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por el ingenio, la gracia, la fecundavena satírica y el estilo castizo y magistral con que
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Es más bien una magistral lección de sabiduría pero es necesario saberla leer y no pasar por encima de ella sin prestarle atención
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El Magistral, que debía predicar el día de la Virgen del Carmen, caeenfermo
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magistral, a lo que entiendo, de la santa iglesia catedral deGuadix, todo cuanto
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» «Dispuestacon arte magistral la exposición
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Cuando descubrió en el confesonario del Magistral un alma hermana, unespíritu supra-
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El Magistral pasó por el patio al
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«Y Ana, que pasaba por hija predilecta de confesión del Magistral, pordevota en ejercicio, se
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los enemigos del Magistral; yano se acordaba de que aquel era hombre, y se hubiera sentado sin
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El Magistral oía ahora recogido en un silencio contemplativo; apoyaba lacabeza, oculta en la
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—No debe decirse así—interrumpió el Magistral, poniendo en la voz lamayor suavidad que
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El Magistral, procurando vencer la exaltación que lehabía comunicado su
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más quehalagos y elogios las frases fuertes, casi duras del Magistral
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En tanto el Magistral había explicado latamente lo que quería dar aentender con lo de la vida
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El Magistral se puso en pie, como si lehubieran pinchado, y dijo con voz de susto:
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El Magistral, como equivocando el camino, se dirigió hacia la puerta delpatio, aunque parecía
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El Magistral sintió entonces impulsos de arrojarse de latorre
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Aquel día las hijas de confesión del Magistral le encontraron distraído,impaciente; le sentían
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Ana se sentó enel sofá, el Magistral a su lado en un sillón
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Interrumpiendo un silencio de algunos minutos dijo el Magistral con unavoz que se parecía a
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En esta situación estaba cuando el Magistral le dijo en el confesonarioque se perdía; que él la
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creció el escándalo, losenemigos del Magistral atizaron la discordia, en todas partes segritaba:
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El Chato había visto a la Regenta y al Magistral entrar juntos alanochecer en casa de doña
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Santos, de los millones del Magistral depositados en el Banco; contal motivo algunos obreros de
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lanoche, falló que debía ayudar y ayudaba a los enemigos del Magistral yse agregó a la comisión
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Cuando el Magistral
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el Magistral no lo teníatampoco
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Se puso de pie el Magistral, miró a todos lados por encima del seto deboj que rodeaba su
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«Ya tengo el don de lágrimas, leyó el Magistral en voz alta comodiciéndoselo a jilgueros y
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El sillón era parael Magistral, los taburetes para los capellanes
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Todo lo que dice allí el Magistral se ríe; es un chiste
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El Magistral no se sentó en el sillón de la presidencia
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El Magistral, como el pez en el agua, entre aquellas rosas que eransuyas y no del
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El Magistral, con la boca abierta, sin
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En cuanto pudo el Magistral escapó de casa, prometiendo ir a sondear alObispo
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El Magistral, su maestro, y don Víctor, su discípulo, eran loscompañeros de su vida al parecer
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El Magistral con la cara llena del rocío de la flor y el corazón másfresco todavía, contestó:
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Y el Magistral sonrió como un ángel, mientras aspiraba con delicia elperfume de rosa de
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La confesión del Magistral separeció a la de muchos
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De aquella confidencia, Ana sacó en limpio que el Magistral, como ellacreía, era un alma
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Ripamilán, con mal acuerdo, y sin que lo supiera el Magistral, sedecidió a tomar la pluma y
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influencia deletérea del Magistral y de la muerte de sorTeresa
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depreguntas que entraban por las pupilas del Magistral como puntas deacero
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iba de tarde en tarde, la Marquesacasi nunca, y así de todos los amigos y amigas; el Magistral y
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ungesto de vinagre de cuando en cuando, muy de tarde en tarde, al enemigo,al Magistral; pero
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tienen la culpa el señor Magistral, y miseñora hija
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que la calle de don Santos y la tienda se llenaban degente, de enemigos del Magistral
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admiraba con terror el poder del Magistral y suenergía
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que decía; sus frases eran incoherentes;mezclaba su odio al Magistral con las quejas contra su
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la presidía el señor Magistral, deroquete y capa de coro; en las manos, cruzadas sobre el vientre,
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En el pórtico encontró Ana al Magistral
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El Magistral desapareció por la puerta de la alcoba, por donde habíaentrado el ama de la casa
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Al día siguiente Glocester delante del Magistral, sin compasión, referíaen la catedral todo lo
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Y se acordó del Magistral
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para rebajar la influencia del Magistral; lamoda y la calumnia le han arrinconado, y yo como el
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lospies del Magistral, como María a los pies de la Cruz
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¡Cuántamayor lástima le daría del Magistral
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El Magistral y doña Paula se consultaron con los ojos
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El Magistral estuvo en el caserón de los Ozores desde las siete hastamás de las ocho y media
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dulzuras, de la necesidad de unaIglesia que se funde en revelaciones positivas, el Magistral
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El Viernes Santo amaneció plomizo; el Magistral muy temprano, en cuantofue de día, se
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Recordaba que de rodillas ante el Magistral le habíaofrecido aquel sacrificio, aquella prueba
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En cuanto a don Víctor, al pasar debajo de su balcón el Magistral y Anapreguntó a Mesía:
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Si quería consolarse con la religión y el amparo del Magistral, su malera mayor, porque sentía
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Cuando el Magistral llegó al Vivero no había ningún convidado en lacasa, ni los Marqueses,
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Petra observaba con el rabillo del ojo la impaciencia del Magistral, quepreguntó:
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El Magistral se sentó dentro de la cabaña
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El Magistral tuvo que comer con el Marqués y loscuras en el palacio
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El Magistral procuraba orientarse, recordar por dónde había bajado pocashoras antes de la
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Don Víctor se negó, pero el Magistral insistiendo, y con alusionesembozadas al miedo
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El Magistral en vez de entrar en la huerta por el postigo por dondehabían salido, dio vuelta a
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El Magistral daba diente con diente
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Los últimos pensamientos del Magistral fueron maldiciones
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Era el caso que, en su opinión,el Magistral era amante de doña Ana hacía mucho tiempo, y que
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El Magistral se puso del color de su madre, y en pie como por máquina:
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aquel sufrirle comedias y confidencias, aquelmalquistarle con el señor Magistral
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Anselmo alumbraba por los pasillos del caserón a su amo a quien seguíael Magistral
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El Magistral aprobó con la cabeza, mientras clavaba los ojos en lapuerta por donde salía
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hacía allí?,¿qué iba a decir? Por la memoria excitada del Magistral pasaron todaslas estaciones
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Dos, tres veces, ya al obscurecer, entró el Magistral en el zaguánobscuro del caserón de la
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Todo esto lo sabía el Magistral perfectamente»
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con la cruz; cansado ya por los esfuerzosanteriores era otro el Magistral, se volvía premioso,
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«Sí»,pensaba el ex-regente, mientras el Magistral
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El Magistral estaba en su sitio
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Cumplido el propósito, con magistral manejo del timón y una que otra peña sorteada a la pértiga, me hallé aquel mediodía en una prodigiosa ciudad en ruinas
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Por lo demás, en una época en que la muerte de Franco tras cuarenta años de gobierno absoluto aparecía a la vez como un hecho portentoso e inmediato y en que cada crisis de salud del dictador octogenario dejaba al país temblando de incertidumbre, Suárez cultivó de forma magistral la ambigüedad necesaria para preparar su futuro fuera cual fuera el futuro de España: por un lado, no perdía oportunidad de proclamar su fidelidad a Franco y a su régimen, y el 1 de octubre de 1975, acompañado de otros miembros de la UDPE, asistió en la plaza de Oriente a una manifestación multitudinaria de apoyo al general, acosado por las protestas de la comunidad internacional a raíz de su decisión de ejecutar a varios miembros de ETA y el FRAP; por otro lado, sin embargo, prodigaba en público y en privado declaraciones a favor de abrir el juego político y crear cauces de expresión para las distintas sensibilidades presentes en la sociedad, lugares comunes del potaje político de la época que a los franquistas les sonaban como osadías inofensivas o añagazas para ingenuos y que a los partidarios de terminar con el franquismo podían sonarles como afirmaciones todavía reprimidas del deseo de un futuro democrático para España
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Había un copista en la sala de Velázquez permanentemente abonado a Los borrachos, que reproducía, de manera magistral, en todos los tamaños
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Ávida de encontrar material para sus cuentos, se empeñaba en que sus argumentos fuesen originales aunque la ejecución distase mucho de ser magistral
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En su magistral análisis del fenómeno totalitario, Hannah Arendt no estaba adoptando una actitud meramente tribal cuando concedió un lugar especial al antisemitismo
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Cogidos de la mano, jadeantes y a tientas, fueron buscando alguna salida o agujero liberador; palpaban con urgencia las paredes, que ahora lucían pulcramente blancas como si nunca hubiesen albergado aquel magistral sueño cromático
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El magistral y D
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Diciendo esto, dirigió una mirada orgullosa y magistral a los innumerables chirimbolos que en toda la redondez del cuarto se veían
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—¡Por Júpiter, Lucio Cornelio, es magistral! —masculló Mario con un silbido—
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El criado asomó la cabeza, haciendo una magistral imitación de una figura inanimada
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Se me ocurre cambiar de obra, sustituyendo la magistral comedia de Moratín por Bertrand et Ratôn, que aquí llamamos Arte de conspirar
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Fue un golpe de genio y planificación magistral
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Pero las nueve láminas originales del libro no se atribuyen a la mano de un cualquiera… Según la leyenda, Lucifer, tras su derrota y expulsión del cielo, compuso un formulario mágico para uso de sus adeptos: el recetario magistral de las sombras
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–Pues en mi opinión es una idea magistral -dijo
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Los tranquilos paseos por el campo, identificando y recogiendo plantas con el anciano magistral Cabrera, que fue su profesor de Botánica
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Toda la comida enlatada de Goldner había volado por los aires como si le hubiese acertado una bala de cañón, una jugada magistral en un juego de bolos cósmico