1.
la mano, sino que le busqué en el cieno, entre loscerdos, y
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lleno de cieno y resbaloso, ytardaba el pescador mucho tiempo en ir y volver
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porque no le han de poner delante el cieno de los regalos yservicios de los importunos amantes,
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aves de rapiñaó las fieras del bosque; los cultivos del hombre son devastados ócubiertos de cieno
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murallas, las márgenes y las hierbas del fondo,detienen también y hacen entrar en sus propias substancias el cieno quelas baña; los residuos más pesados descienden y se mezclan con la gravadel fondo, los objetos
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Como en los tiempos del pleriosauro, latierra y el agua se confunden en un caos: bancos de cieno, islasemergiendo aquí y allá, pero apenas distintas del
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revolcarse en el cieno, toma formasserpentinas y se convierte en
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cieno y de luz! ¡Ah, el portentosoencanto de tu cuerpo moldeado
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mancha con el negro cieno del mundo
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de sus ideales paraque no se hundan en el cieno al menor capirotazo
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En la novela Nieve y cieno, cuyo autor es el Sr
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en laépoca de las lluvias debía convertirse en un río de cieno
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rebolcaban enel lodo y cieno con sus caballos
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que arrastrando su espíritu en el cieno,
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alretirarse, dejaban una espesa capa de cieno, la cual debía
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sumergido en el cieno; Santa María Egipciaca, resecada por elsol como un cuero;
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y cieno y toda clase de podredumbre, llegar adonde los justos llegan por muy diferentes pasos
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miseria, el reflejo del cieno triste quese lleva en el alma
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nuestros cadáveres sobre el cieno inmundo de los pantanos
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revolcarse en el cieno
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habían de ver precisados á desamparar el país ó ásalir del cieno
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en el cieno de muchasdeshonestidades; pero duróle poco tiempo
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revolcarsedentro del cieno; hijo desdichado, ven acá y oye á un hombre que notiene el genio de
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Cuentan los naturales que el arminio es un animalejo que tiene una piel blanquísima, y que cuando quieren cazarle, los cazadores usan deste artificio: que, sabiendo las partes por donde suele pasar y acudir, las atajan con lodo, y después, ojeándole, le encaminan hacia aquel lugar, y así como el arminio llega al lodo, se está quedo y se deja prender y cautivar, a trueco de no pasar por el cieno y perder y ensuciar su blancura, que la estima en más que la libertad y la vida
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La honesta y casta mujer es arminio, y es más que nieve blanca y limpia la virtud de la honestidad; y el que quisiere que no la pierda, antes la guarde y conserve, ha de usar de otro estilo diferente que con el arminio se tiene, porque no le han de poner delante el cieno de los regalos y
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Matilda es como un guijarro ahora, arrastrado por un somero río de montaña: cambia de lugar, pero no se diluye en el agua ni se confunde con los otros guijarros o con el cieno: rueda puliéndose, inmensas distancias, hasta volverse una nítida piedra lamida y dulce que encuentran los niños en la playa
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Si esa energía fallaba, pensó Jan, quedarían encerrados en una tumba de metal, hundidos en el cieno del fondo del mar
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El tanque de cieno suspendido que se desplomó sobre el tejado se encontraba tan sólo a unos metros de distancia
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La que parecía la cabecilla, la más gorda, se arrastró hasta el cieno, husmeándolo todo con su hocico
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Pero un grupo de hombres que habían salido al encuentro de los carros, una gavilla mitad armada, mitad desnuda, desarrapada, borracha, tan llena de rabia y cieno que parecía creación espantosa del lodo de los caminos, de la hez de las tinajas y de la nauseabunda atmósfera de los presidios, un pedazo de populacho, de esos que desgarrándose se separan [22] del cuerpo de la Nación soberana para correr solo manchando y envileciendo cuanto toca, empezó a gritar con el gruñido de la cobardía que se finge valiente fiando en la impunidad:
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La mónera de que antes hablamos se agitaba inquieta y alborotada entre el cieno, haciendo esfuerzos por mostrarse
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Creo que, en parte, se había enfermado a fuerza de agitación; el clima hizo el resto, con la rapidez de un monstruo invisible, emboscado en el aire, en el agua, en el cieno de las riberas
33.
Se ve que las ranas surgen del cieno de los ríos
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Ur es uno de esos lugares donde las excavaciones revelan capas de cieno como consecuencia de grandes inundaciones
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Demostraciones claras y evidentes de la falsedad de todas las divinidades y de todas las religiones del mundo (1729) hunde en el cieno nuestras más sagradas creencias católicas mediante razonamientos no por impecables menos atentatorios contra la misma esencia de nuestra fe
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por el cieno, por el lodo,
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tristes estamos en el negro cieno
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aquí estarán cual puercos en el cieno,
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saben que van al cieno de números y leyes,
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y agrupa flores grises en la orilla del cieno
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en el cieno de la tierra
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Un pesado hedor a cieno entremezclado con el del bálago se cernía sobre los campos
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Al pie de la trasera del Pruden, medio enterrada en el cieno, había una golondrina
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Decíase que había sido corista de zarzuela, pasando de allí a peor vida, hasta que una mano caritativa la sacó del cieno para ponerla en aquel seguro lugar
45.
En un extremo estaban las puntas de los pies; al otro, las manos, aferradas; en el cieno quebradizo clavé los dientes, afirmándome
46.
Miró el agua cubierta de cieno
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Y aunque en la tierra hay también cieno y densa tribulación: quien tiene pies ligeros corre incluso por encima del fango y baila sobre él como sobre hielo pulido
48.
El asesor estaba cubierto de cieno marrón y heces
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El lugar entero se estremeció y cayeron sobre ellos torrentes de cieno
50.
Su actitud se parece a la de un hombre que se contenta con contemplar un río sin sentir el menor interés en sus fuentes ni en su cuenca ni en las variaciones estacionales de las lluvias ni en el cieno que arrastra consigo
51.
Todos tenían nombres muy sencillos, como Zoquitl, Nacatl y Chachapa, que quieren decir Cieno, Carne y Tormenta, nombres que con lástima veía que no tenían nada de común con sus dueños; tal vez ellos los escogían para poder soñar y olvidar
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Luke había caído, se encontraba de costado y luchaba por mantener la cabeza encima del cieno creciente
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hacia los enemigos para vengarle; pero llegó a la zona pantanosa y se hundió en el cieno, ahogándose ante los ojos de sus soldados y sus enemigos
54.
Y es que el cieno de Roma se filtraba por diminutas grietas y recovecos hasta alcanzar las paredes excavadas en las entrañas de la ciudad utilizadas como prisión para aquellos ciudadanos a los que la metrópoli condenaba a una muerte segura, toda vez que la prisión antigua, la de tiempos de Anco Mancio, se quedó pequeña para albergar a tantos prisioneros como Roma iba acumulando en sus guerras de expansión
55.
El cieno les llegaba a la cintura y tenían barro endurecido por todo el cuerpo
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Habían recuperado el arcón del cieno; un escuadrón de caballería de la legión había sido destacado para recuperarlo del lugar donde lo habían escondido
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Estoy hundido en cieno profundo y la corriente me ha anegado
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Pasado un rato se quedaron sin más frente al parabrisas cubierto de cieno mirando hacia donde la vía torcía para perderse en la fosca
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El propietario del café les explicó que el trabajador estaba limpiando el cieno acumulado en el fondo, para que el pozo pudiera contener la mayor cantidad posible de agua de la inundación de la primavera siguiente
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envuelto en su vieja capa y metido hasta las rodillas en el cieno,
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Allí, encajada entre los tallos, había pasado una noche embarrada, bajándose del colchón para hincharlo y volviendo a subir para limpiarse el cieno y los hierbajos que se le pegaban mientras lo hinchaba
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Leche de cieno
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Meditaba sobre esa posibilidad, hasta que vio que del barro negro de la orilla sobresalía un extraño objeto, dorado y reluciente; al agacharse para rescatarlo del cieno, vio que se trataba de un trocito de marfil, del tamaño de dos dedos
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La mayor parte del submarino se encontraba hundida en más de tres metros de cieno y lecho marino y sólo unos cuantos metros de la popa sobresalían del barro, e¡ casco y el bastidor estaban retorcidos, las puertas de la bodega de carga retorcidas e inalcanzables, y diez de los dieciocho tanques de lastre se habían roto
65.
Con ganas de llorar de frustración, golpeando el casco con furia impotente, de repente tuvo la sensación de que no estaba solo y se dio la vuelta en el agua llena de cieno
66.
«Sigo, pues, y digo que el desembarcadero de la otra parte estaba lleno de cieno y resbaloso, y tardaba el pescador mucho tiempo en ir y volver; con todo esto, volvió por otra cabra, y otra y otra
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La honesta y casta mujer es arminio, y es más que nieve blanca y limpia la virtud de la honestidad; y el que quisiere que no la pierda, antes la guarde y conserve, ha de usar de otro estilo diferente que con el arminio se tiene, porque no le han de poner delante el cieno de los regalos y servicios de los importunos amantes, porque quizá, y aun sin quizá, no tiene tanta virtud y fuerza natural que pueda por sí mesma atropellar y pasar por aquellos embarazos; y es necesario quitárselos y ponerle delante la limpieza de la virtud y la belleza que encierra en sí la buena fama
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Y, por fin, envuelto en cieno, Elric consiguió alcanzar la losa y subir a ella gateando, con la antorcha todavía en la mano
69.
Entonces uno de los coches se ha atascado en el cieno
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Kaywerbrimmis yacía sobre su estómago, de la cintura hacia abajo en el agua, dibujando mapas en el cieno de la orilla con las puntas de los dedos
71.
Luego rompió a correr por el cieno, perdiéndose en la niebla que se estaba levantando
72.
El disco pedestre yacía inclinado en el banco de cieno al costado de la alberca de baño de la Villa
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Flup: cieno del fondo marino
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Al mismo tiempo se preparaban para desatracar, y poco después que subieron a bordo el último bote, las cadenas de dieciocho pulgadas del ancla empezaron a entrar en la cubierta interior donde se guardaba, trayendo consigo el olor del cieno del puerto Praia, que por lo menos sustituía el persistente hedor del sollado
75.
Cuando el cieno de la revolución industrial llenó el sumidero hasta rebosar de atropellos, los Comunes nombraron un comité
76.
¿Ves ese chorro delgado de cieno que emerge de la grilla, a lo largo de la pa red suroeste? – dijo Palántides señalando con el dedo
77.
Un húmedo hedor a cieno impregnaba el ambiente
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Meterse en el cieno
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Ensuciarse, mancharse con cieno
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Pero durante cieno tiempo tengo asuntos en el oeste
81.
El puro amor conyugal siempre tiene por trasfondo el anhelo de seguir los cónyuges unidos en el cielo como lo estuvieron en la tierra; y, sin embargo, pocas veces se libra este ideal de las salpicaduras del cieno mundano
82.
«¿Es eso cieno?»
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Me inclino más a pensar en él como un surco a través del cual el agua lleva el cieno de los rumores y la inteligencia, todo mezclado sin el mayor respeto por la verdad
84.
Estos cimientos no podían asentarse directamente sobre el lecho blando del río: había de horadarse capa tras capa de cieno, pizarra, piedras lisas, a veces volarlas con dinamita, hasta dar con un lecho firme de roca
85.
Los licaones y las hienas lloriquearon de terror y se retiraron con el rabo entre las piernas; los perros y los lobos los siguieron, y los dos dientes de sable que no se habían hundido en el cieno se pararon en seco y se contentaron con rugir de lejos a los magos
86.
En el cieno de sus corazones clavaré mi estaca de fuego y ninguno continuará latiendo
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Se hizo eco de una tradición popular, según la cual no siempre había habido yahoos en el país, sino que en tiempos muy lejanos aparecieron dos de estos animales juntos en una montaña, no se sabía si producidos por la acción del calor solar sobre el cieno y el lodo corrompido, o por el légamo o la espuma del mar
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enfermo que se había hundido en el cieno y de un reumatismo escapado del
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Oh, qué de prisa andaba por el cieno resbaladizo en dirección al puente
90.
Les llevó varios minutos; pero cuando terminaron, los cuatro aventureros cubiertos de cieno habían limpiado una gran sección en el centro de la sala circular
91.
El suelo brillaba por la humedad, pero habían quitado la mayor parte del cieno y podían ver lo que parecía una versión gigante de la llave: una esfera de llamas grabada en el suelo
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El arado del labriego abre surcos en la capa dura de cieno, el azadón desmenuza completamente la gleba, y bueyes de cuernos amenazadores hunden bajo sus pies la simiente en la tierra feraz
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Sentado en el centro de la habitación y asiéndose con ambas manos al banco en que se sentaba, reía con su risa contagiosa, mientras el hermano de la dueña, un soldado, tiraba de sus botas llenas de cieno tratando de quitárselas
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Ari y la visitante se pararon junto a una pocilga en la que había una cerda tendida en el cieno, roncando, mientras una docena de cerditos glotones se peleaban para cogerse a las tetas
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Cien cuerpos sinuosos se cernieron sobre el suelo formando una masa palpitante, embadurnada de cieno