1.
veces zafarse de las manosdel viejo; pero éste la perseguía por
2.
zafarse de unos yotros
3.
semejante al puente de un navío en elmomento del zafarrancho
4.
intenté zafarme pero me arreó con el hombro en plena cara
5.
Se desató un zafarrancho de gérmenes que provocó diversas pestes en todo el país
6.
De no atraparlos «con las manos en la masa» y en la tesitura incuestionable de que, quien fuera, estaba conduciendo un carromato lleno de armas hacia Toledo, siempre cabría la posibilidad de que aquellos astutos individuos se zafaran de su responsabilidad alegando que se les quería cargar un mochuelo que no era suyo
7.
Nur intentaba mantenerla alejada aferrándola por el cuello con ambas manos, mientras Gueralda intentaba zafarse del terrible ahogo
8.
Vincent no conseguía zafarse de los besos de la buena señora, y yo, mientras, comparaba
9.
Que había que zafarse de esa complicidad, esa ternura, ese amor algo rugoso
10.
Para zafarse de ella, apalearon los viajeros al infeliz caballejo que tiraba del coche; mas no obtuvieron la velocidad que deseaban
11.
Corrió Juan por las calles del campamento, y aunque no tardó en encontrar a la hombruna y bondadosa Ignacia, esta, con muy buena voluntad, pero sin poder zafarse del sinnúmero de parroquianos que la asediaban, no acudió a Leoncio hasta mucho después de recibido el encargo
12.
Deseaba el señor Peña ocasión para zafarse del enfadoso lavatorio y planchado de las monjiles conciencias
13.
En cuanto logró zafarse del abrazo de oso de Stanton, retrocedió hasta la silla que la jefa de comedor le tenía preparada y se sentó, deseando desaparecer
14.
–Fuera de China -empezó a explicar el irlandés con la intención de zafarse de la fría mirada del anticuario-, al Wei-ch’i se le conoce como Go
15.
Langdon quiso zafarse, decirse que estaba perdido en una grotesca pesadilla, despertar cuanto antes en un mundo lógico
16.
De nuevo lo persiguieron, y otra vez esperó a que casi le pusieran las manos encima para zafarse de un brinco y alejarse de ellos
17.
No se atreverá uno a escupir en las estancias; tampoco se sigue la costumbre de escupir en los pañuelos, de suerte que podemos juzgar que aquellos que son flegmáticos se encuentran en gran aprieto, y que por tanto es cosa conveniente el haberse acostumbrado desde la niñez a zafarse de este compromiso por otras vías distintas del escupitajo
18.
Se separo del beso y trato de zafarse de sus brazos
19.
Penetró en el vagón un olor tan cáustico que tuvo que apretarse las manos contra la cara para zafarse de él
20.
los antiguos luchadores para poder zafarse del enemigo, y que
21.
Investigaron la meticulosidad con que las personas tratan de zafarse de años de privación emocional y sensorial
22.
Hubo explicaciones y, en medio de ellas, Lucy logró zafarse
23.
zafarme de médicos y boticas
24.
soltar la jaula v lastimar a los palomos, trató de zafarse de la cuerda con la mano izquierda, porque aún no comprendía,
25.
Li fue la primera en zafarse del duelo de miradas
26.
–El duende va a zafarse de la persecución, señor -notificó Quinn
27.
Pero hoy en día la gente se queda en casa, con sus teles, sin buscar aventuras por las calles, como hacían con su hermana, dos jovencitas pizpiretas, el West End era su medio, lo utilizaban, sabían cómo zafarse de peligros
28.
Aquí y allá tuvo que enfrentarse con algunos intentos de detenerlo, pero logró zafarse de todas las conversaciones bromeando, pidiendo a los interesados que le cubrieran las espaldas o que tuvieran paciencia
29.
Rabban volaba a toda velocidad, rezando para zafarse de la situación antes de que causara más humillaciones y perjuicios a la Casa Harkonnen
30.
Varios corceles lograron zafarse de las trabas y corrieron enloquecidos por el campamento
31.
La joven exhaló un suspiro de alivio, y huyó rauda como la liebre que, en un descuido, logra zafarse de las garras del ave de rapiña de la que era presa
32.
Cuando el señor Fábregas logró zafarse de mí, me reprochó con el gesto desencajado
33.
La ira volvió a nublar el juicio de Javier, que renovó sus esfuerzos por zafarse de los fuertes brazos del mayoral y dos segadores más que habían acudido en su ayuda
34.
Me asieron violentamente y comenzaron a arrastrarme hacia la puerta, pero conseguí zafarme de ellos y dije:
35.
Publio hijo se separó de la cortina del tablinium, pero una esquina de la toga parecía haberse enganchado y tuvo que tirar de ella para poder zafarse de la tela que separaba la estancia en la que se encontraba del atrio
36.
Sí, narrar la historia de la guerra contra Aníbal desde su punto de vista, explicar las batallas de Italia, la campaña de Hispania, la conquista de Cartago Nova, las batallas de Baecula e Hipa, el castigo a Cástulo e Iliturgis, los debates en el Senado para conseguir el permiso para invadir África; explicar las motivaciones de su enfrentamiento con Quinto Fabio Máximo, primero, y luego sus interminables disputas con Marco Porcio Catón; contar el paso a Sicilia, el adiestramiento de las legiones V y VI y su recuperación para el combate, sí, narrar su encuentro con las famosas legiones malditas desterradas en el pasado como estaba él ahora desterrado, saboreando un poco de esa misma sensación de miseria que en su momento vivieron los legionarios de aquel ejército olvidado por Roma y que, sin embargo, gracias a él, gracias a Publio Cornelio Escipión, desembarcó en África para cambiar la faz del mundo y, a un tiempo, recuperar para cada uno de esos legionarios el orgullo de sentirse no ya romano, sino hombre libre; ¡cómo entendía ahora la decepción de aquellos soldados desterrados y despreciados! Sí, relatar los acontecimientos que explican su ataque a Locri y luego todas y cada una de las batallas de África, las negociaciones con Sífax y con Masinisa; contar cómo se las ingenió para zafarse de los ejércitos de Giscón y Sífax en una increíble batalla nocturna y narrar el desarrollo de la tremenda batalla de Zama donde perecieron tantos buenos oficiales, muchos de sus mejores amigos; contarlo todo, el regreso triunfal a Roma, el reconocimiento, la vida en una ciudad que por unos años le consideró un héroe, casi un dios, antes de humillarlo y traicionarle y obligarle a exiliarse para siempre; explicar cómo, cuando Aníbal se rehízo y se alió al rey Antíoco, Roma, de nuevo, recurrió a él y a su familia, y contar cómo consiguió, incluso enfermo, con la ayuda de su hermano, derrotar al todopoderoso rey de Siria en la brutal batalla de Magnesia; sí, narrarlo todo, la carga de los indestructibles catafractos, las maniobras de las legiones, relatarlo todo punto por punto, con claridad, con precisión, para que cuando en el futuro alguien quiera saber del pasado no sólo se encontrara con la versión única, y supuestamente autorizada al estar refrendada por un Senado corrupto, de Marco Porcio Catón
37.
—¡Imbéciles! ¡Hoy me detenéis a mí y mañana seréis más carnaza para esta guerra! —Nevio luchaba por zafarse de los fuertes brazos de los dos triunviros que lo arrastraban hacia la puerta
38.
En Hispania navegaste por las aguas amigas de nuestra Italia y las colonias griegas del sur de la Galia; arribaste al puerto amigo de Emporiae, encontraste una base segura en Tarraco y tropas disciplinadas ya acantonadas por todo el norte de aquel territorio, con una frontera delimitada en el Ebro, luego tomaste una capital, Cartago Nova, que los tres ejércitos púnicos decidieron no defender y sí, veo que tus amigos aquí consideran que conquistaste y derrotaste a los cartagineses, pero, pregunto yo, ¿qué victoria fue esa que permitió que el más temible de aquellos generales allí establecidos, Asdrúbal Barca, hermano de Aníbal, consiguiese zafarse de tus tropas y acudir en ayuda de su hermano aquí en Italia? ¿Es así la forma en la que Escipión va a protegernos siempre, atacando allí donde le place, sin preocuparse por los enemigos que le rodean y vienen a destruirnos? ¿Y más cuando ahora sabemos que es posible que sea Magón, el hermano pequeño de Aníbal, el que quizá nos ataque de nuevo por el norte? —Máximo escuchaba de nuevo los murmullos creciendo a su alrededor y cuando Léntulo iba a intervenir para pedir silencio, Máximo soltó una sonora carcajada que partió la sala y todos callaron confusos—
39.
Al fin los niños se zafaron de los legionarios, que, una vez más, habían sido heridos, esta vez en las piernas, pero éstos no tuvieron mucho tiempo de plantearse si las heridas eran graves o no, porque sendas flechas les atravesaron la cabeza de parte a parte, en un caso entrando por una oreja y asomando la punta por la otra y, en otro, atravesando el cogote y sobresaliendo la punta por una boca perpleja y ensangrentada
40.
Les costó unos minutos zafarse del grupo de fieles que rodeaban al sacerdote y se apresuraron hacia las puertas, pero el pórtico estaba vacío
41.
Allí estaba: en el primer párrafo, junto con la acusación, Locke proporcionaba generosamente el impulso que permitiría al gobierno y los militares rusos zafarse de ese lío
42.
Pateo, dando golpes en el suelo, pero no puedo zafarme de él
43.
En el pueblo nadie hace zafarrancho de limpieza
44.
–En cuanto pueda zafarme de las formalidades -dijo César, señalando con la cabeza hacia la tienda-, saldré hacia Alejandría
45.
El caso es que sonaba una sirena y se oían voces que gritaban ¡fuego!, ¡fuego!, y se preguntaban mutuamente que cuál era el número de los bomberos; que el agua, al entrar en contacto con el tendido eléctrico, provocaba cortocircuitos que, a su vez, engendraban nuevos incendios; que los mensajes que el télex transcribía con pulcra letra en leguas de papel se habían transformado en una hoguera; que en el vaivén de la pelea acabamos por darle un trompazo al televisor, cuyo bulbo estalló abriendo un boquete en la pared, y que, sabe Dios cómo, logré zafarme de las zarpas del matón y atravesé en dos saltos la antecámara y el pasillo hasta llegar a la sala de juntas, que los consejeros habían evacuado con muy buen criterio, donde hallé a don Plutarquete despatarrado en una silla, jadeando y diciendo:
46.
Josh se acercó y rodeó a Lucy con los brazos y empezó a besarla en el cuello mientras ella se reía e intentaba zafarse
47.
Los códigos penales del Occidente moderno han eliminado el intento de suicidio de la lista de crímenes, a excepción del derecho inglés: también aquí la Gran Bretaña -que tuvo la suerte de zafarse de los «jacobinos» y sus «derechos del hombre», siendo éste uno de los secretos de su grado de civilización-permanece anclada en la Edad Media y procesa al frustrado suicida bajo la acusación, de antiguas reminiscencias, de «felonía contra sí mismo»
48.
Cuando la policía acudió al cabo de dos minutos, el señor O'Brain había conseguido zafarse del coronel y trepaba por la celosía de su magnolio con una agilidad sorprendente en un hombre de su edad y de profesión sedentaria, pero absolutamente justificable por el apego del bull-terrier a su trasero
49.
Durante un momento los dos se impidieron mutuamente el paso en la puerta de la cocina, pero sir Arnold logró zafarse y corrió al estudio
50.
Ella trató denonadamente de zafarse de las tenazas de hierro que tenía en el cuello, pero fue inútil
51.
–Si pudiese hablar otra vez con el presidente… -suplicaba, pero los oficiales de caballería no cesaban en su empeño de conseguir fotografías y, cuando el jefe indio logró zafarse del acoso, el presidente ya se había marchado
52.
"Bien, estaré trabajando en mis ensayos de aceptación para la universidad toda la tarde", dije, tratando de zafarme
53.
Se hizo llamar al-Muzzafar, el vencedor, y lo cierto es que combatió con éxito a los cristianos en sus expediciones anuales de guerra santa, pero padecía una enfermedad del pecho y murió todavía joven: también dicen que lo envenenó su hermano menor, Abd al-Rahman, que no era hijo de su misma madre, sino de una de aquellas princesas navarras, rubias y de ojos azules, que tanto gustaban a los andalusíes
54.
Sólo he hecho lo que usted me pidió! – se excusaba el hombre con voz entrecortada al tiempo que intentaba zafarse de los largos dedos del alemán-
55.
Ushikawa, por su parte, le cogió el truco rápidamente y aprendió mañas para zafarse de las autoridades manteniéndose siempre en los límites de la legalidad
56.
En la Néréide, que había sido remolcada hasta un lugar más próximo a la isla, donde ahora estaba anclada y amarrada con una codera a la cadena del ancla, todo parecía estar en orden -aunque muchos de sus tripulantes todavía estaban en los botes- y ya habían sacado los cañones y hacían zafarrancho de combate, mientras sus expertos oficiales supervisaban todos los trabajos
57.
Y en cuanto la Manche terminó, ambas fragatas largaron las juanetes y avanzaron como si estuvieran dispuestas a atacar; podía verse cómo sus hombres hacían zafarrancho de combate
58.
Puesto que su cabina estaba en el sollado, no desaparecía cuando hacían zafarrancho de combate, y por esa razón, durante aquellos terribles días pudo continuar una labor que había comenzado poco después que Herapath se confiara a él
59.
Jack se alegró de que Lambert tratara de aprovechar el fuego de la cocina antes de que lo apagaran al hacer zafarrancho de combate
60.
Disponían de mucho tiempo y los tripulantes de la Shannon pensaban que tendrían poco que hacer para llenar las horas de forzosa espera, ya que en la cubierta siempre había balas suficientes para tres andanadas y no tardaban en hacer zafarrancho de combate porque lo hacían todos los días, porque había tan pocos muebles en las cabinas que podían guardarse en la bodega en unos minutos y porque los mamparos y los biombos de la sala de oficiales podían quitarse en mucho menos tiempo que aquellos
61.
Sin embargo, incluso en un barco con una tripulación que supiera prepararse para la batalla mejor que ninguna, había una gran diferencia entre hacer zafarrancho de combate cuando el enemigo era imaginario y hacerlo cuando era una enorme fragata que podían ver, que se encontraba en una posición ventajosa y que demostraba que estaba decidida a entablar un combate cuanto antes
62.
Pero el doctor Maturin era más bien bajo, y aunque, lógicamente, le gustaban los ángulos rectos, le gustaba más aún un lugar que no tuviera que ser desalojado cada vez que los tripulantes de la Surprise hacían zafarrancho de combate (lo que ocurría cada tarde), un lugar en que sus libros y sus especímenes no fueran tocados
63.
Más tarde se pasaba revista, se hacía zafarrancho de combate y todos los marineros ocupaban los puestos en que les correspondía estar en las batallas
64.
Traía un gran gato de color de carey que pugnaba por zafarse de los brazos que lo sujetaban
65.
Su puesto de combate se encontraba en la enfermería del sollado o lo que podía ser su equivalente, y aunque en ciertas ocasiones, todas ellas memorables, cuando el tambor no había redoblado a zafarrancho, se le había permitido observar a oficiales, guardiamarinas y marineros llevar a cabo los ejercicios con los cañones, nunca los había visto servir a la vez las piezas de ambos costados de un barco
66.
Se zafaron del cañón en el retroceso, el de la lanada limpió el ánima, metieron un cartucho y después la bala, ronzaron el cañón en batería a la velocidad del rayo, hicieron virar con toda su alma al monstruo de quinientas cincuenta libras de peso con un estampido y se dirigieron corriendo hacia el costado de babor, donde el segundo lo había dispuesto todo para que pudieran apuntar al siguiente objetivo
67.
Campanas y pitos todo el santo día, y también un poco de música: el toque del tambor siguiendo la melodía del Corazones de roble para anunciar la comida en la cámara de oficiales -aunque en la Aurora, cuyo oficial de infantería de marina había organizado una banda entre sus hombres, lo hacían a lo grande-, de nuevo el tambor para la generala y el zafarrancho, y durante muchas noches los violines, las gaitas o el diminuto pífano que tocaban para los marineros que bailaban en el castillo de proa
68.
Se había hecho zafarrancho de combate desde hacía tiempo; los tripulantes estaban silenciosos y atentos; el barco iba atravesando los canales, respondiendo al timón con rapidez, y con las escotas y las brazas tensadas según las órdenes
69.
Con un esfuerzo violento de su voluntad logró zafarse de aquella impresión de artista, y entonces, el conocedor que había en él reconoció los tesoros por los que habrían pujado por su posesión muse0s y millonarios: exquisitas cerámicas perladas Sung, dibujadas con tintas que habían permanecido indelebles a pesar de tener una existencia de más de mil años; lacas, en las que el detalle frío y encantador de motivos fantásticos estaba tan bien logrado
70.
Desde entonces, el sable desnudo y las dos pistolas que Maqua lleva al cinto cada vez que hay zafarrancho demuestran que no está dispuesto a que le toquen dos veces la misma música
71.
Una vez más, Milón acusó a Clodio de recurrir a la violencia y, una vez más, moviendo sus hilos en el Senado, Clodio consiguió zafarse del cargo
72.
–¡Imbéciles! ¡Hoy me detenéis a mí y mañana seréis más carnaza para esta guerra! – Nevio luchaba por zafarse de los fuertes brazos de los dos triunviros que lo arrastraban hacia la puerta
73.
En Hispania navegaste por las aguas amigas de nuestra Italia y las colonias griegas del sur de la Galia; arribaste al puerto amigo de Emporiae, encontraste una base segura en Tarraco y tropas disciplinadas ya acantonadas por todo el norte de aquel territorio, con una frontera delimitada en el Ebro, luego tomaste una capital, Cartago Nova, que los tres ejércitos púnicos decidieron no defender y sí, veo que tus amigos aquí consideran que conquistaste y derrotaste a los cartagineses, pero, pregunto yo, ¿qué victoria fue esa que permitió que el más temible de aquellos generales allí establecidos, Asdrúbal Barca, hermano de Aníbal, consiguiese zafarse de tus tropas y acudir en ayuda de su hermano aquí en Italia? ¿Es así la forma en la que Escipión va a protegernos siempre, atacando allí donde le place, sin preocuparse por los enemigos que le rodean y vienen a destruirnos? ¿Y más cuando ahora sabemos que es posible que sea Magón, el hermano pequeño de Aníbal, el que quizá nos ataque de nuevo por el norte? – Máximo escuchaba de nuevo los murmullos creciendo a su alrededor y cuando Léntulo iba a intervenir para pedir silencio, Máximo soltó una sonora carcajada que partió la sala y todos callaron confusos-
74.
Pero es muy bruto, muy serrano, se me prendía del pescuezo y la cintura y no había modo de zafarse, le molía la espalda y la cabeza para que se alejara, pero al ratito volvía como un toro, qué resistencia
75.
“-Usted comprende, no tienen que quedarse inmóviles como urcas ostras; tienen que ir y venir, que se vea el zafarrancho, ignoro el nombre de todo eso
76.
El lector de La muerte de Virgilio, El zafarrancho aquel de Via Merulana, El hombre sin atributos y Paradiso jamás se disuelve en el mundo imaginario de estas novelas, como le sucede al que lee Los miserables o La regenta
77.
El cazador consiguió zafarse del cuerpo del felino y se levantó de un salto
78.
El padre Albert, abatido, vio la lucha del muchacho por zafarse de las manos de los soldados
79.
El mayor de los garzones estalló en carcajadas, la vara ya rendida, y el otro respondió deslizando su lengua de la mejilla al cuello, al tiempo que tanteaba con la mano derecha la entrepierna de Hernando, que se revolvió al solo contacto, aunque, atado como estaba, le fue de todo punto imposible zafarse del manoseo
80.
Ella no contestó; se limitó a zafarse levantando las manos
81.
Mica fue apresada por Solan, pero Lena consiguió zafarse justo a tiempo
82.
Nos bañamos en el río y nadamos hasta el centro para zafarnos de las moscas que revoloteaban por los límites del bosque
83.
Prats logró imponer disciplina en la tropa, pero ya se había desencadenado el zafarrancho, el parlamento declaró ilegal el Gobierno de la Unidad Popular y los generales exigieron la salida de su Comandante en Jefe, pero no dieron la cara, sino que mandaron a sus mujeres a manifestar frente a la casa de Prats en un bochornoso espectáculo público
84.
—¡Atención, zafarrancho de combate! ¡Todo el mundo a sus puestos, estamos siendo atacados! ¡Atacados!
85.
su mano, la encontró y apoyó la cabeza contra la de ella, que ya estaba tratando de zafarse
86.
No sé por qué, aquel Müller me tomó afecto, y a pesar de que intenté zafarme de sus atenciones y sus muestras de consideración, pensé que era imposible hacerlo de una forma contundente sin despertar sospechas
87.
—¿Qué pasa con ellas? —El hecho de que se le hubiera pasado por la cabeza la idea de zafarse de su deber provocó que empleara un tono más cortante de lo que era su intención, y Gelb se encogió
88.
Pocos eran capaces de zafarse del sobrecogimiento y el temor reverencial que se experimentaba ante el Trono de Cristal, con el ansia de obedecer secando la boca
89.
Tras cerciorarse de que no se acercaba ningún coche, Rose-Marie llegó corriendo hasta el niño, lo cogió y, a pesar de los vigorosos esfuerzos que éste hizo para zafarse, cruzó triunfalmente el portal de Villa Elsinore llevándolo en brazos
90.
¿Cómo había conseguido zafarse a aquellas horas? Le gustaba verla, pero se le hacía extraña la presencia de un tercero bajo el mismo techo
91.
Cuando logró zafarse de la presión de las damas, se acercó al piano y se apoyó en él mientras escuchaba con deleite a Sánchez a la vez que degustaba el excelente jerez que se servía en casa de Sousa
92.
Y nuestros enemigos ignoraban olímpicamente todo aquel zafarrancho y seguían avanzando
93.
En el zafarrancho de tormenta a ningún oficial se le ocurrió dar orden de arriar el cuerpo
94.
—Podría zafarme del compromiso, aunque resultaría considerablemente embarazoso
95.
Yo trataba de zafarme del grupo, pero no había manera, siempre me alcanzaban
96.
Muchos asesinos, secuestradores y atracadores que habían logrado zafarse de la justicia el tiempo suficiente para figurar en la lista de las diez personas más buscadas por el FBI se encontraban de nuevo metidos en el fregado porque un dependiente del 7-Eleven que leía manuales de detectives o una guardia urbana que miraba todos los reality shows de la tele acababan identificándolos
97.
En aquel momento vio al hombre ensangrentado que intentaba zafarse de la silla volcada, advirtió la maldad que destilaban sus ojos y se interrumpió en seco
98.
Era evidente que Shooter había esperado que él tratara de zafarse del asunto y que, en su opinión, eso era precisamente lo que Mort estaba haciendo
99.
¡Ay, qué picoteras! Cuando de ellas pude zafarme, Rosario no [82] estaba al lado mío
100.
La niña trató de zafarse y, cuando Christian la alzó entre sus brazos, se echó a llorar escandalosamente