1.
Para alcanzar rápidamente la trinchera que les
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desde una nueva trinchera
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Al acabar la noche siguiente, se arrimaron los indios á la trinchera del enemigo, y si hubieran hecho
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furiosamente el sable, gritaba a los de la trinchera:
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bien ancha separaba las dos mitades: por mediode la trinchera cruzaba la vía férrea
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cavar la tierra y, aun siera necesario, para abrir una trinchera en
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Y se arrojó por la trinchera gritando:
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iban a echar una ojeada a la trinchera, volvíana calentarse, y todo el mundo, al
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Al entrar en la trinchera llegaron asus oídos rumores vagos; el
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El peligro inminente reavivólas energías de los defensores de la trinchera, y el
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norespondía, y dirigiéndose en su busca por la trinchera, a lo largo delos parapetos o
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Pasaron de trinchera entrinchera
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En el interior de una trinchera cubierta fué la despedida,
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poblaciones, porque ellas serán la mejor trinchera que contendrá
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trinchera deSanta Rosa, que defendia con valeroso teson el alferez de fusileros, D
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aun con masaceleracion de la que habian entrado, dedicándose inmediatamente alreparo de la trinchera que
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Ver, al huir de una fuerza mayor, cómo aparece, entre el verdede las heredades, el campanario de la aldea donde se tiene el asilo;defender una trinchera heroicamente y
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humilde que esté el localito, Eladio, es una trinchera de cultura en medio de la ciudad
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En la trinchera opuesta, el cuadro era absolutamente diferente
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Acababa de cumplir veintiún años y, como Gutiérrez Mellado sólo que desde la trinchera opuesta, era cualquier cosa menos el abanderado de la concordia en que habría de convertirse con el tiempo («¿Concordia? No -escribía a principios de 1934 en el periódico El Socialista-
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Porque ambos llevaban años luchando en la misma trinchera y convertidos en abanderados de la concordia que combatieron en su juventud, es imposible que para Gutiérrez Mellado Carrillo fuera todavía en 1981 el villano de Paracuellos, pero no lo es que en algún momento de la noche del 23 de febrero, mientras intercambiaba con él cigarrillos y miradas en el silencio helado y humillante del salón de los relojes, el general sí intuyera con toda su exactitud la extraña ironía que iba a hacerle morir junto al mismo hombre que, según probablemente creía (y probablemente lo creía porque él también comprendía el espanto real de la guerra), una noche de cuarenta y cinco años atrás había ordenado su muerte
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(tenía la loca idea de salir de la trinchera y avanzar hacia las ametralladoras hasta que me mataran
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Transportaron piedras de gran tamaño hasta la cima de la colina, formando una trinchera circular
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Como el Corsario había previsto, presentaron algunos cañones hacia la extremidad de las escotillas y levantaron rápidamente una trinchera con sacos de serrín, barriles de balas, lastre de plomo, colchones y piezas de recambio
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Fuertes con la seguridad del número, los bandidos de Kin-Lung despreciaron toda precaución y se lanzaron a la trinchera gritando y vociferando
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El hábil arquero, que había permanecido algunos segundos con la cabeza fuera de la trinchera, fue herido en mitad de la frente
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Vano intento; los enemigos no estaban más que a diez pasos y se preparaban a saltar en la trinchera, mientras Kin-Lung gritaba:
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{1} Cestones de mimbre llenos de tierra, que sirven para defender de los tiros del enemigo a los que abren la trinchera
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Tras pronunciar estas palabras, Muley subió a la trinchera en pos del albano, que se había apoderado del arcabuz del prisionero
30.
—Quiero cavar una trinchera por dentro del anillo de árboles, para retener a cualquiera que los cruce
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Hombres y mujeres salieron de las casas, se reunieron junto a la trinchera y miraron entre los pinos amontonados que formaban el muro
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Dentro de la trinchera que rodeaba las casas, Roran y sus compañeros encontraron al gran grupo de niños, padres y abuelos, todos ocupados en organizar la expedición
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Horst y otros cinco hombres abrieron un hueco en el muro de árboles y tumbaron unas planchas sobre la trinchera para que la gente y los animales pudieran caminar por encima
34.
Durante la noche los españoles se habían atrincherado poderosamente en los bocacalles y habían excavado una trinchera para poner a cubierto sus piezas y sus artilleros
35.
En algunos momentos, cuando se encontraba hundido hasta las rodillas en un lodazal del Vietnam o esperando durante días en una trinchera del desierto, medio desmayado de sed, con la cámara al hombro y la muerte a la espalda, el recuerdo de la Colonia le devolvía la sonrisa
36.
Mientras su hermano Mateo pasaba la guerra dentro de una trinchera, Ignacio Fernández Muñoz luchó en todas las batallas relacionadas con la defensa de Madrid y en algunas de otros frentes
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Había también muchas fotos, mi padre con uniforme español, con uniforme alemán, formado y descansando, con nieve hasta las rodillas, con barro hasta las rodillas, de juerga junto a un poste de señales donde dos flechas señalaban en direcciones contrarias para marcar lo que entonces parecían distancias triunfales —Berlin, 1485 km, Petersburg, 70 km—, más de juerga todavía en un bar, su irresistible sonrisa de hombre encantador entre dos mujeres nórdicas, rubias, atractivas y muy potentes, con mucha más patria encima, pensé, que la pobre señorita Suárez, y después, cuando se acabó la juerga, cubierto por un impermeable o envuelto en mantas que sólo dejaban ver unos ojos que podían ser suyos o de cualquier otro, en la entrada de una trinchera, haciendo guardia mientras caía una nieve tan espesa que se podían contar los copos
38.
Pero les tocaba a los combatientes de trinchera, como él, hacer el verdadero trabajo para la verdadera Rusia, la reconstrucción, la purga y la rectificación de los errores de la pasada década
39.
Sólo una vez que estuvieron instalados en su trinchera, a la que llegaron sin incidentes, explicó claramente su propósito
40.
La mujer corre a la trinchera, al paredón, a la barricada, y busca a su marido
41.
Mongat era en primer término hablar con este de las cosas de la guerra, y en segundo término divertir a los chicos con toda clase de juegos, enseñándoles el ejercicio y representando con ellos detrás de un cofre las escenas del ataque, defensa y conquista de una trinchera
42.
Quiero decir que estaba marcado por una trinchera real, abierta a lo largo de centenares de kilómetros sin solución de continuidad
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Apenas entró el oficial, acostose rendido: no era para menos la acción de aquella tarde, después de doce horas en el servicio de trinchera
44.
En una trinchera de Casa de Assach había visto a O'Donnell echando llamas por los ojos y por la boca
45.
No se ven parejas las cosas desde el calor de un brasero y una mesa bien provista, o en la comodidad de un colchón de buena lana, que desde el barro de una trinchera o la frágil cubierta de una galera, donde poner vida y libertad al tablero es cotidiano pan de munición
46.
Así debe de sentirse un soldado fuera de la trinchera, a tiro de un enemigo invisible
47.
El camino discurre por una trinchera encharcada, protegida de los tiros españoles por un espaldón de tierra, cestones y fajinas
48.
Con la velocidad de una bala, un murciélago negro se lanzó sobre la cara de Simón, atravesando la trinchera, atravesando el hueco lleno de estacas que debería ser su muerte
49.
Regresaban a la trinchera, pero se explayaron un poco yendo hacia la vaguada, porque les apetecía ver el río -el agua limpia y, a lo mejor, a la gente
50.
, cirujano de la compañía- piense en lo que la memoria colectiva ha conservado luego, con un genial gesto de síntesis, como icono de esa guerra: la trinchera
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Le había alcanzado una esquirla de granada mientras regresaban a la carrera hacia la trinchera, tras el último asalto fracasado
52.
De manera que fue a recogerlo, y aunque el otro gritaba, lo cogió por las piernas y empezó a arrastrarlo hacia la trinchera, sin preguntarse siquiera dónde lo habría destrozado la granada
53.
La cabeza, unida a los hombros y a una parte de las vísceras, rebotó hacia la trinchera y al final se giró de una manera que parecía que fuera a propósito, con los ojos dirigidos hacia los suyos, los que habían sido los suyos, sus compañeros
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Algunos terminaron en la trinchera, y tuvieron que recogerlos con la mano -con la mano- y volver a echarlos a la tierra de nadie, de donde habían venido
55.
Lo que acaecía lo hacía en las formas apriorísticas de esa geometría; y cuando recibían la muerte, ésta llegaba desde la trinchera de delante; y cuando llevaban la muerte, la llevaban justo enfrente, a la trinchera que los esperaba
56.
No fue una simple cuestión de cobardía, y yo lo percibí claramente, de inmediato -testificaría el capitán-, mirando a los ojos a mis soldados, en ese instante que imponía la prisa de una decisión, y viendo con qué simplicidad salían de la trinchera para observar, arrastrando el mosquetón por el suelo
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¡A cubierto, es una orden!, pero es indudable que no me atrevía a disparar -admitiría el capitán- por muy absurdo que pueda parecer, no me atrevía a disparar; y ante los ojos de los soldados que buscaban en los míos alguna certeza, yo no supe más que restituir la absurda dilatación de ese instante, es decir, mi ridícula esperanza de que se pudiera detener todo durante el tiempo necesario para comprender, mientras que aquel oficial alemán, en cambio, seguía tejiendo el tiempo real de la acción, caminando hacia nosotros; seguía muy tranquilo, gritando que nos rindiéramos, hasta que los primeros soldados dejaron caer los mosquetones al suelo, y algunos se pusieron a sonreír, soltándose con alguna palabra en alemán, moviéndose con una lentitud que para mí se ha convertido en el símbolo de lo que viví en aquel instante, instante que de hecho recuerdo con una lentitud rayana en lo inverosímil, con aquel movimiento de soldados que salían imparables de la trinchera como el aceite por el borde de un vaso, empujados por una paciencia que se derramara al llegar a su límite, deslizándose lentamente hacia los alemanes, y rebosando suavemente sobre el manto inclinado de la nieve
58.
Me di la vuelta -relataría el capitán con sus treinta años por salvar- y vi a dos soldados que saltaban de nuevo a la trinchera y que agachados empezaban a correr, hacia la izquierda, donde los terraplenes se prolongaban todavía unos cientos de metros, bajando por la cresta de la montaña
59.
Me deslicé de nuevo dentro de la trinchera y me puse a correr, sin más dilación, por donde había visto correr a los dos soldados
60.
Sentíamos nostalgia de la trinchera, fíjese, se lo digo sinceramente, te veías contando los días y deseando que pasaran deprisa y te arrojaran de nuevo allí abajo, a la mierda, que por lo menos era de verdad, bien lo sabe Dios lo verdadera que era
61.
Aquella noche, Peterson ordenó que un soldado de los dos que ocupaban cada trinchera permaneciera despierto mientras el otro dormía
62.
Regresó a la Sección 17, donde encontró a «cuatro tíos en una trinchera abandonada llorando a lágrima viva»
63.
La base de la letrina era una larga trinchera cubierta por tablas que servían para enmascarar el inevitable hedor, o al menos lo peor de él
64.
El silencio me recuerda los momentos que viví en la guerra civil, detrás de un parapeto o agazapado en una trinchera, esperando la orden de asalto
65.
El policía no lograba aliviar el temor de sentirse prisionero de la niebla, la dificultad de respirar, los pasos pesarosos, la imaginación que en algún instante se le iba hacia el sueño medroso del espectador que permanecía en la butaca en posición semiyacente y con los ojos abiertos, pero no había salido huyendo de la trinchera
66.
Porque un hombre pequeño con trinchera negra y sombrero de ala ajustable sobre la frente acababa de meter los zapatos en las pisadas de Rattigan
67.
Un hombre que llevaba un pesado bulto empezó a correr y se deslizó por una trinchera; al cabo de unos minutos salió a la superficie y repitió la operación con las restantes trincheras próximas
68.
Muchas de estas armas no fueron empleadas por francotiradores propiamente dichos, sino por expertos que desde su trinchera hostigaban la de enfrente para "impedir el aburrimiento" entre la tropa enemiga y abatiendo a cualquier enemigo que asomara la cabeza
69.
Cuando tuve que aprender trabajosamente el hechizo para la limpieza, la última cosa que se me hubiera ocurrido era que iba a utilizarlo contra una corriente de monstruosos escorpiones venenosos, pero en tiempos de guerra cualquier hoyo es trinchera
70.
Estando en una trinchera, un sargento le dijo que tenía que
71.
La trinchera de servicio parecía tener cientos de kilómetros de profundidad y estaba bordeada por cables de fluido y conductos de circuitos que surgían de las profundidades y se confundían con los cielos
72.
La media docena de soldados que se apiñaban en la entrada de la trinchera de energía estaban más interesados en discutir los extraños disturbios del bloque de detención que en prestar atención al aburrido deber que habían de cumplir
73.
Las tripulaciones imperiales que bordeaban la trinchera comprendieron bruscamente el hecho de que su sección de la estación, hasta ahora ignorada, sufría un ataque
74.
Un extraño silencio dominó la trinchera mientras la superficie seguía pasando continuamente junto a las naves Y en vuelo rasante
75.
Los tres cazas Y alcanzaron la superficie, se nivelaron y después trazaron un arco en la trinchera
76.
En el extremo de la trinchera, una torre inmensa dominaba la cordillera de metal y vomitaba enormes cantidades de energía en dirección a las naves que se aproximaban
77.
Los rayos de energía cesaron bruscamente y en la trinchera volvieron a reinar el silencio y la oscuridad
78.
Pero Darth Vader ya preparaba su mando de disparo a la vez que caía como una piedra en dirección a la trinchera
79.
Una ligera desviación en el rumbo de vuelo y su nave se estrelló contra la trinchera
80.
Ambos cazas ascendieron bruscamente y se alejaron del extremo de la trinchera al tiempo que varias explosiones se arremolinaban tras ellos
81.
Las tres naves se elevaron y se lanzaron hacia el sector de la trinchera
82.
Quedaron instantáneamente envueltos en una malla de rayos de energía y de proyectiles explosivos, que se intensificó a medida que descendían hacia la trinchera
83.
Manipuló varios mandos y la nave con ala en forma de X salió disparada de la trinchera, seguida por el fuego de los emplazamientos
84.
Algunas incansables explosiones adicionales siguieron sacudiendo los tres cazas a medida que caían en la trinchera
85.
Al mirar a su alrededor, descubrió que había salido de la trinchera y se encontraba en el espacio abierto
86.
El inspector levanta los ojos al cielo gris mientras pasa la trinchera al otro brazo
87.
Hablo desde una trinchera moral en el tiempo que me permite neutralizar la nostalgia, y, por supuesto, el repudio y la burla o el simple estupor que seguramente suscitó el paso de esta niña valiente por la calle
88.
Golpea la puerta con todas sus fuerzas y también la ventana, tratando de abrirla, y acto seguido rompe el cristal con el codo, mete la mano y abre por dentro, se desprende de la trinchera y salta al interior
89.
Bartres lamenta la tardanza en tener la trinchera
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En las trincheras, el mortero es el arma más temida, porque la trayectoria del proyectil describe una curva muy cerrada que hace que el explosivo caiga, si la puntería es buena, justo en vertical sobre la trinchera
91.
Un soldado aterrado tras una trinchera en la Primera Guerra Mundial
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Los anarquistas con A las barricadas encuentran también una canción que no repugna a los compañeros de trinchera, aunque el triunfo de la Confederación no sea, desde luego, el fin de comunistas ni socialistas
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Parece el fin del mundo: explosiones, aviones, gritos, mientras Cardona y sus camaradas se encogen en la trinchera al ver el terrible espectáculo de sus compañeros que se tiran al río aterrados
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Las privaciones, los meses de soledad, las fatigas de la trinchera habían sido la condición necesaria para alcanzar ese fin
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Por supuesto que Estados Unidos niega oficialmente toda intención de organizar un derrocamiento, pero la trinchera ya está trazada
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A un anarquista, desde una trinchera que se halle frente a la suya, le podríais pedir su rancho diciéndole que pasáis hambre y él mismo os lo llevaría con alegría; o incluso su fusil, si el vuestro estuviese encasquillado… Pero un minuto después, aun cuando ya no tuviera su fusil, se habría lanzado a asaltar vuestra trinchera con todo su odio
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Los hombres retrocedieron hacia el rincón más apartado de su trinchera
98.
Daisy mira a su alrededor mientras se quita la trinchera
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Schiffer adoraba aquel rincón del barrio oculto a las miradas, desconocido incluso para la mayoría de los vecinos del bloque; un corazón dentro del corazón, una trinchera que desbarataba todos los puntos de referencia, verticales y horizontales