1.
Adaptándose a la tierna imaginación propia de la edad del niño,hízole considerar la ciencia como trabajo humano que pugna por acercarsea lo divino; el arte como emanación y resplandor de lo bueno; lahistoria como inmenso campo al través del cual marchan las razasguiadas por Dios a su destino; y la vida como valle de amarguras en quepara las más acerbas lágrimas y los más intensos dolores hay consuelocuando, poniendo el pensamiento en lo alto, quieren ser caritativo elpoderoso, agradecido el miserable, sensible el fuerte, humilde el débil,y todos esperanzados en la justicia del Señor
2.
Como ya una vez había vivido la existencia miserable del académico norteamericano que alquila un apartamento seudomoderno, ridículamente barato y mal amueblado y que vive en una ruta cómodamente solitaria mientras dura su estadía temporal, esta vez decidí alquilar una pequeña casa sin amueblar, pero con algo de personalidad y arreglarla, sin importarme el costo y la incomodidad iniciales
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encauzado a expandir la oscuridad por el mundo hace aguas en un pueblo miserable
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He aquí el campo Quemado y la miserable cueva en cuyo
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y ladestrucción de este mundo miserable que para él carecía de
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su alma repugnaba todo lobajo y miserable
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Observad a todos aquéllos que vivieron una niñez miserable; en cuyohogar faltó muchas veces
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es que la miserable condición de Pepillo, enfermizo ylisiado, explicaba muy bien los mimos y
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panel miserable que el alma desolada por el bálsamo de la
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Un miserable aprendiz sóbranos hoy
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cuya operacion tuvo que atravesar elcaudaloso Zulia con una miserable canoa, y cayendo sobre las
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Pero antes de que el miserable pudiera beber, el anciano,
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Le acababan de quitar un miserable empleo con el qualvivia, y le perseguian los
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pobre y miserable, se encontrabarezando en el camino, frente a una Virgen, pidiendo
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Pon, ¡oh miserable y
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a los que viven en este miserable mundo! ¿Quién dijeraque el que ayer se vio entronizado
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habían de matar, o entregar a la justicia: vida,por cierto, miserable y enfadosa
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Ahorabien; esa miserable tenía celos de la reina
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El miserable miraba siempre a la monja, repitiendo con admiración: «¡Quéhermosa es! ¡qué hermosa es!»
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Tres años de suplicio, amor mío, acostándose sobre un lechode aquellas piedras, sin dormir, sin descanso, golpeada cada día, yviviendo del alimento más miserable, en el cual echaban animalesinmundos, para mortificarla y hacerla expiar su crimen, según decía lasuperiora
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y en su aspecto miserable, algo que lehacía recordar á los judíos
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estallaban los barrenos yel rebaño miserable de los peones se
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al miserable que se resignecon su suerte y no reclama de los
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minas, con supoblación miserable, roída por las necesidades
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en los ojos, laaparición de un ser miserable y abatido
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heroicoen los momentos mismos en que lo era de una miserable injusticia
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miserable! ¡unestafador! ¡En cuanto le tropiece le piso la cara!
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qué la luz ha sido dadaa un miserable y la vida a los que tienen
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Y sise atrevían á insultar á alguien con su pensamiento, era al extranjero,al miserable
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desde la gente culta,hasta el indio miserable, que en medio del
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minutos; pero, como el miserable anunciaba en lavalentía de su
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reconocido enél al miserable penado que arrastraba el día antes su cadena en elpresidio de la isla Nou
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traje extremadamente miserable, Sorege observódetalles que le llamaron la atención y lo hicieron
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oro, manteniéndoles en la miserable pasividad del hambrientoque espera y confía sin
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De su pasado miserable sólo quedaba en él un vestigio: el respeto a lacasa de los
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fáciles conquistas de los almacenes, entre el rebañodespeinado, miserable y de sucios
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no abarca una mirada, por alta que se meza en el azul espacio tu miserable celda, las
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que le produjeron, después, seindignó al considerar tan miserable suspicacia, y, por último, rompiendoen
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estado miserable en que estoy; yo lesuplico permita que la que los parió no cierrelos ojos, pues
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miserable, el quete sientes morir, y maldices en los idiomas de esos extranjeros, y
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Y fuera el miserable puerto roto
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porquetenían la obligación de defender su vida miserable unos
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masa miserable, elevándose por sucapacidad, en vez de
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reconocían, viéndole sentado alsol, en la puerta de la miserable
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separación, seacababan los celos estúpidos a un miserable que
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De vivir el miserable que había
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paz y de miserable sumisión en quehabían estado hasta entonces no era inmutable, que ellos
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El manchador exhibía su vejez miserable, los seisreales diarios durante toda su vida,
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humanidad, miserable y triste, no lesinteresaba
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miserable y ruin, en el cualúnicamente delataban el carácter los
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Pequeñín y miserable en apariencia, abatió de un empujón a la
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razón, se hallaba ahora en el puestode aquel miserable
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de haberpenetrado en aquel casucho miserable
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miserable que prefiere seguir gimiendo, cual una lobahambrienta por los caminos,
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todo el mundo, por el miserable puebloy la repugnante burguesía
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Aquel miserable le hacía abandonar elmundo
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impresión de quemi cabeza se bolea al extremo de una cuerda; era el miserable de
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Carmen, engolfándose allí en la exaltación de los más altospensamientos, no desdeñaba la amistad de un ser miserable, que solíaesperarla en el solitario lugar y acariciarla humildemente
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calles una miserable carreta, y cuecen su comidaal abrigo de los
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Algo le decía en la concienciaque el oficio que había tomado era miserable
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Don Antero, el cura, sepaseaba, con los brazos cruzados, por la sala miserable,
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aquella liquidación miserable había vivido y se habíaemborrachado en la última parte de su vida
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Cuando el miserable y desvencijado vehículo llegaba a las primerascasas de los arrabales de
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sotana le había hecho tandesgraciado, tan miserable, que él era en el mundo lo único digno
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miserable, tan cruel,tan dura y tan implacable en el pasado
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sería unfelón, un miserable
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conde miserable seopone a esa boda, grata a los ojos del emperador! Si el pobre conde
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miserable de una auténtica originalidad, y todos levolvieron con desprecio la espalda
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lejos, a solicitar el indulto, yalojaba en una casa sucia y miserable de uno de los
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lanavegación miserable, cuando el capitán hacía esfuerzos por
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—¡Oh!, miserable condición de los hombres—exclamó el ciego, arrastradoal absurdo por su
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miserable huérfano, perdidoen las calles y en los campos, desamparado de todo cariño personal
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obliga a detener paraun acto tan miserable la expresión de su acerbo dolor y el curso
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la prefería trabajosa y miserable a la cómoda sujeción delasilo
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entendía muybien, porque el corazón humano, tierra miserable
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La fealdad y lo cómico y miserable de laacción se aumentaban notando
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animalillo más miserable de la creación la gana en
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llenóse el miserable todo de pavor, ymiedo, porque el corazón le
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susto al miserable, y tenía razón, porque era unavíbora de
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Daba entratanto el miserable horrendos
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los bastidores de la gloria, el foso de la celebridad, la vidaerrante y miserable del
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pueblomaldito es mezquina, miserable
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cavilaciones y con todos los apuros desu miserable y atragantada existencia
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miserable vulgar, que sintiendo inclinación haciauna mujer la dejó en cuanto supo que
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reinado del oro, el mas miserable de todos
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, es un miserable lugar que cuenta solo una docena de casas: allí tiene la Empresa de los vapores
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por su miserable banalidad, que por momentos deseó con odio y desesperación estar en mis propios
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Pero una miserable carcasa vacía con una cinta rosa
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–Debería haber obedecido a mi instinto y puesto término a tu miserable existencia en el momento en que me
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Inconscientemente empecé a pedir a la nave espacial que se pusiese al menos de puntillas, como si este laboratorio diseñado para la inmovilidad, se negara obstinadamente a dar un miserable saltito
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Por un momento le contempló con ternura, porque todavía estaba medio dormida, pero de pronto se dio cuenta de que no era su hijo sino un miserable intruso sirviéndose un refresco gratis
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El cansancio y la miserable desesperación de su vida eran como una pesada carga sobre la espalda de Jack
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Ojalá nunca te ocurra, pero a veces Cupido nos maldice haciendo que nos enamoremos de quien menos lo merece, de un tonto por ejemplo, o de un miserable, o incluso de un perfecto canalla o un monstruo de egoísmo»
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Levanté el arma y puse la mira al nivel del agujero que se hundía en el semblante del miserable
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No quiero yo decir, ni me pasa por pensamiento, que es tan buen estado el de caballero andante como el del encerrado religioso; sólo quiero inferir, por lo que yo padezco, que, sin duda, es más trabajoso y más aporreado, y más hambriento y sediento, miserable, roto y piojoso; porque no hay duda sino que los caballeros andantes pasados pasaron mucha malaventura en el discurso de su vida
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Y el muy miserable no le invitó a pasar
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Pero ahora ¡ya podían buscarle el querido amigo Ippolit -aquel miserable, aquel Judas- y sus sicarios a «Erasmus von Dorn» por puertos de mar y estaciones de ferrocarril! ¿A quién se le ocurriría poner los ojos en aquel pobre pintor francés que se había hospedado en la más mísera cloaca de todos los cuchitriles londinenses? Si, aunque deseara quedarse escondido, había tenido que realizar aquella visita al edificio central de Correos, seguro que era por una razón muy especial
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Al culpado que cayere debajo de tu juridición considérale hombre miserable, sujeto a las condiciones de la depravada naturaleza nuestra, y en todo cuanto fuere de tu parte, sin hacer agravio a la contraria, muéstratele piadoso y clemente, porque, aunque los atributos de Dios todos son iguales, más resplandece y campea a nuestro ver el de la misericordia que el de la justicia
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Y en aquel rincón perdido del barrio donde se apretaban los unos a los otros, las dos mujeres estrechando a los niños contra sus cuerpos, la luz escasa en el pavimento como untado por las lluvias recientes, el largo resbalar de los autos en el suelo húmedo, los tranvías que pasaban cada tanto, sonoros e iluminados, llenos de viajeros alegres e indiferentes a esa escena de otro mundo, grababan en el corazón aterrado de Jacques una imagen que hasta entonces había sobrevivido a todas las otras: la imagen dulzona e insistente de ese barrio en el que había reinado todo el día con inocencia y avidez, pero que con el paso de las horas producía un sonido misterioso e inquietante, cuando sus calles empezaban [a] poblarse de sombras o más bien cuando una sola sombra anónima, señalada por unos pasos sordos y un ruido confuso de voces, surgía a veces, inundada de gloria sangrienta en la luz roja de un globo de farmacia, y el niño, presa de súbita angustia, corría a la casa miserable para encontrar a los suyos
100.
"Howlett" me digo, "esto es bien raro", de modo que salto y corro, pero el miserable me había visto, y cuando llego a la altura de David, había desaparecido