1.
Y así sepan los mortales,
2.
milagrosa, procedente de un manantial oculto y vedado al común de los mortales
3.
Pero los demás, el común de los mortales, la tenemos cruda
4.
despreciaban y que eran necesarios para la vida entre mortales
5.
Radaez había tomado conciencia de su estómago, apenas habitó entre los mortales
6.
La casa, flagrante promesa de los mortales,
7.
Y al oirlas estasiados, del orbe los mortales,
8.
«Cuyos nombres viven en el libro de la vida, inmortales en la memoria delos mortales
9.
los mortales comunes y corrientes
10.
En la mujer, Lucía, como que es la hermosura mayor que se conoce,creemos los poetas hallar como un perfume natural todas las excelenciasdel espíritu; por eso los poetas se apegan con tal ardor a las mujeres aquienes aman, sobre todo a la primera a quien quieren de veras, que noes casi nunca la primera a quien han creído querer, por eso cuando creenque algún acto pueril o inconsiderado las desfigura, o imaginan ellosalguna frivolidad o impureza, se ponen fuera de sí, y sienten unosdolores mortales, y tratan a su amante con la indignación con que setrata a los ladrones y a los traidores, porque como en su mente lashicieran depositarias de todas las grandezas y claridades que apetecen,cuando creen ver que no las tienen, les parece que han estadousurpándoles y engañándoles con maldad refinada, y creen que sederrumban como un monte roto, por la tierra, y mueren aunque siganviviendo, abrazados a las hojas caídas de su rosa blanca
11.
Un elevado entarimado levantaba la mesa sobre el nivel de lasotras en que iban á comer los simples mortales, y unabóveda, decorada por los mejores artistas, protegería losaugustos cráneos de las miradas envidiosas de las estrellas
12.
No es de olvidar que los restos mortales del insigne marinero fueronembarcados é hicieron todavía dos viajes atravesando el Atlántico y elmar de las Antillas
13.
angustiar á los mortales y quedarnos tan frescos?
14.
«Oh dioses! De qué modo culpan los mortales a los númenes! Dicen que las cosas malas les vienen de nosotros,y son ellos quienes se atraen con sus locuras, infortunios no decretados por el destino
15.
Homero fija la atención acerca de la avidez cuando cuenta de Egisto, justo al principio del poema: «De qué modo culpan los mortales a los númenes!
16.
mas ninguno de los mortales que hoy viven, ni aún de los más jóvenes lo movería con facilidad, pues hay una gran señal
17.
las maldades dela tierra eleva sobre el vulgo de los mortales, es
18.
La carn', el diablo, el mundo; déstos nasçen los mortales,
19.
que estaba tres veces confirmado en gracia, una por lospecados mortales, otra por los
20.
con lacajita más preciosa que han visto ojos mortales
21.
corazones de los mortales!
22.
curandoindisposiciones y dolencias mortales como la disentería, etc
23.
puertas y balcones delmanchego horizonte a los mortales se mostraba, cuando el famoso
24.
si bien doña Luz, nodistinguiéndose en esto de los demás mortales, no pensaba ni sentía todoa la
25.
cuando tiene tiempo penetra en elcorazón de los mortales, sabe
26.
entrarpara el vulgo de los mortales
27.
bellaquerías del vulgo de los mortales y en lautilidad que proporcionan: no acepta jamás, sino en sentido irónico y deburla, la picaresca sentencia de la fábula:
28.
del común de los mortales, y si se les pusiera bajovidrio como a
29.
de Inglaterra ó los Estados Unidos, cuya existencia ignorael común de los mortales y que
30.
los mortales sin pestañear, sino una pobre mujerplagada de defectos y que está en el
31.
tierra veinte horas antes que el común delos mortales
32.
Cúcuta y Casanare, mortales aun en el día, apareció en loalto de
33.
¿Morales? Ni más ni menos que el común de los mortales
34.
dentro de Galípoli bañado en su sangre propia yajena, y causó alguna turbacion creyendo que las heridas de su capitaneran mortales
35.
los hombres a la soberbia, que esuno de los siete pecados mortales, por el plano
36.
mortales, y se tendrá una idea de la fecundidad y facilidad del poeta
37.
disponen de la vida del hombre y de la suerte de los mortales
38.
empresas graves deben considerarlos mortales, antes de acometerlas, cuántos daños ó
39.
religion álos entendimientos de los mortales en la punta de la espada quede
40.
los mortales, sino tambien trabajaron en el estudio de lahistoria
41.
A todos los mortales diera guerra
42.
Para enmienda y castigo de mortales
43.
señas de la ira y venganza divina, sirvieran atodos los mortales de escarmiento
44.
el cual no es dado penetrar atodos los mortales
45.
rezaban, comían y trabajabansosegadamente, aislados del resto de los mortales y
46.
Al fin, a los cuatro días mortales apareció Paca
47.
diosassecundarios que ponen á los humildes mortales de las llanuras enrelación indirecta con las
48.
Desde esas fragosidades, trono de la divinidad, ha salidola gran voz que dictó sus deberes á los mortales
49.
No es de olvidar que los restos mortales del insigne marinero
50.
que el común de los mortales no existe para ella
51.
castiguen los dioses?» «He enseñado a los mortales a que
52.
inquietudes y las ambiciones de los pobres mortales
53.
Los rugidos mortales de las armas al
54.
cubríantodo con sus mortales retorcimientos
55.
cultivaba con esmero, ni que llevabaen sí, como los demás mortales, ese destello del eterno saber
56.
vulgo de los mortales; y en cuanto a tino yseso para gobernarse y gobernar a sus hijos
57.
cielos y tierra, en cuyas manos estála salud de todos los mortales
58.
dicha, a todas lasaspiraciones placenteras de los mortales, hasta a las de la
59.
cuanto posee lageneralidad de los mortales de su misma especie?
60.
isla, allá en las edades felices en que vivierony reinaron las diosas entre los mortales
61.
aquien no sobresalga entre el vulgo de los mortales con eminenciadesmedida
62.
magnitud a las del vulgo de los mortales
63.
ojos mortales de Jasón y de sus compañeros queiban a conquistar el Vellocino
64.
mortales algunas de ellas; sustos frecuentes y fatigasincesantes
65.
pierdo, los enemigosdel alma y los pecados mortales no han de entrar disfrazados ni
66.
que a los mortales
67.
11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos á Jesús mora envosotros, el que levantó á Cristo Jesús de los muertos, vivificará tambiénvuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros
68.
11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos á Jesus, mora envosotros, el que levantó á Cristo de los muertos, vivificará tambien vuestroscuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros
69.
8 Y aquí ciertamente los hombres mortales toman los diezmos; mas allí aquel
70.
8 Y aquí ciertamente los hombres mortales toman los diezmos: mas allí, aquel
71.
propios eran siempre muy superiores a losque disfrutaban los demás tristes mortales
72.
conquistas, pasar por elmás infortunado de los mortales
73.
enfermedades mortales conharta frecuencia, como el cólera por ejemplo
74.
Nadie hubiese creído en los últimos años del siglo diecinueve que este mundo estaba siendo observado intensa y atentamente por inteligencias mayores que la del hombre y sin embargo tan mortales como él, que mientras los hombres se ocupaban de sus asuntos estaban siendo escudriñados y estudiados, quizás con el mismo detenimiento con que un hombre examina en su microscopio los seres efímeros que pululan y se multiplican en una gota de agua
75.
Pero también hay supersticiones detestables y ambigüedades éticas mortales
76.
Pensé en la situación planteada en todo el mundo con las personas que desaparecen sin dejar huellas de sus restos mortales
77.
Bardone era un individuo moralmente abyecto que cometió pecados atroces en una época atroz; Suárez fue en cambio un hombre básicamente honesto: mientras ocupó la presidencia del gobierno sus pecados no fueron mortales -o fueron sólo los pecados mortales que conlleva el ejercicio del poder-, y antes de ocupar la presidencia del gobierno sus pecados fueron los pecados comunes de una época podrida
78.
ocupa el dulce sueño a los mortales,
79.
Estaba con el agua casi hasta las rodillas, que en su caso estaban más cerca del suelo que en el común de los mortales
80.
¿Quién piensas tú que arrojó a Horacio del puente abajo, armado de todas armas, en la profundidad del Tibre? ¿Quién abrasó el brazo y la mano a Mucio? ¿Quién impelió a Curcio a lanzarse en la profunda sima ardiente que apareció en la mitad de Roma? ¿Quién, contra todos los agüeros que en contra se le habían mostrado, hizo pasar el Rubicón a César? Y, con ejemplos más modernos, ¿quién barrenó los navíos y dejó en seco y aislados los valerosos españoles guiados por el cortesísimo Cortés en el Nuevo Mundo? Todas estas y otras grandes y diferentes hazañas son, fueron y serán obras de la fama, que los mortales desean como premios y parte de la inmortalidad que sus famosos hechos merecen, puesto que los cristianos, católicos y andantes caballeros más habemos de atender a la gloria de los siglos venideros, que es eterna en las regiones etéreas y celestes, que a la vanidad de la fama que en este presente y acabable siglo se alcanza; la cual fama, por mucho que dure, en fin se ha de acabar con el mesmo mundo, que tiene su fin señalado
81.
¡La religión organizada, nada menos! ¿Qué teníamos en cambio? ¡La ciencia organizada! Y puesto que la religión organizada nunca estuvo bien, organizada y chocó a menudo con los intereses del comercio, se vio obligada a aplaudir, de labios afuera al menos, la idea de que en los sistemas establecidos había sitio hasta para el más infeliz de los mortales
82.
Entumecido y exhausto, me dejé caer en un jergón, dispuesto a dormir, sin preguntarme cuántos mortales habrían hecho allí lo mismo antes que yo
83.
Los lazos y las avefrías de los monumentos del Escorpión y los dibujos de la paleta de Narmer sugieren que esta relación entre el faraón y los demás mortales ha existido, por lo menos, desde el principio de la historia
84.
Foxfire mantuvo un respetuoso silencio mientras descendían el cuerpo de otro elfo al pantano, el último de los que habían recibido heridas mortales en las tierras de labranza del este, y escuchó las canciones que entonaron para marcar el regreso de otro espíritu del bosque al gran caldero de la vida
85.
Cowlings, haciendo saltos mortales en una animada fiesta de la industria de la pornografía, clama contra O
86.
En su opinión, las enfermeras de los hospitales podían aguantar bien cualquier adversidad gracias a su gran fortaleza de carácter, pero los demás mortales tenían que desmoralizarse
87.
Juzgué exactísima la definición, pues, a mi parecer, Croft era una de tantas moscas borriqueras insoportables, presente siempre en todas partes, entre los atribulados mortales
88.
Esa invita a Maggie a pasar unos días en La Escollera, y mientras se prepara para recibirla, se libra de varios peligros mortales: el cuadro cuya cuerda de sostén corta ella
89.
Los viernes y los sábados resultaba peligroso aventurarse al oscurecer, cuando pululaban los borrachos y los drogados prontos a estallar en batallas mortales
90.
Por primera vez entendió el legendario atractivo de los elfos: eran criaturas mágicas, libres de las leyes mortales de la tierra, tan distintas de las de los hombres, de igual manera que los dragones eran diferentes de los demás animales
91.
Pasado el umbral comenzaban los obstáculos y trampas mortales que protegían el Recinto Sagrado
92.
Tal como el americano había imaginado, no enfrentaron sólo celadas mortales, sino también ardides psicológicos
93.
Desde tiempos muy antiguos eran siempre los reyes quienes acompañaban al heredero la primera vez, para enseñarle a evitar las trampas mortales que protegían el Recinto Sagrado
94.
También llegaron dos curas en bicicleta, a bendecir los restos mortales de Pedro García y a dirigir los ritos fúnebres
95.
AQUÍ REPOSAN LOS RESTOS MORTALES DE LA MADRE TERESA DE LA ENCARNACIÓN, PRIORA DE SAN BENITO
96.
Me llamo Álvaro Carrión Otero, en noviembre cumpliré cuarenta y un años, soy hijo de Julio Carrión González, un pobre hombre adicto a las benevolentes y quizás mortales trampas de la química, la mujer que tengo delante se llama Raquel Fernández Perea, tiene unos treinta y cinco años, una edad razonable para ser la hija, hasta la nieta de mi padre, pero era su amante, la amante de un anciano que sucumbió a la debilidad de creer que lo importante no era echar un polvo, sino saber que el próximo no sería todavía el último, un combate tan desigual, tan desproporcionado, tan fracasado desde antes de empezar, que sólo la victoria de la muerte podía culminarlo, y la muerte triunfó, mi padre está muerto, yo no, yo estoy vivo, tengo una profesión que me gusta, un trabajo que me gusta, una casa que me gusta, un hijo que me gusta, una mujer que me gusta, tengo mucha suerte, mi mujer se llama Mai, tiene treinta y siete años pero no los aparenta, tampoco se llama Maite, María Teresa, como piensa todo el mundo, se llama Inmaculada, pero ella también tiene mucha suerte, porque su hermana pequeña no sabía decir su nombre e inventó un diminutivo que le gusta mucho más, a mí me gusta mi mujer, me gusta mi hijo, me gusta mi trabajo, mi profesión, me gusta mi vida, que no es ésta, que no se parece a esta sucesión de días cargados de nubes y de culpas, de sorpresas y de mentiras, ésta no es mi vida, esto no es nada más que una pura coincidencia, una cadena de acontecimientos triviales, casuales, una serie de accidentes sin ninguna relación lógica entre sí al margen de la fatal necesidad de mi presencia en todos ellos, eso es todo, eso ha sido todo, eso me ha traído hasta aquí, pero éste no soy yo, yo no me parezco a este hombre alterado, abrumado, exacerbado, exhausto, estremecido por un deseo violento y perverso, insano y formidable, este instante que no se parece a ningún otro instante que yo haya vivido antes, yo no soy así, ésta no es mi vida, yo me llamo Álvaro Carrión Otero, en noviembre cumpliré cuarenta y un años, soy hijo de Julio Carrión González
97.
En cuanto a los licitadores, aunque el asunto era vox populi, callaban, pues aunque suponían que la mercancía que no subía al tablado debía ser de primerísima calidad, al no llegar a verla no se dolían en demasía y se conformaban pensando que iría a parar a palacio, lugar donde el común de los mortales no tenía acceso ni cabida