1.
tara enquistada en el carácter
2.
Mientras me separaba del abrazo con unas palmadas en la espalda de Tara, me di cuenta de que encontrármela allí era lo peor que podría haber pasado
3.
—Valor es el segundo nombre de Sookie —dijo Tara
4.
Tara y yo recibimos palmadas y cumplidos mientras caminábamos, y no fueron pocas las invitaciones que recibimos
5.
—Oh, habéis estado perfectas —dijo, mientras sujetaba la silla de Tara para que se sentase
6.
—¡Llamad al teléfono de emergencias! —gritó Tara, mientras aterrizaba de rodillas junto a mí
7.
La parte del cambio de forma no pareció cuajar en la mente de Tara, que no sabía que tales cosas fueran posibles
8.
Tardé un momento en comprender a qué se refería, pero en cuanto lo capté, vi que había más gente que sabía por lo que Tara y sus hermanos estaban pasando
9.
No podía llamar a Tara porque Mickey estaba con ella
10.
Justo después de que se marchara, apareció Tara en el claro de la casa, a bordo de su nuevo coche y seguida por su empleada a tiempo parcial, una joven alta llamada McKenna, que conducía el antiguo coche de Tara
11.
¿El sinuoso Mickey, que respiraba maldad por todos sus poros, había convencido a Tara de que era un caballero?
12.
Tara se palpó el cuello con cautela, cogió la bolsa y se la llevó a la garganta
13.
Pensé que incluso podía mencionar la singularidad de la chica, pues Tara había estado en el Club de los Muertos aquella noche
14.
En aquella ocasión, el acompañante de Tara era un sob de algún tipo
15.
Tara lo sabía todo del mundo secreto
16.
—¿Qué? —preguntó Tara, con una confusión casi exagerada—
17.
—Jodidamente caliente —dijo Tom Hardaway, enterrado entre las piernas de Tara
18.
—No recordará nada de esto —le dijo a Tara mientras Sam abría la puerta trasera del Camaro para que Eric pudiera dejar a Huevos en el asiento
19.
Me refiero a esa tara hereditaria
20.
El viento rugía de manera tremebunda en la jungla, curvando con mil gemidos y mil crujidos los gigantescos vegetales y torciendo en mil formas los centenares de troncos de los banian, las ramas de los palmiches tara, de las latania, de los pipal y de los jaqueros; y entre las nubes relampagueaba incesantemente el rayo, describiendo cegadores zigzagueos
21.
Las orillas, que huían rápidamente ante los ojos de los dos indios, estaban cubiertas con bambúes que se sumergían en la corriente y por raras palmeras tara, en su mayor parte derribadas o destrozadas por la furia del huracán
22.
Morn y Tara salieron juntos de la taberna y se unieron al grupo de espectadores
23.
La puerta de las habitaciones traseras se abrió de golpe y apareció Tara, seguida por Morn
24.
Tara plantó los gruesos puños en las caderas y preguntó: —¿A qué has venido?
25.
Por «todos» me refería a Andrea, Dan, Phil, Joe y Tara, el pivote
26.
Tara O'Neill se puso en cuclillas y Muse la imitó
27.
Estaba a punto de explicarse cuando Tara O'Neill entró corriendo
28.
Lowell estaba en un lado de la mesa, de pie, y Muse en el otro con Tara O'Neill
29.
–He encontrado algo en la tierra -dijo Tara O'Neill
30.
Y sin duda alguna este animal sería el primer caballo de la tierra, y en ninguna parte se le podría encontrar igual, si no tuviese una tara que acaban de descubrir mis ojos, ¡oh rey del tiempo!"
31.
Y, en cuanto vio a Tara, se enamoró por segunda vez
32.
Connor, Maggie y Tara se instalaron en Georgetown pocas semanas más tarde
33.
–Trabajo en el negocio de seguros -contestó, consciente de que Tara ya se lo habría dicho
34.
–Sí, Tara me comentó que era un alto ejecutivo, pero no entró en detalles
35.
– ¿Y si no te lo piden? – preguntó Tara
36.
Y cuando Tara se elevó tan alto…
37.
Más tarde, mientras su padre pagaba la cuenta y su madre recogía el abrigo, el camarero le preguntó a Tara si le importaría acompañarle a tomar una copa al Gallagher's, cuando terminara su turno
38.
Tara aceptó en seguida
39.
Mientras volaban a través de Estados Unidos, Connor trató de apartar a Tara y a Stuart de sus pensamientos, para concentrarse en lo que necesitaba hacer una vez que estuviera de regreso en Washington
40.
–En efecto -contestó Tara, un tanto sorprendida-
41.
Tara dejó de hablar al escuchar un fuerte ruido
42.
«Lo único que tienes que hacer antes de empezar tu nuevo trabajo es encontrar un sastre decente -le había dicho Tara la última vez que hablaron-
43.
Tomó una de las bolsas de Tara y los dirigió hacia la terminal principal, a través del paso subterráneo
44.
–No puede haber ningún coche con trece años de antigüedad que sea seguro en la carretera -replicó Tara
45.
–En Estados Unidos ya tenemos suficientes abogados bien pagados, sin necesidad de añadir otro de allá abajo -dijo Tara mientras esperaba en la cola a pagar el aparcamiento
46.
La madre de Tara los había recogido en el aeropuerto y estaban en el coche que ella conducía hacia Washington
47.
El y Tara habían aterrizado en Dulles
48.
–Entregó tres pasaportes a Stuart, que los comprobó y pasó uno a Maggie y otro a Tara, mientras el hombre regresaba a la cabina
49.
Tara leyó el informe dos veces, antes de decir
50.
Le pasó un par a Tara y tres a Maggie, y dejó las suyas a un lado para enfrascarse en la sección de deportes del Herald
51.
–Oh, eres magnífico -exclamó Tara con un suspiro de adoración
52.
Stuart estaba a punto de golpearla en la cabeza con el periódico cuando Tara exclamó de pronto:
53.
Tara apareció pocos minutos más tarde y la impaciencia de Stuart se vaporó en cuando ella le sonrió
54.
–Probablemente Tara, fue la que peor se lo tomó
55.
Tara y Becky eran chicas del valle
56.
Con esta tara a cuestas, se inició el despegue, hasta alcanzar ocho millones de habitantes
57.
—Oh, sí, tiene una —dijo Tara alegremente—
58.
Tara tenía el puño en la boca
59.
Su cabello, como el cuello dorado de los reyes de Tara,
60.
Una espantosa tara había heredado:
61.
A petición suya, Tara cantó otra vez, mientras proseguían su camino a lo largo del tortuoso túnel, iluminado ahora de cuando en cuando por cubetas luminosas que parecían análogas a las cubetas de radio que ella conocía y que, por lo que sabía, eran comunes a todas las naciones de Barsoom, habiendo sido perfeccionadas en una época tan remota que el mismo origen de esas luces se perdía en la antigüedad
62.
–¡Ah!-exclamó Tara de Helium comprendiendo-
63.
Tara de Helium reconoció que no lo comprendía
64.
Aquí encontró, pues, la explicación de lo que había presenciado por la tarde cuando Tara de Helium había golpeado la cabeza de su aprehensor y Gahan vio a la cabeza volver, arrastrándose hacia su cuerpo
65.
–Llámame Turan-repuso él, pues había pensado que si Tara de Helium le reconocía como el hombre cuya impetuosa declaración de amor la había encolerizado aquel día en los jardines del Guerrero, su situación se tornaría infinitamente menos soportable que si le consideraba absolutamente extraño
66.
Tara probó el regulador subiendo y bajando el aparato algunos metros dentro del espacio vallado; respondía perfectamente
67.
–Tienes razón, Tara de Helium- repuso el, y envainó su espada
68.
LA ELECCIÓN DE TARA
69.
Fuera del palacio, separaron a Ghek de Tara de Helium
70.
A-Kor giró sobre sus talones, sosteniendo aún a Tara de Helium con un brazo en torno a su talle, y de este modo medio la condujo, medio la transportó a las torres del Jetan, mientras U-Dor hacía girar su thoat y volvía a galope hacia el palacio
71.
–¡Espera! – dijo Tara, y se agachó a examinar el marco y la puerta
72.
Llegaron a su celda sin ser descubiertas y Tara cerró la puerta desde el interior, guardándose la llave en un bolsillo secreto de su correaje
73.
–Pero ¿por qué han de sentir desprecio por los que han sufrido el infortunio de caer entre sus manos?-inquirió Tara con curiosidad
74.
–Sin embargo, A-Kor es uno de ellos -dijo Tara
75.
Bajo ella, Tara de Helium vio un gran campo rodeado completamente por los bajos edificios y las elevadas torres, de las cuales aquella donde se hallaba encarcelada sólo formaba una unidad
76.
–Los que dirigen el juego, ¿no toman nunca parte real en él?-preguntó Tara
77.
–Pero ¿y Turan? Decidme, padwar: ¿has oído algo de él?-el tono de Tara era insistente, y se inclinaba un poco hacia el oficial con los labios ligeramente separados, en espera
78.
–¡A la joven esclava Tara de Helium se la llama a la presencia de 0Tar, el jeddak!-anunció
79.
Cuando Tara de Helium fue introducida en el salón del trono de 0Tar, encontró la gran sala llena de jefes y oficiales de O-Tar y de UThor, ocupando éste, como le era debido, el puesto de honor al pie del trono
80.
Tara de Helium apenas pudo contener su burla mientras contestaba a la ridícula acusación de brujería
81.
Cuando Turan subió a Tara por las gradas del trono, veinte guerreros se levantaron como para precipitarse a interceptarles el camino
82.
I-Gos, saliendo de la cámara y cerrando la puerta tras de sí, se volvió hacia Tara
83.
Gahan, rodeado de sus hombres, llevó a Tara y a Lan-O al pasadizo, y con paso rápido el grupo trató de alcanzar el extremo opuesto del túnel antes que pudieran cortarles la salida
84.
Gahan guió a su thoat por los corredores de mármol, y más bien porque ya había seguido antes aquel camino que porque supiera por cuál habían llevado a Tara, siguió las rampas y atravesó las cámaras que llevaban al salón del trono de O-Tar
85.
Sólo unos metros le separaban de Tara y su aprehensor y, sin embargo, era impotente para ayudarla
86.
Lentamente, el guerrero retrocedió hacia la puerta abierta tras él, arrastrando a Tara
87.
Pero, súbitamente, los ojos de Gahan se clavaron asombrados en la figura del guerrero que se hallaba tras el hombre gesticulante que sujetaba a Tara y la llevaba hacia la puerta
88.
Cuando la mano muerta soltó la garra de la muñeca de Tara, la joven se precipitó al lado de Gahan sin mirar hacia atrás
89.
Delante de ellos el libertador de Tara limpiaba la sangre de su espada en el pelo de su víctima
90.
Era evidentemente un manatoriano, y sus atavíos los de la guardia del jeddak, por lo que su acto era inexplicable para Gahan y para Tara
91.
–¡Bien! Si quieres servir a la princesa Tara, Ghek, podrás servirla, mejor que de ningún modo, acompañando a Floran y siguiendo sus instrucciones; las he escrito aquí al final del mensaje, pues las paredes tienen oídos, Ghek, mientras que sólo un gahtoliano puede leer lo que yo he escrito a Floran
92.
Al salir Tara de la cámara con E-Thas y la guardia, O-Tar se inclinó hacia ella y susurró en su oído:
93.
Sólo un momento pareció sorprendida Tara de Helium; luego encogió sus bellos hombros, y volviendo la cabeza, lanzó una mirada a Gahan de Gathol por encima de uno de ellos
94.
Te necesitaremos más el próximo año, una vez Hugo y Tara se gradúen
95.
Tara Umar, la Buscadora de Gryffindor, dio una vuelta de la victoria alrededor de las tribunas, con la Snitch en alto, mientras el aire retumbaba de alegría y alborotada conmoción
96.
Quizá había vuelto Tara: Antar estaba seguro de haber oído a alguien
97.
-Los mejores trabajos vienen en la Red -dijo Tara, moviendo resignadamente la cabeza-
98.
La conversación resonó todo el día en la mente de Antar mientras miraba a la pantalla de Ava: la precariedad de la situación de Tara pesaba en él de una manera que no lograba entender del todo
99.
Los amigos de Tara, Lucky y Maria, la habían ayudado a subir las cosas por la escalera cuando se mudó, unos meses atrás
100.
Era Tara, que parecía un poco jadeante