1.
Incluso sus cabezas están cubiertas por abundantes vendas, freno a las inclemencias del sol, y luego llevar a todas partes una gran cantidad de sal, para superar la falta de celda osmótica, también debilitado por la eliminación de las sales minerales que se produce durante la sudación
2.
escuadrón de helicópteros y la celda hexagonal es metálica y
3.
Años después, Taylor visitó las cárceles de ese reino; en la de Nithur el gobernador le mostró una celda, en cuyo piso, en cuyos muros, y en cuya
4.
La habitación, aunque espaciosa, tenía mucho de celda carcelaria
5.
El prisionero que yo quería confrontar se encontraba situado en la última celda
6.
Sor Marcela dispuso que le volviesen a ponerlos trastos de la celda lo mismo que estaban, y acabose el cuento delratón
7.
Músculo aductor mayor: aunque este músculo hace parte de los músculos aductores (celda medial del muslo), identifíquelo ahora, ubique sus arcos de inserción en el fémur y pasando por entre ellos reconozca las arterias perforantes
8.
Dirija ahora su atención a la celda medial del muslo (compartimiento de los aductores) e identifique allí sus principales elementos anatómicos:
9.
cambiando en celda lahabitación de una joven como ella,
10.
hasta la paz de mi celda, de la cual me arrojaron lasnecesidades
11.
en una celda de retención de alta seguridad y de igual modo
12.
000 ducados en su celda, y más,porque el autor del robo había
13.
buscar el dinero enla celda de los religiosos, haciendo escrutinio en ellas; y bien
14.
En 8 de Mayo de 1573 hallándose en la celda del Rdo
15.
obscuray silenciosa en el fondo de mi celda; á la contemplación delas cosas divinas,
16.
volverse vió que quien había entradoen su celda no era el bufón, sino el cocinero del
17.
estera de la celda
18.
Así, confesad, que cuando un día de fiesta se ha podido escapar de laiglesia para ir a su celda, ¡el corazón late desahogado y alegre!
19.
había metido en la celda, y sehabía quedado guardándole por fuera
20.
y me encierranen vuestra celda
21.
la hora del convite estariaen la celda ocupado en sus ordinarias tareas,aguzando las armas de la
22.
Aresti, solicitado por el lego, entró en una celda de las que
23.
Meditabade nuevo hasta mediodía en su celda, recibiendo la
24.
el mundo todo no reconocí más que una apariencia inconstante y fuícomo un monje en su celda,
25.
Cuando la bañera estuvo dispuesta, mi madre entró en la celda
26.
a la otra celda, en caso de ataque, mientrasles fuera posible; pero
27.
celda del Rey; precaución nodel todo inútil por parte de mi
28.
no abarca una mirada, por alta que se meza en el azul espacio tu miserable celda, las
29.
Se había quejado de la celda y de los
30.
normal,penetran en su celda y convierten su superioridad moral en elementos
31.
calles de Madridlos oficios mismos que la calavera en la celda del religioso: invita ala
32.
la atenciónen la celda de Betzy, y salieron tres de ella sin que
33.
Habíanle puesto en la celda prioral,
34.
losmonasterios, en la ascética fruición de la celda durante los días ynoches del
35.
—Cuando yo entraba en la celda, ya doña María tenía abierta su bocahacia el divino
36.
El Rey se hallaba en la antecámara de su celda, y llenos estaban losvecinos
37.
Entró derecho a la celda de su amigo atravesando el Patio del Silencio
38.
Hacia un ángulo del huerto, la puertecita de encalada celda recorta enla obscuridad
39.
las fuerzas de laguarnición, para sacar a la hermana de su celda y volverla al mundo
40.
había llamado varias veces a su celda para hacerle la mismarecomendación
41.
En la entrada de cada celda apareció un niño, cuadrándose con militarrigidez
42.
encerrado en su celda, golpease la puerta con el redondel quetapaba el orificio de su
43.
Tampoco era un «quincenario» de los que pasan en la celda medio mes
44.
muebles de la época en la celda de Fr
45.
de la escena, bebió con ansiedad toda la poesíade aquella celda casta en que se estaba filtrando el
46.
Carraspique, sorTeresa, agonizaba en el inmundo asilo de las Salesas, en la celda queera, según
47.
celda;pero esta celda era mundial, y al entrar en ella, después de
48.
de su celda, atravesó losclaustros desiertos y sombríos, se dirigió a la puerta de la celda delPadre
49.
su discípulo en la filosofía,le vió entrar en su celda y le dijo con
50.
y diamantes, que en confianza puso en su celda unreligioso, por recelar fuese saqueada la suya por los
51.
tenia en su celda, porque habia indulto general para ellos
52.
orden de que cada cual entrara en su celda, y así se cumplió, costando gran trabajo encerrar á
53.
no los hubiese recorridodesde la celda del prior o abadesa hasta
54.
Y el portero se encaminaba, paso entre paso, a la celda del
55.
Visitó a Gracián, a quien halló en su celda, ( inescobata célula, segúnla expresión del
56.
El Padre Gracián estaba tranquilo en su celda escribiendo algunascartas, cuando sintió el
57.
—De hecho prefiero hablar con él en la celda, con los celadores cerca
58.
Se acercaron a la puerta de la celda
59.
Soy el agente especial Coffey y estoy en la celda número C3-44 del Correccional Federal de Herkmoor entrevistando al preso identificado como A
60.
Se abrió la puerta de la celda
61.
Se ha quedado en su celda
62.
Era una rutina siempre igual: dos guardias lo sacaban de la celda, después uno de ellos volvía al puesto de guardia, cerca de la entrada de las mazmorras, en tanto que el otro acompañaba a Caramon en el recorrido, rondando por las inmediaciones
63.
Afirma la leyenda que, aislados cada uno en una celda, en una isla del Mediterráneo, llevaron a cabo su trabajo por inspiración divina
64.
Así fue como se alarmaron al ver a Tomasa, sentada en su petate, desnutrida y cubierta de sabañones, sin fuerzas para levantarse a barrer su celda, mirando fijamente la canasta del pan
65.
Las tres estaban en Ventas, aunque nunca les dejaron estar juntas en la misma celda
66.
Y Tomasa se deshace por dentro y por fuera en un rincón de la celda
67.
Los guardias, Duchesne y Gilbert, se instalaron en la celda vecina; habian sido designados por su probado patriotismo y no se les relevaria de su puesto hasta el juicio de la reina
68.
La habitación en la que estaba sentado era fría y estaba desamueblada; una celda con un catre bajo y una única sábana
69.
–Se encuentra usted en una celda del Cuartel General de la militsia de Moscú, en la calle Petrovka
70.
–No creo que debieran ponerlo en una celda tan mala
71.
Su madre se había complicado en un altercado en el mercado de Les Halles y la policía la encerró, junto con otros tantos, en una celda comunal
72.
Le recluimos en lo alto de la torre, en una celda inexpugnable
73.
Le llevó bastante tiempo encontrar la abertura por la que los reptiles se introducían en la celda, pero finalmente, tras una minuciosa búsqueda, descubrió un orificio de unas ocho pulgadas de diámetro a una altura de unos tres pies del suelo
74.
Pensó en muchas explicaciones posibles, y cuanto más pensaba en ellas, más ansioso estaba por resolver el acertijo que suponía aquel misterioso espacio tras su celda
75.
No sabía cuál podría ser su reacción en caso de llevarse un serio revés, pues era consciente de que, durante los interminables periodos de tiempo que había permanecido escarbando y ensanchando aquel agujero por el que las serpientes entraban a su celda, la esperanza de lograr huir era la razón del ansia que le había impulsado a seguir trabajando
76.
Llevaba con él la astilla de acero que había obtenido al romper la cubierta del tazón y con la que había ensanchado el agujero por el que había logrado huir de su celda
77.
Y al abrir la puerta de mi celda, como en una galería de espejos que se replica, volvimos a vivir la misma escena que habíamos protagonizado ambos años atrás en la prisión bordelesa de Hâ
78.
La ciudadana Tallien en una celda de La Force, con los cabellos recién cortados en las manos, de Jean-Louis Laneuville
79.
Durante la noche, el hidrógeno y el oxígeno se recombinarían en una celda de combustible generando electricidad y agua, que sería utilizada de nuevo al día siguiente para separarla en hidrógeno y oxígeno
80.
Desde el primer momento el pícaro sin escrúpulos interpreta con aplomo el papel del aristócrata de izquierdas, y todo cuanto ve o experimenta en la cárcel parece ayudarle en su interpretación, sacudiendo su conciencia: el mismo día de su llegada lee en las paredes de su celda los mensajes póstumos de los partisanos fusilados; los prisioneros se ponen a sus órdenes y lo tratan con el respeto que merece quien personifica para ellos la promesa de una Italia en libertad, le preguntan por parientes y amigos que lucharon en unidades bajo su mando, bromean sobre el destino desdichado que les aguarda, le ruegan sin palabras que les infunda ánimos; uno de los presos que frecuenta Bardone se suicida antes que convertirse en delator; para afincarle en su papel de De la Rovere, más tarde los alemanes torturan al propio Bardone, lo que a punto está de encender un motín entre sus compañeros de cautiverio; más tarde todavía Bardone recibe una carta de la condesa De la Rovere en la que la mujer del general intenta confortar a su marido asegurándole que sus hijos y ella se encuentran bien y sólo piensan en ser dignos de su coraje y su patriotismo
81.
Esta serie continuada de impresiones empieza a operar una sutil, casi invisible metamorfosis en Bardone, y una noche sobreviene lo insólito: durante un bombardeo aliado que provoca un griterío de pánico en la prisión Bardone exige salir de su celda; está temblando de miedo, pero, como si el personaje del general se hubiera apoderado momentáneamente de su persona, plantado en el corredor de la galería de los presos políticos e investido de la grandeza de De la Rovere Bardone aplaca el temor de sus compañeros levantando su voz en medio de un estruendo de batalla: «Amigos, os habla el general De la Rovere -dice-
82.
Sólo ellos sabían salir del edificio en el que estaba la celda
83.
Regresó a su celda, recogió las cartas, las fotos de sus hijos y el sobado ejemplar del Corán que le acompañaba desde que tenía uso de razón, y lo metió todo, junto a sus escasas ropas, en una bolsa de lona
84.
—Hace tiempo que estoy aquí, en la celda del fondo —explicó con una voz que apenas se podría calificar de perturbación del aire
85.
Lo comprendo ahora, encerrado en esta celda sórdida, sin ninguna garantía de que pueda ocurrirme otra vez algo agradable
86.
cuando se acabó el tiempo, llevamos nuestras chinches junto a la puerta de la celda, donde había luz, y las contamos, yo tenía trece, él tenía dieciocho, le di el dinero, más tarde descubrí que él partía las suyas por la mitad y las estiraba, había sido estafador, era un buen profesional el muy hijoputa
87.
Me bajaron a la celda de los borrachos, abrieron la puerta
88.
Luego me metieron en una celda
89.
El mentor estaba otra vez en su mente; tuvo la sensación de que se movía en círculos dentro de su celda coralina
90.
Se deslizó en su celda, en medio de un coro de aprobaciones
91.
Al confesarle tu inocencia, el guardia frunce el ceño y cierra de un portazo la celda
92.
Según la tradición, quiso el destino que el príncipe Alí Ben Moussar y el emir Abdel Al Rasan vinieran a dar un día a la misma celda
93.
El quinto día se arrastró hasta la entrada de la celda
94.
El kif, sin apartar los ojos de ella, fue hacia la celda, hurgando entre sus negras ropas para acabar sacando una ficha-llave
95.
sentada en una celda y oliendo a desinfectante
96.
Parecía que en la celda hablaban dos personas
97.
Luego, en la cuarta celda, la puerta se abrió y dejó paso a los rayos de la mágica luz
98.
Roran se quedó inmóvil y el silencio llenó la celda
99.
Pero no fue así, él necesitaba ese retazo de luz de la calle, porque si no se sentía atrapado de nuevo en el abismo de los noventa centímetros sin tiempo de la celda, fermentando en sus propios excrementos, demente
100.
En una ocasión se metió en el retén, pasó por delante del Teniente sin saludarlo, cogió las llaves que colgaban de un clavo en la pared y sacó de la celda a uno de sus alumnos, preso a causa de una borrachera