1.
Para evitar este inconveniente pusieron enel patio un toldo de lona, que resguardaba del sol, pero no de lalluvia
2.
cercada por el desierto, disimulados por la lona de una tienda
3.
que parecía lo habían recubierto con una lona negra
4.
Afortunadamente, en un rincón del jardín, cubierta por una lona, descubrí
5.
Cuando Crogg y Fordy vinieron corriendo a la sala de operaciones, tres vigilantes ya estaban colocando el segundo cadáver en una lona blanca de polimer
6.
Llevaban capas de lona en las fogonaduras para impedir el paso delagua al interior del buque
7.
En expediciones militares, cuando á la tripulación ordinaria de las naosse agregaban compañías de guerra, se concedía únicamente á los capitanesderecho á participar de la cámara de popa y por ello empezaron áconstruirse los cadalechos ó literas, adosando al costado con carácterprovisional, bastidores de lona
8.
revueltos con astillas de madera y jironesde lona
9.
Ole Jack encontró un toldo de lona en la pila
10.
Llevaban capas de lona en las fogonaduras para impedir el
11.
lohacían en cubierta sobre un pedazo de lona que más que de
12.
adosando al costado con carácterprovisional, bastidores de lona
13.
cubierta de paja, casas de ladrillo contechos de ramaje ó de cinc, tiendas de lona
14.
médico estaban hablando sentados los dos ensillas de lona al socaire de la ballenera, y no vieron
15.
necesario, esta guardado en suvientre, bajo la caperuza de lona
16.
susbatones sucios y repantingadas en pobres sillones de lona, se
17.
Maltrana, desde su sillón de lona, vio acurrucados a la
18.
oculta bajo untoldo de lona, y de esta tienda surgía el palo
19.
hojas de lona con nervios de acero, que recogía lamenor brisa,
20.
voluminoso envuelto en cortinas de seda,que suplían á la lona de
21.
improvisaruna casa más estable que la tienda de lona, apelaban á
22.
embarcaciones de Ibiza y Formentera tendían la lona de
23.
unacaperuza de lona, pronto á entrar en funciones
24.
, murmurase una súplica al oído de Augusto, deposita en elcéfiro que acaricia la lona de su ligero
25.
La mujer abrió la lona que cerraba la puerta y se puso a recoger loscuartos de los que iban pasando
26.
Linda no protestó de la comparación; fué detrás de la entrada del circo,tiró de una lona, abrió un resquicio, y dijo a Martín:
27.
Remi estaba sentado en una lona vieja con cajas de Pop-Tarts4 a cada lado de él
28.
Un borde de aproximadamente cuatro pulgadas de pintura en el fondo de la lona
29.
Entonces se contempló en la playa y el mar más allá de la lona y suspiró
30.
La forma del otro lado de la lona se escabulló rauda, sigilosa, pese a lo imprevisto y precipitado de su huida
31.
Camuflado con lona, el camión de la muerte se perdió en la oscuridad, rumbo al escenario sangriento de la representación final, la muerte que se venia ensayando desde que fueron detenidos
32.
Rosario, en cambio, se trepa a menudo al montón de pacas, nada molesta por algún chubasco que trasuda de la lona, poniendo frescor en el pasto recién cortado
33.
Dos catres de lona y un banco de madera constituían todo el moblaje, con un pedazo de espejo sujeto al dorso de la puerta con tres clavos mohosos
34.
La mujer desapareció de nuevo y volvió enseguida con un saco de lona en el que había metido un puñado de andrajos
35.
Los cursos de adiestramiento se imparten bajo techo, sobre una lona limpia, y los cachorros pueden socializar con libertad durante breves periodos
36.
Regresó a su celda, recogió las cartas, las fotos de sus hijos y el sobado ejemplar del Corán que le acompañaba desde que tenía uso de razón, y lo metió todo, junto a sus escasas ropas, en una bolsa de lona
37.
Detrás de la mansión había una diminuta piscina, cubierta durante el invierno con una lona negra
38.
—El concierto estuvo bien… —respondí a la vez que me ponía a rebuscar en mi bolsa de lona, sin saber muy bien qué estaba buscando
39.
- Están tapándolos con un trozo de lona
40.
En cuanto el “Garona quedó anclado y sus velas recogidas y envueltas en lona encerada, el capitán bajó a su cabina, escribió una carta e hizo llamar al oficial
41.
Miller alzó la cabeza cuando entraron los dos hombres y dejaron caer la lona tras ellos
42.
Un golpe de viento cargado de nieve, el golpear de la lona, y Brown había desaparecido ya
43.
—¡Hola! —dijo, y llamó golpeando el poste situado en la lona de la entrada
44.
Metieron al infeliz en un saco de lona, lo sacaron en vilo hasta la calle y lo echaron sin mayores ceremonias en la parte de atrás del vehículo de Riad Halabí
45.
Cuando consideraron que ya habían avanzado bastante, uno de ellos señaló el suelo y allí, a los pies de un gigantesco árbol abrumado de fruta, cavaron un hoyo profundo, donde depositaron el saco de lona
46.
Tras rodear a Saphira, el elfo salió de la tienda, haciendo que un destello de luz atravesara la oscuridad del interior al abrir la solapa de lona de la entrada
47.
Los dos marineros se metieron bajo la lona de la tienda y el veneciano se sentó cerca del fuego, después de haber echado sobre las brasas más leña seca
48.
¿No ves que ha metido los panales de miel en la lona de la tienda que llevaba en bandolera?
49.
Antes de que el oficial la tapara con una lona, Faustino Rivera observó a Evangelina echada de lado, con la cara cubierta por sus cabellos y los pies desnudos asomados entre los flecos del poncho
50.
Era una estación tristona como muchas, pero eso no derrotó mi entusiasmo, me eché el saco de lona a la espalda y partí dando brincos de mocoso y gritando a pleno pulmón que ésa era la primera noche de todos los demás días estupendos de mi fantástica vida
51.
Era un pesado bulto de extraña forma envuelto en lona y amarrado firmemente con cuerdas, que debieron izar entre varios hombres
52.
Tenían la sensación de caminar sobre una lona estirada, que cedía con el peso de los cuerpos
53.
Usaba el cabello largo atado en una cola a la espalda, vestidos de algodón que yo misma me cosía y alpargatas de lona
54.
Pusieron toldos de lona sobre la arena, almorzaron como príncipes y lloriquearon un poco con los emotivos discursos, sobre todo la dama del piripicho, que era muy sentimental y remilgada
55.
A los dos les gustaba salir a media mañana a caballo, con la merienda en un canasto y varios maletines de lona y cuero con el equipo de Jean
56.
Subió la cortinilla de lona de la ventanilla y se encontró ante un sobrio edificio cuyos nobles orígenes quedaban reflejados en los cuarteles del pétreo escudo de armas que ornaba la parte superior de su entrada
57.
Antón, que entrevió el peligro que implicaba la conservación de aquella carta y el códice, hizo una trampilla al fondo del armario donde guardaba sus herramientas de carpintería y, tras envolverlo todo en una lona que resguardara de humedades y de mordeduras de ratas el comprometido envoltorio, lo puso allí, cubriendo con un par de cajas de cartón llenas de clavos la tapa del escondrijo, hasta que llegara el momento de enviar aquel peligroso material a la persona que creía debía de ser su destinataria
58.
Al punto aparecieron dos uniformados guardias de la Gestapo y cambiaron con el hombre unas palabras; luego éste tomó del suelo su maltrecha maleta atada con una cincha de lona, desapareciendo por el fondo, cabizbajo y resignado, entre los dos policías y un paisano con sombrero negro y abrigo de cuero del mismo color, que portaba en su diestra los documentos intervenidos hacía unos momentos en la casilla
59.
Los puestos se alineaban unos a continuación de otros, protegidos por unos ligeros toldillos de lona y, según costumbre muy apegada a la raíz de su pueblo e imitada por los demás comerciantes, agrupados por gremios según la peculiaridad de los productos que en ellos se expusieran
60.
La lona de la parte superior se estaba separando de la suela de goma y las suelas mismas estaban prácticamente deshechas
61.
A la izquierda, donde no se levantaban colinas, se estacionaban filas de tanques, vehículos acorazados y helicópteros, y se habían dispuesto las letrinas y las duchas con sus cortinas de lona, el hoyo para la basura, las tiendas médicas y los depósitos de provisiones
62.
La lluvia empezó a tamborilear en la lona
63.
La tubería estaba cubierta de lona embreada para protegerla de la erosión
64.
El medico se encontraba arrodillado junto a dos de los hombres que habían sufrido quemaduras y que yacían sobre una lona, inconscientes y bajo los efectos de una conmoción
65.
Unos cuantos vecinos se habían congregado en el patio, alrededor de la piscina y, manteniendo una distancia prudente, estaban mirando a un par de bomberos ataviados con unos pesados uniformes de lona impermeable que salían en aquel momento del 1 D
66.
que una parte del mango de la brocha sobresalía por debajo de la lona
67.
Los huesos estaban etiquetados y dispuestos sobre una lona azul
68.
Hay momentos en los que pienso que si mi padre no me hubiese traído a Lisboa yo sería feliz, y por ser feliz quiero decir no encontrarme tan sola con mi enfermedad como aquí, donde la adivino, la mido en el interior del cuerpo, calculo sus progresos en el hígado, en el corazón, en los riñones, me inyecto dos veces al día, si me siento mareada, en el retrete del Liceo, de modo que mis compañeras no desconfíen de nada, porque aquellas a quienes se lo conté imaginan que llevo una muerte contagiosa conmigo y tampoco a mi tía le digo nada, vuelvo del médico y ella, fingiendo que no sabe adonde he ido, Buenas noches, mi tía a la que nunca le gustó que mi padre se casase en África con una desconocida, con una mulata tal vez, sin prevenir a la familia, sin traerla primero a Portugal para someterla en Esposende a la aprobación de mis abuelos, y la única vez que vinieron se apearon sin avisar en Oporto, hicieron el resto del viaje en autobús, con mi madre en busca de Mozambique en las ventanillas, y aparecieron en casa de mis abuelos, a la hora de comer, con una maleta llena de estatuillas y de máscaras de madera, y mi abuelo, que vendía telas en un establecimiento llamado Perla del Tergal, ¿Qué es esto?, y mi abuela mientras se santiguaba Sácame de ahí la carantamaula del Demonio, Domingos, que siento la peste del infierno en casa, y era el olor de la diabetes, y mi madre a mi padre, sin hacerles caso, sin conversar con ellos, apoyada en el alféizar en busca de las traineras de la isla, mi madre, intrigada con los petreles, ¿Qué aves son ésas, Domingos?, y mi abuelo, cogiendo una jirafa de marfil, Fíjate en el bicho, Orquídea, ¿en el sitio donde vivís hay elefantes?, y mi padre Son petreles, devoran barcos hasta no dejar ninguna espuma detrás de las hélices, y mi abuela, agarrada al rosario, Huele a infierno, ya os he dicho que huele a infierno, que huele a las flores de los muertos, pásame el chal que voy a buscar al párroco, y mi abuelo, sirviéndose aguardiente, Daría diez metros de franela por toparme con elefantes al galope en el bosque, y mi tía ¿E hipopótamos, Domingos, qué es lo que hacen con los hipopótamos?, y mi padre A los petreles no les escapan ni la niebla ni el viento, devoran lo que pueden, hasta un cine ambulante que anduvo por allí se les sumió en el estómago, ¿no es verdad, Orquídea, no es verdad que no se volvió a saber nada del que manejaba el proyector?, y mi tía El cine se fue a Póvoa, Domingos, ¿dónde se han visto petreles que se lancen a picotear películas?, y mi abuelo, repitiendo el aguardiente, Sólo vi uno en el calendario de la taberna, y mi padre No picotean películas pero picotearon a tu amigo el que vendía las entradas, el que no volvió a tirarte los tejos, y mi abuelo ¿Qué?, y mi padre Que responda Orquídea, que Orquídea te hable de los sauces llorones, y mi tía Mentiroso, ojalá se te paralicen las piernas, mentiroso, y mi abuelo ¿De los sauces llorones, grosera?, y mi madre Petreles, dices tú, ¿es petreles como los llaman, Domingos?, y mi tía Yo qué sé, padre, es invención de Domingos, los aires de Mozambique le han secado la mollera, y mi padre a mi abuelo ¿No quiere venir a volar conmigo bajo la tierra?, y el párroco, atareado en bendecir el baúl y los rincones de la tienda, y cubriendo a mi madre con un crucifijo enorme, Realmente huele a infierno y a las flores de Satanás, pero no es de las estatuas sino de esa pecadora, y mi abuelo a mi padre ¿Tú vuelas bajo la tierra, muchacho?, y mi abuela a mi padre Ay has traído al demonio contigo, Domingos, y el cura, echándole agua bendita a mi madre, En nombre de Jesucristo vade retro, emperador de las tinieblas, te ordeno que liberes a tu sierva y regreses a tu reino, y mi abuela ¿Y si ella pare un hombre lobo?, ¿eh?, y mi padre a mi abuelo He volado en la mina de Johannesburgo, padre, si usted tiene un pico y quiere probar yo le enseño, abrimos un hoyo en el suelo y listo, y el cura Vade retro, y mi madre Devoran barcos pero ahora andan por encima de nosotros piando, en una de ésas nos meten en el buche, y mi abuela, lanzando cocodrilos y guacamayos de madera por la ventana, Un bebé oscuro, lleno de pelos, qué horror, un bebé que salta de la cuna para galopar por la casa, hace años, venía yo en el tren de Lamego, descubrí dos a lo lejos, a carcajadas en un pinar, el cura sujetó a mi madre por el brazo, Vade retro, y mi padre Alto ahí, no sea fresco, suéltele la mano a mi mujer, y mi abuelo Pico no tengo, ¿no sirve un rastrillo, hijo?, y mi tía Yo no me acosté con ningún hombre sobre la lona después de los espectáculos, yo no quise perder lo que sólo se sabe que se tiene cuando se pierde, lo que sólo es importante cuando deja de ser, porque cuando se tenía no existía y lo que yo tenía quedó en la arena de Esposende y es parte de las mareas y de los arbustos de la playa, y mi madre Yo no pretendo acabar a gritos, como las aves, por encima de esta casa, y mi padre al cura Si vuelve a tocarla le rompo la cara, vaya a echar su agua a otra parte, y mi abuela ¿Y el incienso, señor párroco?, si ha traído el botafumeiro échele unos humos a ella y listo, y mi abuelo Quien dice rastrillo dice cualquier cosa que agujeree, una pala, una hoz, unas tijeras, ¿lo que hay que hacer es cavar un foso, no?, y mi tía Nunca lo he visto con la cabeza descubierta, nunca lo he visto desnudo, pero me falta su aliento en los oídos, me faltan sus dedos, me falta la paz de después y el mar que bate en mis huesos en los peñascos y yo no quería, padre, yo no quería, yo quería y no quería, yo quería, yo no quería querer y quería, yo fui a Póvoa a visitarlo y el acomodador Hay aquí una moza que te busca, Claudino, y él al empleado Yo a ésa no la he visto en mi vida, dile que es un error, hombre, y el acomodador a mí Él no la ha visto en su vida, y yo sin el valor de hablar, yo sujetándome las horquillas del pelo sin darme cuenta de que me sujetaba las horquillas del pelo, y el cura, salpicando con agua bendita a mi padre, Yo no he tocado a su esposa, señor, he venido a exorcizar al Príncipe del Mal, y mi abuelo, a martillazos en la tarima, ¿Es necesario ir muy abajo para volar, Domingos?, y mi tía Pero me quedé hasta el final de la película, y cuando las personas salieron y el acomodador apagó las luces allí dentro, cerró la puerta con candado, puso cerrojo a la taquilla y desapareció por las calles de la ciudad, cuando el dueño del cine bajó los escalones desde la cabina allí estaba yo, a que era un error, a que él no me vio nunca en su vida, mirándolo, sin reproches, sin pegarle, sin llorar, mirándolo, y él ¿Qué pasa?, y yo, Sólo quería que me devolvieses lo que me quitaste en Esposende para poder irme, y mi madre, acostumbrada a los cocoteros de la playa, Los petreles se comieron las traineras, qué pena, y mi padre a mi abuelo, Con unos diez o quince metros alcanza que después cogemos el ascensor de la mina, y el viejo a mí, en la cervecería de los camioneros que recobraban fuerzas para el Alentejo, pedía, sonándose, otra infusión de limón, posaba su palma sobre la mía, la retiraba, la posaba otra vez, el viejo componiéndose sus pocos pelos con la mano libre, La señorita aún no ha respondido a mi pregunta, al fin y al cabo ¿se casa conmigo o qué?
69.
Puedo decirle que, además del señor Rucastle, tanto Toller como su mujer tienen algo que hacer en esas habitaciones deshabitadas, y una vez vi a Toller entrando por la puerta con una gran bolsa de lona negra
70.
Gran animación había en la ciudad de lona
71.
Con rapidez eléctrica, los hombres dispersos en las calles de la ciudad de lona se agruparon en haces guerreros
72.
Sin mover los labios, creyérase que hablaba con el suelo; volviendo en torno las miradas, dijérase que quería interpretar como lenguaje las sacudidas convulsas de la lona, [151] y la trepidación de los mástiles que sostenían la tienda
73.
Repasad bien el velamen, y si hay que hacer reparación en las gavias, no os descuidéis: lona tenéis de sobra
74.
Colocó la fotografía de Abdul dentro del libro, tanto para preservarla como para marcar la página, y luego introdujo la guía en su bolsón de lona
75.
Corso no sentía inquietud por Las Nueve Puertas ni el manuscrito Dumas; cuando no los llevaba consigo, dentro de la bolsa de lona, los dejaba en depósito en el bar de Makarova
76.
Mientras La Ponte narraba sus desdichas, el cazador de libros tocó la bolsa de lona recuperada momentos antes
77.
Moviéndose con dificultad en el estrecho habitáculo, colgó el gabán y la chaqueta antes de sentarse en la cama, junto a su bolsa de lona
78.
En ese momento vio que, debajo de la mesa y junto a las botas del policía, estaba su bolsón de lona
79.
– Se colocó en la punta del asiento, colgándose al hombro el bolsón de lona
80.
Permaneció así un cuarto de hora al acecho de cualquier indicio extraño, con la bolsa de lona en el sue-lo, entre los pies
81.
Después de vaciar el bolsón de lona, lo volvió a arreglar, introduciendo en él el almuerzo frío que había ordenado por sugerencia del hotel, la linterna, los fósforos y cigarrillos, y la guía Baedeker 1929 que le había prestado Abdul Hamdi
82.
Llevaba el bolsón de lona con la linterna, la cámara fotográfica Polaroid y sus guías turísticas
83.
Presa de afiebrada excitación, empacó su bolsón de lona con la Polaroid, la guía Baedeker, la linterna, un par de vaqueros y algo de ropa interior
84.
Comenzó a recoger del piso el resto de sus pertenencias y a colocarlas nuevamente en el bolsón de lona
85.
Miró la bolsa de lona entre las piernas de la chica dormida
86.
Todo característico, le explicaba atento el primer oficial, de esta clase de embarcaciones rápidas y ligeras, capaces de desplegar mucha lona sobre un solo palo y perfectas para el corso, el correo y el contrabando, que los ingleses llaman cutter, los franceses cotre y nosotros balandra
87.
Se limitaba a comprobar minuciosamente el resultado; la suma por la que él y su gente se jugaban la vida hacinados en los estrechos límites de la balandra: viento, olas y enemigos fuera, promiscuidad, olores y humedad dentro, con una pequeña cabina a popa para el capitán, una camareta con literas separadas por una cortina para teniente, contramaestre y escribano, coys de lona compartidos por el resto de la tripulación según los cuartos de guardia, nula protección del viento y el mar en la cubierta rasa y oscilante, fortuna de mar y guerra sin poder descuidarse nunca, según el viejo dicho marino: «Una mano para ti y otra para el rey»
88.
Y una vez allí, largando más lona —parecía llevar la escandalosa arriba y el tercer foque sobre el largo bauprés—, la vio poner proa al sur, alejándose en la distancia inmensa y azul: una mota blanca de velas diminutas empequeñeciéndose hasta desaparecer en la lente del catalejo
89.
Al observarle, la tenue luz del alba se filtraba por las paredes de lona de la tienda, y su cuerpo huesudo le confería una apariencia de fragilidad, casi como si perteneciera al de un niño
90.
A punto estaba de correr la lona, cuando se detuvo
91.
–¡Las puertas! – gritó Deborah mientras estiraba una mano y cogía la correa de lona atada por dentro a la puerta superior
92.
Con la excepción de un mamparo de lona en el extremo opuesto, tras el cual colgaba un coy, no había más compartimientos en el interior de la tienda
93.
–Fuera, bajo una lona -respondí-
94.
A un costado del auto había una motocicleta Suzuki con el motor todavía tibio; bajo una lona, del otro lado, un sídecar suelto
95.
Al pasar la pierna por encima de la moto vio la bolsa de lona atada en la parte de atrás
96.
Después amarraron la canoa entre las otras embarcaciones, la taparon con una lona y subieron al muelle
97.
El granizo los golpeaba en la espalda a través de la lona y las mantas y era como enormes puños que les estuvieran dando una buena paliza