1.
—De gente de bien es agradecer los favores que se reciben, así que en pago del beneficio recibido necesito que se pongan en camino hacia la región del Tejo, y allí, de rodillas ante la señora Dulcinea, me le dicen que su caballero, el de la Triste Figura, le envía sus respetos, y le cuentan, punto por punto, todo lo de esta famosa aventura, y luego de esto quedarán en completa libertad
2.
Fascinante aventura, Eldorado por muchos forajidos, la tierra prometida de los mormones con barba! Pero qué significa todo esto con África donde estoy? Sí! Pensé que, mientras todo que esto sucedía en el oeste, en otros Estados de América del sur los grandes terratenientes fueron bandada de lejanas tierras tantos animales
3.
El tiempo pasa, soñar y recordar a continuación, se ejecuta incluso! Cuánto tiempo había pasado desde que tuve la última aventura sentimental
4.
Brión se sintió desautorizado y ofendido, los expedicionarios y sus comandantes perdieron confianza y entusiasmo, las tripulaciones convirtieron el episodio en un motivo de habladurías y alusiones burlescas a la conducta del Libertador, el cual perdió autoridad y prestigio, al dar la impresión de que para él era más importante la fugaz aventura erótica que la campaña emancipadora que acababan de emprender
5.
A esta altura de nuestro relato, se preguntará el lector si una persona que llevó tan intensa vida erótica, en la cual se produjeron relaciones por lapsos que van de la aventura pasajera a lo estable, como fue el caso de su convivencia con mañuela Sáenz, no dejaría, al menos en alguna de ellas, el bruto de sus devaneos?
6.
puede alcanzar sus más altas cimas en la aventura del conocimiento
7.
Unwin pensó que tendrían que dormir en el laberinto, en la cámara central del relato, y que en el recuerdo esa larga incomodidad sería una aventura
8.
Al principio no le llamaban laatención las mujeres que encontraba; pero al poco tiempo empezó adistinguir las guapas de las que no lo eran, y se iba en seguimiento dealguna, por puro éxtasis de aventura, hasta que encontraba otra mejor yla seguía también
9.
Y así como se supone y casi se entrevé una tierra lejana cuandose va navegando a la aventura, así entreveía ella la contingencia dequererle con amor más firme, y de pasar a su lado toda la vida, llegandoa no desear nunca otra mejor
10.
[58] "Caballero, mira que el prisionero que en la prisiónpierde el ánimo, aventura el derecho de la libertad
11.
Cuando unhombre inteligente aventura una declaración es porque
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hablando en la pasada aventura, siguieron el caminodel Puerto Lápice, porque allí decía don
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modo con que había pintado la aventura del Caballero delLago, de la impresión que en él habían
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antes que en otra aventura me ponga, y allítomaré la bendición y buena licencia de la sin par
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llegaron casi a hallarse en la aventura del carro de la Muerte
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aventura, y alababan entre sí la agudeza ydisimulación de la Trifaldi, la cual, volviéndose a
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se aventura entre la hierbacenagosa; el folado anida en la piedra,
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A pesar de su mal humor por la aventura en la Universidad y por laspersecuciones que le podían hacer
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Ciudad-Paraíso de las Mujeres, y la deplorable aventura con
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Una aventura de la Condesa
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elección delvapor en que se debe tentar la aventura
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De vez en cuando surgía en su memoria el recuerdo de aquella aventura dela
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aventura las fuerzas del Rey, y, porconsiguiente, protestando de cualquiera otraopinión decidía
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Siguieronle hasta ciento de los más fieles, y por un grandeespacio puso la victoria en duda; tanto puede en semejantes ocasiones lapersona del Príncipe que se aventura
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forman,reunidos, un canal navegable que se aventura en el corazón de laAmérica
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que parecía en el buencamino, y ahora sale con esa aventura
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del héroe, con el botín y la aventura, ytodo su ensueño fracasó
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las entrañas; mientras el paje, en pie, junto a la silla,relataba su reciente aventura:
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prudente haberse quedado en la aldea quemeterse en una aventura semejante
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de nuevo la aventura, observando la mismadiscreción en cuanto
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Comparaba ellala situación a la aventura de flotar sobre mansa
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plena aventura, comolos miserables que se aglomeraban en los
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aventura del barco encantado», cuandoDon Quijote y su
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tal calificaba convehemente apreciación su aventura reciente
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Y Ojeda salía deesta aventura con una
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También el banco de la Aventura pareció interesar al conde
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en loslímites del extenso banco de la Aventura
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Aquella aventura podía torcerse en menos que cantaba un gallo
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–Tengo la impresión de que ésta es la clase de aventura que incluso a ti te gustaría -se chanceó a su vez
40.
Un pueblo que ha sufrido desde los tiempos en que fue reducido por los egipcios a la esclavitud, un pueblo al que se impidió practicar su religión hasta la Edad Media, cuando los cruzados, en su salvaje y desatinada aventura en la tierra que llamaban santa, saquearon pueblos y ciudades, masacrando comunidades enteras que morían con el Shema Yisrael[3] en los labios, pensando que la Redención llegaría con el Mesías…, y hasta hoy, ayer apenas, con la espantosa catástrofe
41.
Ahora, ella permanecería junto a él mientras durara la aventura y por mucho que fuese el peligro
42.
Entraban en ellas poderosos elementos de aventura científica, y la obsesión por descubrir nuevas tierras, nuevas plantas y animales, nuevos pueblos; la búsqueda del conocimiento en sí
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Ellos, en cambio, en la vida de ella, son las únicas ocasiones que tiene de participar en el espectáculo de la libertad, la audacia y la aventura
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Luego, durante un rato, se sentó ante él intentando asegurarse de que tenía el control de su mente, ya que aquella eterna y solitaria noche había durado tanto que era incapaz de calcular cuánto y veía como aquella aventura que iba a emprender empezaba a asumir tales proporciones en su mente, que una vez más temió que pudiera hallarse bajo el delirio de la locura
45.
Escuchó con los ojos cerrados toda la aventura de Dick en las tumbas de Selford
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La impresión que en su espíritu había ejercido la horrible aventura la había dejado cansada e incapaz de comprender lo que significaba todo lo ocurrido aquella noche
47.
Porque la víspera de nuestra partida -lo recordaba yo ahora- había invocado el consabido anhelo de evasión, dotando la gran palabra Aventura de todas sus implicaciones de «invitación al viaje», fuga de lo cotidiano, encuentros fortuitos, visión de Increíbles Floridas de poeta alucinado
48.
Lo llamativo del caso fue que las Repúblicas de Génova y Venecia, temerosas de perder sus "franquicias" respecto a las rutas comerciales hacia Oriente, no se comprometieron con la aventura de la desafortunada Cruzada
49.
La dehesa es buen escenario para la aventura y los lances peligrosos y de emoción, mientras que en el corral crecen el aburrimiento y la monotonía envueltos en su menesteroso polvo doméstico
50.
Y allí estaban otra vez, gemelos e incombustibles, unidos en su última aventura pública por el vicio de la política, por los votos de los ciudadanos y por la normativa parlamentaria, jibarizados por el sistema político que habían armado a cuatro manos como si la historia quisiera fabricar con ellos una nueva figura: cinco años atrás cambiaban una dictadura por una democracia y ahora eran dos diputados prácticamente invisibles excepto como iconos fatigosos de una época que el país entero parecía impaciente por superar
51.
Como Armada, que estaba seguro de poder dominar aquel día la Zarzuela con su autoridad de antiguo secretario del Rey, el 23 de febrero Milans pecó de soberbia: se consideraba a sí mismo el militar más prestigioso del ejército y creyó que su vitola ilusoria de general invencible bastaría para arrastrar a los demás capitanes generales a una aventura incierta y para sublevar la Brunete sin haberla preparado para ello
52.
Todavía bajo el efecto de la tremenda tensión militar provocada por el consejo de guerra multitudinario y por la condena de algunos de los jefes más prestigiosos del ejército, hubo quien interpretó el cuádruple atentado como un signo de que estaba en marcha un nuevo golpe militar y como un aviso al CESID para que esta vez no se interpusiera en el camino de sus organizadores; lo más probable es que fuese un aviso más personal: muchos militares y guardias civiles estaban furiosos con el CESID porque el 23 de febrero no se había puesto del lado del golpe y había hecho lo posible por pararlo, pero aún estaban más furiosos con Cortina, que según ellos había lanzado a los golpistas a la aventura, los había abandonado a mitad del recorrido y había logrado pese a todo salir indemne del juicio
53.
Es verdad que es un gesto de coraje y un gesto de gracia y un gesto de rebeldía, un gesto soberano de libertad y un gesto histriónico, el gesto de un hombre acabado que concibe la política como aventura y que intenta agónicamente legitimarse y que por un momento parece encarnar la democracia con plenitud, un gesto de autoridad y un gesto de redención individual y tal vez colectiva, el último gesto puramente político de un político puro, y por eso el más violento; todo esto es verdad, pero también es verdad que por algún motivo ese inventario de definiciones no satisface ni al sentimiento ni al instinto ni a la inteligencia, como si el gesto de Suárez fuera un gesto inagotable o inexplicable o absurdo, o como si contuviera infinitos gestos
54.
Del buen suceso que el valeroso don Quijote tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de viento, con otros sucesos dignos de felice recordación
55.
-En eso -respondió el bachiller-, hay diferentes opiniones, como hay diferentes gustos: unos se atienen a la aventura de los molinos de viento, que a vuestra merced le parecieron Briareos y gigantes; otros, a la de los batanes; éste, a la descripción de los dos ejércitos, que después parecieron ser dos manadas de carneros; aquél encarece la del muerto que llevaban a enterrar a Segovia; uno dice que a todas se aventaja la de la libertad de los galeotes; otro, que ninguna iguala a la de los dos gigantes benitos, con la pendencia del valeroso vizcaíno
56.
Donde se cuenta la aventura del pastor enamorado, con otros en verdad graciosos sucesos
57.
Y luego se hincó de rodillas y hizo una oración en voz baja al cielo, pidiendo a Dios le ayudase y le diese buen suceso en aquella, al parecer, peligrosa y nueva aventura, y en voz alta dijo luego:
58.
Reventaban de risa con estas cosas los duques, como aquellos que habían tomado el pulso a la tal aventura, y alababan entre sí la agudeza y disimulación de la Trifaldi, la cual, volviéndose a sentar, dijo:
59.
Con el felice y gracioso suceso de la aventura de la Dolorida, quedaron tan contentos los duques, que determinaron pasar con las burlas adelante, viendo el acomodado sujeto que tenían para que se tuviesen por veras; y así, habiendo dado la traza y órdenes que sus criados y sus vasallos habían de guardar con Sancho en el gobierno de la ínsula prometida, otro día, que fue el que sucedió al vuelo de Clavileño, dijo el duque a Sancho que se adeliñase y compusiese para ir a ser gobernador, que ya sus insulanos le estaban esperando como el agua de mayo
60.
Su color oscuro, su nariz semítica y sus ojos negros, de dulce expresión, en los que resplandecía una viva luz de inteligencia (con toda probabilidad eran aquéllos los ojos resplandecientes de los que Milke le había hablado hacía poco más de dos meses, al contarle su aventura en el viejo cementerio), mostraban sus orígenes orientales
61.
A las ocho cenaban en silencio, o bien el tío contaba una oscura aventura que le hacía reír a carcajadas, pero en todo caso nunca se hablaba del liceo, salvo cuando la abuela preguntaba a Jacques si había tenido buenas notas, y él decía que sí y nadie volvía a mencionar el asunto, y su madre no le preguntaba nada, meneando la cabeza y mirándolo con sus ojos dulces cuando reconocía que había obtenido buenas calificaciones, pero siempre silenciosa y un poco aparte
62.
La carta, que seguía ampliando con otros inocentes detalles nuestra frustrada aventura, terminaba con frase de declaración, escogida de un misterioso librito que circulaba entre los alumnos de tercero y cuarto, lleno de las instrucciones necesarias par cada caso amoroso:
63.
A pesar de lo maravillosas que me parecieron entonces mi aventura y revelación del pompeyano lupanar malagueño, volví a mis paseos solitarios y a mis apuntes de la Caleta, del Limonar, de las lejanías campestres y marítimas desde el castillo de Gibralfaro
64.
También me lancé a la aventura de engarzar unos tercetos -«Sueño del marinero»-, en los que resumía todas mis ansias de viaje, toda mi creciente melancolía de muchacho de mar, anclado en tierra
65.
Aunque Juan Ramón en algún momento de justo enfado conmigo me calificara, luego, de ista, es decir, de cultivar los ismos en boga, tengo que expresar aquí mi horror por las clasificaciones, mi amor, por el contrario, a la independencia más absoluta, a la variedad, a la aventura permanente por selvas y mares inexplorados
66.
Dejaba Ignacio su valiente aventura para meterse en otra, en donde las cornadas son a veces más graves
67.
Stand Hard compartía con el conferenciante el amargo sentimiento de que la parte más dolorosa de toda aquella historia estribaba en el hecho de que un par de desvergonzados mentirosos cuyo coeficiente intelectual ni siquiera alcanzaba el promedio, y que en buena lógica deberían dedicarse al oficio de trileros en cualquier mercado pueblerino en lugar de presidir sus respectivas naciones, hubieran sido, no obstante, los protagonistas de una feroz aventura bélica de incalculables proporciones que había llevado la muerte y la desesperación a millones de hogares a todo lo largo y lo ancho de la faz de la tierra
68.
La dama en cuestión había intentado provocar con sus encantos al señor Shu -un hombre casado- y habían comenzado a surgir rumores acerca de la posibilidad de que ambos hubieran iniciado una aventura
69.
Danilo había escrito la balada de su primera aventura conjunta, pero no la había cantado durante los últimos dos años y sin duda había tenido suficiente sentido común para no cantarla en Tethyr
70.
No, El Orgullo de Chanur es totalmente independiente como historia y, sí, guarda relación con La Aventura de Chanur, La Venganza de Chanur, y El Regreso de Chanur, pero esa relación no es tan estrecha como la que une entre sí a esas tres novelas
71.
La división en Aventura, Venganza y Regreso es mía
72.
Y lo cierto es que se intenta coger lo mejor dentro de las posibilidades del óvulo y los espermatozoides de los padres, pero después no se sabe cómo va a evolucionar, eso es una aventura de la vida
73.
No por obediencia, claro, sino porque había que recorrer un largo pasillo oscuro para llegar hasta ella y Vainilla y Pervinca siempre lo habían definido como "una aventura imposible"
74.
Y hasta tal vez le halagaba, en el fondo, ser el héroe de una aventura que en realidad no había tenido
75.
La aventura trae consigo su propio clima
76.
Todos se preguntaban con cierta ansiedad cómo terminaría aquella aventura y cuándo podrían volver a Argel para intentar el último golpe, o sea la libertad de la condesa de Santafiora
77.
Una vez dentro del gineceo -otro largo capítulo sobre las fastuosas habitaciones, las mujeres, los baños y jardines- encontró a su novia justo a tiempo para impedir que fuera conducida al lecho del depravado sultán y ambos escaparon saltando murallas y burlando jenízaros, proeza que habría sido imposible en la vida real, pero que me inició en el vicio sin retorno de la exageración y la aventura
78.
Sufría moralmente cuando cedía a la tentación de una aventura
79.
-Cierto, pero a veces el ardor juvenil y el placer de la aventura superan la voz de la prudencia, y uno comete tonterías
80.
A Francisco no lo impulsaba el deseo de implantar las teorías de Mao en América Latina, porque ni siquiera se había dado el trabajo de leerlas, sino una simple y pedestre ansia de aventura
81.
De regreso en el campamento, Joel González improvisó una caña de pescar con bambú y un alambre torcido y se instaló en la orilla con la esperanza de atrapar algo para comer, mientras los demás comentaban la reciente aventura
82.
Nadie se volteó a mirarme, como si aquel arrebato de súbita demencia fuera de lo más normal, y así era en verdad, como comprobé a la mañana siguiente apenas salí del hostal de jóvenes y puse los pies en la calle para emprender la aventura de inscribirme en la universidad, conseguir un empleo y encontrar un lugar donde vivir
83.
Los, años le dieron seguridad y afinaron un poco sus rasgos, pero no atenuaron su alegre disposición ni disminuyeron su gusto por la aventura
84.
Tex Armadillo también sucumbió a la mágica fascinación de la estatua, a pesar de que no se consideraba un hombre particularmente ambicioso, se dedicaba a ese trabajo porque le gustaba la aventura
85.
Me lancé al precipicio porque era una aventura
86.
¡Oro! Hubo regocijo en la ciudad, por fin la aventura de conquistar Chile adquiría sentido para los hombres
87.
Este agente se aventura hasta posicionarse entre las rodillas de la madre-huésped e introduce el cráneo propio dentro de los bajos de la falda materna
88.
Nunca se enteró que detrás de la camioneta de policías y los papeleos interminables, estaba la influencia de su padre, que no estaba dispuesto a permitir esa aventura
89.
Los corros se iban formando y los contertulios se agrupaban según los temas que allí se trataran: unos hablaban del último estreno, otros de la aventura de una conocida dama y los más de la guerra
90.
Tenía, en mujer, las cualidades que tanto había ansiado su querido hermano para su heredero: nobleza de espíritu, independencia, fidelidad a sus convicciones hasta la tozudez, lealtad, gentileza y un amor al riesgo y la aventura totalmente desmedidos
91.
¡Después el despertar! La visión del rostro, tantas veces evocado por su imaginación de niña desde el día que el azar o la providencia lo hicieron aparecer en el tragaluz de la caponera donde, muy a su pesar, la hizo recluir la madre Teresa como resultado de su aventura con Blasillo y la muerte del gallo negro
92.
Ya de noche, en la intimidad de su aposento, fue recordando segundo a segundo su aventura y casi sin darse cuenta comenzó, cual si fuera un podenco, a olisquear las palmas de sus manos a fin de encontrar en ellas rastros de los aromas despedidos por la piel del joven mezclados aún con los restos del aceite con el que ella había amasado su torso
93.
La aventura de La Ciudad de las Bestias nació del viaje que hice al Amazonas
94.
También en ese momento Willie iba volando con un amigo a lo largo y ancho de América Latina en una avioneta que no era más que un matapiojo de latón, una aventura de lunáticos desde California hasta Chile
95.
No las mueve la ambición, sino el amor; se lanzan a la aventura sin medir los riesgos ni mirar hacia atrás, porque quedarse paralizadas en el sitio que la sociedad les designa es mucho peor
96.
Como la investigación me dio material de sobra y el protagonista ya existía, mi tarea fue crear la aventura
97.
No se trataba de una aventura de la carne; lo que unía a Diego y Susana era un amor probado, dispuesto a correr todos los riesgos y arrastrar en su paso cuanto obstáculo se pusiera por delante, como un inexorable no de lava ardiente
98.
Ni Eduardo ni yo contábamos para nada, éramos desechables, apenas unos insectos en la inmensidad de la aventura pasional de esos dos
99.
Aquella euforia intensa de la aventura no se le olvidó más
100.
El que enfrentaba a Simón vio la escena por el rabillo del ojo y tuvo bastante, dio media vuelta y, pies para que os quiero, salió como alma que lleva el diablo, renegando maldiciones, en busca de aventura más propicia