1.
y fumaba con avidez un paquete de Ducados
2.
Fumaba con avidez un
3.
Los escarabajos las atacaron, su agresividad y avidez los convertiría en unas maquinas indestructibles
4.
El odio reprimido y la voluntad homicida La avidez y la mentira existencial La envidia y la voluntad suicida Las pretensiones infinitas del Yo fetal
5.
Está poseído por las pasiones del Yo, particularmente por la avidez, por el orgullo y por la hybris, por la envidia y por la voluntad homicida y suicida que ella desencadena
6.
Al comienzo de su recorrido demasiada hybris, es decir, demasiado orgullo, demasiada arrogancia, demasiadas pretensiones, demasiada avidez, demasiada envidia y demasiado odio anidan en el alma de Ulises, y ésta es su locura
7.
Bestia feroz es la avidez, bestia feroz es la envidia
8.
Cada día trato de aprender cuál es el paso de la vida como robo a la vida como don y, aún antes, trato de aprender cuál es la manera de abandonar la avidez para alcanzar la reciprocidad
9.
LA AVIDEZ, LA CAUSA DE LOS MALES DEL HOMBRE En pasado estaba convencido de que los problemas que he descrito más arriba fuesen atributos exclusivos de los tiempos modernos pero, leyendo y releyendo la Odisea, me he convencido de que entre los tiempos modernos y el tiempo en el cual ha sido escrito el poema de la Odisea no hay ninguna diferencia sustancial
10.
Homero fija la atención acerca de la avidez cuando cuenta de Egisto, justo al principio del poema: «De qué modo culpan los mortales a los númenes!
11.
También de la avidez de los compañeros de Ulises se habla al principio del poema
12.
Como los Pretendientes yo también estoy vinculado entrañablemente a la primera belleza y, como ellos, con pretensión, con arrogancia y con avidez, quiero apoderarme de la belleza que le pertenece a la vida y quiero usarla y consumirla y devorarla creando fealdad y no belleza
13.
Los Pretendientes están llenos de pretensiones, de avidez, de envidia y de hybris y es por eso que hay que destruírlos, pero con infinita paciencia y en el momento justo, con la ayuda de Atenea y de Zeus
14.
precipitado fuera de sus casaspreguntándose con avidez:
15.
Urales,inmediatamente una multitud de hombres se precipitaría con avidez hacialas fuentes bienhechoras, y
16.
los bancos de laescuela, levantan con frecuencia los ojos de los libros de estudio paramirar con avidez el
17.
miró con avidez: era la duquesa de Gandía,que siguió adelante y entró en el oratorio
18.
Leía con avidez el relato de las recepcionespalaciegas,
19.
esperanza delbeneficio propio y la avidez del mal ajeno!
20.
mirado su interior con avidez, y cuando ha descendidoel ataúd,
21.
bocas negruzcas se animaban con una sonrisa pálida;las miradas ardorosas seguían con avidez el
22.
estatuítasigue con avidez los giros del pequeño hueso, mientras
23.
confuerza, con avidez, para grabar esa visión y poder evocarla
24.
Rafael estrechó con avidez aquella mano suave y fuerte, sintiendo en susdedos
25.
veintelecciones, y las tomaban con avidez la jóvenes distinguidas y loshombres elegantes
26.
complacía en su propia avidez; pero una vezque ya había
27.
Consiguieron cálices y todos empezaron a beber con avidez la sangre
28.
Acudían a él, con avidez de
29.
con una avidez sin entrañas, en losreales que traerían recogidos
30.
María lo escuchaba con avidez, mientras el duque admiraba el
31.
avidez cuándo podría meter la cabeza enalguna de ellas; se ofrecía a los
32.
partes deltiempo, la avidez se hincha con la opulencia, ¡y los
33.
Los ojos delcomerciante fijábanse con avidez en la
34.
volviéronse haciaFernando con una avidez de posesión
35.
Contemplaba la gente el paisaje con la avidez de un
36.
con avidez las hojas impresas
37.
caballo devoró con avidez unos hierbajos, mientras el
38.
Jaime atacó eldesayuno con avidez, y
39.
lavoluptuosidad de las orientales y la avidez de las hebreas
40.
Ycuando atacaba todo esto con avidez, se abrió la
41.
con avidez, y cortaba las apuntadas conversaciones con
42.
puso ahusmear, con la avidez de un perro de buena nariz, en
43.
escuchadas con avidez yrecogidas y transmitidas de los que
44.
Leía con avidez lascausas célebres y reservaba toda su compasión para los criminales encapilla
45.
estímulo de los ejemplos que lerodeaban; la avidez de energías
46.
promesas con avidez –y encantado de haber conocido a los chapulines
47.
recibir un vuelto que tomó con avidez
48.
¡Ser un esclavo fugitivo en una tierra extraña, una tierra cedida como coto a los cazadores de esclavos, cuyos habitantes son raptores legitimados, donde está continuamente sometido al peligro terrible de que se apoderen de él sus semejantes, lo mismo que el cocodrilo odioso se apodera de su presa! Insisto, debe ponerse el lector en mi situación, sin hogar ni amigos, sin dinero ni crédito, buscando cobijo y sin nadie que se lo dé, queriendo pan y sin dinero para comprarlo, y al mismo tiempo con la sensación de que le persiguen implacables cazadores de hombres y en las tinieblas más completas respecto a qué hacer, a dónde ir o dónde quedarse; completamente desvalido en medios de defensa y de huida; rodeado de abundancia pero sufriendo los terribles mordiscos del hambre; en medio de casas, pero sin ningún hogar; entre semejantes, pero sintiéndose como en medio de bestias salvajes, cuya avidez por devorar al tembloroso y hambriento fugitivo sólo es equiparable a esa con la que los monstruos de las profundidades devoran a los peces indefensos de los que se sustentan
49.
La joven escuchaba con avidez las pequeñas historias del posadero, adquiriendo conocimientos sobre el mundo que no se aprenden en la escuela
50.
De igual manera que comía, con insistencia, con avidez, a veces miraba también con los ojos del cuerpo cuanto ocurría en torno a ella en el comedor
51.
Y lo preguntaba con avidez, experimentando de nuevo la exaltación que la había poseído durante el viaje
52.
Todos contemplaron con avidez los dos montones de billetes arrugados, de los cuales era igual de voluminoso el que había ganado la banca como el que aún le quedaba a su contrincante
53.
No habían sobrevivido en un entorno difícil y de fauna agresiva sólo deseando cosas con mucha avidez
54.
Y en aquel rincón perdido del barrio donde se apretaban los unos a los otros, las dos mujeres estrechando a los niños contra sus cuerpos, la luz escasa en el pavimento como untado por las lluvias recientes, el largo resbalar de los autos en el suelo húmedo, los tranvías que pasaban cada tanto, sonoros e iluminados, llenos de viajeros alegres e indiferentes a esa escena de otro mundo, grababan en el corazón aterrado de Jacques una imagen que hasta entonces había sobrevivido a todas las otras: la imagen dulzona e insistente de ese barrio en el que había reinado todo el día con inocencia y avidez, pero que con el paso de las horas producía un sonido misterioso e inquietante, cuando sus calles empezaban [a] poblarse de sombras o más bien cuando una sola sombra anónima, señalada por unos pasos sordos y un ruido confuso de voces, surgía a veces, inundada de gloria sangrienta en la luz roja de un globo de farmacia, y el niño, presa de súbita angustia, corría a la casa miserable para encontrar a los suyos
55.
Y cada uno de esos olores, aun antes de que empezara la lectura, arrebataba a Jacques a otro universo lleno de promesas ya [cumplidas] que empezaba a oscurecer la habitación donde se encontraba, a suprimir el barrio mismo y sus ruidos, la ciudad y el mundo entero, que desaparecería totalmente no bien empezada la lectura con una avidez loca, exaltada, que terminaba por sumirlo en una embriaguez total de la que no conseguían sacarlo ni siquiera las órdenes repetidas
56.
Algunas de estas profecías aparecían como folletín en los periódicos y no eran leídas con menos avidez que las historias sentimentales de los tiempos en que había salud
57.
En el banco encontró las preciosas cartas de los suyos y pasando a Laurie las riendas se puso a leerlas con avidez, mientras seguían los meandros del camino sombreado por los verdes setos donde florecían las rosas té, tan frescas como en pleno junio
58.
Él captó que la anciana recorría nuevamente el paisaje con la mirada y lo bebió casi con avidez
59.
Se lo preguntó a las lubinas y a los gados, pero perseguían a las gambas con tanta avidez que ni se molestaron en decirle alguna palabra
60.
Andrés se apoderó rápidamente del acta de casamiento de su padre, su certificado de bautismo, y después de haberlo abierto todo con una avidez muy natural en un buen hijo, recorrió los documentos con una ansiedad que denotaba el más vivo interés
61.
Su risa es un manantial dorado del que bebo con avidez
62.
?La señorita Marple se abalanzó sobre las palabras con avidez
63.
Cuanto más deliberada hacía su exposición, más avidez mostraba ella
64.
Miró con avidez a los dos hombres
65.
Tenía la misma expresión de avidez del niño que pide que le enseñen la trampa de un juego de manos muy ingenioso
66.
Se escondía en el desván, no ya a inventar cuentos improbables, sino a releer con avidez las notas enviadas por su primo hasta conocer de memoria la inclinación de las letras y la textura del papel
67.
Devoraron uvas con avidez
68.
El marinero aún cuando tenia sus dudas acerca de la exquisitez de aquella fruta, se puso un pedazo en la boca, y contra todo lo previsto se la tragó con avidez
69.
Hecho esto, les extraían la carne con los dedos y la devoraban con avidez
70.
El maltés se abalanzó sobre aquellos bizcochos con la avidez de un lobo que hubiera ayunado tres semanas y los devoró
71.
Nico preparaba un cerro de panqueques, Lori picaba fruta, y los niños, risueños, chascones y en pijama, devoraban con avidez
72.
Ella leyó con avidez las amenazadoras líneas y cuando terminó de hacerlo alzó sus ojos interrogantes hacia su esposo
73.
—Le quitó el vaso de la mano, bebió con avidez, luego alzó las manos y se tocó las sienes
74.
Escuchen con avidez mis lecciones los enamorados, y tengan miramientos conmigo, y pórtense con prudencia
75.
Martín no dijo nada: comía en silencio, con la avidez de reparación de la materia egoísta
76.
Entró un ayudante con despachos que debían de ser urgentes, porque el General se aplicó a leerlos con avidez, y la conferencia fue interrumpida
77.
No bien se enteró de que habían llegado las fuerzas pedidas a Rossell, mandó llamar al viejo Urdaneta, sin darle punto de reposo: tal era su avidez de interrogarle
78.
A continuación, Sila inició el relato de su viaje a Oriente, y su auditorio aumentó, porque el pequeño César se sentó en el sofá de la madre y escuchó con avidez cuanto decía de sus encuentros con Mitrídates, Tigranes y los embajadores partos
79.
Así lo hizo, primero repasando los plieguecillos con avidez, luego despacio y enterándose de todo
80.
Pero a veces viejos camaradas de armas sacaban a relucir, en torno a una jarra de vino, historias relacionadas con él que yo escuchaba con avidez; pues, para mis pocos años, Diego Alatriste no era sino el trasunto del padre que había perdido honrosamente en las guerras del Rey nuestro señor: uno de esos hombres pequeños, duros y bragados en los que tan pródiga fue siempre España para lo bueno y para lo malo, y a los que se refería Calderón —mi señor Alatriste, esté en la gloria o donde esté, disimulará que cite tanto a Don Pedro Calderón en vez de a su amado Lope— al escribir:
81.
Los ojos de la señora resplandecían con avidez
82.
Tomaban a cucharadas con avidez el claro caldo de las escudillas de madera que les ponían entre sus dedos sucios
83.
Constituye uno de los raros casos de una revolución en la Medicina adoptada con facilidad y casi al instante, lo que da perfecta idea del pánico que inspiraba la viruela y la avidez del público por probar cualquier cosa prometedora de evasión
84.
Lo leemos con la misma avidez y nuestros gustos por la ciencia-ficción tan sólo convergen en su trabajo
85.
Como es natural, se creará con avidez en todo lo que prometa acabar con tales inconvenientes y desventajas
86.
Le mataron y con voraz avidez se repartieron su carne
87.
Por supuesto que, con los años, ha habido mujeres que al abrir la boca nos han lanzado a la cara ingredientes de ese olor original y alguna vez, suspendidos sobre cobertores ajenos, en la oscuridad de una traición nocturna o de una cita con una desconocida, hemos acogido con avidez cualquier nuevo mal olor debido a su conexión parcial con aquellos vahos que comenzó a despedir la casa de los Lisbon poco después de que se cerrara su puerta, y no cesaron nunca más
88.
En esto, han traído, humeantes, las gachas, y hemos comenzado, con avidez, el yantar, en la creencia de que a nuestra mesa, mesa muelle, muelle en el profundo silencio, estaba sentado con nosotros, haciéndonos honor, el gran caballero don Quijote de La Mancha
89.
Al observarlos, la avidez invadió su verga
90.
Con la avidez de un prado
91.
Casi sollocé, sorbiendo el aire con avidez, pues, inconcientemente, había estado reteniendo la respiración
92.
Nahueltruz le seguía los movimientos, interesado en la avidez con que ella lo examinaba y en la transformación que se operaba en sus facciones
93.
El mayordomo aguardó las indicaciones de MacKinlay, que leía con avidez y sonreía de alegría al enterarse de que volvería a tenerlo en casa
94.
Era de avidez, de hambre
95.
-La caridad debe practicarse siempre y por sistema -dijo el clérigo con severidad dulce-, no en determinados casos de apuro, como quien pone dinero a la Lotería con avidez de sacar ganancia
96.
Se miraban con una seriedad desarmada parecida al miedo, con una mutua sensación de avidez y de fatalidad
97.
Las señoras entraban y salían, dejando en el ambiente de la casa un perfume mundano que algunas narices de reclusas aspiraban con avidez
98.
Lars… -Klug extendió sus manos con avidez
99.
Los que conserven cierta ecuanimidad frente a la ciencia y por cierto son pocos, puesto que los círculos que ella traza son cada vez más amplios comprobarán con facilidad, aunque no hagan observaciones muy detenidas, que el alimento principal que encontramos sobre la tierra proviene de lo alto; hasta cogemos parte de él de acuerdo a nuestra habilidad y avidez, antes de que entre en contacto con la tierra
100.
No sucedía durante mucho tiempo, sólo un pequeño trecho, y después caía o desaparecía por completo o más frecuentemente en mi avidez la devoraba, terminando en forma prematura el experimento