Usa "barbilla" in una frase
barbilla frasi di esempio
barbilla
1. Agachó su barbilla sobre el pecho y cayó de nuevo
2. elbolsillo y resobándose con la otra la barbilla; y después,
3. barbilla, y con los ojos radiantesde malicia y de satisfacción, empezó á dictar al secretario lo que,entre un
4. digestión, con los hábitos sueltos, las manoscruzadas en la panza y la triple barbilla sobre el
5. que acariciaba la barbilla de laspayesas jóvenes con una
6. la raya al peinarse apoyael peine en la barbilla y lo va subiendo por la boca y la nariz hastaque
7. transparentes de sudor salpicaban su rosadanuca, sus sienes y su barbilla: de cuando en cuando
8. La joven alzó la barbilla en un gesto determinado, en tanto que los ojos le relucían
9. De raíz, se la cortó de raíz en presencia de La Zapatones, que estaba de pie frente a Elvira, la barbilla adelantada hacia ella y las piernas abiertas, vigilante, con los pulgares colgados en su cinturón, ordenándole que no se moviera
10. Sacudía las orejas, pequeñas y bien formadas, mientras levantaba la barbilla como si nos mirara a través de unos impertinentes imaginarios
11. Según nos íbamos acercando a ellos en el Land-Rover, aumentaban la velo-cidad, bajando el cuello hacia el suelo y levantando tanto las patas a cada paso que casi se tocaban con ellas lo que en el ñandú equivale a la barbilla
12. Con las máscaras antigases colgadas aún debajo de la barbilla, sin haberse quitado todavía las ropas del trabajo, parecía que sobre ellos se hubieran fijado, en coladas, borrones y pringues, las más negras exudaciones de la tierra
13. Había en ella, en la serenidad de su mirada, en su voz delicada y grave, en el reposo de sus movimientos -incluso simplemente en aquel modo suyo de levantar ligeramente la barbilla mientras miraba a la gente de frente, a los ojos-, algo que denotaba seguridad, señorío, y que tenía un sello de distinción que proclamaba su cuna
14. El vapor salía del recipiente y se elevaba frente a su rostro, desdibujando los tatuajes de su barbilla —
15. Sus rodillas estaban más firmes cuando por último se puso de pie, sin hacer caso de las gotas que le perlaban los labios y la barbilla
16. Apoyó los codos sobre la mesa y la barbilla en las manos
17. –Al lavabo de señoras -masculló el camarero y señaló con la barbilla una puerta que parecía la entrada de servicio del Taj Mahal-
18. De nariz y barbilla afiladas, algo cargado de hombros y de la misma edad que mi padre, el señor Ting era jefe del Departamento de Organización del Partido para la región de Yibin, lo que representaba un puesto sumamente importante, dado que dicho departamento era el encargado de los ascensos, degradaciones y castigos
19. El gobernador Hassán-ben-Koufra señaló con un gesto de barbilla la cartera que guardaba en el bolsillo posterior de su pantalón, y el targuí la tomó
20. Siento su barbilla en mi hombro y sus pies en mis corvas
21. Lo puso encima de la mesa y me señaló su camino con una mano, mientras apoyaba la barbilla en la otra
22. Después de rascarse la barbilla repuso lentamente, con los ojos bajos:
23. Los primeros reyes aparecen como jefes pastoriles llevando el cayado y el ladanisterión, parecido al mayal, con la cola de un animal sobre sus espaldas y la perilla de sus rebaños de cabras en la barbilla
24. Hhune percibió el tono de confianza que traducía la voz del príncipe, y el gesto altivo de la barbilla
25. Vaya, ¿qué te han puesto ahí dentro? —señaló con la barbilla mi vaso de sidra
26. Tienes tinta en la barbilla
27. Me soltó un revés en el labio y un derechazo en la barbilla
28. Era mucho el humo que había tragado, muchas las discusiones oídas de fondo, en el bullicio adormecedor de los pubs a la caída de la tarde, pero, al contrario de la ansiedad que este carácter en exceso expansivo me solía producir a mí (tal vez alertada siempre por mi madre), el nieto lo toleraba no por resignación sino por puro cariño, un cariño ecuánime, que se mostraba abiertamente, sin reparos físicos, cuando se le sentaba encima o cuando le tomaba la barbilla con las dos manos para que abandonara su delirio verbal un momento y le hiciera caso: «Quiero irme, abuelo, quiero irme ya, no te enrolles
29. Sin embargo, al estudiar la cara de la muchacha, se veía la fuerza de voluntad en su pequeña barbilla y en los labios que se cerraban con severa firmeza,
30. Froté suavemente mi barbilla cortada y bajé a desayunarme, decidido a tener cuanto antes una entrevista con Laurencio Brown
31. —Veo que se ha cortado en la barbilla
32. El inspector se acarició la barbilla mientras replicaba con el mayor cuidado:
33. Se acariciaba la barbilla con movimientos nerviosos
34. Se encaró con él, alzando desafiadora la barbilla
35. Come las sopas arrimando el tazón a la barbilla
36. ¿Puedes hacer algo con esto? —añadió, señalando con la barbilla la herida que se cubría con la mano derecha
37. Fadawar entrecerró los ojos, alzó la barbilla y dijo:
38. Arya respondió bajando la barbilla con elegancia
39. El rey Orrin cruzó los dedos bajo la barbilla y se quedó mirando un pliegue de su casaca
40. El soldado intentó apartarse, pero los carros le bloqueaban el paso y Roran, con un movimiento desde abajo, le asestó un golpe de martillo en la barbilla
41. Después, en la cabeza, le colocó el gorro de piel y le anudó las tiras debajo de la barbilla
42. Con los dedos ella se ponía en la boca las castañas confitadas, sin preocuparse del hilo de almíbar que le corría de la barbilla a los senos, hilo que el profesor miraba desorbitado, jadeando, hasta que no pudo resistirlo por más tiempo y se lanzó sobre esa montaña de carne luminosa y palpitante, dispuesto a lamer el dulce y todo lo demás a su alcance, arrancándose la ropa a tirones, como poseído, hasta quedar también en cueros
43. Caminando hacia atrás en dirección a los ra'zac, Roran esquivó un sablazo y luego alzó el martillo hacia la barbilla del hombre y lo tumbó
44. Tranquilo, Eragon vació el cuenco, se tumbó y alzó las mantas hasta la barbilla
45. —¿Puedes evitar que nos oigan? —dijo, señalando con la barbilla hacia Orik y los elfos
46. La piel de la frente le caía a tiras, y la sangre le cubría los pómulos y la barbilla
47. El carnicero echó la barbilla atrás, por encima del hombro
48. La señora Tsunimitsu junta las manos debajo de la barbilla, cierra los ojos y sonríe
49. Paige se inclina hacia delante y me dirige esa mirada de compasión, la que la chica del mostrador de entrada sabe hacer tan bien hundiendo la barbilla en el pecho y acercando las cejas al cuero cabelludo, y dice:
50. Los encapuchados veían al personal por los agujeros recortados a la altura de los ojos, para que el capirote no se moviera, iba sujeto bajo la barbilla por un barbuquejo; y la fíbula de plata, que representaba un corazón atravesado por tres puñales, fijaba el pico de tela que bajaba hasta el pecho
51. Me limité a asentir con la cabeza, ella descolgó el teléfono, pidió dos cafés con leche, ¿toma azúcar, verdad?, sí, gracias, y agua mineral para los dos, y empezó a hablar, ya sé que resulta muy duro prestar atención a los aspectos materiales después de la desaparición de un ser querido, dijo, pero su padre era cliente de este banco y nuestro compromiso, nuestra obligación, es velar por sus intereses tanto ahora como antes, era guapa, mucho más guapa de lo que me había parecido cuando la vi en el cementerio, mi sobrino Guille se había dado cuenta, yo no, por eso nos hemos puesto en contacto con ustedes, para informarles en primer lugar de la situación de los fondos que su padre suscribió a través de nuestra entidad y cuyos intereses arrojan en la actualidad un saldo digno de que sus herederos lo tengan en cuenta, había que mirarla de cerca y mirarla dos veces antes de descubrirla, era mucho más guapa de lo que parecía, una belleza secreta, enigmática en su modestia, porque no había nada específicamente hermoso en su rostro salvo su propio rostro, la sorprendente armonía que integraba unos ojos dulces, pero corrientes, una nariz pequeña, pero corriente, una boca bien dibujada, pero corriente, una barbilla regular, pero corriente, y una piel sonrosada y tersa, aterciopelada como la de un melocotón poco común, en un conjunto admirable, tan bello que se escondía de las miradas accidentales, de los ojos que no lo merecían, supongo que ustedes, es decir, su madre, sus hermanos y usted mismo, son los herederos de su padre, y en ese caso, es a ustedes a quienes corresponde decidir el destino de los fondos, ahora bien, antes debo informarle de que la inversión a la que nos estamos refiriendo goza de un estatuto fiscal privilegiado, cuyas ventajas cesarían en el instante en que ustedes optaran por recuperar el capital, ella controlaba la situación, yo no, y su ventaja crecía por segundos a caballo de aquel discurso elaborado con sabiduría y perfeccionado ante muchos otros herederos que, a juzgar por la creciente confianza que transmitía su voz, habrían capitulado antes que yo, ella no sabía que yo era el hijo equivocado, el hermano que nunca tomaría la decisión definitiva, pero se comportaba como si tampoco quisiera tener en cuenta que era además su único testigo, el único que la había visto, que podría recordarla después, entonces llamaron a la puerta y entró un camarero con los cafés y el agua, dejó la bandeja sobre la mesa, se marchó, y me encontré haciendo un chiste en voz alta, menos mal que no los ha traído Mariví, ella sonrió, tenía los dientes de arriba separados en el centro, igual que mi madre, ya estaba muerto de miedo, añadí, y se echó a reír, y estaba aún más guapa cuando se reía, y me sentí satisfecho, casi orgulloso de haber provocado su risa, antes de preguntarme a qué estaba jugando, qué me estaba pasando, era todo tan raro, ¿quién eres?, recordé, ¿por qué me has llamado?, ¿por qué viniste al entierro de mi padre?, ¿qué hago yo aquí?, en fin, ella prosiguió en el tono dulce y preciso de una mujer de negocios que está acostumbrada a que sus clientes intenten ligar con ella y a quitárselos de encima con eficacia, ésa es la razón de que me haya puesto en contacto con ustedes, comprendo por supuesto que es un asunto delicado y que en estos momentos quizás no se encuentren con el mejor ánimo para tomar una decisión de esta naturaleza, pero no se apuren, no corre tanta prisa, sólo les pediría, por su propio interés, que lo tengan en cuenta
52. Ella estiró los hombros hacia atrás para favorecer los manejos del seductor de la comarca, mientras se le quedaba mirando con la barbilla levantada, una expresión de complacencia más poderosa que sus quejas
53. Pedro Ramón volvió a colocar el asiento en su lugar y se acarició la barbilla, regocijado
54. A uno le clavó el puño en la barbilla y lo arrojó por la borda
55. Juan alzó la barbilla e hizo una discreta seña de entendimiento
56. Marius bajó los ojos un momento y apoyó la barbilla contra el puño apretado
57. La princesa lanzaba fuego contra él, y fué el caso que nos alcanzó el fuego de los dos, y el de ella no nos hizo daño, pero el del efrit sí que nos lo produjo, pues una chispa me dió en este ojo y me lo saltó; otra dió al rey en la cara, y le abrasó la barbilla y la boca, arrancándole parte de la dentadura y otra chispa prendió en el pecho del eunuco y le hizo perecer abrasado
58. Tenía la mano en la barbilla y parecía muy pero que muy judicial
59. El hombre se la quedó mirando pensativo, rascándose la barbilla y con una especie de sonrisa en sus ojos gris claro; luego dio un paso a un lado, haciendo un gesto en dirección a la mesa que ocupaba
60. Al entrar el esclavo, le miró con la barbilla alzada y los mordidos labios rojos y jugosos como fresas
61. Ella erguía la barbilla, señal cierta de que no se doblegaría a sus argumentos
62. Antes de que hubiera terminado la frase tenía la espada en la mano derecha; la esgrimió en rápido gesto de arriba a abajo y Quinto Ancario cayo muerto con la cara abierta desde la frente a la barbilla
63. Pero hasta la barbilla de Mario se puso pétrea cuando fue empujado levemente hacia el camino
64. Beatriz bajó la barbilla y lo retuvo allí con una sonrisa que era más una orden que una cordialidad
65. Apoyaba el codo derecho en una piedra, en la mano la barbilla
66. Su cara estaba afilada hasta quedar reducida a la nariz y la barbilla, y la piel de sus mejillas estaba completamente tensa sobre sus huesos salientes
67. Holmes permanecía en pie junto a la mesa, con las manos hundidas en los bolsillos del pantalón y la barbilla caída sobre el pecho
68. Encontramos a Holmes recorriendo el campo de un extremo a otro, hundida la barbilla en el pecho y con las manos metidas en los bolsillos del pantalón
69. De pronto, Bowman reparó que había un signo de continuo metabolismo: a Whitehead le había crecido una leve barbilla durante sus meses de inconsciencia
70. Vi que su barbilla empezaba a temblar y enseguida brotaron las lágrimas
71. –Porque no quería que ella supiera que estaba metida en líos -dijo la chica, señalando a su madre con la barbilla
72. Bosch señaló con la barbilla en la dirección que había tomado Irving
73. Vestido violeta muy oscuro, chal fino de Cachemira, sombrero inglés de tela con alas bajas a los lados de la cara, sujeto con una cinta bajo la barbilla
74. Edward alargó el brazo y levantó la barbilla de la joven enfermera
75. Cae de rodillas delante de él, le agarra la barbilla entre los dedos y lo contempla compasiva
76. De uno de los bolsillos del tejano roto que estaba en el suelo, sacó una barra de maquillaje y mejoró la apariencia de la cicatriz debajo de la barbilla
77. La marta saltó a las rodillas de Farid cuando éste se sentó en el suelo, y lamió con ternura su barbilla
78. Eran delgados y aún tenían el pelo negro aunque ya escaso; las cejas pobladas, los ojos muy separados y una barbilla tan pronunciada que les deformaba la cara
79. Cuando descendieron por la empinada escalera, dormía con la piel que le habían dado los bandidos subida hasta la barbilla, la frente arrugada y fruncida como si incluso en sueños se devanara los sesos
80. En el momento oportuno, no le habría sido muy difícil caer sobre su víctima por la espalda, echarle la cabeza hacia atrás apretando con el antebrazo bajo la barbilla y seccionarle la tráquea y las arterias carótidas
81. –Me gustaría saber qué estarían haciendo ahora esas parejas, de seguir juntas, cómo habrían ido las cosas – comentó Abby, la barbilla hundida en el cuello del abrigo, las manos en los bolsillos
82. Reapareció al cabo de una hora, con el abrigo puesto y abrochado hasta la barbilla
83. Sus micrófonos se me clavaban en la barbilla, sus cuerpos rozaban el mío y sus luces destellaban ante mis ojos
84. Lucy se arropó hasta la barbilla en la cama
85. – Ring tenía ahora la barbilla apoyada en una mano y observaba con atención a Lucy
86. Disimuladamente me limpié la barbilla, pero después me di cuenta que la pobrecita trataba de decir “arrastre”
87. –¿Puede repetir? – le oí decir con su voz grave y brusca mientras sostenía el auricular entre el hombro y la barbilla y se pasaba los dedos por los cabellos, negros y rebeldes, con un gesto ausente-
88. —Han puesto su barco en la proa, pero el Cleopatra lo moverá —dijo el capitán alzando la barbilla
89. No había dormido en el avión porque, al tratarse de un vuelo chárter, los asientos estaban reducidos a su mínima expresión y había viajado comprimida, con las rodillas prácticamente en la barbilla, así que entre las once horas de viaje (una de mi casa al aeropuerto, dos entre facturación y embarque y ocho de vuelo), más la hora que pasé de pie en la cola de inmigración, más la hora de taxi en pleno atasco neoyorkino, llevaba unas veinticuatro sin dormir y me dolían todos los huesos de mi baqueteado cuerpo, de forma que me quedé dormida sin darme cuenta siquiera, y cuando volví a abrir los ojos me encontré acurrucada en el futón vestida tal y como había llegado a NY, con las botas puestas y todo
90. Fernández apoyó la barbilla en los puños y calló
91. El pobrecillo estaba acurrucado en el rincón, con las rodillas levantadas hasta la barbilla, mirándola con ojos recelosos
92. Con el jugo de la fruta goteándole por la barbilla, Manuela gruñó y escapó a la habitación donde dormía junto a Bernarda
93. Pasada la medianoche del jueves siguiente, la luna atacaba los ojos grises de Esteban, la frente recta, los labios, y se escondía en el agujero de la barbilla
94. Pasaba horas y horas recordando a su amante en aquel santuario sabroso; los rasgos de Esteban —el hoyuelo en la barbilla, el remolino de la nuca, los ojos grises— y su cuerpo juvenil —los muslos prietos, las manos tostadas, el pecho de soldado— estaban cada día más presentes en su memoria
95. Un estremecimiento le hizo arrodillarse cuando pudo contemplar los rasgos que tanto había buscado: los labios gruesos, la barbilla ovalada, el cuello esbelto y unos pechos redondos como planetas
96. Lo había observado, al principio divertida, luego concentrada en la ondulación de las manos, en el grosor de sus labios, en las gotas de sudor sobre la frente, cuya anatomía lograba intuir recorriéndole las sienes, los pómulos, la barbilla
97. Me rodeo las rodillas con los brazos y apoyo en ellas la barbilla
98. Sacó de la vaina un cuchillo de hoja blanca y apoyó la punta debajo de la barbilla de Ryan con la fuerza suficiente para que cayera una gota de sangre
99. Glick se pasó las manos por el pelo rojizo de la barbilla