahora yo llené el fundo de tractores y estoy levantándolo de nuevo, tal como lo hice una vez antes, cuando era joven, igual lo estoy haciendo ahora que estoy viejo, pero no acabado, mientras esos infelices que tenían título de propiedad de mi propiedad, la mía, andan muriéndose de hambre, como una cuerda de pelagatos, buscando algún miserable trabajito para subsistir, pobre gente, ellos no tuvieron la culpa, se dejaron engañar por la maldita reforma agraria, en el fondo los he perdonado y me gustaría que volvieran a Las Tres Marías, incluso he puesto avisos en los periódicos para llamarlos, algún día volverán y no me quedará más remedio que tenderles una mano, son como niños, bueno, pero no es de eso que vine a hablarle, Tránsito, no quiero quitarle su tiempo, lo importante es que tengo buena situación y mis negocios van viento en popa, así es que puedo darle lo que me pida, cualquier cosa, con tal que encuentre a mi nieta Alba antes que un demente me siga mandando más dedos cortados o empiece a mandarme orejas y acabe volviéndome loco o matándome de un infarto, discúlpeme que me ponga así, me tiemblan las manos, estoy muy nervioso, no puedo explicar lo que pasó, un paquete por correo y adentro sólo tres dedos humanos, amputados limpiamente, una broma macabra que me trae recuerdos, pero esos recuerdos nada tienen que ver con Alba, mi nieta ni siquiera había nacido entonces, sin duda yo tengo muchos enemigos, todos los políticos tenemos enemigos, no sería raro que hubiera un anormal dispuesto a fregarme enviándome dedos por correo justamente en el momento en que estoy desesperado por la detención de Alba, para ponerme ideas atroces en la cabeza, que si no fuera porque estoy en el límite de mis fuerzas, después de haber agotado todos los recursos, no hubiera venido a molestarla a usted, por favor, Tránsito, en nombre de nuestra vieja amistad, apiádese de mí, soy un pobre viejo destrozado, apiádese y busque a mi nieta Alba antes que me la terminen de mandar en pedacitos por correo, sollocé
73.
—Que no, mamá, que no me voy a ir —todavía estaba serena y hablaba despacio, sin levantar la voz pero con una firmeza que su madre desconocía—
74.
El anciano se precipitó hacia Bertran intentando besar su mano, pero el joven lo alzó por los hombros con firmeza
75.
Antonio necesita, en este momento de su vida, creer con firmeza en que, no obstante algunas señales inquietantes nada ha variado en su relación con Juan
76.
Antonio se sienta frente a la estufa y aspira el aire cálido del alrededor de la estufa, la seguridad del estufón encendido, la firmeza del pasado recordado, el amor recordado
77.
Sus ojos y su voz adquirieron la firmeza del acero-
78.
La verdadera innovación llegó cuando, después que toda una generación de especialistas en medicina lo hubiera declarado imposible, se perfeccionó el Brainman: se conectó una unidad de memoria que almacenaba teraoctetos1 de información, por medio de un cable con óptica de fibras que literalmente transportaba miles de millones de terminales del tamaño de un átomo, a un casquete que se ajustaba con firmeza en la coronilla, lo que permitía establecer contacto indoloro con la piel del cráneo
79.
Blackthorne sujetaba con firmeza la rueda del timón, aunque le dolían los brazos y las piernas
80.
–No -intervino con firmeza el mollah hablando un inglés excelente-
81.
Pide después a los conjurados que le sostengan con firmeza; que preparen las proclamas, y que
82.
Básteles saber que este joven, poniendo en juego sus malas artes amorosas, embaucó y engañó y arrastró tras sí a quien había sido la misma firmeza, el pudor mismo y la mismísima lealtad, dejando burlada la ideal adoración de un hombre que había sido el dechado de la constancia y delicadeza
83.
Y entonces, apoyando con mayor firmeza la espalda contra la pared, empezaba a soñar despierto
84.
El rey Enrique creyó con firmeza que el papa Clemente VII le facilitaría un divorcio rápido de Catalina de Aragón
85.
Vuecencia quiere decir cuatro verdades al Ministerio, probar que Martínez de la Rosa con todas sus letras, no sirve para el caso; Vuecencia quiere que se arme gran barullo en las Cortes, en suma, pronunciar un discurso que a lo violento de la intención una la severidad y firmeza de una frase cortés
86.
Pero los que se muestran generosos, por su firmeza de alma se parecen a un jardín plantado en un ribazo que regaran las lluvias abundantes del cielo y cuyos frutos tuvieran doble tamaño del corriente
87.
¡Vaya con los cambiazos del destino! ¡El enemigo, el tirano, el ogro, convertíase, como por magia, en un ser bondadoso, de ideas severas, eso sí, pero sanas! ¡Y con qué firmeza de padre tutelar le había planteado la cuestión de sus relaciones con Aura! ¡Con qué gracia y donosura había desbaratado el romántico artificio, como Don Quijote, acuchillando el retablo de maese Pedro! ¡Y cuán hábilmente, entre las ruinas del cartón pintado, había puesto el cimiento angular de la vida razonable, discreta, lógica, como Dios y la ley quieren y formulan! Era el tal D
88.
Demetria manifestó con firmeza que la gratitud exigía que las dos hermanas cuidasen por sí mismas al que había contraído tan grave dolencia por defenderlas y salvarlas; que ella, firme en su conciencia, tan segura de su honradez como [329] de que la opinión del pueblo ni un momento se pronunciaría en contra suya, no estimaba indecoroso alojar al herido en su propia casa; pero si sus buenos tíos opinaban de otro modo, ella se sometería gustosa a lo que resolviesen
89.
—Sí, señora —respondió con firmeza el inspector mientras se alejaba hacia la puerta
90.
—¡A la estación! —replicó con firmeza Roger; y se encaminaron hacia allí
91.
La serenidad del coronel y su práctica de la guerra; la firmeza de los valientes oficiales que supieron mantenerse [138] en el heroísmo pasivo y en la resistencia deslucida; la conducta de la tropa, penetrándose con seguro instinto de estas ideas y realizándolas admirablemente, enaltecieron al 5
92.
Algunos hicieron objeciones de poca monta, señalando que habría sido potestativo que pasase a la Asamblea centuriada para su ratificación, pero César, Hortensio y Cicerón afirmaron con toda firmeza que una asamblea de las tribus sólo podía ratificar medidas que afectasen a las tribus
93.
Los soldados son sus hijos, queridos musulmanes, y [tenemos] el deber de tener la firmeza y la resolución de cambiar las reglas del mal, y empezar a apoyar a Palestina y el Líbano, y Palestina y el Líbano son la tierra del Islam
94.
Cuento con la vehemencia de su afición y la firmeza de su carácter
95.
La repetición de este concepto, al siguiente día, quitó a Ibero toda esperanza de que el General accediese por el momento a trasladarle al Norte; y para colmo de desdicha, siempre que de esto se le hablaba, respondía Espartero con mayor severidad y firmeza, tomando a broma lo de la licencia absoluta, que calificó de chiquillada indigna de un hombre serio
96.
Es absolutamente infructuoso apremiarle para que razone a qué es debido su extraordinario comportamiento; parece tratarse de un hombre de muy insólita firmeza de carácter
97.
Nunca he creído que sintiera un genuino amor por mí y nunca lo creeré; sin embargo, yo tenía esa capacidad tan práctica, esa firmeza de voluntad, esa ascendencia personal tan obvia, ejercida sobre la mayoría de las personas con las que he tenido contacto, que a la fuerza suscita el respeto y la admiración de mujeres del más variado carácter e, incluso, de mujeres carentes de carácter por completo
98.
¿Cómo podría Isabel -ella o cualquier otra mujer- resistir la influencia de su clara mente, de su firmeza de propósitos, de aquella resolución que nada le debía a nadie y que nadie de su categoría podía vencer, adornadas como estaban con aquellas atractivas cualidades y por las aparentes y personales ventajas como las que mostraba su propia ascendencia? Isabel estaba fascinada, pero no tranquila
99.
Rosamond asumió ambas dificultades con la firmeza y la decisión que en ella eran habituales