Usar "peinador" en una oración
peinador oraciones de ejemplo
peinador
1. Pónese un peinador y permanece junto a la ventana,viendo caer la
2. Puede salir del paso con el peinador de muselina y los zapatos de raso,si
3. Le puso el peinador o matinée que la niña vestía, y se
4. de los señores de Belinchón, vestidacon peinador de cintas
5. visitante, pero al verse en un espejo los papillotes desrizados yel peinador deslucido,
6. las manos sobre el peinador de percal blanco, querayaban con doble y largo trazo, como de tinta,
7. había presentado en el cuarto de su sobrina, á la que había encontrado en peinador, ocupada en
8. Se había anudado sobre la pelliza un amplío peinador de lino que le cubría los hombros y protegía la piel de armiño de los polvos con los que se estaba empolvando la cara
9. Ella dejó la brocha haciendo una floritura con la mano y empezó a quitarse el peinador, que estaba cubierto de polvos
10. Pero lo que me reveló de golpe el amor de la princesa fue un hecho particular y sobre el que no insistiré aquí, porque forma parte de otro relato en que el señor de Charlus dejó morir una reina, antes que abandonar al peinador que debía rizarlo con tenacillas en beneficio de un inspector de ómnibus ante el cual se encontró sumamente intimidado
11. Albertina, que no había querido salir con Andrea, se había quedado en su cuarto leyendo, envuelta en un peinador de Fortuny
12. La cola del peinador se derramaba por encima del último peldaño, estableciendo una continuidad entre Beatrice y la arquitectura de la casa
13. Orquídea se inclinó hacia él, con el peinador abierto en el peor de los bostezos
14. Todavía con el peinador rosa, Orquídea estaba en el recibidor, sentada en un amplio sofá de terciopelo verde, el espeso rostro tan compuesto como cuando habían hablado en la atestada oficina de abajo
15. – Orquídea se embadurnó los ojos con el ruedo del peinador rosa
16. No lo probaré, acabo de enjuagarme la boca… Llegas en buen momento, Giuseppe; ponme el peinador, maquíllame la cara, aplícame colorete en el lado derecho y también en el izquierdo, píntame los labios, colócame un falso lunar debajo del pómulo derecho, échame polvos de arroz en el cabello y átame bien el pañuelo que le acabamos de pedir prestado a Teresa