1.
compadre, que, por su estilo,es éste el mejor libro del mundo: aquí comen los caballeros, y
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''Ahora digo —dijo el dueño—, quede vos a un asno, compadre, no hay alguna diferencia, en
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encarecimiento —respondió el de la traza—, mejor os atañen ytocan a vos que a mí, compadre;
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— El dinero, compadre
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el dinero, compadre, eso es lo importante
6.
—Por el ojo de San Procopio, le juro, compadre, que el gitano piensadesembarcar en Matagorda
7.
¡Bien, compadre de los cuernos agudos, bien! por eso oyesresonar los pataleos y los gritos de una alegría frenética
8.
—No se haga usted el santo conmigo, compadre; lo que le interesa sobretodo es que sea un religioso de su orden el que haya llevado a cabo laconversión; lo comprendo, una conversión como ésta podría proporcionarleun centenar de clientes, y eso vale la pena
9.
—Y es cierto, compadre, pero acto continuo reapareció anuestra popa, cubierta de llamas y con más de diez mil demonios encimaque lanzaban fuego por boca y ojos
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delcalificativo de Compadre aun en documentos oficiales
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Que el Rey es mi compadre en
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Su compadre Paco el de Algar, que había
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por elmundo y su compadre Paco el de Algar le abandonaba
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También el compadre había mejorado de
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El compadre les esperaba en
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El compadre y Antoñico tiraron de las cuerdas, y lentamente
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El compadre torció el gesto tristemente
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Y mientras tanto, el compadre, dominado por el
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—Soy cazador en seco, compadre, pero esto es el diluvio, y unbombardeo
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deloficialismo, porque era compadre y socio en primer grado del
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Estevenes segura; ¿no ves que era el compadre que le sostenía?
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estará en casa de su compadre, calle de
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El Memorial cuenta la historia de un compadre que no se andaen chiquitas
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¡Y eso que era compadre! ¿Qué hubiera hecho, á no
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Dádmele acá, compadre, que precio más haberle hallado que si me dieran una sotana de raja de Florencia
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Viendo, pues, que no parecía, dijo el regidor que le había visto al otro: ''Mirad, compadre: una traza me ha venido al pensamiento, con la cual sin duda alguna podremos descubrir este animal, aunque esté metido en las entrañas de la tierra, no que del monte; y es que yo sé rebuznar maravillosamente; y si vos sabéis algún tanto, dad el hecho por concluido''
27.
''¿Algún tanto decís, compadre? -dijo el otro-; por Dios, que no dé la ventaja a nadie, ni aun a los mesmos asnos''
28.
A lo que respondió el dueño del jumento: ''Digo, compadre, que la traza es excelente y digna de vuestro gran ingenio''
29.
Y, dividiéndose los dos según el acuerdo, sucedió que casi a un mesmo tiempo rebuznaron, y cada uno engañado del rebuzno del otro, acudieron a buscarse, pensando que ya el jumento había parecido; y, en viéndose, dijo el perdidoso: ''¿Es posible, compadre, que no fue mi asno el que rebuznó?'' ''No fue, sino yo'', respondió el otro
30.
''Ahora digo -dijo el dueño-, que de vos a un asno, compadre, no hay alguna diferencia, en cuanto toca al rebuznar, porque en mi vida he visto ni oído cosa más propia''
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''Esas alabanzas y encarecimiento -respondió el de la traza-, mejor os atañen y tocan a vos que a mí, compadre; que por el Dios que me crió que podéis dar dos rebuznos de ventaja al mayor y más perito rebuznador del mundo; porque el sonido que tenéis es alto; lo sostenido de la voz, a su tiempo y compás; los dejos, muchos y apresurados, y, en resolución, yo me doy por vencido y os rindo la palma y doy la bandera desta rara habilidad''
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Mas, ¿cómo había de responder el pobre y mal logrado, si le hallaron en lo más escondido del bosque, comido de lobos? Y, en viéndole, dijo su dueño: ''Ya me maravillaba yo de que él no respondía, pues a no estar muerto, él rebuznara si nos oyera, o no fuera asno; pero, a trueco de haberos oído rebuznar con tanta gracia, compadre, doy por bien empleado el trabajo que he tenido en buscarle, aunque le he hallado muerto''
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''En buena mano está, compadre -respondió el otro-, pues si bien canta el abad, no le va en zaga el monacillo''
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—¡Silencio, compadre! ¡Ahí vienen!
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Enfilaron a paso ligero al corredor que conducía al torreón, y ya iban a franquear la puerta tras la cual les esperaba el compadre Saco de carbón, cuando por el lado opuesto apareció un soldado que dijo:
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-Tienes que arriesgar el pellejo, compadre Saco de carbón -dijo Carmaux
37.
-Es cierto, compadre blanco -dijo el negro
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-Meta el dedo el compadre blanco, y lléveselo a los labios -dijo Moko
39.
-¡Truenos de Hamburgo! -exclamó Van Stiller, que estaba bajo el puente de órdenes con su inseparable compadre y don Rafael-
40.
¡Abre los ojos, compadre!
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-¿O los habrá cortado alguien? -¡Veámoslo, compadre!
42.
-También yo las he observado; y tú, compadre, quizás tengas razón
43.
- El compadre blanco tiene razón -dijo Moko-
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-¡No quisiera entrar en relaciones con ese pico, compadre Saco de Carbón!
45.
Los que poseían mejor vista pasaban el dato a los demás: apareció otro cráneo, éste tiene pelo canoso, podría ser del compadre Flores, ¿se acuerdan de él? Ahora cierran otro bulto, pero no han terminado, están sacando más, dicen que se llevarán los restos a la Morgue y allá podremos mirarlos de cerca, ¿y eso cuánto cuesta? No lo sé, algo tendremos que pagar, ¿cobran por reconocer a sus propios muertos? No, hombre, eso debe ser gratis
46.
-¡Cuidado, compadre! ¡Es un diablo de mar!
47.
-¿No lo adivinas, compadre? -preguntó Moko mirando a su alrededor con aprensión
48.
-Y lo es, compadre -repuso Moko
49.
-Es cierto, compadre -dijo el negro
50.
¡No se atreverán a tomar por asalto el castillo! ¿Verdad, compadre?
51.
Pues bien, además de definir la forma de actuar de esos infieles, tal como les he comentado anteriormente, vuesas mercedes lo aderezarán con historias de esas de «pues me ha dicho un compadre que vive en Rocieros que han intentado violar a una muchacha» o «¿Saben que han escupido al paso de la procesión del Santo Niño?, y de esta guisa iremos calentando el ambiente preparando la traca final
52.
Rodrigo Barroso y su compadre Aquilino Felgueroso, que se le había arrejuntado meses después de salir de la trena al recibir recado que le llegó a través de un comerciante amigo del primero por el cual supo que el bachiller estaba vivo, y guardando el secreto porque así se lo ordenaba el mensaje de su compinche, habían oído el sermón del arcediano en repetidas ocasiones
53.
La primera vez que coincidieron con el arcediano fue en Talavera, en las fiestas del patrón, y Barroso comunicó a su compadre, luego de escuchar el sermón, que había hallado a su ideólogo y que jamás había oído exponer a nadie con tanta claridad y acierto las cosas que él pensaba pero que su parvo verbo le impedía en ocasiones explicar
54.
Hubo insultos, retos, agravios y las consiguientes maldiciones, nadie daba testimonio de la razón de uno o de otros y ante el juramento de uno de ellos de que aquel dinero pertenecía a su compadre, el joven dio fin a la discusión mostrando su repleta bolsa y, extrayendo de ella una dobla, pagó de nuevo, no sin hacer desprecio de aquellos malandrines que ya cuando se marchaba lo insultaron por lo bajo llamándole perro judío
55.
Espero que te guste el infierno, compadre”
56.
El otro día mismo, ni puede usted imaginarlo… Fue en una sesión, en casa del compadre Deodoro…
57.
La Intendencia va de las manos de uno de sus hijos a las de un compadre de Ramiro
58.
Una crítica ponzoñosa a fondo para la Intendencia, para Alfredo Bastos, "diputado estadual elegido por el pueblo de Ilhéus rara defender los sagrados intereses de la región del Cacao", olvidado de esos intereses cuya "elocuencia débil sólo se hacía escuchar para celebrar los actos de gobierno, parlamentario del ¡Muy bien! y del ¡Aprobado!, para el Intendente, un compadre del "coronel" Ramiro, "inútil mediocridad, servilismo ejemplar al servicio del cacique", al mandamás, culpando a los políticos en el poder por el abandono de la bahía de Ilhéus
59.
Vaya descansado, que yo mismo le explicaré al compadre Maluf
60.
Soy capaz de abandonar todo antes que mantenerme a costa del prestigio ajeno -El compadre tiene razón -dijo Amancio-
61.
Estuve contra usted porque para mí el compadre era más que un hermano, era como si fuese mi padre
62.
¿Para qué? Usted estaba en contra del compadre, yo estaba en contra de usted
63.
Vino aquí fiado en la amistad de Guergué, que era su compadre, padrino de Zoilo, y allí donde creía encontrar usted un protector
64.
Decidme vos: ¿ha parido ya la María Grijalva, de Peralvillo, que casó con el hijo de Santiago el Zurdo, mi compadre?
65.
¡Vaya una obra, compadre! La raquítica y casi asquerosa fachada de la iglesia Patriarcal desaparecía bajo una construcción suntuosa: un basamento de piedra berroqueña, roto en el centro por la escalinata, sostenía seis columnas de mármol rojo con dóricos capiteles, las cuales cargaban el formidable peso de un [330] ático inmenso de blanca piedra de Colmenar, decorado con bajo-relieves, esculturas y flameros
66.
Dejaremos ahora en estos afanes al pobre naviero, para decir que la casa donde hija y padre vivían era la de un compadre y amigo llamado Roque Pinel, socio de Ansúrez en otro tiempo, y a la sazón ocupado en la compra y embarque de esparto
67.
¡Vaya unos juguetes, compadre! Todo lo contaba el chiquillo con gracia y prolijidad encantadoras, sin omitir nada
68.
Panizo es un salinero vecino y compadre de Felipe Mojarra, que lo mira pensativo
69.
Aunque, si hubiera tenido un hijo varón —a veces mira con envidia al hormiguilla de su compadre Curro Panizo—, lo mismo a estas alturas se lo habrían matado ya en la guerra, como a tantos
70.
El grupo más numeroso que entró fue de tres: el patilludo Juan Jaqueta, su compadre Sangonera y el mulato Campuzano, a quienes las gestiones oportunas del capitán, vía Guadalmedina, habían permitido abandonar su retraimiento eclesiástico
71.
Los últimos fueron Jaqueta, que antes cerró los ojos de su compadre Sangonera, y el Galán Eslava
72.
La nave interplanetaria del compadre Julito era una vil nave guajolotera que hacía paradas en todos y cada uno de los planetas que encontraba en su camino a Korma
73.
Ya había hablado con el compadre Julito para ver la posibilidad de hacer un vuelo directo, pero el compadre Julito se había negado terminantemente, y de manera sutil le había recordado a Azucena que ella no estaba en posibilidades de exigir nada pues viajaba de a gratis
74.
Por otro lado, el compadre estaba obligado a hacer las paradas, pues, aparte de llevar el Palenque a planetas muy poco evolucionados, tenía otros dos negocios que le redituaban grandes ganancias económicas: renta de nietos a domicilio y esposos de entrega inmediata
75.
Entonces, al compadre Julito se le había ocurrido el negocio ideal: alquilar nietos
76.
Azucena le preguntó a Cuquita cómo le hacían para conseguir una, y Cuquita recordó que el compadre Julito tenía una
77.
Rápidamente le pidieron prestada la cámara al compadre Julito y la instalaron frente a Rodrigo
78.
Eo único que le alcanzaron a sacar fue el nombre de su esposa Cuquita, el de la abuelita de Cuquita, el del compadre Julito y el de Chonita, el nombre falso de la nueva vecina, o sea, Azucena
79.
Lo más indicado, pues, era mantener el secreto a toda costa, entregar al individuo a la Procuraduría General del Planeta para que ahí se condujera la investigación y dejar que los judiciales se encargaran de la captura de todos los cómplices que, a saber, eran: Cuquita, la abuelita de Cuquita, el compadre Julito y Azucena
80.
El compadre Julito, al sentir el temblor, salió de su departamento hecho la brisa
81.
Las manos de hombre la levantaron en vilo y la transportaron hasta la nave del compadre Juhto, que se encontraba estacionada en la azotea del edificio
82.
¡A mí, que soy su Ángel de la Guarda, y últimamente con el que tiene que trabajar y de quien debería estar esperando reconocimiento y no del pendejo del compadre Julito! ¡Qué horror! ¡Pero qué digo! Estoy insultando a un inocente
83.
Encontró al compadre Julito en un rincón de la nave empinando una botella de tequila
84.
La ubicación del compadre era perfecta: era la más alejada de donde se encontraba toda la gente
85.
Al compadre Julito se le olvidó que sólo le gustaban las mujeres nalgonas
86.
Carmela descubrió que estaba perdidamente enamorada del compadre Julito y contrajeron matrimonio de inmediato
87.
—Gracias por vuestra colaboración, compadre
88.
Bien, gracias por la información, compadre
89.
—Este dinero no es el pontazgo, compadre
90.
—Os agradezco, pero no es necesario, compadre —declinó Sparhawk—
91.
—No venimos en busca de una posada, compadre —replicó éste—, sino de información
92.
—Gracias por la información, compadre —dijo al posadero mientras los demás iban bajando
93.
—Creo que eso es lo que ella pretendía, compadre
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–Ésa es una afirmación muy tajante, compadre, tenga cuidado con lo que dice
95.
Tienes media hora de estar molestando a mi compadre con tus tonterías
96.
Los ojos de su compadre le producían piedad
97.
Ahí tienes a mi compadre Sabas con una casa de dos pisos que no le alcanza para meter la plata, un hombre que llegó al pueblo vendiendo medicinas con una culebra enrollada en el pescuezo
98.
Mañana mismo se lo vendo a mi compadre Sabas por novecientos pesos
99.
«El mundo cayéndose y mi compadre pendiente de ese gallo
100.
Ahora mismo llevo el gallo a mi compadre y te