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carroza frasi di esempio
carroza
1. carroza (unade las singularidades del Cádiz de entonces,
2. En aquel momento sonó el ruido de una carroza y Casildaentró azorada
3. haz poner en esa carroza el escudode los Girones, hijo
4. le seguían por las calles, á uno y otro ladode la carroza, preciándose de que ésta fuera la{317}más
5. En el altar mayor, sobre su cuadrada carroza, estaba la famosa custodiaejecutada por el
6. negro eran los encargados de los timonesdelantero y trasero, guiando la carroza eucarística por
7. plataforma con un gran contrapeso;entre ésta y la carroza quedaba un palmo de espacio abierto,
8. estaban entoldadas, con el pavimento cubierto por unacapa de arena para que la carroza
9. Un tacón lanzado por JuanGa desde la carroza en un intento desesperado de pedir ayuda ante la tragedia carroceril
10. Con al mayor estruendo y una falta de consideración que apenas se puede comprender, recorría la carroza las calles, rodeada casi siempre por un coro de gritos de mujeres y de exclamaciones de los hombres que se guarecían y apartaban a los niños del camino del vehículo
11. Tan rojos eran los resplandores que el astro derramaba sobre la carroza, cuando llegaba a lo alto de la colina, que su ocupante estaba rodeado de rojiza luz
12. Luego se detuvo la carroza y se abrió ante él la gran puerta del castillo
13. La carroza se acercó al palacio, sus excelencias subieron, y el cicerone saltó a la trasera
14. Sentía el olor de las flores, el relincho de los caballos empenachados de la carroza funeraria
15. Al atardecer del segundo día, una carroza tirada por un tronco de cuatro hermosos caballos y en cuya portezuela destacaban las armas del rey, se detenía frente al arco de la casa del gran rabino y un palafrenero se precipitaba desde el pescante hacia la portezuela, antes que el auriga hubiera detenido completamente el carricoche, a fin de abrirla y desplegar los dos peldaños de la escalerilla del estribo, en tanto el postillón terminaba por detener a los fogosos animales para que el canciller del reino pudiera apearse del vehículo
16. Hubo carrozas que mostraban todo detalle relevante de las campañas africanas, desde los caracoles del Muluya hasta la sorprendente adivina Marta, que era el centro de atención del contingente indígena, reclinada en un diván púrpura y oro sobre una inmensa carroza, réplica del salón del trono del príncipe Gauda en la vieja Cartago y acompañada de un actor que encarnaba al propio Mario y otro figurando a Gauda con babuchas puntiagudas
17. ¡Oh luctuoso día, el más triste que yo había visto desde que mis ojos pudieron observar la corriente de la Historia viva! Pasó el coche en que iba el General cuando le dispararon los tiros en la calle del Turco, rotos los vidrios, enlutados los faroles, enlutado el cochero; detrás la carroza fúnebre, lenta como el barquichuelo de Aqueronte
18. Ninguno rompió su hosco silencio ni levantó la vista cuando Alatriste pasó entre ellos, en dirección a la carroza
19. Al día siguiente por la tarde, camino del corral del Príncipe, su recuerdo en la ventanilla de la carroza negra, bajo las gradas de San Felipe, me desazonaba como cuando durante una ejecución musical que parece perfecta descubres una nota o un movimiento inseguros, o falsos
20. Sin bajar de la carroza, mientras una dueña se ocupaba de comprar algunas cosas en las covachuelas y el cochero permanecía inmóvil junto a las mulas, sin molestarme —cosa que hubiera debido ponerme sobre aviso—, Angélica de Alquézar volvió a agradecer mi ayuda contra los golfillos de la calle Toledo, preguntó qué tal me iba con aquel capitán Batiste, o Triste, al que servía, y se interesó por mi vida y mis proyectos
21. En torno a la carroza en que fue colocado el ataúd, se apiñaron las mujeres, que luchaban desesperadamente para tocarlo
22. / Tres palomas van en carroza
23. Y el viejo Eloy, sin darse bien cuenta de lo que hacía, se apoyó en el posapié y se encaramó en la carroza
24. El taxi decrépito con rezagos de carroza fúnebre avanzaba dando tumbos por las calles desiertas
25. –No tiene mayor importancia, son cosas que ocurren en una noche loca -explicó el joven pensando que, por la edad, el forense sería un carroza pintado a la antigua
26. Úrsula, que había bajado entre los primeros y que con las hermanas se ajetreaba cargando una carroza con sus equipajes, se precipitó hacia el árbol
27. La procesión con las estatuas no tardó en aparecer: Júpiter al frente, en una imponente carroza que se detenía a cada cincuenta pasos para que sacrificaran delante de ella reses inmaculadamente blancas
28. Cuando era transportada en brazos por el padrino de honor hacia la carroza que había de llevársela, lanzó una última mirada al grupo de sus amigos y parientes, entre los que yo estaba, y me pareció
29. Al instante, la carroza y el diablo desaparecieron en el interior de la tierra, quedando Anderkina y la yegua en la superficie
30. Cuando los tres estaban ya en la carroza, con la portezuela abierta y mi padre junto a ella, doña Concettina se asomaba para llamar: «Cristina», y otra vez: «Cristina», y Cristina bajaba corriendo con el misal blanco y el rosario de cuentas verdes en la mano, siempre con algo mal puesto o que le faltaba, y doña Concettina se agitaba preguntando perentoriamente al Señor por qué a ella, que era tal, ordenada, le había dado una hija con la cabeza llena de pájaros
31. Mi padre cerraba de mala manera la portezuela, saltaba al pescante, la carroza crujía sobre la grava, hacía eco en el zaguán del palacio, y salía a la calle con buen trote
32. Lo que más me hería y hacía que me sintiera más solo era la indiferencia de todos hacia las tremendas cosas que yo había vivido en España y que España vivía todavía; me sentía como aquel que, durante los días de la fiesta de san Calogero o de la Asunción, se encuentra en un cortejo fúnebre: la gente borracha de alegría, la plaza exultante de llamativos colores, y tú vas detrás de la carroza negra y amarilla que lleva al muerto; llevas el corazón negro de pena y te toca atravesar ese túnel de regocijo…-entonces sientes aflorar en ti el resentimiento por la fiesta y por la gente que se divierte
33. Cuando Edipo era ya adolescente, se cruzó en un camino de montaña con una carroza en la que iba un dignatario desconocido
34. Las guturales voces de los Mabdén llegaban a la carroza de vez en cuando, pero no podía entender lo que decían
35. El marqués debió tener presente que no hay en el mundo juez que deje de tener hijos o sobrinos a quienes le interese poner en camino de prosperar en el mundo, o bien dar la significación que tenía en realidad el hecho de que, ocho días después de incoado el pleito, el vicario general tomase la carroza del obispo y fuese a llevar personalmente a su abogado la cruz de la Legión de Honor, y quizá entonces habría transigido
36. ¡Y en la plaza hay banderas y todo lo demás! ¡Y Shawn ha encontrado la carroza de la coronación!
37. Las hermanas frenaron a los de la carroza y les explicaron todo
38. El golpe me hizo girar sobre mí mismo, ladeándome como una carroza de desfile escorada, y antes de que pudiera enderezarme, alguien me dio en el otro pie
39. Ella aceptó, el Valido le tuvo el estribo, y uno de los gulipas que ayudaban dio recado a la carroza de la duquesa de que les siguiera
40. La carroza daba tumbos por las calles mal empedradas; de vez en cuando, la luz de una lamparilla dejaba caer un destello fugaz sobre los rezagados enfrentados
41. La carroza y los cuatro arcabuceros entraron como sombras en aquel reino de sombras
42. Mientras, la carroza y los arcabuceros se alejaban
43. Al entrar en la carroza, el Valido estornudó
44. Arrancó la carroza, escoltada y seguida por los criados de a pie
45. En la calle había gente y caballos, amén de una carroza lujosa
46. Al volver de la esquina, vio la carroza del jesuita
47. Entró en ella, y la carroza comenzó a caminar pausadamente
48. El conde la apuró para que subieran a la carroza
49. El jesuita no había visto los caballos prendidos a la popa de la carroza
50. Sin bajar de la carroza, mientras una dueña se ocupaba de comprar algunas cosas en las covachuelas y el cochero permanecía inmóvil junto a las mulas, sin molestarme -cosa que hubiera debido ponerme sobre aviso-, Angélica de Alquézar volvió a agradecer mi ayuda contra los golfillos de la calle Toledo, preguntó qué tal me iba con aquel capitán Batiste, o Triste, al que servía, y se interesó por mi vida y mis proyectos