Use "barriga" em uma frase
barriga frases de exemplo
barriga
1. Tírele a los pies, yle mete la bala en la barriga
2. Por supuesto que en muchas ocasiones la barriga era de pega,
3. En la barriga, y en los pies cansados
4. El preso giró en redondo, pero era un truco para que pudiera llegar otro de la pandilla y pegarle en la barriga
5. Se trataba de un hombre de unos cincuenta años, bien conservado, y en el que comenzaba a desarrollarse una discreta barriga
6. Voy muy doblada y me sujeto la barriga porque el culo no lo alcanzo en esta postura
7. Hizo una mueca y se frotó la barriga, pero la sensación de incomodidad ya había desaparecido
8. Otras veces se cubría media cara con un trapo de cocina, imitando un velo de odalisca y bailaba para mí, torpemente, los brazos alzados y la barriga girando enloquecida
9. Luego le clavó la espada a Roran en la barriga
10. En el verano de 1549 murió don Benito de mal de barriga, por comer ostras malas
11. A su vez, él se resignó a mis peculiaridades: los problemas emocionales me producen retortijones de barriga y dolor de cabeza no puedo ver películas sanguinarias, no me gustan las reuniones sociales, devoro chocolate a escondidas, me enojo con facilidad y boto dinero como si éste creciera en los árboles
12. Siguió trabajando en la librería hasta que debió retirarse por orden médica y pasó las últimas semanas en un sofá, aplastada por el peso de la barriga
13. Desde el comienzo de su amor con Severo, cuando quedó en evidencia su desbocada fertilidad, Nívea comprendió que si cumplía con las nor-mas habituales de decoro y se recluía en su casa con cada embarazo y alumbramiento iba a pasar el resto de su vida encerrada, entonces de-cidió no hacer un misterio de la maternidad y tal como se pavoneaba con la barriga en punta como una campesina desfachatada, ante el horror de la «buena» sociedad, igual daba a luz sin aspavientos, se con-finaba sólo por tres días -en vez de la cuarentena que el médico exigía-, y salía a todas partes, incluso a sus mítines de sufragistas, con su sé-quito de criaturas y niñeras
14. Me ha contado que los libros prohibidos que estudió minuciosa-mente en la biblioteca de su tío le enseñaron las fantásticas posibilida-des del amor, incluso algunas muy tranquilas para amantes limitados en su capacidad acrobática, como ha sido el caso de ambos: él por la pierna amputada y ella por la barriga de los embarazos
15. No podía olvidar la alucinante escena de Nívea dando a luz en cuclillas a la luz de las velas, de su enorme barriga coronada por un ombligo protuberante, de sus delgados brazos aferrados a los corde-les que colgaban del techo
16. Lo que tenía claro era que no iba a ser una de las barraganas que seguían a la tropa, así que en la primera ocasión que se le presentó desertó de aquel ejército de hurgamanderas y regresó a casa con una barriga que atentaba contra la honra de su padre y el disgusto causó la muerte de mi hombre
17. El animo aventurero que la había impulsado a huir de Chile a los dieci-séis años escondida en la barriga de un velero para ir a California, des-pertó en ella de nuevo al quedar viuda
18. Luego le unieron las muñecas con unas ligaduras y le pusieron una cadena alrededor de la barriga
19. Una especie de animales viles y despreciables que viven en la sociedad a costa de los sudores del vecino en una especie de café-fonda, donde se entregan a todo género de placeres y deleites, sin más que hacer que rascarse la barriga
20. (y tú, distraída de las ecuaciones de segundo grado, Me da la impresión de que le han llenado la barriga de paja, me da la impresión de que le han barnizado la cara)
21. a los que no se lavan la barriga
22. –Pero estoy seguro de que se podría solucionar por un precio justo -comentó el hombre que miró a su visitante con las manos cruzadas sobre la barriga
23. Sus rasgos más notables eran una barriga del tamaño de un balón de baloncesto y gruesas gafas ensombrecidas por cejas pobladas
24. Un Dumas de sesenta y cinco años, canoso el pelo pero aún alto y fuerte, la levita abierta sobre una oronda barriga, abrazaba a Adah Menken, una de sus últimas amantes, a la que, según el texto, «tras las sesiones de espiritismo y magia negra a que tan aficionada era, le gustaba fotografiarse, ligera de ropa, con los grandes hombres de su vida»… Piernas, brazos y cuello de la Menken se veían desnudos en la foto, lo que era un escándalo para la época, y la joven, más atenta a la cámara que al objeto de su abrazo, recostaba la cabeza en el poderoso hombro derecho del anciano
25. –Y con una ráfaga en la barriga
26. Es un varón -contestó María sonriente mientras se acariciaba la barriga con satisfacción
27. –Me gusta esa barriga tuya cada vez más grande -dijo él mientras le rodeaba los hombros con un brazo y apoyaba una mano en el vientre de Ayla-
28. – Jespersen cruzó las manos sobre la barriga
29. Esas balas pequeñas que tienes en la barriga
30. Con ese chaleco amarillo vivo que lleva, siempre con el botón de abajo puntillosamente desabrochado, y las puntas abiertas sobre su pequeña barriga, se le ve tan concentrado y circunspecto como esas estrafalarias y emplumadas aves macho, los pavos reales o los faisanes, que se pavonean con chulería a distancia, ansiosos porque les miren pero aparentando indiferencia, mientras la gallina de sosos colores picotea desinteresada la gravilla en busca de comida
31. Por eso cogí la fregona y se la clavé con todo mi —considerable— peso en la barriga
32. Su oficial al mando, el capitán Raymond Dronne, un pelirrojo fornido provisto de una poderosa barriga, había sido elegido para el puesto porque era capaz de mantener a raya a sus hombres, casi todos socialistas, comunistas y anarquistas de origen español
33. Un hombre que llevaba las anchas rayas púrpuras de senador hablaba con ella; era el tipo de persona que se echa hacia atrás y cuya barriga sobresale por encima del cinturón
34. Colgué y miré a Trent, que se había sentado en una de las sillas duras y lloraba en silencio, sosteniéndose la barriga
35. Por otra parte, el mayor ruido, estaba en mi barriga; a menudo apoyaba el oído en ella; cara bien extraña debo haber puesto; apenas podía dar crédito a lo que oía
36. Llevaba pantalones de pana desteñidos y una camiseta larga que cubría su ligera barriga
37. Entonces le llamó Bobo exaltado, mientras agitaba los brazos cortos y hacía saltar la barriga arriba y abajo
38. Bajo tu barriga hay un lugar rizado
39. Habrá gente que sepa que tú encontraste el cuerpo, que le habían arrancado el corazón y lo que había tenido en la barriga
40. Su barriga empezaba a hacer ruido
41. El obispo se reía tan fuerte que se sujetaba la barriga con las manos y se inclinaba sobre la mesa, la cara roja por el esfuerzo
42. La niña chasqueó la lengua y los dogos empujaron con el morro a Próspero y Escipión por la barriga que, asustados, retrocedieron hasta el primer escalón
43. –La salida de emergencia está cerrada con llave -explicó Limonera-, y la llave está debajo de la gorda barriga de una rata encadenada
44. Le puso las manos en la barriga y la examinó con presiones ligeras
45. y estaba provisto de una buena barriga, comía con una glotonería que contrastaba con sus modos delicados y la calva lo hacía mayor de lo que en realidad era
46. Se la llama «frío que penetra el cuerpo», «enfermedad del enfriamiento», «los escalofríos», «pescar carne de gallina», «enfermedad de los cinco diablos», «el mal verdadero», «el venerable anciano», «el mal cotidiano», «una vez cada tres días», «los días fluctuantes», «la que siempre vuelve», «calor que entra en el cuerpo», «pecado sobre la piel», «picazón en las puntas de los dedos», «enfermedad del diablo», «frío febril», «malestar irresistible», «budín en la barriga», «enfermedad de los tres días», «enfermedad de los cien días», «tres fiebres en dos días
47. Los que aún no se habían puesto el gorro de cocinero lo hicieron entonces, y el chef apoyó la barriga sobre el pasa platos y cruzó los brazos por encima
48. ¡pero eso se acabó! ¡El verano pútrido se acaba, y el Rey Putero ha caído! Cuando el jabalí lo destripó, un hedor espantoso ascendió hacia los cielos, y de su barriga salieron mil serpientes siseantes
49. Tú buscando a Tyrion por todas partes, y resulta que todo el tiempo estaba escondido en la barriga de Lollys
50. Y a Roslin Frey le está creciendo una trucha en la barriga
51. —Habría sido mejor para ella que la dejara con un bastardo en la barriga —replicó Tyrion con brusquedad
52. Con el río tan desbordado, las turbulentas aguas negras que llegaban al puente levadizo alcanzaban la altura de la barriga de un caballo, pero, pese a todo, los jinetes las cruzaron, espoleados por la música
53. –Andamos buscando al párroco de La Gleva para meterle cuatro tiros en la barriga
54. Cairo había entrado en el pasillo, sujetando el sombrero con las dos manos contra la barriga
55. Antes que su puño se disparara, Tom se interpuso entre los dos hombres, de frente a Spade, estorbándole los movimientos de los brazos con la barriga y con los propios brazos
56. Por el contrario, me animaban a empujar con toda mi alma e incluso me ayudaban a hacerlo, presionando la una mi barriga con el antebrazo hasta hacerme daño, al tiempo que la otra rebuscaba en vano en mis entrañas
57. Cuando volvió a aparecer y se detuvo con una firmeza increíble, llevaba una torre de libros que apoyaba en la barriga
58. El orgullo se antepone a la plegaria, los gusanos gobiernan nuestros castillos, el oro lo es todo… ¡pero eso se acabó! ¡El verano pútrido se acaba, y el Rey Putero ha caído! Cuando el jabalí lo destripó, un hedor espantoso ascendió hacia los cielos, y de su barriga salieron mil serpientes siseantes
59. –Habría sido mejor para ella que la dejara con un bastardo en la barriga -replicó Tyrion con brusquedad
60. La barriga pendiente se le estremeció, semejante a un espeso delantal de gelatina
61. Bajo el hechizo de aquellas visiones primeras del hombre sobre los abismos y los pasos en falso, con un hormigueo en la barriga, miró hacia afuera
62. El cristal se extendió entonces a lo largo del cuello y sobre la ondulación del pecho, donde se encontraban las suites, y como joya de la corona servía un gigantesco ventanal de corte gótico para la hendidura de la barriga, cuatro niveles con la recepción, el casino, pistas de tenis y sauna, así como un gran ventanal de cristal en la espinilla y otras ventanas en los lados exteriores de los brazos
63. El hecho de que la recepción estuviera situada en la barriga acristalada de Gaia, donde se alzaba el enorme ventanal románico, le confería a la estancia cierto aspecto catedralicio
64. Oficio este de «intendente» muy peligroso entonces para la salud del alma y del cuerpo, porque obligaba a mantener relaciones extrañas y al conocimiento de varias anécdotas cuya acumulación provocaba una enfermedad que «de golpe y porrazo» —es la expresión exacta— hacía caer al enfermo tieso a los pies de cualquier paredón, con todas sus historietas selladas en la barriga, irrecuperables ya para la curiosidad de los ociosos
65. Aquel sitio del centro de información estaba escasamente cubierto, por todas partes había gente trabajando; como microorganismos dentro de la barriga del Big O, digerían y procesaban la información, la clasificaban
66. El hombre retrocedió y la alcanzó en la barriga
67. Sólo que, ¿cómo lo hacen? Puesto que nadie les enseña cómo hacerlo, unos le vierten al pobre diablo alimento líquido a través de las mandíbulas abiertas a la fuerza, y se extienden tanto haciéndolo que el hombre muere asfixiado, aunque por lo menos muere con la barriga llena
68. El perro estaba sentado, con las patas traseras dobladas bajo la fofa barriga y las delanteras bien estiradas para sostenerse, la lengua fuera y los ojos llorosos
69. En aquel momento, Nina tuvo que servir el postre, despedirse de sus amigos con un beso de buenas noches, rascarle la barriga un buen rato a Sam y rendirse una vez más ante la magia de aquel amor sin condiciones
70. Cuando Maurice salió a la superficie, gritó: – ¡Has caído de barriga! ¡Has caído de barriga!
71. Cuando llegó a la altura del juez, el juez, que estaba sentado con la mano abierta sobre la amplia extensión de su barriga, levantó un dedo y señaló
72. Era corpulento y de tanto beber cerveza había criado una barriga que parecía un saco de arroz de doce quilos
73. Pero, ¿qué podía hacer? ¿Esperaba arrastrar a miles y miles de seres insignificantes al Foro para intimidar al Senado y a la primera clase y obligarles a hacer lo que aquellos tipos insignificantes quisieran? Pero eso solamente ocurriría si tenían la barriga vacía, y aunque el precio del grano era elevado en aquel momento, la ley de Catón impedía que el precio fuera impuesto a los humildes
74. Su fornido paje, que galopaba al otro lado de Cazaril, podría haber muerto con el revés, y la espada de Cazaril se habría envainado en la barriga de un tercer hombre antes de que, de haber sido bandidos de verdad, hubieran podido aunar fuerzas para reducirlo
75. —Me dolía la barriga
76. La barriga se abultó, y el cordel empezó a ceder a causa de la presión
77. La puerta de su cuarto se abrió de golpe, y apareció su madre en camisón y con los brazos (demasiado delgados) cruzados sobre la barriga (demasiado gorda)
78. Como mi cuarto para estar solo acababa de condenar al vestidor a ser para siempre un pasillo estrecho y horroroso, no me atreví a insistir, pero he seguido odiando ese espejo en secreto, y me imagino que él se da cuenta y por eso me refleja de un color tan blanquecino, con más barriga y menos músculos en las piernas de los que yo estoy seguro de tener, y una imperturbable cara de mala leche que me obliga a recordar todos los días, como mínimo dos veces, el momento exacto en el que dejé de hablar con Sonia, el instante en el que los dos nos dimos la vuelta para empezar a vivir de espaldas
79. Dejo al oso en el suelo, apoyado contra la cama de Grayer, mientras acaricio tiernamente la suave barriga de la perrita
80. Tres potentes focos situados en la barriga del Lince iluminaron la tierra
81. Aun así se le había formado una pequeña barriga, por lo que últimamente había comenzado a ponerse un blazer cruzado azul marino al que había cosido los botones de latón dorado de un regimiento de las Highlands que encontró en el puesto de un chamarilero de Stagstead
82. Al llegar, Harry sacó las esposas de Edgar y las pasó por delante de la enorme barriga del matón
83. Sus cuatro caballos se encontraban en óptimas condiciones, llena la barriga con la cantidad apropiada de avena y engrasados y relucientes los arneses
84. La magra barriga descubierta despedía un brillo blanco, fantasmagórico, que recordaba un pez muerto, pero no ahogado, sino uno al que hubieran pescado y le hubiesen sacado las tripas aún vivo
85. Luther reconoció a Salino, el de la prominente barriga, y al joven Treen, el del musculoso cuello
86. Miles de hombres, tosiendo y escupiendo se ponían los pantalones forrados y sus zapatos, se rascaban los costados, el cuello, la barriga
87. Gradualmente, la barriga de Rosa, mientras su diámetro aumentaba, se convirtió en el centro de Lalapanzi
88. Con esto y el cable, Kyller hizo poner una cadena de contención que se extendía entre ambos canales, un obstáculo tan formidable que incluso destrozaría la barriga de un crucero pesado que viniera río abajo a toda velocidad
89. Un hombre fuerte, de barriga prominente, entró en la casa de los peones
90. En el Restaurante, Alfred sale en mangas de camisa, se estira, bosteza y se rasca la barriga
91. El hecho de que no le hiciera caso en favor del Times no era siempre bueno —como cuando quería que le rascara la barriga a conciencia, por ejemplo—, pero durante los paseos ese ninguneo era una bendición
92. Por toda respuesta me dio un puñetazo en la barriga
93. El sirviente de enorme barriga había estado observando la aproximación de Daniel y permanecía cauteloso junto a la puerta
94. cuando se lavó la sangre de la barriga y las piernas
95. Retiraron tablas de la barriga plana del vehículo; Saturno se puso en pie y las lanzó a la zona de carga del carro mientras el ruso enorme extraía con cuidado de una cavidad oculta un paquete de contrabando
96. Éremos encendió también su linterna y Miralles, después de comprobar que un cinturón que jamás había visto antes ceñía su gruesa barriga, hizo lo mismo
97. Ella estaba calma en el exterior, pero una fría bola de miedo crecía en su barriga