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    Usar "prolongarse" en una oración

    prolongarse oraciones de ejemplo

    prolongarse


    1. [Nota 1: Aquí se reconoce cuan erróneos son los mapas de Brué, pues seve en ellos prolongarse el giro del


    2. A eso de las siete, empezaron a prolongarse los


    3. por mivoluntad podía prolongarse este viaje hasta el fin del


    4. «Fácil es comprender, escribió, que esta situación no puede prolongarse mucho, por el aflictivo


    5. Mientras a medida que avanzaba la tarde Madrid se convertía en una ciudad fantasmal (una ciudad sin bares ni restaurantes abiertos, sin taxis ni apenas circulación, con calles despobladas por donde bandas de ultraderechistas campaban a sus anchas coreando consignas, destrozando escaparates e intimidando a los escasos transeúntes al tiempo que la gente se encerraba en su casa y se pegaba a aparatos de radio y televisión que a ratos no emitían más que música militar o música clásica, porque desde antes de las ocho de la tarde la radio y la televisión públicas habían sido ocupadas por un destacamento mandado por un capitán de la Brunete), frente a la fachada del Congreso, al otro lado de la Carrera de San Jerónimo, los salones y escalinatas del hotel Palace empezaron a hervir de militares de todas las armas y graduaciones, de periodistas, fotógrafos, locutores de radio, curiosos, borrachos y chiflados, y casi en seguida se instaló en la oficina del gerente del hotel un pequeño gabinete de crisis compuesto entre otros por el general Aramburu Topete, director general de la guardia civil, y por el general Sáenz de Santamaría, jefe de la policía nacional, dos militares leales que llegaron a las cercanías del Congreso poco después del asalto y que apenas comprendieron que el secuestro podía prolongarse durante un tiempo imposible de prever montaron dos cordones de seguridad -uno de la policía nacional, otro de la guardia civil- con el fin de aislar el edificio y dominar la vorágine de sus alrededores


    6. Los más impacientes y decididos de estos nuevos Robespierres han comenzado a aburrirse ya de la labor de instruir a las masas campesinas: un proceso largo y meticuloso que puede prolongarse durante generaciones


    7. Se evocan todo tipo de enfermedades escalofriantes y se explota el miedo infantil a que un dolor semejante pudiera prolongarse para siempre


    8. Entonces volvieron su atención hacia los escollos de las rompientes para ver si era posible intentar el paso; pero las grandes ondulaciones, que de cuando en cuando se estrellaban sobre la escollera, no les permitieron distinguir los bancos que debían prolongarse en dirección a la isla


    9. Una noche decidió seguirla hasta el final, para terminar con esa situación que amenazaba con prolongarse indefinidamente


    10. Esta década de treinta a cuarenta años, que suele prolongarse en las organizaciones privilegiadas, es la poderosa en los hombres y peligrosa para las mujeres

    11. No veía Matilda que su función materna pudiera prolongarse en una especie de benevolencia acrítica y no tenía la seguridad de que los niños, por el mero hecho de quedarse ella en casa acompañando a Juan, fueran a apreciar más su hogar familiar


    12. Cuando se encara con lo que ahora es, urgiéndose a afrontar el futuro inmediato y el resto de su vida —si es que realmente uno y otro llegan a prolongarse algo más de unas cuantas horas—, Fumagal no logra sobreponerse a su propia indiferencia


    13. La desaparición de Roi (que, evidentemente, tenía visos de prolongarse para siempre) acabaría llamando la atención de alguno de sus allegados, de manera que Láufer destruyó, a distancia, el contenido del disco duro de la máquina del príncipe, llevando a cabo un formateo de la unidad que hacía imposible la recuperación de los datos


    14. También supuso Euclides que una línea recta puede prolongarse indefinidamente en ambos sentidos, pero tampoco dijo que estuviese haciendo esa suposición


    15. En la colina quedaba todavía un rastro de luz, pero una neblina azul se extendía por los valles, y el rojo y dorado de las hojas parecía prolongarse hasta el cielo en franjas de sol poniente


    16. Así se dará cuenta de que esto no puede prolongarse mucho


    17. He estado en reuniones de hombres en las que los intentos de alguno de ellos de hacer frente al padre-hacha se expresan en gritos de cólera que pueden prolongarse durante veinte minutos


    18. Sin embargo, tampoco le apreciaban, porque no sentían afecto por nadie fuera de la época de celo, cuando buscaban pareja, y, por otra parte, las animosidades que se despertaban en el ánimo de los machos durante esa época de apareamiento solían prolongarse hasta la siguiente


    19. El silencio pareció prolongarse una eternidad


    20. Esta situación no puede prolongarse; ojalá pudiera vivir siempre junto a usted

    21. Pero la búsqueda no podía prolongarse mucho


    22. Según él, la guerra podía prolongarse todavía durante meses y años, pero Rusia ya había vencido en Stalingrado: ninguna fuerza podía contener el triunfo del comunismo en el mundo


    23. Generalmente, sor Prudencia la avisaba cada madrugada, hacia las dos, para que bajara al coro de la iglesia y presidiera los maitines, que solían prolongarse hasta las cuatro


    24. Durante ese espacio de tiempo, que lo mismo podía prolongarse cuarenta minutos, los cazadores tenían el rebaño a su merced


    25. Aquella situación hubiera podido prolongarse mucho tiempo de no ser porque, unos diez días después de la conversación en el salón del desayuno —a mediados de julio—, se produjeron los acontecimientos que siguen


    26. Y llegó, ya no era posible contenerlo más, las convulsiones del deseo no habían podido prolongarse un solo segundo más; llegó como si se rasgase un telón inmenso, se abriesen de golpe los más sólidos portones, se apartasen espesas matas de espinas, se derrumbasen muros de fuego


    27. Las convenciones que definían cómo un abogado exponía su caso hacían que el proceso llevase bastante tiempo y, si Cicerón se ceñía a ellas, el juicio podía prolongarse durante meses


    28. Si el señor de Guermantes se había dado tanta prisa a presentarme, es porque el hecho de que haya en una reunión alguien desconocido por una Alteza Real es intolerable y no puede prolongarse un segundo


    29. Pero (sin duda porque pensaba que una escena como aquella no podía prolongarse indefinidamente en aquel lugar, ya fuese por razones que se comprenderán más tarde, o, en fin, por ese sentimiento de la brevedad de todas las cosas que hace que se quiera que cada tiro dé en el blanco, y que hace tan conmovedor el espectáculo de todo amor) cada vez que el señor de Charlus miraba a Jupien, se las arreglaba para que su mirada fuese acompañada de una palabra, lo que la hacía infinitamente distinta de las miradas dirigidas habitualmente a una persona que se conoce o no se conoce; miraba a Jupien con la fijeza peculiar del que va a decirle a uno: “Perdóneme la indiscreción, pero lleva usted una hilacha blanca y larga que le cuelga en la espalda”, o bien: “No debo de estar equivocado, usted debe de ser también de Zurich; me parece que me he encontrado a menudo con usted en casa del anticuario”


    30. Sansón y diciendo como él: “Los dos sexos morirán cada uno por su lado”; excluidos, inclusive, salvo en los días de gran infortunio, en que la mayoría se apiña en torno a la víctima, como los judíos en torno a Dreyfus, de la simpatía a veces de la sociedad de sus semejantes, a quienes dan la repugnancia de ver lo que son, pintado en un espejo que, al no adularles ya, acusa todas las lacras que no habían querido observar en sí mismos y les hace comprender que lo que llamaban su amor (y a lo que, jugando con el vocablo, hablan anexionado, por sentido social, cuanto la poesía, la pintura, la música, la caballería, el ascetismo, han podido añadir al amor) dimana, no de un ideal de belleza que hayan elegido ellos, sino de una enfermedad incurable; como los judíos, también (salvo algunos que no quieren tratar sino a los de su misma casta, tienen siempre en los labios las palabras rituales y las bromas consagradas), huyendo unos de otros, buscando a los que son más opuestos a ellos, que no quieren nada con ellos, perdonando sus Sofiones, embriagándose con sus complacencias, pero unidos asimismo a sus semejantes por el ostracismo que les hiere, por el oprobio en que han caído, habiendo acabado por adquirir, por obra de una persecución semejante a la de Israel, los caracteres físicos y morales de una raza, a veces hermosos, espantosos a menudo, encontrando (a pesar de las burlas con que el que, más mezclado, mejor asimilado a la raza adversa es relativamente, en apariencia, el menos invertido, abruma al que ha seguido siéndolo más) un descanso en el trato de sus semejantes, y hasta un apoyo en su existencia, hasta el punto de que, aun negando que sean una raza (cuyo nombre es la mayor injuria), los que consiguen ocultar que pertenecen a ella los desenmascararán gustosos, no tanto por hacerles daño, cosa que no detestan, como por excusarse, y yendo a buscar, cono un médico busca la apendicitis la inversión hasta en la Historia, hallando un placer en recordar que Sócrates era uno de ellos, como dicen de Jesús los israelitas, sin pensar que no había anormales cuando la homosexualidad era la norma, ni anticristianos antes de Cristo, que sólo el oprobio hace el crimen, puesto que no ha dejado subsistir sino a aquellos que eran refractarios a toda predicación, a todo ejemplo, a todo castigo, en virtud de una disposición innata hasta tal punto especifica que repugna a los otros hombres más (aun cuando pueda ir acompañada de altas cualidades morales) que ciertos vicios que se contradicen, como el robo, la crueldad, la mala fe, mejor comprendidos y por ende más disculpados por el común de los hombres, formando una francmasonería mucho más extensa, más eficaz y menos sospechada que la de las logias, ya que descansa en una identidad de gustos, de necesidades, de hábitos, de peligros, de aprendizaje, de saber, de tráfico, de glosario, y en la que los mismos miembros, que no desean conocerse, se reconocen inmediatamente por signos naturales o de convención, involuntarios o deliberados, que indican al mendigo uno de sus semejantes en el gran señor a quien cierra la portezuela del coche, al padre en el novio de su hija, al que había querido curarse, confesarse, al que tenía que defenderse, en el médico, en el sacerdote, en el abogado que ha requerido; todos ellos obligados a proteger su secreto, pero teniendo su parte en un secreto de los demás que el resto de la Humanidad no sospecha y que hace que las novelas de aventuras más inverosímiles les parezcan verdaderas ya que en esa vida novelesca, anacrónica, el embajador es amigo del presidiario, el príncipe, con cierta libertad de modales que da la educación aristocrática y que un pequeño burgués tembloroso no tendría al salir de casa de la duquesa, se va a tratar con el apache; parte condenada de la colectividad humana, pero parte importante, de que se sospecha allí donde no está, manifiesta, insolente, impune, donde no se la adivina; que cuenta con adeptos en todas partes, entre el pueblo, en el ejército, en el templo, en el presidio, en el trono; que vive, en fin, a lo menos un gran número de ella, en intimidad acariciadora y peligrosa con los hombres de la otra raza, provocándolos, jugando con ellos a hablar de su vicio como si no fuera suyo, juego que hace fácil la ceguera o la falsedad de los otros, juego que puede prolongarse durante años hasta el día del escándalo en que esos domadores son devorados; obligados hasta entonces a ocultar su vida, a apartar sus miradas de donde quisieran detenerse, a clavarlas en aquellos de que quisieran desviarse, a cambiar el género de muchos adjetivos en su vocabulario, traba social ligera en comparación de la traba interior que su vicio, o lo que se llama impropiamente así, les impone no ya respecto de los demás, sino de sí mismos, y de suerte que a ellos mismos no les parezca un vicio

    31. Y los extraños de este tipo, al cabo de treinta años, no recuerdan ya nada preciso que pueda prolongarse hasta el pasado y cambiar de valor al ser que tienen ante los ojos


    32. Aquel silencio, el más desagradable que Harry había experimentado en presencia del director, pareció prolongarse eternamente, sólo interrumpido por los débiles ronquidos del retrato de Armando Dippet colgado detrás de Dumbledore


    33. La planicie parecía prolongarse en todas direcciones, salvo hacia el norte


    34. Por fortuna, su residencia en la Ciudad de los Santos, no debía prolongarse


    35. En ese momento, parecía que la guerra pudiera prolongarse durante un año o más tiempo


    36. Cuando se juntaban las piedras, los diversos motivos esculpidos coincidían exactamente y, al prolongarse, formaban tres arcos continuos, uno de dientes de perro, otro de medallones y un tercero de boceles


    37. —Pero en tu imaginación puede prolongarse indefinidamente —alegó Jack


    38. Esos momentos podían prolongarse muchos segundos


    39. El presque vu no es tan angustioso, lo realmente malo es el deja vu, un estado que en el caso de Maya puede prolongarse una semana


    40. Al prolongarse el silencio, el corazón de Nick aceleró sus latidos

    41. La situación no podía prolongarse


    42. Yo sentía con claridad que había un cierto malestar entre nosotros, y que mi apatía, esa tregua del pensamiento, no podía prolongarse mucho más


    43. Cualquier decisión, como en un parto que ya no tolera prolongarse


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    prolongarse in English

    lengthen become longer extend