1.
propone encauzarme en determinada dirección y luego amaina para que pueda contemplar el
2.
propone: que los multimillonarios de los farmacéuticos! Y qué pasa con las máquinas comiendo monedas, artilugios diabólicos que roban clientes a frutería, prometiendo que lo hacen, una generosa compensación a los que compran sólo tres productos de la tierra y en la postal de ganga! Sin embargo, son amantes de la tradición: al llegar a un lugar remoto, esta es la parte superior de los rascacielos colosales, conservan el gusto de llevar un sombrero de vaquero, pero que vuelan regularmente a la indulgencia rápido
3.
J) Propone que el artículo 19 de la "Declaración Universal
4.
A) Está, primero, el candidato que en tiempos difíciles se propone restablecer el y orden
5.
Pero, ya que hemosentrado en explicaciones, ¡vamos hasta el fin!¿Cómo cumplen con su deber los que en los pueblosinspeccionan la enseñanza? ¡Impidiéndola! Y los queaquí han monopolizado los estudios, los que quieren modelar lamente de la juventud, con exclusion de otros cualesquiera,¿cómo cumplen con su mision? Escatimando en lo posiblelos conocimientos, apagando todo ardor y entusiasmo, ¡rebajandotoda dignidad, único resorte del alma, é inculcando ennosotros viejas ideas, rancias nociones, falsos principiosincompatibles con la vida del progreso! ¡Ah! si, cuando se tratade alimentar á presos, de proveer á la manutencion decriminales, el gobierno propone una subasta para hallar al postor queofrezca las mejores condiciones de alimentacion, al que menos les ha dedejar perecer de hambre, [210]cuando se trata de nutrirmoralmente á todo un pueblo, nutrir á la juventud,á la parte más sana, á la que despues ha de ser elpais y el todo, el gobierno no solo no propone ninguna subasta, sinoque vincula el poder en aquel cuerpo que precisamente hace alardes deno querer la instruccion, de no querer ningun adelanto
6.
centro de la normalización que les propone el capitalismo neoliberal globalizado
7.
También se propone evaluar la actuación de las DEAM (Delegaciones
8.
Concretamente, propone una tipología de “tipos ideales”, útil para identificar la división sexual del trabajo en la pareja
9.
profundidad la realidad donde se plantea y propone su incorporación
10.
Además, Este mismo autor propone la operacionalización de las variables en dos
11.
Pero el hombre propone yDios dispone
12.
propone, no merecen los costos
13.
quienno se propone mas que instruir en los elementos
14.
propone la definición siguienteen su sitio web: "La traducción automática consiste en el uso de
15.
interior, el patrón propone comprarleun caballo de tal pelo extraordinario, de tal
16.
quesignifican otra cosa que lo que se propone expresar con ellas, omuestran la
17.
Se propone el argumento de que las cosasincorpóreas no están en ningun lugar: y responde con las
18.
indivisibilidad del alma de losbrutos, con todo el rigor de los términos, pues que se propone laobjecion del modo siguiente
19.
facilidad de retorcerle contra el que le propone, y todo esto sinmedir ninguno de los intervalos
20.
Se propone el desmantelamiento de la plutocracia global y la construcción de la
21.
Coraci, y los manda quemar vivos, y propone la guerra—
22.
probablemente lo hará como se propone, porque elgran condestable es uno de los
23.
propone elbienestar en el otro mundo por la abstinencia del
24.
Majestad y a la patria, propone lospensamientos que su
25.
y los demas individuos principales que componen este cuerpo,admitan este partido que se les propone, se
26.
Yo me rehúso a lo que el señor propone,
27.
De hecho esla primera vez en el mundo que se contempla la publicación de textos enformato digital en un sitio web comercial, y que una empresa propone alos actores tradicionales del
28.
2008/10: Google Books propone un acuerdo a las asociaciones deautores y editores
29.
El que se propone estudiar en Paris tiene mas medios que en parte alguna del mundo, y por teatros de
30.
¿Por qué un alegato? ¿Contra quién lo había escrito? ¿Quién ve ese período demasiado en «blanco y negro», según su expresión? ¿De quién puede tratarse si no de los judíos? Me encantaría hacerle confesar lo que en el fondo se propone…
31.
–Digale a su eminencia -le respondió Ciechanowski- que estoy de acuerdo con lo que propone
32.
Milans le propone a Armada una solución al golpe que según él cuenta con el asentimiento de varios capitanes generales; es una solución tal vez inevitable para los golpistas, que probablemente Armada ya ha considerado en secreto y que viene a ser una casi obligada variante del plan original: puesto que éste ha fracasado y el Rey se resiste a aceptar el golpe y Armada no ha podido entrar en la Zarzuela y salir de allí con una autorización expresa del monarca para negociar con los parlamentarios secuestrados, el único modo de arreglar las cosas consiste en que Armada -cuyo comportamiento ya ha empezado a despertar los recelos de algunos pero cuya precisa relación con el golpe nadie puede imaginar todavía acuda al Congreso ocupado desde el Cuartel General del ejército, hable con los diputados y forme con ellos el previsto gobierno de unidad bajo su presidencia a cambio de que Tejero los libere, de que Milans revoque el estado de excepción y de que la normalidad regrese al país
33.
Habla con el Rey y con Fernández Campo, y a los dos les reitera las razones de Armada, pero los dos vuelven a rechazarlas; luego Armada se pone al teléfono y habla con Fernández Campo, que le dice otra vez que lo que propone es un disparate, y después con el Rey, que por toda respuesta se limita a preguntarle si se ha vuelto loco
34.
En este preciso momento la cámara -la única cámara que sigue todavía en funcionamiento- propone un plano fijo y frontal de esa zona del hemiciclo, con la figura de Adolfo Suárez en el centro casi exacto de la imagen, monopolizando la atención del espectador como si en la sala se estuviera desarrollando un drama histórico y el presidente del gobierno interpretara el papel principal
35.
Propone un experimento
36.
Los muchachos se paran en cualquier esquina de Itagüí o Antioquia y al rato llega el cliente que les propone con todo descaro el «trabajito»
37.
¿O acaso se propone poblar el mundo de monstruos?
38.
Propone el PRIOR enseñar la sacristía, y dar un paseo por la huerta antes de comer, y a todos les parece idea felicísima
39.
De sobremesa, propone el PRIOR un agradable plan para la tarde: siesta, el que quiera dormirla; después, paseo hasta la casa de labor de abajo, que es la más interesante; visita a los corrales, establos y cabañas, y, por fin, solemnes vísperas con órgano, Salve, etc
40.
La tabernera Defarge se propone denunciarlos
41.
El que se apodera de una hoja del katsura consigue encuentros amorosos, tantas veces como se lo propone
42.
Bohun, la teoría que usted propone es la única que resiste un examen atento, y como hipótesis, lo explica todo
43.
Para calmarla, la enfermera le propone hacerle una broma:
44.
Fija su residencia principal en Inglaterra, pero se propone pasar los veranos en Francia
45.
Se propone dar allí una fiesta corriente, agradable, con la asistencia de las mismas personas, si es posible
46.
, cuando uno no se propone ser más tarde ni golfista, ni jinete ni pianista profesional
47.
¿Es esto lo mismo que lo que propone Juan? Sin atreverse, Antonio se atreve a negar toda validez a la propuesta de su amigo yio dice:
48.
El otro día Angélica explicó con todo lujo de detalles que Juan se propone escribir —y ya se lo está dictando a Angélica— unas memorias que serán como una versión actualizada del Diario metafísico de Gabriel Marcel
49.
Hay un as que se propone arrasar toda la red
50.
–¿Y cómo se propone controlarlo? Es demasiado estúpido para temer las amenazas, no aceptará un soborno, y no tiene trapos sucios en el armario con los que podamos presionarlo
51.
Pero, en su lugar, se produce un golpe de efecto: se levanta Rizzo y propone a Cardamone
52.
Si Rizzo lo propone, quiere decir que debajo hay algún peligro, y conviene seguir el camino que ha trazado el abogado
53.
Todo eso de los papeles de Amézaga me tiene sin cuidado en lo referente a lo que usted me propone hoy
54.
El simple hecho de tu elección le hará ver que Roma se propone luchar contra él hasta las últimas consecuencias, y que no puede haber solución pacífica —añadió, con un suspiro, enjugándose la lágrima—
55.
—¿Tienes alguna idea de lo que se propone?
56.
Él mismo lo dice: «Cuando se le enciende el patriotismo no vive, no desmaya hasta conseguir lo que se propone»
57.
-Señor General -dijo el noble caballero después de toser y limpiar el gaznate para expresarse con toda claridad-, estimo en lo que vale la excelente intención con que usted me propone ese reconocimiento de los derechos del Infante, y espero que usted estimará del mismo modo la lealtad con que me veo precisado a evadir todo compromiso con la causa carlista
58.
No te pido tu parecer, porque desde luego lo tengo por contrario a la reincidencia que me propone este endiablado sátiro, que tal me parece, o geniecillo maléfico de los bosques
59.
Se propone un casamiento, y para la Reina madre se piden preeminencias y jerarquía de Soberana exenta, sin que sea parte a menoscabar su dignidad el casamiento equívoco con D
60.
Ha atacado al Senado por las deudas, y lo que espera esta muchedumbre es simple: creen que si aprueban las leyes que Sulpicio les propone, como recompensa legislará la cancelación de las deudas
61.
Es más importante saber lo que se propone
62.
Se propone sentar la mano de aquí en adelante a los que turben el orden, ya vengan con bandera cristina o moderada, ya con los pingajos de la revolución social
63.
¡Cielo santo! ¡Creía que era miércoles! ¡Y es miércoles! ¿Qué se propone usted asustando a un amigo? sepultó la cara entre los brazos y comenzó a sollozar en tono muy agudo
64.
¡Bonita explicación! Como si un hombre que se propone cometer un robo fuera dando portazos para despertar a toda la casa
65.
Caballero de Rodas propone que venga a su presencia el Coronel de los de Madrid, y
66.
Por eso Tizón se propone esperar paciente, inmóvil como uno de los animales que ahora lo observan con ojos de cristal desde perchas y vitrinas
67.
El corsario se halla absorto en cálculos de rumbo, viento y velocidad, trazando en su cabeza, con la misma claridad que si lo hiciera sobre una carta náutica, el zigzag de rectas, ángulos y millas que se propone recorrer en las próximas horas, a fin de poner la mayor cantidad posible de agua entre la balandra y el bergantín que, sin duda, apenas identifique la presa liberada y asegure la recompensa, continuará la caza
68.
Tengo entendido que el año que viene se propone instaurar la prohibición de fumar en todos los edificios del DSSH
69.
También es fácil de mantener en cuarentena, lo cual significa que el asesino no se propone aniquilar a toda la sociedad de un solo saque
70.
–¿Qué diablos se propone hacer, Mallow? La tripulación protesta, los oficiales están preocupados, y yo me pregunto…
71.
Ésta es la medida que el profesor Cordiglia propone y Marvizón, «con miles de horas de documentación a su espalda», refrenda (Marvizón, p
72.
El profesor tenía noticia del ruso, que parece gozar de cierta nombradía en los ambientes científicos a causa de sus peculiares teorías y de los heterodoxos métodos de investigación que propone
73.
En su obsequiosa compañía, don Diego recorre las tabernas de la Cava de San Miguel, donde el montañés lo invita con ostentosa largueza a un cuartillo de vino de San Martín de Valdeiglesias y después, aprovechando que es sábado, propone un almuerzo en el figón de la Viuda, donde preparan unos callos de mucho sabor y fundamento sin por ello desmerecer los otros platos que hacen con los pies, las lenguas, los bofes, las asaduras, las pajarillas y la grosura
74.
Drake, el llamado Proyecto Ozma (cuyo nombre deriva de uno de los libros para niños del Mago de Oz), que se propone registrar posibles señales de radio procedentes de otros mundos
75.
–Dicen que la dirección se propone enviar el ala a Shanghai
76.
–Bien, ¿qué os parece si lo comprobamos por nuestros propios medios? – propone Jillian, abriendo la puerta y dejando que entre una corriente de aire helado
77.
He tomado conocimiento de su comunicación del día de la fecha con las condiciones que usted propone para la rendición del ejército del Norte de Virginia
78.
Seguro que puede acceder a la cámara si se lo propone de verdad
79.
Se propone utilizar el prestigio de la filosofía para lograr la esclavitud del pensamiento
80.
—Aunque esté enterado, ¿reflexionó sobre ello en todos sus detalles específicos? ¿Se ha permitido una visión absoluta del problema? Quiero hacerle percibir el cuadro exacto de aquello en lo que se propone entrar, antes de que decida si algo justifica dicha vuelta
81.
Lo que Montesquieu propone en su obra Del espíritu de las leyes, publicada en 1748, es «que el poder contenga al poder»
82.
Me ha echado a mí y a todos los criados del castillo y ahora se propone mantener prisionera a su hermana en esa torre durante el resto de su vida
83.
Cada uno de los alcaldes de distrito y de los tenientes de alcalde se propone dar un baile: el invierno, pues, promete ser brillante, ya que habrá de continuar esta emoción nacional
84.
En lo que él llamó un "ensayo escolar", De arte combinatoria, el joven de veinte años se propone crear "un método general en el que todas las verdades de la razón sean reducidas a un tipo de cálculo
85.
Propone también el poderoso y (por un tiempo), discutido "principio de continuidad", que simplifica grandemente el estudio de las configuraciones geométricas, unificando propiedades al parecer inconexas de figuras para formar conjuntos uniformes y completos
86.
No habiendo encontrado la comisión una obra que sea digna del premio entre los que lo solicitaron propone a la Academia premiar a M
87.
–Supongo que se propone devolver el beneficio de la venta de los lingotes -dijo Anacrites con tono cargado de sugerencias-
88.
Licinio ya es mayor, pero ha trabajado para hacerse importante en Corduba y se propone establecer una dinastía
89.
quedarían a vivir en el mundo imaginario que les propone la función
90.
Consigue cuanto se propone
91.
Pensaba hasta dónde puede llegar la capacidad y la determinación de alguien que se propone llegar
92.
Pero ¿se puede decir lo mismo de la genial intuición de lo que seria la navegación subpolar? Tendrían que pasar ochenta y ocho años (agosto de 1958) para que el hombre hiciera realidad lo apuntado por Verne… Y aunque este apresurado y superficial trabajo sobre la vida de Verne no se propone, ni mucho menos, entrar a analizar en profundidad sus sesenta y cuatro novelas, me resisto a dejar pasar la oportunidad de recordar algunas de las más espectaculares «anticipaciones» de Verne: el culto a la electricidad, que Verne denominaba «el alma del universo»; la fisiología y psicobiología en los viajes espaciales; el envío anticipado de animales al espacio (un gato y una ardilla); la bomba atómica, intuida en su novela Frente a la bandera (1896); en La caza del meteoro (1900), Verne, adelantándose a Einstein, escribe: «…por mucho que se descomponga [se refiere a la materia] en moléculas, átomos y partículas, siempre quedará una última fracción por la que se replanteará íntegramente el problema y su eterno recomienzo, hasta el momento en que se admita un principio primero que no será ya materia
93.
—Don Ernesto Solís ha oído que el presidente se propone ejecutar a algunos de los detenidos, sin hacerles juicio formal
94.
—¡Lo que se propone es la destrucción de la humanidad!
95.
—No tuvo en cuenta que éste es mi trabajo —dijo Resch, poniéndose de pie— Puedo prever lo que se propone hacer un androide
96.
Se ha dicho que la adulación es vil y baja; es además cruel e ingeniosa cuando se propone agradar con las mortificaciones que inventa
97.
Si, por el contrario, se la propone como ejemplo para las mujeres jóvenes contemporáneas, la sugerencia es simplemente inaceptable
98.
Marian Woodman propone que distingamos entre la madre consciente, sabedora del poder que ejerce sobre el hijo o la hija, y la madre subconsciente, que ejecuta los programas de la Gran Madre una y otra vez, sin distinguir entre vida en común y dominación
99.
¿Está loco? ¿Qué se propone, que las compañías lo destrocen?
100.
Nils Runeberg propone el móvil contrario: un hiperbólico y hasta ilimitado ascetismo
1.
[272] Varios documentos, descubiertos en los últimos años,resuelven la cuestión que proponemos en este lugar, confirmando de unamanera chocante la presunción expuesta en él por mí
2.
correcciónmás sencilla la que proponemos en el texto
3.
espaciodividido por el tiempo; si nos proponemos medir el tiempo, decimos quees el espacio dividido por la velocidad; y si tratamos de medir elespacio, decimos que es la velocidad multiplicada por el tiempo
4.
Hemos estado discutiendo su emigración, y les pedimos mil perdones por haberlos tenido fuera durante tanto rato; y ahora les diré las condiciones que les proponemos
5.
–¿Les proponemos un trato al respecto? – sugirió Haral con expresión casi alegre
6.
-Escapándose de ella, lo cual no es fácil, pero sí posible, sobre todo si tú y yo nos proponemos hacerlo
7.
Cuando nos proponemos comprender cabalmente al individuo como tal, estos elementos diferenciales adquieren la mayor importancia; pero en tanto nuestro propósito se dirige a la comprensión del modo según el cual la energía humana es encauzada y opera como fuerza propulsiva dentro de un orden social determinado, entonces debemos dirigir nuestra atención al carácter social
8.
–A fin de garantizar la total seguridad de la inestimable persona de Vuestra Excelencia y en vista de la reciente traición de uno de los oficiales de su ejército, proponemos con el mayor respeto que se permita a un miembro de nuestra embajada residir en palacio y prestar asistencia a la guardia personal de Vuestra Excelencia
9.
Para decirlo de una vez, nos proponemos impartir instrucciones precisas para vivir aventuras
10.
El claustro de una monja, un lugar de meditación, el nicho para un dios, una relación en la que nos proponemos cultivar un árbol sagrado, una tumba cerrada, la habitación de los amantes, el estudio del filósofo y el recipiente del alquimista son continentes herméticos
11.
A los que ya son, proponemos que se les interne en campos de reeducación y trabajo, para que de esa manera cumplan dos objetivos; estar lejos de la ciudad y compensarle a la Nación —trabajando— la pérdida de un hombre útil
1.
queréis que ellos estén al mando, ni queréis aceptar los cambios que ellos proponen
2.
proponen un brindis y lo seguimos todos con el ritual de la cruz :
3.
cambios y proponen metas para las políticas de derechos humanos de los países, de la
4.
una identidad social más, entre muchas otras que proponen quienes generan los
5.
de Febe en lapoblación causa escándalo y mal ejemplo y que se proponen
6.
proponen, está, en mi[Pg 64] juicio,poco distante de lo que el tratado prohibe con gravísimas
7.
Proponen abrir un camino nuevo y costoso,cuando lo hay para ir al
8.
En los años 1990, los talleres de PAO (Publicación Asistida porOrdenador) proponen una impresión a bajo precio
9.
loslugares que se proponen atacar, observando con la mayor exactitud sudisposicion, número de
10.
esperanzas, porque aquí los directores proponen y el río
11.
bien los sitios y los enlaces que proponen
12.
"que tiene por objeto promover laspolíticas que se proponen lograr la más fuerte expansión posible de laeconomía sustentable y del empleo, y aumentar el nivel de vida en lospaíses miembros manteniendo la
13.
Decía que era una obsesión estéril, que ya no soportaba todos esos testimonios que «se proponen contar lo indecible, para transmitir el recuerdo a las generaciones futuras»
14.
El poder judicial y el legislativo, se proponen ilegitimar al gobierno constitucional
15.
organizaciones políticas consideradas extremistas que proponen la recuperación de Constantinopla, aunque en líneas generales, bajo una política pragmática y más acorde con las necesidades reales de un país moderno, esos anhelos que durante siglos marcaron el devenir histórico de un pueblo han quedado reducidos al ámbito del folklore y de los dichos populares
16.
José Leal fue el único con ánimo suficiente para cerrar la entrada, pensando en los perros que podrían husmear entre los huesos o que, advertidos por el boquete abierto, los autores de esos crímenes se supieran descubiertos e hicieran desaparecer las pruebas, precaución inútil, porque a doscientos metros, dentro de un furgón, la policía los espiaba con catalejos traídos de Europa y máquinas de rayos infrarrojos llegadas de los Estados del Norte lo cual permitió al Coronel enterarse del contenido de la mina casi al mismo tiempo que el Obispo Auxiliar; pero las instrucciones de mi General son clarísimas: no se metan con los curas, esperen que den el próximo paso a ver qué mierda se proponen, después de todo no son sino unos pocos muertos desconocidos
17.
¿Que se proponen un objeto, un fin? Pues a él, ¡contro! Cuando los otros van, ya tú vienes de vuelta encontrada
18.
–Cualquier recién ingresado en West Point, a la vista de este mapa, podría contarles exactamente lo que se proponen los rusos -dijo Florentina al contemplar la acumulación de luces rojas en el índico, de luces verdes en el aeropuerto de Kabul y de luces azules a lo largo de la frontera entre Afganistán y Pakistán
19.
Si no podemos intentar recuperarlo en absoluto secreto, lo mismo da que no lo recuperemos, porque lo que se proponen los que lo han robado es, precisamente, dar a conocer su contenido
20.
–¿Me pregunta a mí cómo se proponen ponerle fin? ¿Puede usted contemplar el mundo actual y preguntar todavía como es probable que nuestra era tecnológica encuentre su fin? Toda la Tierra teme una guerra atómica y haría cualquier cosa por evitarla; sin embargo, la Tierra entera teme que una guerra atómica es inevitable
21.
Pero la Casta influye de forma más decisiva en el núcleo mismo de la Justicia, ya que son los partidos quienes —tras varios filtros— proponen a los veintiún miembros que gobernarán los designios judiciales del país desde el CGPJ
22.
La historia de la falsificación, en el de ayer; las condiciones que nos proponen, en el de hoy
23.
Por cierto que le proponen para Obispo, y habrá ido a traer los papeles»
24.
Por el contrario, el caso de Chevron Niugini ejemplifica cómo una compañía petrolera puede reportar beneficios medioambientales para la zona en que desarrolla su actividad y su población; sobre todo si lo comparamos con las prácticas habituales de tala o incluso con la caza y la agricultura de subsistencia que se proponen pira esa misma zona
25.
En el viaje inquietante que proponen estas cartas puede leerse también la difícil relación del autor con los editores, el dinero, los lectores y el éxito
26.
¿Qué diablos se proponen?
27.
En cambio, todos los que proyectan el futuro, que proponen reformas parece que no quisieran sino compliar, complicar
28.
Proponen un gigantesco mosaico que muestre una visión de Times Square en Nueva York, tal como será en 2030 según el relato de los miles de personas cuyas visiones tuvieron lugar en la plaza
29.
En esa carta le manifiestan admiración por su novela y le proponen que viaje a París para discutir las condiciones de un contrato
30.
Es la solución que proponen para el problema de los tolchocks… y el de Gaballufix
31.
Si se proponen traicionarnos, eres el único que estará seguro
32.
Algunos reclaman la instauración de la república, pero los jefes de la oposición (Laffitte, Perier y Thiers) proponen el poder al duque de Or-leans
33.
En realidad, estos recuentos son tan horribles e improbables que mucha gente sensible y bien informada no cree en la existencia de caníbales y colocan los libros de viajes que se proponen describirlos en el mismo librero junto a Barba Azul o Jack, el matador de gigantes
34.
Los que proponen la aproximación de arriba abajo a la inteligencia artificial señalan, sin embargo, que se están haciendo progresos en esta dirección, aunque a paso lento, en laboratorios en todo el mundo
35.
La mayoría de los hombres que viven en la Tierra no se proponen como objetivo definir el «bien»
36.
Se encarga de las relaciones públicas, atiende a la prensa, maneja a los académicos que proponen conferencias y a los estudiantes que pretenden escribir tesis
37.
–Pero no a todo el mundo se lo proponen
38.
Bien, ¿por qué no proponen otro candidato?
39.
Los argelinos proponen empresas conjuntas
40.
—Calzado, nos han llegado rumores de que un montón de galeotes se proponen enfrentarse a los españoles en el estuario frente a Bonanza, aparentemente una empresa desesperada, y eso parece exigir la posibilidad de lo que los jesuitas llaman un quid pro quo
41.
Las fantasías que describen estas películas son difíciles de imaginar en el mundo actual, pero lo que proponen es un planteamiento teórico que se ajusta a los planteamientos postmodernos del universo queer, con su ruptura de fronteras y la androginia que implica la anulación de la realidad de género y de prácticas sexuales
42.
Capitalismo y esquizofrenia, donde proponen la desregulación sexual, sirven de inspiración a los teóricos queer
43.
Por lo tanto, la solución que proponen los activistas anti-consumo, una rebeldía individualizada, lo que hace es avivar el fuego al ofrecer una serie de bienes posicionales por los que deberán competir estos 'consumidores rebeldes' de nuevo cuño
44.
Son mezquinos y avaros, y no tienen muchas luces, pero son muy testarudos y acaban consiguiendo todo lo que se proponen
45.
Por lo demás, si tienen defectos de cornamenta, no es cosa importante, porque, en general, tales defectos no se transmiten, aunque una tendencia a tener cuernos más cortos puede transmitirse y los ganaderos que se proponen hacer sus productos más agradables a los toreros, de manera que elijan los toros de esos ganaderos, siempre que tengan ocasión de especificar en su contrato la clase de toros que prefieren lidiar, tratan a menudo de acortar la longitud de los cuernos, con una selección cuidadosa, y se esfuerzan por mantener la longitud del cuerno en el mínimo autorizado por el delegado del Gobierno y en conseguir cuernos de puntas bajas, que pueden pasar por debajo de la rodilla del torero cuando el toro agacha la cabeza para embestir, mejor que una cornamenta alta, que pasaría peligrosamente más cerca del cuerpo del torero cuando éste se echa hacia adelante para matar
46.
Las mujeres se ponen de acuerdo acerca de quiénes forman una buena pareja, por temperamento, intereses, afinidades, y hacen una elección que proponen al resto de la familia, y también a los posibles futuros novios
47.
Jhn› Aunque hay movimientos cracker que denuncian la hipocresía hacker y proponen una especie de purificación por el fuego, estilo revolucionario
48.
–En los clubs ya proponen excursiones, y no estoy seguro de que les vaya muy bien
49.
¿Pretenden los ministros mandar en él? ¿Se proponen desertar si los deseos de su Emperador no se ajustan a los de ellos?
50.
Lo que nos muestra la ficción en sus ocho cuadros fulgurantes es la encarnación de aquella teoría que nos proponen, de total acuerdo, el narrador y el príncipe Fabrizio: la Historia no existe
51.
Que en su afán de no escatimar esfuerzos para el mejor cumplimiento de la misión que la superioridad le ha encomendado y aun a riesgo de su salud física y de la estabilidad familiar, el suscrito decidió igualmente probar en su persona algunas de las recetas que la sabiduría y la lujuria popular loretanas proponen para el retorno o el refuerzo de la virilidad, vulgarmente llamadas, con perdón de la expresión, levantamuertos o, peor todavía, parapingas, y dice sólo algunas, porque en esta región de la Patria la preocupación por todo lo que se refiere al sexo es tan acuciosa y múltiple que hay, literalmente, millares de compuestos de este tipo, lo que hace imposible, aun con la mejor buena voluntad, que un individuo aislado pueda agotar la lista ni siquiera estando dispuesto a inmolar su vida en la experiencia
52.
Pero a los demás nombres que me proponen les pongo el veto
53.
Pero ahora tú mismo los has liberado, y se proponen vengarse de la eternidad de sufrimientos a la que les condujo tu maldad
54.
Y si el lugar actual no venciera en seguida, creo que perdería el conocimiento; pues esas resurrecciones del pasado, en el segundo que duran, son tan totales que no sólo obligan a nuestros ojos a dejar de ver la estancia que tienen cerca para mirar la vía bordeada de árboles o la marea ascendente: obligan a nuestras narices a respirar el aire de lugares sin embargo lejanos, a nuestra voluntad a elegir entre los diversos proyectos que nos proponen, a toda nuestra persona a creerse rodeada por ellos, o al menos a tropezar entre ellos y los lugares presentes, en el aturdimiento de una incertidumbre parecida a la que a veces experimentamos ante una visión inefable en el momento de dormirnos
55.
Si no pueden conseguir esto, se marcharán solos, no firmarán el acuerdo y, para dar más peso a sus amenazas, dirán que se proponen entregar armas nucleares a los países comunistas de Asia y de África
56.
Conjunto de los estudios que se proponen predecir científicamente el futuro del hombre
57.
¿Sabe qué se proponen hacer, Schwartz?
58.
Se proponen matarla cuando la encuentren
59.
Ellos proponen un modelo ideal, fundado en esta veneración de la luz; ésta es también la razón por la cual las niñas aparecen asociadas a actos de culto
60.
No cabe duda de que los edificios sagrados de los egipcios son «sumas» simbólicas que nos proponen claves para comprender el mundo exterior y el mundo interior
61.
–Me proponen un puesto de capataz en las canteras reales
62.
Esa es una descripción considerablemente suave de lo que pueden llegar a hacer cuando se lo proponen —dijo Q9
63.
Los alemanes no se consideran, como los japoneses, deudores del mundo y de las edades, ni se proponen como objetivo devolver una deuda incalculable, sino evitar convertirse en víctimas
64.
En el caso del Grupo de Lesbianas del FLHOC, éste defiende su unión a las estructuras del Frente porque se proponen «la lucha por la liberación sexual en general y particularmente por la homosexual»{228}
65.
Recordad que quienes lo proponen son venecianos
66.
—Si recuperan el poder —pregunté—, ¿qué se proponen hacer con él? ¿Impondrán ciertas normas a los hombres?
67.
Y, como es bien conocido, en España los economistas, los empresarios y los políticos conservadores y neoliberales se oponen a la elevación del salario mínimo y proponen incluso su eliminación
68.
Pero lo que nos interesa resaltar aquí es que si fuera obligado equilibrar las cuentas de nuestro sector público, o reducir ahora su déficit, se podría conseguir no sólo recortando gastos esenciales, como proponen los neoliberales para evitar que las clases de renta alta tengan que contribuir al sostén del Estado con impuestos, sino aumentando los ingresos como resultado, por un lado, de un incremento en la actividad económica, que dependerá precisamente de la aplicación de medidas inversas a los planes de ajuste que se llevan a cabo, y, por otro, de la reestructuración de las fuentes de ingresos impositivos
69.
Teniendo en cuenta que el volumen de nuestra deuda no es muy grande, la solución que proponen sería mantener el gasto deficitario en los niveles actuales o posiblemente incrementar dicho gasto para así estimular la economía y que el Banco Central Europeo comprara una porción de la nueva deuda emitida por el gobierno español, y se comprometería a reembolsar el interés sobre dicha deuda al gobierno español, como ha sucedido en el caso de la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco de Japón
70.
—Esta nueva economía que proponen —reiteró un día en la mesa de mesas—, supone una intrusión radical y sin precedentes del gobierno en los negocios
71.
Se proponen cerrar Marte, y cuando lo consigan volveremos a estar en guerra
72.
—Sólo existe una solución para los terrícolas, si se proponen de veras practicarla: ignorar los malos momentos y concentrarse en los buenos
73.
No te metas a polizonte, no vaya a pasarte lo que a esos que se proponen descubrir el crimen de la calle del Baño, y han armado ya un lío que nadie se entiende»
74.
Pueden ver claramente qué tono adoptará la discusión si le proponen el tema a la congregación y, por supuesto, a la prensa
75.
—Parece que se proponen pasar el invierno en Moscú
76.
Los egipcios están formando cuadrillas de fedayeen, de asesinos que se proponen cruzar la frontera y asaltar nuestros establecimientos
77.
—Vamos, mayor Landau, tiene que explicarme cómo se proponen vaciar el Lago de Huleh en el Mar de Galilea
78.
En estos momentos vienen hacia aquí, y tienen un blindado con un cañón que podría volar este avión en mil pedazos, si se lo proponen, teniente
79.
—Aquí proponen una explicación que parece bastante plausible… ¡y que resulta de lo más inquietante!
1.
Traducido por traductoresvoluntarios, el sitio de DP Europa está disponible en doce idiomas enabril de 2004, con la intención de proponer la interfaz en sesentaidiomas, es decir todos los (mayores) idiomas europeos
2.
*** Proponer la fusión del Yo con el Tú en un momento histórico en el que el número de separaciones y de divorcios está en constante aumento, puede parecer una locura
3.
Cooperación y Desarrollo Económicos(OCDE), escribe en agosto de 1999: "Pienso que las organizaciones yempresas europeas tienen que proponer sitios web posiblemente en treso cuatro lenguas
4.
proponer, en lugar de su garantía exclusiva, lade todos los
5.
lado de laCondesa para proponer una separación franca y leal
6.
Anotó el notario en el acta el segundo decreto, y pasó a proponer elsiguiente que
7.
proponer seapoyan en las ideas que sirven de base á todo conocimiento: en aquellaproposicion
8.
El argumento queacabo de proponer fundado en la
9.
por eso solo,desciendo también a proponer una transacción, pero
10.
Y aquellas damas se pusieron todas a lamentarse de las deficiencias queofrecía el asilo, a pintarlo con negros colores, a proponer reformas enél para dejarlo confortable
11.
proponer a la consideración deusted
12.
concebir y proponer en Madrid?Cualquiera imparcialmente juzgando estará por las
13.
empezadootra etapa: lo que conviene hacer es proponer textos que se puedan leercon facilidad en los
14.
La educación no debe imponer sino proponer
15.
Pese a que hacía muchos meses que la clase dirigente la pedía a gritos, la noticia sorprendió a todo el mundo, y cabe imaginar que en el primer momento Armada pensara con razón que Suárez había dimitido para abortar las operaciones políticas dirigidas contra él, entre ellas la Operación Armada; pero igualmente cabe imaginar que en el segundo momento el general intentase convencerse de que, lejos de complicarle las cosas, la dimisión de Suárez se las simplificaba, puesto que le ahorraba el trámite incierto de la moción de censura y dejaba su futuro político en manos del Rey, a quien la Constitución otorgaba la potestad de proponer el nuevo presidente del gobierno previa consulta con los líderes parlamentarios
16.
La nota amenazadora le daba esa seguridad y para despistar y podía permitirse el proponer un punto de vista opuesto
17.
(En los hospitales psiquiátricos soviéticos se encerraba a los disidentes porque experimentaban «ilusiones reformistas», ya que se suponía que era bastante natural y razonable que todo aquel que estuviera lo suficientemente loco para proponer reformas había perdido todo sentido de la supervivencia
18.
Por eso, se me ha ocurrido proponer al mando la creación de un puesto nuevo, y he pensado en ti, porque es un trabajo que te viene que ni pintado, Julio
19.
No hay otra manera de calificar su comportamiento: Juan rehuye ocuparse en serio de Emilia y cuando, como el otro día, habla de ella, sólo acierta a proponer, para tranquilizarla, la solución pedante de utilizar la vieja doctrina cristiana sobre los novísimos
20.
Entonces el cristiano aumentó su oferta y acabó por proponer cien dinares, y el pregonero le dijo al oído a Alischar: "¡Verdaderamente, no desaproveches esta excelente ocasión!" Porque el pregonero ya había sido sobornado secretamente por el cristiano con diez dinares
21.
Si no reanudó las operaciones antes de los ocho días, no fue por falta de ganas, ni porque careciera de planes bien determinados, sino porque la Majestad de Carlos V le ordenó que permaneciese en Asarta hasta recibir la visita de los enviados del Gobierno de Inglaterra, lord Elliot y sir Gurwood, para proponer a uno y otro ejército un convenio que diese a la guerra carácter humanitario, poniendo fin a las sangrientas represalias
22.
Una vez más los tribunos de la plebe podían vetar leyes y magistrados, proponer, en la Asamblea plebeya, plebiscitos con fuerza de ley sin necesidad de un senatus consultum y hasta procesar por traición, extorsión y otras transgresiones
23.
Acuerda, pues, proponer a su hermana Doña Cristina que busque medio de evadirse del cautiverio en que la tienen liberales y democratistas, [252] trasladándose a un punto donde pueda reconocer la legitimidad de su egregio cuñado
24.
º El General Espartero recomendará con interés al Gobierno el cumplimiento de su oferta de comprometerse formalmente a proponer a las Cortes la concesión o modificación de los fueros
25.
Poco después, no fueron tan sentimentales los acuerdos de la Junta, pues se arrancó a proponer al Duque la reforma de la Regencia, con arreglo a los buenos principios
26.
Observa que la condesa le está escuchando y le pregunta si tiene algo que proponer
27.
Del asunto de Virginia se habló días antes en su casa, de sobremesa; pero no recordaba bien Teresa lo que Pepe Fajardo había dicho de la solución o arreglo provisional que pensaba proponer a los Socobios; mas obligada, por su equívoca situación en la visita, a manifestar algo concreto sobre aquel punto, apeló a su imaginación, y entre el estruendoso cantar de los pájaros, como otro pájaro que también cantaba, salió, a su parecer airosamente, por este registro: «El arreglo consiste en que sus padres le señalen a usted una cantidad para alimentos, que por el pronto debe ser corta, lo preciso y nada más
28.
Ya esta no era un enigma para Mita y Ley, que la conocían por lo que era y lo que había sido, y ambos ponían gran empeño [308] en atraerla mansamente a las vías de la virtud, conforme al sentir general, no al sentir suyo; que no se atrevían a proponer su libertad como modelo de vida
29.
De esto trataron los íntimos; pero ninguno se atrevió a proponer el caso a la familia, pues a la Condesa de Reus se había dicho que las heridas no eran de muerte, y la Facultad no consideraba precisa la intervención quirúrgica
30.
Recordó su idea de proponer la restauración de la estructura y el reloj en la reunión del viernes
31.
La idea era importante, porque permitió proponer una explicación razonable sobre la conversión de las menas minerales en metal, el primer gran descubrimiento químico del hombre civilizado
32.
Prefiero proponer un nombre que me pertenece: "la Isla del Nuevo Mundo"
33.
Pero al cabo de tres años, Elías corrió el riesgo de enfrentarse otra vez con Acab para pronosticar el fin inminente de la sequía y proponer un debate entre Yahvé y Melcart
34.
El día de marras, al filo de la medianoche, el general Armada llegó al Congreso, se encerró en un despacho con Tejero, el teniente coronel de la Guardia Civil que comandaba las fuerzas que habían secuestrado a los padres de la patria e intentó convencerlo para que le permitiera proponer a los diputados la formación de un gobierno de salvación nacional presidido por él mismo
35.
En este periodo no se prohibió que Armada pudiera acudir al Congreso y proponer su gobierno de salvación»
36.
Ello indujo a Glenn Seaborg a proponer la teoría de que los elementos pesados se comportaban, en realidad, como las tierras raras y completaban la enterrada subcapa incompleta
37.
Todos sabemos lo que esto le hizo al programa espacial estadounidense: la autoflagelación del "¿qué hicimos mal?"; la determinación de hacer todo diez veces seguro antes de dar el siguiente paso; el proponer todas las cosas una y otra vez
38.
Langdon acababa de proponer algo que, al implicar una elección directa y personal en lugar de recurrir al sorteo, significaba una grave impugnación de los usos vigentes en la Tierra
39.
–¿Puedo proponer un compromiso, señora? – dijo-
40.
Las ciencias del espacio y del tiempo (adoptando aquí un concepto de Álgebra que yo me he aventurado a proponer en otro lugar) se entretejen íntimamente y se relacionan indisolublemente entre sí
41.
"Pero una vez llegado a este punto de vista, los problemas, suficientemente amplios, que pensé proponer me parecieron sin importancia al lado de las grandes cuestiones de la teoría general de formas
42.
Esta constatación indujo a un alto mando a proponer que se inspeccionaran las armas después de los combates y que todo aquel que tuviera el cañón de su fusil limpio fuera tratado como desertor
43.
Uno de los fariseos llegó a proponer una resolución por la que se dictase la inmediata captura del Galileo y su ejecución sin juicio previo
44.
Su voz se fue perdiendo, pero por la expresión de su rostro Ellis comprendió que mentalmente seguía sopesando las aplicaciones de lo que le acababa de proponer
45.
Llegó a proponer incluso que los valiosos cuadros colgados en el ayuntamiento fueran expuestos en el museo de la ciudad, para que todos los ciudadanos pudieran beneficiarse de ello
46.
Desde esa perspectiva, podemos proponer una respuesta sencilla a un dilema que se discute desde hace mucho tiempo: ¿fue abandonado el cañón del Chaco debido al impacto humano sobre el medio ambiente o debido a la sequía? La respuesta es que fue abandonado por ambas razones
47.
Lo que por el contrario voy a proponer es un mapa de carreteras de los factores que contribuyen a errar en la toma de decisiones colectivas
48.
También probaron suerte con las habituales estrategias de resistencia, como negar la realidad de los efectos tóxicos, financiar grupos de apoyo locales para que defendieran su posición, proponer soluciones más baratas que las propuestas por el gobierno, etcétera
49.
Tal proceder podía llevar a discusiones interminables, pero Arturo poseía el don de comprender rápidamente asuntos complicados y proponer soluciones que a todos satisfacían
50.
Constituye una experiencia interesante proponer a la elección de un amigo del Olvido dos objetos cualesquiera, siempre eligieran lo que se menciona en ultimo termino
51.
Además de proponer otro mecanismo para generar un multiverso, Smolin ha introducido un nuevo elemento —una versión cósmica de la mutación genética— que acaba con algunas limitaciones científicas asociadas con el principio antrópico
52.
PROPONER FACTORES EXPLIQUEN DEDICACIÓN SUJETO A P COMUNIDAD PRECIPICIO CA
53.
Y la apariencia no resultaba mentira completa: la luz era la del cuarto de Ripoll, que velaba, no por la nave Guipuzcoana, sino por la suya propia, por el submarino que había inventado y venido a proponer en venta al gobierno de México
54.
¿Qué tipo de respuesta piensa proponer usted a la pregunta inicial…, el porqué está Uys en Blackbury?
55.
Claro, a esta libertad de pensamiento sólo se llegaba a través de una técnica especial, aprendida lentamente: bastaba por ejemplo saber interrumpir el curso del pensamiento en el momento en que la mano debía acompañar la pieza bajo el torno, y seguirlo en cambio casi apoyándolo en la pieza que avanzaba para la acanaladura, y aprovecharse sobre todo del momento en que había que caminar, porque nunca se piensa tan bien como cuando se recorre un tramo bien conocido, aunque se tratara aquí de dos pasos solamente: uno-dos, pero cuántas cosas más se podían pensar en el trayecto: una vejez feliz, toda de domingos pasados en las plazas para escuchar discursos, cerca de los altavoces, prestando gran atención, un empleo para el hijo parado, y de pronto encontrarse con una camada de nietos pescadores en las noches de verano todos con su sedal en los murallones del río y una apuesta que proponer al amigo Tommaso sobre ciclismo o la crisis del gobierno, pero tan importante que le quitaría por un tiempo las ganas de ser tan testarudo y a la par acudir con la mirada a la correa de transmisión para que no se saliese de la rueda en aquel punto habitual
56.
Las páginas que siguen son esbozos de capítulos de un libro que proyecto dede hace hempo, y que quisiera proponer un nuevo modelo de sociedad, es decir, un sistema político basado en la matanza ritual de toda la clase dirigente a intervalos de tiempo regulares
57.
No, viene a proponer seguros ventajosos: vida, desgracias, incendios, patrimonios muebles e inmuebles
58.
El día 21, sin proponer otras alternativas, declara que no puede aprobarlo y de su comportamiento humano se deduce que algo había cambiado muy sustancialmente
59.
—Graco es un amigo de Catón y un amigo de Catón no puede proponer nada bueno para los Escipiones
60.
Quinto Fabio Máximo me acusa por un lado de tener miedo, pero luego me acusa de ser un loco por proponer algo que para él es completamente imposible: atacar África con éxito, y pasa a enumerar todos los obstáculos e impedimentos con los que me encontraré en mi camino
61.
Fabio Máximo ha debido de recibir cuantiosa información a través de Catón y la ha usado con habilidad en el Senado para socavar tu autoridad y, en fin, proponer que una embajada del Senado con plenos poderes vaya primero a Locri y luego a Siracusa
62.
Iba a proponer la votación cuando su joven sobrino entró en la sala de la Curia e hizo el más estúpido de los anuncios con voz temblorosa, casi como un gimoteo en voz alta
63.
—Volveremos a proponer que rindan la ciudad cuando solucione el tema del ataque a la X, pero entretanto, como los judíos no parecen estar muy dispuestos a la rendición, quiero que vayáis limpiando el terreno delante de las murallas entre la torre Psephinus y el palacio de Herodes para que puedan avanzar por la llanura torres de asedio o arietes; ya veremos qué usamos primero
64.
En caso contrario, las Cortes deben proponer un nuevo presidente
65.
Era un idiota por haberse metido en todo aquel asunto, lo había sido desde el mismo día en que le habían ofrecido dinero por proponer a Thorn para una segunda misión, pero era mucho dinero, muchísimo, y todavía podía esperar mucho más si la operación Montañas de la Luz Eterna quedaba consumada y el mundo tomaba un rumbo completamente nuevo
66.
Se nombró una comisión investigadora, pero ésta, una vez constatada la enormidad de las apropiaciones, no halló mejor solución que proponer la legalización mediante contratos de arrendamiento a un precio simbólico; los señores redactaron enseguida los contratos, pero los campesinos y los pastores adujeron que habría sido mejor continuar explotando aquellas tierras sin contratos
67.
Yo quiero dedicar el breve espacio de hoy a proponer tal práctica a los escasos lectores que quieran correr el grave riesgo de parecer inhabilitados para el compromiso con las grandes causas nacionales y, a cambio, ambicionen encontrar cierta paz de ánimo en mitad de la tormenta
68.
Naturalmente, no podía proponer ningún alzamiento serio, porque cada palabra que dijera sería usada contra el Hegemón La vida era mucho más fácil cuando era anónimo en las redes Como Locke, sin embargo, escribía como un hombre de Estado, ensayos imparciales sobre problemas a los que se enfrentaban diferentes naciones y regiones
69.
Tan sólo al final, uno de los hermanos más antiguos -alguien llamado Furst se levantó para proponer un tema que no estaba en el orden del día
70.
Pero, sobre todo, los tribunos podían proponer medidas legislativas y emplear su considerable autoridad para convertirlas en leyes
71.
—No podría proponer a un tío mejor, me dijo el jefe
72.
Para don Franco, el misterio que iba descubriendo en los recovecos de la Historia (y que cada vez lo reafirmaba más en su fe) también se hallaba en la capacidad siempre renovada de la Iglesia de reaccionar frente a los problemas que iban saliendo al paso, «encendiendo las defensas internas, incrementando la producción de anticuerpos, sacando de improviso a la palestra a hombres y mujeres con la habilidad necesaria para reaccionar con eficacia ante los peligros y proponer simultáneamente ejemplos personales de un cristianismo acorde con los tiempos»
73.
Parece decidido a proponer la ruta de la Garganta
74.
Humanos mientras no se trate de cananeos, puede proponer la esclavitud en vez de la lucha, como señal de bondad y amor
75.
El gruñido procedía de Timothy y delataba su recelo ante cualquier cosa que Steed pudiera proponer
76.
Sólo el respeto que les tenían, o quizá el miedo a que se negaran a colaborar bajo presión en aquella aventura biológica que les acababan de proponer, evitó que en ese mismo instante salieran corriendo por el hueco del tendedero y descendieran a encontrarse con las ratas en el patio interior de la vivienda
77.
Se desconoce cuáles serán las necesidades del momento, y por ello, en su lugar, se tienen que proponer ciertos procesos de conducta que induzcan al individuo a moldear su propio «buen» comportamiento en cada momento
78.
Todos se callaron, tratando de adivinar lo que podría proponer el doctor, un hombre tan serio
79.
El susodicho señor Salvador, que me ha entregado la carta antes mencionada, me ha dicho que uno de los cónsules de Courteson está [palabra incomprensible] dispuesto a proponer la aceptación del principado, asegurando que el Rey Cristianísimo seguramente dará su consentimiento
80.
Machado falleció en un campo de concentración [sic] en Francia en donde había huido ante el avance de las tropas nacionales en Cataluña") con una decisión a todas luces contradictoria ("La Comisión acuerda por unanimidad proponer la separación definitiva del servicio de D
81.
Se estableció un comité especial en las Cortes compuesto por Aguirre (el dirigente del PNV) y un socialista y un republicano de izquierda vascos, para que idearan los términos a proponer para la autonomía vasca y el 24 de mayo Prieto declaró en Bilbao que estaba decidido a alcanzarla lo antes posible incluso si significaba su último logro político
82.
Tu sino es necesitar al Campeón Eterno, pero él ya no te necesita, por eso tuviste que hacer prisioneros y proponer un trueque al Campeón
83.
Pero tienes que proponer que sea el seis por ciento
84.
La astucia consiste por lo tanto en excitar a los muchísimos con un libro destinado a poquísimos, o, en otras palabras, en proponer como objetivo destruir el cristianismo, objetivo estrechamente ligado según Nietzsche a muchos otros, con respecto a los cuales los seducidos por el verbo anticristiano no se sienten para nada en oposición
85.
Proponer a la Zona Libre la presentación de una lista de candidatos para la posterior elección de siete representantes de la Zona Libre que actúen como Junta de Gobierno
86.
Proponer a la Zona Libre el otorgamiento del poder de veto a favor de Abigail Freemantle con referencia a todas y cada una de las cuestiones aprobadas por los representantes de la Zona Libre
87.
Proponer a la Zona Libre la constitución de una brigada de enterramientos, formada en un principio por al menos veinte personas, para dar sepultura decente a quienes murieron en Boulder víctimas de la epidemia de supergripe
88.
Proponer a la aprobación de la Zona Libre la constitución de una comisión para la energía eléctrica, formada inicialmente por sesenta personas, con el fin de restablecer la electricidad antes del invierno
89.
– Dice: Proponer a la Zona Libre la presentación de las candidaturas y elección de siete representantes de la misma
90.
fran: Es algo muy interesante y estoy de acuerdo en que debemos pensar en ello; pero de momento voy a proponer que levantemos la sesión
91.
Turati se apresuró a proponer un intercambio y el número de fuerzas en el tablero disminuyó de nuevo
92.
Era el plan que iba a proponer:
93.
En opinión del joven del valle, los motivos de proponer tal paseo respondían en parte a la necesidad de dejar de pensar en Garet Jax, que aún no había regresado
94.
Tendría que haberlo supuesto, en lugar de proponer complicados viajes de largo aliento
95.
El presidente del Senado miraba al jefe de la mayoría parlamentaria; era éste quien debía proponer la resolución a adoptar
96.
Blakesly se apresuró a proponer una visita a los laboratorios en los que se producían los trabajadores partiendo de verdaderos simios
97.
El equipo de abogados que representaba a la Corporación "Trabajadores" comenzó por proponer que se rechazase la acción sin celebración de juicio, alegando que Jerry era un enser de la Corporación, una parte integral de la misma, y que era por lo tanto incapaz de proceder contra ella como lo es el dedo pulgar de proceder contra el cerebro
98.
Por lo general quería decir que la gente iba a proponer caballos salvajes y cadenas al rojo vivo
99.
Pues bien, cuando Ogi consultó su opinión a Bailarina, ésta le dijo que, sin descartar la posibilidad de que Patrón encaminara sus pasos al Comité Mossbruger, en su propia opinión más les valía esperar un poco antes de proponer el plan al propio interesado
1.
—¿Qué es lo que te propones visitando la habitación de ese individuo?
2.
—Eso que propones, Juan, es absurdo
3.
—Salvo, cuando te lo propones, eres de una vulgaridad desconcertante
4.
—Bueno, ¿y qué propones que hagamos? ¿Que limpiemos las calles con un cubo de agua y una fregona?
5.
—Y ahora, Sherlock Sheringham —dijo Alec, cuando estuvieron seguros en mitad del césped—, ¿qué es lo que propones? ¿No va siendo hora de que te disfraces o algo parecido? Estoy seguro de que es lo que hacen los mejores detectives al llegar este momento de la investigación
6.
—Con permiso, Lucio Licinio —dijo Escauro, príncipe del Senado, poniéndose en pie—, quisiera preguntar si te propones establecer alguno de tus quaestiones especiales en la ciudad de Roma y, en caso afirmativo, si ese quaestio funcionaría como potestad investigadora tanto en el Lacio como en Roma
7.
–¿Y tiene eso algo que ver con lo que te propones hacer en Glasgow?
8.
—Tendré en cuenta lo que me propones —dijo por fin—
9.
–Por lo general, cuando pones esa expresión tan sumisa descubro que te propones justamente lo contrario
10.
—¿Es que te propones tenerlas encarceladas para siempre, Elayne? —Dyelin enarcó una ceja—
11.
Sin embargo, alguno de esos métodos que propones…
12.
–La verdad es que sabes cómo quitarle el encanto a una situación cuando te lo propones, Gully
13.
–Si he comprendido bien lo que te propones es crear un vocabulario basado en números clave con el cual podamos, por medio de un traductor mecánico, hablar con el Being
14.
–Salvo, cuando te lo propones, eres de una vulgaridad desconcertante
15.
—¿La filtración es nuestra? Pero ¿qué te propones?
16.
–¿Qué te propones? – protestó el camorrista, pero se le fueron las ínfulas y se puso pálido, cuando Guenhwyvar lo miró, con las orejas pegadas al cráneo, y soltó un gruñido enseñándole los dientes
17.
Lo que propones requeriría tiempo, Majestad
18.
—Las rutas alternativas que propones para el transporte de las piedras, los ladrillos, el mármol, bueno, todos los materiales de la obra —dijo Partenio mirando el plano con atención— implican casi el doble de tramo a recorrer por cada cargamento
19.
–Entonces ¿qué solución propones?
20.
–Con permiso, Lucio Licinio -dijo Escauro, príncipe del Senado, poniéndose en pie-, quisiera preguntar si te propones establecer alguno de tus quaestiones especiales en la ciudad de Roma y, en caso afirmativo, si ese quaestio funcionaría como potestad investigadora tanto en el Lacio como en Roma
21.
Puesto que eres tan fiel al mos maiorum, Catón, ¿qué propones? – preguntó Labieno, furioso
22.
Si supiera lo que te propones, César, podría hablarte con más precisión
23.
Pero esta operación que propones, esta transferencia placentaria… no parece demasiado segura
24.
No tenemos Pontífice, nos explicas que la Corona es algo así como un demente visionario y ahora propones dejar el Castillo sin dirigente…
25.
–¿Y qué solución propones? – preguntó un pescador
26.
Tienes que ir a su encuentro, Sam y decirles que deben reunirse en asamblea, y propones aquí, a London, como delegado
27.
¿Qué solución propones tú, Lisa?
28.
«¿Y por qué iba yo a querer entrar en el Hel? ¿Qué te propones, viejo farsante?»
29.
–¿Qué precio propones tú por la compra de un crucero de comercio?
30.
–Eso que propones, Juan, es absurdo
31.
¿Cómo propones llegar hasta la puerta si el resto del suelo está en el mismo estado?
32.
Están malditos por toda la eternidad, y tú propones que nos unamos a ellos
33.
-¿Es que te propones que nos maten a los dos? -demandó en un susurro mientras desanudaba la tira de cuero que rodeaba sus muñecas-
34.
–De todos modos, lo que propones compromete al resto del grupo
35.
—¿A qué distancia al sur de Shienar te propones dejarme? —preguntó Lan y, al no obtener respuesta de ella, asintió—
36.
—El enigma que me propones es difícil —admití—
37.
En cualquier caso, ¿cómo propones que se las capture? Están repartidas por todos los países, dedicadas a todo tipo de ocupaciones
38.
¿Cómo propones que se las encuentre ahora, entre todas las espontáneas que pululan por ahí y que la Torre desestimó porque eran «demasiado mayores» para hacerse novicias? Las Allegadas no tienen nada que las distinga y las haga sobresalir, Romanda
39.
–¿Qué te propones con esta exhibición?
40.
–¿Así pues, te propones derribar el poder con la ayuda de cinco humildes comerciantes?
41.
—¿Y qué solución propones?
42.
–El plan funcionará también con la solución que tú propones
43.
¡Hacer lo que propones sería una desobediencia y un riesgo inadmisibles!
44.
–¿No adviertes, Señor del Fuego -replicó Nadim, implacable-, que lo que me propones es el trueque de tu hambre por la mía y la de los míos?
45.
—Sí, y ésta es la única razón de que apruebe lo que propones —dijo la humana en tono altivo—
1.
en lo que me propongo, aun cuando no había terminado
2.
»Y no sólo me propongo ayudarle en el cumplimiento de la
3.
Espero que la solución que os propongo sea clara y que sean claros todos los pasos a seguir
4.
- Gracias juez Lharkid, propongo a las cuatro asambleas
5.
Para la mejor inteligencia de lo que me propongo examinar, recordaréel verdadero estado de la cuestion
6.
Esto es lo que me propongo hacer en loscapítulos siguientes
7.
Pero nótese bien que yo no me propongo descubrir en las obras de losescolásticos el
8.
propongo consignar y explicar los hechos en la esferaideológica, prescindiendo absolutamente
9.
conesto, que sea necesario renunciar á toda explicacion de la idea de launidad; solo me propongo
10.
—Colaborando conmigo en las investigaciones que me propongo emprender
11.
Lo cual es precisamente lo que me propongo hacer
12.
Yo me atrevo a elegir otro, no menos arbitrario pero quizá más apto para hacer lo que me propongo hacer en las páginas que siguen: describir la trama del golpe, un tejido casi inconsútil de conversaciones privadas, confidencias y sobrentendidos que a menudo sólo puede intentar reconstruirse a partir de testimonios indirectos, forzando los límites de lo posible hasta tocar lo probable y tratando de recortar con el patrón de lo verosímil la forma de la verdad
13.
He hecho suficiente para lo que me propongo, y soy ya un hombre bastante aburrido sin necesidad de eso
14.
-Lo que yo propongo, señor Poirot, es la formación de una brigada compuesta de los amigos y parientes de las víctimas de ese loco
15.
Propongo el alistamiento de todos los que tienen algo que ver con los tristes sucesos, v formar con ellos una legión, cuyos miembros cobrarán por sus servicios lo mismo que ganan en sus trabajos habituales, añadiendo los gastos adicionales
16.
Propongo que no hablemos más del accidente
17.
Después de la comida, propongo anunciar, simplemente mencionar el hecho, que las perlas han sido robadas y que ruego que todo el mundo permanezca en el comedor mientras se efectúa un registro
18.
¿No te das cuenta de que te propongo el mal menor, la mejor de las soluciones? Incluso para ese hideputa de Stregobor
19.
Entonces Schehrazada dijo: "¡Oh rey! ¡Si te he contado esa historia, tan diferente de las otras, ha sido más que nada por los versos admirables que contiene, y sobre todo, para disponerte mejor a la alegría que ha de causarte la que me propongo contar ahora, si tienes a bien permitirlo!"
20.
Enmiendo el pórtico, cuyos pilares me sabían a gótico; convierto el pavo en águila; borro el letrero, sustituyéndolo por el castigat ridendo mores; le quito al cielo unas nubes que parecían morcillas; indico una bandada de pajarillos que van volando para romper la monotonía del azul sin nubes; propongo algunas modificaciones en la estatua [58] para que se parezca más a la Comedia que a la Libertad, la proveo de ropa, le quito las Tablas de Ley que lleva en la mano izquierda, poniéndole un libro que diga Plauto, Calderón, Moratín
21.
Es posible que en el futuro acabe de dar forma a todos estos, pero ninguno de ellos presenta características tan sorprendentes como el extraño encadenamiento de circunstancias que me propongo describir a continuación
22.
Me propongo obtener una evaluación realista de la potencia militar de Estados Unidos, para el caso de que tuviésemos que defendernos de un ataque de los soviéticos -los cuatro ayudantes tomaban notas febrilmente-
23.
Así que les propongo lo siguiente: yo buscaré la información en las bibliotecas del monasterio y usted, Elvira, con la ayuda de Biao, hablará con los monjes
24.
Cuando me lo propongo, puedo ser muy silencioso
25.
–Me propongo señalar, Su Señoría, la existencia de un conflicto de intereses
26.
Yo sé ponerme muy patético, cuando me lo propongo, y les ponía en los cuernos de la luna el descubrimiento y sus consecuencias
27.
Me propongo continuar esta lucha al margen de las consecuencias, y le pediré ayuda mientras usted pueda brindármela
28.
Y cada vez que propongo colocar a una mujer, alguien empieza con los «peros»
29.
Me propongo hacerlo
30.
Conforme con el contenido de mi carta del 8 del corriente, le propongo aceptar la capitulación del ejército del Norte de Virginia con las condiciones siguientes:
31.
¿Me propongo venderlo sufriendo pérdidas o desvalorizándolo? No… Si esto es maldad, obren como quieran conmigo, y según las normas que prefieran
32.
En uno de las secciones TIC propongo justamente una estructura de ese tipo, denominada PISCO (propósito, ingreso, soluciones, elección, operación)
33.
Por eso les propongo que el día de la inauguración vigilemos
34.
–Siempre logro lo que me propongo -dijo el general, devolviéndole la sonrisa con expresión lasciva
35.
-No irá, siempre que lo procure por los medios que le propongo, y que son lo más elemental de la doctrina que profeso y quiero inculcar-le
36.
Propongo a la comisión que ofrezca el aparato de cine a los Ayuntamientos de los alrededores
37.
Para aquellos que (como yo hasta hace pocos años) no hayan visto nunca este tipo de roedores, que no sepan qué son sus depósitos cristalizados y que quizá no puedan imaginar su relevancia para la prehistoria anasazi, propongo un rápido curso intensivo sobre los análisis de depósitos cristalizados
38.
La secuencia de razones que propongo en este capítulo se solapa en parte con la de McGovern et al
39.
–En ese caso -dijo-, probablemente estará usted interesado en saber cómo me propongo…, esto…, derribar el molino de viento
40.
De acuerdo con mis directrices primarias, habiendo agotado las implicaciones de los datos almacenados de que dispongo, propongo ahora examinar el efecto de introducir material adicional por medio de la computación humana en este significativo nexo
41.
–No, te propongo el comienzo de una relación comercial que te hará próspero
42.
–Le propongo lo siguiente -dije muy decidida-: Cogeré ese magnetófono y le abriré de par en par mi corazón
43.
Si es cierto que las pasiones ciegan, que su efecto es tender ante nuestros ojos una nube que nos oculte los peligros de que están rodeadas, ¿cómo podemos suponer que los que están lejos de nosotros, como lo están los castigos anunciados por vuestro dios, puedan llegar a disipar esa nube que no disuelve siquiera la espada de las leyes, siempre suspendida sobre las pasiones? Por tanto, si está demostrado que este suplemento de frenos impuesto por la idea de un dios se vuelve inútil, si está probado que es peligroso por sus demás efectos, pregunto: ¿para qué puede, pues, servir, y en qué motivos hemos dé apoyarnos para prolongar su existencia? ¿Se me dirá que no estamos bastante maduros para consolidar aún nuestra revolución de una manera tan manifiesta? ¡Ah, conciudadanos míos, el camino que hemos recorrido desde el 89 era de otro tipo de dificultades que el que nos queda por recorrer, y hemos de trabajar sobre la opinión, para lo que os propongo, mucho menos de lo que la hemos atormentado en todos los sentidos desde la época de la caída de la Bastilla
44.
De modo que yo propongo que se vote ahora mismo que una comisión del Senado vaya a Cartago y, en colaboración con el Consejo de Ancianos de la ciudad, detenga a Aníbal y así conjuremos al menos una parte de este gran peligro que se cierne sobre nosotros
45.
Propongo que haya que ganar el derecho a llevar alas
46.
Propongo la creación de una academia de vuelo, abierta a cualquiera, a todo niño que sueñe con volar
47.
Propongo, por tanto, que la orden para la ejecución se expida inmediatamente
48.
Propongo fletar nuestro propio furgón y dirigirnos a la penitenciaría de Chifeng con las autorizaciones por escrito y en regla para ejecutar a Yin Daoming
49.
¡Quirites, propongo aquí y ahora que promulguemos una ley para investigar a naturaleza del senatus consultum ultimum que nuestro cónsul senior ha utilizado con efectos tan enérgicos durante los últimos días! ¡Han muerto varios hombres a causa del mismo! ¡Ahora se nos dice que a los tribunos de la plebe no se nos permite ejercer el veto a causa de ese decreto! ¡Ahora se nos dice que los tribunos de la plebe somos una vez más los ceros a la izquierda que éramos bajo la constitución de Sila! ¿Será la debacle de hoy el preludio de otro Sila en la persona de este charlatán defensor de ese senatus consultum ultimum? ¡Lo esgrime como si fuera una varita mágica! ¡Plaf! ¡Y los inconvenientes se desvanecen en el aire! Impone un senatus consultum ultimum; encadena y amordaza a los hombres a los que no ha dado muerte; acaba con los derechos de los romanos para reunirse con los miembros de su tribu para promulgar leyes o vetarlas
50.
Me propongo reestructurar nuestra sociedad para distribuir la riqueza de manera más equitativa
51.
Yo me propongo obtener mi parte en esas ganancias, antes de que el mercado esté saturado y el precio más bajo
52.
Antes de cenar convoco en reunión extraordinaria al primer y segundo segundos de a bordo y al doctor Agustinopoulos, así como al Gobernador, a quien por respeto llamo a consulta, y les digo que, ante la gravedad de la situación y siguiendo las instrucciones recibidas en la Academia de Mandos de Villalpando, me propongo poner en práctica una simulación de ataque proveniente del exterior como táctica diversiva en casos de conflicto interno
53.
Parece entusiasmada por oírme y, tan pronto como le propongo quedar, sugiere el lunes, lo cual demuestra bien a las claras su interés
54.
Valencia está tan cerca del Ecuador y tan lejos de Nueva York que muy pocos son los que conocen la intrincada historia de aquella desgraciada lucha que, me apresuro a añadir, temeroso de incurrir en el delito de difamación, no me propongo referir ahora
55.
–Me propongo situarme en una posición en la que ya no sea necesario
56.
Esto baste en lo que concierne a los Fictos, pues no me propongo relatar su historia, ni la de los Escotos que nacieron de ellos y de las mujeres de Hibernia
57.
Es más, cuando el célebre explorador se enteró de que éste iba a ser su nuevo puesto consular comentó: «Se han propuesto que muera, pero yo me propongo seguir con vida, para fastidiar a todos los diablos»
58.
No lo niego aquí ni ocultaré tampoco que esto era voluntario y que en una nueva continuación de este folleto, si alguna vez la escribo, me propongo llamar al objeto por su verdadero nombre y revestir el problema con una investidura histórica"
59.
– Propongo que se forme un comité de gobierno representativo para poner realmente en práctica la constitución
60.
Le propongo lo siguiente, tengo que estar en el tribunal a las nueve
61.
Propongo, en efecto, combinar la investigación de la Casa de la Moneda sobre el falsificador con la persecución de tu club de los que fabricaron los dispositivos infernales, ya que poseemos razones abundantes para creer que son los mismos
62.
Con la aquiescencia de mis hermanas… propongo que aplace usted las negociaciones con miss Karn
63.
Propongo que convirtamos la transacción en otra forma de pago
64.
Así que me propongo encargarme yo mismo de esta parte de la empresa, ya que es similar a lo que estoy haciendo
65.
Pero, bien lo sabes, si me lo propongo, soy una persona muy sociable, y me basta con un cuarto de hora para meterme en el bolsillo a cualquiera
66.
¿Acaso duermen sus oficiales de información? Propongo que celebremos un Consejo de Guerra dentro de media hora
67.
Me propongo reclamar mi herencia y castigar a los responsables de la muerte de Shigeru
68.
Propongo que nos pongamos en marcha de inmediato
69.
La cuestión es que propongo, aquí y ahora, que reemplacemos la estatua
70.
Te propongo poner un hombre en cada una de las shambas
71.
Y me propongo conseguir de ella una petición de clemencia
72.
En las condiciones que propongo, entro, vaya si entro
73.
Le propongo a Sara que le hable de la ruta de la seda, de la fascinación por la historia antigua y el pasado legendario de Asia central
74.
Si rechazamos esta posición extremista, las dunas de la playa de Marseillan son -y eso es lo que me propongo demostrar- el lugar adecuado para una proposición humanista, que intenta aumentar al máximo el placer de cada uno sin crear un sufrimiento moral insoportable a nadie
75.
Este es el primer eje de reflexión que les propongo explorar durante las próximas semanas: ¿hay lugar en el mercado de los clubs de vacaciones para una fórmula que no sea la del Club? Y, si es así, ¿podemos empezar a definirla, a hacernos una idea de la clientela a la que estaría dirigida?
76.
Éste es el segundo eje de reflexión que les propongo: es posible que la salvación de los clubs de vacaciones pase por una colaboración más estrecha con el tour operating
77.
Podría eludir el nombre del lugar en que ocurrió la historia que me propongo contarles, basada en un hecho estrictamente real
78.
Por esta razón me propongo despedirle, despedirle con ignominia del cargo que hasta ahora ha venido ejerciendo en este Centro; y me propongo asimismo solicitar su transferencia a un Subcentro del orden más bajo, y, para que su castigo sirva a los mejores intereses de la sociedad, tan alejado como sea posible de cualquier Centro importante de población
79.
Recordaba yo que, en una hermosa noche de luna, al principio de nuestras relaciones, una de las primeras veces que la acompañé, y cuando hubiera preferido no hacerlo y dejarla para irme con otras, le dije: «Te advierto que si te propongo acompañarte no es por celos; si tienes algo que hacer, me voy discretamente»
80.
Cada vez que daba sólo materialmente este mismo paso, resultaba inútil; pero si, olvidando la fiesta de Guermantes, lograba revivir lo que había sentido al posar así los pies, de nuevo me rozaba la visión deslumbrante e indistinta, como diciéndome: «Cógeme al paso si eres capaz de ello y procura resolver el enigma de felicidad que te propongo»
81.
—También puedo ser encantador cuando me lo propongo, Herr Liebermann
82.
Por todo lo anterior, te propongo adoptar el valor guía de la solidaridad en lugar de la tradicional fantasía de fusión y absorción emocional
83.
El edificio más espectacular será sin duda el gran templo de Marte ¾el más grande del mundo¾ que me propongo hacer construir en el lugar en que, en el año de los triunfos galo, egipcio, asiático y africano, dispusimos aquel vasto lago artificial en el que se realizó la batalla naval
84.
Ahora sé quién está detrás de ello y me propongo detenerlo
85.
Reconoce la lealtad de la intención con que me presento a ti, y confórmate con el arreglo que te propongo
86.
Que todos sepan que me propongo remediar sus males
87.
Te propongo una cosa: ¿haces algo el sábado durante el día?
88.
Yo propongo una interpretación más ambigua
89.
–Estoy insatisfecha del número de hospitales en las capitales de provincia y las pequeñas aglomeraciones; os propongo crear una decena de establecimientos, siguiendo el modelo de Menfis
90.
–Es preciso tener en cuenta la calidad de la roca y las orientaciones deseadas por los anteriores faraones para componer un conjunto armónico… Por eso propongo este emplazamiento, al oeste de la tumba de vuestro padre Ramsés el Grande y claramente por encima, en la ladera de la montaña
91.
–La guerra civil me horroriza a mí también, majestad; por eso, el plan que os propongo consiste en evitarla, al tiempo que permite la reunificación del país, a la que aspira cualquier egipcio
92.
El comercio con China es una gran fuente de riqueza para los Takashi, y con mi propio conocimiento de las cosas chinas me propongo humildemente ayudarlos
93.
–Me propongo salir de Torre del Alce con una banda de hombres selectos para intentar seguir los pasos que dio el rey Sapiencia hace mucho tiempo
94.
Pero sus sentimientos, lo que siente por ti…, eso es el aire que respira, y cuando estamos juntos en la Habilidad, unidos mente con mente, sé cuáles son sus sensaciones, tanto si me lo propongo como si no
95.
–Estoy conforme en abandonar la falúa y tomar el trineo –respondió el doctor–, pero en lugar de atravesar Lincoln, propongo pasar en trineo el estrecho de Jones y ganar el Devon Septentrional
96.
Les propongo un veinte por ciento
97.
—He leído en el periódico que las mujeres pueden presentarse a las próximas elecciones, y yo propongo que Ethel Williams sea nuestra candidata
1.
Del Sí he hablado ya en mis libros y en una serie de carteleras precedentes, proponiendo una descripción muy distinta de la que está en vigor en Oriente
2.
Está claro que Homero está proponiendo un camino hacia la inmortalidad que es superior a cualquier otro tipo de inmortalidad que los hombres hayan inventado jamás y es por ello que la llama “gloriosa”
3.
adoptando una navegación másintuitiva en la página de entrada, proponiendo combinaciones de
4.
proponiendo en su pensamiento lo que había de hacer, se bajó delagujero y se fue a la
5.
Aclararé laregla proponiendo un ejemplo de los mas
6.
conferenciadoambos, proponiendo Sarto seguir al pie de la letra
7.
de religion para ser creidos,consiguen muchas veces su intento: y proponiendo ellos
8.
Mi tía los pusode acuerdo, proponiendo que se
9.
esperaba,sin duda, que el otro dijera algo, proponiendo una fórmula deconciliación
10.
como se lo está proponiendo en este momento a Pérez, elque se
11.
instalación doméstica, queNina resolvió proponiendo armar su
12.
–Creo que ustedes podrían encontrar mejor manera de matar el tiempo -dijo- que ir proponiendo adivinanzas sin solución
13.
Te estoy proponiendo cometer un delito severamente castigado por las leyes del Imperio, pero que se me antoja casi una nimiedad en comparación con el delito, amparándose en esas mismas leyes, que está a punto de cometerse en la persona de tu hija
14.
Proponiendo la pena de muerte contra él no hacia más que confirmar el veredicto
15.
Vuelve muy alterada y renuncia a sus iniciales propósitos de investigación, proponiendo a los vocales de la comisión, entre ellos los doctores Martínez y Clavera, «hacer todos las maletas y marcharnos»
16.
Yo estoy proponiendo un programa de trabajo, de administración
17.
En efecto, Lawrence les estaba proponiendo levantar el presupuesto de la agencia espacial casi tres veces sin pasar antes por el Congreso
18.
Y ahora me estaba proponiendo repetirlo
19.
Estaba proponiendo un cambio trascendental en el planeamiento de la misión, y estaba por ende yendo mucho más allá del campo de sus atribuciones
20.
aprendiz, hay después de El león de Comarre un ensayo proponiendo el empleo de
21.
—¡Lucio Julio —terció Cepio—, eso es absurdo! Con la simple evidencia de dos incidentes en dos ciudades estamos decretando el restablecimiento del tributum, hablando de poner quince legiones en pie de guerra, delegando senadores para que organicen la compra de miles y miles de mallas, espadas, etcétera, enviando gobernadores a provincias que oficialmente no denominamos provincias… ¡Acabarás proponiendo que se recluten a todos los varones de menos de treinta y cinco años que sean ciudadanos romanos o latinos!
22.
Corrían voces de que se habían interceptado cartas de Maroto a generales de Isabel, proponiendo condiciones para dar el pasaporte a Don Carlos; mas alguien sostenía con visos de autoridad que la tal correspondencia era falsa, obra pérfida de los fueristas de Muñagorri y de otros intrigantes que hormigueaban en la frontera, protegidos por el Gobierno de Madrid y el Comodoro inglés Lord John Hay, vulgarmente llamado Lorchón
23.
No queriendo dudar, dudaba; la niña, fuese por estudio, fuese porque así lo dictaba la realidad, a lo mejor salía proponiendo ruptura
24.
Defendió María Ignacia con calor la visita, y resumió graciosamente el Cura las diferentes manifestaciones proponiendo ir todos, menos mi madre, a quien contaríamos lo que viésemos, en la seguridad de que ni rastro de demonios o duendes habíamos de encontrar en aquellas alturas
25.
La segunda objeción, la de que tendrían que someter al niño a los azares y fatigas de un largo viaje, la rechazó proponiendo en su lugar la posibilidad de viajar a Exeter a su aire y con su propio medio de transporte, y que después, al llegar al ferrocarril de Exeter, podían reservar un vagón para ellos solos, asegurándose así viajar cómodamente
26.
A cada momento salían de los escaños voces de arbitristas proponiendo enérgicas panaceas para curar, con rápido tratamiento, los males de la Nación
27.
–Los astrónomos -continuó Sheerin- anduvieron a ciegas durante años, proponiendo cada uno una teoría más insostenible que la anterior, hasta que Aton tuvo la inspiración de consultar al Culto
28.
Termino de recibir su comunicación del día de la fecha, proponiendo un armisticio y la designación de comisarios para ajustar las condiciones de la capitulación
29.
Recuerdo a Mystra cuando trataba de hacer lo que tú estás proponiendo
30.
Guillermina cortó las dificultades, proponiendo que le llevaran a su casa
31.
Siempre se estaba proponiendo cosas por el estilo
32.
A todos se les ha proporcionado la fuente original de esa frase, pero quizás no han tenido tiempo de escuchar la cinta de Rex Quant en forma de… ejem… memorándum, proponiendo la teoría que debemos a su sagacidad
33.
–¿Me estás proponiendo que la mate en el supuesto de que caiga en manos de los alemanes?
34.
Y ahora me estaba proponiendo repetido
35.
MORGAN PROPONIENDO AL BANCO DE ESPAÑA LA ACEPTACIÓN DEL PLAN DE BANESTO
36.
Ante todo por una cosa: porque en el seno del Banco de España, por sus dos máximos representantes, se estaba proponiendo una transacción que, de haberse efectuado, podría haber supuesto claramente la utilización de información privilegiada, porque solamente el gobernador, el subgobernador y yo conocíamos en aquellos momentos —teóricamente, al menos— que era posible una intervención de Banesto y, consiguientemente, el vender unas acciones en esas circunstancias hubiera sido grave
37.
mismo para tal menester, proponiendo que tres generales participaran con él
38.
Lo que estáis proponiendo es una traición, Lord Baelish
39.
Había cierta elegancia en lo que Ponter estaba proponiendo
40.
Desde allí envió una embajada proponiendo la paz
41.
–¿Estás proponiendo por tanto la disolución de esta logia, hermano Furst?
42.
–¡Lucio Julio -terció Cepio-, eso es absurdo! Con la simple evidencia de dos incidentes en dos ciudades estamos decretando el restablecimiento del tributum, hablando de poner quince legiones en pie de guerra, delegando senadores para que organicen la compra de miles y miles de mallas, espadas, etcétera, enviando gobernadores a provincias que oficialmente no denominamos provincias… ¡Acabarás proponiendo que se recluten a todos los varones de menos de treinta y cinco años que sean ciudadanos romanos o latinos!
43.
–Cierto, pero no estoy proponiendo una enmienda, sino anunciando su existencia
44.
–Supongo que no estará usted proponiendo en serio eso de construir un túnel por debajo de las colinas del Cleene, ¿no?
45.
Quizás el le esta proponiendo un baile mas sensual en casa, solos, con una música mas dulce
46.
Durante los primeros nueve meses de 1935, envió más de diez comunicados oficiales al PSOE, proponiendo una variedad de grupos conjuntos y actividades, mientras se quejaba de la falta de respuesta socialista [10]
47.
Estaba de acuerdo con la prioridad del PCE de ampliar rápidamente los inciertos grupos de la Alianza Obrera, proponiendo en mayo la formación de un comité de enlace con el PCE y el PSOE
48.
Nunca había niños suficientes, ni suficientes Interfaces…, las Naciones Unidas habían dictaminado una vez más una resolución proponiendo que los lingüistas fueran obligados por Ley a establecer una de las Casas en la Federación de América Central, una en Australia, otra en algún otro lugar…, ¡no era justo, tronaron los delegados, que todas las Casas estuvieran localizadas en los Estados Unidos y en Europa Unida y en África, cuando todo el mundo las necesitaba por igual! Y luego, naturalmente, las delegaciones de las confederaciones africanas y de Europa Unida saltaron para protestar que ellas no podían ser incluidas en las acusaciones de imperialismo lingüístico, ya que eran los Estados Unidos los que atesoraban a diez de las trece Líneas
49.
A veces la voz se me escapaba y se volvía un graznido cuando narraba los horrores que los latifundistas, los jueces y las milicias de los señores de la guerra cometían contra las asociaciones campesinas y las aldeas; hable de que hay límites en la historia y en los comportamientos de los hombres y que estos límites en el horror se habían rebasado; no podíamos frenar la justa demanda de los campesinos por la reducción de las rentas, ni siquiera estábamos, a pesar de las voces que cada vez se escuchaban más intensamente, proponiendo un reparto agrario, tan sólo la moderación de los excesos de los latifundistas
50.
En el esquema que estoy proponiendo, no debería haber ningún parámetro adicional, tal como l
51.
Si el truco se hace varias veces, para evitar que el secreto sea descubierto se puede variar la última operación proponiendo, por ejemplo, dividir por 9 el número 1089 y sumar la edad al cociente
52.
–No te están proponiendo unas vacaciones en el monasterio de Poblet, idiota, te están proponiendo que pases el resto de tu vida aquí dentro
53.
¿Por qué estaba tan quieto? ¿Qué ocultaba en su silencio y su inmovilidad? Y una nueva pregunta surgió por entonces: ¿a quién de los dos, a mi padre o a mi madre, me parezco yo mismo más en el fondo? Fernando Campos se daba cuenta de que al hacer acerca de sí mismo una declaración como la que acababa de hacer ante su padre, no estaba proponiendo nada concreto: no estaba preguntando nada o exponiendo un problema o una dificultad: estaba sencillamente imponiéndose
54.
Y no bien aterrizó en Ankara, al primer ministro turco Recep Tayyip Erdo-gan, quien muy a su pesar, con repugnancia, tuvo que ir al aeropuer-to a recibirlo en busca de su apoyo para el ingreso de Turquía a la Unión Europea, le expresó que no sólo podía contar con él sino que se sumaba a la Alianza de Civilizaciones que Erdogán y el presidente del gobierno español habían venido proponiendo
55.
¡Como si él fuera un mancebito! Fuentes bien informadas cercanas al Espíritu Santo han dejado saber que en plena desespera-ción los pocos cardenales liberales (¿liberales?) andaban proponiendo al cardenal argentino Jorge Bergoglio para oponérselo a Ratzinger, pero que los dos cardenales colombianos, Darío Castrillón Hoyos y Alfonso López Trujillo, amantes ambos del orden y el sexo fuerte, ali-nearon el bloque de los veinte cardenales latinoamericanos detrás de éste
56.
Controvertir un punto dudoso, proponiendo las razones, pruebas y fundamentos de una y otra parte
57.
–¿Estás proponiendo incendiar el local para culpar a la Muerte Roja?
58.
Había cierta elegancia en lo que Ponter estaba proponiendo,
59.
Los marineros, que parecían haber impuesto su voluntad al capitán durante aquella larga campaña, se reunieron en conciliábulo, proponiendo los unos invernar en Terranova para volver al año siguiente a buscar el paso, y queriendo los otros dirigirse a Irlanda
60.
—Si el káiser escribiera a los aliados proponiendo una conferencia de paz, el presidente Wilson respaldaría públicamente la propuesta
61.
Si pensaban a tan largo plazo, podrían intentar moderar o cambiar radicalmente lo que Grigori estaba proponiendo
62.
Tom se preguntaba cuánto le costaría lo que le estaba proponiendo
63.
¿Me estás proponiendo un cambio?
1.
–Creo que proponéis interpretaciones muy rebuscadas -dijo al fin-
2.
¿Puedo preguntar quién os proponéis que gobierne aquí?
1.
Laborioso, paciente y muy erudito, proponía comomodelos únicos, dignos de imitación, las obras clásicas de la antigüedady de los franceses, insistiendo en la necesidad de escribir conclaridad, pureza, elegancia y corrección; sostuvo con Bodmer largos añoscontinuas y acres polémicas literarias, porque este decidido partidariode Milton y Shakespeare miraba la crítica de Gottsched como pobre,dañosa y estrecha, creyendo que la imaginación del poeta debía campearmás libremente, dando la preferencia al fondo de sus obras sin cuidarsede su forma
2.
proponía a la sobrina y le decía las calidadesde cada uno en particular, de los muchos que por
3.
siendo joven está ya harto de traiciones, proponía a los
4.
El profesor Flimnap se proponía entrar ahora en las habitacionesparticulares de uno de los altos señores del Consejo Ejecutivo, quemomentáneamente era el presidente del supremo organismo
5.
proponía trastornar los fundamentosde la tierra y la fe de los hombres
6.
proponía hacer proyectar los rayos de las luces de suPrensa hasta el otro lado de los
7.
nombreentre los cinco elegidos y se proponía pedir cuenta de aquel desacato
8.
y en ella se proponía permanecer hasta el invierno
9.
detal asunto y le proponía planes de ataque y medios para entrar en laplaza por sorpresa
10.
de sus conocimientos y habilidad en el arte de Terpsícore(otra frase que Trifón se proponía
11.
¿Quién le ponía el cascabel algato? ¿Quién proponía a
12.
Ahora bien, yo proponía a Ripamilán
13.
Se acordó del estanciero Rojas y lo queéste se proponía hacer con su rebenque para castigar las maldades deaquella hembra
14.
¿Qué se proponía el capitán? De prontosonó el pito del
15.
«Cienmarcos», proponía uno
16.
Embrollaba losnombres de las calles y proponía visitas á
17.
proponía, y me dispuse en el acto a echarme a lamontaña, que
18.
Pero Bonis proponía y Emma disponía
19.
mensual, mientrasllegase el feliz día del casorio, le proponía vivir en casa de
20.
el valor del principio? Sí,lo tendría, se proponía tenerlo, aunque muriera en las
21.
difícil papel y lassúplicas y razones con que se proponía domar al indomable y
22.
muriera que pasar por la degradación que se le proponía
23.
—Claro está, y según parece lo que don Casiano se proponía
24.
Sin falsa modestia, puedo asegurar que tanto la influencia que tuve sobre Tallien en Burdeos como la que ejercí durante la conjura contra Robespierre no era nada comparable con la que me proponía tener de ahí en adelante para ayudar a todos los que, como yo, tanto habían sufrido durante El Terror
25.
El taxista no tuvo mejor idea que ilustrarme con una conferencia en la que se proponía explicarme, según entreví, que los ingleses jamás podrían reconquistar las Malvinas con esa murga de flota que acababan de enviar
26.
Creo que acudió a la reunión con la intención de anunciar a sus colegas que había descubierto la solución al problema de los tres cuerpos y que se proponía continuar su investigación hasta el final y presentar un trabajo al concurso por su cuenta
27.
Decidió entonces dirigirse a «El Cordero y la Bandera», donde se proponía recuperar fuerzas haciéndose servir una buena y abundante comida
28.
Para aquel entonces Armada sentía que todo conspiraba a su favor, y la prueba es que, sin duda aconsejado por él, días atrás Milans había vuelto a reunir a su gente o a parte de su gente en General Cabrera para asegurarle que el golpe quedaba congelado hasta nuevo aviso porque la caída del presidente del gobierno y el traslado inmediato de Armada a Madrid significaban que el golpe era innecesario y que la Operación Armada había arrancado: a la mañana siguiente de la dimisión de Suárez los periódicos se llenaron de hipótesis de gobiernos de coalición o de concentración o de unidad, los partidos políticos se ofrecían a participar en ellos o buscaban apoyos para ellos y el nombre de Armada corría de boca en boca en el pequeño Madrid del poder, promocionado por personas de su entorno como el periodista Emilio Romero, que el 31 de enero proponía al general en su columna de ABC como nuevo presidente del gobierno; tres días más tarde el Rey llamó por teléfono a Armada y le dijo que acababa de firmar el decreto de su nombramiento como segundo jefe de Estado Mayor del ejército y que preparara las maletas porque volvía a Madrid
29.
Ignacio era feroz cuando se proponía una cosa, siendo casi imposible escaparle
30.
Cuando proponía alguna diversión en casa, la respuesta invariable era: "No, porque molestará a los nenes"
31.
En el momento en que trataba de calmarse, y en que en lugar de aquel porvenir político que había visto algunas veces en sus sueños de ambición, se proponía un porvenir limitado al hogar doméstico, el ruido de un carruaje resonó en el patio; después oyó en la escalera los pasos de una persona de edad, y después gemidos y ayes que tan bien saben fingir los criados cuando quieren aparentar que participan del dolor de sus amos
32.
Y cuando en Francia me proponía sacar dinero de algún pícaro labriego ricachón (cosa casi imposible), me agradaba la idea de ver destacarse su indignada cabeza contra el fondo gris de los álamos trasquilados, en esas solemnes llanuras de las Galias donde ronda el potente espíritu de Millet
33.
(Me proponía seguir viaje hasta La Habana
34.
No era probable que las sirvientas francesas se acercasen al muerto, y, en todo caso, Renauld se proponía tomar sus medidas para engañar a todos los que no pudieran apreciar detalles
35.
La mujer había tenido la amabilidad de invitarlo a tomar el té y, por consiguiente, se hizo el firme propósito de averiguar exactamente qué se proponía hacer en el pueblo aquel pequeño y raro extranjero
36.
Desapareció la sorpresa del rostro del empleado, y Frankie salió de la oficina llevando las llaves de la casa que le interesaba y de otras dos que no se proponía visitar
37.
Y Giles, que resultaba ser un hombre locuaz y persuasivo cuando se lo proponía, recurrió a una historia bien urdida
38.
—¿Se ha sugerido que Elinor Carlisle esperaba que la muerte de la muchacha se atribuyera a la intoxicación de los alimentos? ¿Cómo se proponía ella explicar el hecho de que tan sólo un miembro del grupo fuese afectado?
39.
Su libro proponía que la muerte, con su ancestral carga de terrores, es sólo el abandono de una cáscara inservible, mientras el espíritu se reintegra en la energía única del cosmos
40.
Nasuada se quedó en silencio otra vez, y todos los que estaban en el pabellón, incluido Roran, esperaron a ver qué proponía
41.
Don Manuel le confió que un clérigo buen amigo suyo, especialista en volúmenes que versasen sobre temas de la Iglesia o de órdenes religiosas y que frecuentemente le proponía cambios sobre libros cuyos temas interesaban a uno y no al otro, le había pedido a raíz de los comentarios laudatorios que sobre su persona había emitido en cantidad de ocasiones que le prestase un tiempo a Mateo para poner un poco de orden en su archivo y realizar una labor pareja a la que había llevado a cabo, con tan buen resultado, en casa de don Manuel; éste no tenía inconveniente alguno en hacerle el favor siempre y cuando Mateo no pusiera alguna objeción
42.
Él proponía que aprovecharan la oportunidad y vendieran cuanto antes, porque no tenían otra salida
43.
Ella me ha alentado y se ha dado cuenta desde el principio, cuando la incomprensión arreciaba, de que era sencillo y bueno lo que me proponía
44.
Hoy se proponía dar una buena vuelta, estaba entumecido
45.
Como si acabara de descubrir que estaba lloviendo, cuando se proponía tomar el sol
46.
Pero, ¿no creía el exportador que era una obligación mantener a la Asociación Comercial equidistante de las luchas políticas, exactamente como un terreno neutral en el que las fuerzas opuestas pudiesen colaborar para el bien de Ilhéus y de la Patria? Lo que él proponía era unir las dos listas, creando dos vicepresidencias, dividiendo las secretarías, y los dos puestos de tesorero, los de oradores y bibliotecario
47.
¿Qué nombre le pondría? Mundinho proponía "El tenedor de plata"
48.
Bien, si Hal no quería abordar el tema, tampoco él se proponía hacerlo
49.
Había comprendido lo que Ro se proponía, pero no podía detenerle
50.
La ira se desbordaba en mí, mas viendo que era imposible escapar del poder de tan vil enemigo, acepté lo que me proponía, reconociendo que entre morir y ser encerrado durante un espacio de tiempo que no podía ser largo; entre la denuncia como espía y una retención pasajera, la elección no era dudosa
51.
El marqués de Mataflorida (2), proponía el establecimiento del absolutismo puro; Balmaseda, comisionado por el Gobierno francés para tratar este asunto, también estaba por lo despótico, aunque no en grado tan furioso; Morejón se abrazaba a la Carta francesa; Eguía sostenía el veto absoluto y las dos Cámaras a pesar de no saber lo que eran una cosa y otra, y Saldaña, nombrado como una especie de quinto en discordia, no se resolvía ni por la tiranía entera ni por la tiranía a media miel
52.
Ildefonso todo un hombre, y no había más remedio que bajar la cabeza ante su voluntad, juntamente rigorista y protectora, aceptando los procedimientos pacíficos [225] que proponía, los cuales significaban decencia, lógica y facilidad
53.
Kathy, en cambio, opinó que debían seguir las recomendaciones de los capellanes y acatar lo que proponía la Iglesia
54.
000 pesos para extender operaciones a los llanos de Castilla, y como el pretendiente no podía darle ni municiones ni dinero en tal cantidad, porque no tenía de dónde sacarlo, contaban todos con el desfallecimiento de la causa, para dar al traste con ella, si antes no apencaba con el arreglo que se le proponía
55.
Proponía que la brava guarnición de Guardamino, prisionera de guerra, fuese canjeada por igual número de liberales que los carlistas tenían en sus depósitos
56.
El decoro de la familia [126] exigía que todo siguiese en el mismo aspecto y decoración, y si el padre tal criterio proponía, las chicas le daban quince y raya en las demostraciones para mantenerlo coram populo
57.
A continuación habló el presidente para explicar las razones por las cuales se proponía a Betty Rodgers como candidata
58.
Se enfurecía esta defendiendo la verdad de lo que había visto, y sin hacer caso de su fiel doméstica, que le proponía volver a casa, metiose con paso vivo por las calles del Río y del Reloj, hasta dar en la plazuela de Ministerios
59.
En su breve carta, don Juan le proponía restablecimiento de relaciones, olvidando todo lo pasado
60.
Proponía que todos los hombres sinceros se unieran para establecer una síntesis científica para encontrar el sistema perfecto para el desarrollo de las “artes” (ocultas)
61.
Proponía que todo esto fuera dirigido por una Hermandad de Iluminados, Hijos de la Luz, quienes habían sido iniciados en los misterios del Oriente por un alto miembro de la Jerarquía de Adeptos, y estaban capacitados para llevar la Era a su Perfección
62.
Sólo ayer el príncipe de Talleyrand me dijo que Nesselrode lo había informado, oficialmente, del disgusto con que Su Majestad el Emperador Alejandro veía el escaso número de escarmientos que el gobierno del rey se proponía efectuar, particularmente entre los militares
63.
Informó de que Cabeza de Víbora se proponía soltar a los prisioneros en el camino que bajaba hasta el puerto, con la condición de que subieran a un barco y no regresaran jamás
64.
Debió de querer que, en medio de un terror indescriptible, ella se imaginara todas las cosas horrendas que él se proponía hacerle… mientras miraba a su alrededor, cortaba los cordones y empezaba a atarla…
65.
, proponía una interesante metáfora del prepucio de Jesús como anillo nupcial de las doncellas que consagran su virginidad al señor: «Jesús envía a sus esposas el anillo de carne de su preciosísimo prepucio
66.
Michelson se proponía apuntar el interferómetro en varias direcciones respecto al movimiento terrestre, para detectar el efecto del éter midiendo el desfase de los rayos disociados a su retorno
67.
El pequeño cabrón intentaba figurase qué se proponía
68.
Jennifer comprendió qué se proponía el piloto
69.
Y en cuanto a su investigación financiera de NoviRus, ¿el hecho de que Zurin lo eligiera a usted como investigador no le sugiere que no se proponía realizar una investigación en serio?
70.
Su dulce e invariable candor reclamaba indulgencia constantemente y proponía la posibilidad de una equivocación; pero todo el mundo tenía a Darcy por el peor de los hombres
71.
–O bien las llaves en realidad no han desaparecido y están en alguna parte del piso, o bien el asesino se proponía alguna otra cosa cuando las robó
72.
no pudo evitar sentir que Van Gogh había creado algo muy distinto de lo que se proponía
73.
Pero Míster Bones no se proponía nada tan vulgar como suicidarse
74.
—No me proponía llevarlo ante los tribunales, majestad —replicó con ceño torvo Sparhawk, apoyando la mano en la empuñadura de la espada—
75.
El ilustre Gobseck, el maestro de los Palma, de los Gigonnet, de los Werbrust, de los Keller y de los Nucingen, habiéndose encontrado en una quiebra en la que se proponía tratar duramente a un comerciante que le había jugado una mala pasada, recibió letras que vencían después del concordato, una suma que, unida a la del dividendo, constituía la totalidad de su crédito
76.
Con las ventanas de la nariz dilatadas, Vanion se echó atrás la capa para que no le estorbara los movimientos del brazo con que se proponía empuñar la espada
77.
Había pasado la mañana discutiendo violentamente con el conde de Lenda acerca de un nuevo impuesto que éste proponía, y Lenda lo había acusado a gritos de desmantelar sistemáticamente el gobierno con su excesiva preocupación por el bienestar del consentido y holgazán campesinado
78.
Pese a las seguridades que le habían proporcionado Seda y Durnik y a las esperanzadoras implicaciones del comentario del conde Nilden respecto a que se proponía darles un aspecto más presentable, la amenaza de una mazmorra húmeda, fría e infestada de ratas, con sus máquinas de tortura y otros detalles desagradables, seguía pareciéndole muy real al muchacho
79.
Supo de inmediato lo que se proponía hacer
80.
El piloto de la Honda se proponía saltarlos
81.
hombre prudente, y sabía que el conocimiento de los hechos, pero sobre todo saber manipularlos, era esencial para quien se proponía conseguir algún objetivo
82.
Se proponía comprobar si la gravitación universal era realmente universal observando los satélites de Júpiter
83.
El objeto que Su Majestad se proponía al plantear la cuestión puede, por tanto, considerarse que ha sido alcanzado"
84.
No había duda, usted era un hombre que conseguía lo que se proponía
85.
Sabía dónde estaba sepultado su padre por un plano que le había entregado Gómez con el informe, y aunque no se proponía visitarlo, terminó subiendo la montaña de los muertos hasta detenerse en el lugar indicado
86.
¿Y si le proponía dormir en habitaciones separadas? O mejor aún, ¿en casas separadas? ¿Y si se separaban de una vez?
87.
Proponía como fecha de la invasión el 17 de mayo, y una fuerza aerotransportada compuesta por dos divisiones más tropas de cuerpos de élite y elementos dispersos
88.
Alguien se proponía regresar
89.
La exposición se proponía concentrar en París las cosas del
90.
–Estamos bien -dijo el padre que, obviamente, se proponía hacer esfuerzos por acaparar la conversación y evitar la intervención de la madre
91.
Se proponía aliviar la presión a los compañeros de la montaña, aislados y perseguidos hacía meses; abrir otros frentes
92.
La segunda línea describía el medio o los medios con los que Valis se proponía crear
93.
Por segunda vez Roger Frey tomó aliento y se lanzó a una sucinta enumeración de las medidas que se proponía adoptar
94.
Fiel a la estimación que a Doña Francisca debía, la visitaba Ponte diariamente mañana y tarde, y un sábado anunció para el siguiente domingo la excursión al Pardo, en que se proponía re-verdecer sus aficiones y habilidades caballeres-cas
95.
Una vez en el compartimento, se produjo una discusión entre el sargento de la Policía Militar, que pretendía que Roschmann conservara puestas las esposas durante todo el viaje, y el sargento del Servicio de Seguridad, que proponía que se las quitaran
96.
Balaguer y Mejía consiguieron ese objetivo mediante una inteligente maniobra legislativa, según la cual enmendaban la propuesta del presidente Fernández con una cláusula adicional que hacía que la red de reservas naturales dejara de ampararse en una orden ejecutiva (y, por tanto, sujeta a modificaciones como las que proponía Fernández) para quedar administrada por una ley general, bajo condiciones similares a las que había quedado en 1996 al final del último período presidencial de Balaguer y antes de las maniobras de Fernández
97.
Esa sonrisa despertó en K la impresión de que no se proponía cubrir contradicciones en las palabras del pintor, sino en el mismo procedimiento judicial
1.
O aceptábamos a ayudarles, o rechazaban la firma del tratado que les proponíamos
2.
Nos proponíamos preparar las intervenciones de cada uno cuando una llamada de Willy Brandt lo complicó todo, al menos para mí
3.
Siguieron otros pueblos y todo funcionaba muy bien; pero encontrábamos una traba, en el momento en que les proponíamos que se unieran a la asociación, los campesinos contestaban:
4.
Cada vez, una muchacha se parece tan poco a lo que era la vez anterior (haciendo añicos en cuanto la divisamos el recuerdo que conservábamos y el deseo que nos proponíamos) que la estabilidad de naturaleza que le atribuimos es sólo ficticia y por comodidad de lenguaje
5.
[13] Hemos contado su historia y su leyenda, al tiempo que proponíamos una nueva interpretación de su acción política, en La Reina Sol, Ediciones Martínez Roca, Barcelona, 1991
1.
elcuarto del rey; en que me proponían, por último, el castigode Calderón
2.
en ella se proponían
3.
Los abrumadores animales se proponían inundar con sus huestes las regiones montañosas, protegiendo a los ogros y otras cuadrillas de su bando ligadas a la tierra que, en una acción conjunta, salían también en apretados y abundantísimos tropeles de sus guaridas en las escarpadas cumbres
4.
Dirigidas por jefes nacionales locales de la talla de Ladislao de Hungría y el general magiar Juan Hunyadi, las huestes cruzadas se proponían bajar por el litoral de Bulgaria, liberar a Constantinopla y limpiar de turcos la península Balcánica
5.
Se proponían atacar el cielo, destruir a Dios y poner ídolos en su lugar
6.
Lo que se proponían no era utilizar la abrazadera por cable y luego remolcarse con ella, sino entrar en contacto con la misma grúa de carga de la Orgullo y abordarla utilizando su energía
7.
Los tres amigos, después de pasar por el fondo del invernadero, se proponían dar la vuelta la casa para entrar por la puerta del frente, ando, al acercarse al ángulo que formaba el tedio con el cuerpo principal del edificio, tuvieron la sensación que experimenta el que asusta un pájaro
8.
Aunque hubiesen sufrido una sangrienta derrota, se proponían continuar la lucha, contando con la solidez del recinto
9.
La carta contenía una invitación para los oficiales de la nave y los marineros a un fandango nocturno con que se proponían festejar su llegada
10.
El rostro de Eragon se endureció cuando se dio cuenta de lo que le proponían
11.
¿Qué se podía esperar de un ser así? Aquello era la crueldad de un maníaco, pero los que conformaban y proponían las leyes, para que el Reichstag{115} las sancionara y promulgara, eran juristas competentes, y las que habían decretado a lo largo de aquel año, en cualquier país civilizado, hubieran hecho enrojecer hasta al último de sus jueces
12.
De esta manera había comenzado el juego de la «Ruleta Europeana», como solían denominarlo los administradores cada vez que los científicos proponían acercarse más al satélite
13.
Y se adelantó resueltamente hacia el joven Nur, y le dijo, deslizándole una mirada cargada de tentaciones: "¿Es que no soy lo bastante bella ¡oh mi señor! para que te dignes pujar tú?" El joven contestó: "¡Oh soberana mía! ¿acaso hay por el mundo una belleza que se te pueda comparar?" Ella preguntó: "¿Por qué, pues, me has desdeñado, cuando me proponían al mejor postor?" ¡Sin duda no me encuentras de tu agrado!" El joven contestó: "Alah te bendiga, ¡oh mi señora! En verdad que de estar en mi país te hubiese comprado con todas las riquezas y los bienes todos que posee mi mano
14.
Algunos incluso proponían seguir votando a favor de Bradley en la segunda ronda, por si no se rompía el empate en la convención y tuvieran que recurrir a su hombre como solución de compromiso
15.
Proponían que lo primero debía ser que Prim desembarcase, y luego que en tierra estuviera dispuesto a ponerse al frente de las tropas, estas saldrían de sus cuarteles y
16.
Mientras comían, Jason relató lo sucedido en la reunión del cuerpo médico y agregó que todos los profesionales se proponían aumentar la calidad de las ergometrías
17.
Además, los periodistas habían esperado otro tipo de declaración por parte de Adela y ahora se proponían llegar hasta ella para cumplir con su trabajo
18.
Pero las reformas sociales y económicas que proponían se estrellaron contra la inercia de la sociedad española, con el sopar secular de sus clases
19.
Las cartas del general Grant, que proponían la capitulación, y la respuesta del general Lee han provocado una discusión sobre la suerte que seguiría el pueblo del Sur, y la situación en la cual quedaría a consecuencia del derrumbe de nuestra causa
20.
A todos cuantos se proponían ayudar al enfermo, haciendo la vida imposible para el sano, no se les ocurrió que un hombre que acepte trabajar forzadamente se convierte en un bruto tan peligroso que no se le podría confiar ni el cuidado de un corral
21.
A estas palabras sólo nos queda alzar los ojos hacia el cielo y exclámar: ¡Dios mío! ¿Qué se proponían con todo esto? Teniendo 13 años William podía jactarse de que había aprendido una lengua por cada año de vida
22.
Se proponían también otros temas, pero el mencionado era probablemente el más interesante
23.
Mientras tanto no estaba muy decidido a seguir el consejo de los amigos matemáticos, quienes le proponían marchara a Cambridge para estudiar la Matemática ortodoxa, pues Boole continuaba con sus penosos trabajos de la docencia elemental sin una queja, debido a que sus padres dependían ahora completamente de sus ingresos
24.
Se proponían obligar a la Corporación Pórtico a que les pagase una recompensa por valor de diez millones de dólares
25.
Habían acabado de organizar la expedición de castigo y los hombres se proponían encontrar en los alrededores a la gente que estuviera lista para participar
26.
Dijeron que eran turistas que se proponían hacer una excursión de pesca en alta mar y alquilaron un yate provisto de motor
27.
Nada de cuanto yo dijera, dije, debía causarles desazón, pues aunque al final de mi alocución alguien pudiera encontrarse con una irrefutable acusación de asesinato sobre sus espaldas, mis razonamientos y conclusiones tenían una finalidad puramente aclaratoria, didáctica y en último término festiva y en modo alguno se proponían enturbiar la atmósfera distendida y cordial que allí reinaba
28.
Cuando Elric se detuvo ante la entrada destrozada de la torre, su mente era un hervidero de pensamientos que le proponían nuevas convicciones y amenazaban con enviarlo de regreso con sus amigos
29.
Al recordar su nombre y su imagen, comprendió la crueldad de la elección que le proponían
30.
Y escuchaba las diversas soluciones que proponían los otros granjeros:
31.
Lo único que sabía era que los Steed siempre habían obedecido al Papa y se proponían seguir haciéndolo
32.
El general Goering pidió que le fuese traducida de nuevo esta información, y cuando se cercioró de haber comprendido lo que los cuáqueros proponían, preguntó bruscamente:
33.
Se proponían destruir a Nixon, y lo hicieron
34.
Pero la asociación que les proponían los zapatos había abierto en su existencia unos horizontes que era preciso considerar despacio
35.
Los tiempos eran difíciles y se consideraba agriamente a todo el que hubiera tenido relación con Bullock y su gente; pero Bonnie poseía el encanto de Scarlett y de Rhett cuando ellos se lo proponían y fue la primera cuña que Rhett introdujo en el muro de frialdad de Atlanta
36.
En el instante en que se dio cuenta de lo que proponían, la boca se le abrió literalmente de asombro
37.
Y otros enviaban versos, odas de sablazo y pentacrósticos mendicantes, o le proponían comprar un viejo cuadro de Ánimas, que parecía una pepitoria
38.
El antipositivismo fascista no exigía un rechazo total de los principios y los objetivos pedagógicos liberales racionales, que los fascistas se proponían sintetizar con otros valores en un todo mayor
39.
? Se le puso el vello de punta al darse cuenta de lo que sucedería si conseguían lo que se proponían
40.
Había allí una pequeña balsa de troncos que se proponían apresar
41.
¿Sería acaso que venían de unos años muy remotos de mi vida, borrado ya enteramente en mi memoria el paisaje que los rodeaba, y que, igual que esas páginas que se encuentra uno de pronto, todo emocionado, en un libro que creíamos no haber leído, eran lo único que sobrenadaba del libro de mi primera infancia? ¿Formaban parte, por el contrario, de esos paisajes de ilusión, siempre idénticos, al menos para mí, porque en mi caso el aspecto extraño de esos paisajes no era más que la objetivación en sueños del esfuerzo que hacía cuando despierto por llegar hasta el misterio que se escondía tras las apariencias de un lugar determinado donde yo lo presentía, o de ese otro esfuerzo para volver a introducir el misterio en un sitio que estuve deseando conocer mucho tiempo, y que me pareció superficial en cuanto logré verlo, como me pasó con Balbec? ¿Eran imagen recién desprendida de un sueño de la noche anterior, pero tan borrosa que me parecía venir de mucho más lejos? ¿O sería quizá que no los había visto nunca y que ocultaban tras su realidad una significación obscura, tan difícil de descubrir como un remoto pasado, y por ello al solicitarme para que profundizara en un pensamiento se me figuraba que reconocía un recuerdo? ¿O acaso no encerraban pensamiento alguno y el cansancio de mi vista era la causa de que se me representaran dobles en el tiempo, como a veces ve uno doble en el espacio? No lo sabía: Mientras tanto iban viniendo hacia mí; aparición mítica acaso, ronda de brujas o de normas que me proponían sus oráculos
42.
Sí, era evidente que lo único que se proponían los que atacaron a la goleta era
43.
Algunos apostaban por la rendición; los monfíes, seguros de su castigo y de que con respecto a ellos no cabría esperar medida de gracia alguna, lo hacían por el enfrentamiento a muerte; otros proponían huir a las sierras
44.
¿Recuerdas el cuadro anterior? Los Estados Unidos tenían un proyecto de desarme, la Unión Soviética otro, un tercero lo proponían las Naciones Unidas y la China Popular no ofrecía nada
45.
No mantuvieron ninguna reserva acerca de sus planes; al contrario, nos revelaron entre risas lo que se proponían
46.
Cuando destruyera a los Aiel, como la profecía anunciaba que haría, «un resto del resto» se salvaría, y se proponían conseguir que ese resto fuera lo más numeroso posible
47.
Oyó que el Dragón Renacido iba a descender sobre la ciudad en cualquier momento, acompañado por miles de hombres capaces de encauzar; que los Aiel se aproximaban; que venía un ejército de Aes Sedai; no, era un ejército de Capas Blancas; que Pedron Niall había muerto y que los Hijos se proponían vengarlo, aunque, por qué hacerlo en Ebou Dar no estaba muy claro
48.
Yo sigo opinando que se proponían ocultar la identidad de la víctima
49.
–Se proponían destruir el cuerpo
50.
Habían conseguido lo que se proponían
51.
Pero lo que me proponían me pareció más divertido que insultante
52.
Los representantes del Gobierno respondieron que no podían hablar de un punto concreto porque ETA lo condicionaba todo al acuerdo político, y que lo que proponían no se ajustaba al planteamiento inicial del proceso
53.
En lo alto de ese baluarte se encontraban numerosos agujeros que, detrás de escudos móviles de madera, se proponían albergar a arqueros y piezas de artillería
54.
Dos moros, sometidos al tormento de la gota de aceite hirviendo confesaron que se proponían hacer prisioneros a los portugueses cuando hubieran entrado en el puerto
55.
Por el contrario, a bordo de nuestra goleta, la salud de los marineros era excelente; y si los reclutados últimamente se quejaban entre ellos, los antiguos se mostraban llenos de celo y de esperanza, en plena satisfacción de estar tan cerca del fin que se proponían
56.
Pero ¿qué le ofrecería Churchill a su pueblo? Los laboristas tenían un plan, pero ¿qué proponían los conservadores?
57.
Los conservadores proponían poner fin al desempleo mediante un aumento de los impuestos a las importaciones para proteger los productos británicos
58.
Los laboristas estaban de acuerdo en que los aranceles no eran la respuesta a sus males, y proponían un programa nacional de empleo para dar trabajo a los parados, y también querían aumentar el período de educación para impedir la llegada de más jóvenes a un mercado laboral saturado
59.
Cada vez más personas, incitadas por Art Randolph, proponían que se celebrara un congreso constitucional
60.
Ése era un objetivo primario, y por eso se proponían gran variedad de métodos para acelerar el deshielo: derivar el excedente de calor de las centrales nucleares al océano, diseminar algas negras sobre el hielo, desplegar transmisores de microondas y ultrasonidos como calefactores, e incluso utilizar grandes rompehielos en las banquisas más superficiales para facilitar su fractura
61.
Cuando se proponían la campaña para obtener el envío de una tuerza de Policía, la «Agencia Judía» encontró un aliado inesperado en el Alto Comisario, Sir Alan Cunningham
62.
Se proponían pasar el verano en la gran propiedad de la familia Vronsky
63.
Lo que aquellas espantosas criaturas -además de Charles Ward- estaban haciendo o se proponían hacer quedaba bastante claro a juzgar por sus cartas y por todos los datos, relativos al pasado y al presente, que se conocían sobre el caso
1.
Se ha dado una mezcla de las tres situaciones que proponías
1.
había propuesto, delante de Dios, e iba bien, pues había
2.
Por supuesto, todas las posibles soluciones que he propuesto significan la creación de más burocracia y una restricción dudosa del acceso a la información
3.
propuesto una teoría para explicar el fenómeno y haber iniciado una lucha
4.
propuesto nuevos artículos de ley para elevar la no discriminación por orientación
5.
El debate se complicó cuando pasaron a discutir el texto propuesto por la
6.
Mientras que el cambio propuesto por ARENA y la Iglesia Católica, junto con las iglesias
7.
Al aplicar y explorar el rendimiento analítico del enfoque propuesto a partir de las fuentes 39
8.
Desde un principio lo indica con claridad su diario, apuntando á 8 deAgosto de 1492 «que hubo entre los pilotos de las tres carabelasopiniones diversas donde estaban, y la suya salió más verdadera», yrepite en los sucesivos haberse propuesto llevar dos cuentas, poniendoen una menos leguas de las que andaba
9.
naciones cultas, la mayoría de los autores de obras deentretenimiento se han propuesto
10.
comprender el fin que se ha propuesto esteCabildo con
11.
han propuesto sus padres y elmío
12.
Pareceque se ha propuesto
13.
Siempre me pregunté cómo podía existir la misteriosa razón de que en un medio masivo de comunicación, pudiera haber un brazo que eligiera con la sensibilidad y el orden que yo hubiera propuesto
14.
Sin embargo, en la práctica, incluso los editoresque han aprobado el proyecto formulan cantidad de objeciones para conel nuevo modelo propuesto, de tal modo que el proyecto de archivos enlínea finalmente no ve la luz
15.
para dejar paso a unservicio de impresión a petición del usuario propuesto por la sociedadOdyssey Press
16.
no acertáis en lo propuesto, con las condiciones que habéis referido,aceto vuestro desafío, y
17.
El visorrey consintió en todo lo propuesto, pero don Gregorio, sabiendo loque pasaba, dijo que
18.
—Se ha propuesto dar con vos en tierra
19.
alejarse, sin conseguir lo que se había propuesto, el pasotardo, el
20.
cubiertode gloria sustentando un tema propuesto por los
21.
propuesto en mi vida, acreditándose con ello de imbéciles
22.
mar,habiendo propuesto Juan Andrea el caso, el primervoto era el del General del Papa; tras
23.
Oido lo propuesto porel Turco, de comun consentimiento les admitieron á su
24.
son puestas en requisición para lograrel piadoso fin que se han propuesto
25.
Julia y veremos quién de los dosllegará antes al fin propuesto
26.
el sujeto que ha propuesto él, se llama D
27.
nos habíamos propuesto, noentraremos ahora en largas y profundas investigaciones
28.
] No se crea que el análisis precedente tenga por único objeto latransformacion indicada; bien que en estas materias la claridad y laprecision deben ser llevadas al mas alto punto posible, no obstante mehubiera abstenido de entrar en semejantes consideraciones si solo mehubiese propuesto lograr una innovacion que en la práctica puedeproducir muy escaso resultado; lo mismo se expresa de un modo que deotro, quien no entienda las primeras fórmulas no entenderá la última
29.
de lo que me había propuesto, y estaba sufriendo mucho
30.
se ha propuesto en la creacion, no puede serotro que el mismo Dios; pues que antes de la
31.
medidas, amojonamientosde las tierras y chacàras, y de todo lo demas propuesto en el
32.
propuesto darle unalección de toxicología
33.
propuesto, y sinpérdida de tiempo, se puso en busca del
34.
propuesto abrumarle de bienes positivos, negándole losque
35.
Las damas habían propuesto á Elías que se fuese á vivir á aquel sitio,comiendo con ellas en calidad de
36.
este lance me lo había propuesto para unaplaza de oficial en el Consejo de Estado, y lo he concedido
37.
ellos se habían propuesto mantener hasta el últimomomento su
38.
había propuesto losveinte metros, y con el mismo derecho podía
39.
rascándose los golpes, había propuesto unarreglo
40.
virgen allá desde lostiempos del seminario, desde que se había propuesto renunciar a todafamilia
41.
por compromiso, al candidato propuesto por la Juntacarlista orensana, y recomendado por el
42.
Arreglado y puesto en práctica el método propuesto, serían en
43.
Para establecer el arreglo propuesto era preciso a los principios
44.
propuesto ya para obispo, el cual les dijotambién que yo había
45.
Había propuesto la niña a su
46.
se puso el ciego con el plan concebido y propuesto por
47.
salía de casa y se había propuesto arreglarse un completo plande
48.
25 Al cual Dios ha propuesto en propiciación por la fe en su sangre,para manifestación de su justicia, atento á haber pasado por alto, en supaciencia, los pecados pasados,
49.
25 Al cual Dios ha propuesto en propiciacion por la fé en su sangre, paramanifestacion de su justicia, atento á haber pasado por alto, en supaciencia, los pecados pasados,
50.
2 Puestos los ojos en el autor y consumador de la fe, [en] Jesus; el cual,habiéndole sido propuesto gozo,
51.
25 Al cual Dios ha propuesto por aplacamiento por la fé en su sangre, para
52.
propuesto en sí mismo,
53.
dividirse el marido delas cuatro que se habian propuesto dominar: y como una exhalacion
54.
propuesto; porque improvisamente se desaparecieron todos losindios de Anta y Chincheros, y la mayor
55.
habian propuesto era reunirse con los deChucuito, luego que supieron su retirada, y que estaba preso
56.
trabajo empleadopara obtener el fin propuesto, responda a las exigencias de una
57.
un hombreilustrado, ¿no? ¿Qué se habrá propuesto con la
58.
propuesto determinar mejor la esfera de acciondel causticum en las enfermedades de
59.
completaba la conquista de las mujeres, jóvenes y viejas, cuya seducción se había propuesto
60.
Para la alta ocasion que se ha propuesto
61.
propuesto decir la verdad en todoy por todo, y aunque las ideas y opiniones del autor difieran delas del fraile, está en el deber de hacerles la justicia de que sonacreedores
62.
Cuadra más con los hechos que cualquier otra teoría que me hayan propuesto
63.
Y éste conocía a un hermano y una hermana que estaban disponibles y, como sabía que Yehuda seguía sin tener mujer, había propuesto hacer un doble arreglo y que los hermanos y hermanas se desposaran recíprocamente
64.
¿Le había propuesto la bestia algo similar? Quizás iba a escoger su premio cuando el animal lo atacó por sorpresa
65.
Pero esto fue propuesto, erróneamente, por Percival Lowell no hace aún cien años, como un hecho real que sucedía ya en Marte
66.
Clube han propuesto que algunas de las lunas, asteroides, cometas y anillos circumplanetarios del sistema solar fueron antes objetos que vagaban libremente por el espacio interestelar hasta que fueron capturados por el Sol cuando penetró en el brazo espiral de Orión
67.
Y cuando llegue la noticia de que Argentina, Portugal, la República Dominicana y la Santa Sede son los únicos países que mantienen sus embajadas en España, a pesar de que la ONU ha propuesto como medida sancionadora la ruptura de relaciones diplomáticas, Pepita seguirá guardando silencio
68.
Cuando le llego su turno a Maurice, confirmo la declaracion de la reina, y anadio que era imposible la existencia de un complot, ya que el mismo habia propuesto a la ciudadana Dixmer la visita a la reina, y las flores se las habia comprado a una florista en la esquina de la calle VieillesAudriettes, eligiendo el ramo entre diez o doce por parecerle el mejor
69.
Lo que me ha propuesto hace un momento me volverá loco de alegría, pero el misterio que precede a la ejecución de ese plan me oprime el corazón
70.
De hecho, apenas habrá un político de la época que no haya propuesto su hipótesis sobre la identidad del militar, y no hay libro sobre el 23 de febrero que no haya elaborado la suya: unos aseguran que se trataba del general Torres Rojas, quien -después de arrebatarle el mando de la Acorazada Brunete al general Juste y de tomar con la división el control de Madrid- relevaría con sus tropas al teniente coronel Tejero en el Congreso; otros argumentan que era el general Milans, que acudiría a Madrid desde Valencia en nombre del Rey y de los capitanes generales sublevados; otros conjeturan que era el general Fernando de Santiago, antecesor de Gutiérrez Mellado en el cargo de vicepresidente del gobierno y miembro de un grupo de generales en la reserva que conspiraba desde hacía tiempo en favor de un golpe; otros sostienen que era el propio Rey, que comparecería en el Congreso para dirigirse a los diputados en su calidad de jefe del estado y de las Fuerzas Armadas
71.
Ignoro cuál fue la reacción del Rey a las palabras de Armada; no hay que descartar que dudara, y un motivo para no descartarlo es que, aunque UCD ya había propuesto a Leopoldo Calvo Sotelo como sucesor de Suárez, el Rey aún tardó once días en presentar su candidatura al Congreso: es muy improbable que en la ronda obligada de consultas con los líderes de los partidos políticos, previa a la presentación de la candidatura, se mencionase siquiera el nombre de Armada, pero en ella sin duda se habló de gobiernos de coalición o de concentración o de unidad; además de esa demora, otro motivo invita a no descartar que el Rey dudara: mucha gente y desde hacía mucho tiempo abogaba por una salida excepcional que, sin violentar en teoría la Constitución, no supusiese una aplicación automática de la Constitución, y él tenía una confianza absoluta en Armada y pudo pensar que un gobierno presidido por el general y apoyado por todos los partidos políticos calmaría al ejército, ayudaría al país a superar la crisis y fortalecería la Corona
72.
Quizá para entonces ya le habrás propuesto una cita al tipo del ciber café
73.
La ruta que les habían propuesto los yiwa les llevó a una pequeña cordillera que se extendía sin interrupciones por todo el horizonte en dirección norte
74.
—Sí, puesto que ya me lo han propuesto
75.
De ese modo no les costará nada colapsar el corazón económico y político de una nación cuyos dirigentes se han propuesto adueñarse del mundo sin detenerse a pensar que el mundo podría adueñarse de ellos
76.
me había propuesto darte la gran sorpresa y estoy orgullosa de haberlo conseguido -y Jo no recobraba todavía el aliento
77.
No me gustó y no quise consentirlo; le dije que no era respetuoso el brindis propuesto, y que en mi casa yo no permitía que se brindara y bebiera si no era «por las señoras»
78.
Llego al fin de lo que me había propuesto relatar; pero hay todavía un incidente en el que mi recuerdo se detiene a menudo con gusto, y sin el cual faltaría algo
79.
Bendiciones mil a mi cariñosa vecina, que sin duda se había propuesto hacerme agradable la vida y reconciliarme con lo humano
80.
Se había preparado con gran meticulosidad y se había ejecutado de forma intachable, pero sin embargo los conspiradores principales habían sido asesinados y el propio bajá había propuesto leyes para limitar en gran medida los poderes de las cofradías
81.
—¡Oh! —dijo Cavalcanti rebosando alegría, y volviendo sobre sí, pensó: «El protector misterioso no me olvida, el secreto es lo que ante todo se han propuesto obtener, puesto que quieren hable en un cuarto solo
82.
Pues esa suposición fantástica es la más cercana a la verdad de cuantas hoy se han propuesto
83.
Pero se encontró allí con una criatura encantadora de la que, olvidando los reproches que se había propuesto hacerle, se enamoró perdidamente
84.
su determinación manifiesta; su insistencia en llevar a la práctica lo que se había propuesto
85.
, ¿volvió a perder en el juego todo lo que había ganado? ¿No habría escondido acaso en algún sitio una fortuna? ¿No podría darse el caso de que hubiera enterrado un tesoro en el terreno de La Escollera? Aunque me avergüenzo de decirlo, fue con esa idea en la cabeza con lo que pregunté a miss Buckleys si nunca le habían propuesto comprarle su casa
86.
Se alegró Frankie de que el empleado no se hubiese propuesto acompañarla, pero lo comprendió, diciéndose que no era necesario, puesto que la casa no estaba amueblada
87.
Era una buena ocasión para llevar a cabo lo que se había propuesto hacer
88.
-¿Vendrán algunos antílopes? -dijo el germano, que se había propuesto cazar uno de esos animales
89.
Cuarta Parte Cuidado con lo que pides, mira que el cielo puede otorgártelo, era uno de los dichos de Inmaculada Morales, y en el caso de Gregory Reeves se cumplía como una broma fatal, En los años siguientes realizó los planes que con tanto ahínco se había propuesto, sin embargo por dentro hervía en el caldo de una impaciencia abrumadora
90.
Pero me he propuesto mejorar mi relación con ella y lo haré, porque aprendí que uno es responsable de su dolor
91.
Estaba en la úl-tima etapa, cuando ya no había cataplasmas, emplastos ni sublimado corrosivo capaz de ayudarlo, la etapa que él se había propuesto evitar a cualquier costa; pero debió sufrirla porque no le alcanzó el coraje para suicidarse antes, como había planeado por años
92.
Una vez que Martí y el griego fueron impuestos de la peligrosidad que encerraban las cajas transportadas en el sollado del Sant Tomeu, tomaron varias decisiones; la principal fue designar a Ahmed como acompañante de Manipoulos en el periplo de inspección que el griego se había propuesto realizar
93.
Apartado del trono por el momento el príncipe Pedro Ramón y conociendo el carácter de Berenguer, suponía que si el viejo conde nombraba heredero a Cap d'Estopes, la batalla estaba asegurada y su lealtad comprometida sin duda con la causa de éste, ya que además de que le había tratado desde el primer día como un huésped querido, y no como un rehén, estaba el hecho de que le había propuesto nombrarle portaestandarte y alférez suyo, amén de haber adquirido el compromiso de visitar a su padre y llegar a un acuerdo con él, limando rencillas y olvidando agravios, exonerándole de su condición de rehén y tratándole como a cualquiera de los condes sometidos a la auctoritas de Barcelona
94.
Hubiese sido una competente tutora de filosofía de habérselo propuesto
95.
Su jefe civil lo había propuesto para una recomendación presidencial
96.
De no ser así, jamás le hubiera propuesto compartir la fórmula presidencial
97.
El Consejo de Seguridad había propuesto, y la Asamblea General había aprobado con los dos tercios de los votos requeridos, que en el caso de un secuestro, la nación o las naciones afectadas seguirían su propia política nacional
98.
Pero cuando se enteró de quién era el candidato propuesto, se calmó visiblemente y musitó unas palabras acerca del estado del cuerpo
99.
Las acusaciones y las recriminaciones volaban en todas direcciones, y se habían propuesto las teorías más fantásticas para explicar el secuestro de la Galaxy
1.
propuse ser el mensajero de sucaridad
2.
Cuando en el año de 1832 me propuse abrir una nueva via de comunicacionentre el pais de los
3.
La existencia me pareció imposible de soportar yme propuse escapar de ella dándome muerte
4.
En pocas palabras, tú no has prometidonada y tal fue lo que me propuse probarte para evitar mayores males
5.
tratado completo sobre lamateria, tarea que no cabe en el plan que me propuse al escribir estosestudios
6.
Cuando llegamos a la estación de Nueva Delhi, propuse ir al hospital para que la examinaran y atendieran
7.
Por acabar con la situación falsa que nos tenía desasosegados en torno a la mesa, propuse que anduviéramos hacia el río
8.
Al momento propuse beber a su salud
9.
Le propuse que se la llenaran de nuevo, haciéndole compañía mientras la terminaba
10.
Locos de contento en cuanto les propuse
11.
Existía, pues, una posibilidad de que el crimen hubiese sido perpetrado durante esa "mano" y me propuse averiguar, a ser posible, cómo se desarrolló exactamente la subasta
12.
Me propuse tenerlo muy presente
13.
Me propuse entenderlo y aceptarlo
14.
Me propuse conocer a cada soldado y yanacona por su nombre y les hice saber que mi puerta siempre estaba abierta para recibirles y escuchar sus cuitas
15.
Hace un tiempo lo cité ante mí y tras largos circunloquios le propuse dos pactos sustentados en lo que os he dicho anteriormente, y ninguno de entrambos le pareció ni tan siquiera discutible y no es necesario que diga que ambos estaban provistos de buenos dineros, pero por lo visto esto último parece carecer de la menor importancia para él
16.
Diego y a su vida, principal objeto que en este comienzo del libro me propuse, dejo aquello para después y sigo diciendo que el hijo de doña María, bien solo, bien acompañado de Santorcaz, iba de tertulia alguna vez a las librerías principales, que era donde más se hablaba de política
17.
Me propuse que, si quería conseguir grabar una entrevista con Ibrahim, debería ser él quien accediese a concedérmela, con la cámara al descubierto
18.
»El plan que le propuse, cuando por fin estuvo plenamente preparada para oírlo, y para disimular que sabía lo que iba a oír, la dejaría en absoluta libertad para gozar de todas las ventajas sociales que su alianza con usted pudiera depararle: libre para viajar en su propio carruaje, para entrar en la tienda de su padre (¡ésa era una de sus máximas ambiciones!) en calidad de cliente, gracias a su nueva conexión con la aristocracia, y libre incluso de formar parte de la familia de usted, sin que nadie sospechara nada, en caso de que su precipitado matrimonio fuera visto con buenos ojos
19.
La primera vez en que renové mi antigua influencia sobre ella, aquellas primeras palabras con que lo vilipendié y lo degradé ante ella; la primera vez en que defendí con éxito mi causa frente a la suya, la primera vez en que apelé a las pasiones que yo bien sabía cómo remover en ella, la primera vez en que le propuse el plan entero que había madurado en solitario, cuando estaba en el extranjero, a orillas de un grandioso río… Todos estos avances aislados y graduales, encaminados a la consecución del fin que me había jurado lograr, se insinuaron en ella vagamente, en su apariencia, consumada como era su capacidad de engaño, y de forma no menos consumada aprendió a emplearlos contra usted
20.
De un modo incoherente y, viéndolo ahora en profundidad, totalmente inadecuado, me propuse dar cuenta de las extrañas experiencias que tuve en su compañía: desde el primer encuentro casual que nos uniría en la época de Estudio en escarlata hasta los tiempos de su intervención en el asunto del «Tratado naval», una intervención que tuvo el incuestionable efecto de evitar un serio embrollo internacional
21.
Me propuse rectificar en la primera ocasión oportuna aquel juicio mío inflado de hipérboles optimistas, y así lo hago, manifestando a los señores de Beramendi que rebajen un poquito mi poética descripción de la Erhimo aragonesa
22.
Cuando cumplí mi condena, me propuse recuperar el diario y las cartas para hacerlos llegar al gobierno ruso y conseguir la puesta en libertad de mi amigo
23.
y me propuse en el corazón hacer sabiamente investigaciones y pesquisas sobre todo cuanto hay bajo los cielos…
24.
Estuvieron de acuerdo en todo cuanto les propuse
25.
¿Vivir con las armas y decir que eso es paz? propuse
26.
De todos modos, ahora que lo pienso, cuando se lo propuse palideció un poco
27.
Una hace cualquier cosa para satisfacer sus deseos, como podrás apreciar, porque me propuse ir a sentarme más a menudo con él para hacer que, de una u otra manera, se decidiera a hablar
28.
–¿Separación de un órgano interno importante del resto del cuerpo? – propuse, no del todo en serio
29.
Eso fue lo que yo propuse al principio, pero no lo tuvieron en cuenta
30.
Propuse entonces comprar sus vidas a los pastores que los habían apresado
31.
Mientras regresaba a mis habitaciones, me propuse que Doxus me hiriera todos los días
32.
Ahora que se había visto obligado a desprenderse de su negocio, los efectos de la desnutrición empezaban a ser evidentes en su organismo, así que le propuse que me acompañara al Corso Garten, justo detrás de la comisaría de Muirhead Road
33.
Fue entonces cuando le propuse que podía quedarse en la casa e incluso gozar de ciertos privilegios, como buena ropa y comida en abundancia, si se ponía bajo mi protección
34.
–Cuando regresé a Barcelona me propuse saber qué había sido de él
35.
Intrigada por el con¬tenido de la carta, me propuse investigar quién era aquel coro¬nel
36.
Todos los problemas dependen de la forma en que se cultiva, se fabrica y se transporta, y yo siempre propuse las soluciones más simples
37.
Quiero explicarle por qué… La segunda vez, mientras los agentes me llevaban en coche a la comisaría, les propuse un trueque
38.
Morgan, para participar en un Consejo de Administración de Banesto, yo propuse al gobernador que tuviéramos una reunión con él, con la finalidad de disipar toda posible duda acerca de si yo había informado o no a J
39.
Le propuse a Herenio ir junto a tres de mis compañeros que también estaban en la fiesta, mientras su padre se dedicaba a cumplimentar al resto de los invitados, y él asintió
40.
Me propuse proteger a los habitantes de Siceleg organizando incursiones de castigo contra el enemigo que durante tantos años los había atormentado
41.
—Tras una pausa añadió, en una clara insinuación a D'Agosta—: Por eso propuse que viniésemos con un grupo de agentes
42.
Llamé a Chamorro, que intercambiaba impresiones con dos de los guardias del puesto, y le propuse dar un paseo mientras ordenábamos las ideas
43.
Cuando en la reunión de la dirección del Partido propuse celebrar el Congreso en Madrid, en el interior de España, los rostros de los compañeros reflejaban sorpresa, entusiasmo, preocupación, duda, incredulidad y felicidad
44.
Me desperté temprano a la mañana siguiente y animado por el desayuno del hotel, la luz del sol que entraba por la ventana de mi cuarto, y el aspecto flamante del cuaderno que había llevado, me propuse empezar mi novela sobre los artistas incendiarios
45.
Esa noche cené solo después de mi clase y me propuse un último recorrido nocturno
46.
Ni siquiera me propuse aparentar, y menos aún ante mí mismo, que desconocía todo lo que estaba haciendo
47.
En consecuencia, no bien apurarnos nuestro coñac, propuse:
48.
Los salarios y compensaciones que propuse, ¿los satisfacen? No quisiera defraudarlos
49.
Y desde el momento en que me lo propuse, también sabía que lo lograría
50.
Utilizando el concepto de armazón y módulos, propuse que se seleccionaran las funciones capitales de la compañía y arremetí contra la política de integración vertical practicada por la «Bell»
51.
En la sección precedente sobre «Regulación» propuse la formación de un consejo nacional para la política de comunicaciones, al objeto de formular una política nacional global, por cuyo medio la «FCC», la «ATT» y otros protagonistas en el mercado de las comunicaciones pudieran definir su posición respecto a los criterios aprobados en el terreno social
52.
Y aquellas decoraciones fugitivas eran, por lo demás, únicas en mi cuarto, pues aunque cuando las heredé de mi tía Leontina me propuse tener colecciones como Swann, comprar cuadros, esculturas, se me iba todo el dinero en caballos, en un automóvil, en toilettes para Albertina
53.
Precisamente, como al entrar en aquella biblioteca recordé lo que los Goncourt dicen de las bellas ediciones originales que contiene, me propuse mirarlas mientras permanecía encerrado allí
54.
Pero yo estaba seguro de que ella había hecho un contacto entre vosotros y me propuse descubrirlo
55.
Me propuse adelantarme apresuradamente con una escolta de caballería y viajar cada día lo que nuestros caballos resistieran
56.
Dejé que transcurrieran unos minutos y propuse:
57.
En esa oportunidad única de estar a solas con Daniel sin interrupciones me propuse, guiada por él, la tarea exquisita de aprender las múltiples posibilidades de los sentidos, el placer de acariciarse sin un propósito, por el gusto de frotar piel con piel
58.
Tras mis autoincrepaciones me propuse reparar el mal hecho procurándome un perro caliente
59.
Me propuse adquirirlos, sin pedir favores a nadie
60.
Había estado muy animado con respecto a la exposición cuando la propuse, y aún más cuando se aprobó y el Smithsonian aceptó participar, aprobando combinar sus fósiles con los nuestros para una exposición en común
61.
–El que propuse al rey: una sucesión de cuatro corredores seguidos por las estancias simbólicas habituales
62.
Ayer mismo le hablé de las víctimas de Queens y le propuse que investigase a los empleados que habían sido trasladados del St
63.
A fines de 1955 escribí un artículo periodístico con el que me propuse realizar un homenaje a tres hombres de la aviación naval, muertos en la campaña del Sur, combatiendo con simple y comprobable heroísmo
64.
Nadie ha tocado nunca un timbre tan terrible: no me refiero al sonido que produjo sino a la presión en sí, al tacto del botón contra mi dedo, o de mi dedo contra el botón, nadie ha sentido nunca lo mismo que yo; aunque mi sensación fue lógica, ya que físicamente sería imposible tocar el timbre sin el hueso, quiero decir que sin el hueso nuestro dedo se torcería sobre el botón como un tubo de goma, o se aplastaría ridículamente, o se introduciría en sí mismo como un guante vacío, así que hasta cierto punto resulta lógico suponer que el timbre suena con el hueso, que es mi esqueleto el que llama a la puerta, pero nadie ha sentido nunca tal cosa, y me produjo pena y sorpresa comprobar que hasta aquel momento crucial yo ignoraba lo que realmente somos y que el conocimiento puede producirse así, de improviso, mientras el zumbido eléctrico molesta el oído todavía, que se me haya revelado en ese instante doméstico, que cuando Galia abrió la puerta yo ya fuera otro, que el sonido de su timbre me despertara de un sueño de ignorancia para sumirme en la vigilia de un mundo que, por desagradable que fuera, era más cierto, porque si mi dedo había hecho sonar el timbre era debido a que llevaba hueso en su interior; lo había percibido de repente: mi dedo era un dedo con hueso y su utilidad radicaba en el hueso, al palparlo noté la dureza debajo, tras impensables láminas de músculo, y la realidad de aquella presencia me dejó asombrado, estuporoso, con un estupor y un asombro no demasiado intensos pero permanentes: oh Dios mío tengo un hueso debajo, mi dedo no es un dedo, es un hueso articulado y protegido contra el desgaste: la idea me vino así, con una lógica tan aplastante que no me sorprendió en sí misma sino su ausencia hasta ese timbre; no había una idea extraña e increíble, había una extraña e increíble omisión de la idea en todo el mundo, justo hasta el histórico momento en que llamé a la puerta del piso de Galia, pero Galia estaba en el umbral con su bata azul celeste y su cabello ondulado como por rulos invisibles, y me contemplaba sorprendida; y es que es una mujer muy perspicaz: apenas me entretuve un instante demasiado largo entre su saludo y mi entrada, y ya me había preguntado qué me ocurría: yo me frotaba el índice de mi descubrimiento contra el pulgar, incapaz de creer aún que lo obvio podía estar tan oculto, casi temeroso de creerlo, y opté por disimular esperando tener más tiempo para razonar, así que entré, le di un beso, me quité el abrigo húmedo y la bufanda y saludé al pasar a César, que ladraba incesante en el patio de la cocina: Galia me dijo qué tal y yo le dije muy bien, y le devolví estúpidamente la pregunta y ella me respondió igual, y de repente me pareció absurdo este diálogo especular de respuestas consabidas, o quizá era que la revelación me había estropeado la rutina, véase si no otro ejemplo: mantuve tieso el culpable dedo índice mientras entraba, y ni siquiera lo utilicé para quitarme el abrigo, como si una herida repentina me impidiera usarlo, y es que desde que había comprobado que ocultaba un hueso lo miraba con cierta aprensión, como se miran los fetiches o los amuletos mágicos; pero hice lo que suelo hacer: me senté en uno de los dos grandes sofás de respaldo recto, estiré las piernas, saqué un cigarrillo —con los dedos pulgar y medio— y dije que sí casi al mismo instante que Galia me preguntaba si quería café, incluso antes de saber si realmente tenía ganas de café, ya que la tradición es que acepte, y Galia, tan maternal, necesita que yo acepte todo lo que me da y rechace todo lo que no puede darme; tomar el café en la salita, mientras termino el cigarrillo y justo antes de pasar al dormitorio, se ha vuelto, a la larga, el rato más excitante para ambos; charlamos de lo acontecido durante la semana, Galia me pregunta siempre por Ameli y Héctor Luis, se muestra interesada en mis problemas y apenas me habla de los suyos, pero el diálogo es una excusa para que ella me inspeccione, me palpe, capte cosas en mi mirada, en mi forma de vestir, en mis gestos, pues Galia, a diferencia de Alejandra, es una mujer afectuosa, impulsiva y, como ya he dicho, perspicaz, y la conversación no le interesa tanto como ese otro lenguaje inaudible de la apariencia, así que es muy natural que la interrumpa para decirme: estás cansado, ¿verdad?, o bien: hoy no tenías muchas ganas de venir, ¿no es cierto? o bien: cuéntame lo que te ha pasado, vamos, has discutido con Alejandra, ¿me equivoco?, así estemos hablando del tiempo que hace, los estudios de Héctor Luis o lo que sea, da igual, su mirada me envuelve y nota las diferencias; por lo tanto, no fue extraño que esa tarde me dijera, de repente: te encuentro raro, Héctor, y yo, con simulada ingenuidad: ¿sí?, y ella, confundida, aventura la idea de que pueda tratarse de Alejandra o de la niña: no, no es Alejandra, le digo, tampoco es Ameli; Alejandra sigue sin saber nada de lo nuestro, tranquila, y en cuanto a Ameli, ya la dejo por imposible, pero ella concluye que tengo una cara muy curiosa este jueves y yo la consuelo a medias diciéndole que estoy cansado, y ella insiste: pero no es cara de estar cansado sino preocupado, y yo: pues lo cierto es que no me pasa nada, Gali, porque cómo decirle que estoy pensando inevitablemente en el hueso de mi dedo índice, cómo decirle que de repente me he descubierto un hueso al llamar al timbre de su casa: ¿acaso no iba a sentirse un poco dolida?, ¿acaso no pensaría que era una forma como cualquier otra de decirle que ya estaba harto de visitarla cada semana, todos los jueves, desde hace años?, sonaba mal eso de: acabo de darme cuenta, Gali, justo al llamar al timbre de tu puerta, de que tengo un hueso en el dedo, de que mi dedo índice son tres huesos camuflados, para acto seguido decir: bueno, Gali, no pensemos más en que mi dedo índice son tres huesos, ¿no?, y vamos a la cama, que se hace tarde; sonaba mal, sobre todo porque con Galia, igual que con Alejandra, tenía que andar de puntillas: nuestra relación se había prolongado tanto que, a su modo, también era rutinaria, a pesar de que ella seguía llamándola «una locura»; curiosamente, Galia es viuda y libre y yo estoy casado y tengo dos hijos, pero ella sigue diciendo que lo nuestro es «una locura» y yo pienso cada vez más en una aburrida traición, un engaño cuya monótona supervivencia lo ha despojado incluso del interés perverso de todo engaño dejando solo los inconvenientes: jamás podría hablarle a Alejandra de Galia, ahora ya no, y jamás podría terminar con Galia, ahora ya no, cada relación se había instalado en su propia rutina y ya ni siquiera podía soñar con escaparme de ésta, porque se suponía que cada una servía precisamente para huir de la rutina de la otra: mi deber era cuidar de ambas, conocer a Galia y a Alejandra, saber qué les gustaba oír y qué no, lo cual, naturalmente, era difícil, y por eso mi propia rutina consistía en callarme frente a las dos; pero en momentos así callarme también era un esfuerzo, porque si me notaba incluso la división entre los huesos, si podía imaginármelos al tacto, sentirlos allí como un dolor o una comezón repentina, ¿cómo podía evitar pensar en eso?; y ni siquiera era mi dedo lo que me molestaba, ya dije, sino mi error al no darme cuenta hasta ahora: esa ceguera era lo que jodía un poco, perdonando la expresión; porque hubiera sido como si me creyera que el arlequín de la fiesta de disfraces no esconde a nadie debajo, cuando es bien cierto que ese alguien bajo el arlequín es quien le otorga forma a este último, que no podría existir sin el primero: sería tan solo puros leotardos a rombos blancos y negros, bicornio de cascabeles, zapatillas en punta y antifaz, pero no el arlequín, y de igual manera, ¿qué error me llevó a creer hasta esa misma tarde que mi dedo índice era un dedo?; si lo analizamos con frialdad, un dedo es un disfraz, ¿no?, una piel elegante que oculta el cuerpo de un hueso, o de tres huesos si nos atenemos a lo exacto, y a poco que lo meditemos, una vez llegados a este punto y pinchado en el hueso, valga la expresión, ya no se puede retroceder y razonar al revés: decir, por ejemplo, que el hueso es simplemente la parte interna de un dedo: sería como llegar a ver el alma: ¿acaso pensaríamos en el cuerpo con el mismo interés que antes?; pero mientras hablaba con Galia y la tranquilizaba estaba razonando lo siguiente: que este descubrimiento conlleva sus problemas, porque es un hallazgo delator, como atrapar a un miembro de la banda y lograr que revele la guarida de los demás: si mi dedo índice derecho, el dedo del timbre, lleva huesos ocultos, la conclusión más sencilla se extiende como un contagio a los otros cuatro de esa misma mano y, ¿por qué no?, a los cinco de la otra: tengo un total de diez huesos entre las dos manos, tirando por lo bajo, cinco huesos en cada una, y lo peor de todo es que se mueven: porque hay que pensar en esto para horrorizarse del todo: ¿alguna vez vieron moverse solos a diez huesos?, pues ocurre todos los días frente a ustedes, en el extremo final de los brazos: hagan esto, alcen una mano como hice yo aprovechando que Galia se acicalaba en el cuarto de baño (porque Galia se acicala antes y después de nuestro encuentro amoroso), alcen cualquiera de las dos manos frente a sus ojos y notarán el asco: cinco repugnantes huesos bajo una capa de pellejo (ni siquiera huesos limpios, por tanto, sino envueltos en carne) moviéndose como ustedes desean, cinco huesos pegados a ustedes, oigan, y tan usados: saber que nos rascamos con huesos, que cogemos la cuchara con huesos, que estrechamos los huesos de los demás en la calle, que acariciamos con huesos la piel de una mujer como Galia: saberlo es tan terrible pero no menos real que los propios huesos, saberlo es descubrirlo para siempre, y lo peor de todo fue lo que me afectó: no se trata de que no se me pusiera tiesa en toda la tarde, perdonando la intimidad, ya que esto me ocurría incluso cuando pensaba que los dedos eran dedos, no, lo peor fue el cuidado que puse: tanto que no parecía que estaba haciendo el amor sino operando algún diente delicado; y es que me invadió una notoria compasión por Galia, tan hermosota a sus cincuenta incluso, al pensar que sobaba sus opulencias, sus suavidades, con huesos fríos y duros de cadáver: mi culpa llegó incluso a hacerme balbucear incongruencias, desnudos ambos en la cama: ¿soy demasiado duro?, comencé por decirle, y ella susurró que no y me abrazó maternalmente, e insistir al rato, todo tembloroso: ¿no estoy siendo quizá algo tosco?, y ella: no, cariño, sigue, sigue, pero yo la tocaba con la delicadeza con que se cierran los ojos de un muerto, porque ¿cómo olvidar que eran huesos lo que deslizaba por sus muslos?, aún más: ¿cómo es que ella no lo sabía?, ¿acaso no se percataba de que las caricias que más le gustaban, aquellas en que mis dedos se cerraban sobre su carne, eran debidas a los huesos?: sin ellos, tanto daría que la magreara con un plumero: ¿cómo podría estrujar sus pechos sin los huesos?, ¿cómo apretaría sus nalgas sin los huesos?, ¿cómo la haría venirse, en fin, sin frotar un hueso contra su cosa, perdonando la vulgaridad?: sin los huesos, mis dedos valdrían tanto como mi pilila, perdonando la obscenidad, o sea, nada: ¿cómo es que ella no se horrorizaba de saber que nuestros retozos, que tanto le agradaban, eran puro intercambio de huesos muertos?, porque incluso sus propias manos, y mis brazos, y los suyos, Dios mío, ¿no eran largos y recios huesos articulados que se deslizaban por nuestros cuerpos, nos envolvían, apretaban nuestra carne, nos abrazaban?, ¿acaso era posible no sentir el grosero tacto de los húmeros, la chirriante estrechez del cúbito y el radio, los bolondros del codo y la muñeca?; sumido en esa obsesión me hallaba cuando dije, sin querer: ¿no estoy siendo muy afilado para ti?, y ella dijo: ¿qué?, y supe que la frase era absurda: «afilado»», ¿cómo podía alguien ser «afilado» para otro?, y casi al mismo tiempo me percaté de que era la pregunta correcta, la más cortés, la más cierta: porque con toda seguridad había huesos y huesos, unos afilados y otros romos, unos muy bastos y ásperos corno rocas lunares y otros pulidos quizá como jaspes: incluso era posible que el tacto del mismo hueso dependiera del ángulo en que se colocaba con respecto a la piel, porque un hueso es un poliedro, casi un diamante, y hay que imaginarse sobando a la querida con diez durísimos y helados cuarzos para comprender mi situación, pensar en la carilla adecuada que usaremos para deslizarlos por la piel, el borde más inofensivo, no sea que nuestros apretujones se conviertan en el corte del filo de un papel, en la erizante cosquilla de una navaja de barbero; y entre ésas y otras se nos pasó el tiempo y terminamos como siempre pero peor, resoplando ambos bocarriba como dos boyas en el mar, mirando al techo, con esa satisfacción pacífica que solo otorga la insatisfacción perenne: cuánto tiempo hace que tú y yo no disfrutamos, Galia, pienso entonces, que vamos llevando esto adelante por no aguardar la muerte con las manos vacías, tiempo repetido que nunca se recobra porque nunca se pierde, días monótonos, el trasiego de la rutina incluso en la excepción: porque, Galia, hemos hecho un matrimonio de nuestra hermosa amistad, eso es lo que pienso, pero hubiéramos podido ser felices si todo esto conservara algún sentido, si existiera alguna otra razón que no fuera la inercia para mantenerlo; oía su respiración jadeante de cincuenta años junto a mí y trataba de imaginarme que estaba pensando lo mismo: ese silencio, Galia, que nunca llenamos, la distancia de nuestra proximidad, por qué tener que imaginarlo todo sin las palabras, qué piensas de mí, qué piensas de ti misma, por qué hablar de lo intrascendente, y va y me indaga ella entonces: ¿qué tal el trabajo?, porque cree que el exceso de dedicación me está afectando, y yo le digo que bien, y ella, apoyada en uno de sus codos e inclinada sobre mí, los pechos como almohadas blandas, vuelve a la carga con Alejandra: pero te ocurre algo, Héctor, dice, desde que has entrado hoy por la puerta te noto cambiado, ¿no será que Alejandra sospecha algo y no me lo quieres decir?, y le he contestado otra vez que no, y a veces me interrogo: ¿por qué todo esto?, ¿por qué lo mismo de lo mismo, este vaivén inacabable?, ¿qué pasaría si un día hablara y confesara?, ¿qué pasaría si por fin me decidiera a hablar delante de Alejandra, pero también delante de Galia y de mí mismo?, decir: basta de secretos, de engaños, de misterios: ¿qué sentido le encontráis a todo?, ¿por qué oficiar siempre el mismo ritual de lo cotidiano?, y para cambiar de tema le comento que Ameli está atravesando ahora la crisis de la adolescencia y discute frecuentemente conmigo y que Héctor Luis ha decidido que no será dentista sino aviador; a Galia le gusta saber lo que ocurre con mis hijos, ese tema siempre la distrae, incluso me ofrece consejos sobre cómo educarlos mejor, y yo creo que goza más de su maternidad imaginaria que Alejandra de la real; en todo caso, es un buen tema para cambiar de tema, y pasamos un largo rato charlando sin interés y pienso que es curioso que venga a casa de Galia para hablar de lo que apenas importa, ya que eso es prácticamente lo único que hago con Alejandra; en los instantes de silencio previos a mi partida seguimos mirando el techo, o bien ella me acaricia, zalamera, incluso pesada, y me dice algo: esa tarde, por ejemplo: me gusta tu pecho velludo, así lo dice, «velludo», y no sé por qué pero de repente me parece repugnante recibir un piropo como ése, aunque no se lo comento, claro, y ella, insistente, juega con el vello de mi pecho y sonríe; Galia es una orquídea salvaje, pienso, y a saber por qué se me ocurre esa pijada de comparación, pero es tan cierta como que Dios está en los cielos aunque nunca le vemos: Galia es una orquídea salvaje en olor, tacto, sabor, vista y sonido, y me encuentro de repente pensando en ella como orquídea cuando la oigo decir: ¿por qué me preguntaste antes si eras «afilado»?, ¿eso fue lo que dijiste?, y me pilla en bragas, perdonando la expresión, porque al pronto no sé a lo que se refiere, y cuando caigo en la cuenta, y para no traicionarme, le respondo que quería saber si le estaba haciendo daño en el cuello con mis dientes, y ella va y se echa a reír y dice: ¡vampirillo, vampirillo!, y vuelve a acariciarme, y como un tema trae otro, lo de los dientes le recuerda que necesita hacerse otro empaste, porque hace dos días, comiendo empanada gallega, notó que se le desprendía un pedacito de la muela arreglada, así que pasará por mi consulta sin avisarme cualquier día de éstos, y de esa forma nos veremos antes del jueves, dice, y su sonrisa parece dar a entender que está recordando el día en que nos conocimos, porque las mujeres son aficionadas a los aniversarios, ella tendida en el sillón articulado, la boca abierta, y yo con mi bata blanca y los instrumentos plateados del oficio, y como para confirmar mis sospechas me acaricia de nuevo el pecho «velludo» y dice: me gustaste desde aquel primer día, Héctor, me hiciste daño pero me gustaste, y claro está que nos reímos brevemente y yo le digo que nunca he comprendido por qué se enamoró de mí en la consulta, qué clase de erotismo desprendería mi aspecto, bajito, calvo y bigotudo, amortajado en mi bata blanca, entre el olor a alcohol, benzol, formol y otros volátiles, provisto de garfios, tenacillas, tubos de goma, lancetas y ganchos, porque no es que mi oficio me disgustara, claro que no, pero no dejaba de reconocer que la consulta de un dentista de pago es cualquier cosa menos un balcón a la luz de la luna frente a un jardín repleto de tulipanes, eso le digo y ella se ríe, y por último el silencio regresa otra vez, inexorable, porque es un enemigo que gana siempre la última batalla; llega la hora de irme, esa tarde más temprano porque mi suegro viene a cenar a casa, y cuando voy a levantarme la oigo decir, como de forma casual: ¿qué haces frotándote los dedos sin parar, Héctor?, ¿te pican?, eso dice, y descubro que, en efecto, he estado todo el rato dale que dale moviendo los dedos de la mano derecha como si repitiera una y otra vez el gesto con el que indicamos «dinero» o nos desprendemos de alguna mucosidad, perdonando la vulgaridad, que es casi el mismo que el que utilizamos para indicar «dinero», y enrojezco como un niño de colegio de curas pillado en una mentira y quedo sin saber qué decirle, hasta que por fin me decido y opto por revelarle mi hallazgo: nada, digo, ¿es que nunca te has tocado el hueso que tenemos bajo los dedos?, y lo pregunto con un tono prefabricado de sorpresa, como si lo increíble no fuera que yo me los frotase sino que ella no lo hiciera: qué dices, me mira sin entender, y me encojo de hombros y le explico: es que resulta curioso, ¿no?, quiero decir que si te tocas los dedos notas durezas debajo, ¿verdad?, y esas durezas son el hueso, ¿no te parece curioso, Gali?, toca, toca mis dedos: ¿no lo palpas bajo la piel, la grasa y los tendones?, es un hueso cualquiera, como los que César puede roer todos los días, le digo, y ella retira la mano con asco: qué cosas tienes, Héctor, dice, es repugnante, dice, y yo le doy la razón: en efecto, es repugnante pero está ahí, son huesos, Gali, mondos y lirondos, blancos, fríos y duros huesos sin vida: sin vida no, dice ella, pero replico: sin vida, Gali, porque nadie puede vivir con los huesos fuera, los huesos son muerte, por eso nos morimos y sobresalen, emergen y persisten para siempre, pero se ocultan mientras estamos vivos, es curioso, ¿no?, quiero decir que es curioso que seamos incapaces de vivir sin los huesos de nuestra propia muerte, pero más aún: que los llevemos dentro como tumbas, que seamos ellos ocultos por la piel, que seamos el disfraz del esqueleto, ¿no, Gali?, y ella: ¿te pasa algo, Héctor?, y yo: no, ¿por qué?, y ella: es que hablas de algo tan extraño, y yo le digo que es posible y me callo y pienso que quién me manda contarle mi descubrimiento a Galia, sonrío para tranquilizarla y me levanto de la cama, no sin antes cubrirme convenientemente con la sábana, ya que siempre me ha parecido, a propósito del tema, que la desnudez tiene su hora y lugar, como la muerte, y recojo la ropa doblada sobre la silla, me visto en el cuarto de baño y para cuando salgo Galia me espera ya de pie, en bata estampada por cuya abertura despuntan orondos los pechos y destaca el abultado pubis, me da un besazo enorme y húmedo y me envuelve con su cariño y bondad maternales: te quiero, Héctor, dice, y yo a ti, respondo, y no te preocupes, dice, porque otro día nos saldrá mejor, y me recuerda aquel jueves de la primavera pasada, o quizá de la anterior, en que fuimos capaces de hacerlo dos veces seguidas y en que ella me bautizó con el apodo de «hombre lobo»: teniendo en cuenta que hoy he sido «vampirillo», más intelectual pero menos bestia, quién duda de que me convertiré cualquier futuro jueves en «momia» y terminará así este ciclo de avatares terroríficos que comenzó con un «frankenstein» entre luces blancas, olor a fármacos y cuchillas plateadas, pero esto lo digo en broma, porque bien sé que lo nuestro nunca terminará, ya que, a pesar de todo —incluso de mi escasa fogosidad—, es «una locura», o no, porque hay ritual: el rito de decirle adiós a César, ladrando en el patio encadenado a una tubería oxidada, el beso final de Galia, y otra vez en la calle, ya de noche, frotándome los dedos dentro de los bolsillos del abrigo mientras camino, porque vivo cerca de la casa de Galia y tengo mi trabajo cerca de donde vivo, así que me puedo permitir ir caminando de un sitio a otro, todo a mano en mi vida salvo los instantes de vacaciones en que nos vamos al apartamento de la costa, y, sin embargo, debido a la repetición de los veranos, también a mano el apartamento, y la costa, y todo el universo, pienso, tan próximo todo como mis propias manos, y, sin embargo, a veces tan sorprendentemente extraño como ellas: porque de improviso surge lo oculto, los huesos que yacen debajo, ¿no?, pienso eso y froto mis dedos dentro de los bolsillos del abrigo; y ya en casa, comprobar que mi suegro había llegado ya y excusarme frente a él y Alejandra con tonos de voz similares, aunque ambos creen que los jueves me quedo hasta tarde en la consulta «haciendo inventario», que es la excusa que doy, así me cuesta menos trabajo la mentira, ya que me parece que «hacer inventario» es suministrarle a Alejandra la pista de que mi demora es una invención, una alocada fantasía de mi adolescencia póstuma, hasta tal extremo de juego y cansancio me ha llevado el silencio de estos últimos años; además, sospecho que el viejo escoge los jueves para disponer de un rato a solas con Alejandra mientras yo estoy ausente, lo cual, hasta cierto punto, me parece una compensación, Alejandra tiene a su padre y yo tengo a Galia, y sospecho que desde hace meses ambas parejas pasamos el tiempo de manera similar: hablando de tonterías y fumando; el padre de Alejandra, rebasados los ochenta, tiene una cabeza tan perfecta y despejada que te hace desear verlo un poco confuso de vez en cuando, que Dios me perdone, porque además ha sido librero, propietario de una antigua tienda ya traspasada en la calle Tudescos, hombre instruido y amante de la letra impresa, particularmente de los periódicos, y con un genio detestable muy acorde con su inútil sabiduría y su fisonomía encorvada y su luenga barbilla lampiña; Alejandra, que ha heredado del viejo el gusto por la lectura fácil y la barbilla, además de cierta distracción del ojo izquierdo que apenas llega a ser bizquera, se enzarza con él en discusiones bienintencionadas en las que siempre terminan ambos de acuerdo y en contra de mí, aunque yo no haya intervenido siquiera, ya que al viejo nunca le gustó nuestro matrimonio, y no porque hubiera creído que yo era una mala oportunidad, sino por «principios», porque el viejo es de los que odian a priori, y yo nunca sería él, nunca compartiría todas sus opiniones, nunca aceptaría todos sus consejos y, particularmente, jamás permitiría que Alejandra regresara a su área de influencia (vacía ya, porque su otro hijo se emancipó hace tiempo y tiene librería propia en otra provincia); además, mi profesión era casi una ofensa al buen gusto de los «intelectuales discretos» a los que él representa, porque está claro que los dentistas solo sabemos provocar dolor, somos terriblemente groseros, apenas se puede hablar con nosotros a diferencia de lo que ocurre con el peluquero o el callista (debido a que no se puede hablar mientras alguien te hurga en las muelas), y, por último, ni siquiera poseemos la categoría social de los cirujanos: el hecho de que yo ganara más que suficiente como para mantener confortables a Alejandra y a mis dos hijos, poseer consulta privada, secretaria y servicio doméstico, no excusaba la vulgaridad de mi trabajo, pero lo cierto es que nunca me había confiado de manera directa ninguna de estas razones: frente a mí siempre pasaba en silencio y con fingido respeto, como frente a la estatua del dictador, pero se agazapaba aguardando el momento de mi error, el instante apropiado para señalar algo en lo que me equivoqué por no hacerle caso, aunque, por supuesto, nunca de manera obvia ni durante el período inmediatamente posterior a mi pequeño fracaso, porque no era tanto un cazador legal como furtivo y rondaba en secreto a mi alrededor esperando el instante apropiado para que su odio, dirigido hacia mí con fina puntería, apenas sonara, y entonces hablaba con una sutileza que él mismo detestaba que empleasen con él, ya que había que ser «franco, directo, como los hombres de antes», pero yo, lejos de aborrecerle, le compadecía (y fingía aborrecerle precisamente porque le compadecía): me preguntaba por qué tanto silencio, por qué llevarse todas sus maldiciones a la tumba, cuál es la ventaja de aguantar, de reprimir la emoción día tras día o enfocarla hacia el sitio incorrecto; pero lo más insoportable del viejo era su fingida indiferencia, esa charla intrascendente durante las cenas, ese acuerdo tácito para no molestar ni ser molestado, tan bien vestido siempre con su chaqueta oscura y su corbata negra de nudo muy fino: un día te morirás trabajando, me dice cuando me excuso por la tardanza, y no te habrá servido de nada: este gobierno nunca nos devuelve el tiempo perdido ese del señor Joyce, añade (su costumbre de citar autores que nunca ha leído solo es superada por la de citarlos mal), que diga, Proust, se corrige, a mí siempre los escritores franceses me han dado por atrás, con perdón, dice, y por eso me equivoco, y Alejandra se lo reprocha: papá, dice; mientras finjo que escucho al viejo, contemplo a Alejandra ir y venir instruyendo a la criada para la cena y llego a la conclusión de que mi mujer es como la casa en la que vivimos: demasiado grande, pero a la vez muy estrecha, adornada inútilmente para ocultar los años que tiene y llena de recuerdos que te impiden abandonarla; Alejandra tiene amigas que la visitan y le dan la enhorabuena cuando Ameli o Héctor Luis consiguen un sobresaliente; a diferencia de Galia, Alejandra es fría, distinguida e intelectual a su modo, y vive como tantas otras personas: pensando que no está bien vivir como a uno realmente le gustaría, porque Alejandra cree que el matrimonio termina unos meses después de la boda y ya solo persiste el temor a separarse; su religión es semejante: hace tiempo que dejó de creer en la felicidad eterna y ahora tan solo teme la tristeza inmediata; sin embargo, invita a almorzar con frecuencia al párroco de la iglesia y acude a ésta con una elegancia no llamativa, lo que considera una característica importante de su cultura, pues en la iglesia se arrodilla, reza y se confiesa y murmura por lo bajo cosas que parecen palabras importantes; a veces he pensado en la siguiente blasfemia: si a Dios le diera por no existir, ¡cuántos secretos desperdiciados que pudimos habernos dicho!, ¡qué opiniones sobre ambos hemos entregado a otros hombres!, pero lo terrible es que tanto da que Dios exista: dudo que al final me entere de todo lo que comentas sobre mí y sobre nuestro matrimonio en la iglesia, Alejandra, eso pienso; qué va: por paradójico que resulte, la iglesia es el lugar donde la gente como nosotros habla más y mejor, pero todo se disuelve en murmullos y silencio y oraciones, y la verdad se pierde irremediablemente: quizá la clave resida en arrodillarnos frente al otro siempre que tengamos necesidad de hablar, o en hacerlo en voz baja y muy rápido, sin pensar, cómo si rezáramos un rosario; y meditando esto oigo que el viejo me dice: ¿te pasa algo en los dedos, Héctor?, con esa malicia oculta de atraparme en otro error: y es que ahora compruebo que desde que he llegado no he dejado en ningún momento de palparme los extremos de las falanges, los rebordes óseos, el final de los metacarpos; ¿qué opinaría el viejo si le confiara mi hallazgo?, pienso y sonrío al imaginar las posibles reacciones: nada, le digo, y muevo los huesos ante sus ojos y cambio de tema; ni Ameli ni Héctor Luis están en casa cuando llego, e imagino que es la forma filial que poseen de «hacer inventario» por su cuenta, lo cual no me parece ni malo ni bueno en sí mismo, y nos sentamos a la mesa casi enseguida y Alejandra sirve de la fuente de plata con el cucharón de plata las albóndigas de los jueves, y nos ponemos a escuchar la conversación del viejo con el debido respeto, como quien oye una interminable bendición de los alimentos, interrumpido a ratos por las breves acotaciones de Alejandra, solo que esa noche el tema elegido se me hace extraño, alegórico casi, y además empiezo a sentirme incómodo nada más comenzar a comer, porque los brazos, que apoyo en el borde de la mesa, me han desvelado con todo su peso la presencia de los huesos, del cúbito y el radio que guardan dentro, y los codos se me figuran una zona tan inadecuada y brutal para esa respetuosa reunión como colocar quijadas de asno sobre la mesa mientras el viejo habla, y en su discurso de esa noche repite una y otra vez la palabra «corrupción»: ¿habéis visto qué corrupción?, dice, ¿os dais cuenta de la corrupción de este gobierno?, ¿acaso no se pone de manifiesto la corrupción del sistema?, ¿no son unos corruptos todos los políticos?, ¿no oléis a corrupción por todas partes?, ¿no se ha descubierto por fin toda la corrupción?, y mientras le escucho, intento no hacer ruido con mis brazos, porque de repente me parece que la madera de la mesa al chocar contra el hueso produce un sonido como el de un muerto arañando el ataúd y no me parece correcto escuchar la opinión del viejo con tal ruido de fondo, pero como tengo que comer, cojo tenedor y cuchillo y divido una albóndiga en dos partes y me llevo una a los labios intentando no mirar hacia los huesos que sostienen el tenedor, porque no es agradable la paradoja de verme alimentado por un esqueleto, aunque sea el mío, pero mientras mastico con los ojos cerrados oyendo al viejo hablar de la «corrupción» mi lengua detecta una esquirla, un pedacito de algo dentro de la albóndiga, y, tras quejarme a Alejandra con suavidad, recibo esta respuesta: será un huesecillo de algo, es que son de pollo, Héctor, y es quitarme con mis huesos índice y pulgar el huesecillo y dejarlo sobre el plato, e írseme la mente tras esta idea inevitable: que dentro de todo lo blando necesariamente existe lo que queda, el hueso, el armazón, la dureza, el hallazgo, aquello oculto que es blanco y eterno, lo que permanece en el cedazo, la piedra, lo que «nadie quiere»; es imposible huir de «eso que queda», porque está dentro, así que escondo los brazos bajo la mesa, incluso me tienta la idea de comer como César, acercando el hocico al plato, pero ¿acaso no es inútil todo intento de disimulo frente al apocalíptico trajín de la cena?, porque lo que percibo en ese instante es algo muy parecido a una hogareña resurrección de los muertos: incluso con el apropiado evangelista —mi suegro—, gritando «corrupción»: Alejandra coge el pan con sus huesos y lo hace crujir y lo parte, el viejo apoya los huesos en el mantel y los hace sonar con ritmo, Alejandra coge el cucharón con sus huesos y sirve más albóndigas repletas de huesecillos de pollo muerto, el viejo va y se limpia los huesos sucios de carne ajena con la servilleta, Alejandra señala con su hueso la cesta del pan y yo se la alcanzo extendiendo mis huesos y ella la coge con los suyos, hay un cruce de húmeros, cúbitos y radios, de carpos y metacarpianos, de falanges, y nos pasamos de unos a otros, de hueso a hueso, la vinagrera, el aceite, la sal, el vino y la gaseosa, y llegan Ameli y Héctor Luis, una del cine y el otro de estudiar, y saludan, y Ameli desliza sus frágiles huesos de quince años por mi cabeza calva, envuelve con sus breves húmeros mi cuello, me besa en la mejilla: ¿dónde has estado hasta estas horas?, le pregunto, y ella: en el cine, ya te lo he dicho, y yo: pero ¿tan tarde?; sí, dice, habla sin mirar sus manos gélidas, los huesos de sus manos muertas, sus brazos como pinzas blancas; sí, papá, la película terminó muy tarde; y de repente, mientras la contemplo sentándose a la mesa, su cabello oscuro y lacio, los ojos muy grandes, el jersey azul celeste tenso por la presencia de los huesos, he sentido miedo por ella, he querido cogerla, atraparla y bogar juntos por ese fluir desconocido e incesante hacia la oscuridad final: creo que deberías volver más temprano a casa a partir de ahora, Ameli, le digo, y ella: ¿por qué?, con sus ojos brillando de disgusto, y yo, mis brazos escondidos, ocultos, sin revelarlos: creo que las calles no son seguras, y el viejo me interrumpe: hoy ya nada es seguro, Héctor, dice y sigue comiendo, Alejandra sirve albóndigas y Héctor Luis se queja de que son muchas, y Ameli: ¡pero ya tengo quince años, papá!, y yo: es igual, y entonces Alejandra: no seas muy duro con la niña, Héctor, dice, le dimos permiso para que volviera hoy a esta hora, pero ella sabe que solamente hoy; guardo silencio: en realidad, todo se sumerge en el silencio salvo el entrechocar de los huesos; Ameli y Héctor Luis son tan distintos, pienso, pero en algo se parecen, y es que ambos se nos van; no los he visto crecer, los he visto irse: pero ni siquiera eso, pienso ahora, porque jamás he podido saber si alguna vez estuvieron por completo; Ameli tiene novio, pero es un secreto; sabemos que Héctor Luis ha salido con varias chicas, pero lo que piensa de ellas es secreto; ambos se han hecho planes para el futuro, tienen deseos, ganas de hacer cosas, pero todo es secreto: quizá lo comentan en los «pubs» a falta de una buena iglesia en la que poder hablar como nosotros, tan a gusto, pero en casa adoptan los dos mandamientos trascendentales de la familia: nunca hablarás de nada importante y ama el enigma como a ti mismo, ¡y si hubiera solo silencio!, pero es la charla insignificante lo que molesta, y ahora esos ruidos detrás: el golpe, el crujir de nuestros huesos; siento algo muy parecido a la pena, pero una pena casi biológica, como una mota en el ojo o el aroma inevitable de la cebolla cruda, y me disculpo para ir al baño y llorar a gusto por algo que no entiendo, y más tarde, en la cama, con Alejandra a mi lado leyendo complacida un librito de romances, me da por preguntarle: ¿soy demasiado duro contigo? mientras me observo los huesos tranquilos sobre la colcha: mis manos muertas y peladas, los cúbitos y radios en aspa, los húmeros convergiendo, y ella deja un instante el libro que sostiene con sus huesos, me mira sorprendida y dice: no, Héctor, no, ¿por qué preguntas eso?, y yo, insistente: ¿he sido duro contigo alguna vez?, y ella: nunca, y yo: ¿quizá soy demasiado tosco?, y ella: Héctor, ¿qué te pasa?, y yo: demasiado rudo quizá, ¿no?, y ella: no seas bobo, ¿lo dices porque hoy no hablaste apenas durante la cena?, ya sé que papá no te cae bien, me da un beso y añade: procura descansar, el trabajo te agota, y la veo extender las falanges blancas y articuladas de sus dedos, apagar la lamparilla de pantalla rosa y sumir la habitación en una oscuridad donde la luz de la luna, filtrada, hace brillar las superficies ásperas de nuestros huesos; después, en el sueño, he presenciado un teatro de sombras donde mis manos y brazos se movían, desplazándome, porque eran lo único, ya que la vida se había invertido como un negativo de foto y ahora solo importaba lo oculto, el secreto descubierto: los huesos de mis manos se extendían con un sonido semejante a los resortes de madera de ciertos juguetes antiguos, emergiendo del telón negro que los rodeaba: son ellos solos, el mundo es ellos, brazos y manos colgantes que hacen y deshacen, crean y destruyen, no nacen ni mueren, simplemente cambian su posición, horizontal, vertical, en ángulo, hacia arriba o hacia abajo, brazos que se balancean al caminar y manos que agarran con sus huesos cosas invisibles; y a la mañana siguiente, tras toda una noche de sueños interrumpidos y vueltas en la cama, creo comprenderlo: mi revelación es una lepra que avanza incesante, porque suena el despertador con su timbre gangoso que tanto me recuerda a una trompeta de cobre, pongo los pies descalzos en las zapatillas y lo noto: la dureza bajo las plantas, la pelusa del forro de las zapatillas adherida a los huesos del tarso, el rompecabezas de huesos irregulares de mis pies, los extremos de la tibia y el peroné sobresaliendo por el borde del pijama, las rótulas marcando un óvalo bajo la tela extendida, y al erguirme, el crujido de los fémures: el descubrimiento no me hace ni más ni menos feliz que antes, ya que lo intuyo como una consecuencia, pero un estupor inmóvil de estatua persiste en mi interior; y al ducharme viene lo peor, porque entonces compruebo que los golpes de las gotas no me lavan sino que se limitan a disgregarme la suciedad por mis huesos: arrastran el barro de mis costillas goteantes, concentran la cal en mis pies, desprenden la tierra, permean las junturas, las grietas, los desperfectos, rajan los pequeños metacarpos como cáscaras de huevo, horadan mis clavículas y escápulas, pero no hoy ni ayer sino todos y cada uno de los días en un inexorable desgaste, siento que me disuelvo en agua y salgo con prisa no disimulada de la bañera y seco mi esqueleto goteante, deslizo la toalla por el cilindro de los huesos largos como si envolviera unos juncos, la arranco con torpeza de la trabazón de las vértebras, froto como cristales de ventana los huesos planos, pienso que debo conservarme seco para siempre porque de repente sé que soy un armazón de cincuenta años de edad que solo puede humedecerse con aceite, y es en ese instante, o quizá un poco después, cuando apoyo la maquinilla de afeitar contra mi rostro, que siento la invasión final de esa lepra y quedo tan inerme que apenas puedo apartar las cuchillas giratorias de mi mejilla: algo parecido a una horrísona dentera me paraliza, porque de repente noto como el restregar de un rastrillo contra una pizarra o el arañar baldosas con las patas metálicas de una silla, incluso imagino que pueden saltar chispas entre la maquinilla y el hueso de la mandíbula o el pómulo; me palpo con la otra mano la cabeza, siento las durezas del cráneo, el arco de las órbitas, el puente del maxilar, el ángulo de la quijada, y pienso: ¿por qué finjo que me afeito?, ¿acaso mi rostro no es un añadido, una capa, una máscara?; entra Alejandra en ese instante y casi me parece que gritará al ver a un desconocido, pero apenas me mira y se dirige al lavabo; yo me aparto, desenchufo la maquinilla y la guardo en su funda, y ella: ¿ya te has afeitado, Héctor?, y yo: sí, y salgo del baño con rapidez: ¡no podría acercar esa maquinilla a los huesos de mi calavera!; todo es tan obvio que lo inconcebible parece la ignorancia, pienso mientras me visto frente al espejo del dormitorio y abrocho la camisa blanca alrededor de las delgadas vértebras cervicales: llevar un cráneo dentro, una calavera sobre los hombros, besar con una calavera, pensar con una calavera, sonreír con una calavera, mirar a través de una calavera como a través de los ojos de buey de un barco fantasma, hablar por entre los dientes de una calavera: aquí está, tan simple que movería a risa si no fuera espantoso, y me afano en terminar el lazo de mi corbata con los huesos de mis dedos sonando como agujas de tricotar; Alejandra llega detrás, peinándose la melena amplia y negra que luce sobre su propia calavera, y el paso del cepillo descubre espacios blancos en el cuero cabelludo donde los pelos se entierran: parece inaudito saberlo ahora, contemplarlo ahora; entre los dientes sostiene dos ganchillos: el asco llega a tal extremo que tengo que apartar la vista: allí emerge el hueso, pienso, el subterfugio, el disfraz, tiene un defecto, como una carrera en la media que descubre el rectángulo de muslo blanco; allí, tras los labios, los dientes, los únicos huesos que asoman, y vivimos sonriendo y mostrándolos, y nos agrada enseñarlos y cuidarlos y mi profesión consiste precisamente en mantenerlos en buen estado, blancos y brillantes, limpios, pelados, lisos, desprovistos de carne, como tras el paso de aves carroñeras: esa hilera de pequeñas muertes, esa dureza tras lo blando; ¿acaso no es enorme el descuido?; de repente tengo deseos de decirle: Alejandra, estás enseñando tus huesos, oculta tus huesos, Alejandra, una mujer tan respetable como tú, una señora de rubor fácil, tan educada y limpia, con tu colección de novela rosa y tu familia y tu religión, ¿qué haces con los huesos al aire?, ¿no estás viendo que incluso muerdes cosas con tus huesos?, ¡Alejandra, por favor, que son tus huesos hundidos en el cráneo oculto, los huesos que quedarán cuando te pudras, mujer: no los enseñes!; esto va más allá de lo inmoral, pienso: es una especie de exhumación prematura, cada sonrisa es la profanación de una tumba, porque desenterramos nuestros huesos incluso antes de morir; deberíamos ir con los labios cerrados y una cruz encima de la boca, hablar como viejos desdentados, educar a los niños para que no mostraran los dientes al comer: un error, un gravísimo error en la estructura social comparable a caminar con las clavículas despellejadas, tener los omoplatos desnudos, descubrir el extremo basto del húmero al flexionar el codo, mostrar las suturas del cráneo al saludar cortésmente a una señora, enseñar las rótulas al arrodillarnos en la misa o las palas del coxal durante un baile o la superficie cortante del sacro durante el acto sexual: y sin embargo, ella y yo, con nuestros horribles dientes, la prueba visible de la existencia de los cráneos: absurdo, murmuro, y ella: ¿decías algo?, pero hablando entre dientes debido a los ganchillos, como si lo hiciera a través de apretadas filas de lápidas blancas, un soplo de aire muerto por entre las piedras de un cementerio, o peor: la voz a través de la tumba, las palabras pronunciadas en la fosa: no, nada, respondo, y ella, intrigada, se me acerca y arrastra sus falanges por mis vértebras: te noto distante desde ayer, Héctor, ¿te ocurre algo?, ¿es el trabajo?, y juro que estuve a punto de decirle: te la pego con una antigua paciente desde hace varios años, todos los jueves a la misma hora, pero no te preocupes porque una increíble revelación me ha hecho dejarlo, ya nunca más regresaré con Galia, no merece la pena (y por qué no decirlo, pienso, por qué reprimir el deseo y no decir la verdad, por qué no descargar la conciencia y vaciarme del todo); sin embargo, en vez de esa explicación catártica, le dije que sí, que era el exceso de trabajo, y me mostré torpe, callándome la inmensa sabiduría que poseía mientras notaba cómo descendían sus falanges por el edificio engarzado de mi columna, y ella dijo: pero hace mucho tiempo que no me sonríes, y pensé: ¡te equivocas!, somos una sonrisa eterna, ¿no lo ves?: nuestros dientes alcanzan hasta los extremos de la mandíbula y no podemos dejar de sonreír: sonreímos cuando gritamos, cuando lloramos, al pelear, al matar, al morir, al soñar: sonreímos siempre, Alejandra, quise decirle, y la sonrisa es muerte, ¿no lo ves?, quise decirle, nuestras calaveras sonríen siempre, así que la mayor sinceridad consiste en apartar los labios, elevar las comisuras y sonreír con la piel intentando imitar lo mejor posible nuestra sonrisa interior en un gesto que indica que estamos conformes, que aceptamos nuestro final: porque al sonreír descubrimos nuestros dientes, «enseñamos la calavera un poco más», no hay otro gesto humano que nos desvele tanto; la sonrisa, quise decirle, traiciona nuestra muerte, la delata; cada sonrisa es una profecía que se cumple siempre, Alejandra, así que vamos a sonreír, separemos los labios, mostremos los dientes, sonriamos para revelar las calaveras en nuestras caras, hagamos salir el armazón frío y secreto, draguemos el rostro con nuestra sonrisa y extraigamos el cráneo de la profundidad de nuestros hijos, de ti y de mí, del abuelo, de los amigos, de los parientes y del cura; pero no le dije nada de eso y me disculpé con frases inacabadas y ella enfrentó mis ojos y me abrazó y sentí los crujidos, la fricción, costilla contra costilla, golpes de cráneos, y supuse que ella también los había sentido: no seamos tan duros, le dije, y ella respondió, abrazándome aún: no, tú no eres duro, Héctor, y yo le dije: ambos somos duros, y tenía razón, porque se notaba en los ruidos del abrazo, en el telón de fondo de nuestro amor: un sonido semejante al que se produciría al echarnos la suerte con los palillos del I Ching sobre una mesa de mármol, o jugando al ajedrez con fichas de marfil, un trajín de palitos recios como un pimpón de piedra, el entrechocar aparentemente dulce de nuestros esqueletos como agitar perchas vacías; me aparté de ella y terminé de vestirme: quizá soy dura contigo, repitió ella, yo también soy duro, dije, y pensé: y Ameli y Héctor Luis, y todos entre sí y cada uno consigo mismo, ¡qué duros y afilados y cortantes y fríos y blancos y sonoros!; ¿te vas ya?, me dijo, sí, le dije, porque no deseaba desayunar en casa, en realidad no deseaba desayunar nunca más, pero sobre todo, sobre todas las cosas, no deseaba cruzarme con los esqueletos de mis hijos recién levantados, así que casi eché a correr, abrí la puerta y salí a la calle con el abrigo bajo el brazo, a la madrugada fría y oscura; ya he dicho que tengo la consulta cerca, lo cual siempre ha sido una ventaja, aunque no lo era esa mañana: quería trasladarme a ella solo con mi voluntad, sin perder siquiera el tiempo que tardara en desearlo; caminaba observando con mis cuencas vacías las casas que se abren, las figuras blancas que emergen de ellas como fantasmas en medio de la oscuridad, las primeras tiendas de alimentos llenas de huesos y cadáveres limpios de seres y cosas; caminaba y observaba con mis órbitas negras, lleno de un extraño y perseverante horror: ¿qué hacer después de la revelación?, ¿dónde, en qué lugar encontraría el reposo necesario?; porque ahora necesitaba envolverme, ahora, más que nunca, era preciso hallar la suavidad; mientras caminaba hacia la consulta lo pensaba: todos tenemos ansias de suavidad: guantes de borrego, abrigos de lana, bufandas, zapatos cómodos; sin embargo, el mundo son aristas, y todo suena a nuestro alrededor con crujidos de metal; qué pocas cosas delicadas, cuánta aspereza, cuánta jaula de púas, qué amenaza constante de quebrarnos como juncos, de partirnos, qué mundo de esqueletos por dentro y por fuera, móviles o quietos, invasión blanca o negra de huesos pelados, qué cementerio: toda obra es una ruina, toda cosa recién creada tiene aires de destrucción, y nosotros avanzamos por entre cruces, mármol, inscripciones, rejas y ángeles de piedra como espectros, y la niebla de la madrugada nos traspasa, huesos que van y vienen, esqueletos que se acercan y caminan junto a mí y me adelantan, apresurados, aquel que limpia los huesos en ese tramo de la calle, ese otro que espera en la parada, envuelto en su impermeable, huesos blancos por encima de los cuellos, la muerte dentro como una enfermedad que aparece desde que somos concebidos, ¿no hay solución?; y sorprender entonces a un hombre, una figura, no como yo, no como los demás, que se detiene frente a mí y me habla: ¿tiene fuego?, dice, un individuo desaliñado de espesa melena y barba, rostro pequeño, casi escondido, chaqueta sucia y manos sucias que se tambalea de un lado a otro como si el mero hecho de estar de pie fuera un tremendo esfuerzo para él; le ofrezco fuego y se cubre con las manos para encender un cigarrillo medio consumido, entonces dice: gracias, y se aleja; me detengo para observarle: camina con cierta vacilación hasta llegar a la esquina, después se vuelve de cara a la pared, una figura sin rasgos, y distingo la creciente humedad oscura a sus pies, detenerme un instante para contemplarle, volverse él y alejarse con un encogimiento de hombros y una frase brutal; un borracho orinando, pienso, pero al mismo tiempo deduzco: se ha reconstruido, ha verificado su interior, ha exhumado cosas que le pertenecen y le llenan por dentro: líquidos que alguna vez formaron parte de él; eso es un proceso de autoafirmación, pienso: él es algo que yo no soy o que he dejado de ser, ha logrado obtener lo que yo pierdo poco a poco: integridad, quizá porque no tiene que callar, porque es libre para decir lo que le gusta y lo que no, pienso y golpeo con los huesos del pie el cadáver de una vieja lata en la acera, o porque ha aceptado la vida tal cual es, o quizá porque tiene hambre y sed, y necesidad de fumar, dormir y orinar en una esquina, quizá porque siente necesidades en su interior, dentro de esa intimidad de las costillas que en mí mismo forma un espacio negro: sus necesidades le llenan, y yo, satisfecho, camino vacío: eso pensé; era preciso, pues, reformarse, volver a la vida a partir de los huesos, resucitar, aunque es cierto que en algún sitio dentro de mí existían vestigios, cosas que se movían bajo las costillas o en el espacio entre éstas y el hueso púbico, pero era necesario comprobarlo; todo aturdido por el ansia, entré en uno de los bares que estaban abiertos a esas horas y me dirigí apresurado al cuarto de baño, respondiendo con un gesto al hombre que atendía la barra y que me dijo buenos días; ya en el urinario, muy nervioso, busqué mi pija semihundida, perdonando la frase, la extraje y me esforcé un instante: tras un cierto lapso, comprobé la aparición brusca del fino chorro amarillo y sentí una distensión lenta en mi pubis que califiqué como el hallazgo de la vejiga: al fin me sirves de algo, pensé mientras me sacudía la pilila, perdonando la bajeza; así, convertido en pura vejiga, salí a la calle de nuevo y respiré hondo: noté bolsas gemelas a ambos lados del esternón, sacos que se ampliaban con el aire frío de la mañana, y descubrí mis pulmones; en un estado de alborozo difícilmente descriptible me tomé el pulso y sentí, con la alegría de tocar el pecho de un pájaro recién nacido, el golpeteo suave de la arteria contra mi dedo, su pequeño pero nítido calor de hogar, y supe que guardaba sangre y que mi corazón había emergido; caminando hacia la consulta completé mi resurrección, la encarnación lenta de mi esqueleto; así pues, yo era pulmones y vejiga, yo era intestino, tripas, estómago, yo era músculos del pene, tendones, sangre, hígado, vesícula, bazo y páncreas, yo era glándulas y linfa, todo suave, todo lleno, ocupando intersticios como si vertieran sobre mí unas sobras de hombre: yo era, por fin, globos oculares líquidos, yo era lengua y labios, yo era el abrir lento de los párpados, la creación del paladar, la suave nariz horadada, la humedad limpia de la saliva, la lágrima tibia y el sudor de los poros; yo era sobre todo mi propio cerebro, las revueltas grises de los nervios, la masa de ideas invisibles, la voluntad, el deseo, el pensamiento; llegué a la consulta recién creado, aún sin piel pero ya formado y funcionando, atravesé el oscuro umbral con la placa dorada donde se leía «Héctor Galbo, odontólogo», preferí las escaleras y abrí la puerta con la delicadeza muscular de un relojero, con la exactitud de un ladrón o un pianista; Laura, mi secretaria, ya estaba esperándome, y el vestíbulo aparecía iluminado así como la marina enmarcada en la pared opuesta, y me dejé invadir por el olor a cedro de los muebles, la suavidad de la moqueta bajo los pies, y cuando mis globos oculares se movieron hacia Laura pude parpadear evidenciando mi perfección; entonces, la prueba de fuego: me incliné para saludarla con un beso y percibí la suavidad de mi mejilla, los delicados embriones de mis labios, y supe que por fin la piel había aparecido: cabello, pestañas, cejas, uñas, el florecer de mi bigote negro; besarla fue como besarme a mí mismo: buenos días, doctor Galbo, me dijo, noté las cosquillas de mi camisa sobre mi pecho velludo, muy velludo, buenos días, dije, buenos días, Laura, y percibí mi laringe en el foso oculto entre la cabeza y el pecho, sentí el aire atravesando sus infinitos tubos de órgano: buenos días, repetí despacio saludando a todo mi cuerpo reflejado en el espejo del vestíbulo, mi cuerpo con piel y sentimientos, mi cuerpo vestido, bajito, mi cabeza calva y mi rostro bigotudo: buenos días, doctor Galbo, hoy viene usted contento, dice Laura, sí, le dije, vengo aliviado, quise añadir, he orinado en un bar y he descubierto por fin que tengo vejiga, y a partir de ahí todo lo demás, pero en vez de decirle esto pregunté: ¿hay pacientes ya?, y ella: todavía no, y yo: ¿cuántos tengo citados?, y ella: cinco para la mañana, la primera es Francisca, ah sí, Francisca, dije, sí: sus prótesis darán un poco la lata, y me deleito: oh mi memoria perfecta, mis sentidos vivos, mis movimientos coordinados, sí, sí, Francisca, muy bien, y mi imaginación: porque de repente me vi avanzando hacia mi despacho con los músculos poderosos de un tigre, todo mi cuerpo a franjas negras, mis fauces abiertas, los bigotes vibrantes, los ojos de esmeralda, y mi sexo, por fin, mi sexo: porque Laura, con la mitad de años que yo, me parecía una presa fácil para mis instintos, una captura que podía intentarse, la gacela desnuda en la sabana; ya era yo del todo, incluso con mis pensamientos malignos, incluso con mi crueldad, por fin: avíseme cuando llegue, le dije, y entré en mi despacho, me quité el abrigo y la chaqueta, me vestí con la bata blanca, inmaculada, mi bata y mi reloj a prueba de agua y de golpes, y mi anillo de matrimonio, y los periódicos que Laura me compra y deposita en la mesa, y mi ordenador y mis libros, y mis cuadros anatómicos: secciones de la boca, dientes abiertos, mitades de cabezas, nervios, lenguas, ojos, mejor será no mirarlos, pienso, porque son hombres incompletos, yo ya estoy hecho, pienso, envuelto al fin de nuevo en mi funda limpia, recién estrenado; por fin pensar: saber que he regresado al origen, me he recobrado, he impedido mi disolución guardándome en un cuerpo recién hecho; no recuerdo cuánto tiempo estuve sentado frente al escritorio saboreando mi triunfo, pero sé que la segunda y más terrible revelación llegó después, con el primer paciente, y que a partir de entonces ya no he podido ser el mismo, peor aún, porque me he preguntado después si he sido yo mismo alguna vez, si mi integridad fue algo más que una simple ilusión: y fue cuando sonó el timbre de la puerta, el siguiente timbre, el nuevo timbre que me despertó de la última ensoñación (como el de casa de Galia, o el del despertador con sonido de trompeta de cobre, ahora el de la consulta, pensé, y no pude encontrarles relación alguna entre sí, salvo que parecían avisos repentinos, llamadas, notas eléctricas que presagiaban algo), y Laura anunció a la señora Francisca, una mujer mayor y adinerada, como Galia, como Alejandra, con las piernas flebíticas y el rostro rojizo bajo un peinado constante, que entró con lentitud en la consulta hablando de algo que no recuerdo porque me encontraba aún absorto en el éxito de mi creación: fue verla entrar y pensar que iría a casa de Galia cuando la consulta terminara y le diría que todo seguía igual, que era posible continuar, que nada nos estorbaba, y después llegaría a mi casa y le diría a Alejandra que la quería, que nunca más sería duro con ella ni con Ameli, eso me propuse, y saludé a la señora Francisca con una sonrisa amable, y la hice sentarse en el sillón articulado, la eché hacia atrás con los pedales, la enfrenté al brillo de los focos y le pedí que abriera la boca, porque eso es lo primero que le pido a mis pacientes incluso antes de oír sus quejas por completo: como estoy acostumbrado a que esta instrucción se realice a medias, me incliné sobre ella y abrí mi propia boca para demostrarle cómo la quería: así, abra bien la boca, le dije, ah, ah, ah, y es curioso lo cerca que siempre estamos de la inocencia momentos antes de que un nuevo horror nos alcance: incluso éste aparece al principio con disimulo, revelándose en un detalle, en un suceso que, de otra manera, apenas merecería recordarse, porque mientras Francisca, obediente, abría más la boca, descubrí el último de los horrores, la luz del rayo que nunca debería contemplar un ser humano, la degradación final, tan rápida, pavorosa e inevitable como cuando presioné el timbre de Galia, pero mucho peor porque no era lo oculto, lo que era, sino lo que no era, aquello que falta, no lo que se esconde sino lo que no existe: la nueva revelación me violó, perdonando la brutalidad, de tal manera que todos mis logros anteriores adoptaron de inmediato la apariencia de un sueño que no se recuerda sino a fragmentos, e incapaz de reaccionar, permanecí inmóvil, inclinado sobre la mujer, ambos con la boca abierta, ella con los ojos cerrados esperando sin duda la llegada de mis instrumentos; pero como no llegaban los abrió, me vio y advirtió en mi rostro el horror más puro que cabe imaginarse: qué pasa, doctor, me dijo, qué tengo, qué tengo, pero yo me sentía incapaz de responderle, incapaz incluso de continuar allí, fingiendo, así que retrocedí, me quité la bata con delirante torpeza, la arrojé al suelo, me puse la chaqueta y salí de la habitación, corrí hacia el vestíbulo sin hacer caso a las voces de la paciente y a las preguntas de Laura, abrí la puerta, bajé las escaleras frenéticamente y salí a la calle: no sabía adónde dirigirme, ni siquiera si tenía sentido dirigirme a algún sitio; contemplé a los transeúntes con muchísima más incredulidad de la que ellos mostraron al contemplarme a mí: ¿era posible que todos ignoraran?, ¿hasta ese punto nos ha embotado la existencia?; hubo un momento terrible en el que no supe cuál debería ser mi labor: si caer en soledad por el abismo o arrastrar como un profeta a las conciencias ciegas que me rodeaban; es cierto que toda gran verdad precisa ser expresada, pero la locura de mi actual situación consistía en que esta verdad última era inexpresable: quiero decir que esta verdad final no era algo, más bien era nada, así que no podía soñar con explicarla: quizá el silencio en el gélido vacío entre las estrellas hubiera sido una explicación adecuada, pero no un silencio progresivo sino repentino y abrupto: una brecha de espacio muerto, una bomba inversa que absorbiera las cosas hacia dentro, que nos introdujera a todos en un mundo sin lugares ni tiempo donde la nada cobrara alguna especial y terrible significación, quizá entonces, pensé, y corrí por la acera intuyendo que cada minuto desperdiciado era fatal: ¿le ocurre algo?, fue la pregunta que me hizo un individuo que aguardaba frente a un paso de peatones cuando me acerqué, y solo entonces fui consciente de que tenía ambas manos sobre la boca, como si tratara de contener un inmenso vómito; mi respuesta fue ininteligible, porque sacudí la cabeza diciendo que no, pero esperando que él entendiera que eso era lo que me pasaba: que no; si hubiera podido hablar, habría respondido: nada, y precisamente ahí radicaba lo que me ocurría: me ocurría nada, pero era imposible hacerle comprender que nada era infinitamente peor que todos los algos que nos ocurren diariamente; no pude hacer otra cosa sino alejarme de él con las manos aún sobre la boca, corriendo sin saber por dónde iba pero con la secreta esperanza de no ir a ninguna parte, de no llegar, de seguir corriendo para siempre, porque no podía presentarme en casa de aquel modo, no con aquel fallo, sería preciso hacer cualquier cosa para remediar esa escisión, quizá comenzar desde el principio, reunir de nuevo el hilo en el ovillo, a la inversa: pensar en el instante anterior a la revelación, notar la presencia para comprender ahora la falta; pero cómo describirlo: cómo decir que había conocido de repente la boca cuando la paciente abrió la suya y yo quise indicarle cómo tenía que hacerlo y abrí la mía; fue entonces: el tiempo se congeló a mi alrededor y quedé solo en medio de mi hallazgo, como un náufrago, paralizado por la revelación suprema, incapaz de comprender, al igual que con la anterior, por qué no lo había sabido hasta entonces: la boca, claro, ahí, aquí, abajo, bajo mi nariz, en mi rostro, la boca: de repente me había percatado de la verdad, tan simple e invisible debido a su propia evidencia: la boca no es nada, lo comprendí al pedirle a la paciente que la abriera y al abrir la mía: ¿qué he abierto?, pensé: la boca; pero entonces, si la boca abierta también es la boca, el resultado era una oscuridad, un agujero vacío, un abismo; quiero decir que, de repente, al ver la boca, al inclinarme para verla, no la vi, pero no la vi justamente porque era eso: el no verla; si hubiera visto la boca de la misma forma que veo mis dedos, por ejemplo, no lo sería o estaría cerrada; sin embargo, el horror consiste en que una boca abierta también es una boca: como llamarle «dedos» al espacio vacío que hay entre ellos; ¡pero eso no era todo!: si aquel defecto, aquella nada, era, ¿cómo podía evitar la llegada del vacío?, ¿cómo impedir que todo siguiera siendo lo que es en la nada?, ¿cómo pretender recobrar mi cuerpo si me evacuo por ese agujero negro y absurdo?; lo comprendí: ¡si todo se hubiera cerrado a mi alrededor!, ¡si las junturas hubieran encajado perfectamente, sin interrupciones, sin oquedades!, pero tenía que estar la boca, la boca abierta que también era la boca, y ahora ¿cómo permanecer incólume?, ¿cómo seguir inmutable, conservándome dentro, si allí estaba eso que no era, esa nada negra implantada en mí?; corrí, en efecto, a ciegas, no recuerdo durante cuánto tiempo, hasta que un nuevo acontecimiento pudo más que mi propia desesperación: en una esquina, recostado en un portal, distinguí a un hombre, el borracho de aquella madrugada, que parecía dormir o agonizar: un sombrero gris le cubría casi todo el rostro salvo la barba, y allí, insertado en lo más hondo del pelo, un agujero abierto, sin dientes, sin lengua, una cosa negra y circular como una cloaca o la pupila de un cíclope ciego que me mirara, aunque yo fuera «nadie», el vacío terrible, la nada; de repente se había apoderado de mí un horror supremo, un asco infinito, la conjunción final de todo lo repugnante, y me alejé desesperado cubriéndome con las manos aquel «salto», aquel «vacío» letal, atenazado por una sensación revulsiva, un pánico que era como cribar mis ideas con violencia hasta romperlas, la certeza de mi perdición, el desprendimiento a trozos de mi voluntad frente a lo irremediable: esa boca abierta, el error por el que todo entra y todo sale, los secretos, la palabra, el vómito, la saliva, la vida, el aliento final, porque me había envuelto en mi propio cuerpo para hallar algo último que no cierra, ese terrible defecto tras los labios del beso, tras el lenguaje cotidiano, tras los gestos de comer y masticar, más allá de los dientes y la lengua, ese algo que no es el paladar ni la faringe ni la descarga de las glándulas, ese vacío que me recorre hacia dentro, el túnel deshabitado del gusano, la nada, la negación, eso que ahora empezaba a corroerme; porque si existía la boca, nada podía detener la entrada del vacío; así que cerca de casa empecé a perderme, a dividirme en secciones, a horadarme: primero fue la piel, que apenas se presiente, que es casi solamente tacto, la piel que cayó a la acera mientras corría, la piel con mi figura y mis rasgos que se me desprendió como la de un reptil mudando sus escamas, porque el vacío se introducía bajo ella como un cuchillo de aire y la separaba; entonces los músculos y los tendones, en silencio: ¿qué protección pueden ofrecer frente a los túneles de la nada?, ¿qué defensa procuran ante esa marea de vacío, ese fallo que me alcanzaba como a través de un sumidero?, también ellos caen y se desatan como cordajes de barco en una tempestad; la calle en la que vivo recibió el tributo de la lenta pero inexorable pérdida de mis vísceras: ese trago infecto de nada, que no está pero es, provoca la caída de mi estómago y mis intestinos, mi hígado derretido y mi bazo, los pulmones sueltos que se alejan por el aire como palomas grises, el corazón que ya no late, madura, se endurece y cae, gélido como el puño de un muerto, porque nada puede latir frente a la boca, los nervios arrastrados por la acera como hilos de un títere estropeado, los ojos como gotas de leche derramada, la suave materia de mi cerebro, la exactitud de mis sentidos, la excitante delicia del deseo, la provocación del hambre y el instinto, las sensaciones, los impulsos: todo cae y se pierde, todo gotea incesante desde mi armazón, todo se va y se desvanece calle abajo; entro en casa al fin, ya solo mi esqueleto muerto y limpio, y pienso: mis hijos están en el colegio, por fortuna; me dirijo al salón y allí encuentro a Alejandra, que me mira con pasmo; se halla sentada en su sofá tejiendo algo, y probablemente destejiéndolo también, creando y destruyendo en un vaivén de interminable dedicación; entonces me detengo frente a ella, aparto con lentitud las falanges blancas de mi oquedad y la descubro, por fin, en toda su horrible grandeza: la boca abierta, las mandíbulas separadas, el enorme vacío entre maxilares, la verdadera boca que no es, desprovista del engaño de las mucosas, ese espacio negro que nada contiene, y hablo, por fin, tras lo que me parecen siglos de silencio, y mis palabras, emergiendo de ese vacío, son también vacío y horadan: Alejandra, hablo, llevo años traicionándote con una mujer que conocí en la consulta, y ella: Héctor, qué dices, y yo: es guapa, pero no demasiado, cariñosa, pero no demasiado, inteligente, pero no demasiado: lo mejor que tiene es que me quiere y que intentó hacerme feliz, y que nunca me ha creado problemas salvo la necesidad de mentirte, de ocultártelo, una mujer con la que descubrí que puede haber una cierta felicidad cotidiana a la que nunca deberíamos renunciar, como hemos hecho tú y yo, ni siquiera a esa cierta felicidad cotidiana, una mujer, en fin, con la que he sabido que ya todo es igual, que incluso el pecado termina alguna vez, incluso la culpa, incluso lo prohibido, y ella: Héctor, Héctor, qué te pasa, dice, que ya basta de mentiras, respondo y me deshago de su lento abrazo y de sus lágrimas, y basta de silencio, porque era necesario hablar, pero no solo a ti, no, no solo a ti, y ella, gritando: ¿adónde vas?, pero su grito se me pierde con el mío propio, que ya solo oigo yo, y eso es lo terrible: porque mi garganta ha desaparecido y solo quedan las tenues vértebras y el deseo de ser escuchado; corro entonces a casa de Galia arrastrando apenas los jirones blancos de mis huesos por la acera, y ella misma abre la puerta y grita al verme: no, Galia, no podemos seguir juntos, dije entonces, no tengo nada más que hacer aquí, tú, viuda y solitaria, yo, casado y solitario, nada que hacer, Galia, no más consuelos, no más secretos, basta de felicidad y de cariño doméstico, porque llega un instante, Galia, en que todo termina, y lo peor de todo es que tú no eres una solución: ¿por qué?, me dijo: porque es necesario decir la verdad y revelar la mentira, repliqué, aunque nos quedemos vacíos, es necesario abrir las bocas, Galia, le dije, y volcarnos en hablar y hablar y destruirlo todo con las palabras, dije, porque si algo somos, Galia, es aliento, así que es necesario, por eso lo hago, dije, y me alejé de ella, que gritó: ¿adónde vas?, pero su grito se perdió dentro del mío, que ya era tan enorme como el silencio del cielo; y me alejé de todos, de una ciudad que no era mi ciudad, de una vida que no era mi vida, corrí ya casi llevado por el viento, las espinas delgadas de mi cuerpo flotando en el aire, corrí, volé hacia los bosques transportado por una ráfaga de brisa como el polvo o la basura, avancé por la hierba, entre los árboles, desgastándome con cada palabra: basta con eso, dije, no más hogar, no más vida, no más esfuerzo, dije, grité en silencio: ya basta de mundo y de existencia, ya basta de hacer y de procurar, soportar, callar y mirar buscando respuestas, no, no más luz sobre mis ojos, nunca otro día más, basta de desear y pretender, de conseguir y por último perder lo conseguido y enfermar y morir y terminar en nada, todo vacío, intrascendente, limitado y mediocre: basta, porque hay un error en nosotros, un hiato perenne, el sello de la nada, esta boca siempre abierta, este hueco hacia algo y desde algo, miradlo: está en vosotros, el sumidero, el vórtice; lo he soportado todo, incluso los años de silencio, los años iguales y el silencio, la muerte interior, el vacío interior, la falsa esperanza, la ausencia de deseos, pero no puedo soportar esta conexión: si tiene que existir esto, este hueco vacío y nulo, esta ausencia de mi carne y de mi cuerpo, si tiene que existir la boca, prefiero echarlo todo fuera, dejar que todo se vaya como un soplo puro, que lo oigan todos, que todos lo sepan, prefiero esto a la falsa seguridad de un cuerpo muerto, eso dije, eso grité, y me vi por fin convertido en nada, la oquedad llenando todos mis huesos abiertos como flautas mudas, desmenuzados como arena por fin, solo esa ceniza última, apenas el rastro leve que el viento termina por borrar, el vacío enorme de esa boca que tiene que decir y revelar y descubrir y gritar y acusar y vaciarme hacia fuera desde dentro y mezclarme con todo, esa boca abierta e infinita del silencio absoluto por la que hablo aunque nadie oiga
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En vano intenté aplacarla argumentando que mi interés era puramente científico, y le propuse cambiar mi primitivo propósito de visitar un burdel por el de invitar a comer a casa a una mujer del arte, para que satisfaciese mi curiosidad
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Matthias Webb me felicitó por mi aparente erudición, pero cuando, animado por sus elogios, propuse una colaboración más regular, pareció azorado y súbitamente irritado:
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En vez de eso le propuse diversificar el juego, atravesar el espejo del todo, aquel espejo que le devolvía la imagen de madura casada respetable que vive un amor imposible