Usar "jugador" en una oración
jugador oraciones de ejemplo
jugador
1. Un buen jugador conoce, a veces antes que su adversario, las razones por las
2. Hasta la vista, el jugador eterna, que viene al mudno nuevo en la tierra de esta planeta donde
3. Esta carta muestra el oportunismo del General venezolano, jugador a dos cartas
4. jugador y los palos y en línearecta, para fusilar
5. jugador, después de un silenciosoviaje en la misma diligencia
6. por jugador ysospechoso de ladrón, y estas sospechas
7. Al poner el pie don Jorge, jugador de oficio, en la calle Mayor
8. [11] El supuesto jugador
9. cada jugador susnaypes, haciéndoselos desdoblar con un cuidado muy escrupuloso, perocon cortesía y sin
10. con laedad, se hizo más cortejante, jugador y amigo de jaleos de toda laya, locual mortificaba
11. El jugador de ajedrez
12. Era el tal, jugador, holgazán,pendenciero, pero, sobre
13. Trabajó y ganó buenos jornales en losprimeros meses; pero era jugador, y todas sus
14. sus malas artes de jugador el dinero de lostrabajadores, le dió noticias sobre el desaparecido,
15. afinidades con el del jugador
16. Para el jugador, D
17. El jugador se hizo todavía un poco de rogar; pero al fin, cediendo á lasinstancias
18. Entonces el jugador, conmodales grotescos y atiplando la voz,
19. ª Feliciana comprendió por el movimiento de los labios del jugador ypor la
20. jugador de altura, dejando hasta el últimopeso en una mesa de
21. Un jugador se conduce
22. que el juego en granescala y usted es jugador, ¿no es cierto?
23. como el ebrio y el jugador, que,obsesionados por su afición, nada sienten ante la mujer
24. pasión, comoque creyeron que el buen jugador era hombre
25. cuando se apagan lasluces: cada jugador defiende con el puño lo que puede, y le
26. Aunque no soy jugador, siempre he tenido alguna inclinación a losnaipes
27. L'Ambert, con lasuperstición del jugador que va a
28. del jugador? ¿El de las pulgas? ¿El de la Concha? ¿El delobjeto perdido? ¿El de la
29. En cambio, el jugador sentado
30. un duro cadacien duros o fracción de cien duros, el jugador garantiza su capitalcontra
31. Un jugador abandona su asiento con cara de malhumor
32. Yo apostaría a que es un jugador dedicado al ejercicio de la cábalasobre un plano de
33. —¿Constituye, pues, una cualidad el no ser jugador,
34. Pendenciero, jugador y amante de darguerra a las mujeres, era
35. manera de ser, yvolvió a la febricitante existencia del jugador
36. De la necesidad a incluso de la costumbre que Marguerite había adquirido de verme resultó que abandoné el juego justo en el momento en que un jugador diestro lo hubiera dejado
37. Tenía todo el aspecto de un jugador de futbol irlandés de pura cepa, pensó Jack
38. María Carlota era alta, morena, muy mona, alegre, sonriente y andaba siempre de punta en blanco, andaba siempre impecable, en la oficina era muy difícil encontrarla porque iba a diario a la peluquería y eso, claro es, le robaba mucho tiempo, el mudo Alejo cubría con muy cumplida eficacia todas sus ausencias, Alejo era listo como un rayo y además ponía buena voluntad, María Carlota le regalaba una cajetilla de celtas todas las semanas, a Alejo le duraba dos días y después fumaba lo que le diesen, la gente suele regalar tabaco con largueza, pitillos y hasta puros, eso es algo que se agradece mucho, es una costumbre que da pena que esté desapareciendo, es probable que Alejo también fumase colillas, pero eso no importa y tampoco hay por qué traerlo aquí, nunca hay razón para humillar a nadie, María Carlota tenía un novio de toda la vida, Esteban Rosende, delineante del arquitecto don Eduardo, el tío del jugador de chapó Cándido Julián, que había estado en la Legión, bailaba el tango y navegaba en piragua como pocos, si sigo por ahí me meto en otra historia y esto es peligroso porque después no hay modo de salir, María Carlota y Esteban Rosende acabaron riñendo, la verdad es que nunca supe la causa, y entonces ella empezó a salir con amigas y a rodar por la cuesta abajo, no tuvo suerte con los hombres, en eso influye mucho la casualidad, Cándido Julián se sabía el Martín Fierro casi entero, donde no hay casualidad suele estar la Providencia, vo esto no me lo acabo de creer del todo, la casualidad es como un jilguero metido en una jaula, que a lo mejor canta y a lo mejor se muere, la muerte de los pájaros es siempre caprichosa, y pudiera ser que no brotase sino en los espíritus que aciertan a buscarla, María Carlota no tuvo suerte con los hombres y también acabó bailando al son de la música de jazz de los derrumbamientos
39. Su madre era hija de pequeños empresarios y también una mujer fuerte, devota y voluntariosa; su padre era hijo del secretario del juzgado y también un gallito simpático, presumido, trapacero, mujeriego y jugador
40. Fue creciendo la edad, y acordó el padre de Quiteria de estorbar a Basilio la ordinaria entrada que en su casa tenía; y, por quitarse de andar receloso y lleno de sospechas, ordenó de casar a su hija con el rico Camacho, no pareciéndole ser bien casarla con Basilio, que no tenía tantos bienes de fortuna como de naturaleza; pues si va a decir las verdades sin invidia, él es el más ágil mancebo que conocemos: gran tirador de barra, luchador estremado y gran jugador de pelota; corre como un gamo, salta más que una cabra y birla a los bolos como por encantamento; canta como una calandria, y toca una guitarra, que la hace hablar, y, sobre todo, juega una espada como el más pintado
41. Después de los acontecimientos ya mencionados, se retiró en compañía del jugador al despacho de este último
42. Pero el gran aedo era Ernest, que terminaba por acaparar la palabra y mimar con una justeza de gestos —que Jacques y Daniel estaban en condiciones de juzgar— la salida de los perdigones, el conejo que se precipita dando dos rodeos y rueda sobre el lomo como un jugador de rugby que marca un ensayo detrás de la línea de gol
43. Iban acompañados por González, el jugador de fútbol con quien Rambert se había encontrado y que había terminado por acceder a dirigir por turnos la vigilancia del estadio
44. Tarrou notó también que durante todo el trayecto, a través de las calles del barrio llenas de baches, el jugador no dejaba de dar patadas a todas las piedras que encontraba
45. El jugador les estrechó las manos sonriendo
46. Dado que aparecía frecuentemente en compañía de un actor de ópera, un jugador de ping-pong y un bailarín de ballet ascendidos personalmente por ella a los máximos cargos de sus respectivas profesiones, y dado igualmente que todos ellos eran jóvenes y apuestos, la gente comenzó a decir que había hecho de ellos concubinos masculinos, cosa que anteriormente se le había oído recomendar en público que debían hacer las mujeres
47. Los suyos comenzaban: «Querido jugador…»
48. un jugador puede gastar en todo menos en ropa: el trago vale, comida, jodienda, pero ropa no
49. -Nada parece costarle trabajo; se sabe las lecciones con mirarlas, y en el cricket es el mejor jugador que he visto
50. Una mañana, tuvieron la idea de consultar con Bernardo Salzman, el jugador de dados, que vivía enfrente