1.
—Bien puede vuestra grandeza vivir, de hoy en adelante, libre de esa mal nacida criatura, quien con la ayuda de Dios, de la Virgen de Torcoroma, de la fuerza de mi brazo y con el favor de aquella por quien yo vivo y respiro, puse fuera de combate en un santiamén, cumpliendo con mi promesa dada a su alteza
2.
alteza de divina, ytienen la virtud de elevar a quien las posee por
3.
carta de su alteza en presençia de los dhos
4.
elocución y alteza de estilo, quetiene lleno el mundo de su fama
5.
atiendeMalambruno; pero, porque la alteza y sublimidad del camino no les causeváguidos, se
6.
—Sí, señor; eso dicen los de la cámara de su alteza
7.
comedia y en el Buen Retiro; querecoge á su alteza entero en la mirada de sus grandes
8.
hasta la saciedad, para empaparle de la alteza de su misión,como
9.
—Su Alteza ha pensado en eso, y el
10.
Este es el plan de Su Alteza, pero sólo se
11.
Su alteza el Conde de Turín, que volvía de los ejercicios, pasó acaballo riendo con
12.
Tambien la Magestad y sacra Alteza
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alteza de su ánimo
14.
—La tiene Vuestra Alteza, respondieron los gascones, aunque sin ocultarque lo
15.
—No comprendo lo que quiere decir Vuestra Alteza
16.
Su Alteza Serenísima vió que en el pedestal donde estaba colocado, había una tarjeta con esta
17.
La alteza de su ingenio con los nombres
18.
—En el trono se colocará a Su Alteza el príncipe Miguel, que tiene el apoyo del Gobierno británico
19.
—Su alteza en su poder las retuvo
20.
Y que esto sea verdad véase por muchas e infinitas comedias que ha compuesto un felicísimo ingenio destos reinos, con tanta gala, con tanto donaire, con tan elegante verso, con tan buenas razones, con tan graves sentencias y, finalmente, tan llenas de elocución y alteza de estilo, que tiene lleno el mundo de su fama
21.
En resolución, todos los poetas antiguos escribieron en la lengua que mamaron en la leche, y no fueron a buscar las estranjeras para declarar la alteza de sus conceptos
22.
–Mire usted, alteza, los envíos con el sello de urgencia se entregan en cada etapa del trayecto sin un minuto de retraso
23.
»Firmado en Constantinopla, con autorización de su alteza, el año de mil doscientos cuarenta y siete de la Hégira
24.
—Sí, y Su Alteza ha puesto a vuestra disposición un elefante, confiándome vuestra vigilancia
25.
Su alteza, impaciente por descubrir los tigres, había dado orden de levantar el campo antes de que hubiese salido el sol
26.
—También está con los rebeldes el hombre blanco, Alteza
27.
-No comprendo, alteza -contestó el cazador
28.
-Es cierto, alteza -dijo el inglés, palideciendo ligeramente
29.
El nombre escrito en el papel era su alteza lord Charlie, el gobernador colonial
30.
Delante de todos los perdedores del Dunsboro colonial, delante de los drogatas y los pollos lisiados y de los niños que creen que están recibiendo una educación y de su alteza real lord Charlie el gobernador colonial, soy detenido
31.
—Todos los que usted quiera —replicó su alteza, y echaron a andar hacia el mercado árabe
32.
—En ese caso, pasarían a vuestra alteza, por supuesto
33.
—Entonces, señor, ante la evidencia del delito, se encerraría al reo en las mazmorras de vuestra alteza y vuestra justicia prepararía su condena
34.
—El precio es la retirada de la dotación de Su Alteza, que es el principal soporte del monasterio
35.
Su Alteza vivía en el Palacio de la Zarzuela, en El Pardo, al norte de la ciudad
36.
—Proporcionada por su Alteza Real, el príncipe Bongawah-wah —profirió uno de los muchachos
37.
—¿He de estar presente en la conversación, vuestra alteza?
38.
–¿Piensas que los daimíos se avendrían a esto y que Su Alteza el Hijo del Cielo lo aprobaría?
39.
–En tal caso, pon en tu testamento que la T'ang sea enviada solemnemente a Su Alteza Imperial, con el ruego de que la acepte
40.
Una vez eliminados los traidores a Su Alteza Imperial y repuesto yo en el cargo que me corresponde de Presidente del Consejo de Regencia, invitaría al Hijo del Cielo a patrocinar este matrimonio, si tú estuvieses dispuesto a aceptar dicha carga
41.
–¿Qué estás haciendo en mi casa? ¡Soy Su Excelencia Lochart y ésta es mi casa! ¿Dónde está Su Alteza, mi mujer? ¿Eh?
42.
¡No fue culpa de Su Alteza! Yo… yo soy el culpable
43.
–Sábado, Alteza -replicó Ahmed disimulando su preocupación
44.
–Llámeme tan pronto como Su Alteza se despierte -dijo a la enfermera y salió de prisa de la habitación al corredor, cerrando la puerta tras de sí
45.
–No, Tú dejaste instrucciones de que no se permitiese la entrada a nadie sin la expresa autorización de Su Alteza, quién, en aquel momento, estaba dormido, y lo ha seguido estando durante casi todo el día
46.
Ya en la habitación del enfermo, el soviético había dicho: -He de dártelo cuando estés solo, Alteza
47.
Su Alteza aprecia enormemente su preocupación por él
48.
–Tal vez -sugirió Hashemi con gran delicadeza-, tal vez, Alteza, el piloto estuviera en connivencia con los hombres kurdos y no regrese
49.
–Sí, Alteza, en una ocasión en el «French Club», el año pasado
50.
– Como su Alteza quiera -dijo Hashemi-, como quiera
51.
–El doctor es un embustero, Alteza
52.
–Su Alteza dio orden de que no se la molestara
53.
–Saludos, Alteza -dijeron, corteses, los policías
54.
–No deben de haberse mantenido vigilantes, Alteza -respondió Margol, quien estaba seguro de que les echarían la culpa a ellos, alguien había de ser el culpable, aun cuando él había estado presente cuando el Khan les dijo que no se metieran para nada con el piloto
55.
¿Te encuentras bien, Alteza?
56.
-Creo que al declarar -dijo el caballero-, Su Alteza ha estado un poco irreverente con el Rey
57.
Su Alteza está muy impaciente por saber el estado de la mar
58.
Y el motivo consiste en dejar a tu alteza el cuidado de hacer acabar esa labor para sellar de tal suerte en la piedra de este palacio tu nombre glorioso y el recuerdo de tu reinado
59.
Entonces Aladino, a quien se había tenido cuidado de quitar la venda de los ojos y a quien habían soltado las ligaduras que le ataban las manos a la espalda, se levantó del cuero de las ejecuciones en donde estaba arrodillado y alzó la cabeza hacia el sultán, y con los ojos llenos de lágrimas le preguntó: "¡Oh rey del tiempo! ¡ suplico a tu alteza que me diga solamente el crimen que he podido cometer para ocasionar tu cólera y esta desgracia!" Y con el color muy amarillo y la voz llena de cólera reconcentrada, el sultán le dijo: "¿Qué te diga tu crimen, miserable? ¿Es que finges ignorarlo? ¡Pero no fingirás más cuando yo te haya hecho ver con tus propios ojos!" Y le gritó: "¡Sígueme!" Y echó a andar delante de él y le condujo al otro extremo del palacio, hacia la parte que daba al segundo meidán, donde se erguía antes el palacio de Badrú'l-Budur rodeado de sus jardines, y le dijo: "¡Mira por esta ventana y dime, ya que debes saberlo, qué ha sido del palacio que guardaba a mi hija!" Y Aladino sacó la cabeza por la ventana y miró
60.
Si el príncipe ha hablado de manera tan honesta, y siendo la persona jerárquicamente más importante en esta mesa, nadie puede dejar a su alteza en esta incómoda situación
61.
Por eso deseo venderlos a Tu Alteza, a fin de que sean servidores entre tus pies y esclavos a tu disposición, como los tres somos bienes inmobiliarios tuyos"
62.
¿Qué cosa más admirable que un príncipe decidido a reinar sobre nosotros, no por ambición, no por deseo de aplicar al Gobierno un entendimiento que se siente poderoso, sino por cristianismo puro, por temor de Dios y por miedo al Infierno? En aquel breve discurso nos explicó Su Alteza Serenísima [343] la clave de sus ideas y de su modo de hacer la guerra y de gobernar
63.
Bien enterado estaba de todo el confesor de Su Alteza, que así le había pintado la imposibilidad de ser modesto y la urgente precisión de ceñirse la corona por estar así acordado allí donde se hacen y deshacen los imperios
64.
—Tened el convencimiento, alteza, de que cuando en mi mano esté se os tratará con el respeto y la deferencia que por linaje os corresponde —dijo con una reverencia aún más profunda de lo que Gauda habría esperado
65.
Un portero anciano, con casaca amarilla, les introdujo al instante en la biblioteca, donde comúnmente recibía Su Alteza las visitas
66.
La comunicante las ha visto, y no duda que Su Alteza encontrará quien por ellas le facilite un par de cañones
67.
Sepa usted que Su Alteza Serenísima (hablo del Regente) emprenderá un viaje a Zaragoza, en busca de popularidad según creo, pues la de aquí parece que se le va disipando
68.
Yo le diría a Su Alteza: «A la pared, señor mío, que es usted, y a usted, que es la pared, pues pared y Regente se confunden en una sola persona dura»
69.
Tan buena era conmigo, que me daba licencia para que la aconsejara y aun para que la reprendiera, y yo [186] fui quizás la única persona que se atrevió a decirle: «Señora, es cosa muy fea que Vuestra Alteza se ponga de puntas con su hermana, y que una y otra se tiroteen con pullas y sarcasmos muy inconvenientes y muy impropios, aunque sean dichos en lengua italiana
70.
A Carlota le decía yo: «Resígnese Vuestra Alteza y admita lo que llaman los políticos los hechos consumados
71.
Y no me diga Vuestra Alteza que fue el demonio quien puso en su camino al D
72.
Harvey, Jörg, James y Anne se unieron al aplauso general, mientras las dos participantes abandonaban la cancha inclinándose frente al Palco Real, ante el presidente de Clubs Ingleses, Su Alteza Real el Duque de Kent
73.
–Su Majestad la Reina, Su Alteza Real el Duque de Edimburgo, Su Majestad la Reina Madre, y Su Alteza Real la Princesa Ana entran al Palco Real
74.
Componían el Cuarto de Su Alteza varios aposentos: alcoba, guardarropa, sala de estudios, gimnasio, comedor, oratorio, secretaría, oficios, etcétera
75.
Apenas llegaron a la presencia de Alfonso, ofreció a este sus respetos el papá de Tinito, que con este nombre fue presentado el Marqués a Su Alteza por el General Pavía
76.
¿A qué vienen esas pesadas y tediosas lecciones? Lo que Jesucristo enseñó con aforismos y parábolas de hermosa concisión, ¿por qué lo ha de enseñar don Cayetano en días y días con amplificaciones hueras y pesadeces sermonarias? ¿Qué substancia ha de sacar Su Alteza de esa ingestión de paja, en la cual van perdidos algunos granos de trigo? Bastaría para enseñar al Príncipe la Religión las cortas lecciones de un aya discreta y dulce
77.
Entre sus hojas había una carta autógrafa de Pío IX, aconsejando a Su Alteza que no vacilase en casarse con el Conde de Girgenti
78.
—Tomaré en consideración vuestro consejo, alteza —concluyó
79.
—Oh, sí, por supuesto, alteza
80.
—¡Os lo ruego, alteza! —Fenoglio no pudo ocultar la preocupación que latía en su voz—
81.
Dagoberto, alteza… El viejo Emperador había hablado de un hijo testarudo, y la implicación de los susurros le resultó ahora de una alarmante claridad
82.
, Alteza, éste es el acuerdo de compromiso, tal vez sea una equivocación
83.
—Su Alteza —gruñó él con los dientes apretados
84.
—Es una cuestión relacionada con la fertilidad, su alteza —respondió Seda con una ligera tos—
85.
—Paciencia, Alteza —respondió Seda en la lengua secreta
86.
–iene reuniones a las dos y a las tres, esta tarde, Alteza -le
87.
–¿Está de acuerdo con la acción, Alteza? – preguntó con cautela
88.
Y estamos muy agradecidos por la colaboración de su corporación, Alteza
89.
–El frente Islámico Radical está de acuerdo con su condición, Alteza
90.
–Lamento molestarlo otra vez, Alteza -dijo Garrett con aplomo-, pero acabo de recibir una llamada interesante de un oficial del Ejército retirado
91.
A Su Alteza, Duque y Señor, le habían traído una muestra de tan preciosa habilidad
92.
—Lo que Su Alteza necesite —dijo Saolin, el rostro serio—
93.
Su Alteza desvía parte de la atención de mí
94.
—No tienes pruebas de eso, Alteza —recalcó Eondel
95.
—Es sobre lord Cobham, alteza
96.
No obstante, trataré de acatar las órdenes de su alteza
97.
Estoy enamorado de Serah, alteza
98.
–Su alteza lo lamenta -anunció Gull, con toda desfachatez-, pero ha sido una jornada agotadora
99.
—Y la lección que sacamos de todo esto, su Alteza —dijeron los ancianos enanos—, es que esas Brujas del Norte siempre andan tras lo mismo, pero en cada época urden un plan diferente para conseguirlo
100.
–Según el parecer de Su Alteza, éstas son cuestiones privadas de cada uno