1.
No nos detendrémos en ellas, toda vez que ya hemos hechomencion del incidente ocurrido con el arzobispo, y solo llamarémos laatencion sobre un hecho, y es que segun el mismo escribe, fuécertificado del escribano de raciones y de otros oficiales, que elprimer dia solo habian comido en la ALJAFERIA, pasadas de diez milpersonas, argumento,
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Mas no se pasó mucho tiempo sin que se abriera la puerta depar en par, y entrara por ella un carcelero con una bujía encendidaanunciándome que pronto llegaría el juez y el escribano
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loposible, lo publicase despues el escribano
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con la hijade un escribano, llamado Sandoz, educado en las
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elresultado fue que la Adela renunció por ante escribano a todo
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mano, sino que entabló querella ante escribano, y,presos la Tablante y Márquez, se les
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No hacen memoria alguna los historiadores, de un escribano del crimen dela real
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Don Roque Simón era el nombre del escribano, y aunque en un principiotenía
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famoso escribano del crimen, y así, en cierta ocasión laemprendió á bofetones con un
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alguaciles y del escribano don Jerónimode Parga, presentóse en la casa que le habían
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enpresencia de Juan Pérez escribano de Su Majestad y público de Sevilla yde los
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Yo, Hernando de Vallejo, escribano de Cámara del Rey nuestro señor, de losque residen en su
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Hernando de Vallejo,nuestro escribano de Cámara, y uno de los que en él residen, con que
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alcalde del pueblo en el mesón, con un escribano, ante elcual alcalde pidió don Quijote, por una
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Entró el escribano con los demás, y, después de haber hecho la cabeza deltestamento y ordenado
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—Sí, pero el alcalde y el escribano eran amigos; mejor: leshabía hablado don
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el escribano Gabriel Pérez
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fiesta; el escribano dellugar, que trabajaba toda la semana en
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loscastaños y los nogales lo mismo—dijo el escribano con
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laréplica que el escribano estaba meditando, se metió con un
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maestro, el escribano y Celesto abren un enorme misal deletras
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salieron; las mujeresse sentaron; en la sacristía, el escribano
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Rocafort dividió su gente en Rodesto yPacía, Montaner, escribano de racion, quedó gobernando en
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escribano, yuna pierna de dos que tenía, en vez de sustentar la carga del cuerpo,
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E yo el dicho Escribano, en cumplimiento de lo mandado por el SeñorGobernador, saquè y
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Juan de Herrera, por ante el Escribano deS
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Y en conformidad de lo mandado en el decreto antecedente, yo TomasGalloso, Escribano de
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Siguen los mismos que se mencionan al principio, y el escribano Cristoval
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el Escribano, parecieron los capitanes Manuelde Frias y Francisco de Salas, Alcaldes ordinarios,
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así todos juntos, y enpresencia de mí el Escribano, parecieron presentes, Francisco Bernal yel
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escribano nombrado para las causas y negocios de la dichaciudad de la Trinidad, en la forma
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susodichos, en presencia de mi el Escribano PedroFernandez:—la cual dicha encomienda dijo el
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arcos en laplaza del Mercado, propia del Escribano D
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las tardes se arma allí tertulia y grataconversación, siendo los más constantes el escribano, el
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escribano y elboticario y con otros señores en los poyos que había junto a la fuente,sus ojos se
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cura, el boticario y el escribano
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el escribano entre ellos
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—Mira, mamá, no me hables de las hijas del escribano
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El escribano, sin pensar en sus hijas, con frac y todo, se subió por loshierros de una reja y
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El escribano, Pepito y la hermana menor recobrados ya del susto,vinieron a la puerta a llamar
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La iguala que tenía con el escribano era de las más cuantiosas dellugar: cada año cincuenta
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el boticariobuscaba compensación recetando mucho y obligando al escribano a gastarsu dinero
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Marquez, escribano malvado, deprecacion contra él, y su
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Isidora y el escribano entraban en un vestíbulo nada
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Martín Seguí, Notario, Escribano Mayor de la Curia Civil y del Juzgadode bienes
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—Aquí es—exclamó de pronto el escribano de raciones, al detenersefrente a una
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El escribano reía también el chiste y los concejales sonreían, no por lagracia, si no por la
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Apenas dijo esto el escribano, una alegría loca se esparció por
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Al salir de casa de Barbacana, encontró el arcipreste en la cartería aljuez y al escribano, y a la
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encendida,anunciándome que pronto llegaría el juez y el escribano
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letrado, unayudante y escribano de gobierno, y que asimismo
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Salen el ALCALDE y REDONDO, escribano, y PEDRO
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funcionarios: de mi padre, que es el cacique,del boticario, del médico, del escribano y del señor
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35 Entonces el escribano apaciguando las compañías, dijo: Varones Efesios,porque ¿quién hay de los
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Había entradoallí solo, debiendo entrar con juez, escribano,
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Riéronse mucho elalguacil y el escribano, diciendo:
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– ?Como redactar el proceso verbal? – pregunto, embarazado, el escribano
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EL ESCRIBANO DEL MINISTERIO DE
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El escribano del ministerio de la Guerra esperaba pacientemente
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El escribano de la Conserjeria llamo en un portillo, y uno de los guardias abrio diciendo: -?Quien es?
61.
El escribano del ministerio de la Guerra habia observado toda la escena con la mayor atencion, y mientras estuvo abierta la puerta de la prision de la reina, su mirada calo rapidamente hasta el fondo del primer compartimento: vio al guardia Duchesne sentado a una mesa y se aseguro de que la reina solo tenia dos guardianes
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En la esquina de la plaza Chatelet, el escribano de ministerio de la Guerra, segun el programa anunciado, compro un canasto con doce docenas de ostras
63.
El domicilio del escribano del ministerio de la Guerra era muy sencillo: el ciudadano Durand ocupaba tres habitaciones pequenas en una casa sin portero de la plaza Greve El escribano del Palacio encontro muy de su agrado a la senora escribana del ministerio de la Guerra
64.
En el momento en que el escribano anunciaba al guardia que se iba, Gilbert o Duchesne, uno de los dos, recogia el cesto y se lo llevaba a Maria Antonieta
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Al llegar cerca del palacio, abrio la cartera y saco el salvoconducto firmado por el escribano
66.
Entró acaso el alcalde del pueblo en el mesón, con un escribano, ante el cual alcalde pidió don Quijote, por una petición, de que a su derecho convenía de que don Álvaro Tarfe, aquel caballero que allí estaba presente, declarase ante su merced como no conocía a don Quijote de la Mancha, que asimismo estaba allí presente, y que no era aquél que andaba impreso en una historia intitulada: Segunda parte de don Quijote de la Mancha, compuesta por un tal de Avellaneda, natural de Tordesillas
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Después se durmió, y al caer de la noche, hora en que por encargo suyo, volvió el escribano, acompañado de tres personas de la intimidad de D
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Sentóse el escribano en un poyo para escribir el inventario, preguntándome qué tenía
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Riéronse mucho el alguacil y el escribano, diciendo:
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Acabados de tomar todos, dijo mi amo desde el púlpito a su escribano y al del Concejo que se levantasen, y para que se supiese quién eran los que habían de gozar de la santa indulgencia y perdones de la santa bula y para que él diese buena cuenta a quien le había enviado, se escribiesen
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viejos, polvorosos y amarillos folios cuando la flaca, la rapante mano del escribano los volvía
72.
El rey Enrique VII murió en circunstancias misteriosas, enemista do con su hijo y con el ambicioso y joven escribano Tomás Wolsey, y dicen que guardaba un diario que despedazó y se comió una de sus mascotas, un mono
73.
Wolsey asió a Catesby por el brazo en el momento en que se abrió la puerta y el escribano mayor entraba en la cámara
74.
Inauguraba el bueno de Oliván su trabajo cortando plumas, en lo que ponía exquisito cuidado y habilidad, pues su gala era esto y la rúbrica que echaba en las firmas, no menos rasgueada y pintoresca que [104] la de un escribano
75.
Montes de Oca tira de pluma y devuelve a la invicta villa en un decreto el derecho de Bandera y otros privilegios abolidos; en Miranda toma partido por Cristina el Provincial de Burgos, que a Vitoria se dirige para dar su apoyo al movimiento; Portugalete y Orduña se pronuncian también; el cura de Dallo y el escribano Muñagorri reúnen al instante sus partidas y se lanzan por collados y montes a matar liberales
76.
El que pronunció el discursillo que extractado se copia, había empezado a estudiar para cura en Vitoria, sirviendo luego de amanuense a un escribano de la Puebla de Arganzón, y en sus diferentes tareas escolares se le había pegado [261] el arte del sofista
77.
Corrió Cárceles a la Casa Consistorial y, acompañado de unos Voluntarios muy decididos (entre ellos iba yo), se acercó a la puerta del salón de sesiones en el momento en que peroraba un señor Fernández, escribano, capitán de Movilizados y amigo de Prefumo
78.
La chalupa llevando al escribano, al cabo de presa y a la dotación que marinará el barco capturado se abre ya del costado de la Culebra, remando con vigor en la marejada
79.
Unos días en puerto vendrán bien a todos —el barómetro cada vez más bajo también invita a ello—, y tal vez ya esté resuelto el dictamen sobre alguna presa anterior, con lo que oficiales y tripulantes podrían cobrar lo que se les adeuda según la Ordenanza de Corso y el contrato con los armadores: un tercio para la tripulación, dividido en siete partes para el capitán, cinco para el primer oficial, tres para el contramaestre y el escribano, dos para cada marinero y una para los grumetes o pajes, sin contar ocho partes reservadas para heridos graves, entierros, huérfanos y viudas
80.
Se limitaba a comprobar minuciosamente el resultado; la suma por la que él y su gente se jugaban la vida hacinados en los estrechos límites de la balandra: viento, olas y enemigos fuera, promiscuidad, olores y humedad dentro, con una pequeña cabina a popa para el capitán, una camareta con literas separadas por una cortina para teniente, contramaestre y escribano, coys de lona compartidos por el resto de la tripulación según los cuartos de guardia, nula protección del viento y el mar en la cubierta rasa y oscilante, fortuna de mar y guerra sin poder descuidarse nunca, según el viejo dicho marino: «Una mano para ti y otra para el rey»
81.
Ninguno de sus cuarenta y ocho hombres, contando al primer oficial y al escribano de presas, se enroló en la Culebra con intención de servir una temporada bajo disciplina militar, renunciando a la libertad del corso y la caza de botines a cambio del miserable sueldo de la Real Armada, que por otra parte ni siquiera saben si cobrarán
82.
En ésas andaban cuando oyéronse pasos en el corredor, y entraron, negros como cuervos, el escribano de la Justicia, el alcaide con alguaciles y el capellán de la cárcel para leer la última sentencia
83.
Y sólo entonces, mientras recogía las monedas juntándolas en su montón, levantó la vista al escribano
84.
Picóse el escribano, diciendo que las cosas sólo se leían una vez, y que allá Ganzúa si apagaba candela sin enterarse muy bien de qué trataba el negocio
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Julio Elorza, Claudio López, Arcángel Borrado y Enrique Escribano, se presentaron todos en la iglesia de Nuestra Señora para abrir los sepulcros donde se encuentran los restos de la Reina doña María de Aragón y de Enrique IV de Castilla
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Cuando el juez y el marqués estuvieron solos, el escribano cerró la puerta y se estableció en la mesa despacho sin ceremonia, donde desplegó sus papeles y preparó su proceso verbal
87.
¡Mira esto, escribano! – voceó a continuación
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—Ese tiene un taller de carpintería, aquel otro es escribano, éste medio calvo es un comerciante y el que está al final de la fila tiene una finca en Patulul
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Sólo cuando tuvieron el primer hijo se dieron cuenta, por una conversación casual, de que las cartas de ambos habían sido escritas por el mismo escribano, y por primera vez fueron juntos al portal para nombrarlo padrino del niño
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Los mayorales y el escribano que habían permanecido en un segundo lugar, extrañados, al igual que el sacristán, de que su superior los llevase de inspección a la colegial, se aproximaron para observar mejor el punto indicado
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Las dos habían sufrido trato parecido por parte de los soldados, si bien la hija del escribano no se había quedado embarazada, pero, para alivio de Maritxu, ninguna mencionaba el asunto y ambas ocupaban buena parte de su tiempo ayudándola en el obrador que, poco a poco, iba tomando su antiguo aspecto