Usar "urbanidad" en una oración
urbanidad oraciones de ejemplo
urbanidad
1. Despidiose de ellas el futuro modelo con toda la urbanidad que en él eraposible, y salieron
2. Trataba doña Lupe a supresunta sobrina con urbanidad; pero guardando las distancias
3. Es un libro de urbanidad para uso de las jóvenes
4. Presentación haciendo gestos de delicada urbanidad,
5. ¿Qué muestras de aprecio y de urbanidad para con las mujeres da elnoble
6. rivalesotra cosa que las muestras de una fría urbanidad,
7. trataba a las celadoras con urbanidad y miramientos;
8. apreciación de losgrados de urbanidad con que debía obsequiarse a las diferentes personassegún
9. más delicada urbanidad, ydivirtió y regocijó a la reunión,
10. lo disimula el barniz de urbanidad con que resplandecen, a la luz delas relaciones
11. urbanidad nos piden que los asemos con setas
12. Este noblecontinente era realzado por una urbanidad en los
13. –La urbanidad no es más que un mero juego
14. Miguel con cierta urbanidad oficiosa, y Martín no convencido de que aquellos galanteos fueran cosa espontánea
15. La filosofía del ejemplo le aterró, balbuceó algunas palabras de urbanidad general y bajó rápidamente
16. Lo que no olvidó, en cambio, fueron las normas de urbanidad, que conservó intactas hasta su último día
17. La observó por un par de semanas y cuando estuvo segura del diagnóstico, llamó a Blanca Trueba a su despacho y le explicó, en la forma más cortés que pudo, que la niña escapaba por completo a los límites habituales de la formación británica y le sugirió que la pusiera en un colegio de monjas españolas, donde tal vez podrían dominar su imaginación lunática y corregir su pésima urbanidad
18. Pudo notarse que entre Isabel y Flores existía ya esa dulce inteligencia del amor comprendido, que es como el preliminar de la confianza, mientras que para Fernando la rubia no tenía más que una mirada llena de urbanidad, pero fría
19. La urbanidad exigía que se sorbiese directamente el caldo de las pequeñas tazas barnizadas y que se comiesen las porciones sólidas con palillos
20. menos festivo que en sus escritos; pero tenía semejanza con éstos por la serenidad inalterable en las sátiras más crueles, por el comedimiento, el aticismo, cierta urbanidad solapada e irónica, y la estudiada llaneza de sus conceptos
21. Pedro del Congosto, aprende de él; mírate en el espejo de su respetuosidad, de su severidad, de su aplomo, de su impasible y jamás turbado platonismo; observa cómo enfrena sus pasiones; como enfría el ardor de los pensamientos con la estudiada urbanidad de las palabras; cómo reconcentra en la idea su afición y pone freno a las manos y mordaza a la lengua y cadenas al corazón que quiere saltársele del pecho
22. Presentación haciendo gestos de delicada urbanidad, remedando a una persona que durante el paseo encuentra en la calle a un conocido, parose ante D
23. No podía de ningún modo asentir a que pereciese aquella figura airosa y gallarda, aquel semblante varonil, aquel mirar dulce y penetrante, aquella discreción y urbanidad de lenguaje, aquella nobleza que en toda su persona resplandecía, aquel misterio de su vida y de su entrada en el convento, la violencia [299] misma de su aparición seguida de manifestaciones hidalgas, aquel no sé qué de semejante hombre que había despertado súbitamente un interés muy vivo en el alma de Sor Teodora de Aransis
24. En este había una joven que acompañaba a Jenara en todas sus excursiones, y a la cual, según las lenguas cortesanas, galanteaba el bueno de Pipaón con más calor del que la simple urbanidad consiente
25. Viéndose separado de Uhagón, que en el [394] barullo fue arrastrado lejos de su amigo, los que rodeaban a Calpena dijéronle con cariñosa urbanidad: «Ya encontraremos a Celestino
26. A todo asintió Fago, por urbanidad, pues creía firmemente que los enfermos se pierden o se salvan por sentencia superior, sin que pueda la ciencia humana precipitar ni atajar la muerte
27. Sus viajes frecuentes le afinaron el gusto; [208] el trato mercantil y el roce social hicieron de él un hombre en quien la urbanidad no desmerecía de la inteligencia
28. Beltrán se hallaba en tal compañía muy a gusto, y se desvivía por corresponder con su exquisita urbanidad a los obsequios de la hidalga familia
29. En fin, mi madre no me dejó seguir, y se restableció la concordia, conteniéndome yo dentro de las reglas de la más elemental urbanidad
30. Después de hacer esa concesión en nombre de una pretendida urbanidad, tío Joseph caminó gentilmente arriba y abajo con su sobrina por el pasillo que había junto a la puerta
31. Era Centurión recibiendo el oficio en que, con formas de sarcástica urbanidad, se le decía que cesaba
32. Contestó Alfonso con timidez, afable y sonriente, fiel observador ya de la urbanidad regia, que aprendido había antes que los primeros rudimentos del saber humano
33. Recordé la poca urbanidad con que Novo había lamido la bandeja de los pasteles
34. Las lecciones que Maximiliano le daba referentes a cosas de urbanidad y a conocimientos rudimentarios de los que exige la buena educación eran tan provechosas, que le bastaban a veces indicaciones leves para asimilarse una idea o un conjunto de ideas
35. Trataba doña Lupe a su presunta sobrina con urbanidad; pero guardando las distancias
36. Si el placer masculino al que ella se refirió esa mañana era el simple, directo de montarla y venirme, jamás lo hice sin todos los preámbulos, el foreplay, que la urbanidad sexual indica para satisfacer a la mujer y llevarla a un punto anterior a la culminación que conduzca, con suerte, al orgasmo compartido, el coito emocionante, hecho por partes idénticas de carne y de espíritu: venirse juntos, viajar al cielo… ¿Fallé en otro capítulo? Los revisé todos
37. Empezó con una buena ración, pero le gustó tanto que repitió con otra igual, y estaba lamentando no servirse la tercera por remilgos de urbanidad, cuando se enteró de que acababa de comerse con un placer insospechado dos platos rebosantes de puré de berenjena
38. Siguió comiendo en silencio, y el mal humor se le veía hasta en la manera en que violó las leyes de urbanidad que sustentaban la reputación legendaria de los capitanes del río
39. * Emily Post (1873-1960) es autora de un tratado de urbanidad y buenas maneras muy conocido en el mundo de habla inglesa
40. El brazo de Lola era mucho más delgado y liviano que el de su madre, y Pierrot empezó a sollozar, pero en silencio, todavía consciente de que estaba en una casa extraña donde la urbanidad era primordial
41. Y, sin embargo, a juzgar por lo que hemos visto, el pueblo de Trollon se felicita a sí mismo por su urbanidad, humanidad, amabilidad y actitudes graciosas mientras que los muertos se tambalean bajo sus pies, sosteniéndolos en toda su autoengañosa estupidez, produciendo esta parodia de progreso
42. Lo mismo estaba metiendo la pata, pero, claro, a saber cuáles eran las normas de urbanidad en el ámbito canalla
43. Sabía por experiencia que a los funcionarios de prisiones no les inculcaban reglas de urbanidad
44. Madame Chauchat sospechaba esa posición de Hans Castorp, y si se hubiese fijado en la actitud de Settembrini, hubiera visto confirmada su sospecha; pero ella era demasiado distraída para eso, todo lo distraída que permitía la urbanidad humanista
45. Claro está que el señor de Norpois lo recibía con extremada urbanidad, que ni aun quería que se molestase y «se tomara el trabajo de ir hasta su puerta», que iba en persona al hotel del príncipe, y cuando el caballero teutónico había lanzado: «Me gustaría mucho ser colega de usted», respondía en tono convencido: «¡Ah, sería muy feliz con ello!» Y sin duda que un ingenuo, un doctor Cottard, se hubiera dicho:
46. Me recibió, por el contrario, con una alegría evidentemente ficticia en parte y dictada por la urbanidad, pero por lo demás sincera, inspirada por su estómago, en el que un retraso tal había despertado el hambre, y por la conciencia de una impaciencia igual en todos sus invitados, que llenaban por completo el salón
47. Por otra parte, en virtud de un resto heredado de la vida de las cortes, que se llama la urbanidad mundana y que no es superficial, sino que en él, por obra de una conversión de lo externo en interno, es la superficie lo que pasa a ser esencial y profundo, el duque y la duquesa de Guermantes consideraban como un deber más esencial que los —descuidados bastante a menudo, cuando menos por uno de ellos— de la caridad, de la castidad, de la piedad y de la justicia, el más inflexible, de no hablar apenas a la princesa de Parma como no fuese en tercera persona
48. Pero desde el momento en que se trata de un sentimiento hondo, de cosas del corazón, el deber, tan inflexible mientras se trata de urbanidad, cambia por completo
49. Así era, desde luego, y parece que en una sociedad igualitaria desaparecería la urbanidad, no, como se cree, porque faltase la educación, sino porque en los unos desaparecería la deferencia debida al prestigio que debe ser imaginario para ser eficaz, y, sobre todo, en los otros, la amabilidad que se prodiga y afina cuando se siente que tiene para el que la recibe un valor infinito, que en un mundo fundado en la igualdad se reduciría súbitamente a nada, como todo lo que no tuviera más valor que el fiduciario
50. Pero los grupos son más o menos avanzados; y así como “la Unión de las izquierdas” difiere de la “Federación socialista”, y de la Schola Cantorum, tal Sociedad de música mendelssohniana, así, algunas noches, en otra mesa, hay extremistas que dejan asomar una pulsera por debajo de sus puños postizos, a veces un collar por la abertura del cuello, obligan con sus miradas insistentes, con sus cloqueos, sus risas, sus caricias entre sí, a una pandilla de colegiales a huir más que aprisa, y son servidos, con una urbanidad bajo la cual se incuba la indignación, por un camarero que, como las noches en que sirve a dreyfusistas, hallaría placer en requerir la policía si no le conviniera guardar las propinas