1.
Los espaguetis pueden ser puestos en el agua, y en la olla, y
2.
olla a presión manando vapor de desconcierto y ansiedad
3.
Romper la olla sin hacer ruido eracosa imposible
4.
Cerca de los tysones, del hogar, aldesplumar y despellejar antes de meter en la olla,
5.
, esto es, la olla vulgar
6.
una olla en laque humeaba una sopa de coles
7.
confortable y atrayente con su asiento de roblebien lustrado, y la gran olla hirviendo
8.
Era lo que había en la olla unguiso de habas gordas y tiernas, con
9.
Los cuece en una olla por sus manos,
10.
La olla humearía en la
11.
Si se hubiera quedadoen cura de misa y olla, nadie le miraría la cara; pero
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Aquel día añadió Encarnación a su olla algo
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Fue entonces el glorioso tiempo dela olla común
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se dice que en una buena olla puede hacerse un mal cocido
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los curas de misa y olla
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Hexe-Baizel, que levantaba de vez en cuando la tapadera deuna olla, y
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Después seponen los trozos de conejo en una olla con aceite,
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—La olla de los siete bujeros
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regalándolos encima conuna olla, que quedaba limpia a los pocos instantes
20.
pobres más pobres lo crían, aunque sea en una olla rota
21.
enregular cantidad y con las raíces se cuece en una olla, echandola aguasuficiente; se cubre bien con
22.
En dicho camino es notable un puente que seeleva sobre el río Olla,
23.
La comadrona cargó con el cesto de chuscos de pan y con la olla de una sopa que las presas se negaban a comer, caldo tibio y sucio donde flotaba la repugnancia
24.
Bajó la olla de la papilla
25.
Llevó la olla dentro de la casa, la colocó cuidadosamente en el piso y se sentó
26.
Don Juan midió un puño de manteca y lo echó en el cuenco donde estaba la pasta seca, limpiándose la mano en el borde de la olla
27.
La ermita de Nuestra Señora de la Esperanza la salvaron del agua y está en el lugar que llaman la Olla Espesa; aquí se portó bien la Confederación Hidrográfica del Tajo por que pagó todo
28.
Vaya lejos de nosotros tan mal pensamiento: no hay cosa en el mundo de peor mantenimiento que una olla podrida
29.
-¿Cómo la había de traducir -replicó el autor-, sino diciendo olla?
30.
-El chico perderá el tiempo allí -dijo miss Murdstone mirando en una olla de escabeche-, y la ociosidad es la madre de todos los vicios
31.
Las mujeres no ven las estrellas, ven las cuatro paredes de un hogar azotado por el viento, la olla crepitando en el fuego, las caras de los niños dormidos y bien alimentados
32.
Tratando de imaginar una receta que tuviera el poder afrodisíaco del de isla de Pascua, se me ocurrió copiar la idea en una olla, ocurrencia nada original, puesto que otros más expertos ya lo habían intentado con éxito
33.
Como no pude encontrar una olla de barro del tamaño necesario, compré el recipiente de aluminio más grande que encontré, no tanto ancho como alto, provisto de una buena tapa, y me lancé a la tarea de experimentar una y otra vez, añadiendo y quitando, hasta conseguir un guiso similar al que había probado en isla de Pascua
34.
El curanto en olla requiere la misma laboriosa preparación de los ingredientes que el del hoyo en la tierra, pero se cocina rápido, por lo mismo se debe prestar atención especial a la sazón, ya que no se cuenta con el lento trabajo de las piedras calientes
35.
Si usa una olla a presión, reduzca el líquido y el tiempo de cocción a la mitad
36.
Preparación en olla normal Ponga la carne
37.
y los huesos en una olla grande, agregue 8 tazas
38.
Preparación en olla a presión Ponga la
39.
carne y los huesos en la olla a presión
40.
Preparación en olla normal
41.
Preparación en olla a presión
42.
Ponga todo en la olla con 4 tazas
43.
Preparación en olla normal Hierva
44.
por 45 minutos en la olla tapada
45.
Ponga todo en la olla a presión y hierva
46.
Fría el ajo en mantequilla en una olla
47.
con la olla tapada
48.
a hervir en una olla tapada con el caldo y todos los
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de pescado con limón y póngalo en una olla
50.
quedó en la olla con el yogur
51.
en olla tapada a fuego lento, volteando las presas
52.
suave por 90 minutos (45 en olla a presión)
53.
v en la misma olla caliente revuelva todos los ingredientes, incluyendo el queso de cabra
54.
En la ruta sólo se escuchaba el motor del vehículo y a veces la voz de mi madre leyendo; al acampar percibíamos el crepitar de la leña en el fuego, el cucharón en la olla, las lecciones escolares, breves diálogos, la risa de mi hermana jugando con Olga, el ladrido de Oliver
55.
Primero fueron dos parejas con sus niños, pero pronto la tribu aumentó, las puertas permanecían abiertas para quienes desearan llegar a ese oasis de drogas, modestas artesanías, yoga, música oriental, amor libre y olla común
56.
Los cachorros que nacieron ese año fueron a dar a la olla apenas se destetaron, porque no podíamos alimentar más perros, pero hicimos lo posible por mantener vivos a los demás, ya que eran la primera línea de ataque contra los indígenas, por eso se salvó mi fiel Baltasar
57.
Catalina había terminado la olla y tras untar el pan en la salsa estaba dando buena cuenta de la cecina
58.
La estancia era amplia y rectangular, los muebles eran vastos y artesanales, una chimenea encendida caldeaba el entorno y una olla colocada sobre las brasas ardientes emitía unos efluvios que le recordaron olores que en otros tiempos hubieran conseguido que un roedor empezara a hurgar en su estómago
59.
El guiso de una olla podrida bullía en una marmita emitiendo unos efluvios que llenaban el ambiente y que despertó en los jóvenes un apetito que se convirtió al rato en unos deseos irrefrenables de yantar y, ante un colmado plato de aquella pitanza, comenzar a debatir las cuestiones que hasta allí les habían traído
60.
Si yo fuese hombre de influencia estaría cocinándome en esa olla…
61.
LA OLLA DE PRESIÓN
62.
Ya eran las ocho y media cuando Lycke removió la olla por última vez, picó eneldo, lo echó sobre el guiso y se lo llevó al comedor
63.
Los limpió, los cortó y los echó en la olla, añadiendo sal y un poco de salsa de soja
64.
Haciendo un esfuerzo, mantuvo la expresión tranquila, aun cuando en su fuero interno era una olla a presión
65.
-Que antes de lanzarse a pelear por Isabel, Juan Luco puso en un lugar seguro una olla de onzas
66.
Nada de aquello le entraba en la cabeza, y cada día se iba convenciendo de que nunca sería más que [328] un pobre curángano de misa y olla
67.
Adiós, hijo mío, que seas bueno, que metas el dedo en la olla de la miel prohibida
68.
"-José tiene instrucciones para hervir patatas en una olla y colocarlas en un cesto
69.
Limpiamos las carrilleras de nervios y grasas y las ponemos en la olla a presión con la cebolleta, el puerro y el ajo
70.
Las patas de cordero, con el resto de los ingredientes, se ponen en una olla, se cubren de agua y se dejan cocer durante veinte minutos, si es una olla de presión, o una hora, si es una olla normal
71.
Pero fue sólo después de darle muchas vueltas que empecé a encontrar el sentido del infierno, su punto distintivo, su esencia; y ya va siendo el momento de decirlo: simplemente el infierno es toda una requisitoria contra el aburrimiento, esa es su única razón de existir y por eso mismo existe, porque hay seres en el cielo, no digo nombres, interesados en su perpetuación como único lugar que garantiza la diversidad completa en el universo pues el infierno es un espejo del cielo, como un cielo puesto boca abajo, con todos sus atractivos precisamente presentes en gracia de discusión, una aparición de la dialéctica, un puente entre las dos fases de la existencia, un maniqueo carrusel entre el ying y yang… Y si es el lugar para acallar las penas de los aburridos también lo es para conseguir la paz o para vacacionar o, en fin, para variar de temperatura y de diversiones por unos días cada vez que se quiera, el infierno es, en verdad, un hervidero total, pero no sólo de cuerpos que destilan un delicioso olor a olla podrida, sino de pasiones desbordadas, un sitio verdaderamente delicioso para quien tenga vocación y temperamento al decir del teólogo sueco, edad también, diría el doctor Alzheimer, y es así como las gentes se pasean por las playas, armadas de piñas coladas y gafas de sol, infernales… Así se comprende que vengan unos de visita y que otros lo tomen como su morada permanente, como vivir en un hotel de cinco estrellas en Cancún, de por vida, porque una de las ventajas de no haber sido condenado es la de poder escoger libremente el infierno si se desea, así como los condenados, si les viene en gana, pueden pasarse al cielo cuando lo quieran, cosa que había sido perfectamente observada por Bernard Shaw…
72.
Al tratarse de un pueblo montañés aislado, solitario y venido a menos, decidimos que sería un buen lugar para pasar la noche pero, por supuesto, no había posadas, así que tuvimos que alojarnos en casa de una familia acomodada que, previo pago de una considerable cantidad de dinero, nos cedió sus cuadras y nos proporciono una olla grandísima llena de un cocido hecho con carne, col, nabo, castañas y jengibre
73.
La enorme olla de acero y el olor eran terribles, y por lo general yo limitaba esta actividad a las noches y fines de semana en que era poco probable que recibiéramos visitas
74.
Los obispos, por el contrario, crecieron en importancia como elemento intermedio entre la infantería (el cura de misa y olla) y la oficialidad (la curia vaticana)
75.
Éstos procedían del pueblo y eran casi tan ignorantes como él; curas de misa y olla que no aspiraban a un ascenso
76.
Pero bajando la cuesta de la Alhambra, donde hoy las morenas de verde luna importunan a los turistas con claveles mustios, en el cuerpo de guardia de la potente Torre de la Justicia, la comida era de más cuerpo y lo que anegaba el olfato era el aroma denso del ―alhalé‖: "una carne que hacen los moros para echar en todos los manjares, lo mismo que los cristianos tienen el tocino para echar en la olla; o se come con pan caliente por las mañanas, como mantequilla; o se come en cualquier tiempo y día del año
77.
En el banquete que el marqués de Eliche ofreció a los reyes en 1657 entró una olla podrida de descomunales proporciones, en la que guisaron "un becerro de tres años, cuatro carneros, cien pares de
78.
De este patrimonio se lucraba especialmente el alto clero de origen aristocrático y sólo las migajas llegaban al proletariado eclesiástico, el bajo clero integrado por curas de misa y olla tan ignorantes como el pueblo al que servían
79.
Mientras tanto, la olla exprés hacía el cocido en menos de una hora
80.
Aún más importante es no destapar la olla allá, dijo Pasha
81.
Josh no había probado bocado en todo el día y habría sido capaz de comerse toda la olla él solo
82.
Era una olla grande y negra puesta sobre una hoguera en medio de la tienda
83.
Frank frotaba un ojo de buey, con los ojos fijos en la olla
84.
Luego observó a los recién llegados, que miraban con indiferencia la cocina fría y la espuma del arroz cocido en el borde de la olla
85.
Una de las criaturas —según le pareció a Garion, la que los había guiado hasta la isla— parloteaba con ella con una voz suave y aguda mientras miraba con nerviosismo la olla que estaba en el fuego
86.
Tekuday y Jutelún fueron recibidos por la segunda esposa del ordu de Qaidu y ocuparon los lugares que les correspondían a cada lado de la olla de hierro
87.
«Tome la olla de mercurio y colóquela sobre una llama durante tres horas —comenzaba diciendo una serie de instrucciones— y cuando se haya unido al Hijo Filosófico, retírela y deje que se pudra hasta que el Cuervo Negro lo conduzca a su muerte»
88.
-La olla de los siete bujeros
89.
Desperté cuando Murciélago levantó la tapa de la olla El aroma me hizo abrir la boca, se me metió en la garganta, me apretó el estómago y me lo retorció
90.
Romper la olla sin hacer ruido era cosa imposible
91.
—Me huele que esto ya estaba cocinado y que los radicales nos quieren meter a los demás en su olla
92.
» La olla estaba llena, ¡rápido, arriba! En nuestra cocina estaba el resto de la familia de pie alrededor de la mesa, quitándoles las hojas y los rabitos a las fresas, al menos, eso era lo que supuestamente estaban haciendo, porque la mayor parte iba desapareciendo en las bocas en lugar de ir a parar al cubo
93.
Al instante entran en la cámara otros dos miembros de la orden —saludando al chico con las bromas cotidianas sobre el hambre de los parroquianos y la ¡legada de una oferta ficticia de un famoso restaurante para fichar al hermano cocinero— trayendo un carro metálico al que trasladan la inmensa olla
94.
El gordo probó el asado, luego lo retiró y colgó una olla sobre el fuego
95.
Y los tres camaradas, pertrechados con su botellón de sotol y su instrumento músico, se alejaron con rumbo al paraje en que un cabo les hervía en una gigantesca olla negra la gallina
96.
Y el amuleto fue a parar a una olla, a la que le pusieron la tapa encima muy ajustada