1.
Púsose Mauricia de un salto en el rincón frontero al corredor donde lasmadres estaban, y desde allí las miró con insolencia, sacando yestirando la lengua, y haciendo muecas y gestos indecentísimos
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entusiasmo, y hacerse un egoísta frío yrepugnante, añadiendo a todo ello la insolencia
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llamaron su atención, y conla cariñosa insolencia de los borrachos alegres, pusiéronse
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reyMarsilio de Sansueña; el cual, por haber visto la insolencia del moro,puesto que era un
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—Eso es una insolencia, señor—dijo la duquesa—: quienescribe esto á su rey, no
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de una manera tendida, y riendocon una insolencia lacayuna; el joven embozado
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insolencia y la injusticia de los malos? Ynada de esto dicen los periódicos, nada puedendecir,
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guapo! ¡Conqué insolencia había proclamado su pasión!
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Judith, á pesar de su insolencia, había sentidomiedo ante el gesto
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Como su voz sólopodía oirla el gigante, se expresaba con una insolencia revolucionaria
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existe entre el estupor indignado de unacusado que no puede probar su inocencia y la insolencia endurecida deun culpable que se aferra en negar su crimen, hubieran vacilado en elmomento de pronunciar la
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prudencia,ostentando su pasión con la insolencia de la dicha
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yestrecha obediencia, si el poder y fuerzas con que los ha de castigar ledan ellos mismo; de que nace la insolencia y libertad
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pero temiendo la indignacion de Andronico,y la insolencia de los Griegos, desembocaron el estrecho y
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odioso á muchos, por la insolencia y poderabsoluto con que lo gobernaba, y mandaba todo
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autoridad del Gobierno, la misma insolencia para desafiar lareprobación del mundo,
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insolencia, desarmaba conviolencia la flauta y jurando amenazas la guardaba en el
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y cometiendo la insolencia de querer ser felices
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elegante nido de los recién casados,paseaba su insolencia feliz
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fijaban con tal decisión en losconvidados que rayaba en insolencia
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insoportable ironía, conaquella insolencia de que hacen uso los
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Se lanzaríaen plena lucha, con la insolencia del mercenario
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Mina,temerosa de la insolencia de Nélida
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y a última hora, con la insolencia que da elvino, eran capaces de
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)—¡Qué insolencia! Llamad alconde:
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insolencia con la burlonaexcentricidad de que hacía gala
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ella, en vez de castigar la insolencia, sehabía limitado a
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con el fin de introducir la insolencia en su corazón,
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De diseño más grotesco que el resto del castillo, atiborraban los muros una colección de figuras que, en sus pedestales, podían confundirse con custodios dispuestos a desollar a quienquiera que tuviera la insolencia de personarse sin ser invitado
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Es preciso romper la insolencia de la funcionaria
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Las ratas sabían muy bien que estábamos a su merced, y con una insolencia verdaderamente inaudita se acercaban hasta mordisquearnos las orejas, los dedos y sobre todo los pies
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Ella sostenía la mirada con cierta lánguida insolencia
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Su rostro, que reflejaba agudeza e inteligencia, no podía ocultar la molestia que aquello le causaba; y, no obstante, había escuchado los dos monólogos con admirable paciencia y educación (al revés de lo que nos cuentan sobre la impaciencia e insolencia con que en América se escuchan tales monólogos)
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Se había decidido asestar el golpe definitivo al orgullo, o para ser más exactos a la insolencia musulmana por haber insistido en ello Venecia, siempre al frente de toda expedición audaz a Oriente
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con su insolencia y su silencio
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Sintió la cruel tentación de darle un empujón por su insolencia
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-¡Silencio! -exclamó de súbito con exaltado coraje el Empecinado, sin fuerzas ya para conservar la serenidad ante la insolencia de su subalterno
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-¿Es ésta la tarasca inglesa? -dijo el otro dirigiéndose a miss Fly con insolencia
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Algo conseguía con esto, porque las chicuelas eran de buena índole; pero no se las podía llevar más allá de su propio gusto, y cuando estallaba el pronunciamiento con todos los caracteres de brutalidad y de insolencia de esta enfermedad nacional,
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[295] He visto también a los poderosos que mandan permitir mil atropellos por sostenerse en el puesto de sus satisfechas ambiciones, y consentir la insolencia de los fuertes y el vejamen de los tímidos
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Bravo hasta la insolencia, su corazón atesoraba, junto al arrojo indomable, la jactancia andaluza de que ningún otro mortal podría medirse con él
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Los únicos bolsillos de que disponía el señor Orridge eran los de la parte trasera de su abrigo, a los cuales no podía acceder con comodidad; pero puso los pulgares en las mangas de su chaleco, defendiéndose de ese modo de la condescendiente insolencia de la opulencia
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Todos sus dichos y actitudes en la cárcel son comentados como nuevos signos de perversión; a su serenidad se la llama insolencia procaz; a sus graves ratificaciones de responsabilidad, brutal cinismo
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En resolución, castigaría con prontitud, dureza y crueldad proporcionadas al agravio, la insolencia de su enemigo
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Lo mira el otro, con las cejas enarcadas y un falso aire de sorpresa que apenas disimula la insolencia
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El tono de insolencia que se advierte bajo la súplica y el exagerado tratamiento, casi sarcástico, sorprenden a Pepe Lobo
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A qué punto no llegaría con el tiempo Buckingham en sus desaires, que sólo la hospitalidad y buena crianza de nuestros gentiles hombres evitó, en más de una ocasión, que algún guante cruzara la cara del inglés en respuesta a una insolencia, antes de resolver la cuestión del modo adecuado, con padrinos y a espada, en un amanecer cualquiera del Prado de los Jerónimos o la Puerta de la Vega
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De modo que te consideras la más interesante de todas y consideras casi una insolencia que no te reconozcan de inmediato como tal
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Un joven, con expresión de alcohólica insolencia, pasó tambaleándose junto al grupo y preguntó riendo:
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Fue como si un cúmulo de años diera de pronto en la cara a Rearden, expresados en una sensación y una visión: la sensación exacta de lo que había experimentado en la cabina del primer tren de la línea «John Galt» y la visión de los ojos de Philip; de aquellos ojos pálidos, casi líquidos, que representaban lo más bajo de la degradación humana: un dolor sin reservas dotado de la obscena insolencia de un esqueleto ante un ser viviente, exigiendo que aquel dolor fuese considerado como el mayor de los valores
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8 Las diferentes ramas de la Aritmética: la ambición, la distracción, la insolencia, el escarnio
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La insolencia de los mellizos desbordaba la copa
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Púsose Mauricia de un salto en el rincón frontero al corredor donde las madres estaban, y desde allí las miró con insolencia, sacando y estirando la lengua, y haciendo muecas y gestos indecentísimos
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—En cinco minutos enviaré al infierno a esta insolencia de la creación, Sal, ¡no le quepa ninguna duda!
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– ¿Dónde van? – inquirió uno de los jóvenes con insolencia
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Frieda soportó la situación con insolencia, inclinó la cabeza y se mordió los labios
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Aldo optó por abandonar la habitación: una insolencia más y no respondía de sí
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Y cuando veía a su madre, cosa que ocurría poco, y ella le preguntaba: «¿Estás trabajando?», mirándolo con sus grandes ojos tristes, él contestaba con insolencia: «No
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El M'Hael también tendrá información de tu insolencia
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Y la insolencia retumba en los ámbitos de la plazuela espaciosa y sosegada
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—¡Has pasado de la impertinencia a la insolencia!
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«La insolencia tiene su precio, tío
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El director se reclinó en su asiento y frunció el entrecejo ante la tácita insolencia de Cilke, pero decidió ser indulgente
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Javier hizo un valiente esfuerzo para ignorar la manifiesta insolencia que latía en las palabras del segador
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Como era habitual, mi hija mayor se mostró dócil y colaboradora, pero la pequeña, una vez más fue pura rebeldía, insolencia, desafío llevado a sus últimas consecuencias
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Quien le ha respondido con una insolencia equiparable a la suya es Gregorio Martínez
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Fray Berenguer lanzó un resoplido de disgusto ante la insolencia del joven, pero no quería perder más tiempo, y rebuscando en su bolsa le entregó un par de monedas murmurando
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Se contoneaban con cierta insolencia: estaban haciendo el servicio militar obligatorio en las Fuerzas Armadas israelíes, imbuidos de la creencia de que servían en el mejor Ejército del mundo
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La insolencia callejera de la chica no resistió las palabras admonitorias que Perowne, al pasar por el pasillo, entreoyó que Strauss le estaba diciendo
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–¿Y qué pasaría si diera cuenta de su insolencia? – Simplemente, no pierda el tiempo aquí hablando de esto
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Cuando recupere el sentido, le haré saber de su insolencia
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– Creo que él preferiría la insolencia a la estupidez, la estupidez de una persona que trata de poner en peligro al San Andreas y a todos los que están a bordo
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–Desde su asiento en el comedor, McCrimmon lo miró con insolencia
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–En los viejos tiempos, hubieses decapitado por una insolencia menor
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La ironía por la cual trata el juez de envolver la indisciplina en la majestad de la ley y la insolencia por la cual reinscribe el acusado la indisciplina en los derechos fundamentales constituyen para la penalidad una escena ejemplar
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Eran los indios poderosos, dispuestos a enfrentarse al mismo tiempo con ocho tribus enemigas y, cuando llegaron al campamento, llevaban consigo una insolencia inveterada
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–Aún sigue hacia el norte -dijo uno de los vaqueros, cuando los Garrett llegaron al pastizal, y allí estaban las cercas rotas, a través de las cuales había pasado Jenny con su acostumbrada insolencia
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Pero por la mañana, en la sala de espera de la prisión, quedó como electrizado al ver avanzar hacia él a Luta Mae, cubierto su robusto cuerpo con el vestido carcelario y destinada su insolencia a enfurecer a los guardianes, y abandonó toda idea de conciliación
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Miren también cómo aquel grave moro que está en aquellos corredores es el rey Marsilio de Sansueña; el cual, por haber visto la insolencia del moro, puesto que era un pariente y gran privado suyo, le mandó luego prender, y que le den docientos azotes, llevándole por las calles acostumbradas de la ciudad
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Todo en él —su mirada, sus movimientos rápidos y las ventanas anchas de su nariz chata— tenía algo insolente; el gerente de la casa era la insolencia en persona
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Alvin la miró con insolencia antes de desviar la vista hacia Jeremy
82.
¿Quién sois vos? Aunque pertenecéis a la Orden del rey-emperador, habláis con insolencia a Flana, condesa de Kanbery
83.
»He visto cómo todo el mundo nos volvía la espalda, he tenido la ruina a nuestra puerta, he soportado la insolencia de los acreedores y hasta el menosprecio de los sirvientes
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La insolencia de los lacayos despertó la ira de Julián, quien, con ademanes de inconmensurable orgullo, comenzó a recorrer las dependencias de la antigua abadía, abriendo y cerrando con estrépito cuantas puertas encontraba al paso
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-Y a mí qué me importa? El me miró antes con insolencia
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«¿Corréis tras los honores del mundo- les dijo-, tras las ventajas sociales, tras el placer del mando, de burlarse de las leyes y de tratar a todos con insolencia? ¿O bien deseáis la salvación eterna? Hasta los menos avisados pueden distinguir perfectamente los dos caminos, con sólo tomarse la molestia de abrir los ojos
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No le gustó el brillo que vio en los ojos de Marco y le contestó con insolencia:
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Muchos senadores se pusieron furiosos y algunos fueron a ver a Craso y a César, quejándose indignados de «aquel imprudente hombre nuevo, de aquel Garbanzo, de aquel patán, vulgar y plebeyo», preguntando cuánto tiempo deberían soportar todavía la afrenta de su insolencia
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A la inversa, en los denominados hombres cultos, en los creyentes de las «ideas modernas», acaso ninguna otra cosa produzca tanta náusea como su falta de pudor, su cómoda insolencia de ojos y de manos, con la que tocan, lamen; palpan todo; y es posible que hoy en el pueblo, en el pueblo bajo, ante todo entre los campesinos 1s', continúe habiendo más relativa aristocracia del gusto y más tacto del respeto que entre el semimundo'g$ del espíritu, que lee periódicos, entre los cultos
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Está muy por debajo de él en la administración, y no puede permitirse tanta insolencia
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–¡No acepto su insolencia! ¡No está usted aquí en un campo de concentración, sino delante de unos generales!
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Entonces, dirigiéndose a los soldados, les gritó con insolencia:
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Esto y un sinfín de otros pequeños detalles daban pie a respuestas cortas, hurañas y miradas malhumoradas, aunque no a una insolencia deliberada o a la negativa de cumplir las órdenes, ni siquiera a un atisbo de motín
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Dijo que era un experto navegante…, era muy susceptible pero no se daba cuenta de que ofendía a los demás…, un día desmentía a alguien delante de todos los marineros y al día siguiente le invitaba a comer…, una persona no sabía nunca lo que pensaba de ella…, a Christian, el ayudante del oficial de derrota, le hizo la vida imposible, aunque probablemente le estimaba a su manera, una manera muy extraña…, no sabía lo que pensaba de él la tripulación del Bounty, no tenía ni la más remota idea…, se asombró cuando la tripulación se rebeló contra él…, era un hombre raro y caprichoso…, se había esforzado por enseñarle a hacer las mediciones lunares, pero le había maldecido con profundo odio y le había deseado la muerte…, llevó al carpintero ante un consejo de guerra por insolencia después de lograr terminar con vida el viaje que realizaron juntos en el bote… ¡Después de recorrer cuatro mil millas en un bote, hacer que a un hombre le juzguen en Spithead!
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Y mientras yo pensaba en estos hechos y confidencias y con gran cariño hacia Debba, que era una buena chica kamba, dotada de modestia y auténtica y primaria insolencia, Mthuka paró el coche debajo de un árbol y desde allí veíamos la gran brecha del corte del terreno y el débil brillo de los tejados de hojalata de Laitokitok contra el azul del bosque de la Montaña que se alzaba con sus faldas blancas y su cima plana para otorgarnos nuestra religión y nuestra larga y duradera esperanza y por detrás estaba toda nuestra tierra que se extendía como si fuéramos en el avión pero sin movimientos, tensiones ni gastos
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Keiti odiaba al informador, con razones de peso, porque había servido a sus órdenes en los viejos tiempos y tenían muchas viejas cuestiones sin resolver que se remontaban a cuando el informador tenía un destino de conductor de un camión y ofendió a Keiti con insolencia entonces juvenil y con traicioneras murmuraciones sobre aquel gran noble que era, por otros motivos que los que daba el informador, un hombre retraído
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-Aunque respeto su valor, su habilidad con los palos y su insolencia, no me gusta como torero, ni como banderillero, ni como hombre
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–Ya se lo dije en el desayuno, señor -respondió Killick con la dosis justa de insolencia