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aureola frasi di esempio
aureola
1. aureola de luz que transmitía una gran sensación de paz y bienestar
2. Con este título entró Manuela en la historia de Colombia, con la aureola de las heroínas, no para la veneración, como dicen algunos historiadores, sino para la admiración, pues siempre tratamos de no perder los estribos de las proporciones
3. de vasos de color, y dorabanel aire que las circundaba con esa aureola
4. cierta aureola poética, que solamenterefluía en el corazón de su
5. chata, crespa y enmarañada, se habíaengrandecido á los ojos de la patulea con la aureola del genio; el
6. asesino; mientras se leaparecía rodeada de la aureola del
7. inmóvil de la carátula, y en las potencias, aureola onimbo que coronan sus cabezas, inscrito el
8. una irradiación, que, á ser visible,hubiera parecido una aureola
9. mejillas el color del entusiasmo, de las conferenciasíntimas, espirituales; una aureola de una
10. habían proporcionadocierta aureola de terrible seducción,
11. Y digoesto, menoscabando quizás la aureola que el pueblo puso en las sienesdel jefe
12. Se intensificó la aureola de pánico con la proximidad, y Huma empezó a captar preguntas ahogadas acerca de los acontecimientos del alcázar
13. Algo bulló en el seno del cristal verde, una aureola luminosa que hizo que el maléfico encantador se deshiciera de su bastón y pusiera ambas palmas encima del artefacto
14. Su pluma tenía tanto prestigio, que ni la dictadura consiguió amordazarlo por completo y en sus años de profesión ganó una aureola de honestidad que le permitía publicar aquello que sus colegas jamás habrían osado
15. Desde abajo, por un juego óptico, la cabeza de Fiamma se situaba justo debajo de la brillante aureola
16. el mediocre triunfa y el criminal recibe la aureola de santo, ante quien todos se arrodillan, a quien todos aclaman, a quien todos adulan
17. Y digo esto, menoscabando quizás la aureola que el pueblo puso en las sienes del jefe de la escuadra española en aquella memorable ocasión
18. [2] Arturo: debemos a Geoffrey de Monmouth por su Historia Regum Britanniae la incursión de Arturo en la historia de los reyes de Inglaterra y, en parte, la gran propagación de su aureola mítica
19. Muy al contrario que a su futuro esposo, a Isabel la rodeaba una aureola de paz, entereza y majestuosidad
20. Brillaba con una intensa luz roja y estaba rodeado por una aureola neblinosa
21. Él ya conocía la respuesta a esa pregunta: las llaves del ermitaño, el reloj de arena… La salida del laberinto, el tablero, la aureola… Y más cosas
22. Durante un segundo de estupefacción, el Rey no se movió, con el rostro torcido por la sorpresa, sin aureola, meramente humano; y entonces el trono vaciló y bajó los quince centímetros que lo separaban del suelo, estrellándose con un golpe sordo, justo cuando todas las luces del palacio se apagaban
23. Para creer en la sangre pura y en una raza privilegiada, para ponerse con el pensamiento por encima de los demás hombres ¿no es preciso haber medido desde la cuna el espacio que separa á los patricios del pueblo? Para mandar ¿no es necesario no haber conocido nunca iguales? ¿no es necesario, en fin, que la educación inculque las ideas que la naturaleza inspira á los grandes hombres á quienes ha puesto una corona en la frente antes de que su madre haya depositado un beso en la misma? Estas ideas y esta educación no son ya posibles en Francia, donde hace ya cuarenta años que la casualidad se ha arrogado el derecho de hacer nobles, marcándolos con la sangre derramada en el campo de batalla, dorándolos con la gloria, coronándolos con la aureola del genio; donde la abolición de las instituciones y los mayorazgos, desmenuzando las herencias, obliga al noble á ocuparse de sus asuntos en lugar de ocuparse de los asuntos del Estado, y donde la grandeza personal sólo puede ser una grandeza adquirida después de largos y continuos trabajos: era completamente nuevo
24. El sol levaba anclas y en el cielo crecía una especie de aureola mientras los últimos rayos rojizos atravesaban las nubes
25. Una aureola mágica lo envolvió y fue sustituido en un abrir y cerrar de ojos por un espléndido refrigerador de seis puertas a monedas
26. Cuando ya no queda nadie, porque todos los trenes se fueron, las Estaciones recobran la aureola de su inutilidad y adquieren esa atmósfera fantasmal que Martín respiraba satisfecho, mientras caminaba con el cigarrillo en los labios
27. Dos coches se colocaron en posición, ofrecieron a la visita poco menos que una aureola celestial de acceso, y el piloto descendió, sin afeitar, sin sonreír y al parecer sin lavar desde hacía tiempo
28. Todo el monte estaba invadido por la luz del amanecer, entre el rosa y el oro, y parecía que una aureola dorada rodeara al perro
29. Empero, su aureola casi mesiánica se tornó en su contra, siendo el propio delfín, más bien por desidia que por inquina, el que permitió su captura impune y posterior juicio a manos de sus enemigos
30. De ahí, posiblemente, vino la terrible aureola vampírica y su presunto desapego de la fe cristiana en beneficio de viejas prácticas paganas
31. Años antes los narcotraficantes estaban de moda por una aureola fantástica
32. Tenía una aureola como los santos católicos, pero ésta era de latón, y el estilo y los materiales hacían pensar en un añadido de pacotilla
33. Maruja soñó una noche que trataba de arrancarle la aureola a la estatua porque le parecía muy fea, pero no lo logró
34. Despertó muy molesta por el mal recuerdo, corrió a ver la estatua en el salón de la casa, y encontró al dios descoronado y la aureola tirada en el piso como si fuera el final de su sueño
35. Maruja -que es racionalista y agnóstica-, se conformó con la idea de que era ella misma, en un episodio irrecordable de sonambulismo, quien le había quitado la aureola al Dios de la Muerte
36. Así, durante el reinado del gran Ramsés II, su propia guardia estuvo formada por mercenarios llamados shardana, que pronto se vieron rodeados de una aureola como cuerpo de élite
37. La luz creaba ahora una aureola, un efecto deslumbrante en su cara
38. Como había iniciado su carrera política ya bajo Caracalla y había disfrutado de la confianza de Máximo, el tiempo lo había dotado de una cierta aureola de inviolabilidad, y de la honrosa reputación de haberle devuelto un poco de orden a Roma tras los desórdenes de la época de Pupieno y Balbino
39. Mientras las luces de Londres se iban apagando en la aureola de un amanecer impecable, Yoyo decidió llamar una vez más a Jericho
40. En el pasillo los pilotos de noche difundían una ligera aureola sobre las paredes blancas y sobre los suelos de linóleo
41. «El antimonio, el fuego», pensaba, pero la reverberación era tan lejana, nos costaba tanta sangre y tanto dolor aquella ciudad de espejismo, que solía mirar la roja aureola de muerte como cuando de pequeño, en el campo, miraba las lejanas girándulas de fuego de la fiesta de san Calogero: un luminoso y lejano juego de la noche
42. Y empieza una especie de cruzada de razas y pueblos por la conquista de aquellos parajes, circundados de la mística aureola que crea sobre ellos el anhelo de su descubrimiento
43. En la tarde del día en que se terminó de preparar la instalación, Ardavena y Roberto se paseaban alrededor del aparato, en el que la gelatina fosforosa iba apareciendo poco a poco, en las tinieblas, como rodeada de una aureola de luz blanca
44. Desde hacía ya bastante tiempo pertenecía a la categoría de los grandes maestros internacionales, era extremadamente famoso, le citaban en todos los libros de ajedrez y era candidato, junto con otros cinco o seis jugadores, al título de campeón del mundo, pero debía toda esa halagüeña reputación a sus primeras actuaciones, las que habían dejado a su alrededor una especie de vaga aureola, el halo de los elegidos, un nimbo de gloria
45. Había entre sus prendas de vestir algunas que debía haberse puesto durante años, sin fijarse en su estado, sin atreverse a desecharlas, cosas innecesarias e inesperadas: un cinturón de lona con una hebilla metálica en forma de letra S, con una bolsa de cuero al lado, un cortaplumas en miniatura con cachas de nácar para colgar de una cadena de reloj, una colección de tarjetas postales italianas: cielos azules, madonnas y una aureola lila sobre el Vesubio; algunas cosas inequívocamente peterburguesas: un abaco minúsculo con cuentas rojas y blancas, un calendario de escritorio, con algunas páginas sueltas correspondientes al año 1918
46. » Cuando de las nieblas de la bebida surgen historias como ésta, lo veo envuelto en una aureola de maldad, un secreto gusto por la crueldad
47. Pero precisamente esa aureola de una piedad un poco temeraria, en la que el olor de la sangre desempeñaba su papel, había sido la causa de su perdición, pues con motivo de una revuelta popular y de un pánico furioso provocado por el asesinato inexplicable de dos niños cristianos, Elías fue espantosamente asesinado
48. El accidente del señor Ferge se va haciendo más grandioso a medida que el tiempo pasa, y ha acabado llevándolo en torno de la cabeza como una aureola
49. Por la noche yacía bajo una luna con una aureola perfecta, como un ojo majestuoso que lo veía y presidía su sueño
50. Pero también a Gilberta la quise porque se me apareció con la aureola de ser amiga de Bergotte e ir con él a ver catedrales