1.
resignarse a que ella le dejara
2.
hay, sinduda, cierto género de mortificación, en resignarse a
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Había que resignarse y no hacer un desairea los señores de la casa
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Pero las tres no podían resignarse a pasar un día dentro de casa
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cuerdo es resignarse a ésta con la conciencia de haberla merecido
6.
presa de la desesperación, tuvoque resignarse a esperar dos días más
7.
resignarse a vivir en el estanco con sustíos
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social,un acto de abnegación, un padecimiento á que hay que resignarse, unapenitencia, una prueba, un
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todasabiduría consiste en resignarse por adoración a su
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comarca, y en ella tiene que resignarse ápasar el verano, si quiere ser considerado durante el invierno
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decisión prometieron resignarse todos
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Un hombre de pasiones y de imaginación no puede resignarse
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Acabaron por resignarse,
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resignarse, y eso hicieron de malgrado con la secreta esperanza de que la joven
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favorables en que semuestre, lo mejor es callarse, resignarse y
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La Gorgheggi tuvo que resignarse, y se
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La muchacha pareció resignarse cuando él pasó una mano por la escafandra en gesto acariciador
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Dicen que la rabia del Demonio se multiplica contra aquellos que entrevén la gracia de Dios: le cuesta resignarse a que se le escape un corazón sobre el que preveía reinar
19.
Como cualquiera de los demás conjurados, Cortina pudo pensar que la primera posibilidad era remota (y, si lo hizo, el 23 de febrero le dio la razón con creces): en 1936 el golpe de Franco había fracasado y había provocado una guerra porque la gente se había echado a la calle con el apoyo del gobierno y con las armas en la mano para defender la república; secuestrados el gobierno y los diputados en el Congreso, amedrentada por el recuerdo de la guerra, desencantada de la democracia o del funcionamiento de la democracia, apoltronada y sin armas, en 1981 la gente no sabría más que aplaudir el golpe o resignarse a él, a lo sumo ofrecer una débil resistencia minoritaria
20.
Era una buena solución, aunque poco factible, ya fuera por la modestia de los méritos militares que él había obtenido hasta entonces o por una consideración de otro tipo: la mayoría de los suevos que seguían a Childebert se sentían más atraídos por el botín que por la tierra, y el día en que, por la razón que fuese, la horda se desplazara hacia cualquier otro lugar, aquellos pequeños núcleos que habían apostado por un asentamiento estable deberían resignarse a perderlo todo, ya que, si permanecían allí, se exponían a las venganzas de la población
21.
El otro pareció resignarse
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- (Sin acabar de resignarse
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Pero tenía que resignarse a respirar en el seno de aquella pestilente atmósfera mientras estuviese en aquel cuarto
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Hay que resignarse a sufrir las consecuencias de las acciones pasadas
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Retorció el borde de la casaca entre los dedos: ojalá pudiera hacer algo más que resignarse a un destino no deseado
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Clara tuvo que resignarse a usar los métodos convencionales
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Los hijos de Paulina no pudieron probar que el matrimonio de su madre con el antiguo mayordomo fuera ¡legal y debieron resignarse a dejar al tío Frederick en paz, tampoco pudieron apropiarse de las viñas, porque estaban a nombre de Severo del Valle, en vista de lo cual echaron a los abogados tras los curas, a ver si recu-peraban los bienes que éstos consiguieron asustando a la enferma con las pailas del infierno, pero hasta ahora nadie ha ganado un juicio co-ntra la iglesia católica, que tiene a Dios de su parte, como todo el mun-do sabe
28.
Pero de momento Mari Carmen estaba en la calle, él mismo la había visto aquella mañana, y había pensado en volver a Torrelodones, abandonar Madrid, resignarse a las ovejas, esa vida que no era para él pero era mejor que la cárcel, que el tribunal de las Salesas, que las tapias del cementerio del Este
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[91] Insistía Calpena en continuar al siguiente día su camino; pero tales razones le dio Sabas, apoyado muy cuerdamente por el alcalde, hombre tosco y de buen sentido, que hubo de resignarse, pataleando, a una corta espera, que aseguró no pasaría de veinticuatro horas
30.
Antes que resignarse los vivos a una muerte segura, discurrieron un arbitrio que les permitiría fortificar sus posiciones y redoblar su esfuerzo
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No tuvo al fin Santiago más remedio que resignarse, ayudándole en su conformidad la bonísima doña Jacinta, que le prometió escribir a La Guardia para informarse de la intriga o cábala [91] matrimonial que hacía de un bravo coronel de ejército un desairado personaje de comedia sentimental
32.
Al resignarse, el desdichado acaba con su desgracia
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De los que empiezan a resignarse a perder
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Como Kronecker ya estaba en posesión del cargo, Cantor tuvo que resignarse y renunciar a sus aspiraciones
35.
Siempre hay detrás de la muerte de alguien como una estupefacción que se desprende, tan difícil es comprender esta llegada inesperada de la nada y resignarse a creerlo
36.
¿Habían pataleado en sus brazos mientras los llevaba hasta el agua? ¿O se habían limitado a gemir y a resignarse?
37.
Había que resignarse, pensó
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Imputar su crimen a la codicia (como lo han hecho algunos, alegando a Juan 12: 6) es resignarse al móvil más torpe
39.
Estaba celoso del aspecto y la inteligencia de Logan, celoso de la aprobación que generaba su decisión y furioso porque a Jenine le había encantado la idea de casarse con el joven, en lugar de resignarse a ella
40.
–Qué quieres, estamos en la estación, pero estas sombras no son un mal lugar para resignarse
41.
No podía resignarse a que el sobrino, con su misma sangre y apellido, se hubiera convertido en un obrero
42.
—No estaba dispuesta a resignarse
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Antes de que pudiese tomar una decisión, Jarlaxle se marchó haciendo sonar los tacones de las botas con cada paso, y el pobre Firble tuvo que resignarse a sus dudas
44.
Porque cómo podía este hombre vivir aquí, cómo podía nadie enterrarse en vida, resignarse a esta mugre y a esta miseria y más solo que un muerto entre los muertos
45.
Unos días más tarde aparecieron por Sara los seis guardias enviados por Monduteguy y fueron alojados en diversas casas en contra de la opinión de los propietarios quienes, no obstante, optaron por resignarse y no ponerse a mal con los nuevos dueños de la situación
46.
El viejo era incapaz de resignarse y todas las noches, al acostarse, muerto de cansancio y con la espalda destrozada, suspiraba revolviéndose en la cama y decía: «¿Dónde estarán nuestros niños? Quién sabe qué tierra les cubre»
47.
No lograba resignarse, y trataba de recordar las tradiciones y las historias que los ancianos de su pueblo le contaban cuando era niño para encontrar así una explicación a su destino, pero todo era inútil
48.
Sin embargo, como quiera que existía una profecía de san Juan Bosco según la cual los caballos del ejército ruso un día beberían en las fuentes de la plaza de San Pedro, el párroco también sabía resignarse a los designios de la Providencia
49.
Esto zanjó la cuestión de una vez por todas y mi padre, al igual que los demás hombres del patio, tuvo que resignarse a las molestias de los tratamientos de belleza
50.
¿Cómo explicarles que no ha llegado el momento, que necesita hacerse a la idea, resignarse? Ojalá pudieran seguir el hilo de sus pensamientos
51.
En una calle llamada Thayer, entre el verde, el ocre, el dorado residencial de una apacible ciudad escolar, tiene uno que resignarse al oír el gañido de unos pocos y amables saludos
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Habrá que resignarse
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Es preciso resignarse a que sobre el espíritu de un pueblo que padece, que quiere padecer de la fiebre nerviosa nacional y de la ambición política – pasen múltiples nubes y perturbaciones o, dicho brevemente, pequeños ataques de estupidizamiento: por ejemplo, entre los alemanes de hoy, unas veces la estupidez antifrancesa, otras la antijudía, otras la antipolaca, otras la cristianoromántica, otras la wagneriana, otras la teutónica, otras la prusiana (contémplese a esos pobres historiadores, a esos Sybel y Treitzschke y sus cabezas reciamente vendadas -), y como quieran llamarse todas esas pequeñas obnubilaciones del espíritu y la conciencia alemanes
54.
De esta manera destruyó una docena; y luego, ante este fondo titánico de tanques incendiados, el valeroso soldado ruso se dejaba finalmente llevar al hospital de campaña, donde los cirujanos le anestesiaban y hacían lo imposible para salvarle, pero debían resignarse a verle morir -con una sonrisa feliz- entre sus manos competentes y devotas
55.
–Pero esto ha sido siempre inevitable, y todos los hombres han aprendido a resignarse a ello
56.
Lo sabían, por supuesto que sí, y tuvieron que resignarse cuando se los llevaron colgando de una pata, tiesos, dóciles y con la mirada gacha
57.
Luego decidió resignarse a su destino y miró con valor al frente mientras yo profundizaba con la aguja
58.
Ahora el lector deberá resignarse por segunda vez -con paciencia, en la medida de lo posible- a una nueva interpelación en el relato: deberá apretar el pedal de la pobre lógica cotidiana, abandonando, con comprensible fastidio, el de la dulce imaginación
59.
Un sanador experto habría sabido romperlos de nuevo y recolocarlos, pero Rothen tendría que resignarse por el momento a la incomodidad y a la limitación de movimientos
60.
Debería guardar la calma, resignarse a una observación interminable y hacerse la idea de que debía aguardar
61.
Mientras lo hacía, Rincewind intentó comprender por qué un ser humano podía resignarse a la idea de orinar detrás de un arbusto en el centro de millares de kilómetros cuadrados de desolación desértica y, al mismo tiempo, estar dispuesto a librar una auténtica guerra por una letrina en el caso de que hubiera una disponible
62.
Como Swann era un poco corto de vista, tuvo que resignarse a gastar lentes, para estar en casa, y a adoptar, para afuera, el monóculo, que lo desfiguraba menos
63.
Acaso no les guste que sea así, pero acaban por resignarse a ello
64.
Que fuera de esta sangría económica pertinaz, Leonor Curinchila ha tenido que resignarse a que le subieran de manera geométrica el alquiler del local (cuyo propietario es nada menos que el Prefecto del Departamento), so pena de expulsión
65.
El esqueleto pareció resignarse
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Luego, desanimada de pronto de la posibilidad de agradar, pareciéndole más inteligente resignarse, se servía de ella como de una máscara de teatro para hacer reír
67.
Lo dijo porque se dio cuenta de que esto le sería más grato a la mujer a quien amaba, quizá también por ignorancia o porque sabía, además, que la enfermedad era de todos modos incurable, y es fácil resignarse a abreviar el martirio de los enfermos cuando lo que lo abrevia aprovecha a uno mismo; quizá también por la estúpida idea de que aquello agradaba a la Berma y, por lo tanto, debía de serle saludable, idea que le pareció justificada cuando recibió un palco de los hijos de la actriz, dejó por eso a todos sus enfermos y la Berma le pareció en la escena tan extraordinaria de vida como moribunda le pareciera la víspera
68.
En espera de la realización de este progreso, el señor Desirandelle tuvo que resignarse a tenderse sobre uno de los canapés del salón, que no debía abandonar hasta la llegada a las Baleares
69.
Marcel Lornans y Juan Taconnat hubieran deseado regresar con las señoras, pero les fue preciso resignarse a seguir al señor Dardentor
70.
Nick, no pudiendo evitarle, tuvo que resignarse y recibir el abrazo de los guerreros de su tribu, que de buena gana hubiera enviado a todos los demonios
71.
Después se sentó, pero sin resignarse, con una mirada acerada y rebelde en sus ojos cuando dejó de llorar
72.
O volvió a sentir entonces una preocupación que trataba de rehuir cada vez que volvía de casa de Sir Stephen y que le extrañaba que no fuera más intensa: ¿porqué, desde que Jacqueline vivía con ella, René procuraba, no ya dejarlas solas, lo cual era comprensible, sino no quedarse él a solas con O? Se acercaba el mes de julio, en que él debía salir de viaje, no podría ir a verla a casa de aquella Anne-Marie adonde la enviaría Sir Stephen, ¿tenía ella que resignarse a no verlo más que las noches en que las invitaba a Jacqueline y a ella, o bien -y ella no sabía qué le resultaba más desconcertante (ya que entre los dos no existían sino aquellas relaciones esencialmente falsas por lo limitadas)- alguna que otra mañana, en casa de Sir Stephen, cuando Nora le hacía entrar en el despacho, después de anunciarle? Sir Stephen le recibía siempre, René siempre besaba a O, le acariciaba la punta de los senos, hacía planes con Sir Stephen para el día siguiente, planes en los que ella no figuraba, y se marchaba
73.
No serla obesa, no, quemaba demasiado rápidamente para eso; lo consumía todo en el conducto que media entre las gargantas y el estómago, sin hallar placer en la masticación, que no sería sino una molestia más; ni encontrar gusto en su ropa, puesto que gastar la vieja y comprar la nueva era una fatiga sobreañadida; ni complacerse en la gallarda estampa que él (ninguno de ellos dijo “Bon”) luciría sin duda, vestido con los ricos pantalones que se adaptaban a su pierna y las ricas casacas que se adaptaban a sus hombros; ni en el hecho de que era el joven mejor provisto de relojes y gemelos y ropa de Holanda fina, y caballos, y coches de ruedas amarillas (para no decir nada de las muchachas) en comparación con los demás; puesto que todo ello era una molestia inevitable a la cual había que resignarse antes de que él pudiera servirle de algo, del mismo modo que hubo de pasar por la dentición, y la varicela y los ágiles huesecillos infantiles antes de que pudiera servirle de algo
74.
No, no estaba dispuesto a resignarse, ¡aunque tuviera que romper la tradición! Nadie, ni siquiera un jefe de equipo, podía oponerse a una petición legítima
75.
Era todo arena blanda, pero había que resignarse
76.
El lehendakari Ibarretxe que no quería resignarse a quedar fuera de foco en un momento en que el futuro de Euskadi podía estar en juego, anunció el 21 de abril que llevaría a consulta popular, sin cumplir el trámite legal del Congreso, el acuerdo al que se pueda llegar en una Mesa de Partidos en el País Vasco, una vez verificado el alto el fuego
77.
—Ya que estamos, aquel día, en que me pudriste la cabeza con el círculo del 99, me hiciste la diferencia entre aceptar y resignarse y me dijiste que eso era para otro cuento
78.
¡Ciertamente que el pobre mozo se sintió muy compungido —triste recuerdo de la juventud—, cuando endosó su traje de la Edad Media, adornado de alas multicolores, y se vio aplicar sobre la cara una nariz de seis pies! Pero, al fin, esa nariz era su pan, y tuvo que resignarse a dejársela poner
79.
En suma, se reducía a que a aquella gente como a él mismo, le repugnaba la coacción, y no habían podido resignarse a ella
80.
Hubo que resignarse a una situación impuesta por la fuerza de las circunstancias, dominando todos los resentimientos del amor propio
81.
La modificación me desagradaba, pero forzoso era resignarse
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Le resultaba imposible resignarse a pasar más años de paciente expectación
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Debía resignarse a emplear medios más primitivos que las sierras
84.
Pensó que había en el hombre un desnivel absurdo entre la complejidad de la existencia (con todo su aparato de sueños, proyectos, creencias, palabras y ansiedades) y su escandalosa brevedad, que era injusto habernos creado contradictorios y efimeros a un tiempo y que había que resignarse a conocer a los seres más queridos por sus gestos, sonrisas, miradas, olores y signos del Zodíaco
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David Shaltiel, el epicúreo gastrónomo -que mandaba a los soldados de Jerusalén, no pudo resignarse a dejar que se perdiera un manjar tan delicioso
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El Kutub sabía que los judíos no podían resignarse a perder su sinagoga
87.
Desearía congelar eternamente este momento en que los cuatro hombres deciden en la cripta no resignarse y excavar un túnel
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El juez de instrucción se cruzó de brazos, en la actitud de un hombre que en tales circunstancias sabe resignarse ante la fuerza superior de los acontecimientos
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A pesar de esa noche amarga, Nizam había terminado por resignarse, se había acostumbrado a la idea de dejar de existir
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Shuster no quería resignarse
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No podía resignarse el chico a tener el menor parecido con ellos -y lo horrorizaba terriblemente aquella atmósfera de tremendos y heréticos interesados, de aves de presa que llevaban su sangre y que no bajaban la voz al descubrir ante él sus impulsos dialécticos, basados en los vericuetos de un alma dolosa