1.
A poco volvió con lo que la chiquilla deseaba, y repetida larecomendación de portarse bien y estudiar mucho, acompañolas hasta lapuerta
2.
alimentado por las predilecciones deuna chiquilla graciosa y admirada, y breve y fugitivo en sus
3.
—Sí; es la chiquilla de los estanqueros
4.
chiquilla en el pasillo, y él encerrado con la otra
5.
Y en efecto, encuanto la chiquilla lloraba, era
6.
Chiquilla, con las fechas no se juega
7.
La verdad es que me caía muy en gracia aquella chiquilla, con suentonación
8.
¿Qué iba a haceren lugares de pública reunión una chiquilla recogida de caridad
9.
cuidadosamente, pues la chiquilla era tanlista—en opinión de su madre—que distinguía al punto
10.
atendido el estorbo que le hacía la chiquilla
11.
agua? Sólo hay dos cosas que hablan, chiquilla mía;esas dos cosas son la lengua y la conciencia
12.
Gilon afirma que has sido… indispensable -dijo Rosamun mientras miraba a la chiquilla con una expresión mezcla de amor e indeciso respeto
13.
Tomasa, la extremeña que nunca tiene visitas, Reme, la mujer que tiene tres hijas y un niño tontito, y Elvira, la chiquilla pelirroja a la que visita su abuelo
14.
—Eso lo dirás tú, chiquilla, que eres más cumplida que un luto
15.
En las primeras la mentalidad de chiquilla se ha preservado en menor grado que en los segundos, mientras que sus formas y perfiles físicos han cambiado notablemente a lo largo de la evolución
16.
¿Por qué se interesó el prestigioso científico por una chiquilla de Granollers, hija de un telegrafista diminuto y de una mujer a quien se tragó la tierra? ¿Cómo es posible que en la casa de la hija de la desaparecida, de sus nietos, nadie preguntara nunca cómo se llamaba la abuela? ¿Era creíble que, en medio del cuestionamiento permanente y airado del establishment en el que crecieron los nietos, a ningún miembro de la familia se le ocurriera poner en tela de juicio la desaparición de la abuela? De-saparición, porque morir, morir, como se descubrió más tarde, no había muerto
17.
Su supuesta víctima, una elfa que parecía una chiquilla, miraba con ojos desafiantes al hombre mientras el látigo subía y bajaba
18.
La feroz chiquilla elfa se puso entonces de pie y empezó a saltar con los pies desnudos sobre la espalda del hombre, mientras estiraba del látigo con todas sus fuerzas
19.
Pero la joven chiquilla rechazó ambas cosas y señaló a los humanos que se retiraban
20.
Chiquilla, cuida de que el mensaje se repita dos veces y luego corta todas las señales y la transmisión de identidad
21.
—Tiene esta relación, madame: el hombre asesinado es el responsable del secuestro y asesinato de la chiquilla de mistress Armstrong
22.
—¿Se ha enterado usted de quién era realmente el hombre asesinado? Es el responsable de la muerte de una chiquilla
23.
Luego vino la chiquilla y salió con un perro de lana en las manos
24.
Pero nunca pensó que la mujer estuviera relacionada con la chiquilla, ni tampoco podía comprender entonces la razón de ello
25.
Se salvaba usted y salvaba a su marido de lo que yo pudiera descubrir y cargaba a una chiquilla inocente con la culpa de un asesinato
26.
Uno llama y en vez de escuchar los jadeos indecentes de una chiquilla de doce años de nombre Serena o Desirée, recibe la descripción detallada de un buen estofado de cordero
27.
Le parecía increíble que esa chiquilla insignificante como un gusano, esmirriada, sin senos como las mujeres, sino apenas dos ciruelas apuntando entre sus costillas, hubiera levantado al Teniente por el aire y lo sacudiera como un estropajo delante de sus subalternos
28.
«A esta, chiquilla la has malcriado demasiado, Paulina, la estás convirtiendo en un monstruo», decían, y mi abuela acabó por creer lo que resultaba obvio
29.
En primer lugar el regreso de Hanna le ilusionaba y le inquietaba a la vez: le parecía extraño que aquella chiquilla, su querida alma gemela, su álter ego, con quien había compartido aventuras y ensueños de niñez, fuera ya una mujer hecha y derecha que quisiera gobernar su destino y que demostrara tanto amor a un hombre hasta el punto que se dispusiera a arrostrar una serie de peligros latentes con el fin de estar a su lado
30.
–Seguidme -gritó a sus amigos una vez se hubo asegurado de que la chiquilla estaba ilesa, y consciente de que allí los superaban en número
31.
Tú no comprendes esto, chiquilla -
32.
Las posaderas de su rudo amante se abrían y cerraban a cada nuevo esfuerzo que hacia para asestar estocadas en el cuerpo de la linda chiquilla
33.
Fernando y empaquetar a la chiquilla para Córdoba
34.
A los veinte años continúa siendo niña; de mí cuentan que de chiquilla parecía mujer, y que cuando me ponía a jugar con las de mi edad, pronto las mandaba y todas me obedecían
35.
Me movió a ser monja una tema de chiquilla tonta y cabezuda, y el odio a mi madrastra, Faustina Baranda, de esa familia de peleteros establecida en la calle Mayor, y cinco años estuve en aquella vida boba sin percatarme del gran desatino que había hecho
36.
Ella la había formulado muy seria, frunciendo un poco el ceño con aire de una chiquilla que se refiere a asuntos graves
37.
Me rondaba por la mente la posibilidad de que la chiquilla hubiera muerto ahogada, pero unos instantes sentada tras el microscopio de Jenrette con una muestra del tejido solicitado en el portaobjetos bastaron para que me diera cuenta de que las incógnitas permanecían en pie
38.
–¡Oh, Señor! – dijo en un suspiro mientras miraba con desconcierto lo que una mano había colocado en la tumba de una chiquilla
39.
»Pero a continuación pierde la cabeza y se fija en esa chiquilla
40.
Era como si el espíritu de la chiquilla hubiera quedado atrapado por el frío en su intento de levantarse del suelo y brillara al sol con la pureza del agua y el cristal
41.
Sumida en una oleada de pesadumbre, me di cuenta de que amaba a aquella chiquilla, a la que sólo había conocido en la muerte
42.
Arcadia, la lista chiquilla que veía cábalas por todas partes, adivinó ésta y siguió su propio tipo de razonamiento
43.
Pero después le empezó a dar pena la chiquilla, que no sabía ni dónde se había metido la pobre, que al casarse había hecho oposiciones a la desgracia
44.
De los miembros del alto mando que he observado aquí en el Nuevo Mundo, sólo los arzobispos podrían tener acceso a los recursos financieros necesarios para atraer a vuestra chiquilla pródiga
45.
Pero cuánto quiero a aquella chiquilla que por las noches, con la pluma en la mano, corrompía a las familias, y mataba a los caniches con pesticida, y se desgarraba la blusa delante de contables cachondos
46.
Tejas de rojo y ventanas de verde, el patio empedrado donde los cascos del caballo hacían saltar la chispa y, a dos pasos, el frescor de las naves bodegueras, el silencio que quiebra muy levemente el vino al desperezarse dentro de la bota, aquel olor pastoso, el chorro como de cobre encendido, de la venencia de plata a la copa, y el abrazo a la chiquilla entre las andanas, bajo la luz malva, la caricia con las manos mojadas en un palo cortado, dulzón y áspero a la vez…
47.
Se acercó y se inclinó junto a su chiquilla
48.
Él recordaba la ciudad desde antes incluso, y le había indicado a su chiquilla algunos de los errores de las maquetas
49.
Pensó el Mochuelo que le hubiera gustado estar allí solo con el féretro y la Uca-uca y poder llorar a raudales sobre las trenzas doradas de la chiquilla; sintiendo en su mano el calor de otra mano amiga
50.
A poco volvió con lo que la chiquilla deseaba, y repetida la recomendación de portarse bien y estudiar mucho, acompañolas hasta la puerta
51.
¡Era tan sólo una chiquilla!
52.
—¡Prepáranos un té, hombre! ¡Que esta chiquilla tiene que entrar en calor!
53.
Cogió a la chiquilla y se la puso en el regazo
54.
Conocí a Brienne cuando no era más que una chiquilla que jugaba a los pies de su padre en el Castillo del Crepúsculo, y la conocí aún mejor cuando el Lucero de la Tarde la envió aquí, a Bastión de Tormentas
55.
-¿Qué tal te encuentras, chiquilla? -dijo Su Eminencia tratando de dar un giro festivo a la situación
56.
Más tarde pensaría en la pasión que había puesto en aquellas palabras y le diría a Edhadeya que se había portado como una chiquilla
57.
Dupuche debió de acabar por adormilarse, pues, en sueños, saltó por el antepecho de la ventana de abajo y, justo en el instante en que la chiquilla se quitaba el vestido, abrió los ojos
58.
–¿Aún no te asquea el oficio? ¿Ni la chiquilla? Oye, amigo, harías bien en vigilarla
59.
Véronique paseaba cómicamente una barriguita hinchada que parecía proyectar delante de su cuerpo de chiquilla
60.
¿Se enamoró de ella o de las luces del Moulin-Rouge? ¿0 fue el contraste entre los refajos que se alzaban a los estruendosos sones de la orquesta y la amedrentada chiquilla que, tocada con una boina de colegiala, llamaba nerviosa a la puerta de sus padres?
61.
No estaba lejos de ellos --no habían entrado en el ático para conversar con comodidad, de acuerdo con lo que solía establecer el decoro--, pero a cada paso bajo la fija mirada el príncipe, la bolsa parecía hacerse más pesada, como si la desdichada cabeza hubiese desarrollado un cuerpo, y el peso completo de la chiquilla del príncipe estuviese allí
62.
–¡Qué chiquilla eres! Has vivido con tres hombres y aún no has comprendido el carácter del hombre
63.
Y eran tan reales para ella, pobre chiquilla
64.
Al explorar la agresión social y doméstica que podría literalmente hacer pedazos a una chiquilla, localicé una serie de impedimentos, algunos rutinarios, algunos excepcionales, algunos monstruosos, que intentaban con ahínco evitar mi complicidad en el proceso de demonización a que Pecola estaba sometida
65.
Y ello arrastra tras de sí la conexión entre una desestabilización sin importancia de la flora estacional y la insignificante destrucción de una chiquilla negra
66.
–Nazareth -pregunto Susannah con cautela-, ¿te encuentras bien, chiquilla? ¿Estás complacida?
67.
Incluso cuando era una chiquilla
68.
–En la cooperativa, chiquilla
69.
Una mezcla de candor y decepción, de encanto y vulgaridad, de azul malhumor y rosada alegría, Lolita podía ser una chiquilla exasperante cuando le daban ganas
70.
Mentalmente, la consideraba una chiquilla convencional hasta la repulsión
71.
En términos más claros, si nos pescan serás analizada e institucionalizada, mi chiquilla
72.
Durante algunas tardes especialmente tropicales, en la pegajosa proximidad de la siesta, me gustaba sentir la frescura del sillón de cuero contra mi maciza desnudez, mientras la observaba sentada en mi regazo: no era sino una típica chiquilla que se hurgaba la nariz, concentrada en el suplemento de historietas de un diario, tan indiferente a mi éxtasis como si hubiera sido algo sobre lo cual se había sentado sin querer –un zapato, una muñeca– y demasiado indolente para quitarlo de su asiento
73.
O en la mañana del sábado, invisible, pesando solemnemente a su chiquilla en el baño
74.
Una vez en que el padre de Avis tocó la bocina de su automóvil, en la calle, para avisar que papá había ido en busca de su chiquilla, me sentí obligado a invitarlo a la sala
75.
Pero lo esencial, lo más terrible de todo era esto: en el curso de nuestra singular relación, Lolita había advertido con claridad cada vez mayor, que aun la vida de la familia más mísera era preferible a esa parodia de incesto que, a la larga, fue lo único que pude ofrecer a la chiquilla
76.
Athelstan la miró con expresión de fingido enojo mientras ella se volvía y entraba saltando como una chiquilla en la iglesia
77.
Fue casi como si la chiquilla hubiera entendido de qué iba el asunto ese de los desaires y quisiera hacer una travesura, porque se acercó a Will y le plantó el regalo delante
78.
–¿A qué esperan para liquidar a esa chiquilla? – decía alto y fuerte ZHF 911 cuando se cruzaba con ella
79.
La chiquilla lloró durante todo el tiempo que duró la aceleración, en un inexplicable terror y angustia
80.
—¿Te has portado bien, chiquilla? —preguntó Albert, y escupió en la chimenea
81.
–¿Que dónde la he visto?… ¿Que dónde la he visto de azul con lentejuelas? Pues en el teatro del Príncipe, haciendo «La rosa y el capullo»; y por cierto que estaba endiabladamente bonita la chiquilla -dijo el capitán
82.
–¿Qué ha pasado? – La chiquilla estaba al borde de las lágrimas, pero los niños del Pueblo no rompen a llorar con facilidad
83.
Kitiara había soportado malas rachas en su vida… el abandono de su adorado padre mercenario, cuando era una chiquilla; el segundo matrimonio de su madre; el nacimiento de sus hermanastros; las muertes de su madre y su padrastro; y su decisión de marcharse de casa y hacerse mercenaria a una edad en que otras chicas de Solace sólo se preocupaban de soñar con el matrimonio
84.
Hasta entonces, como ocurre a muchos hombres en quienes la afición al arte se desarrolla independientemente de su sensualidad, había reinado una extraña disparidad entre la manera de satisfacer ambas cosas, y gozaba en la compañía de mujeres de lo más grosero, las seducciones de obras de lo más refinado, llevando, por ejemplo, a una criadita a un palco con celosía para ver representar una obra decadente que tenía unas de oír o una exposición de pintura impresionista, convencido, por lo demás, de que una mujer aristocrática y culta no se hubiera enterado más que la chiquilla aquella, pero no hubiera sabido callarse con tanta gracia
85.
Ese mismo misterio me preocupaba cuando, al echar yo a correr, por orden de la chiquilla de voz breve, para llegar en seguida y empezar la partida, veía a Gilberta, tan brusca y viva con nosotros, haciendo una reverencia a la dama de los Debates (que le decía:
86.
Y lo mismo ahora tenía motivo para regocijarme porque esta morena me había mirado do cual me hacía suponer que me sería más fácil entrar en relaciones con ella primero), pues así me presentaría a las demás, a la implacable chiquilla que saltó por encima del viejo, a la otra tan cruel que dijo: “¡Me da lástima ese pobre viejo!”, a todas aquellas muchachas de cuya inseparable amistad podía gloriarse
87.
Este modo de hablar, que desaparecía en seguida cuando iba conociendo a la gente y se volvía más natural y chiquilla, podía parecer desagradable
88.
¿Cómo, se preguntó a sí mismo, podía provocar o incitar a aquella chiquilla, cuando era totalmente inconsciente de las relaciones hombre-mujer? Cualquier incitación de su subconsciente debía parecerle una peculiar perversión, la forma más exagerada de «conducta indecorosa»
89.
Imitación incorporada a la sangre por otra parte; y cuando una chiquilla de la familia, en su infancia, se detenía al hablar para tragar saliva, se decía: “Se parece a la tía Zelia”; advertían que más tarde sus labios tendrían una tendencia bastante rápida a oscurecerse con un ligero bozo y se prometían cultivarle sus disposiciones para la música
90.
Por una de las calles que descendían hacia el puerto aparecieron dos personas, una chiquilla de la edad de Lyra y un niño más pequeño
91.
–Seréis mi bendición, chiquilla
92.
La chiquilla que le había abierto la puerta y un hermano más pequeño
93.
Vieron a sus compatriotas llorar la muerte de la extraña chiquilla humana, y cuando los caballeros arrojaron las antorchas en la pira, los elfos escondidos no se alegraron, ni siquiera en el fondo de sus corazones
94.
Hablas con mucho desparpajo sobre la impresión que será para ella ver a la chiquilla a la que tanto amó, pero esa impresión podría resultar fatal
95.
- ¿Y cómo, no estando en el balcón, sabía él que la chiquilla ponía la cara triste?
96.
Esa pobre chiquilla, vaya una puta herencia
97.
Eso ha acabado con la familia, exceptuando a esa pobre chiquilla
98.
La insistencia de la niña llamó la atención del padre de la chiquilla, que ocupaba otra de las mesas mientras leía con atención un periódico