1.
tipo curioso, cierto, pero nada interesante, el pirulí y las golosinas le quitaban la leyenda a los
2.
La leyenda se propagó luego a través de las generaciones muiscas, afianzó la creencia de una vida extraterrena, en la cual los muertos comían, bebían y llevaban una existencia feliz, servidos por los criados que los acompañaban
3.
Desde luego, aquí se mezclan la leyenda y el mito, con todas las deformaciones y elucubraciones que la imaginación de los narradores de no pocas generaciones, fue legando a la posteridad
4.
Hay en estos cuatro versos una reminiscencia de la Pasionaria deZorrilla, que podrán advertir desde luego los que hayan leido esainteresante leyenda
5.
La leyenda de los 41 se convirtió en la base ideológica de la homofobia en
6.
—Pues hay otra leyenda y dice que sí era gigante y se encuentra en el fondo de la laguna
7.
Rodrigo Zamorano dibujó otra muybella en su arte[47] poniendo por leyenda MARIS
8.
fantasía ó bien una leyenda en acción, llena depiedad y de creencias consoladoras
9.
Y Ariosto, con la leyenda El Perro precioso, inserta en el Orlando,le disculpa
10.
leyenda o el cuento
11.
En nuestra literaturatenemos esta leyenda en Las Cantigas
12.
mito de Orfeo y en la leyenda de San Francisco deAsís—, la
13.
atención en la leyenda de una viejamoneda la palabra
14.
la bella y dulce leyenda del Evangelio,besaba los pies del que
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alguna leyenda popular, como la del viejo Rando ó Raudo, que no se lee bien este nombre en el
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leyenda, y de continuo atravesaban el paísviajeros que,
17.
¿Pero aun crees tú, Luis, en esa leyenda
18.
sus individuosera una leyenda
19.
Aquella leyenda se ha
20.
La leyenda que en el siglo XV tenía trastornadas las cabezas
21.
el Palacio de los Suplicios, ytenía su leyenda cruel y trágica de
22.
Cosas de la leyenda
23.
y ladesaparición del cadáver acabó de confirmar la leyenda
24.
que la leyenda hacedormir en el fondo del mar
25.
[10] Esta es la leyenda local: hay que confesar que
26.
aquella leyenda galante de sus tiempos de locura; la furia conque corrían hacia ella los
27.
por la leyenda; los amantes a docenas, su cuerpodesnudo reproducido en estatuas y
28.
felicidad, la verdaderadicha, es en mí una leyenda
29.
investigadores que su formación fue inspirada en las ideas de John Ruskin, el profesor de bellas artes que todavía es una leyenda en Oxford, quien dijo que él creía en el poder centralizado y la posesión estatal de los medios de producción y distribución
30.
y trémulas blondas, parecía una princesa de leyenda
31.
Parece muy literario, muy de leyenda eso de lashambres
32.
leyenda, yvolvieron los días de penuria y la sórdida pobreza
33.
leyenda cantanlos niños en los jardines
34.
su primera reunión clandestina; y por mucho tiempo corrióentre el vulgo la leyenda de
35.
Puse el reloj abierto sobre la mesa, y leí primero una leyenda de laEdad Media,
36.
nuestrosantepasados de los tiempos de la leyenda, antecesores nuestros máspróximos que vivían en la Edad
37.
Mucho más conmovedora y hermosa es la leyenda de los tres suizos quetambién esperan un día grande en
38.
exploración de la llanura, y el recuerdo de lostrepadores famosos se convertirá en leyenda
39.
las oraciones comenzaban y no concluían; el estribillo detal o cual piadosa leyenda llegaba a
40.
flor» decía la leyenda de un grabado en queclavó Ana los ojos
41.
leyenda en prosa, y hasta el «bronce de arte» recompensa
42.
No había acabado el marroquí su oriental leyenda, cuando
43.
obscurecidapor la leyenda que es casi imposible discernir lo que
44.
aquel malvado reprodujo con caracteres másrepugnantes la tradición o leyenda de la
45.
La leyenda, la poesía y lamedicina tienen en aquellas especies maravillosas páginas
46.
aquellos, se puede venir á deduccionesmás ó menos acabadas, analizando la tradición y la leyenda,
47.
—No conozco la leyenda, solo sé que el producto del cocal se emplea enbeneficio de la ermita, y que de cuando en cuando se extrae cantidadbastante de aceite para que una lámpara continuamente alumbre á
48.
Recuerda la leyenda de los Setenta
49.
Afirma la leyenda que, aislados cada uno en una celda, en una isla del Mediterráneo, llevaron a cabo su trabajo por inspiración divina
50.
Cuando Huma se quejó del cariz delirante que habían adquirido las últimas versiones de su huida, se limitó a sonreír y contestar que tal era el inconveniente de ser una leyenda: tener que vivir a la altura de su reputación
51.
–A pesar de todo lo que digan las versiones oficiales, no se trata de una leyenda
52.
–Existe una leyenda según la cual el nombre del dios de Israel está grabado en un objeto de un templo sintoísta, el templo de Ise
53.
Según la leyenda, el gamo había sido preparado por Dios, del mismo modo que fue aportado por Dios el carnero ofrecido en lugar de Isaac
54.
–En la secta de los samurais, una leyenda cuenta que sus antepasados llegaron a Japón desde el oeste de Asia, hacia el 660 antes de nuestra era…
55.
La carpeta estaba encuadernada con sencillez y respondía a una única leyenda caligrafiada en tinta azul sobre la portada: El Pájaro de Fuego
56.
Kolvenik, recluido en su refugio con su amada Eva, se transformó en un personaje de leyenda negra
57.
Pronto descubrió que la leyenda era cierta
58.
Sin embargo, lo cierto es que monsieur Récamier, banquero de renombre y mayor fortuna –y que triplicaba la edad de su joven esposa, dicho sea de paso–, alentaba a su vez la leyenda
59.
Magrathea desapareció, y su recuerdo pronto pasó a la oscuridad de la leyenda
60.
–Según la leyenda – dijo -, los magratheanos pasaban en el subsuelo la mayor parte de su vida
61.
Fue un estudiante pésimo, que penó de colegio en colegio y que no pisó la universidad más que para examinarse de asignaturas que a menudo memorizaba sin entender; carecía del hábito sedentario de la lectura, y hasta el final de sus días le persiguió una leyenda, sólo al principio fomentada por él mismo, según la cual jamás había reunido paciencia suficiente para leer un libro desde la primera página hasta la última
62.
La leyenda quería que cada uno de los hombres de la Jueza tuviera mil revólveres
63.
Calle vuestra merced, no diga tal blasfemia (y créame que le aconsejo en esto lo que debe de hacer como discreto), sino léalos, y verá el gusto que recibe de su leyenda
64.
La mayoría de las mujeres lloraban de emoción, los hombres se postraban de hinojos, e incluso algunos, los más iluminados, se tumbaban en mitad de la calle para que los esclavos que portaban las andas los pisaran, lo que, según una vieja leyenda, les proporcionaría una muerte dulce y un lugar muy especial en el paraíso
65.
Nota del autor: Cerca de Quito existen tres gigantescos y altivos volcanes: el Cayambe, el Sangay y el Tunguragua, que cuenta la leyenda que deben sus nombres a la memoria del que fuera el más justo, honrado y valiente gobernador que tuvo nunca la ciudad, su amante esposa y su preciosa hija
66.
Según la leyenda, la espada había sido abandonada allí por el célebre y sabio primer ministro del antiguo reino de Sichuan, el marqués Zhuge Liang, del siglo III
67.
La moraleja de la leyenda era que para conquistar a un pueblo uno debía conquistar sus mentes y sus corazones, estrategia que Mao y los comunistas afirmaban suscribir
68.
La leyenda añadía que el único que no las reconoció fue el doctor, que, viéndolas poco después en el escaparate de una tienda de compraventa de mala fama, donde recibían toda clase de cosas a cambio de un vaso de ginebra, se detuvo a examinarlas con aire de aprobación, como si observase en ellas algún nuevo perfeccionamiento en su corte que les diera una ventaja señalada sobre las suyas
69.
La mayor parte de sus obras, especialmente durante la segunda mitad de su reinado, son bastas, groseras y de arte degenerado, pero dejó una leyenda acerca de sus cualidades sobrehumanas tan universal e impresionante que sus sucesores apenas si alcanzaron un pálido reflejo del mismo
70.
Una leyenda relacionada con la fundación de la dinastía V, por ejemplo, nos cuenta cómo Ra engendró los primeros reyes de esta dinastía en la esposa de un simple sumo sacerdote de Heliópolis
71.
Lamotta me dijo que los numerosos amores clandestinos de Maidana eran una leyenda en la familia y que probablemente hubieran dejado algún rastro en los pueblos visitados por el cantor
72.
Según la leyenda, el primero de ellos atravesaba la ciudad de este a oeste
73.
Los cronistas anotan el siguiente abuso: ante el hallazgo de cualquier hoja, los jóvenes declaraban su pertenencia al katsura y reclamaban a las niñas el cumplimiento de las conductas establecidas por la leyenda
74.
–Creo en el diablo, gracias -repuso el clérigo con un rostro inmutable-, y es bastante curioso que corra por ahí una leyenda de que el diablo era cojo
75.
¿No recuerdas la leyenda sobre el destino que recaería sobre él y sobre ella?
76.
Bello como la leyenda que la imaginación arroja sobre la arena
77.
Allá lejos, según decía la leyenda, estaban las Islas de la Felicidad, la Tierra de la Juventud
78.
Muchos pensaban que el Escorpión Rojo era una leyenda urbana
79.
¡Menuda mueca burlona, además, en el rostro de quienes aceptan los donativos en efectivo que se hacen para sustituirlo! La denominada Regla de Oro, a veces identificada innecesariamente con una leyenda popular sobre el rabino Hillel de Babilonia, simplemente nos anima a tratar a los demás como hubiéramos deseado que nos trataran ellos
80.
Eso la convirtió en una leyenda viviente
81.
No tenía ninguna conciencia del prestigio de su nombre ni de la leyenda que habían bordado a costa de ella
82.
Al día siguiente los habitantes de Agua Santa volvieron a sus quehaceres de siempre engrandecidos por una complicidad magnífica, por un secreto de buenos vecinos, que habrían de guardar con el mayor celo, pasándoselo unos a otros por muchos años como una leyenda de justicia, hasta que la muerte de la Maestra Inés nos liberó a todos y puedo yo ahora contarlo
83.
Aumentó su reputación de belleza, porque los cantores fueron por todas partes pregonando sus encantos imaginarios, hasta convertirla en una leyenda viviente
84.
Obtiene su nombre de la leyenda griega de Narciso, un pastor enamorado de su propio reflejo en el agua, quien murió ahogado al tratar de besarlo
85.
El descubrimiento de aquellas tierras se debe a una extraña leyenda
86.
El explorador, ya muy entrado en años y lleno de achaques, prestó fe a tal leyenda, y decidió ir en busca de la fuente milagrosa
87.
{5} Se refiere el autor a una leyenda holandesa según la cual, en las noches de tormenta se aparece a los navegantes un barco conducido por un capitán en la forma en que describe al Corsario Negro
88.
En los años siguientes sacó provecho a la leyenda de Martínez y su conocimiento de las dos culturas en las cuales había crecido
89.
Según la leyenda, no se trataba sólo de una estatua, sino de un prodigioso artefacto de adivinación, que sólo podía usar el rey coronado para resolver los problemas de su reino
90.
Según la leyenda, una cobra gigantesca protegió a Buda durante su meditación
91.
Había oído la leyenda de que yo salvé la ciudad de Santiago lanzando las cabezas de los caciques a las huestes indígenas y decidió copiar la idea
92.
Así fue estableciendo, sin proponérselo, la leyenda de que Jean de Satigny era casi un príncipe, sin mencionar el hecho de que aspiraba cocaína por la nariz y fumaba opio por las tardes, porque estaba segura que sus padres no sabrían comprenderlo
93.
Creo que la leyenda de tu fantasma comenzó cuando mi madre, que nos visitaba un par de veces al año y se quedaba varias semanas, porque el viaje desde Santiago a San Francisco es una travesía de Marco Polo que no puede hacerse a la ligera, dijo que por las noches escuchaba ruidos, como si arrastraran muebles
94.
leyenda con mi gota de hiel
95.
La figura del gallardo oficial lanzándose desde el acantilado montado en su caballo negro con herraduras de oro es parte de la leyenda de aquel episodio feroz
96.
Mi objeto no era pasear en él, no era mezclarme en esa lengua de tierra pintoresca y encantadora, gracioso recuerdo de los paseos de las ciudades construidas en tierra firme, sino verlo, conocerlo, forjarme la ilusión de que veía pasar, corriendo el caballo, a Lord Byron, el enamorado de Venecia, y evocar las memorias de los antiguos días de la soberbia República, cuando aquella juventud rica y poderosa se daba allí cita, entre los jardines, y se mezclaban en las muchedumbres embajadores y consejeros, guerreros y artistas, orientales y europeos, princesas y damas enmascaradas, haciendo de aquel paseo una fiesta continua, alegre, misteriosa, dramática, con todos los atavíos del lujo y todos los encantos de la leyenda
97.
¡Cómo excitaba su curiosidad nuestra vida republicana, guerrera y salvaje! ¡Cómo deseaba conocer las maravillas de los Estados Unidos del Norte! Pero ¡cómo la interesaba también el carácter de nuestros pueblos primitivos! Ella enteramente europea, no podía ocultar su sangre americana, y se deleitaba pensando en la América como en una leyenda en cuyas brumas luminosas se perdía su alma, en infantil meditación
98.
El joven de Cardona parecía sereno y desembarazado ante Martí Barbany, un hombre que era leyenda en Barcelona
99.
En resumen: la vasija de barro, que pertenece por lo tanto a la leyenda cristiana, puede convivir con el perro, que pertenece a la invención poética del «Corán», sólo si uno tiene una visión global de todas las variantes que las distintas culturas le han aportado
100.
Pero lo que más interesó al comisario fue el largo prefacio de D' Ancona, en el que estaba incluido todo, la cita del sura del «Corán» y el itinerario de la leyenda por los países europeos y africanos, con sus cambios y variantes