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tratante frasi di esempio
tratante
1. Yo estuve secuestrada por un tratante que no solamente me esclavizó sino que me emputeció y lucró con mi cuerpo
2. Con el de tratante en esclavos, hallamos á un Francisco Diaz, que vivíaen la
3. No quiero tener una cuestión con el tratante en
4. Encontró un inválido, un tratante en
5. El labrador y el tratante en granos insistieron cada cual en supetición, y por último,
6. padre era tratante en lanas, y su hermano podría bienhacerle bajar los humos, pues son
7. 45 Tambien el reino de los cielos es semejante al hombre tratante, que busca
8. Por las casas del monte Chaparral, en el camino de Hontoba, apareció asesinado el río Tirso el Pimentonero, que era de Valtablado del Río y que por presumir, nada más que por presumir, gastaba blusa de tratante en puercos
9. Desde que el obispo de Toledo impartiera su munificencia sobre el Tuerto, nada había faltado, ni a él ni a su socio, en cuanto a cubrir sus necesidades, pero siendo como era que los tiempos eran duros y las perspectivas de ganar dinero, si no escasas, sí por lo general intermitentes, ambos decidieron montar un negocio de lo único que conocía Felgueroso y fue semejante al que ya había regentado en Toledo: tratante de caballos y alquilador de cabalgaduras tanto de monta como de tiro
10. -Para nada, Sánchez, para nada -repuso un hombre que era tratante en cueros-
11. Tratante en pedrerías y en metales preciosos
12. «Puesto que no debo salir de aquí -le dijo-, ¿podría usted traerme a una dueña corredora y prendera que vive en la casa de al lado, y se llama o la llaman la Galinda, y es tratante en alhajas para señoras y en citas para caballeros?»
13. -¡Pues aquí está el hombre; aquí está el corazón enamorado! -exclamé yo entregándome al sugestivo juego de la tratante en líos-
14. Izquierdo había sido chalán, tratante en trigos, revolucionario, jefe de partidas, industrial, fabricante de velas, punto figurado en una casa de juego y dueño de una chirlata; había casado dos veces con mujeres ricas, y en ninguno de estos diferentes estados y ocasiones obtuvo los favores de la voluble suerte
15. El la obtuvo de un tratante de blancas que la tomó en cierta escuela en Annán, allá cerca de los límites del Imperio
16. «Y ahora el tratante es el propietario», murmuré
17. —¡No es justo lo que os han hecho! —El tratante contempló aquel escenario de destrucción mientras pisaba las cenizas de lo que quedaba de establo
18. —Es un tratante como yo, con el que casualmente ahora estoy haciendo negocios
19. —Ser tratante en el principal comercio local suele apaciguar a los lugareños
20. El tratante fue el primero en recuperar la voz
21. Luego había llegado la guerra civil, un antiguo tratante de mulas se había convertido en emperador y el mundo de Popidio había quedado patas arriba
22. El hombre les mira de arriba abajo como un tratante de ganado estudiando los caballos que va a comprar
23. El tratante debe poner a su disposición treinta y seis caballos en cada corrida
24. Miró a su alrededor, tratante de recobrar la plenitud de sus facultades
25. Algunos lacayos del tratante se arrojaron sobre Austin, pero Alvez los detuvo con un gesto, mientras se reía de la suerte de su amigo, que había perdido dos dientes de los pocos que le quedaban
26. Por fin fueron adjudicados a un rico tratante árabe que al cabo de unos días iba a exportarlos en dirección a las factorías de Zanzíbar
27. El tratante les hizo conducir a un barracón aparte, desde donde serían trasladados a Zanzíbar, en cuyo lugar su nuevo amo trataría de lograr con ellos una sustanciosa ganancia
28. Por el contrario, poca gente había en la factoría, en la que la señora Weldon ocupaba con su hijo una choza aparte, y el primo Benedicto otra, que no se comunicaban con las de los servidores del tratante
29. Tratante y comerciante en corambre
30. Valencia era un codicioso tratante de drogas a quien recibimos en una bolsa deportiva de hockey
31. Quien, tras un intento fallido de su hermano tonto para coger a una niña que pasaba, se hizo nombrar tutor del tonto sin que lo supiera su madre y hacer así castrar a la criatura antes de que la madre se diera cuenta de que había salido de la casa, y quien a la muerte de la madre en 1933 pudo por fin librarse no sólo del hermano tonto y de la casa sino también de la negra, trasladándose a un par de oficinas sobre un tramo de escaleras del almacén que contenía sus libros de cuentas y muestras de algodón, que había convertido en dormitorio—cocina—baño y del cual durante los fines de semana se veía entrar y salir a una gruesa pelirroja simpática ordinaria y de rostro amable ya no demasiado joven, con pamela (cuando estaban de moda) y un abrigo de imitación de piel, viéndose a ambos, al maduro tratante de algodón y a la mujer a quien las mujeres del pueblo simplemente denominaban su amiga de Memphis, en el cine local los sábados por la noche y los domingos por la mañana subir las escaleras del apartamento con bolsas de papel de la tienda de ultramarinos conteniendo barras de pan y huevos y naranjas y latas de sopa, caseros, familiares, conyugales, hasta que el autobús de la tarde la devolvía a Memphis
32. –Mi yegua recién comprada – gritaba el tratante enfurecido, en farsi, mientras seguía dando patadas al esclavo -